INTRODUCCIÓN AL TRABAJO PRÁCTICO (1)

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 10

Introducción Al Trabajo Práctico

ORIENTACIÓN SEXUAL

La orientación sexual es un aspecto fundamental de la identidad humana,


que define la atracción romántica, emocional y/o sexual que una persona siente
hacia otras. Es un componente esencial de la identidad individual, que influye en
cómo nos percibimos y cómo nos relacionamos con el mundo.

La orientación sexual no se limita a la atracción física, sino que abarca un


espectro amplio de experiencias y emociones. Abarca la forma en que una persona
se siente atraída, cómo se relaciona con otras personas en un contexto romántico y
cómo se identifica en relación con su propia sexualidad.

Es importante destacar que la orientación sexual no es una elección, sino que


se desarrolla a través de una combinación de factores biológicos, sociales y
psicológicos. Es una experiencia personal y subjetiva que puede variar en
intensidad y expresión a lo largo de la vida.

La orientación sexual no es un concepto estático, sino que puede ser fluida y


cambiar con el tiempo. Algunas personas pueden descubrir que su orientación
sexual se ha modificado a lo largo de su vida, mientras que otras pueden
experimentar una orientación sexual estable.

La idea de la orientación sexual como un concepto definido no surgió hasta


finales del siglo XIX. Antes de eso, las relaciones entre personas del mismo sexo se
consideraban, en diferentes culturas, como un comportamiento socialmente
aceptable o incluso como parte de las prácticas religiosas. En la antigua Grecia, por
ejemplo, las relaciones entre hombres eran comunes y se consideraban una parte
importante de la educación y la formación de los jóvenes. En la antigua Roma, las
relaciones entre personas del mismo sexo también eran aceptadas, y algunos
emperadores romanos, como Nerón, eran conocidos por sus relaciones
homosexuales.

A finales del siglo XIX, la psiquiatría comenzó a clasificar la homosexualidad


como una enfermedad mental. Esta clasificación se basó en la idea de que la
homosexualidad era un desvío de la norma heterosexual y que debía ser "curada".
Esta perspectiva se desarrolló en gran medida en el contexto de la creciente
influencia de la moral victoriana, que enfatizaba la supremacía de la
heterosexualidad y la represión de la sexualidad en general.

La Iglesia Católica, con su creciente influencia en la sociedad occidental,


jugó un papel fundamental en la demonización de la homosexualidad. La Iglesia,
interpretando la Biblia de manera literal, condenó la homosexualidad como un
pecado grave, un acto que iba en contra de la voluntad de Dios y la "ley natural".
Esta interpretación teológica se basó en la idea de que la sexualidad debía estar
exclusivamente al servicio de la procreación, y que cualquier otra forma de
expresión sexual era considerada un pecado.

En el siglo XX, la homosexualidad fue considerada una enfermedad mental


en muchos países. La Asociación Psiquiátrica Americana la eliminó de su manual de
diagnóstico en 1973, pero durante décadas, la homosexualidad fue vista como un
trastorno que requería tratamiento. Esta perspectiva médica se basó en la idea de
que la homosexualidad era una desviación de la norma heterosexual y que debía
ser "curada" a través de terapias de conversión.

A lo largo del siglo XX, la investigación científica sobre la orientación sexual


ha ido evolucionando. Algunos estudios han explorado factores biológicos, como
diferencias en el cerebro y en el cuerpo entre personas heterosexuales y
homosexuales. Otros estudios han investigado la influencia de la genética y las
hormonas en la orientación sexual.

