Inmoralazo Kant
Inmoralazo Kant
Inmoralazo Kant
Immanuel Kant
Texto Resumen Número 1
CRÍTICA DE LA RAZÓN PRÁCTICA: ÉTICA.
a) El imperativo hipotético
b) Imperativo categórico
Todos los imperativos que están condicionados por deseos, inclinaciones o intereses no son
morales en sentido estricto. Lo moral es el imperativo incondicional o categórico, lo cual
significa que la voluntad se autoimpone. Este autoimponerse lo llamamos autonomía de la
voluntad, frente a la heteronomía de la voluntad, propia de las voluntades condicionadas
por contenidos materiales o sensibles.
Si una moral no exige contenido material a los principios que rigen la voluntad, se dice que
es formal. Por ejemplo, las éticas basadas en el placer (hedonismo), o las éticas basadas en
la búsqueda de la felicidad (eudemonismo), son éticas materiales. Lo que importa es el fin
que se busca, mientras que la ética de Kant se basa en la forma de obligación de la
voluntad, la cual se da a sí misma leyes que no tienen contenido, y por eso su ética es
formal. Esto implica dos cosas:
1) Una ley formal es la que no se determina a partir de ningún objeto sensible, y por tanto
no expresa ningún contenido empírico. Y 2), tales leyes se imponen sin condiciones, puesto
que son pura forma de la voluntad manifestada en imperativos (categóricos).
Sabemos en qué consiste la moralidad para Kant, pero necesitamos saber cuál es la
condición que permite el ejercicio de la moralidad (primer postulado), y cuáles son las
causas que nos obligan a obrar moralmente (segundo y tercer postulado). Para Kant
postulado se define como proposición teórica no demostrable como tal sino solamente en
cuando que depende de una ley práctica incondicionalmente a priori. Kant de esta manera
regresa a la dialéctica trascendental, porque los postulados son precisamente ideas que se
piensan, no se conocen como tales: libertad, inmortalidad del alma y existencia de Dios.
a) La libertad.
Es condición sin la cual no es posible la moralidad. Una ley moral sólo puede obligar
porque existe libertad. Pensar que existe ley moral es postular en ese mismo momento la
libertad, es decir, presuponerla. En el ámbito de los fines del hombre, moralidad y libertad
coinciden. No se puede exigir el imperativo categórico, y por lo tanto, la autonomía de la
voluntad, si no se es libre.
La voluntad libremente busca el bien. El máximo bien, o el bien supremo es aquel en el que
coinciden virtud y felicidad, pero es un hecho de experiencia que en este mundo jamás se
alcanza el bien supremo. Por lo tanto, hay que postular la inmortalidad del alma para que la
razón práctica pueda alcanzar su fin incondicionado (categóricamente). La inmortalidad del
alma se distingue de la libertad como la causa de la condición, es decir, más allá de la
muerte se exigirá seguir siendo libres para alcanzar el bien supremo, mientras que por muy
libre que se sea, es inalcanzable antes de la muerte.
b) La existencia de Dios.
No es suficiente para alcanzar el bien supremo postular la inmortalidad del alma. ¿Puede el
alma humana alcanzar un bien tan perfecto, cuando ella misma no es perfecta? Sólo la
existencia de un Ser necesario, perfecto, al que llamamos Dios, es garantía que nos asegura
la unión del alma y el Sumo Bien. Como en los postulados anteriores la realización de la
ley moral exige la postulación del Ser necesario. Distinguimos este último postulado del
anterior como las causas extrínsecas de las intrínsecas. Dios ejerce su causalidad desde
fuera, para que el alma alcance el sumo bien, y la inmortalidad ejerce desde dentro del alma
su causalidad.
1
El conocimiento empirico se da a través de la experiencia, pero esto no es necesario y agrega un
conocimiento en la experiencia
conocemos fenómenos o apariencia de ese mundo a través de: el tiempo y el espacio (estética
trascendental) las 12 categorias de Aristoteles (Analítica tracendental) y Dios,- yo – mundo
(Dialéctica trscendental) que son las facultades para conocer y trabajan sobre lo en si (todo esto se
trata en le critica a la razón pura que se divide en tres partes que son las ya nombradas). Para Kant lo
ke deberiamos hacer es mirar a nosotros mismos, vale decir, a la subjetividad para conocer nuestras
limitaciones.
Sin embargo para pensar tenemos que hacerlo por conexiones causales, esto es, que no tenemos
experiencia del tiempo y el espacio (nunca lo hemos visto, ni tocado, etc), pero no podemos pensar
sin configurar según el tiempo y el espacio ( y las 12 categorias).
Sólo podemos hablar de nuestra configuración (subjetividad trscendental) que a través de las
facultades de conocer configura lo en si indeterminado. No hay forma de escapar de de la subjetividad
y el ser humano sólo es capaz de moverse en ese ámbito.
Kant pretende construir una moral universal que sea totalmente objetiva y aplicable a todos los seres
racionales, basado en un conocimiento seguro que estaría dado por los juicios sintéticos a priori, es
decir, un conocimiento alejado de la experiencia. Lo que pretende en su trabajo es la “busqueda y
establecimiento del principio supremo de la moralidad”
La buena voluntad
Los talentos del espíritu y las propiedades del temperamento son caracteristicas deseadas en
las personas, que la mayoría presupone como buenas, sin embargo, si estas no son guiadas
por una buena voluntad es probable que lleguen a ser nocivas.
Por esto último, la acción moral no puede estar subordinada a un fin u objetivo o en otras palabras, a
una inclinación porque si esto fuera así la idea de buena voluntad sería totalmente relativa.
Un acto moral no es juzgable exteriormente, dado que la apariencia nos puede engañar, sino que solo
interiormente, vale decir, desde la perspectiva del individuo que sabe si actua por el deber o por sus
inclinaciones.
Pero ¿Cuáles son las acciones que pueden tener valor moral sin tomar en cuenta el resultado de éstas?
Sobre esto el autor nos plantea que la voluntad debe actuar “de modo que pueda querer también que
mi máxima se convierta en una ley universal”. De esto podemos concluir que las leyes morales son
válidas para todos lo seres racionales fundados en el principio de universalidad de la moral.
Para que la voluntad actue por el deber tiene que existir un mandato que se exprese como fórmulas
llamadas imperativos, que ordene a seguir una ley objetiva y por esto libre de toda inclinación.
Hay dos tipos de imperativos: hipotèticos y categóricos. Los primeros estan relacionados con las
acciones que son solo el medio para otra cosa que puede ser posibles (en cuyo caso es un principio
problemático-práctico) o real (llamado asertórico-práctico).
Y los imperativos categóricos son aquellos que estan relacionados con la “acción objetivamente
necesaria por sí, sin referencia a cualquier propósito”. No estàn limitados con ninguna condición y
son los únicos que realmente mandan. Solo estos pueden ser llamados como leyes prácticas.
Kant postula al menos tres imperativos categóricos que deben regir a la voluntad:
1. “Obra sólo según la máxima a través de la cual puedas querer al mismo tiempo que se
convierta en una ley universal”.
2. “Obra como si la máxima de tu acción fuese a convertirse en una ley universal de la
naturaleza”.
