La Gestión Pedagógica PDF
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Consultor internacional.
LA GESTIÓN
PEDAGÓGICA
FUNDAMENTOS SOBRE LA NUEVA FORMA DE PENSAR EN SU APLICACIÓN
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Ssoubal
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PRIMERA PARTE
LA NUEVA FORMA DE PENSAR EN LA GESTIÓN PEDAGÓGICA
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Por ello la relación educación-sociedad adquiere una importancia significativa, debido a que la vida
con sus múltiples interrelaciones fomenta al decir de muchos autores una complejidad. En la medida
que la complejidad fomenta la diversidad y exige diferenciación de saberes en la sociedad, es
preciso abarcar conocimientos cada día más amplios y que requiere nuevas concepciones en la
manera primero, que trasladamos la información, segundo, la manera de apropiarse de ellas, y
tercero, la comprensión por los humanos de los procesos que operan con vistas a que las acciones
sean conscientemente realizadas.
Estamos inmersos en una revolución científico-técnica como le llaman algunos, de gran alcance, en
que cambia constantemente la sociedad y por supuesto esta presente la complejidad, por la gran
interdependencia que se da entre los componentes que confo rman el entramado social, como una
tela de araña, aunque cada relación presenta su diferenciación. Esta forma de entender la realidad
se ha ido posicionando en todos los saberes, en la física, la biología, la pedagogía y las demás
ciencias sociales entre otras. Los descubrimientos se suceden como una avalancha incontenible y
cada vez son más los modelos teóricos que se construyen para tratar de darle explicación a la
realidad circundante.
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Beer (1970) Citado por Rodríguez Darío y Arno ld Marcelo. Editorial Un iversitaria. Santiago de Chile
(fotocopia del original página 49, 2° párrafo)
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Partiendo de esta premisa se infiere que toda construcción de un sistema educacional debe
responder a la sociedad que queremos edificar y al humano que necesitamos para vivir en ella. Sin
embargo, se aprecia que la educación da respuesta parcial a las demandas de la sociedad, debido
entre otras cosas, a la pérdida de identidad que ha tenido a lo largo de su evolución. Hoy más
acentuada, ya que se prepara a los humanos para servir en una modalidad específica de las
estructuras económicas y sociales, y no facilita el desarrollo de las capacidades inteligenciales para
conformar un ser autorreferente, creativo, reflexivo, que se evalúa a sí mismo en sus crecimientos,
decrecimientos y errores. La escolarización está presente la educación del ser humano no.
Ese mal que desde hace tiempo prevalece marca la inevitabilidad de la selección y no la inclusión
social. Como señalan críticamente Luhmann y Shorr (1979 página 11 citado por Rodríguez D y
Arnold M en Sociedad y Teoría de Sistemas)……” con selección no puede ni siquiera aplicarse
los criterios pedagógicos”.
¿Quién debería facilitar el desarrollo de las capacidades intelectuales? ¿Quién debería facilitar el
aprendizaje como consecuencia de ese desarrollo de las capacidades inteligenciales para insertarse
en la sociedad?
Estas potencialidades de acuerdo a las investigaciones realizadas por el autor a partir de los c ientos
de profesores que ha capacitado y largos años de investigación al respecto se dejan un tanto a la
generación espontánea y se tratan de manera empírica por muchos docentes desconociendo sus
sustratos teóricos de carácter neurofisiológico, pedagógico, psicológico y axiológico y en un contexto
en donde imperan curriculum inflexibles plagados de contenidos. Los profesores se centran en los
contenidos a impartir sin tener en cuenta que los humanos desconocen su propio funcionamiento
interno.
¿Cuándo se le pregunta a los profesores, cómo se desarrolla el aprendizaje, cómo se construyen los
conocimientos, qué es crear, cómo se desarrolla la metacognición, encuentras un vacío tremendo.
Son tantas las dificultades de carácter conceptual que persisten en la formación de los seres
humanos y que la escuela no esta resolviendo, que muchos autores entre los que me encuentro
hablamos de la refundación de la escuela. La UNESCO a partir de la última década del siglo XX
alertó sobre la necesidad de ir adecuando las políticas educacionales a las necesidades que se
requiere para la sociedad del conocimiento, o sea, predijo un cambio para el nuevo milenio. Este
cambio presenta estrategias que son las siguientes:
APRENDER A APRENDER.
APRENDER A S ER
APRENDER A CONVIVIR.
APRENDER A HACER
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Por lo tanto, el requerimiento fundamental para enfrentar este desafío por parte de la educación en
su función formadora se encuentra en comprender los cambios que están teniendo lugar desde la
perspectiva del propio protagonista y proyectar una gestión en el orden pedagógico que transforme
radicalmente la escuela.
No cabe la menor duda que las tendencias conductistas aplicadas hasta ahora y que son
insuficientes y además inadecuadas para la formación que se requiere en la sociedad actual dentro
de un mundo posible, justo y solidario, conllevan minimizar toda capacidad de los seres humanos
para construir sus propios modelos para el cambio.
El nuevo modelo que la gestión lo concreta en la praxis escolar, debe responder a una educación
entendida como el resultado constante de un proceso histórico -cultural que posibilite el
perfeccionamiento continuo y constante de la personalidad del ser humano y que le abra el camino
para su comprensión.
Por supuesto así se logra el anclaje de la educación con la realidad social, relacionadas con la
cultura local y global. Es una expresión del saber para la época, del cómo los hombres producen sus
vidas en el trabajo, en las transformaciones de sus herramientas y la innovación.
