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Pruebas Proféticas
La obra de Elena G. de White cumple con las 4 pruebas bíblicas para determinar si un profeta es verdadero. 1) Sus enseñanzas están en armonía con la Biblia. 2) Hizo predicciones que se cumplieron. 3) Enseñó que Jesús es el Mesías. 4) Sus enseñanzas produjeron buenos frutos en la vida de las personas y la iglesia.
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Pruebas Proféticas
La obra de Elena G. de White cumple con las 4 pruebas bíblicas para determinar si un profeta es verdadero. 1) Sus enseñanzas están en armonía con la Biblia. 2) Hizo predicciones que se cumplieron. 3) Enseñó que Jesús es el Mesías. 4) Sus enseñanzas produjeron buenos frutos en la vida de las personas y la iglesia.
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PRUEBAS PROFÉTICAS
Los Testimonios y el lector
Elena G. de White habló y escribió durante 70 años acerca de las cosas que Dios le reveló. Muchas veces los consejos fueron dados para corregir a los que se descarriaban de la verdad bíblica. Muchas veces señalaron la dirección que Dios quería que siguiera su pueblo. A veces los Testimonios trataban acerca de la forma de vivir, del hogar y de la iglesia. ¿Cómo recibieron esos mensajes los miembros de iglesia?
Desde el comienzo de la obra de Elena G. de White, los
dirigentes examinaron su obra para asegurarse de que la manifestación del don de profecía era genuina. El apóstol Pablo nos advierte: “No menospreciéis las profecías. Examinadlo todo, retened lo bueno”. 1 Tesalonicenses 5:20, 21. Las pruebas que la Biblia presenta para saber si un profeta es verdadero se aplicaron a la obra de Elena G. de White. Y eso es lo que ella quería, porque escribió: “La obra es de Dios, o no lo es. Dios no hace nada en sociedad con Satanás. Mi obra lleva la estampa de Dios, o la del enemigo. No hay medias conclusiones en el asunto”. La Biblia presenta 4 pruebas básicas para examinar a un profeta. La obra de Elena G. de White soporta cada una de ellas.
1. El mensaje del profeta verdadero debe estar en armonía
con la ley de Dios y con los mensajes de los profetas. Isaías 8:20. Los escritos de Elena G. de White ensalzan la ley de Dios y dirigen a los hombres y a las mujeres a toda la Biblia. Ella señala a la Biblia como la única regla de fe y práctica y como la luz mayor hacia la cual señalan sus escritos, a los que llama “la luz menor”.
2. Las predicciones de un verdadero profeta deben
cumplirse dentro del contexto condicional. Jeremías 18:7- 10; 28:9. Aun cuando la obra de Elena G. de White fue muy parecida a la de Moisés al dirigir y guiar al pueblo, ella escribió de una manera profética acerca de muchos acontecimientos que sucederían. Al comienzo de nuestra obra de publicaciones, en 1848, habló de cómo crecería hasta circundar el mundo con luz. Hoy día la literatura de la Iglesia Adventista se publica en 200 idiomas por un monto de más de 100 millones de dólares anuales. En 1890, cuando el mundo declaró que no habría más guerras y que el milenio estaba a punto de comenzar, Elena G. de White escribió: “La tempestad se avecina y debemos prepararnos para afrontar su furia... Veremos desgracias por todas partes. Miles de barcos serán arrojados a las profundidades del mar. Armadas enteras se hundirán, y las vidas humanas serán sacrificadas por millones”. Esto se cumplió en las 2 guerras mundiales.
3. El verdadero profeta confiesa que Jesucristo es venido en
carne, que Dios se encarnó en carne humana. 1 Juan 4:2. La lectura de El Deseado de todas las gentes hace claro que la obra de Elena G. de White está a la altura de esta prueba. Observe estas palabras: “Jesús podría haber permanecido al lado del Padre. Podría haber conservado la gloria del cielo, y el homenaje de los ángeles. Pero prefirió devolver el cetro a las manos del Padre, y bajar del trono del universo a fin de traer luz a los que estaban en tinieblas, y vida a los que perecían. “Hace casi dos mil años, se oyó en el cielo una voz de significado misterioso que, partiendo del trono de Dios, decía: ‘Sacrificio y ofrenda, no los quisiste; empero un cuerpo me has preparado... He aquí yo vengo (en el rollo del libro está escrito de mí) para hacer, oh Dios, tu voluntad’. Hebreos 10:5-7. En estas palabras se anunció el cumplimiento del propósito que había estado oculto desde las edades eternas. Cristo estaba por visitar nuestro mundo, y encarnarse... A los ojos del mundo, no poseía hermosura que lo hiciese desear; sin embargo era Dios encarnado, la luz del cielo y de la tierra. Su gloria estaba velada, su grandeza y majestad ocultas, a fin de que pudiese acercarse a los hombres entristecidos y tentados”.
4. Tal vez la prueba más decisiva de un verdadero profeta se
encuentra en su vida, su obra y la influencia de sus enseñanzas. Cristo enunció esta prueba en Mateo 7:16: “Por sus frutos los conoceréis”. Al contemplar el fruto tal como se manifiesta en las vidas de los que han seguido los consejos del espíritu de profecía, vemos que ese fruto es bueno. Los testimonios han producido buen fruto. Al mirar a la iglesia, sabiendo que hemos sido dirigidos en varias líneas de actividad gracias a estos consejos, debemos reconocer que la obra de Elena G. de White está a la altura de esta prueba. La unidad de enseñanza en los escritos que fluyeron de su pluma durante un período de 70 años también constituye un testimonio positivo en favor de la integridad del don.