3. “Obra de tal modo que uses la humanidad tanto en tu persona como en la persona de
cualquier otro siempre a la vez como fin, nunca meramente como medio”
Autonomía de la voluntad
Hasta ahora pareciera que la voluntad está atada a cumplir las leyes, por lo cual, se seguía al deber
porque ésta tenían algún interés ya sea atractivo o coactivo, sin embargo, debido a que la voluntad es
autolegisladora, es decir, es ella quien crea las leyes que después tiene que obedecer.
En contraposición a este principio se encuentra la Heteronomía de la voluntad cuyas leyes provienen
de un del exterior, vale decir, que son otros quienes crean las leyes y la voluntad guiada por los
intereses, tanto por temor a un posible castigo como porque ve en ellas el medio para satisfacer algún
deseo.
Todo ser racional debe llegar a la conclusión del imperativo categórico y, cuando todos actuan según
estos se llega al reino de los fines que sería posible “dado que las leyes determinan los fines según su
validez universal, tenemos que si se abstrae de las diferencias personales de los seres racionales, e
igualmente de todo contenido de sus fines privados, podrá ser pensado un conjunto de todos los fines
(tanto de los seres racionales, como fines en sí, como también de los fines propios que cada cual
pueda ponerse a sí mismo) en conexión sistemática”.
Todo ser racional pertenece al reino de los fines como miembro, ya que esta sometido a estas leyes,
y como cabeza, esto es como parte del proceso legislador.
La moralidad es asi la acción de legislar y de este modo constituye la única razón por la cual un ser
racional puede ser un fin en sí mismo.
Kant muestra una libertad conectada a la moralidad. Para él sólo cuando los seres racionales actuan
respetando la ley moral son libres. Al parecer esta afirmación tendría un contradicción vital ¿Cómo
es posible actuar en libertad si estamos siendo obligados por la ley moral a actuar de una determinada
manera?.
Kant divide al hombre en dos:cuerpo y razón. Como seres que reciben la experiencia están
sometidos a las leyes causales y lo que perciben el mundo no son más que fenómenos, esto es, un
conocimiento por medio de la experiencia. Por esto no es un conocimiento seguro, y en este sentido
no hay libertad. Pero únicamente si se actua cumpliendo con la razón práctica es posible realizar
elecciones morales , lo que implica un concepto de libertad que Kant postuló como una condición
necesaria para el sistema, pero que no puede ser demostrada dado que está fuera del alcance
racional.
(Guia Quintana)
1. Contexto histórico
Durante toda su vida profesor en Könisgberg, en Alemania. No se casó nunca, vida muy
ordenada. Publicó su primera obra, la Crítica de la Razón pura, en 1781, es decir a los 60
años. Se tomó su tiempo el hombre… Kant es pietista: esta es una de las sectas más duras
del protestantismo. El principal planteamiento del protestantismo es que la salvación se
produce únicamente por la fe, no por las obras. Su filosofía es un reflejo de esta moral
protestante, en que lo importante no es lo que se haga, no es el fin, sino el motivo, la
justificación, el móvil que determina la acción.
Su idea es de la misma forma que Copérnico, “efectuar una revolución de la filosofía”: en
lugar de que sea el ser humano(sol) que dé vuelta en torno a las cosas (tierra), que sean las
cosas las que den vuelta alrededor del ser humano. Es intentar avalar al mismo tiempo la
tesis subjetivista de los empiristas como Hume y Berkeley (a saber: no podemos tener un
verdadero conocimiento del mundo fuera de lo que nos indican nuestros sentidos), pero sin
por ello llegar al relativismo epistemológico y moral.
2. Metafísica y epistemología
El mundo real, material existe, el problema es que no podemos conocerlo en sí mismo. Las
cosas en sí mismas se llaman noumenos. Todo lo que vemos no son más que fenómenos.
Tenemos en nuestra razón un cierto patrón, una cierta “matriz”, un cierto filtro a través de
la cuál pasan las sensaciones. Vemos a través de este filtro. Este filtro tiene ciertas
categorías: “las formas a priori de nuestra sensibilidad” . Estas dos formas son el tiempo
y el espacio. No podemos concebir nada fuera del tiempo y el espacio. Y el tiempo y el
espacio no existen en el mundo, en las cosas: son una manera que tenemos de concebirlas.
Esta concepción es la misma en todos los seres racionales.
El conocimiento que obtenemos sobre las cosas no se deriva de nuestras percepciones
sensoriales, sino de la relación que establecemos entre esas percepciones. Esa relación está
dada por la razón pura, que liga las percepciones unas con otras a través de categorías del
entendimiento. Éstas son la relación, el modo, la cantidad y la calidad. (mucho, poco, todo,
nada, causa, efecto…). El entendimiento es una parcela de la razón: es su capacidad de
reducir a reglas las representaciones sensibles. (p. 530 FMC)
Para Kant existen dos “mundos” en los cuales se puede adquirir conocimiento, el mundo
inteligible y el mundo sensible.
En el mundo sensible, concebimos las cosas a través de la experiencia, de nuestros
sentidos. Como Hume, Kant está de acuerdo con la idea de que los sentidos solo dan
conocimiento “posible”, pero no dan certeza alguna sobre lo que pueda ocurrir: no existen
leyes absolutas, inmutables, que se puedan derivar de la experiencia: “el deber ser no puede
derivarse del ser”.
Esto no quiere decir que no existan leyes, sino simplemente que no se pueden derivar de la
experiencia. Por ende, se pueden derivar de la razón pura.
La razón pura no otorga conocimiento alguno por sí sola: solo en contacto con la
experiencia, la razón puede otorgarnos conocimiento. La razón pura no es el conocimiento
mismo, sino la posibilidad de todo conocimiento. El conocimiento del funcionamiento
mismo de esta razón pura se llama lógica.
Es solo del mundo inteligible, del mundo “a priori”, de la razón, que es inmutable, que
podemos extraer ciertas leyes que pueden regir en el mundo sensible.
¿Por qué las teorías del geómetra se cumplen en la realidad?
Por que el geómetra describe nuestra pura concepción del espacio. Nosotros no podemos
ver la materia sino a través de esta concepción que el geómetra describió. Por ende, lo que
dice el geómetra se realiza en la realidad: no podemos ver las cosas sino como las podemos
ver.
Las leyes del mundo inteligible pueden ser leyes naturales, la física, y las leyes de la
libertad, la ética, que son las leyes de cómo debemos actuar.
Kant desprestigia la metafísica como se ha hecho hasta ahora, a caído ya sea en el
dogmatismo ya sea en el escepticismo.
Pero puede existir un concepto de metafísica que sea realmente cognoscitivo :
Es aquella que ve las posibilidades del conocimiento de la razón pura (específicamente el
conocimiento teórico, no el empírico)
O es la descripción misma del sistema de la razón pura, en sus formas especulativas y
prácticas.
La Crítica de la Razón Pura (CRP) es la condición de posibilidad de toda metafísica. La
metafísica no depende ni de una experiencia externa ni de una interna (Hume,
psicologismo) , está + allá de toda experiencia, a priori.
