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ARTÍCULOS
Enfermedades de la Aorta
Dr. Francisco Valdés E.: Profesor Adjunto de Cirugía. Departamento de Enfermedades
Cardiovasculares. Escuela de Medicina UC
Escuela de Medicina
Enfermedades de la Aorta
INTRODUCCION
Entre los primeros cabe mencionar los trastornos del desarrollo como son los anillos
vasculares, la coartación del istmo de la aorta y la aorta hipoplásica. En otro grupo de
enfermedades congénitas se produce un defecto constitucional del tejido conectivo,
con características patológicas que afectan la estructura de la pared vascular tal como
ocurre en los síndromes de Marfan y de Ehlers-Danlos, en los que se reconoce la
formación de aneurismas.
La aorta puede resultar dañada por lesiones traumáticas, sean éstas originadas en
accidentes (lesiones directas o indirectas, por desaceleración) o por la intervención médica
(cateterismos o cirugía). Finalmente, existen lesiones tumorales primarias de la aorta
(fibrosarcomas o mixosarcomas), que son una rareza.
DISECCION DE LA AORTA
La separación de las túnicas de la pared aórtica crea un «flap» intimal, que puede obliterar
el ostium de sus ramas a lo largo del trayecto de la disección, produciendo isquemia de los
territorios afectados.
CLASIFICACION
I.Disección originada en la aorta ascendente, con compromiso del arco y aorta descendente.
II. Disección iniciada y limitada a la aorta ascendente
III. Disección originada distal a la subclavia izquierda con extensión variable en la aorta
descendente.
Esta clasificación refleja en forma más exacta las implicancias terapéuticas y pronósticas
del sitio de disección.
En segundo lugar, desde el punto de vista hemodinámico, sobre el 70% de los pacientes
tiene historia de hipertensión arterial y en el 90% de casos estudiados con autopsia se ha
descrito hipertrofia ventricular izquierda (7), corroborando los antecedentes clínicos que
asignan a la hipertensión un rol fundamental en el desarrollo de ésta enfermedad. La
hipertensión no sólo aumenta la tensión absoluta sobre la pared arterial, sino que aumenta
el dp/dt máximo favoreciendo la falla de una pared arterial debilitada.
Otras enfermedades en las que se reconoce un trastorno del tejido conectivo, como el
sindrome de Elhers-Danlos, enfermedades congénitas como la válvula aórtica bicúspide y
la coartación aórtica, suelen asociarse a disección. Cerca de la mitad de las disecciones
ocurridas en mujeres menores de 40 años se presentan durante el embarazo. No se ha
establecide claramente la causa de éste fenómeno, en el cual influye el aumento del
volumen circulante y la hipertensión arterial.
HISTORIA NATURAL
La disección aórtica es una patología de alta letalidad. Durante las primeras 48 hrs la
mortalidad se aproxima al 1%/hr, falleciendo 3/4 de los casos al cabo de una semana y
casi 95% dentro de los primeros 30 días. En la evolución alejada de los sobrevivientes, la
re-rotura puede alcanzar hasta el 15% (9).
La disección es dos veces más frecuente en hombres que en mujeres. El síntoma más
caracteristico es el dolor, de comienzo súbito y habitualmente de gran intensidad, que los
pacientes describen como desgarrador. Según la localización de la fisura inicial, el dolor es
referido hacia la región precordial o la región interescapular, a veces transfixiante. No es
infrecuente que el paciente describa la «marcha» del dolor a lo largo de la región dorso
lumbar cuando la disección se extiende por la aorta descendente. Ocasionalmente, la
disección es indolora y se reconoce como un hallazgo en estudios practicados por otro
motivo.
El examen físico debe ser cuidadoso en busca de signos de las complicaciones mas
frecuentes: soplo de insuficiencia aórtica, signos de taponamiento cardíaco o hemotórax,
ausencia de pulsos en las extremidades, etc. (Tabla 2).
Aún cuando la oclusión coronaria ocurre en menos del 3% de los casos de disección
aórtica, es frecuente que se confunda este cuadro con infarto del miocardio. Otras
situaciones clínicas en las cuales se debe considerar el diagnóstico de disección incluyen:
la insuficiencia aórtica aguda, insuficiencia cardíaca congestiva, crisis hipertensiva,
accidente espinal de tipo isquémico, accidente vascular cerebral o isquemia periférica.
