Tengamos El Sexo en Paz PDF
Tengamos El Sexo en Paz PDF
Tengamos El Sexo en Paz PDF
TENGAMOS EL SEXO r
E N PAZ (
f
(
de
:
r
J
r
EL SEXO SEGÚN LOS FO
7
maturgia final, que, partiendo del libro de Jacopo, re-
frido la intervención de los censores en otras 40 ocasio-
cogía experiencias y recuerdos de Franca, añadiendo en
nes antes de ésta. Se podría pensar que los tiempos han
clave satírica temas ligados al amor y la sexualidad y su
cambiado, y que en este fin de siglo habrían por lo me-
importancia en la existencia. Dario Fo introdujo ade-
nos disminuido los rigores de un fundamentalismo hi-
más en el proyecto inicial dos fábulas al estilo de su
pócrita en temas de sexo. Pero basta con leer el len-
"Misterio Bufo", la primera "robada" a Boccaccio para
dramatizar la ignorancia en materia de sexo desde tiem- guaje retórico y los argumentos arqueológicos del
pos de... Adán y Eva, y la que cierra el espectáculo, ins- decreto censorial para ver que, en Italia, el sexo sigue
pirada en una fábula medieval, que aconseja a los jóve- siendo intocable para algunos.
nes profundizar y ampliar el amor, en lugar de mul- Todo nace de la petición que la Compañía Fo/Rame
tiplicar las ocasiones del sexo. Dario Fo dirigió además dirige al Departamento de Espectáculos de la Presi-
el espectáculo, prestando su voz a una burlona canción dencia del Consejo de Ministros, en diciembre de 1994,
"orgásmica", que además de abrirlo y cerrarlo, subraya para que el espectáculo sea calificado para menores de
irónicamente otro momento de gran carpintería teatral, 18 años, y pueda ser llevado a los numerosos colegios
la "clase" de orgasmo, parodia de la moda de los vídeos que lo han solicitado. Esta fue la respuesta, que repro-
de aerobic. ducimos parcialmente:
El resultado de esta cadena de colaboraciones fami- "CONSIDERANDO que la Comisión constituida al
liares fue un espectáculo estrenado en noviembre de amparo del art. 11 de la ley n. 161 de 21.4.1962, ha
1995, con dos títulos: el original de El Zen y el arte expresado parecer contrario a la admisión de menores
de follar, y otro quizás más pacato, "¿Sexo? Gracias, de 18 años a las representaciones del citado espectáculo
por no despreciar...", dejando la elección a los progra- teatral con la siguiente motivación:
madores teatrales. Como ahora veremos, se quedaron
cortos en precaución, y con el segundo y definitivo tí- "El texto, salpicado de humor satírico, a pesar del
tulo, el espectáculo sigue desde entonces llenando tea- fin didáctico explícitamente mencionado, en realidad, a
tros por toda Italia. través del crudo lenguaje que utiliza, no del todo cien-
tífico, podría provocar ofensa en el sentir general, que
exige respeto a la intimidad, provocando en el mundo
adolescente de los espectadores una conturbación con
El sexo y el arte de censurar posibles repercusiones futuras en su actitud con rela-
ción al sexo, que no es tan sólo un listado minucioso de
partes y conductas anatómicas",
Pero la familia Fo decide, y la censura prohibe. Lo
DECRETA que los menores de 18 años queden ex-
que, por otro lado, no es nuevo para los Fo, que han su-
cluidos de las representaciones del espectáculo".
8
9
Realmente, no tiene desperdicio. Pero.los Fo, aveza- posee sus referentes propios, sus propios fantasmas y
dos en estas lides que creían olvidadas, convocaron rá- realidades, como en el tema del SIDA y del aborto.
pidamente una rueda de prensa y desataron un escán- He modificado también los recuerdos más persona-
dalo con interpelaciones parlamentarias, apoyos les de Franca, sus referencias al hijo y sus experiencias
masivos, ganando finalmente el recurso que presenta- con Dario marido y padre, tratando de encontrar cierta
ron. neutralidad y generalidad, que permitiera a cada actriz
Una vez más, y en la Italia de Berlusconi y Rete 5, que se enfrente al espectáculo desarrollar su propio dis-
los Fo han defendido la característica irrenunciable de curso personal. En estos días se estrena el espectáculo
su teatro, ese compromiso cívico de despertar y difun- que dirige José Carlos Plaza e interpreta Charo López,
dir entre los espectadores la conciencia de los proble- quien lleva a escena "otro" texto, diferente a este que
mas más urgentes y delicados, ya sean políticos, o, se publica, surgido de sus improvisaciones, enriquecido
como en este caso, vinculados a la salud colectiva. Por- y alegremente contaminado por sus opiniones y viven-
que se habla de clítoris, de impotencia, de la timidez y cias.
torpeza de las primeras relaciones sexuales, pero tam- Quizás sea éste el texto mas abierto de cuantos han
bién de temas serios y conflictivos como el SIDA o el escrito Dario Fo y Franca Rame, precisamente por su
aborto, aunque con tacto, delicadeza, y sonriente com- lado autobiográfico en una esfera tan íntima e intrans-
plicidad tanto con las mujeres como con los hombres, ferible como es la propia vida sexual, y por ello nunca
en este exorcismo laico para desterrar miedos e igno- podrá ser igual con otra actriz y otro director. Y por
rancia. otro lado, en su carácter universal de tierna e irónica
reflexión de una mujer de nuestros días sobre cómo vi-
vir bien la sexualidad, está su riqueza de jugosa plata-
forma para otras posibles opciones.
Tengamos el sexo en paz
Sobre su oportunidad, dice Franca Rame: "Es un
monólogo tierno, centrado en las relaciones sentimen-
Con este tercer título llega el texto a nuestro país, tales y también físicas, sobre las que doy consejos a los
el primero donde se edita y representa fuera de Italia. más jóvenes... y a los que ya no lo son. Tenemos miedo
Y no sólo ha sufrido la transformación del título, ine- hasta de las palabras. Nuestra sociedad no enseña a
vitable al ser la frase idiomática del segundo ("¿Sexo?...) amar, ni con el cuerpo, ni con el alma. En el espectá-
difícilmente convertible en una frase coloquial en cas- culo los sentimientos están en primer plano. Hay mo-
tellano. Ha habido también muchos ajustes en el pro- mentos irónicos, cómicos y poéticos, pero también se
pio texto, para adecuarlo a otro entorno y a otro ima- habla de la frigidez femenina y masculina, del or-
ginario, que, pese a ser bastante cercano al italiano, gasmo, de la musculatura íntima del hombre y de la
10 11
mujer, o del famoso punto G. Son informaciones ele-
mentales, pero su desconocimiento provoca problemas
sexuales, y en muchas ocasiones, enfermedades que po-
drían limitarse con un mínimo de información. De ahí
nacen las neurosis, las frustraciones y muchas rupturas INTRODUCCIÓN
de pareja. Es la exaltación de la ignorancia".
Contra estos peligros lanza su ofensiva la burlona
familia Fo, declarando guerra abierta tanto a los pre-
juicios y la moralina, como a la falta de comprensión y Buenas noches a todos, bienvenidos.
amor. El título de esta charla que voy a mantener con vosotros
es: Tengamos el sexo en paz.
Carla Matteini
¿Cómo surgió la idea de este espectáculo sobre un tema
Madrid, Enero 1996 tan insólito? Nació de un libro escrito por Jacopo, hijo de
Franca Rame y Dario Fo, un libro con un título un poco...
bruto: El Zen o el arte de follar. Los dos actores, padres
del autor, se encontraron con que en la temporada pasada
llegaban a su anterior espectáculo montones de chicos y chi-
cas con fotocopias del libro bajo el brazo, para que se las
firmaran. Ellos preguntaban: "¿Por qué traéis fotocopias?"
