Investigacion Caso China

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UNIVERSIDAD CRISTIANA

DE HONDURAS

Asignatura:
ECONOMIA I

Gilary
Catedrática: Lic. Diana Erazo

Alumnas: Gilary Jackeline Salguero


Ana Laura Leonor
INVESTIGACION CASO CHINA
El modelo exportador de Asia, tal como fue estructurado en los 60, aunque la historia de
éxito que protagoniza hoy la economía china empezó en los años 70 con una serie de
reformas pro mercado tras la muerte de Mao. Las primeras medidas afectaron a la
agricultura, el sector más importante por aquel entonces. En 1978, se desarrolló la
descolectivización de la tierra y la implantación del sistema de responsabilidad familiar,
que permitía retener beneficios, junto al apoyo público destinado a extender las
tecnologías en este sector, hicieron posible la mejora de la productividad agrícola. La
liberalización en China fue muy especial porque se basaba en un sistema de precios dual.
Es decir, una parte de la producción estaba sometida a cuotas y precios fijos controlados
por el Estado y el resto se regía por el mercado. La liberalización fue ampliándose poco a
poco y ya a mediados de los 90 la mayor parte de la producción se regía por el mercado.

A finales de los años 80 y principios de los 90, el lanzamiento de la Estrategia de


Desarrollo Costero favoreció la creación de núcleos industriales exportadores, en los que
se ofrecían ventajas a los inversores extranjeros con el fin de facilitar la transferencia
tecnológica. Esta iniciativa se extendió después a otras regiones del país. Esta etapa
comienza con la apertura de la Bolsa de Shanghái, un hito que precede a un periodo
clave para China, ya que se profundiza en la reestructuración y privatización de las
empresas estatales y comienza a ganar peso en Asia y en el mundo. Además tenía un
alto grado de heterodoxia, debido al activo rol del Estado en “escoger a los ganadores” en
términos de sectores y líneas de producción a promover, a los que bancos estatales y
otras instituciones financieras le brindaron subsidios, incentivos tributarios y acceso al
crédito con tasas inferiores a las del mercado.

Al usar este enfoque hacia el desarrollo industrial, China hizo exitosamente la


transición para subir por la cadena de valor: desde exportar productos baratos e
intensivos en mano de obra hasta exportar bienes intermedios intensivos en capital, para
después dar el salto a la fabricación de alta tecnología.

A medida que la economía japonesa perdía su ventaja comparativa inicial como


productor de bajo costo de bienes intensivos en mano de obra, sus empresas tuvieron la
visión de invertir en otros países asiáticos con costos de mano de obra más bajos. Estas
economías vecinas se convirtieron en parte de la cadena de suministro para los
productores japoneses, exportando productos finales a Norteamérica y al Viejo Continente
(Gill, (2007))

Corea del Sur, Taiwán, Singapur y Hong Kong constituyeron la primera ola de
subcontratistas de los productores nipones. Todos tenían la fortuna de contar tanto con
una fuerza laboral de alta calidad como con gobiernos que promovían activamente la
industrialización, y establecieron condiciones para los productores, exigiendo que sus
precios de exportación e importación estuvieran alineados con los internacionales (Lin, J.
y Chang H-J., 2009)
—Indonesia, Malasia, Filipinas, Tailandia, China y, más recientemente, Vietnam, Laos y
Camboya— adoptaron después este modo de producción. (Lin, 2010)

Estas redes de producción y distribución han evolucionado constantemente desde


los 60, debido a los cambios en las ventajas comparativas en los mercados globales:
mayores habilidades en la fuerza laboral, más capacidad de adaptar tecnologías
avanzadas, más inversión en infraestructura, entrada de la mano de obra china más
barata y calificada. A medida que avanzaba el desarrollo orientado a las exportaciones, se
hizo evidente que la geografía debía constituir una fuente adicional de ventaja
comparativa. (Lin, 2010)

Las economías del Este Asiático eran geográficamente cercanas entre sí, tenían
menos costos de transporte entre ellas y podían elevar más su competitividad con la
reducción de aranceles. Así sembraron las semillas de lo que sería el área de libre
comercio del Este Asiático.

Los esfuerzos de integración regional entre los países del Sudeste Asiático habían
comenzado en 1967, cuando Singapur, Tailandia, Malasia, Indonesia y Filipinas
acordaron la formación de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN). Pero
la principal preocupación en ese tiempo no era tanto el comercio, sino las posibles
amenazas a la paz y la seguridad en la región. En el contexto de la Guerra Fría se
pensaba que el comunismo en los países vecinos podía desestabilizar a los regímenes
políticos frágiles, aún no consolidados en la fase poscolonial. Excepto por las frecuentes
reuniones de alto nivel, no hubo mayores avances hasta 1976. Con la creación en ese
año del Secretariado Permanente de ASEAN, estos países sintieron que tenían que
avanzar hacia una integración formal de sus economías, que fuera más allá del proceso
de facto liderado por las compañías multinacionales (Cuyvers, L., De Lombaerde P. , &
Verherstraeten S. , 2005).

