Yes 1 Quién Es Dios
Yes 1 Quién Es Dios
Yes 1 Quién Es Dios
¿Quién es Dios?
INTRODUCCIÓN
Cuando Dios creó los cielos y la tierra, nunca tuvo la intención de que su creación se
alejara y fuera separada de su presencia. El deseo de Dios es caminar y conversar con
el hombre como un Padre celestial, manifestando su naturaleza amorosa y bondadosa.
Pero cuando el hombre pecó, rompió esa relación de dicha y se convirtió en un esclavo
de la miseria de sus propios deseos pecaminosos. Por consiguiente, fue necesario que
Dios proveyera la restauración por medio de la redención, de manera que su plan para
el hombre no se frustrara.
Cuando se levantó de la tumba, su resurrección de la muerte y del infierno probó que
Dios está satisfecho con la obra expiatoria de su Hijo y que Él había contestado su
oración: “Padre perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34)
Sin embargo, cuando Dios hizo al hombre a su propia imagen, le dio una voluntad.
Para que el hombre sea verdaderamente redimido a la imagen de Dios, debe poder
retener esa voluntad. De manera que aun en el plan de salvación Dios, permite que
cada individuo escoja si acepta o no el regalo que ya se ha comprado.
Cuando estaba en la tierra, Jesús dijo a sus discípulos: “Si alguno quiere venir en
pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame” (Lucas 9:23) A
través del Espíritu, Jesús dijo a Juan en la isla de Patmos: “El que tiene sed, venga, y el
que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente” (Apocalipsis 22:17)
Esta semana vamos a estudiar juntos “¿Quién es Dios?” Las cinco lecciones serán
las siguientes:
1. Dios es el Creador
2. Dios es el Padre celestial
3. Dios es amorosamente bueno
4. Dios es el único Redentor
5. Dios es Juez justo
DIOS ES EL CREADOR
Para la mente de un hombre del siglo veinte esto es inconcebible. Con su insaciable
deseo de investigación, la mente científica siempre tiene que indagar más. Este deseo
de adquirir más conocimientos no es malo en sí mismo. Realmente, el hombre ha
hecho descubrimientos notables concernientes a la tierra y la vida en ella, en las
profundidades del océano y arriba en los cielos.
El cristiano no debe temer a este tipo de especulación tonta. Vez tras vez los
preceptos de la evolución han sido refutados completamente. Estas no son más que
teorías de hombres y mujeres ciegos a la verdad. En muchas ocasiones estos
exponentes han llegado al punto del fraude, tratando de probar sus teorías.
Aunque la historia de la creación es corta, esa no es la última vez en que Dios nos
asegura que Él es Creador. Dios se deleita en que le adoremos. Por eso, dijo a través
del salmista: "Cantad a Jehová cántico nuevo; cantad a Jehová, toda la tierra...Porque
grande es Jehová, y digno de suprema alabanza; Temible sobre todos los dioses.
Porque todos los dioses de los pueblos son ídolos; pero Jehová hizo los cielos" (Salmo
96:1,4,5)
Esta creencia en Dios como Creador hace que muchos se burlen. Insistir en que eso
es verdad hace que algunas personas se enojen. Este era el caso cuando Isaías dijo:
“Así dice Jehová tu Redentor, que te formó desde el vientre: Yo Jehová, que lo hago
todo, que extiendo solo los cielos, que extiendo la tierra por mí mismo; que deshago
las señales de los adivinos, y enloquezco a los agoreros; que hago volver atrás a los
sabios, y desvanezco su sabiduría. Yo, el que despierta la palabra de su siervo, y
cumple el consejo de sus mensajeros" (Isaías 44:24-26)
Dios es Creador. Creemos en lo que Juan escribió: "Todas las cosas por él fueron
hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida
era la luz de los hombres" (Juan 1:3, 4)
REFLEXIONE Y MEDITE
Lea el Salmo 139 y medite especialmente en los versículos 13-16. Considere cómo
usted, como individuo, ha sido creado por Dios con un propósito.
REACCIONE Y RESPONDA
¿Cómo puede usted, como individuo creado, mostrar la gloria de Dios en su vida
física?