"Porque el libro está agotado y queremos tenerlo. Nos ha
. enseñado muchas cosas que no sabíamos..." Una chica in-
cluso les dijo: "Me ha salvado la relación con mi novio..."
x u a l , va y aparece el SIDA... curioso, ¿verdad? ¿Qué hay que hacer? ¿Pasar revisión cada diez m i l k i l ó -
metros... abonarla en primavera? No se sabe, y nadie nos lo
¡Y cómo se ha utilizado! Primero, que si era cosa sólo de
enseña. Y amores m a r a v i l l o s o s q u e c r e í a m o s eternos, de
homosexuales (pervertidos, era el subtexto), que lo propaga-
pronto se acaban.
ban, y contaminaban, así que mucho ojo con ellos... Después,
al comprobarse que el índice de afecrados aumentaba verti- M u c h a culpa la tiene la ignorancia y la mixtificación que
ginosamente entre los heterosexuales... ¡guerra a la promis- existe en torno al sexo. Nos creemos que lo sabemos todo, y
14 15
0,
O
(
O*
con el constante bombardeo pornográfico al que nos some-
ten, nos creemos maestros.
i
17
16
• • •. .
"Entonces, Eva, t a m b i é n puede anidar en m í " , me dice. Nada, no me contestó nada.
Me acurruqué fuera. Esperé... sentí a l g o que me apretaba
"Bueno", le d i g o para que se tranquilice, "entonces tam-
aquí, en la garganta.
bién puede esconderse dentro de mí..." <
"¿Qué e s ? "
"Sí, Eva, es más fácil que esté dentro de tí ese Diablo-
Demonio, disfrazado de hermosura..." El "dolor"... es la p r i m e r a vez que siento "el dolor"
me parte el corazón.
¡Hermosa! ¡Me ve hermosa! ^£>
Se va la luna... la noche oscurece... ya no se ven las es-
Me dieron ganas de abrazarle. De echarme a su cuello trellas... Un súbito z i g - z a g de relámpagos surca el cielo...
g r i t a n d o : "Sí, yo soy el hermoso Diablo-Demonio... ¡y te ¡Un estruendo! Y llueve, l l u e v e a cántaros... estoy tan de-
arrastraré al infierno!" sesperada q u e no me i m p o r t a correr en busca de refugio.
¿El infierno? ¿Qué es eso del infierno? Un lugar. Pero M á s relámpagos. Caen trozos de hielo. ¿Qué será? Em-
¿qué l u g a r ? Tal vez un barranco, una prisión donde hay que piezo a t e m b l a r de frío. No siento las manos... las piernas.
encerrar a ese Diablo para darle castigo.
Me quejo... "Ohooo" me quejo.
¡Yahvé Dios, la q u e había liado el pajarraco! El bobo de La cerca se mueve.
mi A d á n ahora veía al Demonio en todas partes.
¡Por fin se ha decidido!
Y la tomó conmigo. Me echó de la cueva. "¡Fuera!", g r i - Se asoma el hombre.
taba, "¡Vete fuera!" Me siento m a l . . . me l e v a n t a en brazos... me lleva a la
"¿Pero qué te p a s a ? " Estábamos j u g a n d o como dos chi- guarida... me frota con hojas... me frota por todas partes. Me
q u i l l o s , revoleándonos abrazados en la hierba, y al levan- llama: "Eva"... no puedo contestar. Tengo la l e n g u a entu-
t a r m e en brazos me soltó de g o l p e , alejándome. "¿Te has mecida. Me l l a m a g r i t a n d o : "¡Eva! ¡Eva!" ¡Qué bonito es mi
vuelto loco?" nombre en su boca!
Me abraza, trastornado. Me aprieta. Me sopla su aliento
"Vete a tu infierno", g r i t a , y se encierra en la cueva, ta-
en la cara... me la l a m e . Llora.
pando la entrada con la cerca. Traté de entrar, le supliqué.
¡Nada! Se había atrincherado. ¡El hombre llora!
Poco a poco vuelvo a sentir un poco de calor. Consigo
"Adán, no me dejes sola... No soy el Diablo, ¡te lo juro!
Se está haciendo de noche, Adán, y no quiero dormir sola. mover con esfuerzo los dedos y los brazos. Yo t a m b i é n le
¡Tengo miedo!" abrazo.
19
18
Siento una cosa que se clava en mi vientre... "A mí también... siento la m i s m a calentura, ¿probamos
"¡Yahvé Dios! ¿Qué es? ¿Un ser v i v o ? " otro revolcón?"
"Sí, creo q u e sí, Eva... creo que es el m i s m í s i m o D e m o - "Debemos obedecer al ángel de Yahvé Dios que nos dijo:
nio en persona... ¡disfrazado de hermosura!" "¡Cuando veáis al demonio, arrojadlo de i n m e d i a r o al in-
fierno para su castigo!" ¡Pues c a s t i g u e m o s a este diablote
"Bueno, no exageres, no veo yo tanta hermosura... ¡ N i
malvado, castiguémoslo!"
siquiera tiene ojos!"
Fueta, el cielo estalla en relámpagos... ráfagas de viento
"¡Está claro que el Diablo es ciego!"
azotan con violencia los árboles, que al i g u a l que nosotros se
"Entonces, ¿por qué se pone tan contento, si no me v e ? " abrazan suspirando... el a g u a rebulle hasta el mar. Incluso
"¿El amor? ¿De dónde te sacas A d á n esa p a l a b r a , "el Sólo nosotros g e m i m o s , casi maullando.
amor", que no la había oído antes?" ¡Yahvé Dios! Como el Diablo de Adán encuentre tanto
"No sé, me ha salido sola... de pronto, de los labios... júbilo como yo con mi infierno... ¡se volverá loco!
cuando siento estas ganas locas de abrazarte... de estrujarte
Me e m b a r u l l o toda... jamás podré explicaros el zaran-
a revolcones. Me sale g r i t a r t e ¡Amor!"
deo... el revoloteo... el retozo... el regocijo...
20
^ W c « f>or¿*&. a ONMJ^ eJi vede*, ¿yv^Cmo
¿PROBLEMAS?
23
.0
que un señor de Bolonia se quejaba de que "nuestra socie-
dad no enseña nada a nuestros hijos. En el colegio nadie les
Jiabla^de sexo, de la familia para q u é hablar, la m a d r e es tí-
m i d a , el padre no tiene confianza para plantear el tema, eg
un problema c u l t u r a l . . . / y a los 18 o 20 años un chico no % MI M A D R E
sabe, no sólo dónde está, sino ni s i q u i e r a qué es el clítoris. 1
L i g a con u n a chica, se hacen novios, se casan, no logra sa-
tisfacer sexualmente a su pareja, y la relación se termina". | £ \
M e hubiera g u s t a d o hablar d e ello, que m e explicaran
Este señor tiene toda la razón. Sabemos por artículos y
ciertas cosas... pero ¿con q u i é n ? / ^ a o J ^
encuestas, en colegios, en la universidad, que es cierto, que
los chicos no están informados, no saben cómo está estruc- ,< La persona indicada hubiera sido mi madre, pero no ha-
t u r a d o el sexo de su c o m p a ñ e r a , ni q u é p o s i b i l i d a d e s bía confianza entre nosotras. Mi madre venía de una familia
ofrece... sólo saben que ahí tenemos un orificio. Y las chicas, rica... en d i g n i d a d y prejuicios.
poco más. f
Mi madre es una b u e n í s i m a persona, católica ferviente,
¿Qué sabe un chico de 20 años de sexualidad femenina? practicante, e incluso... votante, q u e con sus hijas j a m á s ha-
;
bló de sexo'. Para mi m a d r e éramos como las muñecas... ter-
¿Qué sabía yo a los 20 años? N a d a . ^ .£
minábamos aquí. (Indica la cintura)
Como podéis i m a g i n a r , yo t a m b i é n he vivido m i s épocas
Para e l l a , decir sexo era decir obscenidad. <o^c
de confusión, y he tenido m i s correspondientes p r o b l e m a s
U n a muestra: al culo lo l l a m a b a "pompis"... y a lo de de-
sexuales antes de los 20 años, y después... de niña, el sexo
era para mí a l g o misterioso... sabía que existía, pero nadie lante, "pompis de delante". Curioso, ¿verdad?
me hablaba de él. yf\~ A veces, cuando yo estaba haciendo los deberes... yo era
.
una n i ñ a b u e n í s i m a , estudiosa... m i m a d t e l l e g a b a d e i m -
No hablar, no ver, no tocar, era la r e g l a sagrada. De he*
cho, en el colegio de monjas nos hacían duchar con camisón. p r o v i s o / c o n esa cara que ponen las madres en los m o m e n -
' i ' , , oíoy<>if-jaiO Jei-
tos importantes, y me decía con una voz, pero una voz... q u e
¡Lo juro! ¿Por qué?
parecía la de Dios:'
24
el S< ° 25
"Qué cansada estoy..." Y después, ¿no quería m e t e r m e la lengua en la boca?'