DISECCION CRONICA
LABORATORIO
El laboratorio general aporta poco al diagnóstico de disección. Sin embargo los métodos
de estudio por imágenes son indispensables ya que permiten además de confirmar la
existencia de disección, establecer su sitio de origen y reconocer eventuales
complicaciones o patologías asociadas. Actualmente se dispone desde la radiología simple
hasta la resonancia nuclear magnética. La selección del estudio a efectuar depende de la
disponibilidad, de la experiencia de quién lo efectúe, del estado clínico del paciente, del
rendimiento diagnóstico y costo de los procedimientos.
Angiografía: Considerada por muchos años el patrón dorado, la angiografía permite definir
la existencia de los 2 lumenes y del «flap» de disección, únicos signos directos para el
diagnóstico. Otros signos angiográficos incluyen la distorsión del lumen por compresión, la
insuficiencia aórtica y la oclusión de ramas (Fig 1); sin embargo la sensibilidad de éste
método, al no permitir una visión transversal, no sobrepasa el 80% pese a que su
especificidad es cercana al 95%. La angiografía tiene algunos inconvenientes: es un
método invasivo y requiere del uso de un medio de contraste potencialmente nefrotóxico
que puede desencadenar o agravar la insuficiencia renal en un paciente
hemodinámicamente lábil.
Ecocardiografía: Esta puede ser efectuada por vía transtorácica o por vía transesofágica.
La técnica transtorácica no muestra satisfactoriamente la porción descendente de la aorta,
zona visualizada en forma precisa por vía transesofágica. El mejor rendimiento se obtiene
por la combinación de ambos métodos, más aún si se asocia el Doppler que demuestra el
flujo a través de cada lumen. El ecocardiograma complementa la evaluación con la visión
de las 4 cámaras cardíacas, las válvulas y el saco pericárdico. Esta técnica en manos
expertas permite el diagnóstico con una sensibilidad y especificidad que se acerca el 95%.
Por no requerir contraste el ecocardiograma no representa mayor riesgo, siendo su única
limitante la necesidad de intubar el esófago bajo sedación en un paciente generalmente
grave.
TRATAMIENTO
Desde que DeBakey efectuara la primera reparación quirúrgica exitosa de una disección
en 1955, se han reportado varias series de pacientes tratados tanto quirúrgica como
médicamente, con estudios de sobrevida superior a los 10 años (2, 10-12), lo que ha
permitido establecer indicaciones precisas para cada forma de tratamiento.
DISECCION PROXIMAL
La elevada mortalidad espontánea de los pacientes que sufren una disección proximal tipo
A (1%/hr en las primeras 48 hrs), ha motivado considerar la reparación quirúrgica como el
tratamiento de elección de practicamente todos éstos casos, si se dispone de los medios
apropiados (Tabla 3); sólo se exceptúan aquellos pacientes que han sufrido un daño
neurológico central. Como medidas iniciales se debe tratar enérgicamente el dolor y se
debe buscar el control de la hipertensión arterial (presión media = 70+5 mmHg). Este
objetivo se logra generalmente con la infusión de nitroprusiato por su efecto directo sobre
el musculo liso vascular, lo que resulta en un efecto vasodilatador. Generalmente es
necesaria la adición de un fármaco betabloqueador (propanolol o labetalol) que reduzca el
dp/dt y logre el control de la frecuencia cardíaca al impedir la acción de las catecolaminas
circulantes. La mejor forma de tratamiento es sólo posible en una unidad de cuidados
intensivos empleando todos los medios de monitorización disponibles (presiónes arterial,
venosa central y de capilar pulmonar, ECG, débito urinario y cardíaco). Si no se dispone de
éstos medios, el paciente debe ser trasladado tan pronto como sus condiciones lo
permitan. La sospecha o la demostración de alguna complicación como rotura al
pericardio, insuficiencia valvular aórtica o disección coronaria, requiere de tratamiento
quirúrgico urgente. De otra forma dicho tratamiento se efectúa una vez que se ha
completado el estudio diagnóstico
DISECCION DISTAL
RESULTADOS ALEJADOS
ENFERMEDAD ANEURISMATICA
CLASIFICACION
El mecanismo último por el cual el tabaco afecta la pared vascular, no ha sido dilucidado,
sin embargo dicho hábito claramente se relaciona con el desarrollo de aneurismas (la
frecuencia de aneurismas es 8 veces superior en fumadores que en no fumadores).
HISTORIA NATURAL
La rotura ocurre casi siempre al retroperitoneo. Sin embargo puede ocurrir a la vena cava
inferior o a la vena ilíaca derecha con desarrollo de una fístula arteriovenosa que lleva al
paciente a una insuficiencia cardíaca de alto flujo en pocas horas. La fístula puede
sospecharse en un paciente con insuficiencia cardíaca congestiva, oliguria, masa palpable
abdominal y soplo sisto-diastólico en la fosa ilíaca derecha. En algunos casos la rotura
puede ocurrir al tubo digestivo, especialmente al duodeno, desencadenando una fístula
aorto entérica primaria, de elevada letalidad.
