SAF
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PROGRAMAS DE AGROFORESTERÍA
Junio de 2019.
1.- INTRODUCCIÓN.
El Programa Sembrando Vida tiene como objetivo contribuir al bienestar de las y los
campesinos, fortaleciendo su condición de sujetos sociales, abonando al tejido social
y mejorando sus ingresos, a través del mejoramiento de sus sistemas de producción
y de la retroalimentación de sus saberes y capacidades en las Comunidades de
Aprendizaje Campesinas.
Es importante reiterar que de las 2.5 has que cada sembrador/a esta destinando al
Programa SV, una parte se destinará al establecimiento de MIAF y otra a algún tipo
de SAF. Cada caso será específico, pero consideramos que a MIAF podrán destinar
entre media y una ha., destinando el resto a los SAFs que se definan. Siempre
construyendo la propuesta desde el diálogo de saberes, y atendiendo a las
necesidades de las familias, las comunidades y los territorios, donde las necesidades
son diversas: producción de alimentos; materiales de construcción, leña; producción
para la venta, que genere ingresos suficientes y sostenibles; pero también servicios
ambientales, restauración y conservación de la biodiversidad, patrimonio
biocultural.
Complementamos éstas orientaciones con las guías técnicas, videos y en general con
el material bibliográfico referido aquí y con el acopiado y puesto a disposición de los
equipos territoriales a través del sitio “Sembrando saberes”. Entendemos estas
orientaciones como un referente técnico y metodológico, no como una receta. Cada
territorio, cada binomio, dialogará y diseñará con las y los sembradores las parcelas
concretas.
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2.- LOS CONCEPTOS BÁSICOS.
“Los SAF son formas de uso y manejo de los recursos naturales en los cuales, especies
leñosas (árboles, arbustos, palmas) son utilizados en asociación deliberada con
cultivos agrícolas y con animales, en un arreglo espacial (topológico) o
cronológico(en el tiempo)en rotación con ambos; existen interacciones ecológicas y
económicas entre los árboles y los otros componentes, que son compatibles con las
condiciones socioculturales para nejorara las condiciones de vida de la región”1
Los SAF han sido ampliamente practicados y adoptados en las regiones tropicales y
subtropicales principalemente, y también en algunas regiones templadas; en estos
sistemas los productores tratan de imitar las condiciones de los ecosistemas
naturales, es decir, la estructura y la diversidad de especies de los bosques tropicales
(selvas), plantando una gran variedad de cultivos de diferentes hábitos de
crecimiento combinados con árboles con la finalidad de obtener los beneficios de las
estructuras forestales: mayor estabilidad y productividad
La agroforestería permite:
Incrementar la productividad y los ingresos en los agroecosistemas
Contribuir a la seguridad alimentaria al proporcional alimentos para
las familias.
1. Cortés F. J.I., J.P. Torres Z.,A. Turrent F., E. Hernández R., A. Ramos S., L. Jiménez S. Manual Actualizado
para el Establecimiento y Manejo del Sistema Milpa Intercalada en Árboles Frutales (MIAF) en laderas. 2010.
Colegio de Postgraduados, México.
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Incrementar la diversificación productiva
Intensificar y mejorar el uso del suelo
Fijar carbono y contribuir a reducir los efectos del cambio climático
Proteger y manejar las cuencas hidrográficas
Controlar erosión y evitar la degradación del suelo
Sistemas de producción más sustentables y resilientes.
Los SAF están representados por numerosos ejemplos, cómo son: plantaciones de
café y cacao bajo sombra de árboles, cultivos anuales intercalados con árboles,
huertos caseros o familiares, combinación de árboles con pastos, plantación de
árboles para forraje, cultivo en franjas, cercos vivos, cortinas rompevientos y algunas
formas de agricultura de roza, tumba y quema.
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Solar, Rayón, Chiapas.
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2.2.- EL SISTEMA MILPA INTERCALADA CON ÁRBOLES FRUTALES (MIAF).
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Dr. José Isabel Cortes Flores. Profesor-Investigador del Colegio de Postgraduados.
3Cortés F. J.I., J.P. Torres Z.,A. Turrent F., E. Hernández R.,
A. Ramos S., L. Jiménez S. Manual Actualizado para
el Establecimiento y Manejo del Sistema Milpa Intercalada en Árboles Frutales (MIAF) en laderas. 2010.