"¿Por qué estás cansada, qué has hecho?" ¿A m í ? ¿Que soy vegetariana?
"El amor..." "Quita esa l e n g u a q u e te la arranco y se la tiro al g a t o " ,
"¿El amor?" -yo no sabía lo que era- "¿Con q u i é n ? " decía yo, siempre con las manos tapándome el o m b l i g o .
"Con mi p r i m i t o de diez años... ;menudo i n ú t i l ! " Otra cosa que no entendía era que: ¡ZAS!, me estampa
contra la pared, luego (Repite los movimientos anteriores) B l a l l ,
" ¿ Y qué habéis hecho?"
blall... blall... y empujaba su pubis contra el m í o , con una
"Pues como no sabíamos nada de esas cosas, sólo que los fuerza tremenda... Yo pensaba:
niños nacen de la tripa... él con su cosa empujaba, empu-
"Pero... ¿qué llevará en los calzoncillos?"
jaba... ¡No veas cómo tengo el o m b l i g o ! "
O s d i r é l a v e r d a d : ¡por c u l p a d e m i m a d r e , c u á n t o
Entre mi m a d r e , "¡Ten c u i d a d o ! " , y el o m b l i g o infla-
tiempo he perdido!
m a d o , yo estaba m u e r t a de pánico. Si se me acercaba un
chico, le tiraba piedras: Pero m á s tarde, u n a de m i s t í a s , de i z q u i e r d a s , solte-
rona... no porque fuera de izquierdas... maestra, y m u c h o
"¡Vete, vete! ¡Jamás lo conseguirás!" más abierta que mi m a d r e , decidió culturizar sexualmente a
"¿El q u é ? " sus sobrinita's, y un día nos reúne en la cocina, alrededor de
una mesa grande... éramos niñas de 12, 13 años... y nos en-
"¡No lo sé!"
seña un l i b r o científico, de a n a t o m í a , y, en particular, la
Después, en el bachillerato, los chicos, impetuosos, sali- imagen de un sexo femenino en sección, coloreado según las
dos... se me echaban encima, me abrazaban, me estrujaban... partes en tonos suaves... que me pareció un mapa... y cuando
la tía preguntó: "Niñas, ¿sabéis q u é es esto?", yo: " ¡ S í , tía,
Luego trataban de besarme.
es Florida!", no sé porqué...
No sé vosotras, pero yo, de mi p r i m e r beso guardo un re-
¡Qué m a l le sentó! "No, boba, esto no es Florida .. ¡es tu
cuerdo espantoso.
pompis de delante!"
Él me agarra... y, zas, me estampa contra la pared... ¡un
Me quedé tan impresionada, q u e desde aquel d í a a mi
testarazo de conmoción cerebral! Después, con esas 24 ma-
pompis de delante siempre lo he llamado Florida... y al de
nos q u e t i e n e n los chicos, me q u e r í a m a n o s e a r todo el<
detrás, California. ,
cuerpo... y l u e g o , con la l e n g u a . . . b l a l l . . . en el cuello... y
b l a i í , en la oreja...
26
calzoncillos?" ¡Qué espanto! C u i d a d o , hombres, no lo ense-
ñéis así, de golpe, q u e nos traumatizamos...
MI PRIMER ENCUENTRO CON Tercera vez: a los 18 años. Estaba haciendo un curso de
EL OTRO SEXO enfermera en un hospital enorme, donde los médicos no d i s -
tinguían a las principianras de las más expertas, porque éra-
mos m u c h í s i m a s . Yo salía de una habitación con u n a cuña
en la mano, porque al principio tienes que hacer los traba-
Tenía 9 años, cuando vi por primera vez un sexo mascu- jos más humildes... salgo con mi cuña, y un famoso cirujano
lino... bueno, en realidad eran siete, todos en fila, pintados me dice: "Señorita, acuda en s e g u i d a a la habitación 31 con
con tiza en u n a p a r e d . Ya sabéis q u e los c h a v a l e s l l e v a n todo lo necesario para un sondaje urettal". Yo no sabía de
siempre/tizas en el bolsillo, y en cuanto pueden... ¡ZAS!, d i - qué me hablaba, pero me sentí halagada, incluso le hice una
bujan esa especie de escafandra que es como su e m b l e m a , su reverencia, con mi cuña en la mano... "Ahora m i s m o voy".
insignia... y debajo, dos círculos... Yo m i r a b a y m i r a b a , pre- Se lo d i g o a ' l a jefa de reparto, q u i e n me entrega una ban-
g u n t á n d o m e : "Pero ¿qué bicicleta es esa? ¿Y el m a n i l l a r ? " , deja con una especie de botella y otros objetos misteriosos.
pero cuando conté hasta siete tuve como una revelación, y •'Entro en la habitación... el paciente era un chico de unos 20
dije: "¿Pero por q u é han disfrazado a los siete enanitos de años que parecía sueco, operado de apendicitis... Entro, y veo
buzos en b i c i c l e t a ? " al famoso cirujano manoseando el sexo del muchacho. Me
La s e g u n d a vez iba con m i s a m i g a s . Volvíamos del cole- quedo paralizada, y el cirujano: " ¡ V e n g a aquí! Suelte la ban-
g i o , y nos topamos con el típico exhibicionista... porque no- deja, y sujete". No me atreví a decir: "Verá, es q u e yo de
sotras, las mujeres, u n a vez en la vida, ¡todas!, nos topamos esto no entiendo..."
con el típico exhibicionista... (Se interrumpe) Si aún no os lo
Sujeté la cosa con dos dedos... me q u e r í a morir... m i r a b a
habéis encontrado, tened fe, q u e os lo encontraréis.
al infinito... El pobre chico sueco, al verme... 18 años, tan
¿Dónde suele apostarse el exhibicionista? J u n t o a los uri- crecida... sujetándole su cosa... tuvo u n a reacción nerviosa...
narios. ¿Cómo va vestido el exhibicionista? De negro y con ¡una erección! Estoy segura de que no ha vuelto a tener otra
g a b a r d i n a , incluso en agosto. < igual en su vida...
Nosotras pasamos, y él. "¡Eh, niñas!" "¿Ehhh?" " ¡ A q u í , Sí, vosotros os reíis, pero pensad en m í , pobrecilla, q u e
mirad!", y ¡ZAS!, se abrió la gabardina. seguía en los siete enanitos y el cuello del pavo...
La cabeza y el cuello desplumado de un pavo. Cuando sentí q u e esa especie de cola se hinchaba, revi-
vía... "¡Socorro! ¡Está vivo!"