Existen diversas orientaciones sexuales, cada una con sus propias


características. Algunas de las orientaciones sexuales más comunes incluyen:

Heterosexualidad: Se refiere a la atracción sexual o emocional hacia personas del


sexo opuesto. La heterosexualidad es un comportamiento sexual apreciable en
diversas especies animales, el cual constituye una mayoría sexual en el promedio
poblacional de determinadas especies. La heterosexualidad se establece como un
modelo social percibido en las nociones tradicionales de la familia, la sexualidad y el
matrimonio. Este modelo social tradicional frecuentemente se ajusta a la
heteronormativa y el heterosexismo para establecer distintos patrones de
comportamiento y distintos aspectos culturales que, prácticamente, suprimen la
posibilidad de otras variantes de la orientación sexual. La heterosexualidad, debido
a su mayoría poblacional, se ha colocado socialmente como un patrón de los
aspectos sociales dentro de la religión y la política. Los modelos políticos y religiosos
de la heterosexualidad en la sociedad frecuentemente estipulan la
heteronormatividad social, no como una norma, sino como una estipulación que
supone a la heterosexualidad como una mayoría poblacional naturalmente
designada o una forma de vida en la mayoría poblacional, recayendo en los
aspectos del heterosexismo.
Homosexualidad: Se refiere a la atracción sexual o emocional hacia personas del
mismo sexo. Suele denominarse lesbiana a una mujer homosexual; y gay a un varón
homosexual, aunque el adjetivo 'gay' también se utiliza para referirse a mujeres
homosexuales. La homosexualidad, como también sucede con la bisexualidad, es un
tipo de conducta natural de carácter sexual que aparece manifestada entre los
principales patrones de comportamiento sexual de diferentes especies animales.

Bisexualidad: Se caracteriza por la atracción romántica o sexual hacia mujeres y


hombres. Es una experiencia diversa y compleja que no se limita a una atracción
igual hacia ambos géneros. Algunas personas bisexuales pueden sentir una
atracción más fuerte hacia un género que hacia el otro, o incluso pueden
experimentar cambios en su atracción a lo largo del tiempo.

Pansexualidad: Se refiere a la atracción sexual o emocional hacia cualquier


persona, independientemente de cuál sea su género o su sexo. Aunque a menudo se
considera que bisexualidad y pansexualidad son sinónimos, algunos pansexuales
afirman que los bisexuales siguen patrones binarios (masculino-femenino), mientras
que los pansexuales no tienen en cuenta los géneros, sino las personas. Un
pansexual se siente atraído por cualquier persona, más allá de cuál sea su género
(masculino, femenino o no binario) o sexo (macho, hembra o intersexual). Las
personas pansexuales afirman que para ellos el género y el sexo son conceptos
vacíos de significado o que no tienen importancia a la hora de sentir atracción.
La orientación sexual es un aspecto fundamental de la identidad humana
que ha sido históricamente influenciado por contextos culturales, sociales y
religiosos. Comprenderla en toda su complejidad requiere abordar no solo las
experiencias personales, sino también las construcciones sociales y científicas que
han definido sus narrativas

IDENTIDAD DE GÉNERO

La identidad de género alude a la percepción personal que un


individuo tiene sobre sí mismo en cuanto a su género, que podría o no
coincidir con sus características anatómicas sexuales.​La identidad de
género puede coincidir con el sexo asignado a una persona o puede diferir
de dicha clasificación.Según la Asociación Estadounidense de Psicología,
puede definirse como la concepción interna que tiene una persona de sí
misma como hombre, mujer, una mezcla de ambos, u otro.

Las identidades de género son diversas pero las ‘’principales’’ son las
siguientes:

Cisgénero: Hace referencia a una persona cuya identidad de género y


sexo asignado al nacer son coincidentes.

Transgénero: El término transgénero se refiere a las personas que


tienen una identidad o expresión de género que no se ajusta a aquella que
típicamente se asocia con el sexo que se les asignó al nacer
Géneros No Binarios: Es un término que abarca las identidades de
género que trascienden el binarismo de género, ya que no se consideran
exclusivamente como del género masculino ni del género femenino.

Género Fluido: Las personas de género fluido son aquellas que


transicionan entre dos o más géneros de forma permanente o esporádica.

