Resumen Preferencias Sexuales

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 4

PREFERENCIAS SEXUALES Equipo No.

Orientación sexual Se llama orientación sexual a la atracción, tanto de tipo físico como afectivo, hacia
personas del sexo opuesto (heterosexualidad), del mismo sexo (homosexualidad), o de ambos (bisexualidad).
La orientación sexual tiene que ver con quiénes te atraen y con quiénes quieres tener una relación romántica,
emocional y sexual. Es diferente de la identidad de género. La identidad de género no se relaciona con quién
te atrae, sino con quién ERES: hombre, mujer, Inter género, etcétera.
Relaciones heterosexuales: La heterosexualidad La conducta heterosexual está en relación con: el
matrimonio, el coito, el sexo extramatrimonial, las técnicas de tocamiento y estimulación corporal y genital.
- Estimulación heterosexual: La estimulación, el juego amatorio antes del coito, constituye lo más satisfactorio
cuando se emplean manos y dedos de modo libre. Las personas que disfrutan libremente el manoseo o la
estimulación erótica prolongada antes del acto sexual están más capacitadas para responder libre y
placenteramente al coito.
- “Foco de sensualidad”: Significa que la pareja debe aprender a pensar y sentir de modo sensual, con ello se
enseña a cada cónyuge como usar, con un grado variable de delicadeza, sus manos y dedos para tocar,
acariciar, masajear, manosear todas las partes del cuerpo de su compañero.
Homosexualidad Los individuos homosexuales se considera que solo se sienten ateridos hacia personas de
su mismo género, que no son capaces de reconocer subjetivamente la belleza en sujetos de la otra condición
genética y que, por ende, niegan toda atracción hacia personas de su mismo género. Las relaciones entre
personas del mismo sexo se remontan a la Antigua Grecia. En esta época, no era raro que los hombres
mantuviesen relaciones sexuales con aquellos de su mismo sexo. Estas relaciones no estaban mal vistas, ya
que para los griegos no importaba el sexo de la pareja, sino su estatus social. Con la aparición del cristianismo
durante los primeros siglos después de Cristo, las relaciones sexuales mantenidas fuera del matrimonio
comenzaron a condenarse, lo que hizo que las prácticas homosexuales provocaran un mayor rechazo por parte
de la sociedad.
Durante los siglos posteriores las penas por actos homosexuales tenían grandes castigos, aunque surgían
grupos y sub-culturas que lo aceptan pese a la persecución. En los siglos XVIII y XIX la atención sobre estos
grupos fue disminuyendo, y algunos teóricos empezaron a tratar de buscar una relación entre la
homosexualidad y la medicina y la psicología. La reducción de penas por homosexualidad surgió con la idea
de que si la homosexualidad no era algo que la persona escogía de forma voluntaria, no tenía sentido
convertirla en un crimen. Esto provocó, también, que empezaran a surgir diversos tratamientos para tratar de
erradicar la homosexualidad de las personas.
Ya en el siglo XX la homosexualidad comenzó a separarse del concepto de “trastorno mental” para convertirse
en una orientación sexual más. Las prácticas homosexuales son las mismas que las de las parejas
heterosexuales, excepto por el coito peneano vaginal. Besos y estimulaciones, e incluyen el contacto oral con
los órganos sexuales pélvicos, la estimulación genital mutua, coito anal y el interfemoral. Las clases de
expresión sexual más importantes y valoradas por las lesbianas son el abrazarse y el contacto corporal total.
Posibles causas Teoría herediaria. Los teóricos nativistas argumentan que la homosexualidad es innata. Ellos
señalan que la mayoría de los individuos homosexuales crecen en una cultura que fomenta la heterosexualidad,
y que suele desdeñar a quienes tienen preferencia por individuos de su mismo sexo. Inclusive Freud
consideraba que la homosexualidad tenía una causa genética, y que las experiencias del individuo al respecto
y en edades cortas reforzaban o extinguían esta tendencia. Existen evidencias que permiten cuestionar
seriamente la idea de que existen componentes genéticos que determinan comportamientos humanos tales
como la homosexualidad.
Teoría ambiental. El individuo puede buscar expresiones homosexuales, por ejemplo, como resultado de un
incidente sexual causal pero placentero con sujetos de su mismo género, al experimentar durante la infancia o
en virtud de haber convivido con otros individuos de su mismo sexo durante lapsos prolongados. La
explicación más viable para todo esto seguramente se encontrará en el ambiente del hogar. Indicadores en
la infancia según el estudio de Whitam en 1977: Interés en jugar con muñecas; Uso de vestimenta propia del
otro sexo; Preferencia en juegos por la compañía de las niñas en lugar de las de los niños; Preferencia por la
compañía de ancianas más que por la de varones ancianos; Etiqueta de femenino entre otros niños; Manifestar
interés en otros niños y no en las niñas en el juego sexual.
La interacción más común entre padre e hijo que no obstante pueda culminar en que el segundo se vuelva en
un homosexual, es aquella en la cual el progenitor es duro, es excesivamente agresivo con el menor, e intenta
enseñarle a su hijo a ‘ser todo un hombre’ a consecuencia de esto el individuo puede no identificarse con el
padre y por tanto no asume el papel masculino e impide el establecimiento de una relación saludable basada
en el amor y la comprensión. En el caso de una mujer: Odio arraigado profundo hacia el padre; Una madre
fría ; Ambiente heterosexual cargado de tabúes, amenazas y temores acerca de los asuntos sexuales.
Desequilibrio hormonal. Masters y Johnson en 1979 realizaron un estudio en donde compararon la cantidad
de testosterona y el número de espermatozoides en un grupo de individuos homosexuales de 18 a 35 años de
edad en donde se encontró que, aquellos que eran predominante o exclusivamente homosexuales, mostraron
una disminución de la concentración de testosterona en el plasma y una alteración en la espermatogénesis y
que las variables endocrinas en los sujetos bisexuales no difieren de las cifras de los heterosexuales.
Mitos de la bisexualidad:
-Las personas bisexuales son promiscuas.
-Los bisexuales están confundidos y por ese motivo eligen una opción de transición hacia otra sexualidad.
-A las personas bisexuales les da igual mantener relaciones con un hombre que con una mujer.
-Las personas bisexuales tienen más enfermedades venéreas.
-En el fondo todos somos bisexuales.
-Las personas bisexuales son infieles a sus parejas.