La posibilidad de existencia de la metafísica recae en la posibilidad de existencia de los
juicios sintéticos a priori.
Juicios:
- Analíticos: el predicado no dice nada nuevo sobre el sujeto, está
implícito en él.
- Sintéticos: el predicado dice algo + sobre el sujeto.
3. Ética
La Fundamentación se divide en tres capítulos: Del conocimiento vulgar al filosófico, de
la filosofía moral popular a la metafísica de las costumbres, de la Metafísica a la Crítica de
la razón pura práctica.
Los tres capítulos “dicen lo mismo”, pero cada vez se va justificando, con argumentos
mejor fundados, la validez del mismo precepto: la moralidad es tal solo si el motivo de mi
acción es el de actuar por deber, y no atendiendo a las consecuencias de mi acción.
La filosofía popular:
El presupuesto de la ética kantiana es que “no es posible pensar nada que pueda
considerarse como bueno a no ser tan solo una buena voluntad”. Es decir, lo que da valor
a las cosas no es el fin, el resultado, el propósito sino lo que motiva el resultado, es decir, el
principio del querer. Y si lo que motiva el resultado no es la razón, entonces no puede ser
bueno.
Por ello, que el hombre sea racional no significa que su fin sea ser feliz, sino que su fin es
actuar según la razón, independiente de si se va a ser feliz o no.
Una voluntad es buena porque al actuar, no actúa tan solo “conforme al deber”, según el
deber”, sino “por deber”. Por que si solo actuamos “según el deber” podemos estar
actuando por inclinación, y muchas veces nuestra inclinación es contraria al deber. Por
ello, si nos contentamos a actuar solo conforme al deber, corremos el riesgo de dejar de
actuar moralmente.
¿Qué es actuar por deber?
Dos requisitos:
- objetivo: actuar según una ley que es buena.
- Subjetivo: actuar por respeto a la ley, por representación de la ley.
La única ley que puede ser universalmente, objetivamente buena, es la legalidad en sí
misma “Debo actuar de modo que pueda querer que mi máxima deba convertirse en ley
universal”.
¿Por qué no podemos atenernos a la conclusión que nos entrega el conocimiento popular?
Por que la filosofía popular, si bien entiende este precepto, no lo conceptualiza
abstractamente, y por ende corremos el riesgo que, al no saber cuál es el fundamento último
de la moralidad, se desvíe nuestro concepto de moralidad.
Ya vimos que la metafísica, para ser posible, debía basarse únicamente en la descripción de
la razón pura, en su forma especulativa o en su forma práctica.
Metafísica de las costumbres: La posibilidad de descubrir preceptos de la moral que sean
universalmente valederos no pueden basarse en la experiencia, por lo que serían variables,
sino en la razón, a priori.
No importa que hasta hoy nunca se haya realizado una acción que sea perfectamente moral:
el pasado no determina el futuro. No quiere decir que la moralidad no sea posible. Si
podemos por fin conocerla mediante la razón, entonces será posible. (“querer es poder”,
voluntarismo extremo…).
La existencia de una moral debe ser válida para todos “los seres racionales” (i.e. hay seres
racionales que no son hombres (Dios), y hay hombres que no son seres racionales (niños,
locos)).
Las críticas que hace Kant a las teorías anteriores sobre la moralidad:
- aquellas que se basan en la felicidad (Aristóteles): la felicidad es un
concepto indeterminado, es un fin último pero que no podemos
definir, por ende no puede guiar nuestra acción de forma segura, no
estamos ni siquiera seguros de conseguirla.
- aquellas que se basan en la naturaleza humana (Hume): la
naturaleza humana tiende a las inclinaciones, y no al deber. Si
actuamos según nuestros instintos, nuestros sentimientos,
probablemente terminaremos exterminándonos los unos a los otros.
Todo en la naturaleza está basado en leyes (notar como siempre trata de asimilar la ciencia
moral a la ciencia natural).
Voluntad = actuar por la representación de leyes = derivar acciones de las leyes se
hace mediante razón = razón práctica. (p. 499).
Pero si la voluntad no está sometida solo a las leyes objetivas sino a otro tipo de
determinaciones, entonces, para ajustarse a estas leyes, la voluntad debe ser constreñida.
→ una voluntad divina, naturalmente buena, no debe ser constreñida.
La expresión del deber son los imperativos.
- Hipotéticos: medio para conseguir otra cosa. (asertórico)
o de la habilidad: fin intermedio. reglas
o de la sagacidad: sagacidad. Fin último. Consejos
→ ambos son analíticos.
- Categóricos ( de la moralidad): valora la acción por si misma
(apodíctico: necesario) mandatos. → son sintéticos a priori.
El imperativo categórico es uno solo, pero puede expresarse de varias maneras. La primera
de estas maneras (I.Cnº1) se expresa bajo la forma de la universalidad de la legalidad. →
“Debo actuar de modo que pueda querer que mi máxima deba convertirse en ley
universal”. →→ es el primer enunciado del IC, el enunciado FORMAL, teórico, objetivo.
Ejemplos de deberes que pueden tornarse en ley universal: conservar la propia vida,
cumplir lo prometido, deber de desarrollar sus propias facultades (educarse, trabajar
→→ética protestante, Weber…), benevolencia, beneficencia.
El I.C.nº2, o sustancial, o de contenido,o práctico, o subjetivo: el I.C. solo puede tener por
fundamento algo que sea un fin en sí mismo. La única cosa que son fines en sí mismos son
los seres racionales. “obra de tal modo que uses la humanidad tanto en tu persona como
en la persona de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca
solamente como un medio” ¿Qué quiere decir Kant con “al mismo tiempo”? Si voy a la
panadería, la panadera no es para mí más que el medio para comprar pan. Pero no por eso
dejo de considerar que es una persona, la saludo, me despido. No le doy latigazos para que
me traiga + rápido el pan…
La Autonomía de la Voluntad.
¿Cómo se deduce del IC nº1 y del IC nº2, el IC nº3, es decir: “la voluntad de todo ser
racional es una voluntad universalmente legisladora” ?
Premisa 1. IC nº1: ley universal. Las leyes que son universales son leyes que se
deducen únicamente de la razón.
Premisa 2. IC nº2: ser racional es un fin en sí mismo PORQUE es racional, es decir,
porque tiene la capacidad, mediante su voluntad, de sujetarse a las leyes.
→ Conclusión: IC nº3: como la razón es una sola, y es el atributo de todos los seres
racionales, que estos tienen una voluntad que les permite obedecer a leyes, entonces su
voluntad es AUTÓNOMA, se da sus propias normas, que son las normas universales y
racionales.
La voluntad es libre solo si es autónoma, es decir si puede darse su propia ley. Por eso
puede decirse que las leyes de la moralidad = leyes de la libertad.
La libertad no es algo que se pueda determinar por la experiencia: debe ser algo necesario,
y por ende derivarse de la razón.
No importa que lo seres humanos no sean efectivamente libres en el mundo sensible: basta
con que “tengan la idea de su propia libertad”. La libertad no puede conocerse, solo puede
suponerse.
La libertad puede suponerse porque al ser seres racionales pertenecemos al mismo tiempo
al mundo sensible y al mundo inteligible. En el mundo sensible estamos bajo la
determinación de las leyes naturales, de nuestros instintos, y de nuestras propias categorías.