Pregunté a m i s a m i g a s : "¿Por qué lleva un pavo en los
29
28
El cirujano por fin comprendió. "Suelte. Vayase, seño- Coca-Cola, para no quedarse embarazada... ¡Nooo! Vosotras
I rita..." Y mientras yo salía, toda colorada, me dice: "Seño- hacéis el amor, l u e g o vuestro lavado v a g i n a l . . . y m i e n t r a s
rita, pida el traslado a pediatría, así se acostumbra poco a
tanto, "ellos", los espermatozoides, han l l e g a d o a destino y
i poco."
están en casita, tan contentos. Peor aún: l l e g a la ducha... ¡y
I Después crecí, y como suele ocurrir, me enamoré... e hice cantan! (Canta una canción)
el amor... ¡Qué silencio! Pues no soy la única, ¿no?... Bueno, Otras chicas dijeron: "¡Con un beso!", y otras: "¡Con sexo
( hice el amor, y me quedé embarazada. Tampoco en esto soy
oral!", y los m u y sinvergüenzas les contestaron: "No os pre-
la única. .
ocupéis... ¡hacéis g á r g a r a s , y en paz!"
Me quedé embarazada. Todo por culpa de mi madre. Si
.(
me hubiese explicado, en l u g a r de poner las manos a q u í (In-
dica el ombligo), las habría puesto aquí. (Indica el pubis)
r 30 31
r
durante meses. Por no hablar del tremendo esfuerzo de j u n -
tar ese pastón...
Un ambulatorio cutre, en el q u i n t o piso de una casa de
barrio, sin ascensor. Un médico y u n a enfermera.
EL ABORTO (
Cuando entré, ni los buenos días. Pero el dinero, por d e -
lante.
l e y de a m p l i a c i ó n de los supuestos... q u e sólo hay tres... y, ral, iba i n c l u i d a en el precio... pero no fue así.
lá verdad, creo q u e un ejemplo de experiencia real, v i v i d a , No me atreví a abrir la boca. A ú n me muero de rabia
(
vale m á s que cien discursos ideológicos. cuando pienso en mi falta de valor.
Cuando descubrí que era una ignorante embarazada, creí Demasiado a m e n u d o las mujeres no nos atrevemos a re-
volverme loca. No me lo esperaba. Estaba aterrada.
accionar.
No me siento con ánimos para contat lo que pasamos... ¿Cuánto duró? U n a eternidad. (
i n m a d u r o s , inexpertos en todos los sentidos, y sobre todo
"Se acabó. Puede marcharse. Buenas noches".
para traer un hijo al mundo.
M i e n t r a s bajaba los cinco pisos estaba segura de q u e me
Si hubiese p o d i d o hablarlo con mi m a d r e . . . pero t u v e
iba a morir a l l í , en las escaleras.
miedo, m i e d o a su reacción, al dolor tan grande q u e iba a
ocasionarle... a la vergüenza, a la deshonra... y s i g u e siendo No sabía qué me había producido m á s dolor, si la inter-
(
así, o no habría tantos tecién nacidos abandonados en los c u -
vención o la h u m i l l a c i ó n por cómo me habían tratado...
bos de basura. (
Fue u n a experiencia terrible, el peot recuerdo de mi vida.
Pero sobran las palabras: aborté. (
Mujeres, tened cuidado, y vosotros, hombres, no las pre-
Entonces, abortar era peligroso, podías acabar en la cár-
c e l , tú y el m é d i c o . Y las condiciones sanitarias eran i n -
ñéis por distracción. r
Cuando oigo decir ciertas cosas... A unos, "las q u e abor-
frahumanas. El t r a u m a y el m i e d o se me pegaron al cuerpo
tan son unas putas y unas asesinas", a otros: "si para las m u -
32
33
jeres no tiene importancia, es como ir a la peluquería...", y
a otros: "si se lo han pasado bien, ¡que se lo p a g u e n ellas!"
Pues no, señores, ¡de eso nada! Es un momento terrible.
Y si en l u g a r de tanto discutir sobre si prohibirlo o am-
pliarlo, fuera libre y g r a t u i t o , y por e n c i m a de todo nos pre-
LA MENSTRUACIÓN
ocupáramos de u n a auténtica educación sexual, prevención,
anticonceptivos... el aborto dejaría de existir.
r
Confirmación, me llevarían a la iglesia, donde, con g r a n al-
borozo, se celebraría un ritual, con cánticos y órgano... que
el obispo me bendecería con el hisopo y me u n g i r í a el vien-
tre con los Sanros Óleos, y luego me daría un cachete... en
í
el pompis de delante. I m a g i n a b a un final con abrazos, mi I
LA VIRGINIDAD
m a d r e l l o r a n d o , m i p a d r e emocionado... I n g e n u a d e m í ,
creía q u e todas las mujeres de mi familia, y t a m b i é n las ve- (
cinas, vendrían a visitarme, encerrándome en un círculo... de
I
ternura y de cariño. Y que me regalarían compresas de hilo
Otro tema sobre el q u e hay m u c h a confusión es la v i r g i -
con m i s iniciales -entonces no las había de farmacia-, frascos
nidad.
(
de g e l para la h i g i e n e í n t i m a y un spray antiséptico desodo-
rante... ¡ U n a pesadilla! (
No se sabe por q u é , pero las q u e ya no son v í r g e n e s
Después habría un juramento colectivo de solidaridad en-
cuentan a las v í r g e n e s . . . en relación con "ese momento"...
tre mujetes... para no quitarnos los maridos, para ayudarnos
¡unas historias terroríficas! "Él, con su ariete, tiene q u e ras- I
siempre a practicar adulterio, cuidando por turnos a los n i -
ños cuando nos citáramos con nuestros amantes... T a m b i é n gar tu himen... ¡Ahaa, q u é pánico!" y l u e g o , la sangre... H a y
culturas q u e s i g u e n exponiendo las sábanas m a n c h a d a s de
r
acordaríamos jurar en falso para conseguir el divorcio con
alimentos. Pues no pasó nada de eso. N a d a de nada. sangre tras la noche de bodas... sangre, sangre... A s í q u e ,
cuando me l l e g ó "ese momento", me esperaba surtidores de
Todo lo q u e ocurrió fue que mi m a d r e me dijo: "Ahora
sangre... el techo manchado de sangre... "¿Cómo podré l i m -
eres una señorita. Cuando te sientes, cierra bien las piernas".
piarlo?"
i
En la B i b l i a hay p á g i n a s y p á g i n a s sobre la i m p u r e z a de Después descubrí q u e era puro invento. Es un hecho na-
la mujer que menstrua. ¿Y sabéis q u e a ú n existe la creencia i
tural, q u e , si se realiza con amor, no es nada...
de q u e si u n a m u j e r prepara u n a mayonesa en "esos" días...
se le corta? No depende de que la y e m a esté fría, o el aceite
A d e m á s , os informo de q u e el 2 0 % de las mujeres no i
caliente... ¡No! ¿Se te corta? ¡Es la regla! Tampoco podemos
tocar las flores en "esos" días... ¡se secan! Somos unas flori-
tienen h i m e n , o lo tienen tan fino que se rasga de manera
casual.
r
cidas... ¡las asesinas del geranio! Ahora deberíamos g u a r d a r un m i n u t o de silencio por ese I
2 0 % de mujeres que a lo largo de los siglos han sido acusa-
Qué poderío el nuestro, mujeres... ¡El super-monstruo-
das de no ser vírgenes, sólo porque no tenían h i m e n .
menstruado! ¡ T A M P A X !
A d e m á s , hombres, nadie os obliga... ¡ R A S ! ¡ N i que fuera r
la t o m a de la B a s t i l l a ! ¿Ella está a n g u s t i a d a ? Pues un e m -
i
pujoncito hoy, otro empujoncito mañana...
I
36 37
I
r
Al terminar u n a función, vino a verme u n a chica:
¡Fingimos!
38
39
r)
40
41
r
neta... volveos sobre el costado derecho... I m a g i n a d a vues-
tra pareja enfrente... no toméis i n i c i a t i v a s , a los caballeros
no les gusta... Abrazadle l á n g u i d a m e n t e , con los ojos en-
tornados... besadle, e m i t i e n d o u n g e m i d o : " M m m h m m m " ,
como diciendo: " M m h m m m , q u é helado tan rico..."