Bifobia: Rechazo hacia la comunidad bisexual desde cualquier otro colectivo porque no lo aceptan como una
opción sexual.
Negación bisexual: Aquellas personas o colectivos que entienden a los bisexuales como “confusos” respecto
a su sexualidad o que están en transición hacia una sexualidad determinada.
Invisibilidad o exclusión bisexual: Cuando se da esta opción, no se incluye a los bisexuales dentro del
colectivo lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT) por considerarlos como personas que están dentro
de una fase de transición. En estos casos se intenta forzar a las personas a que acepten una sexualidad
monosexual. De esta forma, se les aparta de cualquier cuestión de tolerancia o respeto que repercuta al
colectivo, siendo ignorados.
PREFERENCIAS SEXUALES

Las orientaciones más comunes son la heterosexualidad, la homosexualidad y la bisexualidad, mientras que
hoy en día han surgido otro tipo de orientaciones, las cuales son:

PANSEXUALIDAD
Pansexual es un término que no forma parte del diccionario de la Real Academia Española (RAE). El
concepto, de todas formas, se emplea para calificar a la persona que se siente atraída sexualmente por otros
individuos más allá de su género. Esto quiere decir que un sujeto pansexual puede entablar relaciones
románticas con mujeres, hombres, transexuales, intersexuales (o hermafroditas), etc
El término pansexual se construye del prefijo pa-, que significa "todo", y la palabra "sexualidad". Esto quiere
decir que aquellas personas que se consideran pansexuales pueden sentir una atracción sexual o afectiva sin
distinguir el género de la otra persona
Hay personas que se definen como pansexuales por el simple hecho de que pueden sentirse atraídas a nivel
amoroso por individuos de un tipo o género. Y es que en ese caso lo que valoran es su forma de ser, el carisma
que tengan o la belleza interior que posean.
Podría indicarse, por lo tanto, que los pansexuales pueden mantener vínculos íntimos con cualquier ser
humano, ya que no otorgan relevancia a las condiciones de género y sexo. La pansexualidad, de hecho, se
caracteriza por la minimización de la importancia de la sexualidad y el género, algo que diferencia a los
integrantes de este grupo respecto a los individuos bisexuales (que pueden mantener relaciones con mujeres u
hombres, pero reconociendo la relevancia del género).

