Mito Pandora

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EL MITO DE PANDORA

Aunque parezca increíble, hubo un tiempo en el que


no existía ningún sufrimiento sobre la faz de la Tierra.
Los hombres disfrutaban de una vida plácida y feliz,
en la que no tenían de qué preocuparse. No había
enfermedades, ni guerras, ni terremotos, ni ninguna
otra calamidad.

Pero tanta alegría no podía durar para siempre. Un


día, el dios de los dioses se enfadó con los hombres y
decidió castigarlos tendiéndoles una trampa. Para
ello, el gran Zeus creó y utilizó a Pandora, una chica
guapísima a la que dotó del don de la curiosidad. Y
fue precisamente esa curiosidad la que cambió el
rumbo de la vida de los humanos y les haría perder la
felicidad que hasta entonces había reinado en sus días.

Así que nuestra historia empieza con el enfado de Zeus. Y es que los hombres,
ayudados por el titán Prometeo, se habían burlado en dos ocasiones del rey del
Olimpo. La primera vez fue durante un lujoso banquete, en el que tenían que
repartirse un suculento buey entre todos: en lugar de hacer dos partes iguales,
Prometeo engañó a Zeus e hizo que toda la carne fuera para los hombres,
mientras que al dios del Olimpo solo le quedaron los huesos. Zeus castigó a la
humanidad sin poder utilizar el fuego, pero Prometeo y los hombres volvieron a
desafiarlo. El titán robó el fuego del Olimpo y se lo devolvió a la humanidad.

Esto no podía quedar así. Había que darles una lección. Zeus pensó en tender
una trampa a los humanos. Se acordó entonces de Epimeteo, el hermano de
Prometeo, que nunca había destacado por su inteligencia. Seguro que a él podía
engañarlo sin dificultad. Raudo y veloz, fue a buscar al titán para ofrecerle un
regalo que no pudiera rechazar.

─ Buenos días, querido Epimeteo ─ le dijo─. Como te veo muy solo, he pensado
en crear a una mujer para que te cases con ella. Así tendrás compañía y podrás
formar una familia.

─¿De verdad? Muchas gracias por pensar en mí, gran Zeus, ¡nada me gustaría
más! ─ respondió Epimeteo.
Si había que crear algo excepcionalmente hermoso, no había nadie mejor que
Hefesto, el dios del fuego y de la forja. Era el mejor artesano de todo el universo.

─ Hefesto, quiero que crees a una mujer ─ le dijo Zeus al llegar a su fragua.

─ ¿Y cómo tiene que ser? ─ preguntó sorprendido.

─ Tiene que ser perfecta. Puedes


inspirarte en Afrodita si quieres. Es la
diosa más bonita del Olimpo.
Obediente, Hefesto cogió un poco de
barro y empezó a moldear a la futura
Pandora inspirándose en la diosa del
amor. Y así, poco a poco, diseñó a la
criatura más bella que jamás había
existido.

Después, Zeus llamó a los cuatro


vientos para que con su soplo le
infundieran vida. Cada soplo
despertaba una parte del cuerpo de
Pandora, y así, como quien sale de
una profunda ensoñación, la joven
abrió los ojos y cobró vida.

Zeus llevó a Pandora al Olimpo. Allí, en la morada de los dioses inmortales, pidió
que a su protegida le fuesen concedidos los mejores dones.

Primero acudió Atenea, la diosa de la inteligencia, quien le enseñó a tejer las


telas más elegantes que se puedan imaginar. Después fue el turno de Afrodita,
quien dibujó un círculo en su frente con el dedo, y con ese círculo le infundió
amor. Acto seguido, los demás dioses del Olimpo fueron acercándose a ella para
ofrendarle dones: la astucia, la compasión… Cuando acabó el desfile de dioses, la
muchacha tenía tantas virtudes que la llamaron Pandora, que significa “la que
recibe todos los dones”.

Zeus hasta entonces se había quedado apartado a la espera de que los demás
dioses terminaran.
─ Pandora, te falta el más importante de todos los dones. El que te convertirá en
una auténtica humana. La curiosidad. Con ella tendrás ganas de aprender cosas,
querrás entender lo que pasa a tu alrededor y te harás preguntas
constantemente.

No había tiempo que perder. Zeus bajó del Olimpo y fue en busca de Epimeteo
para presentarle a su futura esposa. Como había previsto, eran tantos los
encantos de Pandora que Epimeteo se quedó sin palabras al verla.

─ Deseo tanto que seáis felices ─ dijo Zeus dirigiéndose a los jóvenes ─ que os
he traído este regalo.

