TP 2 ALFA ACA Analisis DE LA OMISION

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Instituto Provincial Superior en Arte

Profesorado De Teatro – Alfabetización Académica – Prof: Claudio Bidegain

AN ÁLISIS SOBRE LA OBRA TEATRAL “LA OMISIÓN DE LA FAMILIA COLEMAN” DE


CLAUDIO TOLCACHIR (2005)

El texto “La omisión de la familia Coleman”, es a mi entender, un discurso que exige mucho
por parte del lector. Personalmente, debí leerlo más de una oportunidad, y aún así, existían
ciertas “lagunas interpretativas“ que solo lograron evacuarse con el soporte teórico de “Una
poética de lo roto” de Macarena Trigo y con la reproducción de dicha obra.

En este sentido, el mundo del texto y el mundo del lector, necesariamente debía manifestarse,
ya que tomando los aportes de Leonor Arfuch ( ) “la práctica del relato no solo hará vivir
ante nosotros las transformaciones de sus personajes, sino que movilizará una experiencia de
pensamiento”.

Por otro lado, teniendo en cuenta el complejo proceso de construcción de los personajes, y la
acertiva manera en que el director involucra al lector en la intimidad de una familia, mediante
diálogos viscerales y escenarios cotidianos, es que afirmo que es necesario como lectores,
poner en juego un saber previo para lograr interpretar la realidad que se demuestra en esa
familia.

En palabras de la autora antes mencionada, se agrega: hay que prestar atención no solamente
en aquellos relatos centrados en la (propia) subjetividad sino también en los marcados con el
“efecto de real”, ya que dicha estrategia narrativa del realismo de “hacer verosimil” pone en
evidencia una conexión directa con la realidad que autentica el relato.

Siguiendo en la misma línea, y parafraseando a Macarena Trigo, agrego lo que afirma en


fragmentos como la consistencia de los personajes, en ocasiones se acerca peligrosamente a
los límites de la “anormalidad” sin abandonar nunca el registro de lo verosímil y que, la
obra nos presenta a los personajes con todos sus defectos y virtudes, dejando en nuestras
manos la aprobación o el rechazo de sus comportamientos y donde el desafió para el
espectador/lector está en entenderlos, justificarlos y/o reconocerse en cada uno de ellos.

Por otro lado, también afirma que el espectador debe estar atento no solo a las conversaciones
sino al comportamiento de todos los presentes puesto que siempre están tramando algo (…) la
acción se pone en manifiesto en diversos planos, incluso dentro y fuera del campo de
visibilidad del espectador”
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Profesorado De Teatro – Alfabetización Académica – Prof: Claudio Bidegain

Por consiguiente, una producción tan rica, supone una competencia por parte del lector/
espectador de poder lograr identificar la intencionalidad de cada uno de los Coleman, los
subtemas que subyacen o las omisiones que quedan expuestos (entre líneas) en cada una de sus
interacciones.

Retomando el concepto de verosimilitud al que aluden tanto Leonor Arfuch como Macarena
Trigo, y partiendo de la premisa de que el lenguaje es constructo de realidades, sostengo que el
mismo, en el transcurso de toda la obra, juega un papel fundamental, por su poder
performativo, ya que a partir de los diálogos de los personajes, se evidencia un fuerte realismo
en la convivencia de una familia desmembrada, como lo es la familia Coleman.

Ejemplo de esto se evidencia en diálogos como:

Verónica: Oíme una cosa porque te estoy hablando en serio.


Marito: ¿Fueron o no fueron?
Verónica: Vos no me conocés a mí.
Marito: Fueron.
Verónica: No tenés idea de quién soy yo.
Marito: Muy mala madre sos. Pésima madre.
Verónica: Mario, no quiero verte cerca de mis hijos ni una sola vez.
Marito: Yo los cuido porque los quiero mucho.
Verónica: ¡Loco, enfermo de mierda! ¡Te voy a matar, Mario! ¡Que te quede claro que te voy a
matar!
Marito la agarra y la tira sobre la cama.
Marito: ¡Y yo te voy a matar a vos, hija de puta! ¡Ahora te voy a matar!
Verónica: ¡Soltame, Mario, salí! ¡Pará! ¡Soltame!

Continuando con dicho análisis, y haciendo hincapié en la caracterización de los Coleman,


puedo agregar que ésta, es una familia disfuncional, conformada por la abuela (pilar de la
trama), Memé (hija) y sus cuatro hijos (Marito, Gaby, Damian y Verónica). Todos ellos,
interactúan en cotidianas situaciones donde priman las faltas de respeto, la violencia, la
manipulación. Y donde todos los personajes forman parte de una narrativa que da cuenta de la
trama de sociabilidad situada en los sujetos y de la constitución de identidades colectivas.
(Leonor Arfuch, )

Sin embargo, estas identidades mancomunadas y atravesadas por la otredad, no siempre


permanecerán estables, puesto que la indefectible la muerte de la abuela, generarán un cambio
sustancial. Leonor Arfuch denomina a esto “temporalidad de la identidad”, es decir, no siempre
la identidad se conserva, más bien, se transforma al través del tiempo.

Macarena Trigo, por su parte, afirma que: los miembros de la familia se encuentran atrapados
en una dolorosa y absurda coexistencia donde la violencia es el único medio de comunicación,
y donde se visualiza la insostenible situación en la que se encuentran, al fallecer la abuela. La
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disolución de los Coleman obliga a cada miembro de la familia a dar un paso definitivo, el
abandono de todos los demás. Es este, el desmembramiento de los Coleman.

Asi, se vislumbra un proceso de individualización de los personajes, un nacimiento de las


identidades personales (Leonor Arfuch) en donde los Coleman

Por último, y haciendo referencia al título de la obra, destaco el talento de Claudio Tolcachir
al emplear la palabra “omision” y no omisiones, ya que al singularizar las verdades que los
personajes evitan, permite al lector realizar su propia interpretación de lo leído/observado
según el nivel de análisis y su relación con el mundo del texto (mencionado anteriormente).
Omision puede ser la enfermedad de Marito, omisión puede ser la ausencia de figura paterna u
omisión puede ser la indiferencia que los personajes expresan ante cada conflicto que los
atraviesa, o porque no, omisión es la paulatina fragmentación a la que la familia esta
condenada, y por consiguiente su desmoronamiento.

Macarena Trigo enuncia: la omisión se convierte en un modo de vida, en una estrategia de


supervivencia. Si obviamnos todo lo que nos molesta, tal vez desaparezca.

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