Taxonomia de Los Seres Vivos

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Taxonomía de los seres vivos

La taxonomía es la ciencia que trata los principios de la clasificación, consiste en la


aplicación de dichos principios a plantas, animales, hongos, etc. Se ve fuertemente enlazada con
la sistemática que es el estudio de las relaciones y clasificación de los organismos. La
nomenclatura se ocupa de asignar nombres científicos válidos a los organismos. Nuestro planeta
está ocupado por criaturas de lo más variado, un estallido de diversidad que tratamos de conocer,
comprender, preservar y, a ser posible, usar en nuestro beneficio. Y para ello, necesitamos
describir esa diversidad, clasificarla. Como se entiende actualmente, la clasificación biológica
tiene que ser coherente con las hipótesis disponibles de árbol filogenético; en donde los
organismos se agrupan en taxones, agrupados a su vez en taxones de rango más alto, de forma
que cada organismo pertenece a sólo un taxón en cada rango. Los organismos poseen caracteres
cuyos estados los diferencian de los organismos fuera del taxón, y son los atributos que en
conjunto se utilizan para delimitar los taxones biológicos. Los taxones son los que agrupan
especies y se jerarquizan en categorías de rango cada vez más alto: género (grupo de especies),
familia, etc. hasta el reino.

La Taxonomía también se ocupa de debatir y actualizar los Códigos Internacionales de


Nomenclatura, de los que por razones históricas hay uno para cada disciplina (Zoología,
Botánica y Bacteriología), cuya utilización para reglamentar el uso de nombres "formales" está
consensuada desde hace unos 100 años.

Historia de la taxonomía

Aristóteles fue uno de los pioneros de la Taxonomía clásica. Clasificaba los animales en
animales con sangre roja y sin sangre (invertebrados) para luego dividirlos por tamaño y
características (cuadrúpedos vivíparos, aves, cuadrúpedos ovíparos: reptiles y anfibios, peces y
cetáceos por un lado y artrópodos terrestres, artrópodos acuáticos, animales con concha,
animales blandos y animales-planta por otro), mantuvo su predominio casi 2000 años.

La clasificación taxonómica moderna nació cuando Linneo publicó Systema Naturae


combinando la nomenclatura binomial, que había sido sugerida por Gaspard Bauhine mucho
tiempo antes (en 1623) con una jerarquía de tres reinos (mineral, vegetal y animal) estructurados
en diferentes categorías: clases, órdenes, familias, géneros y especies. Hasta entonces, estaba
extendida la nomenclatura de género complementado por atributos de la especie, y era común
referirse a los distintos géneros o etapas con diferentes nombres. Linneo racionalizó los nombres,
los unificó independientemente del género y fase del animal y los redujo a género y especie.
Reclasificó y añadió gran cantidad de especies. Hay quien considera la publicación de la edición
de Systema Naturae, en 1758, como el hito que da inicio a la Taxonomía moderna. Sin embargo,
la clasificación de Linneo era puramente física, sin mucho más fundamento. Lamarck, a
principios del siglo XIX, mejoró en gran medida la clasificación simplista de los invertebrados
de Linneo, y planteó una teoría evolutiva.

En el "Origen de las Especies", Charles Darwin defendió que la clasificación taxonómica,


que con el tiempo se había ido constituyendo, había tenido como razón de ser la descendencia de
unos seres vivos de otros, la genealogía, y que ese era el nexo de unión que los naturalistas
habían estado buscando y a menudo utilizando inconscientemente a la hora de agrupar y
clasificar los seres vivos. Esta idea es la que perdura en la actualidad y, gracias a la capacidad
actual de leer el ADN de las distintas criaturas, se está revolucionando la ciencia taxonómica.

Nomenclatura Binomial

Es un convenio estándar utilizado para denominar las diferentes especies de organismos


(vivos o extintos). Como sugiere la palabra «binominal», el nombre científico otorgado a una
especie está formado por la combinación de dos palabras («nombres» en latín, de raíz
grecolatina o latinizados): el nombre del género y el epíteto o nombre específico. El conjunto de
ambos es el nombre científico que permite identificar a cada especie como si tuviera «nombre y
apellido». La formación de estos nombres y su uso están regulados por los distintos códigos de
nomenclatura.

El descriptor específico (epíteto específico para la botánica, y nombre específico para la


zoología) que funciona como un "adjetivo calificativo" puede ser un término común para
especies de diferentes géneros, Por ejemplo: Verbena officinalis y Lavandula officinalis son los
nombres científicos para dos plantas diferentes, la verbena y la lavanda respectivamente; aquí,
officinalis es un calificativo que significa "de la farmacia o botica", "de uso medicinal". Así, lo
que designa inequívocamente a la especie es la combinación de las dos palabras.

A veces, la nomenclatura binaria puede generar nombres con cierto carácter descriptivo.
Como ejemplo: Staphylococcus aureus, tendría el significado de "granos en racimos"
(Staphylococcus) y "dorado" (aureus) haciendo referencia a que es una bacteria que
microscópicamente se ve la distribución de los cocos en grupos de racimos y que
macroscópicamente forma colonias amarillentas. Otras veces, el nombre científico tiene una
correspondencia casi idéntica al nombre vulgar, por ejemplo: Rosa canina para el rosal perruno
o rosa canina.

En el contexto científico, la utilidad de la fórmula binaria consiste no sólo para eliminar


la ambigüedad que se puede presentar ante los diferentes nombres vulgares para un organismo,
sino también para dar nombre a aquellos especímenes que ni siquiera tienen un nombre común.
También permite superar las dificultades comunicacionales en diferentes lenguas a partir del
reconocimiento universal y convenido de un sistema de nomenclatura estándar.

El valor del sistema de nomenclatura binominal deriva primariamente:

De su economía: pues bastan solo dos palabras para identificar inequívocamente a una
especie.
Su difundido y generalizado uso: fomentado y regulado por la comunidad científica para
uso universal.
La estabilidad relativa de los nombres usados, pues se intentan conservar a pesar de
modificaciones taxonómicas y sistemáticas.

Sin embargo, a pesar de las reglas que dictan el carácter único del nombre binario para
una especie, en la práctica, es común que existan sinónimos, es decir, que haya varios nombres
científicos en circulación para una misma especie (en general dependientes del punto de vista
del sistema taxonómico particular en uso, y en última instancia, del autor).

La estabilidad de los nombres peligra a veces por la resurrección de algunos nombres


olvidados en el tiempo, los cuales podrían reclamar su prioridad por ser los primeros
publicados. En estos casos, sin embargo, es posible conservar estos nombres de acuerdo a los
códigos de nomenclatura en uso. Para la nomenclatura botánica, se aceptan como válidos solo
aquellos nombres que a partir de 1753 aparezcan en una publicación oficial; tomándose 1753
como fecha de partida por la primera publicación linneana (Species Plantarum). Para la
zoología, la fecha de partida es 1758.

Bibliografía:
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Taxonom%C3%ADa
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Nomenclatura_binominal
https://w3.ual.es/GruposInv/myco-ual/taxono.htm

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