LECCIÓN DE ORGASMO
•
La respiración es fundamental en el acto sexual, sobre
todo si no sentimos nada. Respirad con r i t m o lento, pero
profundo... así: " ¡ A h , ahaa!" No, g u a p a , eso es un eructo,
El informe Kinsey, famosa encuesta de hace más de 40 cuidado... Ahora respirad más rápido: "Ahohoaaaa... ahoah...
años, afirma que el 4 5 % de las mujeres estadounidenses ah" ¡No tanto, que te mareas! Ahora colocaos lentamente
finge el orgasmo durante el acto sexual. ¡El 4 5 % ! ¡Medio boca arriba, y tirad de él sobre vuestro cuerpo, ¡HOP! C u i -
Estados Unidos!/Con el paso de los años, el porcentaje ha dado, chicas, este es el momento crucial: "EL" está encima
ido aumentando, hasta ser en lá actualidad del 6 0 % . de vosotras, ÉL va a poseer vuestro cuerpo... ¡EL VA A PE-
llegando a esta conclusión: si una mujer consigue represen- " ¡ A h a h a h a ! " , r e c i b i d l e con u n g e m i d o , pero d e j ú b i l o :
tar bien, en gran actriz, un orgasmo durante por lo menos " ¡ O h o oho oho!", como d i c i e n d o : " B i e n v e n i d o , c a r i ñ o ,
H a n abierto clubs, como los de aerobic, donde enseñan "Ah ah", un breve jadeo... ¡ N o , no t a n t o , que se asusta,
Orgasmo conseguido. (
44 45
LOS HOMBRES, QUÉ FANTASMAS LA VERDAD, TODA LA VERDAD
SOBRE LOS HOMBRES
46
47
de burla o desaire por parte de su compañera, puede acom- ahí, dice: "¿Dónde estoy?... uy, q u é calorcillo tan rico..."
piejarle para toda su vida. abre un ojo y dice: "¡Ahaaa!", y entonces...
Existe la i m p o t e n c i a t e m p o r a l , que con el t i e m p o , la M á s no os puedo decir. Ya estoy sudando.
confianza, la experiencia, se supera. Pero hay hombres es-
p e c i a l m e n t e s e n s i b l e s , q u e s i g u e n p a d e c i e n d o este pro- Y es que a los hombres, eso de tener que dominar a toda
debe ser realmente un trago insostenible. Porque además los hombres, sobre todo en público, fin-
En el libro de que os hablé al principio, El Zen o el gen no tener problemas sexuales. Todo se oculta, como u n a
a r t e de follar, Jacopo Fo recomienda para efectuar la pene- horrible deformidad. N i n g u n o , por ejemplo, va por ahí d i -
tración en esas circunstancias... una postura del K a m a s u t t a , ciendo: "Soy un eyaculador precoz".
la de la tijera. No os la explico en detalle por respeto a mi H a y por ejemplo un trastorno sexual gravísimo, m u y co-
madre, pero voy a mencionarla por cortesía. m ú n entre los" hombres, que se m a n t i e n e en secreto. Ni si-
Las tijeras... todos sabéis cómo están hechas. ¿Cómo se quiera se menciona en los manuales universirarios de sexo-
48 49
Ojo, que no estoy hablando de i m p o t e n c i a . Estoy ha-
blando de completa ausencia de placer. El hombre tiene su
erección, su e y a c u l a c i ó n , pero no siente nada, no experi-
m e n t a placer.
50 51
A d e m á s , hay numerosas técnicas de ttasplante. El pri- provoca la erección, el de la derecha la deserección... toda
mer método se aplicó en los Estados Unidos, y después t a m - coincidencia política es puramente casual... sin que la d a m a
bién en Europa. Consiste en trasplantar en el sexo mascu- advierta nada... es m á s , ni siquiera se lo cuentan a su m u -
lino u n a prótesis... sólida... que se quedaba siempre... así. jer. ¡Estallaría la guerra de los botones!
Yo me i m a g i n a b a a esos hombres siempre un poco ensi- Es un sistema extraordinario, q u e consigue unas ereccio-
mismados... tiene que ser m u y molesto... potque, si haces el nes fanrásticas. El único inconveniente es q u e cuando se
amor, viene bien... peto en un funeral, por ejemplo... A s í aprieta el pulsador de la deserección, pita: " P i i i . . . " De he-
que algunos dijeron: "Fuera, fuera, que me la quiten". Tam- cho, en el prospecto q u e e n t r e g a n al hacer el t r a s p l a n t e
bién porque esquiaban, y no podían tomar las curvas... aconsejan encender la radio, la tele, y en su defecto, i m i t a r
el tren: " ¡ T u t u u u t u u t u ! "
Después, la ciencia ha s e g u i d o avanzando, y han tras-
plantado una prótesis blanda que se ponía en... "exaltación" Otro sistema es el hilo de plata. La p l a t a es un material
m e d i a n t e un tubito subcutáneo, acabado en una perita. B a s - m u y flexible, que, así como lo pones, se queda. Sólo que es-
taba: (Mima): "Querido, ¿qué te p a s a ? " "... Un calambre... tos hombres ya no pueden viajar en avión... pasan por el d e -
vamos, querida..." ¡Y unos amores...! Diez horas... las po- tector de metales, y... ¡driiinn! Viajan todos en tren.
bres mujeres no podían más.
Hace unos meses, en Estados Unidos, han inventado otro
Y después, aún mejor: el cirujano inserta en el pene una sistema realmente g e n i a l y revolucionario. Su g r a n haljazgo
prótesis conectada a un sofisticado aparato con el q u e hacen consiste en q u e el sexo se pone en erección m e d i a n t e un
r e a l i d a d su sueño de u n a "prestación perfecta". ¿Y cómo mando, sí, como el del televisor... pero con un solo canal.
funciona?
C l a r o q u e u n o no p u e d e acostarse d e s n u d o , con su
Voy a decir cuanto antes un término que odio: ¡escroto! mando. "¿Pero qué haces? ¿Hasta cuando hacemos el amor
Y es que, con todo mi respeto por los hombres... a m í , la quieres ver la t e l e ? " Lo han miniaturizado... en forma de su-
idea del escroto, peor que "orgasmo"... Y nosotras nos reí- positorio... ¿Y dónde se inserta? Creo q u e ya lo habéis en-
mos, pero anda, q u e nos han adjudicado rambién cada nom- tendido.
brecito... ¡Vulva!, o ¡Vagina!... ¿os parecen bonitos? Por no
Los médicos t t a n q u i l i z a n , diciendo: "No tema, es u l t r a -
hablar de "úterooo..." ¡horrendo! ¿Y "ovarios"? Un término
sensible..." "Amor m í o , te amo...", un apretoncito, "Te a m o ,
rural, de gallinero... ves a u n a mujer guapa, elegante... pien-
te amo, te amo", tres apretoncitos, y e l l a exclama: "¡Oh, el
sas q u e tiene ovarios... ¡ A g g g g h h h ! Pero "escroto" es el
obelisco de Ramsés IV!"
peor, parece el nombre de u n a l o m b r i z : "¡Ahaaa! ¡ U n es-
croto, aplástalo!" Atención a tres advertencias fundamentales: 1) Que las
pilas estén siempre cargadas; 2) Que no c a i g a en manos ene-
Bueno, pues bajo la piel del escroto se insertan dos in-
m i g a s ; 3) ¡ N a d a de sustos!
terruptores, dos botoncitos m i n ú s c u l o s : el de la i z q u i e r d a
• Y* '
52 53
guntó: " M a m á , ¿las mujeres cómo se masturban?" Mi a m i g a
se cortó un dedo.
H e m o s comprobado q u e los hombres t a m b i é n sufren. Así que, horrorizada, l l a m ó a su marido. "Ven... tu hijo
Las madres con hijos varones lo saben m u y bien, porque al quiere hablarte." Llega el padre, ¿y sabéis lo q u e le dice a
verlos crecer han podido seguir de cerca todas las fases del su hijo? "Esas no son p r e g u n t a s que hacerles a los padres.