En el 2-3% de los casos puede ocurrir la trombosis del aneurisma con desarrollo de grave
isquemia aguda de las extremidades inferiores, y con alguna mayor frecuencia el
aneurisma debuta con la embolización distal de fragmentos de su trombo mural o cristales
de colesterol, con manifestaciones isquémicas que dependen del vaso ocluído.
TRATAMIENTO
ANEURISMA TORACICO
Las lesiones de la aorta ascendente y del arco requieren de circulación extracorpórea para
su reparación. El reemplazo protésico de la aorta ascendente se asocia a reemplazo
valvular y/o puentes aorto-coronarios según la existencia de lesiones concomitantes. La
mortalidad en los centros de mayor experiencia ha disminuído del 26 al 4% en las lesiones
de la aorta ascendente. La reparación de las lesiones que comprometen la porción
tranversa del arco requieren de hipotermia profunda y paro circulatorio, alcanzando una
mortalidad del 9% en las mejores manos (23).
En los últimos años, se ha desarrollado una técnica endoluminal que permite desplegar
una prótesis de dacrón («endoprótesis») a través de catéteres, sin abrir el abdomen, con
un sistema de fijación metálico (stent) autoexpandible. Dicha técnica ofrece una alternativa
en casos seleccionados, en los que la anatomía vascular es favorable (31).
Los aneurismas que se extienden hacia la porción visceral o hacia el tórax requieren un
abordaje más extenso (tóraco-freno-laparotomía) lo que implica un mayor riesgo
quirúrgico. La morbi-mortalidad asociada a la reparación de éstas lesiones depende de la
edad, de la existencia previa de enfermedad bronquial obstructiva, cardiopatía isquémica e
insuficiencia renal y del tiempo de clampeo aórtico (32). La incidencia de isquemia medular
perioperatoria es mayor en los aneurismas toraco-abdominales que en aqellos limitados a
la aorta torácica, y puede alcanzar al 25-35% en los pacientes que requieren reemplazo de
toda la aorta descendente, desde la subclavia izquierda hasta su bifurcación (24). Cuando
el aneurisma es secundario a disección, la incidencia de complicaciones es
significativamente mayor. La reparación de ésta extensa lesión implica el reemplazo de la
porción dilatada de la aorta, con reimplante de todos los vasos viscerales permeables y
eventualmente de las arterias intercostales (Fig 6). La sobrevida a 5 años, de los pacientes
operados por aneurisma toraco-abdominal alcanza al 60%, siendo las enfermedades
cardíacas, la primera causa de mortalidad alejada.
ARTERITIS DE TAKAYASU
CLASIFICACION
Tipo II: compromiso variable en extensión de la aorta descendente y sus ramas (15%)
Tipo IV: cualquiera de los tipos anteriores asociado a compromiso de la arteria pulmonar.
(3%)
El compromiso arterial más frecuente es la forma oclusiva, sin embargo cerca del 10% de
los pacientes presenta dilatación aneurismática (38,39). Se han descrito aneurismas tanto
en la aorta torácica como en la porción abdominal, en la carótida común, subclavia, y
arteria ilíaca. La rotura, ha sido descrita en varias localizaciones (19,40-42). El compromiso
coronario ocurre en el 3% de los casos (fig 7)
HISTORIA NATURAL
CUADRO CLINICO
En la evolución clínica de la arteritis de Takayasu se reconocen dos etapas: una fase inicial
pre-oclusiva o pre-isquémica, que se presenta habitualmente en la 1ª o 2ª década de la
vida, caracterizada por síntomas sistémicos inespecíficos propios de un cuadro
inflamatorio: compromiso del estado general, fatigabilidad, fiebre, anorexia, disnea,
taquicardia, dolores musculares e incluso artralgias. Ocasionalmente hay sensibilidad en
los trayectos arteriales. La única alteración de laboratorio observada en ésta etapa puede
ser un aumento de la velocidad de sedimentación, y discreta anemia normocítica. En
algunos pacientes hay alteraciones de las inmunoglobulinas, ß-2 microglobulina e
interleukina 2 (37,47).
Esta fase puede pasar inadvertida, y en algunos casos, tratándose de mujeres jóvenes con
VHS elevada y compromiso del estado general, con frecuencia se confunde con
enfermedad reumática o enfermedades del colágeno.