En el mundo inteligible, esas determinaciones ya no existen: somos libres. Por ende, somos
autónomos.
Por eso es posible el imperativo categórico: por que estamos sometidos a las leyes de la
libertad del mundo inteligible, a estas leyes racionales y universales. Estas leyes son
proposiciones sintéticas a priori, nos entregan conocimiento a través de la razón pura
práctica. Y como el mundo inteligible determina al mundo sensible (las categorías…)
entonces es posible aplicar las leyes del mundo inteligible al mundo sensible.
Y es necesario porque al estar también sometido al mundo sensible podemos no actuar
según estas leyes, podemos actuar por inclinación: debemos, y podemos, constreñirnos.
Esta libertad no es más que una “idea” de la razón, como el mundo también lo es. Pero es la
única forma que tenemos de pensarnos como seres inteligentes y de “conocernos a nosotros
mismos” no solo como fenómeno sino como ser puramente racional. El mundo inteligible
no se conoce, tenemos una “idea” de él.
4. Política
A pesar de ser esta la filosofía de la libertad, termina siendo una justificación del
absolutismo político. Si se considera que todos los seres racionales tenemos acceso a las
leyes, basta con que uno solo las determine para aplicársela a los demás. Muy amigo de
Federico de Prusia, un “déspota ilustrado”.
METAFÍSICA
ÉTICA
Kant sostiene que no es posible pensar en algo bueno sin restricciones, salvo una
buena voluntad. Ella no es buena ni por lo que realiza ni por la búsqueda de un fin, por
loable que éste pudiera ser. Es buena en sí misma. “Considerada por sí misma, es, sin
comparación, muchísimo más valiosa que todo lo que por medio de ella pudiéramos
verificar en provecho” (Kant, Fundamentación). Este concepto de la voluntad buena debe
ser obtenido por medio de la razón y supone buscar una voluntad que sea buena en sí
misma, no como medio ni con finalidades ulteriores. El concepto de una voluntad buena es
posible gracias al concepto del deber. El valor moral estriba en hacer el bien no por
inclinación al deber, sino por deber. Cuando una acción se realiza conforme al deber, pero
por inclinación a éste y no por el deber mismo, según Kant carece de valor moral, es
inmoral. Kant pone como ejemplo un individuo para el cual la vida ha perdido todo
atractivo. Si este individuo conserva su vida por miedo a la muerte o por una inclinación a
cumplir con el deber, la suya no es una decisión moral. Sólo lo sería si conservara su vida
“por el deber.” Kant sostiene “el deber es la necesidad de una acción por respeto a la ley”.
Sólo por la ley puedo tener respeto, nunca por una inclinación, por tanto la moralidad esta
en la acción por respeto a la ley.
Ahora bien, sólo los seres racionales actúan por respeto a la ley (por principios). Tal
actuar de acuerdo con las leyes implica una voluntad y como para que se pueda derivar las
acciones de las leyes se necesita razón, “resulta que la voluntad no es otra cosa que la
razón practica” (Kant). Ahora bien, hay principios que pueden restringir esta voluntad,
estos son mandatos (siempre en el ámbito de la razón) y Kant los llama imperativos. Estos
imperativos se expresan por medio de un “deber ser”. Kant comparte el análisis de Hume
respecto de que el deber ser (proposiciones que expresen obligación) no puede ser deducido
del ser (proposiciones meramente fácticas). Por ello, Kant hace emanar el deber ser (esto
es, el imperativo categórico) de la razón pura práctica. Los imperativos mandan
hipotéticamente o categóricamente. En el primer caso, ellos mandan la acción para lograr
ciertas consecuencias. Tales imperativos son buenos en función del fin, de lo que se busca a
través de ellos. Son buenos sólo en sentido limitado. El imperativo categórico por
contraste manda una acción que es por sí misma necesaria o debida. Sin referencia a ningún
otro fin, ni intención ulterior alguna. El imperativo categórico manda una acción sin que
ésta sea condición de ninguna otra. Al mandar una acción que es buena por sí misma el
imperativo categórico puede ser llamado de la moralidad. Este juicio es a priori, pero aún
no puede ser llamado sintético
PREGUNTAS
Vocabulario
3.1. Proposición sintética: aquella en la que el predicado atribuye al sujeto una
propiedad que no estaba contenida en el concepto del sujeto, ni implícita ni
explícitamente.
3.2. Proposición a priori: aquella en la cual no ha mediado experiencia alguna, su
formulación se efectúa mediante un razonamiento libre de elementos externos a la
propia razón.
3.3. Deber: La necesidad de una acción por respeto a la ley.
3.4. Máxima: Principio subjetivo del querer, contiene la regla práctica que determina la
razón, de conformidad con las condiciones del sujeto.
3.5. Ley práctica: Principio objetivo del querer, aquel que serviría de principio práctico,
aun subjetivamente, a todos los seres racionales, si la razón tuviera pleno dominio
sobre la facultad de desear.
3.6. Constricción: Determinación de la voluntad, en cuanto no es en sí plenamente
conforme con la razón, en conformidad con las leyes objetivas.
3.7. Mandato: Representación de un principio objetivo, en tanto que es constrictivo para
una voluntad.
3.8. Imperativo: Fórmula del mandato constrictivo para la voluntad, se expresa por
medio de un .deber ser., mostrando así la relación de una ley objetiva de la razón a
una voluntad que no es determinada necesariamente por tal ley. Es una fórmula de
determinación de la acción.
3
3.9. Imperativo categórico: Aquel imperativo que representa una acción por sí misma,
sin referencia a ningún otro fin, como objetivamente necesaria.
3.10. Voluntad: Facultad de determinarse uno a sí mismo a obrar conforme a la
representación de ciertas leyes. Sólo se halla en los seres racionales.
3.11. Fin: Lo que sirve a la voluntad de fundamento objetivo de su autodeterminación.
3.12. Medio: Lo que constituye meramente el fundamento de la posibilidad de la acción,
cuyo efecto es el fin.
3.13. Resorte: Fundamento subjetivo del deseo.
3.14. Motivo: Fundamento objetivo del querer.
3.15. Reino: Enlace sistemático de distintos seres racionales por leyes comunes.
I. Introducción.
2
KANT, I. FMC. p. 43.
3
KANT, I. CRP. P. 408 - 409.
En la FMC Kant presenta el imperativo categórico como juicio sintético a priori
práctico moral. Como es propio de su método, partirá de la cuestión de hecho; en este sentido
existen acciones morales y en consecuencia habría juicios morales de valor. Kant tomará el
hecho, lo analizará, extraerá el elemento formal de éste y finalmente se elevará al principio.
La conciencia del principio permite al sujeto tener claridad de sus capacidades y de sus
limitaciones; es así como en moral la conciencia del principio permite establecer hasta dónde
la razón puede operar prácticamente en forma moral y cuáles son sus límites.