En 1991 se propuso una Asociación Formal de Libre Comercio de la ASEAN


(AFTA), y en 1994 se estableció un calendario para la reducción de los aranceles
intrarregionales, para llegar a gravámenes no mayores a 5% al cabo de 15 años (la tasa
efectiva predominante en ASEAN entonces era de 9,5%). En 1996 se creó la Corporación
Industrial Asiática para promover la producción transnacional en la región (Nesadurai,
2004) Si bien la liberalización comercial fue aprobada por todos los países miembros, se
implementó con muchas dudas. La situación cambió tras la crisis financiera asiática de
fines de los 90. Solo entonces los miembros del AFTA acordaron acelerar el proceso de
liberalización mediante la eliminación de todos los aranceles hacia 2010, y para 2015,
para los recién llegados Vietnam, Laos, Camboya y Myanmar, que se unieron a la ASEAN
en las décadas de los 80 y 90.

Solo en 2003 surgió una propuesta para que los países miembros constituyeran la
“Comunidad ASEAN”, que compartía objetivos económicos, políticos y de seguridad. En el
campo económico se propuso un objetivo específico adicional: escoger explícitamente
aquellos sectores donde era deseable mayor integración. Estos serían promovidos
activamente por los gobiernos de la ASEAN. Algunos de los sectores escogidos fueron los
de la electrónica, tecnologías de la información, servicios de salud, maderero, pesquero y
turismo.

Lo más llamativo sobre este nuevo avance es que parece completar un ciclo
evolutivo en las estrategias de desarrollo de la región. La primera fase estuvo muy
influenciada por el modelo dirigista japonés. Luego, fue seguido por políticas liberales de
apertura de la economía; y después, por una nueva versión de las políticas industriales,
en que los sectores público y privado parecían acordar en qué sectores poner énfasis
para ganar competitividad internacional. Tras la crisis financiera asiática, la ASEAN inició
una cantidad importante de negociaciones bilaterales para acuerdos comerciales
preferenciales. Hacia 2011 estas economías en conjunto habían suscrito 123 tratados de
libre comercio (98 ya vigentes y 25 solo firmados) y estaban negociando 65 acuerdos
bilaterales adicionales. El hecho de que la mayoría de las economías de Asia fueran
mucho más abiertas después de la crisis de 1997-1998, junto con el estancamiento de la
liberalización multilateral del comercio, impulsó un movimiento frenético hacia los tratados
de libre comercio. Lo que también estaba claro en esta fase para los países de la ASEAN
era que con sus poblaciones —que en total se aproximaban a los 600 millones y contaban
con una clase media de rápido crecimiento—, sus mercados internos se habían vuelto
muy atractivos para las dos potencias económicas de la zona: Japón y China. La crisis
también indujo una cooperación en el plano financiero.

En 2000 se creó la Iniciativa Chiang Mai, a fin de permitir una tasa bilateral para el
swap de divisas entre la ASEAN y Corea del Sur y Japón. A ella le siguió la Iniciativa del
Mercado de Bonos Asiáticos (ABMI, por sus siglas en inglés), que buscó canalizar los
ahorros domésticos hacia inversiones regionales.

Como consecuencia de lo anterior, se generó una rápida sucesión de nuevas


iniciativas regionales: ASEAN+3, que sumó a Corea del Sur, Japón y China a los
miembros originales de ASEAN; y ASEAN+6, que además incorporó a India, Australia y
Nueva Zelanda. Más recientemente surgieron dos ambiciosas propuestas de Japón y

Australia para formar la Comunidad de Países del Este Asiático, o lo que lo que el ex
Primer Ministro de Australia, Kevin Rudd, llamó la Comunidad Asia-Pacífico, que iría más
allá de la integración comercial para incluir la coordinación en temas como la paz y la
seguridad. Los resultados de la integración económica en el Este asiático, producto de
estas estrategias de libre comercio, son impresionantes. Las exportaciones de bienes y
servicios de ASEAN llegaron a 69% del PIB en 2010, comparadas con el 46% del PIB en
1980 (ver Cuadro Nº34).
El comercio intrarregional en la ASEAN representó solo el 25% de su comercio total en
2010. Pero cuando se incluye a los mercados de ASEAN+3, el 57% del total de las
exportaciones de la ASEAN se destina hacia este mercado regional expandido. En el caso
de ASEAN+6, sus mercados absorben el 64% del total de las exportaciones de ASEAN
(ver Cuadro Nº35).

Puede decirse entonces que el proceso hacia una integración expandida del Este Asiático
(ASEAN+3 y ASEAN+6) ha sido fructífero. Además, las exportaciones de la ASEAN
pasaron de ser en su mayoría recursos naturales y productos de bajo valor agregado a
productos de mayor tecnología (ver Cuadro Nº36). La importancia relativa de los bienes
manufacturados exportados hacia los países de la ASEAN creció desde 15% del total
exportado en 1980 hasta 56% en 2009. Al desagregarlos, lo que surge es un patrón cada
vez más parecido entre lo que exportan los países de la ASEAN y Japón o China.

