El Testamento Sin Signos de Puntuación

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 2

UN TESTAMENTO SIN SIGNOS DE PUNTUACIÓN... ¡QUÉ LÍO!

«Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no a mi hermano Luis tampoco jamás se pagará la cuenta al sastre
nunca de ningún modo para los jesuitas todo lo dicho es mi deseo».

UN TESTAMENTO SIN SIGNOS DE PUNTUACIÓN... ¡QUÉ LÍO!

«Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no a mi hermano Luis tampoco jamás se pagará la cuenta al sastre
nunca de ningún modo para los jesuitas todo lo dicho es mi deseo».

UN TESTAMENTO SIN SIGNOS DE PUNTUACIÓN... ¡QUÉ LÍO!

«Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no a mi hermano Luis tampoco jamás se pagará la cuenta al sastre
nunca de ningún modo para los jesuitas todo lo dicho es mi deseo».

UN TESTAMENTO SIN SIGNOS DE PUNTUACIÓN... ¡QUÉ LÍO!

«Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no a mi hermano Luis tampoco jamás se pagará la cuenta al sastre
nunca de ningún modo para los jesuitas todo lo dicho es mi deseo».

UN TESTAMENTO SIN SIGNOS DE PUNTUACIÓN... ¡QUÉ LÍO!

«Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no a mi hermano Luis tampoco jamás se pagará la cuenta al sastre
nunca de ningún modo para los jesuitas todo lo dicho es mi deseo».

UN TESTAMENTO SIN SIGNOS DE PUNTUACIÓN... ¡QUÉ LÍO!

«Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no a mi hermano Luis tampoco jamás se pagará la cuenta al sastre
nunca de ningún modo para los jesuitas todo lo dicho es mi deseo».

UN TESTAMENTO SIN SIGNOS DE PUNTUACIÓN... ¡QUÉ LÍO!

«Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no a mi hermano Luis tampoco jamás se pagará la cuenta al sastre
nunca de ningún modo para los jesuitas todo lo dicho es mi deseo».

UN TESTAMENTO SIN SIGNOS DE PUNTUACIÓN... ¡QUÉ LÍO!

«Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no a mi hermano Luis tampoco jamás se pagará la cuenta al sastre
nunca de ningún modo para los jesuitas todo lo dicho es mi deseo».

UN TESTAMENTO SIN SIGNOS DE PUNTUACIÓN... ¡QUÉ LÍO!

«Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no a mi hermano Luis tampoco jamás se pagará la cuenta al sastre
nunca de ningún modo para los jesuitas todo lo dicho es mi deseo».

UN TESTAMENTO SIN SIGNOS DE PUNTUACIÓN... ¡QUÉ LÍO!

«Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no a mi hermano Luis tampoco jamás se pagará la cuenta al sastre
nunca de ningún modo para los jesuitas todo lo dicho es mi deseo».

UN TESTAMENTO SIN SIGNOS DE PUNTUACIÓN... ¡QUÉ LÍO!

«Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no a mi hermano Luis tampoco jamás se pagará la cuenta al sastre
nunca de ningún modo para los jesuitas todo lo dicho es mi deseo».

UN TESTAMENTO SIN SIGNOS DE PUNTUACIÓN... ¡QUÉ LÍO!

«Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no a mi hermano Luis tampoco jamás se pagará la cuenta al sastre
nunca de ningún modo para los jesuitas todo lo dicho es mi deseo».

UN TESTAMENTO SIN SIGNOS DE PUNTUACIÓN... ¡QUÉ LÍO!

«Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no a mi hermano Luis tampoco jamás se pagará la cuenta al sastre
nunca de ningún modo para los jesuitas todo lo dicho es mi deseo».
UN TESTAMENTO SIN SIGNOS DE PUNTUACIÓN... ¡QUÉ LÍO!

Esta historia demuestra la gran importancia de los signos de puntuación, que pueden cambiar totalmente el
significado de un texto: 

Se cuenta que un señor, por ignorancia o malicia, dejó al morir el siguiente testamento sin signos de puntuación: 

«Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no a mi hermano Luis tampoco jamás se pagará la cuenta al sastre nunca de
ningún modo para los jesuitas todo lo dicho es mi deseo».

¿CÓMO INTERPRETAR ESTE CONFUSO TESTAMENTO?

El juez encargado de resolver reunió a los posibles herederos, es decir, al sobrino Juan, al hermano Luis, al sastre y
a los jesuitas. Les entregó una copia del confuso testamento para que le ayudaran a resolver el dilema. Al día
siguiente, cada heredero aportó al juez una copia del testamento con signos de puntuación.

- Juan, el sobrino:
«Dejo mis bienes a mi sobrino Juan. No a mi hermano Luis. Tampoco, jamás, se pagará la cuenta al sastre. Nunca,
de ningún modo, para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo». 

- Luis, el hermano:
«¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¡A mi hermano Luis! Tampoco, jamás, se pagará la cuenta al sastre.
Nunca, de ningún modo, para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo». 

- El sastre:
«¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco, jamás. Se pagará la cuenta al sastre.
Nunca, de ningún modo, para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo». 

- Los jesuitas:
«¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco, jamás. ¿Se pagará la cuenta al sastre?
Nunca, de ningún modo. Para los jesuitas todo. Lo dicho es mi deseo». 

- El juez todavía pudo añadir otra interpretación:


«¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco. Jamás se pagará la cuenta al sastre.
Nunca, de ningún modo, para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo».

Así que el señor juez, ante la imposibilidad de nombrar heredero, tomó la siguiente decisión: «... por lo que no
resultando herederos para esta herencia, yo, el Juez me incauto de ella en nombre del Estado y sin más
que tratar queda terminado el asunto».

¿CÓMO INTERPRETAR ESTE CONFUSO TESTAMENTO?

El juez encargado de resolver reunió a los posibles herederos, es decir, al sobrino Juan, al hermano Luis, al sastre y
a los jesuitas. Les entregó una copia del confuso testamento para que le ayudaran a resolver el dilema. Al día
siguiente, cada heredero aportó al juez una copia del testamento con signos de puntuación.

- Juan, el sobrino:
«Dejo mis bienes a mi sobrino Juan. No a mi hermano Luis. Tampoco, jamás, se pagará la cuenta al sastre. Nunca,
de ningún modo, para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo». 

- Luis, el hermano:
«¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¡A mi hermano Luis! Tampoco, jamás, se pagará la cuenta al sastre.
Nunca, de ningún modo, para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo». 

- El sastre:
«¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco, jamás. Se pagará la cuenta al sastre.
Nunca, de ningún modo, para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo». 

- Los jesuitas:
«¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco, jamás. ¿Se pagará la cuenta al sastre?
Nunca, de ningún modo. Para los jesuitas todo. Lo dicho es mi deseo». 

- El juez todavía pudo añadir otra interpretación:


«¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco. Jamás se pagará la cuenta al sastre.
Nunca, de ningún modo, para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo».

Así que el señor juez, ante la imposibilidad de nombrar heredero, tomó la siguiente decisión: «... por lo que no
resultando herederos para esta herencia, yo, el Juez me incauto de ella en nombre del Estado y sin más
que tratar queda terminado el asunto»

También podría gustarte