Colegio de Postgraduados, México.
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el manejo de laderas, las que abundan en las regiones del Programa. Del porcentaje
de pendiente dependerá el ancho de las franjas destinadas a la milpa.
MIAF con Durazno. Rayón, Chis. MIAF con Limón. La Concordia, Chis.
MIAF con Aguacate. Rayón, Chis. MIAF Diversificado. Las Margaritas, Chis.
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3.- LAS CONDICIONES DE LAS PARCELAS DE LAS SEMBRADORAS Y LOS
SEMBRADORES.
Una de las mayores riquezas que el Programa Sembrando Vida tiene en sus manos,
es la enorme diversidad de condiciones climáticas, socioculturales y de sistemas
productivos en las que trabajan los sujetos de atención del Programa.
Esto, se vuelve también un gran reto de diseño de los SAF a implementar y de las
diversidad de especies, tanto de árboles maderables, no maderables y frutales, como
de cultivos a establecer o a fortalecer.
Encontramos variaciones altitudinales de 0 a 3000 msnm; climas del cálido húmedo
al templado y al semidesértico; condiciones y calidades de suelo diversas; pendientes
que van de leves a muy pronunciadas.
También contamos con una gran experiencia de las y los campesinos en el manejo
de sus sistemas productivos y una lógica de producción que parte de la Unidad de
Producción Familiar, que tiene en la reproducción de la vida campesina el centro de
sus decisiones.
El punto de partida para el diseño de los SAF y el MIAF será el reconocimiento de
las parcelas existentes: sus características físicas, los arreglos y especies existentes,
los usos que sus dueñas y dueños les dan, la distancia de los hogares, las vías de
comunicación con las que cuentan.
Recordemos que muchas de las parcelas no están “vacías”. En ellas existen árboles
con diversos usos, manchones de vegetación primaria o secundaria, potreros en
asociación con árboles con usos muy importantes, milpas con árboles frutales y
maderables dispersos, manantiales y arroyos con vegetación riparia, áreas
inundables, etc. En cada región se presentan condiciones diversas, y es necesario
observarlas y tomarlas en cuenta.
Por ello, un primer paso es reconocer las condiciones de las parcelas, cuantificar los
árboles existentes, identificar los usos que las y los productores hacen de ellos, e
incorporar esas condiciones al diseño de los SAF y del MIAF.
El origen e inspiración de los SAF son los sistemas productivos tradicionales, por lo
que es muy importante identificar los que existen en las comunidades, recocer sus
arreglos e interacciones, ya que serán el referente más cercano para los y las
sembradoras de lo que se pretende hacer; pero también serán una fuente de
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información sobre formas de asociatividad y arreglos factibles de las especies, para
los equipos técnicos4.
4 Un material relevante a consultar es el artículo “Los sistemas agroforestales tradicionales: Una aproximación
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posible aplicarlo a diferentes escalas: parcelaria, comunitaria y regional. Aquí
destacamos su aplicación al diseño de los SAF en las parcelas que componen las
unidades de producción de las sembradoras y los sembradores5.
1.- El croquis o mapa de las Unidad de producción Familiar que el Sembrador posee
y trabaja. Es importante que contenga el nombre de la productora o productor, las
áreas que destina a los distintos usos: bosque, milpa, cafetal, potrero, huertos, etc.,
así como las parcelas colindantes y los nombres de los vecinos.
2.- El esquema parcelario de la o las parcelas que se van a modificar (y que son las
que entran formalmente en el programa SV), donde se dibujan con el mayor detalle
posible las especies a introducir, los arreglos topológicos, los tiempos de
introducción.
Planes vivos
de Sembradores
Rayón, Chis.
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5.- LAS RECOMENDACIONES TÉCNICAS PARA EL DISEÑO DE PARCELAS.
Se deben elegir los SAF que cumplan lo mejor posible los objetivos principales del
Programa Sembrando Vida y que resulten compatibles con las características
ecológicas, económicas y socioculturales de las y los campesinos, sus comunidades,
sus territorios y sus regiones. Este procedimiento de selección del SAF implica la
participación de las y los sembradores y del binomio técnico, que deberán considerar
algunas alternativas, analizarlas y escoger la opción más viable.