Históricamente para China el año 1995 fue el mejor en términos de comercio


mundial, ya que para ese entonces ocupo el octavo lugar, siendo superado por: Brasil,

Italia, Francia, Reino Unido, Alemania, Japón y Estados Unidos respectivamente.


Con el transcurso de los años China se ha ido constituyendo como una potencia mundial,
es así como cinco años más tarde (2000), su economía ya ocupaba el sexto lugar en el
ranking mundial de economías más poderosas. Es en esta década donde China crece a
un ritmo impresionante, evidenciando un crecimiento aun mayor desde el año 2004, el
cual le permite llegar al año 2010 en segundo lugar superando a Japón, el cual siempre
ha sido un País que se ha mantenido en los primeros lugares de las economías mas
poderosas e importantes mundialmente. El ritmo de crecimiento económico Chino fue tan
apresurado, que muchos analistas económicos creían posible que después de muchos
años Estados Unidos fuera desplazado del primer lugar en el ranking, hecho que
finalmente sucedió el año pasado (2013), donde con el respaldo de estadísticas y datos
China había superado a la economía estadounidense proclamándose así en el líder
económico mundial. Según CNN, el logro comercial de la economía China se ha
evidenciado en su de tasa de crecimiento con un 10% anual en las últimas tres décadas.

Las exportaciones reflejan el crecimiento económico de China, y por ende el


primer lugar en el ranking. En cuanto a las exportaciones según (F., 2014), han tenido un
crecimiento superior al 25% anualmente hasta el 2007. Lo que la ubicó como la tercera
economía mundial en el 2008. Así, para el año 2009 China superó a Alemania como
mayor exportador a nivel mundial, ubicándose por primera vez como el mayor exportador
a nivel mundial, según la OMC.
Según la Agencia EFE: “Las exportaciones de China, líder mundial en ventas al exterior,
crecieron el 7,9 por ciento interanual en 2013…El total exportado por China en 2013
ascendió a 2,21 billones de dólares”.
Por otro lado, la mano de obra barata en China junto a la disciplina ha llevado al cambio
de una sociedad eminentemente agrícola a una industrialización. Por tanto, la mayoría de
productos se los elabora en China ya que el costo de los mismos es muy barato.
Es así como varios productos que requieren de mano de obra altamente calificada son
elaborados en China; esto debido a los bajos costos que esta demanda. Así lo afirma
(ROJAS, 2013) en que China será el país dominante en manufactura de productos a nivel
mundial: “…Para los cuales se necesita una mano de obra intensiva y cuyo componente
tecnológico no es, en general, elevado”

En conclusión, China ha tenido un crecimiento económico acelerado, ya que según


Totally Cool Pix, China alcanzaría dicho nivel económico en 10 años a partir del 2010. Sin
embargo, le ha tomado apenas 3 años para convertirse en el país líder de la economía
mundial.
China ha invadido el mercado mundial, ya que posee gran variedad de productos los
cuales le permiten tener un liderazgo económico, de igual manera la mayoría de personas
se han identificado con estos productos ya son considerablemente más baratos y de
buena calidad.
Las exportaciones junto a una innovación en mano de obra, han permitido que la
economía China tenga un gran crecimiento y se pueda posesionar en el mercado mundial.
Bibliografía
Cuyvers, L., De Lombaerde P. , & Verherstraeten S. . (2005). “From AFTA Towards an ASEAN
Economic Community and Beyond”. Discussion Paper Nº 46, Amberes, Centre for ASEAN
Studies., Nº 46.

F., F. (noviembre de 2014). “China prosigue ascenso y sobrepasa a EEUU como líder de comercio
mundial”. Obtenido de http://www.latercera.com/noticia/mundo/2014/01/678-560267-
9-china-prosigue-ascenso-y-sobrepasa-a-eeuu-como-lider-de-comercio-mundial.shtml

Gill, I. y. ((2007)). An East Asian Renaissance: Ideas for Economic . World Bank: Washington, D.C.

Lin, J. (2010). “New Structural Economics: A Framework for Rethinking Development”. Policy
Research Working Paper Series Washington, D.C.: Banco Mundial., 5197.

Lin, J. y Chang H-J. (2009). “Should Industrial Policy in Developing countries conform to
Comparative Advantage or Defy It?”. Development, Vol. 27, N° 5, 483_502.

Nesadurai, H. (2004). Globalisation, Domestic Politics and Regionalism: The ASEAN Free Trade
Area. Nueva York: Routledge.

ROJAS, L. (noviembre de 2013). “La mano de obra en China”. Obtenido de


http://www.eluniverso.com/opinion/2013/06/28/nota/1084766/mano-obra-china

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