55
"¡Que no, m a m á ! El h i m e n está un poco más arriba".
Más tarde, el chico, que era tenaz y creativo, se inventó
otro sistema. " M a m á , he encontrado un sistema extraordi- "¿Pero q u é dices? El h i m e n está al principio del sexo..."
nario: cuando siento q u e me excito demasiado, contraigo
"Que no, m a m á , está por lo menos dos centímetros más
con todas m i s fuerzas los m ú s c u l o s del bajo v i e n t r e . . . ¡y
a g u a n t o , m a m á , aguanto!" arriba..."
gen". Y él: " M a m á , ¿de qué hablas? Sé perfectamente lo que prescindible tener calma!
hago".
•
Los hindúes del "tantra y o g a " y ios taoístas chinos des- A s í q u e mi a m i g a rio entendió, y le contestó: "¿Ah sí?
cubrieron que el acto sexual, si se vive correctamente, es un ¿Y cuándo se te había perdido?" Su hijo se enfadó m u c h í -
m e d i o extraordinario para desbloquear nuestras corazas psi- simo. "¿Pero cómo, m a m á , me pides q u e confíe en tí, que
cológicas, nuestras ansiedades, y para hacernos m á s toleran-
te lo cuente todo, y ahora te burlas de m í ? " Y mi a m i g a :
tes y sociables, menos agresivos. Pero hay que l l e g a r a vi-
"No, cariño, es que no te había entendido..." Pero cuando
virlo bien.
comprendió q u e para él era un acontecimiento importante,
El Zen nos enseña a distanciar la mente, a "liberarnos".en y q u e tenía m u c h o mérito, porque... sed sinceras, mujeres,
el encuentro amoroso, olvidando las tribulaciones de la vida a los hombres les resulra muy, pero q u e m u y difícil encon-
cotidiana, a concentrarnos en lo que estamos haciendo. Por- trarlo... cuándo por fin c o m p r e n d i ó , le a p l a u d i ó y todo:
q u e , seamos sinceros, c u á n t a s veces estamos h a c i e n d o el "¡Bravo, bravo, bravo!"'
amor: "Te quiero, te quiero, te quiero... ¡Dios m í o , la ba-
sura!" A los occidentales nos resulta difícil desconectat de los No es fácil encontrar esa parte m i n ú s c u l a de nuestro
problemas cotidianos. Menos a los napolitanos, que con un sexo.
lenguaje quizás demasiado... directo, demuestran haber com-
Vino a verme un día un chico que me conocía, y me dice:
prendido todo con su dicho: "¡La polla no quiere follones!"
"Este es el reléfono de mi novia. L l á m a l a y dile que tiene
Os he explicado el Zen en tres palabras. m u y m a l a idea, y que es una i m b é c i l . " "No puedo, ni si-
58 59
Me alegro de q u e las señoras y señoritas se hayan reco-
quiera la conozco... además, ¿por qué, qué te hace?" "¿Qué
nocido. La verdad es que yo q u e r í a proyectar un sexo fe-
me hace? ¡No colabora! Yo no consigo encontrar esa parte
m e n i n o en sección, a u m e n t a d o q u i n i e n t a s m i l veces, para
de vuestro cuerpo: estamos en la cama, desnudos, haciendo
poder conrinuar con mi lección, pero me lo han desaconse-
el amor... yo me e m p l e o a fondo... y e l l a , como u n a ser-
jado. "¡No puedes! El sexo femenino en sección, ya en pe-
piente, con, la boca tirante, me sisea: "¿No lo encuentras,
queño es horroroso... si e n c i m a lo a u m e n t a s quinientas m i l
eh?"... Yo no me desanimo, sigo adelante, y ella g é l i d a , m o -
veces... ¡les bloqueas la erección a los caballeros presentes
viendo los ojos de un lado a otro: "¡No!... ¡No!... frío, frío..."
en los próximos dos meses!" A s í que me han dibujado es-
Chicas, no debéis. Tenéis que a y u d a r a vuestros chicos. tas flores, pues, como sabéis, a l g u n a s flores son el símbolo
Para ellos es un d r a m a encontrar el clítoris... incluso para del sexo femenino.
ios que han estudiado a fondo el sexo en los libros, y lo sa-
Bien, trataré de que quede claro incluso así.
ben todo de la Florida.'., a nivel geográfico, claro.
He a q u í el sexo femenino. ,
Teoría y práctica no siempre van juntas.
Dice el poeta: "Es la madre de todas las delicias.;'
A d e m á s , en los libros se leen unas descripciones terrorí-
ficas. Es un retazo de cielo situado entre los suaves muslos.
61
60
A q u í está 'el clítoris... q u e el 9 0 % de los hombres i g - Desde luego, no ordenando: " ¡ A g u í ! o ¡ A l l í ! " , sino con
nora dónde se encuentra, y el 1 0 % restante aún lo está bus- delicadeza. Debéis tomat las riendas de la situación, y, más
cando. aún, guiarles la mano. No podéis pretender que los hombres
salgan solos de su neurosis de dominación. Su mente está
El clítoris, por si no lo sabéis, es la reproducción exacta
demasiado atascada. Debéis enseñárselo todo.
del sexo masculino. Las mujeres tenemos un pene en m i -
niatura... ¡tenemos un "penín"!... ¿de qué nos quejamos? U n a vez que le hayáis explicado todo sobre vosotras, su-
perando timideces, ganando confianza, tendréis también que
Además del "penín", tenemos otro punto erógeno en el
interior de nuestro sexo, que es el fantástico punto "G". En descubrir cuáles son los puntos importantes del sexo m a s -
todo el mundo se habla del p u n t o "G", peto sólo unos po- culino.
cos lo han encontrado. Hemos exaltado la belleza del sexo femenino... no pode-
¿Qué es el punto G? mos de¡ar de alabar la del sexo masculinp. ¡Es hermoso!... si
os fijáis bien, es hermoso... Bueno, cuando está así, e n re-
G... G viene de Gráfemberg, un profesor que descubrió
poso... con. ese bamboleo... no es que sea m u y exaltante...
su existencia en 1 9 4 4 . . . ¡y a nosotras nadie nos ha dicho
¡pero me cae simpático!... me entran ganas de darle tironci-
nada!
tos,. como si fuera la cola de un gato... Pero cuando se yer-
Dice el profesor Gráfemberg: "El p u n t o G es un punto g u e en toda su potencia... yo, al principio, estaba conven-
erógeno que se encuentra en el interior del sexo femenino, cida de q u e dentro tenía un hueso... ¡es hermoso!
y no es más que la prolongación del clítoris".
Para los hombres, las m e d i d a s representan un auténtico
¿Dónde está el p u n t o G? Entrando... no os riáis, no en- d r a m a . Hombres, os aseguro que en absoluto son impor-
cuentro otro verbo... entrando... bajo el hueso púbico... y tantes. Lo que importa es cómo u t i l i c é i s vuestro sexo. Por
subiendo... lo encontramos en el p r i m e r tercio inferior... e j e m p l o , hacer reír a u n a mujer es sexoalmente más impor-
i No queda nada claro! El profesor Gráfemberg nos ayuda. tante q u e las medidas del pene. A d e m á s , un hombre de pro-
Dice: " i m a g i n a d en el inrerior de la v a g i n a un reloj -un re- porciones reducidas puede satisfacer p l e n a m e n t e a su pareja,
l a j p e q u e ñ o , claro- con las m a n e c i l l a s hacia el o m b l i g o , porque se empleará realmente a fondo.
marcando las once y cinco. A h í está el punto G".
P u e d e q u e n a d i e os lo h a y a d i c h o , pero él t a m b i é n
Pero, atención: tanto el clítoris como el punto G, no po- tiene... su clítoris... que deberíais saber dónde está... Si no
déis pretender que ellos los-encuentren solos ./Ellos nunca I c s a b é i s , chicas... ¿de qué nos quejamos? De todos modos,
encuentran nada. está arriba, en la punta...