En el primer capítulo de la FMC se presentan los elementos de la conciencia moral,
partiendo de lo que encuentra en el hombre común. El primer elemento que expone es el de
buena voluntad. Kant introduce su exposición afirmando que no es posible pensar nada, en
el mundo, ni fuera de él, que pueda ser considerado como bueno sin restricción, a no ser la
buena voluntad. Algunos rasgos de carácter y cualidades pueden ser deseables e incluso
favorecer el trabajo a esa buena voluntad, pero no pueden considerarse como buenas sin
restricción.
A su, vez la buena voluntad no es buena por lo que ella efectúe o realice o por su
aptitud para realizar determinado fin. La buena voluntad es buena sólo por el querer, es decir
en sí misma. Recordaremos que el querer es el acto propio de la voluntad. Para Kant la buena
voluntad es mucho más valiosa que todo aquello que pueda lograrse o pudiéramos realizar
en favor de algunas o muchas inclinaciones.
A continuación Kant plantea el sentido finalista de la razón con relación a la buena
voluntad, y dice que la razón no está destinada para realizar la felicidad del hombre, sino que
para un fin mucho más digno, ante el cual deberán inclinarse los fines particulares del
hombre; en efecto, el filosofo señala que: “la razón nos ha sido conferida como facultad
práctica, es decir, como una facultad que tiene influjo sobre la voluntad; resulta entonces que
el destino verdadero de la razón tiene que ser el de producir una voluntad buena, no en tal o
cual sentido, como medio, sino buena en si misma, cosa para lo cual la razón es
absolutamente necesaria”.4 En otras palabras resulta que para Kant el destino de la razón es
el de producir una buena voluntad; en consecuencia una voluntad determinada
autónomamente por la razón en forma pura y a priori, sería la que se denomina voluntad
moral. Este carácter de autonomía, pureza y a prioridad le confiere el rasgo de universalidad
a la voluntad buena o moral.
Como segundo elemento de la conciencia moral, Kant, presenta el concepto de deber
que contiene el de buena voluntad y lo plantea de la siguiente forma:
Para desarrollar el concepto de buena voluntad, estimada por sí misma y sin ningún propósito exterior
a ella, tal como se encuentra en el sano entendimiento natural, que no necesita ser enseñado; sino mas
bien ilustrado, para desarrollar este concepto que se halla en la cúspide de toda estimación que
4
KANT, I. FMC.p.57
tenemos de nuestras acciones y que es condición de todas las demás, vamos a analizar el concepto de
deber, que contiene el de una voluntad buena, aunque con ciertas restricciones... 5.
Una acción hecha por deber no tiene su valor moral en el propósito que por medio de ella se quiere
alcanzar, sino en la máxima por la cual ha sido resuelta; no depende pues de la realidad del objeto de
la acción, sino meramente del principio del querer según el cual ha sucedido la acción, prescindiendo
de todos los objetos de la facultad de desear” 6. A continuación especifica que: “el valor moral de una
acción residirá entonces en el principio de la voluntad, prescindiendo de los fines que puedan
realizarse por medio de la acción7.
La voluntad es buena entonces no por sus efectos, sino por el querer y el valor moral está en
las máximas que se tornan racionales.
Con relación al querer Kant describe dos principios; uno subjetivo, que son las
máximas, y otro objetivo, que es la ley práctica. Citaremos dos definiciones textuales; la
primera desde la FMC dice:
5
Op. cit. P. 58
6
Op. cit. p. 62
7
Op. cit. p. 63
Máxima es el principio subjetivo del querer, el principio objetivo (esto es el que servirá de principio
práctico, aún subjetivamente a todos los seres racionales si la razón tuviera pleno dominio sobre la
facultad de desear) es la ley práctica 8.
Principios prácticos son proposiciones que encierran una determinación universal de la voluntad, a
cuya determinación se subordinan diversas reglas prácticas. Son subjetivas o máximas cuando la
condición es considerada por el sujeto como valedera sólo para su voluntad; son, en cambio, objetivos
o leyes prácticas cuando la condición es conocida como objetiva, es decir valedera para la voluntad
de todo ser racional9.
La voluntad en el hombre puede estar solicitada por estos dos principios; la acción
moral se produce a través de las máximas por eso residirá en ellas el valor. Sin embargo, para
que las máximas tengan valor moral, la determinación de la voluntad deberá estar dada por
el principio objetivo (la ley moral).
La tercera proposición es una definición del deber y una consecuencia de las dos
proposiciones anteriores y dice así: “El deber es la necesidad de una acción por respeto a la
ley”10. En esta proposición se presenta el tercer elemento de la conciencia moral, el cual es
el respeto, Kant lo define de la siguiente forma:
8
Op. cit. Nota p. 64
9
KANT, I. CRPr. p. 35
10
KANT, I. FMC. p. 63
11
Op. cit. Nota p. 64, 65
provoca un sentimiento puro, el respeto, que es afín con ambos elementos. Se trata de la
sensibilización al deber, el respeto nos permite sentir la ley de nuestra propia autoría.
Con relación a esta tercera proposición, Kant plantea que objeto de respeto, y en
consecuencia un mandato, solamente puede serlo aquello que se relaciona con mi voluntad
solo como fundamento y nunca como efecto, aquello que no está al servicio de mi inclinación,
sino que la domina o al menos la descarta por completo en el computo de la elección, esto es
la ley misma. Una acción realizada por deber, es decir moral, tiene que excluir
completamente el influjo de las inclinaciones, y con este todo objeto de la voluntad. La
voluntad entonces sólo puede determinarse, objetivamente por la ley y subjetivamente por el
puro respeto a esa ley práctica; en consecuencia las máximas deben obedecer a la ley, incluso
con el perjuicio de todas nuestras inclinaciones.
De este modo, Kant, depurando a la voluntad de todo contenido empírico, nos
entronca con la ley moral. El se pregunta: ”¿Cuál puede ser esa ley cuya representación, aun
sin referirnos al efecto que se espera de ella, tiene que determinar la voluntad para que esta
pueda llamarse, sin ninguna restricción, absolutamente buena?”12. De este modo se presenta
la legalidad en general y lo plantea de la siguiente forma: “Yo no debo obrar nunca mas que
de modo que pueda querer que mi máxima se convierta en ley universal” 13.
A este nivel de su exposición Kant cierra el círculo; él partió diciendo que lo único
posible de pensar como bueno sin restricción es la buena voluntad. Analizando los elementos
de la conciencia moral, desde el hombre común, muestra cómo es posible la buena voluntad.
La posibilidad para que la voluntad sea buena es que ella se determine según la ley moral.
Para el hombre dual en el mundo, esto tiene que ocurrir como deber por respeto a la ley. En
otras palabras, cuando la voluntad está determinada en forma pura por algo que no le es
ajeno, que no viene de las inclinaciones, es decir por la razón. El respeto, como sentimiento
puro nos permite sentir la ley en nosotros y la acción moral será por deber en respeto a la ley.
