"Siete Principios de Buenas Prácticas en La Educación".

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UNIVERSIDAD ESPECIALIZADA DE LAS AMÉRICAS

Decanato de Postgrado en Docencia Superior


(Modalidad Virtual)

“Siete Principios de Buenas Prácticas en la Educación”

ENSAYO CRÍTICO

Realizado por:

Raymundo Garcés

8-529-1022

2019
I. INTRODUCCIÓN

Las buenas prácticas profesionales constituyen un ámbito de interés general en la


enseñanza actual y está relacionado con otros temas como la calidad de la
enseñanza, las competencias del profesorado y la excelencia docente . Los cambios
en los patrones conductuales del docente se pueden dar a partir de modificaciones
superficiales o si este cambio viene acompañado de modificaciones en su
pensamiento y conocimiento pedagógico en que se apoya. El presente ensayo tiene
como propósito promover el, a través de una guía que invite al docente a la reflexión,
de manera que pueda abordar las buenas prácticas docentes a partir de cambios
profundos en su pensamiento y estilo de enseñanza específicamente en la
educación virtual universitaria.

II. ORGANIZACIÓN DEL TEMA

Pero, ¿cómo pueden los estudiantes y profesores mejorar la educación


universitaria? Al ofrecer los siete principios se encuentran basados en la
investigación sobre la buena enseñanza y el aprendizaje en universidades. Aunque
señalo que estos siete principios no son los diez mandamientos reducidos al límite
de atención del S. XX. Están concebidos como directrices para los profesores,
estudiantes y administradores con el apoyo de las agencias estatales para mejorar
la enseñanza y el aprendizaje. Estos principios parecen de sentido común, y lo son
porque muchos profesores y estudiantes los han experimentado y porque la
investigación los apoya. Se basan en 50 años de investigación sobre la práctica
docente y cómo aprenden los alumnos y cómo los estudiantes trabajan y juegan
entre ellos, y cómo los estudiantes y los profesores hablan entre ellos.

Si bien cada práctica puede usarse aisladamente, cuando todos están presentes
sus efectos se multiplican. En conjunto, emplean a seis fuerzas poderosas en la
educación:

 La actividad
 Las expectativas
 La cooperación
 La interacción
 La diversidad
 La responsabilidad.

Las buenas prácticas tienen sentido tanto para profesionales como para los
programas de las artes liberales. Funcionan para diferentes tipos de estudiantes:
blancos, negros, hispanos, así áticos, ricos, pobres, viejos, jóvenes, hombres,
mujeres, bien preparados, mal preparados. Sin embargo, las formas en que las
diferentes instituciones implementan las buenas prácticas dependen mucho de sus
alumnos y sus circunstancias. En lo que sigue, se describen varios enfoques
diferentes para las buenas prácticas que se han utilizado en diferentes entornos en
los ´últimos años. Además, las implicaciones de estos principios para la manera en
que los Estados financian y gobiernan la educación superior y la forma en que las
instituciones se gestionan se discuten brevemente al final.

III. ANÁLISIS ARGUMENTATIVO

Nos centramos en el como del profesor, no en el que, de la materia, de buenas


prácticas en la educación de grado. Reconocemos que el contenido y la pedagogía
interactúan de formas complejas. También somos conscientes de que hay mucho
fermento saludable dentro y entre las disciplinas. Lo que se enseno, después de
todo, es al menos tan importante como el cómo se enseña. En contraste con la larga
historia de investigación en la enseñanza y el aprendizaje, hay poca investigación
sobre el plan de estudios de la universidad. No podemos, por tanto, formular
recomendaciones razonables sobre el contenido de la educación de grado. Ese
trabajo está todavía por hacer. Este mucho que podamos decir: Una educación
universitaria debería preparar a los estudiantes a entender y manejar de forma
inteligente la vida moderna.

Si bien cada práctica puede usarse aisladamente, cuando todos están presentes
sus efectos se multiplican. Funcionan para diferentes tipos de estudiantes: blancos,
negros, hispanos, asiáticos, ricos, pobres, viejos, jóvenes, hombres, mujeres, bien
preparados, mal preparados. Sin embargo, las formas en que las diferentes
instituciones implementan las buenas prácticas dependen mucho de sus alumnos y
sus circunstancias. Lo que se enseña, después de todo, es al menos tan importante
como el cómo se enseña. En contraste con la larga historia de investigación en la
enseñanza y el aprendizaje, hay poca investigación sobre el plan de estudios de la
universidad. No podemos, por tanto, formular recomendaciones razonables sobre
el contenido de la educación de grado.

IV. CONCLUSIONES

Podemos concluir, que las universidades deben revisar constantemente sus


procesos para el diseño e implementación de cursos innovadores y así medir la
calidad de su oferta, donde las universidades deben mantener un proceso
permanente de autoevaluación e involucrar de manera directa a docentes y
alumnos, utilizando las buenas prácticas docentes en la educación ya que son
necesarias para fortalecer la credibilidad de la referida modalidad en un mercado
global universitario cada vez más exigente.

Reconocemos que el docente universitario juega un papel relevante en mejorar la


calidad de la educación, pero debe adoptar las buenas prácticas a partir de un
cambio de actitud profundo, genuino y permanente a partir de un proceso de
introspección que le permita visualizar estos cambios de manera holística en el
tiempo.

V. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 ARBESÚ, I. y FIGUEROA, A. (2001). La evaluación docente como un


proceso de diálogo, comprensión y mejora de la práctica. En M. Rueda,
F. Díaz–Barriga y M. Díaz Pontones (Eds.), Evaluar para comprender y
mejorar la docencia en educación superior (pp. 161–174). México:
CESU–UAM
 ARDOINO, J. (2005). Complejidad y formación: Pensar la educación
desde una mirada epistemológica. Buenos Aires: Centro de publicaciones
educativas y material didáctico.
 GARCÍA–CABRERO, B. (2002). El análisis de la práctica educativa en el
bachillerato: Una propuesta metodológica. Tesis de doctorado no
publicada, Facultad de Psicología, Universidad Nacional Autónoma de
México, D. F., México.

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