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la elección de las especies y los SAF, 2) Se necesita un enfoque integral y
multidisciplinario, considerando factores agroecológicos, económicos y
socioculturales; y 3) Se debe partir de la experiencia y el conocimiento local.
Así mismo es importante tomar en cuenta las necesidades locales, las condiciones
socioeconómicas de la zona y el valor cultural que las y los sembradores dan a sus
recursos naturales.
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¿Cómo diseñar un sistema agroforestal?
El punto de partida para el diseño del SAF es definir las especies agroforestales que
se deben plantar en el terreno, el número de plantas del cultivo principal y los árboles
acompañantes, y su distribución en el terreno. Así mismo debe considerarse el
manejo agroforestal de las especies en el tiempo (por ejemplo, el manejo del tejido o
podas, la eliminación gradual de algunas plantas).
Se deben definir las distancias y el arreglo espacial entre los diferentes tipos de
plantas, analizando el crecimiento que tiene cada especie, las entradas y salidas de
nutrientes que genera, así como el manejo que requiere cada una de ellas.
Otros criterios para considerar durante el diseño del sistema son las variedades de
las especies cultivadas y el espaciamiento que requieren, los niveles de sombra para
algunos cultivos umbrófilos (café, cacao, palmas) durante las primeras etapas de su
desarrollo, para decidir el tipo de árboles acompañantes o cultivos que pueden
usarse como sombra temporal o provisional.
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en alimentación de animales domésticos y en la generación de ingresos por la
comercialización de los excedentes.
Los árboles extraen nutrientes de las profundidades del suelo y los depositan en la
superficie en frutos, flores, hojas, ramas. De los arboles se cosechan productos en
diferentes épocas del año. Estas especies aportan vitales servicios ambientales,
relacionados con la regulación del microclima, la captura de carbono, la retención
del agua, la incorporación de materia orgánica y protección del suelo; y favorecen la
conservación de la biodiversidad.
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iv) Especies de cobertura.
En esta categoría se incluyen las especies de cobertura que pueden contribuir al SAF
en la protección del suelo, conservación de humedad, el aporte de materia orgánica
y nitrógeno. También son importantes para reducir el crecimiento de especies
invasoras indeseables que compiten con las especies cultivadas dentro de los
sistemas agroforestales. Además, aportan alimentos para vacas, cerdos, ovejas,
gallinas y conejos. En este grupo destacan las leguminosas de cobertura, cómo son
pica-pica o mucuna, cacahuate forrajero, kudzu y centrocema, entre otras.
Es preferible que las especies componentes del SAF sean de múltiples usos, se debe
conocer los tipos de productos y aprovechamientos; los servicios ambientales que
proporcionan. Finalmente, el conocimiento de los productos en los mercados y su
aportación al consumo familiar y local.
De preferencia con una altura homogénea, fuertes (con tallos endurecidos), rectos y
sanos; con hojas abundantes, de color normal y sin deficiencias nutricionales, deben
tener resistencia a plagas y enfermedades, y no ser hospederos de patógenos.
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Las especies con hojas pequeñas reducen la erosión por golpeteo de gotas de lluvia
al suelo y daños al cultivo. En el caso de los árboles caducifolios (que tiran sus hojas
en época seca o fría), asociados a café y cacao, es deseable que generen nuevas hojas
para normalizar la cobertura de sombra.
Las especies maderables debe tener un sistema radicular o de raíces profundas, para
que el sistema de raíces superficiales no compita con las otras especies del sistema.
Es deseable que el árbol maderable sea resistente al volcamiento; por esa razón se
deben buscar árboles con raíces profundas, en especial en áreas con afectaciones
frecuentes por vientos intensos.
Es muy deseable que los árboles acompañantes produzcan madera, leña, frutas y
otros productos que sean aprovechados por las y los sembradores, y que sean
apreciados en los mercados locales.
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• Que no tengan una sombra densa antes de que los árboles estén bien
establecidos.
• Se sugiere no incluir especies trepadoras (vainilla, pimienta gorda, maracuyá,
chayote, etc.) durante los primeros años de crecimiento de los árboles.
• Que no compitan fuertemente por nutrientes y agua con los árboles recién
plantados.