A continuación Kant pasa a explicar cómo ciertas máximas pueden convertirse en
leyes morales. El hombre en el mundo, por su autoría en la ley moral, ha de ser un legislador
universal. Esta legislación se realiza sólo a través de máximas que puedan adquirir carácter
de leyes universales. Estas son las que cumplen con el requisito que impone el imperativo
categórico. Cada vez que queramos comprobar si una acción es moral, habrá que aplicar el
imperativo categórico, y preguntarnos si podemos querer que nuestra máxima se convierta
en ley universal. El científico y técnico contemporáneo es “el hombre en el mundo” en su
“quehacer”; en este sentido, el presente trabajo intentará evidenciar la relación entre la moral
kantiana y el proceder ético a éste nivel. El ámbito de la ciencia es el de la facultad de
conocer; se trata entonces de encontrar el punto de unión entre dos facultades de la razón
humana.
14
Op. cit. p. 129
15
Op. cit. p.92
Una voluntad absolutamente buena es aquella cuya máxima puede contenerse a sí misma siempre
como una ley universal; esta es una proposición sintética, ya que por medio del análisis del concepto
de una voluntad absolutamente buena no es posible hallar esta propiedad en la máxima. Pero tales
proposiciones sintéticas sólo son posibles porque los dos conocimientos están enlazados, uno con el
otro por su vinculación a un tercero en el cual se encuentran mutuamente. El concepto positivo de
libertad crea ese tercer conocimiento16.
e) Discusión.
18
VILLACAÑAS, J.L. RC p. 171
ante la presencia de lo moral. Esto nos permitiría afirmar que a la base de la ciencia, hay
moral
La libertad es una de las ideas trascendentales de la razón especulativa; ella no puede
ser conocida, ya que representa objetos totalitarios, no meramente fenómenos. La
imposibilidad de determinación teórica no significa, sin embargo, negación de su existencia.
Es así como la libertad encontrará su realización en la moral; Kant la define como la absoluta
espontaneidad causal que inicia por sí misma una serie de fenómenos que se desarrollan
según leyes de la naturaleza. Esta definición nos permite evidenciar el punto clave por el cual
se debe llamar a la responsabilidad de nuestro actuar en el tema que nos aboca (ciencia y
tecnología). El hombre tiene voluntad y tiene razón, gracias a ellas es capaz de iniciar una
serie causal que se desarrollará a continuación según causalidad natural, lo cual significa que
se traspasa nuestra capacidad de control sobre lo que ocurre a continuación. Nosotros no
conocemos, en gran medida, lo que ocurrirá una vez que demos inicio al despliegue de
causalidades. Al nivel de la técnica biológica esto resulta de gran importancia.
Históricamente la ciencia se ha dedicado a la búsqueda de la verdad, y en ese sentido
se ha desempeñado con gran “libertad”, sin que se solicite de ella mayor responsabilidad. Sin
embargo, en la actualidad, por el grado de intervención en la naturaleza y el riesgo que
involucran sus acciones, la ciencia y la técnica que se le asocia ya no pueden considerarse
avalóricas. En este sentido existen graves conflictos éticos que atañen a la naturaleza misma
del hombre. La biotecnología, gracias a sus avanzados conocimientos biológicos permite a
éste manipular la vida y convertirse él mismo en el objeto de su técnica; es así como la
manipulación genética podría llevar por ejemplo a la “fabricación” de hombres,
produciéndose una situación de inferioridad de condiciones del fabricado frente a “su”
fabricante. Pero no solo la acción directa sobre el hombre implica riesgos, la intervención
biotecnológica a distintos niveles de la naturaleza puede desencadenar procesos
insospechables. El ingeniero biológico interviene en un proceso que desconoce en gran
medida y que puede significar un desastre para la vida del hombre mismo. Pensemos, por
ejemplo, que la manipulación microbiana nos puede enfrentar a enfermedades infecciosas
sumamente virulentas que podrían devastar a la humanidad. Sin ir mas lejos el mismo uso de
antibióticos cada vez más potentes, lleva aparejado la promoción de cepas bacterianas cada
vez más resistentes, lo cual es un hecho de la vida diaria.
Por otro lado la ciencia y la tecnología han adquirido gran prestigio y se han
transformado en una especie de ideal a seguir y en vez de ser un medio al servicio del hombre,
se transforman en fin.
En nuestra investigación, hemos querido partir con el análisis que hace Kant desde el
hombre común en “la cuestión de hecho” ya que en ciencia nos encontramos justamente en
ese momento de la reflexión y el mismo método podría ser aplicado a este sistema. El
científico investiga pensando en una terapia, en mejorar la calidad de vida del hombre o
simplemente por curiosidad científica. Habrían en él, tal vez, acciones morales, pero que
ejecuta sin mayor conciencia. El recorrido que hace Kant en el primer capítulo de la FMC
sería aplicable al investigador cuyas acciones deberían plantearse dentro de un contexto de
buena voluntad. Se requiere en ese sentido ilustrar al científico en la conciencia de su poder.
Se trataría de conjugar esa “cierta libertad” que hay a nivel del conocimiento teórico con una
libertad en sentido propio.
Sin duda los temas bioéticos contemporáneos son de manejo difícil y requieren de la
intervención de otros ámbitos de la ética, así como de la filosofía política, del derecho y de
otras tantas más; sin embargo, el estudio del pensamiento kantiano puede ser una buena
primera aproximación al problema. El imperativo categórico, al mandar universalizar las
máximas, facilita la elaboración de normas de validez universal y a su vez le permite al
individuo “testear” valorativamente su actuar.
La tercera formulación del imperativo categórico es un principio de humanidad, y
manda considerar a la naturaleza humana como un fin en sí, no sólo como un medio. Este
principio es absolutamente vigente con relación a la capacidad actual del hombre de
manipular su propia humanidad. El proyecto kantiano considera la realización del hombre
pleno, lo cual involucra a este en su pasado, presente y futuro. Desde este punto de vista su
ética no sería sólo inmediatista: hay un sentido de responsabilidad hacia las generaciones
futuras, de hecho se supone que estamos siendo el sustento de ellas. El planteamiento del
hombre como fin en sí y el de persona humana llevan implícito el de responsabilidad y sería
aplicable a las circunstancias actuales y futuras. A modo de ejemplo plantearemos el
siguiente problema: al intervenir el hombre en su propia humanidad existe siempre un riesgo
de fallas y errores, ¿qué se hará con aquellos que no superen “el control de calidad”, son ellos
también humanos? Pensamos que sí. El imperativo categórico que manda tratar a la
humanidad como fin en sí y no sólo como un medio para investigar un tema, crear una técnica
o para el propio prestigio del investigador, nos protege frente a esta situación.
Desde el punto de vista metafísico pensamos que la libertad puede ser el tema clave
que permita establecer el puente hacia una ciencia moral o por lo menos más cuidadosa.
Probablemente la voluntad que actualmente está moviendo parte de la ciencia no esté siendo
determinada por la razón moral, y que el libre arbitrio esté, por así decirlo, “haciendo de las
suyas”, invadiendo este campo. Se requiere en este sentido que la razón ponga orden a la
libertad presente en la ciencia y que a este nivel se realice libertad en sentido propio desde el
punto de vista kantiano.
f) Conclusiones.
- Kant nos propone una moral autónoma, fundamentada racionalmente; es en ella donde
estarían los principios universales de la teoría de las Costumbres .
- El paso hacia la moral Kant lo hace desde la teoría especulativa, a través de las ideas
trascendentales, dándole una base lógica a la moral.