El rey del Olimpo les mostró una maravillosa ánfora de


color negro y rojo, decorada con unos dibujos
preciosos. A los novios les gustó muchísimo, aunque
rápidamente se dieron cuenta de un detalle.

─Es preciosa, Zeus, pero está cerrada con una tapa.


¿Qué tiene dentro?─ preguntó Pandora.

─ Querida, lo importante es que os guste. Olvídate de


lo que contiene ─ le respondió Zeus con malicia─. Pero
una cosa tenéis que saber: si la abrís algún día, os
arrepentiréis ─ añadió en tono amenazador.

Tras la boda, Epimeteo vivía en una nube de felicidad. Pandora le parecía un


regalo caído del cielo y solo tenía ojos para su esposa. En cuanto al ánfora de
Zeus, no volvió a pensar en ella ni un solo instante.

En cambio, para Pandora las cosas eran totalmente distintas. La advertencia de


Zeus había despertado su curiosidad y no podía dejar de preguntarse qué
contendría esa ánfora. Las dudas la carcomían por dentro, la desesperaban.

Y llegó un día en el que Pandora ya no pudo aguantar más. Por mucho que
intentara resistirse, la curiosidad era más fuerte que ella. Así que, aprovechando
que Epimeteo se había quedado dormido después de comer, la joven se acercó
sigilosamente al ánfora. La tomó entre sus brazos, y empezó a girar poco a poco
hasta que…¡la abrió del todo!
Al instante, unas horripilantes sombras salieron de su interior y se dispersaron por
todos los rincones del mundo entre aterradores aullidos. Pandora comprendió
enseguida que había cometido un grave error. Aunque intentó cerrarla tan rápido
como pudo, ya era demasiado tarde. El plan de Zeus había salido como tenía
previsto. El dios había encerrado en aquella ánfora encantada todos los males y
desgracias que hacen infelices a los hombres, sabiendo que Pandora no podría
resistirse a la tentación de abrirla.

Inmediatamente la Tierra se llenó de gritos de dolor y llantos de pena: el hambre,


la envidia, la guerra y las enfermedades se esparcieron por todas partes y la vida
del hombre se volvió difícil y trabajosa. Zeus había conseguido castigar a la
humanidad por su desobediencia.

Por suerte, no todo fueron desgracias. En el ánfora había quedado almacenada


una virtud muy importante con la que los humanos podrían compensar las
preocupaciones y sufrimientos. Era la esperanza.

Hefesto la había añadido en el fondo


del ánfora sin que Zeus se hubiera
dado cuenta. Al dios del fuego le daban
pena los hombres y temía que Pandora
sufriera. La había creado con sus
propias manos y le tenía el mismo
afecto que se tiene por una hija.

Cuando Pandora abrió el ánfora, la


esperanza se esparció por la Tierra,
como todas las calamidades. Gracias a
ella, los hombres podrían hacer frente a
las dificultades y seguir adelante con
sus vidas, soñando con un futuro mejor.
Así hicieron Pandora y Epimeteo, los
protagonistas de esta historia, que
pasaron el resto de sus días juntos y enamorados.

LEO Y COMPRENDO. Respondo a las siguientes preguntas:

1. Busca en el diccionario las palabras don, titán, suculento, fragua,


morada, ánfora y esparcir. Recuerda que puedes consultar el
diccionario de la RAE en www.rae.es
2. ¿Por qué el dios Zeus estaba enfadado con los hombres?
3. ¿Quién era Prometeo?
4. ¿A quién utilizó Zeus, en primer lugar, para vengarse de los hombres?
¿Por qué lo eligió a él?
5. Zeus encargó al dios Hefesto la creación de Pandora. ¿Cómo le dijo que
tenía que ser? ¿A quién se podía parecer?
6. ¿Para qué llevó Zeus a Pandora al Olimpo?
7. ¿Qué don le concedió Zeus a Pandora?
8. ¿Qué quiere decir el nombre de “Pandora”?
9. ¿Cómo reaccionó Epimeteo cuando Zeus le presentó a su futura
esposa?
10. ¿Qué regalo de boda les hizo Zeus? ¿Qué advertencia les hizo sobre
este objeto?
11. Tiempo después, ¿qué hizo Pandora mientras Epimeteo dormía la
siesta? ¿Qué pasó entonces?
12. ¿Qué virtud había guardada en el ánfora? ¿Cómo llegó hasta allí?
13. ¿Cómo acabaron Epimeteo y Pandora?
14. RETO (opcional). Hoy en día, si hablamos de que alguien “ha abierto la
caja de Pandora” nos referimos a que ha hecho algo que va a tener
consecuencias catastróficas. Pero, ¿por qué decimos “caja de Pandora”
si, según el mito clásico, lo que abrió fue un ánfora?

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