• Que no agoten los nutrientes hasta un nivel que pudiese afectar la fertilidad
del suelo (cómo el caso de cultivos esquilmantes, caña, pastos, plátanos, entre
otros).
• En el caso de cultivos de raíces y tubérculos, que tienen una gran extensión
horizontal de sus raíces (por ejemplo, la yuca), se deben plantar lejos del árbol
para evitar daños a las raíces de los árboles, en el momento de cosechar el
cultivo agrícola.
• Que no causen daños físicos a los árboles recién plantados. (En el caso de
algunas especies que pueden caer con más facilidad, por ejemplo, los
plátanos).
• En sistemas agroforestales permanentes, los cultivos deben ser tolerantes a la
sombra o, aún mejor, necesitar algo de ella; por ejemplo, el cultivo de cacao,
café. Palmas género Chamedora (camedor y tepejilote).
• Deben tener potencial económico con mercados locales, regionales,
nacionales e internacionales.
• Debe existir experiencia con el cultivo de la(s) especie(s) en la zona.
En relación con el suelo, lo ideal es contar con un terreno que tenga características
óptimas, cómo son:
• Planos o casi planos. En las pendientes hay suelos superficiales, por lo que el
agua de lluvia tiende a escurrirse antes de penetrar en el suelo y favorece la
erosión.
• Con una profundidad no menor a 75 cm.
• Sin pedregosidad o poco pedregosos.
• Sin capas duras de suelo, formadas por piedras o cascajos.
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• No erosionados.
• No compactados por el ganado, ya que no permiten la penetración de las
raíces ni la infiltración del agua.
• Sin problemas de drenaje o inundaciones.
• Fértiles, con textura y estructuras óptimas.
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5.2.- PARA EL MIAF.
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El trazo de las curvas a nivel es la primera práctica que define la intervención en
la parcela y el punto de inicio de la instrumentación del sistema. Para su realización
se debe contar con la capacitación puntual en la elaboración de aparto “A”6 y con el
desarrollo de conocimientos para hacer un buen trazo de curvas, lo que garantizará
la disminución de la erosión y la conservación del suelo, uno de los objetivos
centrales del sistema.
La distancia entre las curvas, dependerá del grado de pendiente de la parcela:
En pendientes menores al 20% se recomienda establecer módulos de 14.4
metros entre línea y línea. Dejando un espacio de 2.4 m. del árbol al primer
surco; estableciendo 12 surcos con distancia de 80 cm., y nuevamente 2.4 del
último surco a la siguiente línea de árboles.
Para pendientes mayores al 20% la distancia se reduce a 10.6 metros entre
líneas de árboles, dejando 2.1 m. entre el árbol y el primer surco,
estableciendo 8 surcos con distancias de 80 cm. Y nuevamente 2.1 m. del
último surco al siguiente árbol.
El trazo de curvas a nivel será la guía para la siembra de las hileras de árboles y para
formar los camellones donde se sembrará la milpa.
6 Existen diversas técnicas para obtener los puntos a nivel, los más utilizados son el aparato “A” y la manguera,
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en pequeñas cantidades. Con ello, se producen alimentos más diversos y se
experimenta con nuevas especies y/o variedades de frutales.
Sin embargo, no siempre éste arreglo de la milpa es el más deseable para los
productores, quienes mantienen una alta diversificación de la milpa. Es muy
importante dialogar con cada sembrador o sembradora para comprender sus
intereses y lógicas de producción, reconociendo las diversas modalidades que dan a
sus parcelas.
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Así mismo, el solar permite el aprovechamiento de los recursos suelo, agua, clima; y
pone en juego los recursos de mano de obra familiar tanto de adultos como de
infantes y aprovecha el amplio conocimiento que las mujeres poseen como
campesinas. Generándose un complejo calendario de actividades que considera
tanto las condiciones climáticas, como las actividades de los otros sistemas
productivos y sus respectivos productos.
Es muy importante que los planes de trabajo, sobre todo de las Sembradoras tomen
en cuenta a los solares, la contribución que realizan a la producción de alimentos y
por tanto a la seguridad alimentaria, y a los procesos de experimentación y
adaptación de especies y variedades nuevas. Es muy importante reconocer las
actividades que ahí se realizan por parte de las sembradoras, toda vez que esa
actividad contribuye a los logros del Programa.
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