REGOCÍJESE Y ADORE
Alabe a Dios por su ser físico. Si tiene buena salud, exprese verbalmente su
gratitud. Si su salud es mala, regocíjese por la vida y por la esperanza de un cuerpo
resucitado.
Aunque Dios es el Creador de todas las cosas Él desea tener una relación personal
muy íntima con cada ser humano. Para nosotros este es un concepto difícil de
comprender. Cuando pensamos en algo muy grande, mayor que lo que nuestra mente
puede comprender, nos es difícil entender cómo puede haber una relación personal.
Por el contrario. Dios está en todas partes. Además, dondequiera que está Dios,
está en la totalidad de su ser. No está parcialmente aquí y parcialmente allí, como
usted oyó si estuviéramos parados en una puerta con un píe en un cuarto y el otro pie
en otro. Dios está tanto aquí como allá en la plenitud de su persona divina.
Tres veces en el Nuevo Testamento, se habla de Dios como Abba, Padre. Cuando
Jesús oró en el huerto de Getsemaní hasta que sus gotas de sudor se volvieron como
sangre, exclamó: "Abba, Padre" (Marcos 14:36) Dos veces el apóstol Pablo dijo que a
través del Espíritu Santo ahora oramos "Abba, Padre" (Romanos 8:15; Gálatas 4:6)
Esta es una palabra notable que Dios escogió para que sus hijos la usen cuando le
hablan a Él en la forma más íntima. Se trata de un término familiar, como cuando
nosotros decimos "papá" o "papi" o "papito." Pero Abba es todavía más expresivo que
una simple ingenuidad infantil por la manera en que la palabra está formada.
La primera sílaba, ah, es el principal sonido vocal de casi todos los alfabetos. Es
nuestra a, el alpha griega y aleph hebrea. La segunda sílaba, bah, es la principal
consonante de prácticamente todos los alfabetos. Es nuestra b, la beta griega y la
beth hebrea.
De todos los sonidos, estos son los más fáciles de pronunciar y los que más
fácilmente emite un bebé cuando acaba de nacer. Cuándo comienza a llorar su primer
aliento de vida, el sonido más probable será un gran "la-h-h-h-h!" Cuándo se detiene
para respirar, el bebé probablemente une sus labios para formar un cierre consonántico
b. De manera que cuando el bebé llora, calla y llora nuevamente, lo más probable es
que emita un sonido como "¡ah-h-h-h-b-ah-h-h-h!"
Pero Dios es mucho más que simplemente uno llamado padre. Él es el Padre. Como
Padre, da buenos regalos a sus hijos (Mateo 7:11; Lucas 11:13) Como Padre, nos
castiga cuando obramos mal (Proverbios 3:11,12; Hebreos 12:5-11) Como Padre, nos
recibe para sí mismo.
Nuestra relación con Dios es mucho más que simplemente la de servidumbre. "Salid
de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os
recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el
Señor Todopoderoso" (2ª Corintios 6:17,18) Esta es una relación Padre-hijo, Padre-
hija.
No debemos sentir que Dios nos forza simplemente a cumplir con sus reglas
arbitrarias del cielo. Dios es Padre y sabe lo que es mejor para sus hijos. Sus palabras
son palabras vivas que nos dicen cómo vivir la vida a su máximo potencial. Como
Padre, su deseo es que podamos disfrutar de su compañerismo y del compañerismo de
los hermanos y hermanas de la familia de la fe.
Por lo tanto, oramos: "Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu
nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también
nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos
del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén"
(Mateo 6:9-13)
REFLEXIONE Y MEDITE
REACCIONE Y RESPONDA
Dios nos perdona así como nosotros nos perdonamos unos a otros. Examine su propia
vida. ¿Ha sido herido por alguien o le guarda rencor a alguien? Si es así, decida ir a esa
persona y expresarle su verdadero amor, perdonándola.
REGOCÍJESE Y ADORE
Lea de nuevo Juan 17. Alabe a Dios por hacerlo uno con Él y con Cristo, así como Dios
y Cristo son uno.