A s í que, chicas, como no empecéis a darles indicaciones Y no sólo, además del clítoris, también tienen su fan-
m á s concretas, los chicos nunca aprenderán. tástico punto G, y ni siquiera lo saben.
62 63
El p u n t o G de los h o m b r e s e s t á . . / c u a n d o me enteré
formática ni un concurso de hula-hoopJ/Calma. Podéis q u e -
pensé: "La m a d r e n a t u r a l e z a se ha v u e l t o loca"... porque
daros quietos, j u g a r a respirar en sincnSuaTalternándoos...
m i r a que ponerlo ahí, eri un sitio tan difícil de localizar...
o bien soplar suavemente en las orejas o en el cuello, abra-
¿no podía haber encontrado un sitio más cómodo y accesi-
zaros bajo la d u c h a cubiertos de espuma, o masajearos m u -
b l e ? . . , está en la base del pene... en la raíz del sexo... por
t u a m e n t e los pies..i obviamente, si q u e t é i s masajearos los
dentro.
pies haciendo el amor al m i s m o t i e m p o , debéis buscar una
Los expertos aseguran que si, una vez localizado, esti- postura adecuada, para evitar fracturas, luxaciones o infar-
m u l á i s ese punto... ¡oiréis el a u l l i d o del coyote! tos... La cara está contraída... cuántas veces hemos visto a
nuestra pareja con la cara contraída... ¿Por qué? Porque la
No os paséis toda la noche buscando el p u n t o G.
m e n t e está a l e r t a , activa, ansiosa, q u i e r e un orgasmo, lo
^ C o n esto n o quiero decir que l a técnica sea l o m á s i m - q u i e r e absoluto, lo quiere estruendoso, lo quiere total. No,
portante en el acto amoroso|p^ero si quieres p a r t i c i p a d etyéí todo lo contrario, se necesita c a l m a , m u c h a c a l m a . Empe-
TTour de Francia tienes que saber montar en bicicleta. zad por relajar todos los músculos... bueno, todos no... res-
pirad profundamente, sentid a vuestra pareja, escuchad
Os ruego q u e no me malinterpretéis.
cada centímetro, las manos en las manos, escuchad el calor
Para m í , ante todo están los s e n t i m i e n t o s . Sobre todo de su cuerpo, los latidos de su corazón... oled sus cabellos,
para u n a mujer, es importante el "antes" y el "después" de esperando q u e estén l i m p i o s . . . en un contacto t o t a l J S e n t í o s
la relación sexual. pulsar Cuando estéis en perfecta sintonía, y vuestro cuerpo
sabe cuándo es el m o m e n t o , podéis empezar la danza. S í , es
Los hombres se preocupan tanto por las m e d i d a s de su...
realmente una danza, como el vals, pero sin pasos marca-
cosa, por su consistencia, por cuántas veces hacen el amor,
que no comprenden q u e a nosotras nos importa m u c h o m á s
dos.
un m i m o , u n a atención, una caricia, un detalle... un M e r - Para seguir esa danza, debes dejar de pensar, debes en-
cedes... es broma. trar en otro estado de consciencia. Debes olvidar tus a n g u s -
tias, y dejar que tus emociones fluyan sin temor.
L l e g a d o s a este p u n t o , tenemos q u e afrontar el t e m a
central de nuestra charla: el acto sexual por excelencia. Ya Otra vez el Zen, pertTmejor explicado...
sé q u e todos los hombres españoles, como los i t a l i a n o s , y
' Y al final, el orgasmo alcanzará proporciones bíblicas.
los franceses, son fantásticos en el p r e l u d i o amoroso, en los
juegos e r ó t i c o s . / p e r o , sobre todo para esos otros h o m b r e s Os deseo m u c h a suerte. Y si es así, enviadme u n a pos-
un poco frágiles, q u e tienen más dificultad, este es mi con- tal: "Querida... ¡era verdad!"
sejo: abandonad todo propósito de "quedar bien", de s e d u -
Quiero deciros que para mí no hay nada más hermoso-
cir p r e c i p i t a d a m e n t e , de alcanzar el placer a toda costa, y
a u e el sexo... el sexo enamorado, homosexual o heterosexual,
cuanto antes. C a l m a . El acto sexual no es un examen de i n -
.. . ' »
mientras h a y a amor.
64
65
O ff\(\C>p>0
Queda el pequeño problema de cómo encontrar el alma
gemela... o, por lo menos, el a l m a prima... es difícil, pero
recordad que no sólo hay que romar, recibir, Sino dar, dar
generosamente.
66 67
incontinencia en pocos meses. Lo m a l o es que nadie nos lo
ha dicho.
Desde hace más de 50 años se sabe, por el contrario, q u e ¡Qué apuro! "Si canta, yo nunca lo he oído. Vamos a in-
la reeducación m u s c u l a r p e r m i t e a la mujer liberarse de la formarnos".
68 69
Vamos a ver a una a m i g a común, una tal Rosalía, una Y vi realmente cómo mi a m i g a cogía su cerebro y lo m e -
morena imponente, toda corazón-sexo-experíencia. Seguro tía ahí... se concentró, y la otra le decía: "Respira a fondo.
que su Florida cantaba, y hasta hacía gorgoritos... Los hom- Contrae los músculos".
bres se volvían locos por ella.
Mi a m i g a la de la Florida atrofiada estaba concentradí-
"Vosotras, las mujeres -griró, como si ella fuera un hom- sima, y de pronto empezó a gritar: "¡Se mueve! ¡Ya sé, ya
b r e - estáis poco f a m i l i a r i z a d a s con esa zona de vuestro sé! ¡Lo he conseguido! ¡Ya habla... y pronto cantará!", y des-
cuerpo. Es una zona abandonada. Es como si tuvierais un nudándose por el camino corrió a los brazos de su amado.
Biafra entre las piernas". (Alpúblico) Ahora os toca a vosotros. A q u í no, bonita, no
Me quedé muerta. ¡Y yo que creía tener una Florida! tenemos tanta confianza... Practicad en casa continuamente,
tanto si sois jóvenes como si ya no lo sois tanto. En cual-
"Por eso vuestros hombres os engañan. Tenéis que ejer- q u i e r lugar, en el metro, o en el dentista.
citarla, controlarla, ¡relajarla! U n a Florida viva y adiestrada
Es evidente que el hombre puede sentirse desplazado...
es como la escalera de caracol del Parnaso... se contrae, se
ya no es él quien d i r i g e la danza. Su sistema de "adelante-
enrosca, se desdobla, ¡baja y sube! La m í m i c a del sexo fe-
atrás" se reduce a una banalidad de aficionado frente a vues-
menino es m u y ' v a r i a d a " .
tras posibilidades orquestales de solistas de' arpa y clavicor-
"¿La m í m i c a ? " , preguntamos las dos, atónitas. dio bien afinado.
" ¡ S í , habéis oido bien, la m í m i c a ! Podéis hacerla expre- Cara a cara con esa Florida prensil, el hombre puede sen-
siva... en actitud asombrada... deslumbrada... risueña... me- tirse atenazado en los anillos de una anaconda de ocho m e -
lancólico-ausente..." tros, y, tras la primera "caricia interna" q u e le hagáis... ¡es
capaz de huir atetrorizado! No p e r m i t á i s q u e le de un sín-
"¡Oh, Dios mío!"
cope del susto. Recordad q u e el 9 0 % de los "infartos copu-
"¡Oscila, se estremece! Podéis m o d u l a r ' g e s t o s íntimos, l a n d i " se producen por "shock de v a g i n a neumática".
como si fuese una mano... Podéis bascular e incluso aspirar
Pero un hombre que h a g a el amor con vosotras... si no
a un hombre dentro de vosotras... Lo bueno de estds m ú s -
se asusta demasiado... se volverá l o c ó , y vendrá a buscaros a
culos es que podéis ejercitarlos en cualquier parte, porque
g a t a s , maullando...
n a d i e os ve hacer esra g i m n a s i a . Podéis h a c e r l a i n c l u s o
ahora, no os dé vergüenza. ¡Es la liberación sexual! Á n i m o ,
probad".