- En el capítulo N°1 de la FMC se presentan los elementos de la conciencia moral, desde lo
que se encuentra en el hombre común. Estos elementos son: buena voluntad, deber, respeto
y ley moral.
- La determinación racional de la voluntad es el problema central de la moral kantiana y su
consecuencia, la buena voluntad, es un fin en sí misma.
- La representación general de la ley moral es el imperativo categórico, que manda
universalizar las máximas.
- Para el hombre, como ciudadano de dos mundos, su actuar moral es obligado; la ley moral
es una ley del deber.
- El respeto es un sentimiento puro que nos permite sentir la ley en nosotros.
- El imperativo categórico como juicio sintético a priori es posible por libertad (libertad
positiva).
- Desde el punto de vista moral kantiano, el hombre se representa la ley como imperativo
categórico, es capaz de sentirla por medio del respeto y la acción moral ocurre por deber, en
respeto a la ley moral, momento en donde se realiza el noumeno libertad.
- Los alcances de la acción de la biotecnología nos presentan nuevos desafíos éticos. La
ciencia y la técnica contemporáneas no podrían considerarse como valóricamente neutras.
- Se requieren normas de validez universal que regulen el ámbito científico-técnico.
- La proposición moral de Kant nos ofrece herramientas que pueden contribuir en la
elaboración de fundamentos éticos de validez universal.
- El presente trabajo es sólo una introducción a la actualización de la filosofía kantiana en el
campo de la bioética; siguientes etapas de esta investigación podrían estar orientadas al
análisis de la segunda y tercera formulación del imperativo categórico y a su aplicación
dentro de este ámbito.
I.1. La posibilidad de la metafísica como ciencia. las condiciones del conocimiento científico
La metafísica en la que Kant se formó (la metafísica racionalista wolffiana) tomaba la matemática
como ideal de ciencia y consideraba que la filosofía debía ser una actividad deductiva, basada en la
pura razón. Kant defendió en un primer momento este tipo de filosofía pero pronto quiso encontrar
una nueva fundamentación a la metafísica: se ha pretendido, dogmáticamente (mediante el uso de la
pura razón) elaborar sistemas filosóficos pero todos han fracasado pues no han conseguido ni progreso
ni acuerdo entre los investigadores, fracaso que parecía conducir al escepticismo. Kant creyó
necesario para la filosofía y para los intereses y fines últimos del hombre una Crítica de la propia
Razón sobre sí misma, sobre su alcance y sus límites, una "crítica del órgano" del conocimiento. Urge
plantearse pues el problema de si es posible la Metafísica como ciencia. La tarea crítica consistirá en
aclarar los principios y limites de la Razón. Kant creyó que los errores provenían de una
"extralimitación" de la Razón: no respetar sus propios límites y pretender alcanzar un conocimiento
más allá de toda experiencia (uso dogmático de la razón que da lugar a la filosofía dogmática). Por
contra, de la fijación de límites que la Crítica establezca, Kant espera obtener dos ventajas: evitar
nuevos fracasos mostrando la incapacidad humana para alcanzar un conocimiento metafísico por la
pura razón, y poner a buen recaudo el ámbito de lo inteligible, arruinar las pretensiones del ateísmo,
el materialismo y el determinismo (este uso de la razón es un uso crítico y trae consigo una filosofía
crítica).
El problema fundamental a resolver es el de si es posible la Metafísica como ciencia y para
ello debemos investigar antes cómo es posible la ciencia, averiguar las condiciones que la hacen
posible, para ver si la Metafísica se ajusta o no a ellas. En esta tarea necesitamos distinguir dos tipos
de condiciones: las empíricas, que son particulares y contingentes, y las condiciones a priori o
universales y necesarias, también llamadas transcendentales (no confundir con “trascendente”= lo
que está más allá de la experiencia). Las condiciones a priori son anteriores a la experiencia en el
sentido de que son su condición de posibilidad. No interesan las condiciones empíricas pues se
requiere una Crítica de la Razón Pura llevada a cabo mediante una indagación trascendental de sus
condiciones necesarias y universales.
II.2. Los preceptos de toda ética material son hipotéticos, empíricos, condicionales
Esto quiere decir que no valen absolutamente, sino sólo de un modo condicional, como medios
para conseguir un fin; si no se quiere dicho fin, entonces el mandato no es tal para el que no lo quiere.
Kant creerá que los imperativos hipotéticos nunca pueden ser expresión de una experiencia moral
porque la experiencia moral es sometimiento a un precepto universal y necesario, pero los imperativos
hipotéticos no pueden ser universales y necesarios: los de la habilidad porque describen una acción
como buena para la realización de un fin meramente posible; pero tampoco los de la prudencia pues
lo que sea la felicidad para cada uno depende de su constitución empírica; incluso aún cuando
pudiésemos encontrar algo que diese a todos los hombres la felicidad, el modo de realizar ese algo
dependerá de cuestiones empíricas, fácticas: en unas circunstancias necesitaremos ciertos medios y
en otras otros. La experiencia empírica sólo puede fundamentar imperativos particulares y
contingentes (que valen para casos particulares, pero no siempre, y que no son necesarios sino
contingentes), y los preceptos morales deben ser universales y necesarios. Lo empírico no puede dar
universalidad y necesidad, luego no puede fundamentar una prescripción universal y necesaria; las
éticas materiales, al extraer su contenido de la experiencia, fundamentan sólo determinaciones
empíricas, a posteriori, y no pueden expresar el factum de la moralidad.
En sentido estricto los postulados de la razón práctica no se pueden demostrar pues no cabe
ciencia de lo metafísico; pero aunque los argumentos anteriores no son demostraciones objetivamente
válidas, tienen una validez subjetiva ya que los postulados sirven para que tenga sentido la experiencia
moral. Los objetos a los que se refieren no dan lugar a conocimiento sino a fe racional: fe porque de
ellos sólo cabe un convencimiento subjetivo, pero racional porque no vienen dados por urgencias de
la revelación sino de la propia razón.
2. Metafísica y epistemología
El mundo real, material existe, el problema es que no podemos conocerlo en sí mismo. Las
cosas en sí mismas se llaman noumenos. Todo lo que vemos no son más que fenómenos. Tenemos
en nuestra razón un cierto patrón, una cierta “matriz”, un cierto filtro a través de la cuál pasan las
sensaciones. Vemos a través de este filtro. Este filtro tiene ciertas categorías: “las formas a priori
de nuestra sensibilidad” . Estas dos formas son el tiempo y el espacio. No podemos concebir nada
fuera del tiempo y el espacio. Y el tiempo y el espacio no existen en el mundo, en las cosas: son una
manera que tenemos de concebirlas. Esta concepción es la misma en todos los seres racionales.
El conocimiento que obtenemos sobre las cosas no se deriva de nuestras percepciones
sensoriales, sino de la relación que establecemos entre esas percepciones. Esa relación está dada por
la razón pura, que liga las percepciones unas con otras a través de categorías del entendimiento.
Éstas son la relación, el modo, la cantidad y la calidad. (mucho, poco, todo, nada, causa, efecto…).
