Tristeza
Tristeza
Tristeza
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¿QUÉ ES?
Una reacción ante una pérdida o situación adversa por la que nos vemos superados. La tristeza también pueda
aparecer tras grandes alegrías cuya dimensión resulta excesiva para que la persona que la experimenta pueda
gestionarla emocionalmente con eficacia.
Estos mismos desencadenantes son compartidos por otras emociones de cariz negativo como pueden ser la ira
o la rabia. El hecho de que una persona ante una determinada situación experimente tristeza o rabia dependerá
fundamentalmente de sí considera que todavía se puede hacer algo, en cuyo caso las emociones que sentirá
pueden ser ira, rabia, etc., si, por el contrario, esa persona considera que no se puede hacer nada para mejorar
la situación entonces, se sentirá realmente triste.
Por otro lado, variables cognitivas de la personalidad también influyen en la emoción de tristeza. Así por ejemplo
una persona, con un estilo explicativo pesimista, piensa que él o ella es el causante de todo aquello negativo que
le ocurre en la vida. Mientras los hechos afortunados son sólo producto del azar y no tienen nada que ver con
su persona.
Las personas que son especialmente rígidas, con un sentido del deber elevado, una ética y una moral exigentes,
muy controladoras, tienen una facilidad asombrosa para sentir tristeza debido a que tienen poca capacidad de
adaptación a los cambios, es lo que en psicología clínica se denomina personalidades melancólicas.
En cuanto a los esquemas cognitivos conviene saber, que cuando una persona se ve expuesta a varios
acontecimientos que generan tristeza como pueden ser los fracasos o ausencia de logros, llega un momento en
el que se ve paralizado por el miedo, y la tristeza extrema es lo que se conoce como indefensión aprendida.
AFRONTAMIENTO
La tristeza nos protege y ayuda a restaurarnos frente a los posibles daños que pueden surgir de nuestra
interacción con el medio. Se distinguen tres grandes formas de afrontamiento
El retiramiento, la persona triste se "aísla" del medio lo que le permite reflexionar y cambiar
conductas que han resultado ser poco eficaces ante la resolución de problemas.
Sin embargo hay que tener en cuenta, que la predisposición de una persona sumergida en la tristeza
le hace tener pensamientos y actitudes negativas que le ayudan a mantener esa actitud de
inactividad. Si estamos tristes porque hemos suspendido un examen, este sentimiento puede facilitar la
aparición de pensamientos como “no sirvo para estudiar”. Este pensamiento a la vez nos desmotivará
para estudiar el siguiente examen con lo cual aumentará nuestras posibilidades de volver a suspender y
mantener de este modo nuestro sentimiento de tristeza
La moderación funcional, la tristeza ayuda a atenuar el nivel de activación general del individuo. Esto
otorga un ritmo más pausado a los procesos cognitivos que ahora examinan a fondo, la situación de
conflicto como las conductas desplegadas fracasadas. En muchas ocasiones esta actitud para facilitar
procesamiento resalta las novedades de la situación y propician nuevas estrategias de acción. Por
ejemplo, al sentirnos tristes por el suspenso tenido no tenemos ganas de realizar ninguna otra actividad,
esto puede hacer que nos concentremos en todo el proceso de preparación del examen y que busquemos
los fallos que hemos cometido y tomemos medidas para que no se vuelva a repetir
Impacto social, la tristeza, promueve la empatía de los demás hacia nuestra situación y persona lo
que aumenta las posibilidades de un mayor contacto social que nos ayude a superar la situación. Sin
embargo, en muchas ocasiones se da el efecto contrario, y la persona entristecida rehúye totalmente
de las personas que les rodean presentando un hermetismo muy elevado.
EXPRESIÓN CORPORAL
La cara de una persona triste se caracteriza por:
Elevación de la parte interior de las cejas.
Descenso de la comisura de los labios.
Ascenso de los pómulos y estrechamiento de la apertura de los párpados.
Inclinación de la cabeza.
Mirada hacia abajo.
En cuanto al resto del cuerpo se observa una mayor lentitud del movimiento. Una de las cosas más
características de las personas afligidas por la tristeza es su tono de voz que disminuye notablemente al igual
que la fluidez verbal.
CONSECUENCIAS DE LA TRISTEZA: SUS EFECTOS COGNITIVOS
Una de las consecuencias que más impacto genera en la vida diaria de una persona que experimenta tristeza,
tiene que ver con los aspectos cognitivos o de pensamiento. La persona triste suele presentar pensamientos
rígidos y estereotipados mostrándose incapaces de valorar opciones alternativas, sobre todo cuando los planes
de acción anteriores han fallado. Sin embargo cuando resulta obvio que el camino tradicional no es el más
adecuado la persona atribulada adopta una nueva actitud.
