Cronica

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 8

Julián Andrés Santamaría Bedoya - 1826598

Universidad del Valle


Escritura Creativa I
Agosto 12 del 2019

El día de mi suerte

Es septiembre del año 2018, Luzdary, la mujer de esta historia, por fin

recibe esa notificación que lleva esperando por más de 7 años. Esa notificación

le informa que Protección, una empresa de pensiones y cesantías, ha decidido

pensionarla después de cuatro evaluaciones. Luzdary lleva nueve años

incapacitada; “estos nueve años han sido, los peores de mi vida”, según sus

propias palabras. Lo que empezó como un accidente cualquiera, desencadenó

en ella una serie de dolencias y enfermedades, dignas del mismo Job. La

primera enfermedad que ella despertó después de este suceso, fue la

fibromialgia: esta enfermedad se caracteriza por generar un fuerte dolor

osteomuscular, cansancio y fatiga crónica, trastornos del sueño y trastornos

psicológicos. Esta enfermedad fue diagnosticada en el primer año de

incapacidad, y en consecuencia a la medicación que le fue recetada para

controlar el dolor crónico, a Luzdary le fue diagnosticada, con depresión.

Debido a todo esto luzdary entró en una fuerte depresión al ver que ella

no se recuperaba desde ese día, ella siempre ha sido una mujer trabajadora.

“He trabajado desde los 12 años para ayudarle a mi mamá y desde entonces

nunca he parado de trabajar”, dice. “Ahora me siento una inútil”, me dice

mientras rompe en llanto. Después le fue diagnosticada una enfermedad

psicológica, bipolaridad. Además, se le diagnosticó otra enfermedad física,

poliartropatía inflamatoria, en términos más mundanos, artritis.


Después de esto Luzdary decidió no dejarse llevar por las

enfermedades, y como siempre le gustó la marroquinería, decidió inscribirse en

el SENA, en una Tecnología en marroquinería. En esta le enseñaban como

trabajar el cuero, en calzado y bolsos. Ahora debía hacer un sobresfuerzo para

levantarse todos los días a las 4:30 de la mañana, debido a la droga

psiquiátrica que tomaba y que la dejaba somnolienta hasta el medio día, y

acompañada de sus dolores constantes. A pesar de todo esto, fue una buena

estudiante.

Antes de entrar al SENA, Luzdary presentaba un desprendimiento de

vejiga, aunado a eso presentaba miomas uterinos; para este caso ya tenía una

cirugía programada. Además, venía presentando dolor “Bajito” como ella decía,

“Ya había ido donde el médico por ese dolor, pero como ya tenía programada

la cirugía, ellos decían que ese dolor era causa de mi vejiga desacomodada”.

Parecía que Luzdary empezaba a recuperarse de todas sus dolencias pero el

destino o la mala suerte, se ensañan con algunas personas.

Ese dolor “bajito” que tenia Luzdary se convirtió en una peritonitis y casi

pierde la vida. “Ese día iba tarde al SENA. Salí muy afanada y por salir a las

carreras no vi donde pisaba al cruzar la calle, me tropecé y me di con el andén

muy duro al lado derecho de las costillas, hasta pensé que me había quebrado

una, pero al rato se me pasó y me fui así a estudiar. Cuando llegué a la casa

en la noche no soportaba el dolor donde me había golpeado y me desmayé.

Mis hijos me llevaron por urgencias, no sé cómo me llevaron, no recuerdo

mucho después de que llegué a la casa”.


“Recuerdo que desperté entubada, sin un diente y con una chamba que

atravesaba mi abdomen”. Luzdary ese día había sufrido una peritonitis a causa

de unos cálculos que tenía en su vesícula, ese era su dolor “bajito” y debido a

ese mal diagnóstico casi pierde la vida. Además como ella ya tenía una cirugía

programada, los médicos decidieron hacer las intervenciones juntas y eso hizo

que ella perdiera los signos vitales en dos ocasiones, así que tuvo que entrar

en reanimación dos veces. Debido a que tuvieron que entubarla de

emergencia, se le quebraron dos dientes. “Ese día, casi no la cuento”, me dice

ella con cierta jocosidad.

