Mitos de La La Tierra Plana en La Edad Media

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El mito de la Tierra plana

en la Edad Media
Lo primero que hay que esclarecer es que la Edad Media es un término que
hasta finales del siglo XVII no se usó. Se trata del periodo comprendido
entre el final de la Antigüedad Clásica y el Renacimiento, que se inicia en
el siglo XV. A partir de ese momento se establece también la división entre
la Alta y la Baja Edad Media.
En la cultura popular tenemos la idea de que la Edad Media es una época
atrasada, donde no había ciencia; se pensaba que la causante de esto era la
Iglesia Católica. Nada más lejos que la realidad: la Edad Media es la etapa
de la construcción política de Europa y durante estos siglos se van a crear
las bases de la ciencia.
A pesar de que tenemos fuentes donde podemos avistar que en la Edad
Media se hacían cálculos, había astronomía y existía algún tipo de
conocimiento científico, probablemente, la Tierra plana era el mito más
divulgado e incluso a día de hoy se repite en los libros de texto esta
supuesta creencia medieval. Sin embargo, el siglo VI encontramos un
astrónomo del Vaticano, Dionysius Exiguus, que hacía cálculos para
determinar cuáles serían las fechas de la Pascua, estableciendo cuanto
tiempo habría pasado desde la muerte de Cristo. Él informó que se vivía en
532 Anno Domini. Para lograr esto, aplicó, en Plena Edad Media, saberes
que proyectaban la esfera de la Tierra como redonda. Entonces debemos
preguntarnos porque diferentes historiadores sostienen que en esta etapa se
pensaba que la tierra era plana y sobre todo cuándo y porqué nace ese mito.
Buceando en la historiografía nos encontramos que ese mito se plantea en
la historiografía del siglo XIX.
A todos nos han enseñado que Colón planteó la esfericidad de la Tierra en
su búsqueda de otra ruta marítima para llegar a Asia y comerciar con
especias y metales. Muchos estudiosos afirman que hasta el siglo XV no se
retoma que la Tierra era redonda y no plana y que se había perdido el
conocimiento que nos dejó Ptolomeo en el siglo II.
Los científicos sociales argumentan hoy que, entre 1480 y 1520, ocurrió
una revolución epistemológica dando paso al saber científico moderno. La
realidad es, sin embargo, que en la Edad Media encontramos
representaciones de la Cosmographia de Aristóteles y que los
conocimientos clásicos fueron transmitidos a Europa a través de las
traducciones árabes también en esta etapa.
En el siglo IV a. C., el navegante Piteas observa las altas variaciones de luz
solar en el Atlántico a lo largo del año. Esta observación encajan muy mal
en una supuesta idea de Tierra redonda. A partir de ahí la esfericidad
empieza a ser aceptada y tanto Platón como Aristóteles aceptan esta teoría.
Platón expone que Dios hizo a la Tierra redonda de manera que siempre
hubiera la misma distancia entre su centro y un extremo El matemático
Eudoxio de Gnido perfecciona la teoría hablando de dos esferas encajadas,
la Tierra y el cielo; menciona también la longitud, que no se puede medir
en ese entonces, la latitud y los círculos tropicales.
En el siglo II a.C., nos encontramos con el autor Aristarco de Samos el
cual hace mediciones astronómicas de la Luna y la Tierra. Fue uno de los
primeros que sostiene el movimiento de la Tierra alrededor de su eje.
También propone un nuevo sistema en el cual el Sol permanece inmóvil en
el centro del universo y la Tierra gira a su alrededor, lo cual explicaría las
variaciones estacionales por la inclinación del eje de rotación de la Tierra.
Uno de los primeros maestros de la Biblioteca de Alejandría, Eratóstenes
de Cirene, logra calcular la circunferencia de la Tierra. Para ello compara
la altura de Sol en dos ciudades bastante alejadas y llega a la conclusión
que el meridiano mide 39.690 de nuestros actuales kilómetros, una cifra
bastante exacta.
Dos siglos más tarde, Claudio Ptolomeo hace cálculos inexactos y reduce
el meridiano a una cuarta parte de lo calculado por Eratóstenes. Ptolomeo
dedica su primer libro a la demostración que los cielos se mueven
esféricamente. Otro de sus libros lo dedica a explicar cómo se construye un
astrolabio esférico.
Se cree que los cálculos erróneos de Ptolomeo son los que siglos después
serían utilizados por Cristóbal Colón. Lo que está claro que ningún
geógrafo o astrónomo griego o romano dudó de la esfericidad de la tierra.