Estas históricas relaciones van modificando los procesos de producción del conocimiento, de qué,
cómo, el para qué y en dónde y cuándo aprender, el ser y estar en el mundo, lo que provoca un
verdadero actor social.
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Es así como la gestión educacional inserta la gestión del conocimiento como herramienta conceptual
y procedimental con vistas a fomentar una cultura en los futuros ciudadanos.
Por ello la gestión del conocimiento en el seno de la institución escolar es un componente del
enfoque sistémico de la gestión pedagógica y es hoy por hoy 2 “una manera de administrar los
contenidos pertinentes que necesitan los sectores, las organizaciones, para lograr su
excelencia, su competitividad, su eficiencia hacia una economía del conocimiento”.
Su fundamento esta dado en que la educación deber ser el cimiento del desarrollo social y debe
formar actores sociales que se relaciones en la sociedad, y se formen en la producción de
conocimientos como resultado de la comprensión, los sentimientos, y valores, que actúen y
transformen. Se infiere pues que, la gestión dentro de la educación con sus estructuras de acciones
para facilitar los aprendizajes debe estar dirigida a la configuración de un modelo de desarrollo
cognitivo, afectivo-motivacional y valórico.
Por supuesto, ese desarrollo que facilita la educación por intermedio del conjunto de acciones que
se estructuran a tales fines, debe tener como base los conocimientos que se van construyendo por
los estudiantes y que después de su aprendizaje sirven para que cada sujeto cambie el significado
de su experiencia en la vida. A ese conjunto de acciones le llamamos gestión del conocimiento y es
un componente de la gestión pedagógica que no termina con la finalización del turno de clases, o la
reunión metodológica, no es vaciar en un recipiente diferentes cosas, de por sí muy arraigado en los
docentes, sino es una proyección de acciones encaminada a desarrollar las capacidades cognitivas,
afectivas y los valores en los estudiantes que provocará la generación, la regeneración y la creación
de nuevos conocimientos. El conocimiento no se forma en insospechadas construcciones a capricho
individual, sino que depende de la utilización del pensamiento en un contexto social.
En síntesis podemos decir que, la gestión del conocimiento posibilita un actor social que tenga:
Una nueva visión de las personas, la sociedad y dentro de ellas las instituciones
educacionales.
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Garcia G.(2003) A través de una red mucho mejor. Artículo de la Revista Bohemia No 25 página 35 Cuba
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Se ha visto que el conocimiento es un proceso que comienza en el mundo que nos rodea y termina
en él, con las transformaciones que se generan en el mismo. El producto que se genera es el
resultado de ideas, conceptos, leyes, principios acerca de las cosas, fenómenos, y procesos cuya
aplicación permite encaminar al humano en función de darle solución a los problemáticas que se
enfrenta en el diario vivir o sea propicia un sentido en la vida. Ese sentido es el punto de apoyo para
la construcción cultural que permite la comprensión y el entendimiento en el seno de la sociedad.
El quiebre existente entre el pensar y el hacer que p redominó desde siglos anteriores y aún persiste
en muchos curriculum escolares, complica el entendimiento de la sociedad puesto que el quiebre ha
sido el resultado de la desvinculación teoría práctica, que no es posible, ya que los estudiantes
deben participar activamente en la construcción de los conocimientos por lo que no tiene sentido que
docentes sigan afirmando que trasmiten conocimiento a los estudiantes. Esta última concepción esta
acabada. Las escuelas con su visión reduccionista intramuros y los profesores trasmitiendo
conocimientos no pueden fomentar en los estudiantes la autorreflexión, autoreferencia, la
creatividad, la autoevaluación, la comprensión, entre otras, capacidades inteligenciales complejas
que demanda la comprensión de la sociedad contemporánea cuajada de emergencias, complejas,
para lo cual hay que preparar al ser humano. Esta tarea le corresponde a la escuela por intermedio
de la gestión pedagógica.
Aunque la era del conocimiento que ya tenemos arriba de nuestros hombros presenta retos
insospechados, su gestión puede ser eficaz si se estructura el pensamiento con la visión holística
en primer término, tratar de ver el objeto de análisis en su totalidad para después pasar al estudio de
sus partes pero con la interrelación presente eliminando así toda forma reduccionista de ver los
problemas. Este reduccionismo aun se manifiesta en la educación. Por ejemplo cuando hablamos
del medio natural y social en primera instancia debemos verlo en función de todo lo que nos rodea
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incluyendo los seres humanos, sin embargo, es una práctica bastante común dividirla en partes y
analizarla fraccionadamente.
Sólo un buen nivel de conocimientos en las personas le permitirá penetrar en la compleja realidad de
la formación del ser humano en el seno de la institución escolar. La jerarquía que se debe asumir en
el contexto de la gestión es un principio que se necesita tener en cuenta en función de lo siguiente:
Hoy lo complejo es la realidad que nos rodea, es la escuela y hay que verla como una
multiplicidad de relaciones en el sistema escolar..
Hoy no se debe fraccionar la ciencia sino ir cada vez más a su integración, o sea, la
multidisciplinariedad.
Este enfoque de la complejidad que hoy enfrenta la posmodernidad en el campo de los procesos
educacionales no debe ser visto como relación lineal tipo A=f (B), sino debe ser enfrentada desde el
punto de vista de la dependencia entre acontecimientos y soluciones, pero desde la arista que no
hay soluciones únicas y totalmente verdaderas sino aquellas que se acercan a la solución. Sólo
podrá escoger aquella que más se acerque cuando el cúmulo de conocimientos que posea el sujeto
en el proceso le posibilite comprender el alcance de los fenómenos que tiene frente a él y las
posibles soluciones que lo resolverán.