70
"Gracias, viejo sabio santón, hemos comprendido... cada
d í a un amor diferente, rico en fantasía..."!
Y ahora, para terminar el espectáculo, una a n t i g u a fá- cuerdas se trenzan, la cesta sube... él, desnudo y excitado,
bula m e d i e v a l , un "fablieux" de origen provenzal, t i t u l a d o : con su pirindolo tieso hacia arriba, se tiende desnudo de-
"La fábula de los ttes deseos". bajo de la cesta sin fondo, por la que, asoman las nalgas de
su a m a d a . " ¡ S u e l t a las cuerdas!" Las cuerdas se desenroscan,
C u e n t a la h i s t o r i a de dos jóvenes enamorados q u e se la cesta baja g i r a n d o como un sacacorchos, y él la ensarta,
quieren tanto, pero tanto tanto, que están siempre enrosca- en un remolino vertiginoso... los dos a m a n t e s g r i t a n , enlo-
dos y abrazados, amándose en su amor desnudo, cubiertos q u e c i d o s . ¡Después, un estruendo! Las cuerdas se parren.
tan sólo por sus brazos y piernas y manos y boca abierta, be- ¡Dios, qué destrozo! Cesta-piernas-nalgas en un montón de-
sándose por todas p a i t e s , apasionados hasta la locura. Pero sastrado... a u l l i d o s de placer como si les descuartizaran...
entre tanto j ú b i l o sienten u n a congoja, u n a aprensión de Después, él tiene que caminar doblado en dos, y ella pasa
miedo. u n a semana sentada en un batreño con hielo, temblando.
¡Pero no hay q u e rendirse y decir basta! Y de nuevo tienen
'¿Nos ocurrirá como a tantos enamorados q u e conoce-
q u e i m a g i n a r maneras fantásticas de hacer el amor.
mos, q u e estaban también ciegos de amor, y m a u l l a b a n a la
l u n a en todas las noches de este m u n d o ? Pero en un i n s -
Se sientan en dos columpios q u e c u e l g a n uno enfrente
tante su pasión se disolvió como por encanto, y ahota ya casi
del otro. Él a un lado, ella al otro, se lanzan... " ¡ A h ! ¡Aha-
ni se conocen.^/VJ
haah!", se encuentran. ¡Dios, qué choque! ¡ N A C ! A u l l i d o s
/Los ^aráarítcjá'acuden en busca de consejo a casa de un de tigres y leorjas. ¡Como animales desriñonados, pero feli-
viejo sabio, un santón, que les espeta esta sentencia: " H i -
jos, si queréis s e g u i r enamorados hasta el infinito, tendréis ¡Y no se detienen! Hacen el amor bajo el a g u a , en el
que i m a g i n a r cada d í a nuevas formas de amor, ricas en fan- mar, abrazados en un río crecido, entre petatdos y fuegos
tasía". artificiales... abrazados en la grupa de un caballo al galope...
'¿Cada d í a ? " Por fin, destrozados, se acercan a la orilla del río a tomar el
aire:
'¡Cada día!"
73
"¿Qué hacemos ahora?" dos mariposas bajo las axilas, y en el ombligo... hasta en las
p a l m a s de las manos, y en las plantas de los pies. ¡Qué ban-
Ya no les quedan ideas... ¡se han vaciado!
quete, esto sí que es hacer el amor! ¡Cómo gritan! Jadeos,
Pero.... ¿ q u i é n b r i n c a entre las p i e d r a s , al borde del temblores, quejidos en falsete, m a u l l i d o s , revolcones... Y las
a g u a ? Es un pez... un pez de oro, q u e g r i t a : "¡Socorro! ¡So- fieras del bosque: "¿Pero qué bicho es ese?"
corro! U n a ola me ha arrojado a la orilla y no sé regresar
U n a s e m a n a más tarde, g r i t a n al unísono: " ¡ B a s t a yal
al a g u a . . . si me a y u d á i s , os' h a r é un b u e n r e g a l o . " Los
¡Respiremos!" "Tengo hambre", jadea ella, extenuada. "¡Yo
amantes arrojan al pez de oro al río. "¡Gracias, hijos!", chi-
también!", g r u ñ e él, casi sin aliento. "Pero cómo voy a ir a
l l a el pez, saltando sobre las olas. "Para demostraros mi
la compra... m í r a m e -dice ella- ¿Cómo voy a aparecer de-
a g r a d e c i m i e n t o por vuestra generosa a y u d a os concederé el
lante de la gente con una mariposa en la frente y otras dos,
don de expresar rres deseos q u e se harán r e a l i d a d " , y desa-
bien a la vista, en las orejas? Y no sé cómo podré caminar
parece.
con estas dos debajo de los pies... ¡y además tendré que po-
"¿No será una broma?", dice ella. "Bueno, por probar... nerme las bragas en las manos, para tapar estas dos, que pa-
Pez de oro, quisiera hacer el amor con mi enamorada sin recen e s t i g m a s ! " "Yo t a m b i é n -dice él- con tantos p i r i n d o -
decir basra. Para ello necesito que me broten muchos p i r i n - los en l u g a r de los dedos de los pies, ¿qué zapatos me voy
dolos por todo el cuetpo". Y, ¡PLAM!, ¡ M I L A G R O ! , al jo- a poner? ¡Por no hablar de esta nariz en pirindolo, que se
ven le brota un p i r i n d o l o en la cabeza. "¡Oh, m a r a v i l l a ! me pone tiesa cuando pasa una muchacha!"
¡ M á s , quiero m á s ! " ¡PLAFF!, le sale otro en el o m b l i g o . De golpe, por p r i m e r a vez, el joven contempla a su ena-
" ¡ M á s , más!", dos en las rodillas... ¡Dos en las n a l g a s ! Y morada en su totalidad. Suelta una gran carcajada: " ¡ J a , ja,
también en los dedos de las manos... y dos grandotes en los perdóname,' pero no tienes m u y b u e n aspecto con tantas
dedos gordos de los pies... y en los otros dedos, unos p i r i n - mariposas! ¡Pareces un colador!"
dolitos más pequeños...
''Pues tú no te has visto con tanto pirindolo... ¡Si pare-
"Por ahora basra, g r a c i a s " , y se van a hacer el amor. ces u n a m i n a con piernas!"
"¡Qué maravilla!", dice él. "Sí, sí, parece que estamos en una
Se ríen los dos como locos... pero poco a poco sus risas
feria -jadea ella, m e d i o desmayada- pero me sienro como un
se transforman en sollozos desesperados. " ¡ M i r a , somos dos
huevo escalfado, picoteado por treinta g a l l i t o s . No puedo
monstruos!" "¿Sabes lo q u e te d i g o ? -dice él- Vamos a usar
seguirte, para esrar a ru altura tendrían que brotarme tan-
el tercer deseo para volver a ser como antes".
tas mariposas como tú tienes pirindolos".
Dicho y hecho: desaparecen pirindolos y mariposas de
Dicho y hecho: el segundo deseo se hace realidad. A la
m á s , y se abrazan, por fin contentos.
joven le brota una l i n d a mariposa en la frente, y otras dos
en las orejas, ¡tan graciosas! En cada n a l g a le nace un bos- "¡Necios, locos! -les g r i t a el viejo sabio santón, asomán-
q u e c i l l o de labios y labiecitos de placer... Le brotan otras dose por la ventana- ¿En qué lío os habéis m e t i d o ? "
74 75
"¡Pero si nos lo has aconsejado tú, santón: i m a g i n a o s
cada d í a nuevas formas de hacer el amor!"
Y van los dos a pasear a la orilla del río, con las manos
enlazadas, y la joven dice: "Qué hermoso está el cielo... qué
precioso el sol cuando se pone..." .
F i n del espectáculo.
76