Hay una corriente de estudios que, a través de la cartografía histórica de
inicios de la Edad Media, evidencian conocimientos del continente asiático,
así como del llamado Mare Magnum, el actual océano Pacífico. Algunos
dicen incluso reconocer en algún mapa los perfiles de tierras americanas.
Sin embargo, pese a que esté claro que desde la antigüedad se pensaba en la
redondez de la tierra, diferentes autores aseguran que en la Edad Media se
creía que la Tierra era plana. Argumentan que el conocimiento clásico se
pierde en el medievo y que el oscurantismo eclesiástico se impone en
Europa. Establecen que solo a partir del IX volvió a postularse que la
Tierra era redonda. Van aún más allá expresando que solo en el
Renacimiento se vuelve a difundir la redondez de la Tierra. Se ha difundido
que, para probar estas ideas se requirió de la intuición de Colón, y
observando la cartografía se puede romper con este mito tan difundido.
En el siglo VIII un monje benedictino hace la siguiente afirmación:
La Tierra es un elemento situado en el centro del mundo;
está en el centro como la yema lo está en el huevo; en torno a
la Tierra está el agua, como en torno a la yema del huevo está
/a clara. Venerable Beda
El Papa Juan I encargó al abad Dionysius Exiguus establecer todas las
futuras fechas de la Pascua. Para hacer este cálculo consideró a la Tierra
como una esfera que estaría situada en el centro del universo. La
celebración de esa Pascua sería en el año 532 y se hizo una reforma papal
que permitió retirar el cómputo de tiempo que aun se usaba de la fundación
mítica de Roma. En el siglo IV se calculó el solsticio el 25 de diciembre y
la fecha del nacimiento de Cristo.
Los historiadores bíblicos han establecido que Dionysius se había
equivocado en sus cálculos. Jesús debió nacer entre cinco y quince años
antes de la fecha oficialmente reconocida, pero a partir del 532 la Iglesia la
estableció como la fecha que permitirá calcular el tiempo.
En los primeros mapas de inicios de la Edad Media ya veíamos tierras a las
que aún no habíamos llegado.
En el siglo V destaca el mapa del filósofo latino Macrobio, que divide la
tierra en cinco zonas principales. Al sur del Ecuador hay un territorio que
Macrobio denomina nostra incógnita.
Posteriormente tenemos al autor san Jerónimo, también cristiano, que
expresa que más allá del horizonte Atlántico debe haber una tierra donde
haya personas. Vemos diferentes ilustraciones en las que aparece san
Jerónimo que nos presentan la Tierra como un globo y también
encontramos representaciones tridimensionales.
Isidoro de Sevilla es considerado el primer gran sabio del Medievo.
Elabora diferentes mapas, estudia los fenómenos meteorológicos y ubica
territorios. Algunas de sus ilustraciones muestran pequeños discos y esto
dio pie a que la historiografía del siglo XIX extendiera el mito de la Tierra
plana en la Edad Media.
En todos los mapas mencionados tenemos una división tripartita de Asia,
América y África. En todos ellos aparece un gran océano que rodea a los
continentes. África y Europa están distanciadas por el Mar Mediterráneo, el
rio Tanais marca el límite hacia el Oriente y el río Nilo separa África de
Asia.
Sabemos también que Beato de Liébana elaboró un mapa del mundo, en el
775, influenciado por Isidoro de Sevilla. En dicho mapa dibujó un océano
de forma oval donde incluía Europa, África y América
Las enseñanzas del medievo provenían de la antigüedad: el Trivium y el
Quadrivium. El Trivium abarcaba el estudio de la gramática, la retórica y
la dialéctica; el Quadrivium, en cambio, estaba compuesto por la
aritmética, la geometría, la música y la astronomía, y posteriormente se
añadieron estudios de teología. Los estudios del cosmos consideraban a la
Tierra como centro del universo por la interpretación geocéntrica propia de
la Edad Media.
Durante el Imperio de Carlomagno se hacían ilustraciones de una esfera
que portaba el emperador en su mano izquierda. En este contexto tenemos
también al papa francés Gerberto, que fue maestro de la escuela
catedralicia de Reims. Las fuentes nos informan de que Gerberto se había
aplicado en estudios de astronomía e incluso utilizaba instrumentos de
medición, como el astrolabio,
Otro instrumento utilizado en la época medieval son las esferas armillares,
mediante las cuales se simulaban movimientos de la bóveda celeste.
Siglos después, en la Baja Edad Media (siglo XII) tenemos al mapa
elaborado en la España islámica por el geógrafo Al-Idrisi. El libro de Idrisi
es la mejor descripción del mundo conocido en la Edad Media. En él se ven
trazos que señalan algunos paralelos, lo que indica que el autor sabía de la
esfericidad del planeta.