Es así como el carácter funcional entre problema devenido en necesidad y alternativas de solución
para satisfacerlas se corresponde con el modelo de gestión que implantamos, y si se trata de la
gestión de los propios estudiantes, los prepare para pensar y actuar en la complejidad que encierra
la construcción de conocimientos y aprendizajes.
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ALTERNATIVAS ACERQUE A
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Debe estar claro para aquellos que trabajan en la educación, que s i seguimos añadiendo contenidos
en los curriculum necesitaríamos una escuela de muchos años para poder intentar satisfacer el
cúmulo de información que hoy se mueve en el mundo. Todos sabemos que eso es imposible. Si a
esto añadimos que no se atiende el desarrollo de las capacidades inteligenciales de los estudiantes
podemos entender que estamos en presencia de una brecha difícil de salvar.
Las exigencias del medio social cada vez más crecientes pone de manifiesto en la gestión
pedagógica la necesidad de ir acercando a los sujetos a las nuevas informaciones y a servirse más
eficazmente en la acción de forma independiente. La estrategia que se debe operacionalizar es la de
enfrentar un proceso de aprendizaje dual en que todos aprendan, en que cada uno de lo s sujetos
sean el resultado de un cambio en su experiencia, con un curriculum flexible que posibilite la
construcción de competencias genéricas de desarrollo humano tales como: Comprensión,
comunicación en todas sus formas, indagación o búsqueda, solución de problemas, ajuste al tiempo
y las emociones y sentimientos. A través del proceso se puede potenciar la fluidez, creatividad y la
espontaneidad de las relaciones entre estudiantes, profesores, directivos y familia, que mejora el
espacio vital de las personas en beneficio del aporte de nuevas ideas y sobre todo en la innovación
aspecto este que constituye un déficit en muchos de los sistemas educacionales sobre todo en la
labor de los docentes y directivos al interior de la escuela.
Recuerde siempre que un observador externo puede encontrar causas que dan lugar a
emergencias, pero las bases de esas emergencias siempre hay que buscarla al interior de la escuela
y quien mejor que sus propios protagonistas para encontrar sus soluciones. Sólo esta en que
desarrollemos esa capacidad que su tratamiento ha disminuido en el tiempo
Resulta obvio que la humanidad dentro de algunos años tendrá una cantidad de conocimientos
acumulados que será imposible abordarlo por el ser humano en toda su magnitud debido entre otras
cosas a que el desarrollo científico-técnico en que se ha envuelto el mundo y sigue envolviéndose,
produce constantemente conocimientos de manera tal que los mismos a su vez sirven de base a
otros nuevos en una incesante carrera por el porvenir de todos los seres humanos que habitan en
este mundo.
Hoy la dirección no escapa a este ritmo del desarrollo, si se tiene en cuenta como proceder humano
que ha evolucionado desde principios de siglo aceleradamente , desde una dirección por instrucción
en los primeros años del siglo XX hasta la década de los cincuenta en que primó la dirección por
objetivos. Al producirse en la década de los ochenta la revolución informacional surge la llamada
dirección estratégica. Con posterioridad la dirección en el contexto de la sociedad del conocimiento
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evoluciona a formas superiores entre la que se encuentra la dirección por valores, modo direccional
por excelencia del siglo XXI según expresan los entendidos en esta disciplina.
Como se puede apreciar en la figura la dirección evolucionó y sigue evolucionando a pesar de las
barreras y obstáculos de todo tipo, tanto internos en los sistemas organizacionales como los
externos a él. En ese contexto de carácter universal nos encontramos con una dirección en los
centros escolares que ha evolucionado insuficientemente en correspondencia con los adelantos que
hoy se consiguen no logrando la innovación que ha desarrollado el sector productivo. Por esta razón
este último sector tiene resultados que han beneficiado la calidad de vida de muchos ciudadanos.
La dirección en general y en particular los sistemas educacionales se enfrentan a otro infinito como
resultado de la complejización creciente, y por lo tanto una nueva dirección deberá enfrentar este
proceso de cambio. Sólo un cerebro, un pensamiento y una lógica pueden enfrentar este reto en lo
que se ha denominado en llamar el mundo complejo.
Complejo no como sinónimo de dificultad como se concebía en la etapa del paradigma clásico del
saber, sino como una gran cantidad de interrelaciones en donde reposa el funcionamiento de
cualquier sistema.
Nos desconcierta su dinámica en que lo que estudiamos hoy no es mañana, o sea, los cambios
tienen lugar en el mismo momento que se están produciendo. A este mundo cambiante debemos
enfrentarnos y las nuevas generaciones que se encuentran en proceso de formación en las
instituciones escolares hay que prepararlas para eso y no para mostrarles un mundo estático en que
la reproducción forma parte de la gestión direccional y la rutina envuelve a los gestores en un vaivén
que hace posible que en etapas se mejoren los rendimientos y en otras decrecen. En ese ritmo nos
movemos y es preciso acabar con esto. Resulta pues necesario buscar una “herramienta” que ayude
a penetrar en ese mundo tan complejo como es la escuela, al igual que en antaño el microscopio y el
telescopio nos ayudaron a penetrar en el mundo de la naturaleza.