Esta situación afecta al estado general de salud y aparecen síntomas físicos como dolores de cabeza,
sensación de cansancio crónico, palpitaciones y estreñimiento.
¡Y con la música a todas partes! Estudios psicológicos demuestran que el empezar el día con canciones alegres
facilita una actitud positiva ante los acontecimientos cotidianos.
Ser conscientes de nuestros pensamientos y actitud negativa e intentar ponerle remedio. Para ello
podemos recurrir a la práctica de alguno de nuestros hobbies.
GLOSARIO
Adaptativa: útil para nuestra supervivencia Cognitivos: Propio de la cognición o del conocimiento
Ira: Ver emoción de la ira. Interpersonales: Entre distintas personas.
Rabia: Sinónimo de ira. Hedónico: Placentero.
Sociocultural: Propio de la sociedad y la cultura. Colectivista: Característica sociocultural de aquellos individuos
Depresión: Estado emocional bajo el cual una persona siente que piensan que el bienestar del grupo al que pertenecen es
rechazo a realizar cualquier actividad y se siente afligida por una más relevante que su propio bienestar.
profunda tristeza. Empatía: Capacidad de ponerse en el lugar de los otros.
Atribulada: Persona que se caracteriza por su inactividad Introspección: Proceso de reflexión sobre nuestra propia
debido a su estado de ánimo. persona, procesos mentales y sentimientos.
Desencadenante: Estimulo o situación que produce la reacción
emocional.
Psicología de las emociones: la tristeza
Pisc. Sara Montejano
Cuando la tristeza irrumpe en nuestras vidas genera un malestar que intentamos eliminar a toda costa, pero la
tristeza también conforma un mensaje útil para nuestro equilibro psíquico.
¿QUÉ ES LA TRISTEZA?
La tristeza es la emoción que activa el proceso psicológico que nos permite superar pérdidas, desilusiones o
fracasos. Nos permite establecer distancia con las situaciones dolorosas para impulsar la interiorización y
cicatrización del dolor generado por ellas. Así mismo, el sentir tristeza, nos ayuda a empatizar con la tristeza de
los otros y así crear redes de apoyo y consuelo.
A nivel físico encontramos llanto, retardo psicomotor, rostro abatido, falta de apetito, problemas de
sueño...
A nivel mental hay una focalización de la atención en la situación problemática, dificultad para mantener
la mente en blanco, problemas de concentración, pensamientos intrusivos sobre la situación...
A nivel conductual la persona se encuentra desmotivada para realizar las tareas cotidianas y actividades
sociales...
Cuando nos sentimos tristes nos replegamos sobre nosotros mismos, nos aislamos para iniciar el proceso de
gestión de la emoción, este comienza con la generación de pensamientos alternativos sobre la situación
traumática que nos ayudan a encajarla en nuestra vida e historia personal. Acto seguido se produce
una reorganización de las conductas que emitimos para adaptarnos a la nueva realidad que nos toca vivir con
nuestras pérdidas, desilusiones o fracasos.
Por tanto, la tristeza es una emoción útil aunque dolorosa puesto que es el punto de arranque del proceso
de aceptación de una realidad que nos daña.
Aceptarla, la tristeza no es signo de debilidad, debemos permitirnos estar tristes, contrariamente a lo que
nos dicta la sociedad de control emocional.
Buscar soluciones, si es algo sobre lo que podemos actuar debemos orientarnos a la acción para eliminar la
situación que nos genera la tristeza, por ejemplo, si estás triste por una discusión con alguien puedes hablar
con la persona para resolver el malentendido. Si la tristeza es fruto de una situación que no tiene solución, por
ejemplo, la muerte de un ser querido; busca consuelo en aquellas personas de tu entorno que sepan escucharte
y comprenderte. El expresar las emociones ayuda a superarlas. Intenta mantener tus actividades diarias en la
medida de lo posible, e incrementa las actividades agradables, te ayudará a equilibrar tu tono emocional.
Practicar ejercicios de relajación cuando tu mente se quede anclada en la tristeza también te ayudará puesto que
te permitirá redirigir tu atención evitando así "darle vueltas a la cabeza".
Recuerda que la tristeza es una emoción necesaria y adaptativa que nos permite reorganizar nuestra vida
y superar los eventos traumáticos, por tanto, sentirla forma parte de un proceso natural.
Cómo superar la tristeza entendiendo que no debemos
renegar de ella. 7 Pasos Clave
Javier Iriondo
1. ¿Qué es la tristeza?
2. Comprender los estados de tristeza y nuestras emociones
2.1 Alegría y tristeza: ambas son igual de valiosas. ¿Por qué esconderlas?
3. ¿Qué hacer para combatir la tristeza?
La tristeza es una de las cuatro emociones básicas de todo ser humano (junto a la alegría, el miedo y la ira).