Parece que ese mapa influyó en otro posterior realizado en 1450 por Fra
Maura, que representa a la Tierra como esfera.
Vemos claramente que en los planisferios medievales se muestra la Tierra
como un globo. Se debe recordar que en aquella época en la cartografía no
se representaba el norte en la parte superior de los mapas, por ello tenemos
representaciones muy diferentes unas de otras.
Se pensaba que el mar abarcaba el resto del mundo. Se consideraba que el
lado invisible de los planisferios estaba rodeado por agua y, por ello, no
podía ser habitado.
Es muy común en la iconografía medieval encontrar la esfera como
representación del mundo. En un fresco del siglo IV que se encuentra en el
ábside de san Vitale, en Rávena, encontramos a Cristo sentado sobre la
esfera. En las representaciones del Pantocrátor también encontramos
esferas. El arcángel Miguel que se encuentra en el Museo Británico de
Londres tiene en su mano la esfera del mundo.
Con frecuencia, en la iconografía medieval la esfera es representada en
manos de Cristo, aunque también hay alguna imagen de la Virgen María
protegiendo la esfera del mundo. Así pues, encontramos muchas imágenes
que representan la esfericidad del mundo y que tenían un carácter
didáctico, así que la idea de la Tierra como esfera debió ser bastante
popular. El globo del mundo como símbolo de poder se desarrolló durante
el medievo.
Como hemos visto, prácticamente la mayoría de astrónomos y cartógrafos
pensaban que la Tierra era redonda, ¿entonces porque surgió el mito? Es
más que probable que la literatura fuera una de las causas, pero sin duda
hay que situarse en el contexto del siglo XIX, en plena confrontación entre
ciencia y Iglesia.
Para muchos autores del siglo XIX, la religión debía ser superada. Para ello
era necesario convencer a la gente de que la religión y la ciencia eran
enemigas, incluso a costa de inventar falacias, como explica el historiador
Jeffrey Burton Russell, en su Inventing the Flat Earth: Columbus and the
Modern Historians (1991), publicado en español como El mito de la Tierra
plana.
El autor William Whewell, en 1833, escribe Astronomy and general
physics, considered with reference to natural theology donde establece un
pensamiento totalmente contrario al racionalismo e inicia la idea de la
Tierra se consideraba plana en la época medieval. Posteriormente escribe
otra obra, History of inductive, en la que se propone investigar cuales son
los marcos conceptuales de las ciencias naturales. En ella asegura que
muchos errores de la ciencia ocurren debido a un cristianismo
fundamentalista, siguiendo la teoría de Lactancio que fue de los pocos
autores que en época medieval estableció una teoría de Tierra plana.
El historiador de la ciencia Stephen Hay Gould afirma que Whewell
establece dos culpables, Lactancio y Cosmas Indicopleustes. Este último
escribe topografía cristiana entre 547 y 549 y pone en evidencia la creencia
medieval de la Tierra plana.
Cosmas siguió teorías religiosas. Él pensaba que el universo era el interior
del arca de Noe, el tabernáculo hebreo que se construyó en tiempos de
Moisés. Nuestra tierra tendría esa forma y estaría rodeada por un océano.
Para Cosmas el tabernáculo de Moisés es la verdadera imagen del mundo:
la Tierra era cuadrada y estaba cubierta por el Sol, la Luna y todos los
astros, como si fuera una jaula.
Cosmas no fue ninguna autoridad religiosa, sin embargo, en su
Cosmografía cristiana representaba un mundo que alimentaría el mito de la
creencia de la Tierra plana en la Edad Media.
El autor Joasian Clark Nott, que escribe en 1855 Types of Mankind or
Ethnological Researches, nos deja más información sobre el pensamiento
de Cosmas: la Tierra que estaba habitada es una superficie plana de forma
rectangular; dentro de ese rectángulo tenemos diferentes cuencas: el
Mediterráneo, el Caspio, el Mar Rojo y el golfo pérsico, y fuera del
rectángulo tenemos el océano que rodea toda la tierra y separa esta de otras
tierras: el paraíso o Edén, lugar donde fue creado el primer ser humano.
Hay dibujos de cómo sería la representación de Cosmas en los que aparece
la Tierra plana y en estos dibujos se basarán diversos autores para afirmar
esa idea.
Topografía Cristiana, de Cosmas, era el libro principal de la ortodoxia
cristiana, pero Joasian Clark Nott descubrió que no fue un texto muy
conocido por la Iglesia.