En su mirada se nota la tristeza de alguien que se ha resignado esa

mala suerte en su destino, pero a pesar de esa mirada triste, ella me dice:

“pronto llegara el día de mi suerte, ya me salió pensión que tanto anhelaba y

me pagaron el seguro de vida que llevaba mucho tiempo pagando, sé que

ahora quizás, todo empiece mejorar”

***
“Mi salud toda la vida no fue la mejor, pero después de mi segundo hijo,

mi salud desmejoró mucho, durante este embarazo me dio una eclampsia y

esta enfermedad me puso muy mal. Después de eso empecé a sufrir de la

presión, tuve un derrame cerebral y un pre infarto. Ya Casi no recuerdo mucho

después de que me dio el segundo derrame. Sabes, siempre he tenido miedo

de terminar como loca, sin recordar a mis hijos; ese es quizás mi mayor temor,

no poder recordar a mis hijos”.

***
“Lo que más recuerdo de mi niñez, fue mi violación, de niña fui

violada por mi abuelo; eso marcó mucho mi vida. Esto comenzó a los tres o
cuatro años, más o menos hasta los cinco o seis años y eso nunca lo olvido,

porque cargué mucho odio hacia él y me cargué mucho hacia mi mamá, de ver

que ella nunca lo metió a la cárcel. También extraño mucho a mi papá, él fue el

único me dio cariño de niña; aún me hace muchísima falta. También recuerdo a

mis hermanos, eran buenos muchachos y sobre todo buenos hermanos, fueron

faltos de mucho cariño, y quizás por eso, cayeron en la droga”. Luzdary rompe

en llanto cuando cuenta su infancia. “esa violación también destruyó mi vida

intima, nunca me sentí cómoda con un hombre, el acto sexual siempre fue para

mí, incómodo y muchas veces nada placentero. No siempre supe que fui

violada, me di cuenta cuando hablaba con mi hermana mayor, hace unos 6

años, de nuestra infancia. Cuando charlábamos atamos clavos sueltos, del

porqué ella se fue a vivir de repente con mi abuela paterna y del porqué ese

señor se fue de repente de la casa. Allí ambas entendimos que fuimos

abusadas por él, desde allí entendí el rencor que sentía hacia mi mamá y sobre

todo hacia él”.

Luzdary es la tercera de 4 hermanos, su hermana mayor no se crió con

ellos, sus dos hermanos también tuvieron vidas trágicas, ambos cayeron en la

drogas, su hermano menor Jhon, murió a los 33 años, mientras dormía en la

calle. José en la actualidad, aún sigue en la drogas. “Cuando José viene a la

casa a visitar y a pedirle plata a mi mamá, tengo que guardarme todas las

cosas, que tengo por ahí, dentro del culo, porque todo se lo lleva”. Me dice con

cierta rabia y melancolía en sus ojos.

Su papá también tuvo una muerte trágica, sufría de epilepsia. “Mi papá

murió cuando volvía del trabajo, le dio un ataque de epilepsia cuando se subía
al bus; el chofer no vio que le estaba dando un ataque y arrancó el bus. El se

cayó del bus andando y se dio contra el filo de un andén, se abrió la cabeza,

duró en coma 3 meses en coma, en el hospital universitario. Finalmente murió,

no por el golpe, sino por una bacteria que daba en el hospital, que le infectó la

herida. Ese día perdí al ser que más me ha querido en vida y me he sentido

muy sola desde ese día”.

***

“Yo trabaja en distribuidora comercial llamada Distrimarcas.

Entraba todo los a las siete de la mañana a la oficina, que estaba ubicada en

Acopi Yumbo, después volvía Cali a las nueve, hacer mi ruta por los

supermercados; terminaba a las seis de hacer mi ruta. Era una de las mejores

vendedoras de la empresa, me ganaba muchos incentivos por mis ventas.

Algunos clientes se convirtieron en buenos amigos que me apoyaron mucho en

esa época. Era muy amiguera, tenía muchos amigos en el trabajo, o eso creía,

compartía mucho con ellos, salíamos a rumbear mucho, esa es otra cosa que

extraño, bailar, me encantaba hacerlo; mi papá me enseñó a bailar. Pero

después del accidente todos esos amigos se desaparecieron, solo eran amigos

de farra, solo conservo dos, Rafael y José, con quienes hablo constantemente

y de vez en cuando me visitan”.

***

Es el día 10 de febrero del año 2010, era un día caluroso como cualquier

otro. Luz Dary es madre de dos hijos, un quinceañero que va al colegio y un

veinteañero que trabaja y ayuda para los gastos de las casa. La rutina de Luz

Dary empieza a las seis de la mañana yendo a los supermercados. Se debe


mover y caminar por toda Cali. Pero ese día había cambiado su rutina. No fue

directamente a los supermercados, fue primero a la oficina que está ubicada en

ACOPI Yumbo. Su jefe le había pedido el día anterior que fuera a dar una

inducción a los nuevos vendedores que empezarían a trabajar, en la modalidad

de tienda a tienda.