Cuando el joven rico llegó a Cristo, le llamó "Maestro bueno". Jesús le preguntó: "¿Por
qué me llamas bueno?" y continuó diciendo, "ninguno hay bueno sino uno: Dios"
(Mateo 19:16,17) Jesús no estaba negando que Él es bueno. Más bien, le estaba
enfatizando al joven que si de verdad quería decir que Jesús es bueno, entonces estaba
declarando esencialmente que Jesús es Dios.
Cuando decimos que Dios es amorosamente bueno, es mucho más que cuando nos
referimos a un humano como bueno. A causa del pecado, básicamente el hombre no es
bueno. Pablo describió al hombre: "No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda.
No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay
quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno" (Romanos 3:10-12)
Note que no dice que la bondad de Dios es su actividad de hacer lo bueno. Más bien,
la bondad de Dios está en su propia naturaleza, la que produce los actos de bondad. En
contraste con la lamentable condición del hombre, depravado por la maldad, Dios es
bueno en la naturaleza misma de su existencia eterna. A causa de que Dios es bueno,
Él hace lo bueno. Cuando su bondad se manifiesta hacia el hombre, Dios es amoroso,
benigno, misericordioso y paciente.
Dios demostró su amor por él hombre al entregar a su Hijo a la muerte (Juan 3:16)
Juan dijo en su epístola: "En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que
Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el
amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros,
y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados" (1ª Juan 4:9, 10)
El amor de Dios hacia el hombre también está lleno de gracia. No fue simplemente
amar al hombre en un estado de bondad, sino más bien amar a uno que está en una
depravación total. Pablo lo describió así: "Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a
su tiempo murió por los impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con
todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios muestra su amor para
con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros" (Romanos 5:6-
8.
También debemos saber que a causa de su bondad. Dios es paciente. Por eso Pablo
dijo que nunca debemos juzgar a otra persona. Cuando juzgamos, a pesar de que la
persona haya actuado mal, degradamos la paciencia de Dios. "¿O menosprecias las
riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te
guía al arrepentimiento?" (Romanos 2:4) Como Dios me indulgente con nosotros en
nuestros pecados, así también lo es con otros.
En resumen, recordemos que Dios es amorosamente bueno. Por su bondad nos ama
aun cuando somos pecadores. Benignamente nos da de sí mismo aunque no
merecemos tal bondad. En su misericordia. El obra por nosotros en el curso de los
eventos en el mundo en que vivimos y extiende esta amorosa bondad en paciencia.
REFLEXIONE Y MEDITE
Lea nuevamente Hebreos 4:16. Sabiendo que el trono de Dios es un trono de gracia, Él
piensa en las necesidades de nuestra vida que pueden suplirse al obtener su
misericordia.
REACCIONE Y RESPONDA
Tal vez ha pensado en una persona que usted juzgó. Escriba en un papel cómo siente
que tal juicio le trae condenación a usted.
REGOCÍJESE Y ADORE
Lea las palabras del himno "¡Si no fuera por su gracia y por su amor!" Mientras
reflexiona en las verdades que este himno expresa, alabe a Dios por su amorosa
bondad por medio de la cual le ha mostrado su misericordia, gracia y paciencia.
Dios dijo que esta clase de amor demostraba "el amor del Señor por los hijos de
Israel" (Óseas 3:1) Los hombres y las mujeres de hoy olvidan a Dios y se venden a
los dioses de este mundo. Espiritualmente, esto es "convertirse en ramera " y "cometer
Fornicación".
Sin embargo, la nuestra es una esclavitud aún peor. Como Onésimo, que huyó de
su amo Filemón no somos simplemente esclavos; somos esclavos fugitivos, ladrones e
inútiles. Estarnos vendidos al pecado y maldecidos por la propia ley.
La deuda de pecado del hombre es una deuda terrible. Dios dijo que por un pecado
“ciertamente morirás.” (Génesis 2:17) No es simplemente la muerte física que sucede a
toda la humanidad; más bien es la muerte segunda que se describe en Apocalipsis
20:13-15. "Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades
entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus
obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte
segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de
fuego."