Stephen Hay Gould estudia profundamente este tema y nos recuerda que
la obra de Cosmas fue escrita en griego y que, hasta 1706, no se descubre el
texto y se traduce al latín, por lo que su idea de la Tierra plana como
tabernáculo no pudo influir en ningún ambiente intelectual.
A mediados del siglo XIX, la idea de la Tierra plana medieval se
encontraba totalmente difundida y se consideraba una verdad histórica
absoluta. En una ilustración de la biblioteca Royal Astronomical Society en
Londres se muestra la Tierra en forma de disco.
El divulgador Nicolas Camille Flammarion publica, en 1888, la historia
de un misionero medieval que llega a los confines de la Tierra y toca el
punto en el cual esta se encuentra con la bóveda celeste. La historia está
acompañada por un grabado que a menudo ha sido reproducido en textos
sucesivos. La historia no se encuentra en ningún texto medieval, por lo
tanto es fruto de la fantasía, como lo es también la imagen.
Otro autor es A.D White, que en su libro Historia de la lucha de la ciencia
con la tecnología en la Cristiandad cita a Cosmas y asegura la creencia en
la Tierra plana.
Así pues, a finales del siglo XIX la idea generalizada de que en la Edad
Media se estipulaba que la Tierra era plana se extendió como la pólvora.
Hay que preguntarse por los motivos de esta falacia, ya que, como hemos
visto, la mayoría de la intelectualidad del medievo tenía asumido que la
Tierra era redonda, algo que ya se sabía desde la antigua Grecia.
Por tanto es tarea de los historiadores actuales preguntarnos por las razones
por las cuales en época victoriona se extendió el mito.
Debemos retomar el enfrentamiento medieval entre de Ciencia y Iglesia.
Muchos autores pensaban que la Edad Media era una época atrasada y
reaccionaria. Se consideró a la Iglesia como antimoderna, se atacaba que no
quisiera cambiar y que no se adaptase a los nuevos tiempos.
En el seno de esta crisis del modernismo tenemos un verdadero conflicto
teológico. Se piensa que en la Edad Media la Iglesia atrasa el avance de la
ciencia.
El conflicto empieza a finales del siglo XVIII con el positivismo. La iglesia
seguía favoreciendo una educación tradicional muy heterodoxa.
Además hay que recordar que es la epoca del evolucionismo se piensa que
toda la historia avanza hacia el progreso y se rompe con el tiempo cíclico.
Todavía es cierto que a finales del XVII y principios del XVIII el estudio
de la Tierra tiene enormes influencias bíblicas, sin embargo tenemos aquí
uno de los descubrimientos más importantes de la historia de la ciencia, la
llamada la flecha del tiempo.
También en esta época tenemos la concepción quen el individuo es el
verdadero protagonista de la historia y el florecimiento de las clases
medias. Se piensa que la sociedad evoluciona su forma de pensar: primero
teológico, después metafísico y positivo. La edad media es el estadio para
llegar al estadio superior, es una fase de transición.
En 1851 hay una conferencia en Londres donde se ensalzaba que el o
objetivo de toda la historia era superar esa etapa de transición. También en
esta época tenemos las teorías de Darwin y Spencer.
Era muy importante demostrar el tránsito de la oscuridad religiosa. Para
conseguirlo los historiadores comparaban la Edad Media con el
Renacimiento y de éste derivan avances científicos.
Parecía que se estaba avanzando en el Renacimiento y superando esa etapa
de transición
En este momento de esta confrontación absoluta el Papa Pio IX promulgó
su obra Syllabus, qué son 80 proposiciones que condena la iglesia: el
panteísmo, el naturalismo, el racionalismo, la independencia absoluta de la
pedagogía eclesiástica, el considerar a todas las religiones por iguales, el
socialismo, el comunismo y la masonería, la negación del poder de los
papas y el liberalismo. Fue muy rechazado por católicos liberales y
progresistas ya que refuerza el cristianismo fundamentalista.
También se empezaba a estudiar la tecnología ya que desde el renacimiento
hay una gran expansión de ésta y la Edad Media era consideraba una época
oscura para ésta. Aunque hoy en día sepamos que en la Edad Media tiene
lugar una gran revolución técnica, el aprovechar el viento, el agua, los
animales, la navegación a vela, el molino hidráulico, la herradura, la silla
de montar, la pólvora, la brújula, la balanza, los relojes mecánicos el papel,
la construcción de enormes catedrales.
El desarrollo de la ciencia del siglo XVI a XVIII no es más que una
evolución desde la Edad Media. Con lo cual el desarrollo de la revolución
científica no es que haya sido superada la religiosidad medieval, es algo
continuo en el tiempo , y de hecho los jesuitas tuvieron una gran
participación en la revolución científica.

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