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Esta herramienta que hoy necesitamos la definió claramente Joel de Rosnay en su obra hacia una
visión global3, es el “macroscopio”, como instrumento que pudiéramos utilizar para mirar el mundo de
la naturaleza, la sociedad y la cultura en interacción con los seres humanos.
Es evidente que estas complejidades sólo se podrán enfrentar si abandonamos los enfoques
clásicos y nos abrimos nuevos caminos en esa sociedad que la han bautizado con el nombre de
sociedad del conocimiento.
Uno de los problemas fundamentales que existe en la educación contemporánea por intermedio de
sus curriculum es el enfoque fraccionado o analítico centrado en los contenidos, que logran en los
estudiantes un conocimiento de los procesos, cosas y fenómenos desparramados, alejados de las
tendencias actuales en la integración del conocimiento impidiendo que los conocimientos sean vistos
en sistema. Si el enfoque analítico sigue su agigantada marcha estaríamos en presencia de islas
fragmentadas que no favorece el desarrollo de un pensamiento holístico. ¿Es necesario pues
ceñirse al método analítico que aísla los elementos para examinarlos uno a uno? ¿Por qué no se
privilegia el estudio de sistemas en que predominan las regularidades comunes a varios fenómenos,
procesos o cosas? Aunque distintos en sus rasgos específicos pertenecen a una categoría superior
en que las características son comunes. Ejemplo: el sistema educacional posee características
comunes y sin embargo cada institución presenta características diferentes. Otro ejemplo: el
movimiento es toda transformación sin embargo existen en la naturaleza formas específicas de
movimiento, sin embargo, su regularidad esencial común es que representa un cambio o una
transformación.
No queda otra alternativa que cerrar los pasos a las vías tradicionales de enfocar el estudio de los
fenómenos, procesos o cosas, para dar paso a una nueva forma de pensar en la gestión escolar.
Ese camino se presenta independientemente en cualquier sistema, e l problema está en dar con él a
partir del análisis de las interrelaciones de manera tal que sea el justo para arribar al estado
deseado.
3
DE Rosnay Joel (1977) Hacia una visión global. Editorial AC. Madrid España.
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De Rosnay Joel (1977) Hacia una visión global. Ed itorial Ac. Madrid. España
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Es por tanto necesario considerar que todo sistema presenta regularidades como las que se
señalan a continuación, que son el resultado de la interacción entre los componentes que
caracterizan a un sistema los cuales se encuentran interrelacionados y que producen una madeja
grande de interrelaciones que califican a todo sistema como complejo.
: ENERGÍA
PROCESOS Y CICLOS.
COMUNICACIÓN.
ES TAB ILIDAD CRECIMIENTO Y
EVOLUCIÓN.
CAMB IOS.
.
Para que la complejidad de un sistema sea analizada se requiere primero conocer las regularidades
de ese sistema lo que posibilita en primera instancia un visión holística del mismo para después
poder penetrar en él por el camino adecuado. Con vistas a elevar la eficacia de la acción en los
procesos que dicen relación con el aprendizaje en el seno de las instituciones educacionales se
requiere diseñar un sistema de actividades que tengan en cuenta la simplificación en primera
instancia, que significa que cada vez son más los conocimientos y es necesario ir a los esenciales y
el enriquecimiento en segunda instancia, que significa el vínculo de los conocimientos con la vida.
Esta nueva forma de pensar es la que requiere la gestión escolar en sus múltiples dimensiones.
9. QUÉ ES UN SISTEMA
que entrega el sistema que es la transformación o sea el cambio. En el caso de la educación se trata
de una dinámica ordenada al tratarse de sistemas autorregulados en que la dirección es una
característica de este tipo de sistema y que actúa como elemento regulador entre las fuerzas
externas e internas.
El enfoque de sistema posibilita organizar los conocimientos desde una óptica global o sea permite
modelar los fenómenos, cosas o procesos en función de los componentes que lo conforman, sea el
caso, así como sus interrelaciones.
Los sistemas de acuerdo al intercambio con el medio exterior pueden clasificarse en abiertos y
cerrados. Los sistemas cerrados son los que no intercambian con su entorno y son más bien
sistemas creados a escala de laboratorio para estudios científicos de alta precisión. Lo s sistemas
abiertos por el contrario intercambian con el medio exterior, como en la educación, que al ser
autorregulado a la vez que evoluciona mantiene el equilibrio .
Resulta esto una complejidad y la nueva forma de pensar va más allá de la descripción de los
elementos de un sistema, es un modo de accionar y transitar por el sistema. Este método contenido
se denomina el enfoque sistémico y permite transitar del todo a las partes y de estas al todo
integrado. Contrario al enfoque analítico que va haciendo en análisis por parte o por sus elementos
de forma aislada, sin interesar las interacciones existentes entre ellos; el enfoque sistémico permite
ver al sistema en su totalidad, su complejidad y su dinámica propia.
Variedad y complejidad se dan la mano en los sistemas educativos. Cuanto más complejo es el
sistema más control de las variables hay que tener, así lo plantea la ley de la variedad requerida
establecida por Ross Ashby en 1958 “La regulación de un sistema no es eficaz, sino se apoya
en el sistema de control tan complejo como el propio sistema”.
En realidad lo que encontramos hoy en relación con los modelos de cambio que se formulan en
algunas instituciones escolares por intermedio de los proyectos educativos tienden a presentar
acciones aisladas por lo que adolecen del equilibrio correspondiente y no logran resolver los
aspectos cognitivos, afectivos y valóricos que se requieren formar en los alumnos para darle
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respuesta a las necesidades planteadas por el organismo mundial que atiende la educación
(UNESCO) y las necesidades sociales concretas de cada país.
