Frank Duff y La Legión de María
Frank Duff y La Legión de María
Frank Duff y La Legión de María
Legión de María
Con gusto los Oficiales del Concilium recomiendan al lector este folleto. El
Padre Bede McGregor como Vice-Postulador de la Causa del Siervo de Dios, ha
sido una fuente de nuevos enfoques en la vida y trabajo de Frank Duff.
Síle Ní Chochláin
Presidente
La homilía en el Cementerio de Glasnevin, Dublín
Del 11 junio de 2000
Muchos santos han dejado atrás escritos que proporcionan una llave para
entender su vocación y misión en la iglesia y en el mundo. Cuando leemos estos
escritos nosotros sentimos que conocimos su persona íntima y profundamente. Por
ejemplo, muchos de ustedes conocen "La Historia de un Alma", la autobiografía de
Santa Teresa de Lisieux. Los innumerables hombres y mujeres, jóvenes y viejos,
que han leído su historia se han sentido cerca de ella y los ha animado a que vivan
sus vidas verdaderamente santas. Pienso que Frank Duff nos ha dejado su
autobiografía espiritual que nos da una llave para entender todo lo que en él estaba
vigente y para ayudarnos a que vivamos nuestras vidas genuinamente santas y
fructíferas.
Hoy, deseo demorarme en unos puntos del Manual que captan algo del
espíritu y carácter de Frank Duff. No se tratará de la cronología exterior de su vida
pero sí de su espiritualidad interna y de su significado. Él escribe: "El secreto del
éxito feliz con los demás está en establecer con ellos, un contacto de amor, y
simpatía mutua. Pero este amor ha de ser más que meras apariencias: ha de saber
resistir las pruebas que entraña la verdadera amistad". (Pág. 17) pienso que es
verdad lo que dice, Frank visualizó todo su trabajo apostólico, de hecho todo se
vive, como un ministerio real de amistad personal. El continúa: "Toda obra, para
ser realmente fructífera, debe radicar en cierta disposición del alma a darse
espontánea y totalmente a los demás. Sin ella el servicio legionario carece de vida.
El legionario que pone límites: 'hasta este punto me sacrificaré, más no,' nunca
saldrá de lo trivial, por más esfuerzos que haga". Frank se dio asimismo
enteramente y sin restricción en este oficio de amistad. No había ningún límite en
su contacto personal con las personas, ni ninguna distinción con la gente por su
clase, la diferencia de credo o raza eran irrelevantes para él.
Tengo la certeza que él sabe de cada uno de nosotros por nuestro nombre,
nuestras alegrías y nuestras tristezas, nuestras necesidades espirituales y
materiales, realmente está interesado en usted y sus seres queridos. Que
apasionadamente él desea encontrarse con cada uno de nosotros en el cielo y
acompañarlo en su jornada en la tierra. Cada uno de nosotros hoy aquí es
importante para Frank Duff. El contacto personal y la amistad son todavía su
especialidad
Pero el hecho es que usted sabe que Ella está allí. Usted sabe que Ella siempre
está al lado suyo. Usted no tiene que estar diciéndoselo siempre." Él tenía casi 90
años cuando lo dijo. Él se había entrenado para vivir en la presencia de María
durante tantos años que Ella estaba de hecho siempre allí a su lado. Su unión con
María se volvió habitual. La vida era inconcebible sin Ella. Su amor por María no
era sentimental. Él trabajó con Ella y para Ella. Él fue sobre todo un hombre de
acción en las relaciones con María su Madre y su misión en la salvación de todos
sus hijos a través de los méritos de su Hijo. Él le dio de sí todo absolutamente para
darlo a Jesús. Era tal su unión con María que le permitió ver a Nuestro Señor en
cada persona individual a la que se encontró. Él practicó la Verdadera Devoción a
María conforme lo enseñado por San Luis María de Montfort de su mismo puño y
él la hizo la misma esencia del manual de la Legión de María.
¿Usted recuerda las últimas palabras que Frank Duff escribió en el Manual?.
12Ellas vienen al mismo fin del índice: "LA NOTA: Todas las referencias sobre
Nuestro Señor Jesucristo, no están en el índice. Pero cada palabra de este manual
está inspirada en El, se encuentra en todas las partes del mismo. En cada lugar, en
cada circunstancia y en todas las expectativas, el legionario encuentra a Jesús y, no
podrá menos que exclamar con el poeta: "Veo su Sangre sobre la rosa, Y en las
estrellas la gloria de sus ojos.”
En 1965 el Papa Pablo VI invitó a Frank Duff para asistir al Segundo Concilio
Vaticano, como un Observador Laico, un honor con el cual el Papa reconoció y
afirmó su enorme trabajo por el apostolado laico.
El 7 de Noviembre de 1.980 Frank Duff murió y fue enterrado en el
Cementerio de Glasnevin, en Dublín. En julio de 1996 la Causa de su canonización
fue introducida por el Arzobispo de Dublín, Dr. Desmond Connell.