“Nunca se me va olvidar esa fecha, fue el día de mi cumpleaños.

Recuerdo que estuvimos toda la mañana en la oficina, y mis compañeros le

dijeron a mi jefe que gastara los almuerzos, que porque yo estaba cumpliendo

años y él no quiso gastarnos los almuerzos, así que nos mando a todos pa’ la

calle a trabajar. Salí de la oficina, cogí el transporte que me llevaba pa’ mi

zona. Cuando me bajé por la 34 con primera, el bus paró, pero no paró orilla’o,

sino que paró en la mitad de calle; venían carros, yo me pasé corriendo y fui a

dar contra unos escombros que habían botado, allí habían vidrios, me tropecé

y caí sobre ellos. Me levante, me sacudí y seguí caminando, al principio no

sentí nada, cuando al momentico sentí el zapado como si estuviera mojado. Me

quito el zapato y veo que tiene un hueco; y del pie me salía un chorrito de

sangre. Una muchacha que pasaba con unos almuerzos me ayudó, me puso

una chuspa en el pie para que no botara tanta sangre, y me ayudó a subir a un

taxi. Todo esto pasó a las 12:45”.

***

“Después de que me subí al taxi, primero fui a la clínica más cercana

que era la clínica de los Remedios. Cuando llegué allí no me atendieron,

porque la ARL no tenía convenio con la clínica; así que salí de nuevo,

chorreando sangre a la calle para coger un taxi para que me llevara a


Comfenalco, que era mi EPS. Cuando por fin llegué me atendieron más o

menos unas tres horas, porque según ellos, era una herida superficial y duré

todo ese tiempo chorreando sangre. Cuando me atendieron, solo me limpiaron

y me cosieron; además me dieron ocho días de incapacidad y me mandaron a

la casa. Cuando por fin llegué a la casa, más o menos al 6 de la tarde, mi

familia me estaba esperando con una reunión familiar para celebrar mi

cumpleaños.

A los tres días de incapacidad se puso negra, negra, negra la herida; así

que tuve que volver a Comfenalco para que me revisaran, ellos me dijeron que

mi herida se había necrotizado, porque no limpiaron bien la herida. Me abrieron

la herida otra vez, me limpiaron y no me la volvieron a coser, me mandaron

hospitalización en casa; así que mandaron una enfermera todos los días a la

casa para que limpiaran la herida. Esto de la hospitalización en casa, no me

sirvió; mi herida empeoró, ya no podía asentar mi pie, entonces ellos me

mandaron un radiografía del pie y se dieron cuenta, que el nervio plantar de mi

pie derecho se había reventado. Los ochos días de incapacidad se volvieron un

mes y el dolor empezó a subir por mi cuerpo, y ahí fue que ellos me mandaron

un examen de ANA; que es un examen para detectar enfermedades

autoinmunes, y que dio positivo para fibromialgia. Desde allí empecé a padecer

este calvario que aun no se me quita, y por la negligencia de estas personas,

quizás este padeciendo todo esto”.

***

Durante estos años de incapacidad Luzdary tuvo cuatro evaluaciones

para ver si era merecedora de una pensión por invalidez, en las tres primeras
se le negó esta, a pesar de llevar años incapacitada. En la cuarta evaluación,

por fin se le otorgó este derecho y como ella había dicho antes, también fue

beneficiada con un seguro de vida que llevaba pagando, parecía que todo iba a

mejorar para ella.

A la semana de haber recibido estas buenas noticias, Luzdary sufrió una

isquemia cerebral. “Yo había ido varias veces a la EPS por urgencias, porque

no me aguantaba un dolor de cabeza que tenía desde hace días, pero siempre

me devolvían para la casa, porque para ellos no era nada grave. Solo me

aplicaron analgésicos para el dolor y ya. Solo recuerdo eso después de la

isquemia y que estaba en la clínica una semana después. Al principio no

recordaba mucho, ni reconocía a mis hijos, de todas las cosas que me han

pasado estos años, esta ha sido la peor, siento que he perdido muchos

recuerdos, además he perdido más de 20 kilos. Creo que voy a terminar como

siempre he temido, loca y sin recordar a mis hijos, ni a mi familia”.

Actualmente el estado de Luzdary no muestra signos de mejoría, este

año volvió a ingresar a cuidados intensivos por una infección urinaria. Ella dice

que ya está cansada de vivir así, enferma y con idas constantes al médico, ya

quiere descansar. Ya no cree en el día de su suerte llegué, dice que no va

durar mucho, pues siente que cada día que transcurre se siente más débil.

También podría gustarte