ARGUMENTOS

Este análisis busca examinar críticamente los beneficios y políticas sociales


asociadas con la comunidad LGBT, sin cuestionar la existencia de las personas
homosexuales, bisexuales, transgénero y otras identidades. El objetivo es evaluar si
ciertas medidas y políticas implementadas para promover la igualdad y la inclusión
LGBT son efectivas, justas y beneficiosas para la sociedad en su conjunto.

1. Aceptar la realidad y existencia de las personas LGBTQ+, pero sin tratarlos de


manera especial debido a su orientación sexual o identidad de género.

Es fundamental reconocer que las personas LGBTQ+ tienen una existencia


real y compleja, enfrentando diversas dificultades sociales, emocionales y
psicológicas. Este reconocimiento no debe llevar a la conclusión de que se les deba
otorgar un trato preferencial o especial debido a su orientación sexual o identidad
de género. La igualdad, definida como “el principio que reconoce que todas las
personas tienen los mismos derechos y obligaciones” (según la Real Academia
Española, RAE), implica que todos los individuos deben ser tratados de manera
equitativa, sin ventajas ni discriminaciones basadas en sus características
personales.

Adicionalmente, estudios en sociología y ética destacan que el enfoque en la


equidad debe centrarse en nivelar las oportunidades, no en otorgar privilegios
especiales. Según la filósofa Martha Nussbaum, en su teoría de las capacidades, el
objetivo debe ser asegurar que todas las personas puedan alcanzar su máximo
potencial sin restricciones impuestas por prejuicios sociales o desigualdades
sistémicas. Esto significa que las intervenciones deben garantizar derechos básicos
sin caer en tratamientos diferenciados innecesarios.

Todos los individuos, independientemente de su orientación o identidad,


deben ser tratados con justicia en todos los aspectos de la vida. La igualdad no se
trata de dar ventajas a un grupo, sino de asegurar que todos tengan las mismas
oportunidades y derechos sin distinción de su identidad o preferencias. Si bien es
necesario garantizar que las personas LGBTQ+ no sufran discriminación, también
debemos asegurar que la sensibilidad hacia ellos no se convierta en un mecanismo
que genere un trato diferencial que favorezca a un grupo sobre otro.

2. Los transexuales y sus decisiones, incluidas las cirugías, deben ser


respetados, pero el Estado no tiene por qué financiar procedimientos médicos
relacionados con la transición, y las personas jóvenes no tienen la madurez
suficiente para tomar decisiones tan radicales.

Es fundamental reconocer el derecho de las personas transgénero a tomar


decisiones sobre su cuerpo y su identidad, incluidas las cirugías de reasignación de
género, ya que estos procedimientos pueden ser vitales para su bienestar
psicológico y emocional. Sin embargo, es importante que el Estado, con los recursos
públicos limitados, no esté obligado a financiar estos procedimientos quirúrgicos,
especialmente cuando existen consideraciones éticas y sociales sobre cómo se
distribuyen los fondos públicos. El sistema de salud pública debe enfocarse en
proporcionar servicios médicos esenciales para toda la población, y no todos los
procedimientos, aunque importantes para ciertos individuos, deben ser asumidos
por el Estado, ya que podrían involucrar decisiones muy personales y, en algunos
casos, procedimientos de carácter no urgente.

Además, en el caso de personas jóvenes, como aquellos de 16 años, es crucial


considerar que no se encuentran en su plena madurez cognitiva ni emocional para
tomar decisiones tan trascendentes y permanentes como la cirugía de reasignación
de género. Aunque los adolescentes pueden estar pasando por una etapa de
exploración de su identidad, el cerebro humano no alcanza su desarrollo completo
hasta los 25 años aproximadamente, lo que incluye la capacidad de tomar
decisiones plenamente informadas y con la consideración de las implicaciones a
largo plazo.
3. La importancia de la educación crítica frente a la popularización de las
etiquetas LGBTQ+ y su impacto en los jóvenes.