Pero se aprecia en sentido general que, la aplicación práctica de las ideas y formulaciones en
sistemas escolares es muy reducida, circunscribiéndose en lo fundamental, a escuelas cuyos
directores o propietarios acogen las ideas contenidas en las llamadas reformas educacionales y las
interpretan y aplican en micros espacios. La mixtificación en la puesta en práctica de cada modelo es
una característica esencial.
El proceso de enseñanza, término muy utilizado en tiempos atrás y que hoy aún se mantiene en las
prácticas del docente, era y es predominantemente expositivo sobre la base del modelo
transmisión-recepción de conocimientos perteneciente a la Pedagogía Clásica, en que los sujetos
eran entes pasivos por completo, y la actuación del docente se centraba en los contenidos,
demostrando a los alumnos lo que sabía, sin importar para nada el carácter activo de los mismos. El
enciclopedismo y la reproducción de contenidos sin una profunda reflexión eran características
esenciales en la actuación docente y el resultado terminal de todo el proceso era:
Aunque en períodos anteriores se manejaron los objetivos, estos estaban centrados en la actuación
del docente sin importar las competencias a lograr en los alumnos y sus metas pers onales.
Predominaba el método analítico y cada vez las asignaturas contempladas en el curriculum escolar
se veían independientes sin conexión entre ellas. Esto último aun prevalece con fuerza sobre todo
en la enseñanza media en relación con la primaria o básica y la universitaria.
La dirección del proceso pedagógico era predominantemente autoritaria que resultaba ser el estilo
en la gestión gerencial o direccional, además del centralismo en la proyección de las acciones. El
enfoque procesal era insuficiente o más bien no existía. Todo esto estaba en correspondencia con
el estilo educacional heredado de siglos anteriores y la evolución que predominaba en la dirección
del sector productivo en la primera mitad del siglo XX. En relación con éste sector la e ducación se
retrasó debido entre otras cosas a la insuficiente integración de la pedagogía y la gestión. La
dirección escolar se centraba en lograr escuelas con una disciplina impuesta, en que el silencio de
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los alumnos y las voces de los profesores eran la mejor muestra de un modelo perfecto. La
superación de los agentes educacionales, como una arista de la gestión del conocimiento enfocado
al mejoramiento de la profesionalidad del personal docente y otros, era prácticamente inexistente.
El concepto que hoy tratamos de Gestión se concebía insuficientemente como tal, aunque a
mediados del siglo XX hubo una corriente pedagógica llamada auto gestionadora, que no concebía
la gestión escolar en términos de sistemas en correspondencia con los conceptos de l a dirección
actual. Al respecto Guy Le Boterf, estudioso del tema, consideró no hacerse ilusiones en cuanto a
los resultados de esta tendencia pedagógica, porque la consideraba sólo como excelente
intermediario pedagógico en la formación y autoformación humanista de los agentes educacionales.
Por supuesto Latinoamérica como región no es ajena a estas valoraciones del comportamiento de la
gestión educacional y, por lo tanto, adoleció de un incorrecto tratamiento debido entre otras cosas, a
los insuficientes conocimientos pedagógicos y de gestión actualizada e integrada en los agentes
educacionales,
Los modelos de cambio o reformas educativas institucionales que aparecieron a partir del último
decenio del siglo XX, no fueron consecuencia de la gestión participativa, o sea, de discusión
colectiva en los equipos escolares, por lo que se manifestaba una falta de compromiso total de los
trabajadores y en especial, el de los docentes. Mucho menos de padres y apoderados.
Sin embargo, existieron escuelas en que sus agentes tenían la voluntad hacia el cambio, pero la
gestión de los directivos limitaba el desarrollo de las ideas al concebir la participación como algo
inherente sólo al equipo directivo. La gestión en las escuelas privadas, aunque no en todas, fue
dirigida a la obtención de ganancias más que a garantizar un buen proceso docente educativo. El
proceso de privatización en el sector educacional fue ganando cada vez mayor terreno y amenaza
en el presente con extenderse en algunos países.
En resumen, la tendencia era la de aplicar acciones de manera liberal por los docentes con
predominio de lo empírico sin ninguna integración de lo cognitivo, afectivo y valórico e importando
sólo los resultados puramente cognitivos.
Dado el cúmulo de información pedagógica que hoy circula por el mundo se empieza a tomar
conciencia del cambio en la praxis pedagógica escolar. Se comienza a observar una tendencia hacia
la comprensión del concepto de gestión primero, como elemento primordial para la conducción del
proceso pedagógico y parte de él, segunda, como desarrollo de tecnologías de la dirección y,
tercera, como comprensión por los agentes educacionales qué espera la sociedad de ellos.
El hecho de la existencia de una dirección social de la personalidad según lo expresado por L.I.
Bozhovich5, contribuye a que los directivos y docentes comprendan la ejercitación de determinados
conocimientos y conductas a través del proceso pedagógico como objeto de la dirección
educacional.