Sin embargo, solamente un hombre puede pagar nuestra deuda. Los ángeles no
pueden pagar la deuda de pecado porque ellos no están sujetos al pecado. Los
demonios no pueden pagar la deuda del pecado porque ellos no pueden experimentar
la muerte. ¿Dónde está el Salvador que puede redimir?
Solamente hay un redentor. Sólo hay uno que puede ser fiador por nosotros
delante de Dios así como Pablo lo hizo por Onésimo ante Filemón. Cristo es el único
que puede decir: "Si te debe algo, ponlo a mi cuenta." Así lo explicó Pablo a los
Gálatas: "Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición
(porque está escrito: maldito todo el que es colgado en un madero)", (Gálatas 3:13)
Cristo se hizo hombre, nació de una virgen, "fue tentado en todo según nuestra
semejanza, pero sin pecado" (Hebreos 4:15) Isaías vio a Cristo en una visión profética
y dijo: "Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su
camino; mas Jehová cargó en él, el pecado de todos nosotros" (Isaías 53:6) Juan el
Bautista se regocijó cuando lo vio venir y dijo: "He aquí el Cordero de Dios, que quita el
pecado del mundo" (Juan 1:29)
Pedro describe cómo se logró esta redención: "Sabiendo que fuisteis rescatados de
vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas
corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un
cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del
mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros" (1 Pedro
1:18-20)
REFLEXIONE Y MEDITE
Lea el Salmo 103 y medite en todas aquellas bendiciones de la redención que son
suyas por medio de Jesucristo.
REACCIONE Y RESPONDA
Visite a un prisionero y compártale su testimonio de ser libre de cadenas peores que las
rejas de la prisión.
REGOCÍJESE Y ADORE
Dios visitó a Abraham y a Sara en su vejez y les prometió que ella tendría un hijo.
Al mismo tiempo le reveló a Abraham que juzgaría a las perversas ciudades de la
llanura, Sodoma y Gomorra.
A través de toda la Escritura se hace referencia a Dios como un Juez justo (Esdras
9:15; Nehemías 9:8; Salmo 119:137; 145:17; Jeremías 12:1; Lamentaciones 1:18;
Daniel 9:14; Juan 17:25; 2 Timoteo 4:8; 1 Juan 2:29; 3:7; Apocalipsis 16:5)
Sí Dios es justo, entonces tiene que haber algún tipo de ley y algún tipo de
responsabilidad por esa ley. Como dice el profesor Berkhof: "La idea fundamental de
justicia es la de un estricto apego a la ley" (Ibid., p. 74)
Dios ha hablado a todo el mundo por medio de las leyes no escritas de la naturaleza
de la conciencia humana. Como dijo Pablo: "Porque la ira de Dios se revela desde el
cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la
Aun cuando el juicio es, hasta cierto punto, un proceso que se está efectuando, hay
un gran juicio final en el que la humanidad se presentará ante el tribunal de la
divinidad eterna. Cada persona. Enfrentará las leyes de Dios en el juicio. Como el
escritor a los Hebreos dice: "Está establecido para los hombres que mueran una sola
vez, y después de esto el juicio" (Hebreos 9:27)
Esta escena la describe el Apocalipsis: "Y vi un gran trono blanco y al que estaba
sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se
encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los
libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron
juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus
obras...Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego"
(Apocalipsis 20:11,12,15)
Este es el juicio final del Juez justo. Aquellos cuyos nombres están escritos en el
libro de la vida son los que aceptaron el regalo ofrecido por Cristo. Él oró: "Padre,
perdónalos" y luego murió por nuestros pecados, y la justicia de Dios fue satisfecha.
Como dijo Isaías: "Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su
conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos"
(Isaías 53:11)
Sin embargo, aquellos que no han aceptado el regalo del sacrificio del Hijo de Dios
deben pagar el castigo por sus propios pecados. Dios es amor, y Él dio a su Hijo para
pagar por nuestros pecados. Pero Dios es también el Juez justo.
REFLEXIONE Y MEDITE
Lea el Salmo 32 y busque en su propio corazón para ver si hay algún pecado
escondido. Si lo hay, lea el Salmo 51 como una oración por el perdón de Dios.
REACCIONE Y RESPONDA