En la actualidad, las redes sociales han jugado un papel crucial en la


visibilización de la comunidad LGBTQ+, ayudando a normalizar temas de diversidad
sexual e identidad de género en muchas partes del mundo. Sin embargo, esta
misma visibilidad ha llevado a una popularización de etiquetas como "bisexual" o
"pansexual", lo que, en algunos casos, ha generado confusión entre los jóvenes que
adoptan estas identidades sin comprender completamente su significado.

Muchas plataformas como TikTok, Instagram y Twitter han convertido estos


términos en tendencias que, para algunos jóvenes, pueden parecer un símbolo de
aceptación social o pertenencia a un grupo. Esto puede llevar a que algunas
personas se identifiquen como bisexuales, pansexuales u otras orientaciones sin
tener una comprensión profunda de lo que estas etiquetas realmente implican. En
ocasiones, esta identificación puede basarse más en la influencia social y cultural
que en una reflexión personal genuina.

Además, esta tendencia puede ser perjudicial para los propios jóvenes, ya
que etiquetarse de manera prematura o sin suficiente reflexión puede generar
confusión a largo plazo. Algunos adolescentes pueden sentirse presionados a
definirse de una manera que encaje con las tendencias actuales, en lugar de
tomarse el tiempo necesario para explorar y comprender su identidad de manera
auténtica.

4. El pensamiento crítico debe ser promovido tanto entre las personas


heterosexuales como entre las personas homosexuales para garantizar una
convivencia basada en el entendimiento y el respeto mutuo.

En una sociedad diversa y compleja, el desarrollo del pensamiento crítico es


una herramienta indispensable para fomentar la convivencia y superar los prejuicios
que históricamente han creado divisiones. Este enfoque no debe limitarse a un
grupo, sino extenderse tanto a personas heterosexuales como a personas
homosexuales, promoviendo una interacción basada en el análisis racional, el
respeto por las diferencias y el compromiso con los principios de equidad y justicia

Las personas homosexuales y otros miembros de la comunidad LGBTQ+


deben también ejercitar el pensamiento crítico para abordar las dinámicas sociales
de manera estratégica y efectiva. Esto incluye diferenciar entre críticas legítimas y
ataques discriminatorios, entendiendo que no todas las discrepancias de opinión
son producto de odio o intolerancia. Una sociedad plural requiere que todos sus
integrantes estén dispuestos a participar en debates constructivos, incluso con
quienes sostienen puntos de vista diferentes, siempre que estas posturas sean
expresadas desde el respeto. La capacidad de dialogar con rigor y claridad
fortalece la posición de cualquier colectivo en la búsqueda de reconocimiento y
justicia.

La polarización, impulsada en gran medida por las redes sociales, ha


exacerbado estas divisiones, promoviendo discursos simplistas que presentan los
desacuerdos como conflictos irreconciliables. Las plataformas digitales, aunque
útiles para amplificar las voces de las comunidades marginadas, también han
contribuido a la radicalización de las posturas. Frente a esto, el pensamiento crítico
se presenta como un antídoto, permitiendo que los individuos evalúen la
información que consumen, cuestionen las narrativas dominantes y construyan
argumentos sólidos en lugar de recurrir a respuestas emocionales o simplistas.

5. Cupos de Oportunidades.

En los últimos años, se han implementado políticas de inclusión para


promover la participación de la comunidad LGTB en diversos ámbitos laborales y
deportivos Sin embargo, estas medidas pueden generar una percepción de
desventaja para aquellos que no pertenecen a esta comunidad, ya que en ocasiones
se da prioridad a la orientación sexual o identidad de género, por encima de las
habilidades y competencias de los candidatos.

Uno de los principales puntos de crítica es que, al enfocarse en la diversidad


como un factor prioritario, algunas políticas podrían desvirtuar el proceso de
selección, al favorecer a personas LGTB en lugar de valorar sus méritos
profesionales o deportivos. Este enfoque podría llevar a la sobrevaloración de la
diversidad, creando una sensación de que las personas que no pertenecen a estos
grupos tienen menos oportunidades, incluso si sus cualificaciones son igualmente o
más destacadas. En algunos casos, esto podría generar lo que se denomina
"discriminación inversa", donde los individuos no LGTB se sienten en desventaja al
ser menos favorecidos en un proceso de selección.