Los directivos comienzan a concebir la gestión a partir de modelos de cambios, estrategias y demás
tecnologías modernas. Aunque se conoce que la gestión es funcional y cíclica, y al menos se
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L.I. Bozhovich: La personalidad y su formación en la edad infantil pág. 224 s/e
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planifica y organiza, se trabaja poco con ella después, hay descoordinación entre los gestores y las
estructuras y la gestión no es participativa, el control como instrumento de análisis y mejoramiento
humano presenta deficiencias e insuficiencias muy serias, por las concepciones clásicas que se
tienen de la misma entre las que se encuentra el carácter p unitivo en su aplicación. En esto influye el
insuficiente nivel de competencias de gestión que poseen los directivos de las instituciones, los
asesores técnicos de las estructuras y los docentes.
El desconocimiento hacia donde va la sociedad contemporánea y que necesita del hombre que vive
en ella, profundiza en las insuficiencias y hace que la educación no recupere su propia identidad y
que tan necesitada está.
Le recuerdo que la identidad no es una fuerza de museo quieta en una vitrina, sino la siem pre
asombrosa síntesis de las contradicciones nuestras de cada día.
En lo económico no existe un financiamiento pleno que cubra las necesidades del desarrollo del
sistema educacional. No se trata de invertir en computadoras y otros medios, sino de desarrollar el
potencial humano que hoy constituye como expresan los organismos internacionales, un factor de
poder en el plano económico. Los continuos recortes financieros que le hacen a la educación
escudados en los pobres crecimientos económicos de los respectivos países, o la falta de apoyo
concreto para abordar el perfeccionamiento de los profesionales en el sector, constituyen barreras
que impiden la celeridad en la evolución de los sistemas educacionales. Múltiples han sido las
propuestas que se han realizado en el plano internacional para contribuir al financiamiento de la
educación, sin embargo, no prosperan. En esto influye la concepción que tienen algunos políticos de
ver la educación como un servicio al ciudadano y no como un derecho ciudadano
esfuerzos son aislados y dispersos. Se hacen esfuerzos en algunos países por modernizar las
escuelas, lograr buenas condiciones y, modernizar los curriculum escolares, pero la cantidad
excesiva de alumnos por grupos, al menos en el medio latinoamericano (45 como promedio)
teniendo en cuenta la idiosincrasia latina, conspira en contra del apre ndizaje eficaz. Aún la gestión
del conocimiento por parte de los directivos y los docentes en el sistema educacional en función de
las competencias que deben construir los alumnos y docentes son insuficientes, lo que provoca que
los educandos egresen de cada nivel de enseñanza con múltiples deficiencias.
Hace algunos años las evaluaciones realizadas por la UNESCO a una muestra de alumnos de la
enseñanza primaria en Latinoamérica, comprobaron las serias dificultades en matemática y español
que poseían. Así mismo las instituciones especializadas que miden los resultados escolares en cada
país también presentaron resultados con múltiples dificultades.
Además, los salarios de los docentes sobre todo en las escuelas primarias no son adecuados en
correspondencia con las necesidades y el costo de vida, por lo que como consecuencia la
desmotivación es un factor constante en los agentes educacionales.
Todo este análisis a manera de diagnóstico caracteriza la gestión pedagógica actual, por lo que se
hace necesario en correspondencia con los cambios que se están produciendo en el seno de la
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Sociedad del Conocimiento un nuevo enfoque diferente a los anteriores que provoque cambios en la
educación contemporánea.
La nueva sociedad nos enfrenta ante desafíos nunca pensado antes. La educación requiere cambios
de manera tal que ponga al humano y el entorno como una unidad en el centro de su atención, en
donde la complejidad, no como sinónimo de dificultad sino como madeja de interrelaciones, requiere
de una nueva forma de pensar para enfrentar la gestión pedagógica. No se debe seguir
respondiendo a un pensamiento simplista, fragmentario, que se diluye en cada parte y carente de
interrelaciones internas sin ver la totalidad. En la escuela, en el accionar cotidiano hay que
interactuar a la vez con el todo y las partes de manera tal que una modificación de una influye en la
otra y viceversa. Hay que verla como un todo en evolución con el conjunto de partes que la
conforman y los procesos que se dan en las relaciones internas.
Esta forma de pensar conlleva en su seno una tensión por cuanto parte del criterio de que el
conocimiento no es algo acabado, sino dinámico y en constante construcción, lo que lo presenta con
rasgos de incertidumbre puesto que éste no tiene sentido sino acaba en la práctica para transformar
el medio y él mismo, que lleva implícito como premisa el acto de comprender. La formación
cartesiana en que veíamos el saber como algo estático desligado de la práctica transformadora ha
quedado atrás.
Esto se refleja en la escuela en relación con el aprendizaje, que sigue viéndose como un dominio de
contenidos y hoy la sociedad del conocimiento requiere que la educación se enfoque a la formación
integral del humano en sus aristas cognitivas, afectivas, valóricas y motrices , debido a que los
humanos necesitan comprender para aprender a vivir en sociedad, aprender para respetar el
entorno en que se desenvuelve, aprender para comprenderse a sí mismo, aprender para transformar
el medio. La educación por tanto está necesitada de diferentes estructuras y funciones y por tanto la
escuela deberá verse de manera diferente, no estructurada con funciones rígidas, sino con acciones
que posibiliten la flexibilidad en el desarrollo de las capacidades de los seres humanas que se
encuentran en un estado potencial y que están llamadas a ser desarrolladas. Al profesor le
corresponde ese rol.