A lo largo de la vida, todos sentimos esas cambiantes emociones en distintos momentos y no por casualidad,
sino porque todas nuestras emociones tiene un por qué y un propósito; nos sirven para guiarnos y
alertarnos, porque cada emoción tiene su función.
1. ¿QUÉ ES LA TRISTEZA?
La emoción de la tristeza puede ayudarnos a comprender qué es importante para nosotros en la vida; detrás
de ella puede estar la respuesta a lo que realmente valoramos.
Sin embargo, por naturaleza intentamos evitar esos estados de tristeza lo antes posible. Por ejemplo, cuando
vemos a alguien triste, queriendo ayudarle enseguida le decimos venga anímate, no pasa nada, cambia ese
ánimo. En vez de comprender el porqué y su causa, intentamos librarnos de la tristeza como de la peste.
Debemos entender que esta emoción es una parte natural de la vida y todos pasamos por ella en distintos
momentos, pero nada tiene que ver con una depresión. Tampoco es que sea positiva, pero es algo pasajero que
puede conectarnos con una parte interior más profunda, puede ayudarnos a centrarnos y a conectar con nuestros
valores y hacernos más fuertes. El problema es si se mantiene en el tiempo, porque entonces se puede
transformar en una patología, en una depresión (podría interesarte también este artículo sobre el suicidio y
cómo aún a día de hoy seguimos ocultándolo como sociedad).
La tristeza puede ser provocada por muchos factores, por una decepción, por circunstancias externas, por
distintos problemas o por algún tipo de pérdida. También cuando tenemos la sensación de que perdemos el
rumbo o nos sentimos incomprendidos, cuando nos preocupamos en exceso… Todos ellos pueden hacernos
entrar en un estado de apatía en el que nos sentimos apagados, sin energía y tristes.
Parece que la tristeza no está bien vista o la concebimos de forma más grave de lo que realmente es. Todo
ello provoca que cuando simplemente tenemos un mal día o pasamos por un momento algo más bajo, parezca
que haya algo que está mal con nosotros, cuando no es así y es algo más habitual de lo que creemos.
2.1 Alegría y tristeza: ambas son igual de valiosas. ¿Por qué esconderlas?
Los seres humanos vivimos y necesitamos sentir toda la variedad de emociones y no podemos pretender estar
siempre positivos y perfectos; todos vivimos momentos complicados y difíciles, situaciones que alteran
nuestros estados emocionales, y no podemos ignorar ni tapar esas situaciones ni los sentimientos que puedan
provocar (simplemente porque no estén tan aceptados o comprendidos en la cultura actual).
Esconder y procurar suprimir esas emociones nos lleva a la falta de comprensión y eso puede empeorar las cosas.
1) Lo primero es aceptarla y escucharla; no es la peste, permítete estar triste, desahógate, llora si es necesario.
No tienes que estar todo el tiempo alegre y súper positivo porque puede ser una manera de esconder o disimular
las verdaderas emociones. Si lo hacemos, eso no las va a solucionar, es más, las puede enquistar, porque aquello
de lo que huimos y no aceptamos nos puede hacer prisioneros.
2) Acéptala sabiendo que es algo pasajero, explora tus sentimientos para procurar comprender el por qué, el
origen de dónde surge esa emoción, porque la comprensión es el primer paso para la solución y la superación
de cualquier conflicto.
3) No te encierres, sal de tu rutina, sal a la calle, socializa más, cambia cosas; haz deporte, conecta con la
naturaleza, con otras personas, escucha música alegre que te cargue de energía (la música nos ayuda a cambiar
las emociones).
4) Medita, haz Mindfulness. Los beneficios de la meditación te ayudarán a atrapar esa mente del mono que
todos tenemos y que en esos momentos de tristeza se va a todo lo que no funciona, tiende a magnificar los
problemas y las emociones. El Mindfulness te ayudará a mejorar la salud emocional estando más en el presente.
5) Redirige tu atención a lo que sí es importante, a lo que sí quieres; define nuevos objetivos, ponte metas,
no mires dónde estás, mira a dónde vas, porque esa nueva dirección aumentará tu motivación.
6) Piensa en lo que realmente te gustaría hacer, averigua lo que más te motiva, encuentra aquello que más te
apasione, busca un propósito que de más sentido a todo para dirigirte hacia esa nueva visión.
7) Sigue leyendo, aprendiendo, superándote, conociéndote, porque ese trabajo de desarrollo y evolución
personal, ese autoconocimiento es una de las claves para aumentar nuestro potencial y ser más felices.
Consejos para aliviar la tristeza
Psic. Juan Armando Corbin
Todos pasamos por malos momentos de vez en cuando, pero eso no significa que debamos resignarnos.
Todos, en algún momento o etapa de nuestra vida, hemos sentido tristeza. En ocasiones, es imposible no
sentirla, pues algunos eventos ambientales pueden causar (proceso de duelo, desamor, tener que que cambiar
de hogar, etc.).