POLISEXUALIDAD
Se refiere a un patrón de comportamiento en el que se siente atracción sexual o emocional hacia varios grupos
de personas de determinado sexo biológico o identidad de género, de manera opuesta a la monosexualidad.

ANTROSEXUALIDAD
El término antrosexual se usa solo en el ámbito médico o estrictamente de estudio para identificar la
orientación sexual de aquellos individuos que experimentan su sexualidad sin coincidir como parte de una
categoría o identidad sexual y sin sentir la necesidad de clasificarse en ninguna de ellas, porque no se sienten
representados exclusivamente con ninguna orientación sexual. en concreto si tales personas, no conocen o no
tienen noción de su propia orientación sexual, pueden, por lo tanto, experimentar atracción y establecer
vínculos sexuales con personas de cualquier sexo o género.
Al respecto es importante resaltar que a pesar de la persona no identificarse con ninguna orientación sexual
concreta, y al mismo tiempo sentirse atraído por cualquier sexo o género, sin embargo, nunca se va a auto
definir como antrosexual. Esto implica experimentar dentro del amplio abanico de orientaciones sexuales que
va desde la homosexualidad, la bisexualidad, la pansexualidad y cualquier otra manifestación y a la vez
reconocer que ninguna de esas orientaciones lo define, pero se niega a asumirse como antrosexual.

ASEXUALIDAD
La asexualidad es la falta de atracción sexual hacia otros, o el bajo o nulo interés en el deseo de actividad
sexual. Puede ser considerada como la ausencia de orientación sexual o una de sus variaciones junto con la
heterosexualidad, la homosexualidad y la bisexualidad. También puede usarse como una denominación
general para categorizar un espectro más amplio de varias subidentidades asexuales

La asexualidad es distinta de la abstinencia sexual y el celibato, que son conductuales y generalmente


motivadas por creencias personales o religiosas; mientras que una orientación sexual, a diferencia de la
conducta sexual, es considerada “duradera”. Algunas personas asexuales se involucran en actividades sexuales
a pesar de carecer de una atracción o deseo sexual, debido a una variedad de razones, tales como el deseo de
complacer a parejas románticas o un deseo de tener hijos. Los asexuales, a pesar de no sentir atracción sexual,
sí pueden experimentar atracción romántica que puede estar dirigida hacia uno o ambos sexos

DEMISEXUALIDAD

La demisexualidad es una orientación sexual que caracteriza a aquellas personas que solo sienten atracción
sexual por personas con las que han establecido una fuerte conexión emocional. El término fue acuñado en
2006 por la Red para la Educación y la Visibilidad Asexual (AVEN)
La palabra demisexual (del sufijo en inglés demi-, «a medias»), significa estar “a medias” entre a sexualidad
y la asexualidad. Según el Centro de Recursos de Demisexualidad, esta orientación se encuentra dentro del
espectro de la asexualidad, pero mientras que una persona asexual no tiene ningún interés en el sexo, una
persona demisexual si pueden llegar a sentir atracción en estas circunstancias específicas

AUTOSEXUALIDAD
La autosexualidad es la predisposición que siente la persona a sentirse atraída sexualmente por sí misma.
Se piensa que esta palabra fue usada por primera vez en 1989 por el terapeuta sexual Bernard Apfelbaum,
quien dijo que "autosexual" se refiere a la gente que tiene problemas para que alguien les atraiga sexualmente.
La persona autosexual siente una fascinación irresistible por su propio cuerpo, se desea y se excita ante su
imagen; asimismo, sus fantasías sexuales siempre son consigo misma.
A esta atracción sexual se e conoce como ipsofilia, y se puede llegar a extremos románticos que, incluso,
pueden levar a alguien a querer casarse con su propia persona.

También podría gustarte