Uno de los problemas que ha impedido la obtención de mejores resultados en la gestión pedagógica
contemporánea ha sido su tratamiento, enfrentado a partir de experiencias e intuiciones, vista la
escuela en forma simple, muy reducida en lo fundamental a la formación del saber, en donde
predomina una relación lineal centrada en el estímulo y la respuesta. Aspectos como lo afectivo-
motivacional y los valores que se ponen a prueba en la vida se tratan sin rigor y con criterios
reduccionistas. Hasta hace unos años y aun persiste en la realidad educacional, eran considerado
por muchos un problema de atención por la familia y por tanto, la escuela lo desestimaba.
Otro de los problemas aunque presenta cierta mejoría ha sido el de conjugar la experiencia con la
teoría científica pedagógica lo que le ha brindado una mayor fortaleza a la acción. En un nivel casi
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Todo esto irá provocando transformaciones en los modelos de gestión pedagógica y permitirá ver la
misma en términos de sistema, como una nueva forma de elaboración de una racionalidad centrada
en el tránsito de la simplicidad a la complejidad, puesto que en la escuela convergen una seria de
interrelaciones lo cual conforma un entramado que para poder entenderlo requiere de una forma de
pensar nueva, no centrada en el racionalismo clásico y resultado de investigar en el campo de los
sistemas dinámicos autorregulados.
Al respecto Edgar Morin señala: 7 “Un racionalismo que ignora a los seres, la subjetividad, la
afectividad y la vida, es irracional…… La verdadera racionalidad conoce los límites de la
lógica del determinismo, del mecanismo; sabe que la mente humana, no podría ser
omnisciente, que la realidad comporta misterio… Se reconoce la verdadera racionalidad por
su capacidad de reconocer sus insuficiencias”
Ver la gestión pedagógica en la escuela como un conjunto de interacciones simples que provocan
emergencias complejas. 8“A la separación entre lo simple y lo complejo se opone, como expresa
Delgado C, la tesis de la interconexión entre ambos momentos en la dinámica de los sistemas
complejos”.
La gestión pedagógica debe evolucionar hacia forma superiores que hagan posible la sustitución del
paradigma simplificador por otro que tenga en cuenta las múltiples interrelaciones incluidas la del
observador y su referente. La escuela con sus múltiples interrelaciones que tiene que ver con la
formación del humano resulta ser un contexto complejo y para enfrentarlo requiere del pensamiento
complejo
6
Maldonado C (1999) Visiones sobre la co mplejidad Santa Fe de Bogotá, citado por Delgado C en Hacia un
nuevo saber Publicaciones Acuario. Centro Félix Varela. La Habana(2007)
7
Morin E (1999) Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. UNESCO
8
Delgado C (2007) Hacia un nuevo saber. Editorial Acuario. Centro Felix Varela. La Habana
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Las ideas refrendadas por la complejidad han provocado una verdadera revolución en la ciencia y en
el pensar, que conlleva la llamada revolución del holismo. Viejas ideas que encaraban los problemas
en las escuelas desde un punto de vista particular han sido sustituidas y deberán ser transformadas
por la visión holística de cuantos elementos conforman una red demasiado compleja. El
conocimiento es el resultado de la interacción sujeto -objeto y el conocimiento de algo no tiene
sentido sino se da en el interior del sujeto como algo que le es significativo y tiene valor para éste
último.
La gestión escolar en su carácter de conjunto de acciones dentro del todo educacional (referidos a
las dimensiones de la educación), gestiona múltiples procesos, y de ahí, que cualquier agente sea
un gestor del proceso en que interviene.
Son tres los procesos principales contenidos en las dimensiones de la gestión escolar, el proceso
gerencial, el proceso de formación de competencias y aprendizajes y el proceso de formación de
valores que se separan sólo por razones didácticas. La integración de estos procesos en un contexto
escuela familia, comunidad, da un proceso general llamado proceso pedagógico.
Su génesis es amplia, puesto que en la educación hay muchos procesos implícitos en que cada uno
presenta sus características. En la práctica la gestión escolar los integ ra como un todo en un sistema
superior llamado gestión educacional. A los efectos de su estudio se puede enmarcar la gestión
escolar en tres dimensiones. Estas son:
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LO GERENCIAL EDUCACIONAL.
GESTION ESCOLAR
Lo gerencial educacional llamados por otros administrativo educacional o direccional educacional,
representa las estrategias y estructuración de acciones a partir de la idea fuerza del sistema
educacional contenidas en la visión y los objetivos de la escuela en su contexto; lo que debe hacer
el directivo o el docente para que se cumplan los objetivos a partir de sus habilidades gerenciales
como planificar, controlar, comunicar, entre otras. Lleva implícito la aplicación de las funciones de la
dirección, tanto las clásicas, como las que se comienzan a considerar en la actualidad, la
coordinación y la integración del personal. Juega un papel importante el liderazgo en los gestores
educacionales.
14. I
LA GESTIÓN ESCOLAR ES COMPLEJA, ¿QUÉ CARACTERÍSTICAS DEBERÁ
REUNIR EL GESTOR PARA PODER REALIZARLA CON CALIDAD?
El directivo educacional y el docente son los gestores de los objetivos y los promotores de su
cumplimiento, y conjuntamente con su equipo, estructuran las acciones en las distintas
dimensiones de la gestión escolar con cualidades inseparables, efectividad y eficacia.
El gestor para poder realizar una gestión escolar integradora a partir de las dimensiones de esta
debe partir de los siguientes tres aspectos básicos:
Los supuestos básicos del gestor se basan en paradigmas y mueven el accionar de los sujetos. A
juicio del autor son cinco los supuestos que se requieren para abordar una gestión escolar a
cualquier nivel:
La efectividad en la gestión escolar es vista en términos del grado de exactitud de las respuestas
dadas por los gestores a las acciones concebidas y realizadas por ellos en el enfrentamiento con los
problemas. Esta efectividad es la intersección de tres elementos que no se pueden ver separados: El
saber hacer, poder hacer y querer hacer.