El entendimiento es una parcela de la razón: es su capacidad de reducir a reglas las representaciones
sensibles. (p. 530 FMC)
Para Kant existen dos “mundos” en los cuales se puede adquirir conocimiento, el mundo
inteligible y el mundo sensible.
En el mundo sensible, concebimos las cosas a través de la experiencia, de nuestros
sentidos. Como Hume, Kant está de acuerdo con la idea de que los sentidos solo dan conocimiento
“posible”, pero no dan certeza alguna sobre lo que pueda ocurrir: no existen leyes absolutas,
inmutables, que se puedan derivar de la experiencia: “el deber ser no puede derivarse del ser”.
Esto no quiere decir que no existan leyes, sino simplemente que no se pueden derivar de la
experiencia. Por ende, se pueden derivar de la razón pura.
La razón pura no otorga conocimiento alguno por sí sola: solo en contacto con la
experiencia, la razón puede otorgarnos conocimiento. La razón pura no es el conocimiento mismo,
sino la posibilidad de todo conocimiento. El conocimiento del funcionamiento mismo de esta
razón pura se llama lógica.
Es solo del mundo inteligible, del mundo “a priori”, de la razón, que es inmutable, que
podemos extraer ciertas leyes que pueden regir en el mundo sensible.
¿Por qué las teorías del geómetra se cumplen en la realidad?
Porque el geómetra describe nuestra pura concepción del espacio. Nosotros no podemos ver la
materia sino a través de esta concepción que el geómetra describió. Por ende, lo que dice el
geómetra se realiza en la realidad: no podemos ver las cosas sino como las podemos ver.
Las leyes del mundo inteligible pueden ser leyes naturales, la física, y las leyes de la
libertad, la ética, que son las leyes de cómo debemos actuar.
Kant desprestigia la metafísica como se ha hecho hasta ahora, a caído ya sea en el
dogmatismo ya sea en el escepticismo.
Pero puede existir un concepto de metafísica que sea realmente cognoscitivo :
Es aquella que ve las posibilidades del conocimiento de la razón pura (específicamente el
conocimiento teórico, no el empírico)
O es la descripción misma del sistema de la razón pura, en sus formas especulativas y prácticas.
La Crítica de la Razón Pura (CRP) es la condición de posibilidad de toda metafísica. La
metafísica no depende ni de una experiencia externa ni de una interna (Hume, psicologismo) , está
+ allá de toda experiencia, a priori.
La posibilidad de existencia de la metafísica recae en la posibilidad de existencia de los
juicios sintéticos a priori.
Juicios:
- Analíticos: el predicado no dice nada nuevo sobre el sujeto, está
implícito en él.
- Sintéticos: el predicado dice algo + sobre el sujeto.
3. Ética
¿Por qué no podemos atenernos a la conclusión que nos entrega el conocimiento popular? Porque la
filosofía popular, si bien entiende este precepto, no lo conceptualiza abstractamente, y por ende
corremos el riesgo que, al no saber cuál es el fundamento último de la moralidad, se desvíe nuestro
concepto de moralidad.
La metafísica de las costumbres:
Ya vimos que la metafísica, para ser posible, debía basarse únicamente en la descripción de
la razón pura, en su forma especulativa o en su forma práctica.
Metafísica de las costumbres: La posibilidad de descubrir preceptos de la moral que sean
universalmente valederos no pueden basarse en la experiencia, por lo que serían variables, sino en
la razón, a priori.
No importa que hasta hoy nunca se haya realizado una acción que sea perfectamente moral:
el pasado no determina el futuro. No quiere decir que la moralidad no sea posible. Si podemos por
fin conocerla mediante la razón, entonces será posible. (“querer es poder”, voluntarismo
extremo…).
La existencia de una moral debe ser válida para todos “los seres racionales” (i.e. hay seres
racionales que no son hombres (Dios), y hay hombres que no son seres racionales (niños, locos)).
Las críticas que hace Kant a las teorías anteriores sobre la moralidad:
- aquellas que se basan en la felicidad (Aristóteles): la felicidad es un
concepto indeterminado, es un fin último pero que no podemos definir,
por ende no puede guiar nuestra acción de forma segura, no estamos ni
siquiera seguros de conseguirla.
- aquellas que se basan en la naturaleza humana (Hume): la naturaleza
humana tiende a las inclinaciones, y no al deber. Si actuamos según
nuestros instintos, nuestros sentimientos, probablemente terminaremos
exterminándonos los unos a los otros.
El imperativo categórico es uno solo, pero puede expresarse de varias maneras. La primera de estas
maneras (I.Cnº1) se expresa bajo la forma de la universalidad de la legalidad. → “Debo actuar de
modo que pueda querer que mi máxima deba convertirse en ley universal”. →→ es el primer
enunciado del IC, el enunciado FORMAL, teórico, objetivo.
Ejemplos de deberes que pueden tornarse en ley universal: conservar la propia vida, cumplir lo
prometido, deber de desarrollar sus propias facultades (educarse, trabajar →→ética protestante,
Weber…), benevolencia, beneficencia.
El I.C.nº2, o sustancial, o de contenido, o práctico, o subjetivo: el I.C. solo puede tener por
fundamento algo que sea un fin en sí mismo. La única cosa que son fines en sí mismos son los seres
racionales. “obra de tal modo que uses la humanidad tanto en tu persona como en la persona de
cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca solamente como un medio” ¿Qué
quiere decir Kant con “al mismo tiempo”? Si voy a la panadería, la panadera no es para mí más que
el medio para comprar pan. Pero no por eso dejo de considerar que es una persona, la saludo, me
despido. No le doy latigazos para que me traiga + rápido el pan…
La Autonomía de la Voluntad.
¿Cómo se deduce del IC nº1 y del IC nº2, el IC nº3, es decir: “la voluntad de todo ser racional es
una voluntad universalmente legisladora” ?
Premisa 1. IC nº1: ley universal. Las leyes que son universales son leyes que se deducen
únicamente de la razón.
Premisa 2. IC nº2: ser racional es un fin en sí mismo PORQUE es racional, es decir,
porque tiene la capacidad, mediante su voluntad, de sujetarse a las leyes.
→ Conclusión: IC nº3: como la razón es una sola, y es el atributo de todos los seres
racionales, que estos tienen una voluntad que les permite obedecer a leyes, entonces su voluntad es
AUTÓNOMA, se da sus propias normas, que son las normas universales y racionales.
4. Política
¿Qué es la ilustración: “la salida del hombre de su autoculpable minoría de edad” No estamos en
una época ilustrada sino en una época de Ilustración, en el proceso de salir de la heteronomía. “Es
el siglo de Federico”: pero qué es la ilustración para Federico: “Razonad todo lo que queráis y sobre
lo que queráis, pero obedeced” Hay que limitar al pueblo para que pueda tener las facultades de
moralizarse: orden, educación, tranquilidad. Cuando se hayan moralizado, que puedan tener la
libertad de actuar.
A pesar de ser esta la filosofía de la libertad, termina siendo una justificación del absolutismo
político. Si se considera que todos los seres racionales tenemos acceso a las leyes, basta con que
uno solo las determine para aplicársela a los demás. Muy amigo de Federico de Prusia, un “déspota
ilustrado”.