En una segunda etapa (fase oclusiva o isquémica) se hacen presente los síntomas de
insuficiencia arterial. Esto puede ocurrir precozmente, aunque normalmente ocurre años
más tarde, durante la 2ª a la 4ª decada de la vida, Los síntomas dependen de la ubicación
anatómica de las lesiones vasculares: insuficiencia cerebrovascular, angor, claudicación
intermitente de extremidades superiores o insuficiencia aórtica en las lesiones del arco y
aorta ascendente. Hipertensión arterial severa por coarctación aórtica y/o compromiso
renovascular, angina mesentérica, claudicación intermitente de extremidades inferiores en
las lesiones de la aorta descendente. Al examen físico destacan la disminución de pulsos
periféricos, la aparición de soplos sobre el trayecto de los vasos afectados y la asimetría
de la presión arterial entre las 4 extremidades. En algunos pacientes no es posible
determinar la presión arterial real por la obliteración de las arterias subclavias y la
coartación de la aorta descendente. Los estudios de laboratorio pueden mostrar alguna
evidencia de actividad inflamatoria. Sin embargo, si el diagnóstico se efectúa en fase
tardía, pueden ser totalmente normales.
TRATAMIENTO
La cirugía debe ser considerada solamente en los pacientes con síntomas isquémicos
severos o aneurismas (51) (tabla 10). Es fundamental la remisión de la actividad
inflamatoria previo a la corrección quirúrgica. La técnica de reconstrucción más utilizada es
el puente o «bypass», que evita el abordaje directo de las áreas inflamatorias, las que
presentan generalmente a una marcada periarteritis.
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TABLA I Características clínicas y resultados del tratamiento quirúrgico de la disección
aórtica
1954- 1961-
Años 1963-1979
1982 1989
Nº Pac.
125 527 925
Hombres (%)
73.6 82.7 73.1
Mujeres (%)
26.4 17.3 26.9
Edad (años)
20-86 (x 57,3) 9-89 –
Tipo A (%)
65.6 37.0 62.0
Tipo B (%)
34.4 63.0 38.0
Mort. Op A (%)
26.8 21.0 20.9
Mort. Op B (%)
32.5 21.0 21.0
Reemp. Valv
Ao (%) 39.2 50.0 20.5
Sobrevida 5
Años 54.5 57.0 –
Sobrevida 10
Años 26.7 32.0 37.0
Ruptura Ao
Alejada 29.3 50.0
*
Texas Heart Institute
1. Ruptura Aórtica
al pericardio
al retroperitoneo
al espacio pleural
al septum atrioventricular
al mediastino
al pulmón
al esófago
2. 2. Obliteración de ramas de la aorta
infarto del miocardio o muerte súbita por oclusión coronaria
isquemia o infarto cerebral por oclusión carotídea
isquemia o infarto espinal por oclusión intercostal
oligoanuria por oclusión renal
isquemia visceral por oclusión mesentérica
isquemia de extremidades por oclusión subclavia o ilíaca
3. Insuficiencia valvular aórtica
n (%)
FALLECEN ANTES DE
LLEGAR A UN HOSPITAL: 159 (61)
FALLECEN EN EL
HOSPITAL: 49 (19)
SOBREVIVEN:
52 (20)
INSTITUCION Nº Mortalidad
Año
pacientes Op (%)
Mass Gen
Hospital 1980 517 1.7
Baylor Univ.
Texas 1981 140 1.4
Cleveland Vasc
Soc 1984 840 6.5
Mayo Clinic
1986 400 2.8
Hosp. Rothschild,
Paris 1989 261 3.5
Hosp Sud
Marsella 1990 200 2.5
Univ Glasgow
1990 153 8.5
Univ Católica
Chile 1997 278 0.7
TOTAL 1980-
3407 4.1
1991
Nº
Autor Periodo Mort.Op
pacientes
Schumacker 1953-
172 55%
1972
Chiarello 1954-
87 21%
1973
Hildebrand 1955-
131 51%
1973
DiGiovanni 1953-
107 68%
1974
Fitzgerald 1968-
80 60%
1978
Lawrie 1964-
61 15%
1978
Gaylis 1963-
105 58%
1977
Pilcher 1970-
87 55%
1977
Clev.Vasc.Soc.
1975- 152 38%
1979
U.Católica 1978-
42 28%
1991
Coartación Invertida
Sindrome del Arco Aórtico
Enfermedad «sin pulsos»
Sindrome de Martorell
Arteritis Inespecífica
Aortitis Idiopática
Sindrome de la Aorta Media
Tromboaortopatía Oclusiva
Aortitis Esclerosante
* Ref (51)
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