Esta efectividad según Stephen Covey* citado y tratado por Vargas Trepaud R.I. en su artículo
Efectividad personal y organizacional e Inteligencia emocional, presenta cuatro niveles que a
continuación se citan textualmente:
Los objetivos que subyacen en la gestión se lograrán si los métodos la guían. Es la estructura de
acciones que se mueve entre el objetivo y el contenido.
La gestión escolar moderna en términos que denominaremos sistémica, requiere de un pensar que
no se caracteriza solamente por las personas que participan en ella, ni por el trabajo que hacen, ni
por los métodos que aplican y materiales que utilizan, de por sí importantes. Esta gestión tiene en
cuenta todos estos factores integralmente, como un todo interrelacionado perspectivo, de cara al
futuro, al que se le debe añadir las emociones, sentimientos y valores que se suscitan en nuestras
vidas cotidianas.
Es enfocar los elementos holísticamente, o sea, ver las dimensiones d e la gestión, lo gerencial, el
quehacer educacional y los valores como un todo, a partir de una estructura de actuación que trate
tres aristas y tenga además un orden.
Habíamos planteado que dentro de la gestión escolar son muchas las aristas que atender dentro de
las tres dimensiones principales, así como las interrelaciones entre ellas. Hay interrelaciones que
sabiéndolas seleccionar nos posibilitarían penetrar en la visión del macro o micro sistema
educacional, para después integrar y regresar a la gestión escolar estructurada en términos del todo
*
Vargas Trepaud R.I. Efect ividad personal y organizacional e Inteligencia emocional. Artícu lo(`parte1)
Extraído de Internet del sitio rrhh@rrhh magazine.co m s/e y s/f
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educacional. Esta prioridad en las acciones son los resultados del análisis de los diferentes procesos
que se dan en el sistema y que requieren las competencias de l directivo y del docente.
Se infiere que, para un gestor resultan muchos los matices que se presentan y la diversidad de
configuraciones que debe realizar en su planificación. Sin embargo, tiene solución si el gestor al
concebir su modelo de gestión, busca las relaciones comunes implícitos en los procesos que tienen
lugar dentro del proceso general que le permitirá reducir la complejidad del sistema de gestión.
Autores como Alvarez C (1992), Ferrer M (1997), Soubal S (1995), Minunjin A (1990) entre otros, en
sus diferentes enfoques acerca del proceso pedagógico y en especial su gestión, han coincidido en
muchas de las relaciones comunes a los que hacíamos referencia. Estos elementos comunes les
llamo regularidades de la gestión escolar.
El autor de esta obra a partir de sus investigaciones ha logrado extraer 7 regularidades que se
manifiestan en el proceso de gestión y teniendo en cuenta lo que expresa la pedagogía, la teoría de
la dirección, las consideraciones acerca de las dimensiones de la gestión y las de otros autores en
el campo de las diversas ciencias, las ha formulado de la siguiente forma:
Como se puede apreciar, la gestión escolar debe guiar los pasos de cualquier gestor educacional en
la estructuración y conducción de los sistemas educacionales y, en estas concepciones se deben
inspirar los gestores de las reformas educativas, tanto en la elaboración de sus proyectos, como en
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la definición de sus acciones pedagógicas. Esto nos posibilita de una manera global, acercarnos a la
confrontación y lo discontinuo dentro de la realidad escolar buscando la identidad, como síntesis de
las contradicciones que se dan en la vida diaria escolar.
Corresponde a los gestores a través de la gestión escolar, darle el papel y lugar que le corresponde
a la educación en la formación de los humanos, con vistas a obtener por el nivel ético cultural que
adquieran, el nivel socio económico que posean y por el desarrollo científico tecnológico que logren
potenciar, el equilibrio que es necesario para convivir en paz en este mundo.
Muchos autores de fama mundial directa e indirectamente expresan que el desarrollo de las
empresas está basado en programas de desarrollo personal. ¿Es acaso la educación un mundo
aparte? ¿No será la educación el punto de pivote para el desarrollo personal?
Por ello ya muchos coinciden en afirmar, con los que el autor esta de acuerdo, que la educación es
un derecho para los ciudadanos y no un servicio a los ciudadanos en este mundo globalizado y ese
deberá ser el presupuesto principal de la gestión educacional en su sentido amplio.
La interacción sujeto-objeto en el contexto de la escuela hay que verla como una unidad.
Existe en la gestión pedagógica una madeja de interrelaciones, o sea, una densidad de
interrelaciones, por ellos es variadamente compleja.
La escuela vista como contexto en que se realiza la gestión hay que verla en la correlación
sujeto-subjetividad y conocimiento objetivo.
La gestión pedagógica no se puede ver con una óptica dicotómica en sus componentes, sino
como un sistema disciplinar en que se manifiesta la multidisciplinariedad y la
transdisciplinariedad a partir de los valores, que le da un marco a todo lo que pensamos y
hacemos.
La escuela es un contexto en que surgen constantemente emergencias y por tanto la gestión
debe tratarse para que cada persona indague y descubra lo nuevo que se presenta
cotidianamente y le de respuesta.
La gestión pedagógica manifiesta regularidades que deben ser de dominio de los gestores.
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