Sin embargo, algunas veces la tristeza es causa de nuestra forma de pensar o nuestra manera de comportarnos,
especialmente cuando ésta dura un largo periodo de tiempo.
1. Llora si es necesario
Solemos pensar que no está bien llorar, pues socialmente no está bien visto y nos convierte en personas débiles
a ojos de los demás; no obstante, algunos estudios indican que llorar puede ser relajante y puede ayudarte a
liberar endorfinas, que son hormonas relacionadas con el placer. Algunos científicos afirman que llorar activa
el sistema parasimpático, y ayuda a recuperarte del estrés y las experiencias traumáticas que puedes
experimentar.
No se trata de forzar el lloro, sino de sentir la emoción sin evitarla, pues puede producirse un efecto rebote, y así
experimentar mayor dolor. Además, llorar es bueno para la salud el organismo, pues ayuda a liberar toxinas,
según la teoría del Dr. William Frey.
2. Acepta la tristeza
Como he comentado en el punto anterior, evitar las emociones puede provocar un efecto rebote y causa que
éstas aumenten. Es por eso que en la actualidad, cada vez se aplican más modelos psicoterapéuticos que
giran en torno a la aceptación de la experiencia. Un ejemplo de ello es la terapia de aceptación y compromiso,
que si quieres conocer a fondo puedes profundizar en esta metodología en el artículo “Terapia de Aceptación
y Compromiso (ACT): principios y características”
La autoaceptación significa tratarnos con cariño a nosotros mismos y reconocer que somos valiosos. Es reconocer
que debemos querernos a nosotros mismos porque si no nos respetamos, la tristeza puede aparecer.
3. Encuentra tu propósito
Cuando no encontramos el sentido a nuestra vida es probable que sintamos una gran tristeza y vivamos inmersos
en un vacío existencial. Un lugar en el que no vemos con claridad el futuro y no nos conocemos a nosotros
mismos.
Por eso, para ser feliz y luchar por el desarrollo personal de uno mismo, es necesario trabajar el
autoconocimiento y averiguar qué es lo que nos motiva. En ese camino hacia los objetivos es donde se
encuentra nuestra felicidad.
6. Sal a la calle
Los estudios sugieren que salir a la calle es bueno para nuestra salud mental. La vitamina D que es estimulada
por la luz solar favorece la activación de la enzima hidroxilasa 2 (TPH2) que convierte el triptófano en
serotonina en nuestro cerebro.
Otros estudios sugieren que salir a la calle es clave para los pacientes con depresión, pues produce mejoras
significativas en su recuperación.
8. Socializa
Si salir a la calle y hacer lo que nos gusta es bueno, mejor aun si lo hacemos en compañía. Los estudios sugieren
que socializar y tener amigos es imprescindible para nuestra salud mental. Para conocer a gente nueva,
simplemente puedes ir a las clases de yoga de tu pueblo o al gimnasio, y verás cómo consigues nuevas amistades.
9. Acude a un profesional
Si la tristeza es duradera y no sabes cómo superar esta situación, es posible que necesites ayuda psicológica para
superar esta situación adversa. Existen muchos profesionales que pueden ayudarte a mejorar tu bienestar y
tu calidad de vida.
Cuando estás cansado o deprimido
Para orar. Paciencia en la prueba.
Por: Centro de Hospitalidad y Misericordia | Fuente: Centro de Hospitalidad y Misericordia
Vengan a mí todos los que están fatigados y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo, y
aprendan de mi, que soy sencillo y humilde de corazón, y encontrarán descanso para sus vidas. Porqu mi
yugo es suave y mi carga ligera.
Mateo 11, 28-30
PALARA DE DIOS
Paciencia en la prueba
• “¡Feliz el hombre que soporta la prueba! Porque superada la prueba recibirá la corona de la vida que ha
prometido el Señor a los que le aman”.
Santiago 1, 12
Palabras de esperanza
• “En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis, y el mundo se alegrará. Estaréis tristes, pero vuestra
tristeza se convertirá en gozo. La mujer, cuando va a dar a luz, está triste, porque le ha llegado su hora;
pero cuando ha dado a luz al niño, ya no se acuerda del aprieto por el gozo de que ha nacido un hombre en el
mundo.”
Juan 16, 20-21
• “El que anda a oscuras y carece de claridad confíe en el nombre del Señor y apóyese en su Dios.”
Isaías 50, 10
• “En lo excelso y sagrado yo moro, y estoy también con el humillado y abatido de espíritu, para avivar el espíritu
de los abatidos, para avivar el ánimo de los humillados”.
Isaías 57, 15
• “Seréis alimentados, en brazos seréis llevados, sobre las rodillas seréis acariciados. Como aquél a quien su madre
consuela, así yo os consolaré”.
Isaías 66, 12-13