6. La Participación en las Marchas LGTB en Argentina.

En Argentina, las marchas del orgullo LGTB han sido un espacio crucial para
la visibilidad y lucha por los derechos de la comunidad LGTB. Estas manifestaciones
han logrado avances significativos en el reconocimiento de los derechos civiles de la
comunidad. No obstante, también hay críticas sobre la participación de algunas
personas en estas marchas, ya que se ha señalado que, en ciertos casos, la
movilización de los asistentes podría estar influenciada por incentivos económicos o
promesas políticas, especialmente en un contexto electoral.
Algunos sostienen que la participación de personas LGTB en las marchas
podría no siempre estar relacionada con un compromiso genuino con los derechos
del colectivo, sino más bien con la obtención de beneficios o favores políticos.

Además en las dichas ‘’Marchas del Orgullo’’ Si bien el gobierno nacional


actual dejó de financiarlas en años anteriores se destinó una importante suma de
dinero del estado dirigida a estas marchas. Algunos ejemplos son: Buenos Aires en
2021 destino un mínimo aproximado de 12.000.000 de pesos a la ‘’marcha del
orgullo, en 2022 se destinó 14.000.000 y en 2023 10.000.000. Todos estos
aproximados solamente tomando en cuenta los gastos de entretenimiento.

6. Lenguaje Inclusivo

El deseo de ser llamado por un nombre que se ajuste a la identidad de


género de una persona es un derecho fundamental que merece ser respetado. Sin
embargo, pretender modificar un idioma completo para reflejar este deseo cruza un
límite que afecta a la comunicación y la 4comprensión. El objetivo principal de un
idioma es facilitar la comunicación clara, precisa y efectiva entre las personas.

Un idioma es un sistema complejo que se ha desarrollado a lo largo de siglos,


con reglas gramaticales y estructuras lingüísticas que permiten la construcción de
un significado compartido. Alterar estas estructuras de forma radical, como lo
propone el lenguaje inclusivo, puede generar confusión y dificultar la comprensión
del mensaje.

La frase "Todes les estudiantes deben participar" es un ejemplo de cómo el


lenguaje inclusivo puede afectar la claridad del lenguaje. La utilización de "todes" y
"les" introduce elementos gramaticales que no son parte del idioma español
tradicional, lo que puede generar una lectura forzada y poco natural.

En el ámbito educativo, la claridad y la precisión del lenguaje son


especialmente importantes. Los estudiantes necesitan comprender con precisión las
instrucciones, los conceptos y los textos que se les presentan. Utilizar un lenguaje
que no está ampliamente aceptado o que genera confusión puede dificultar el
aprendizaje y generar una barrera para la comunicación efectiva entre profesores y
alumnos.

En definitiva, el objetivo de un idioma es facilitar la comunicación y la


comprensión. Si bien es importante respetar la identidad de género de cada
persona, modificar un idioma de forma radical puede generar más problemas que
soluciones.
7. Desigualdades Judiciales.

Dentro del contexto judicial, puede surgir la iniquidad o dilemas éticos al


resolver un caso que conlleva una condena, debido a la orientación sexual y la
identidad de género del individuo declarado culpable. Específicamente, se plantea
la cuestión de si la percepción de cambio de sexo puede influir en la determinación
del destino penal, es decir, si el individuo será enviado a una prisión para hombres o
para mujeres.

Este dilema subraya la necesidad de considerar la intersección entre la


orientación sexual, la identidad de género y el sistema de justicia penal, asegurando
que la aplicación de la ley sea justa, imparcial y respetuosa con los derechos
humanos de todas las personas, independientemente de su identidad de género o
expresión.

También podría gustarte