Imperialismo
Imperialismo
Imperialismo
0. DEFINICIÓN
Es difícil dar una definición de imperialismo ya que es un proceso histórico muy complejo, pero podríamos
describirlo como el proceso a través del cual estados poderosos someten a pueblos más débiles para satisfacer sus
intereses. Dentro de esta acepción podríamos identificar distintos procesos similares en momentos diferentes de la
historia, pero aquí nos ceñiremos al Imperialismo del siglo XIX o imperialismo colonial.
Desde 1870 –aproximadamente- hasta 1914 se dio lo que algunos historiadores han llamado la “Era del
Imperialismo”. Este período está caracterizado por una intensa expansión colonial en la que los países más
poderosos salen a dominar territorialmente enormes regiones dando origen a grandes imperios coloniales.
El imperialismo implicó no sólo una expansión comercial y nuevas fuentes de recursos para las potencias
colonizadoras, sino además, dominio político, ocupación militar y una explotación sistemática de las colonias, las
cuales perdieron totalmente su soberanía. Existe una tendencia actual a limitar como “imperialismo” al proceso de
expansión económica que tuvo lugar en Europa a mediados del siglo XIX, sobre todo a partir de 1870, y este fue
conocido como imperialismo librecambista.
1. CAUSAS O FACTORES
1.1. CAUSAS ECONÓMICAS.
Dentro de las causas políticas, podríamos diferenciar tres tipos: las estratégicas (el control de las rutas
comerciales y enclaves de importancia geoestratégica, como vienen a demostrar las grandes obras de
infraestructura como el Canal de Suez, inaugurado en 1869, o el Canal de Panamá, en 1914), las nacionalistas (la
En una amalgama del factor demográfico y político, las tres últimas décadas del siglo XIX fueron un periodo
de relativa paz, lo que unido a la creciente demografía, ofrecía a los gobiernos de las metrópolis un importante
contingente de población joven susceptible de ser alistada en el ejército para llevar a cabo las conquistas.
Aquí también podemos hacer referencia a distintos factores de tipo ideológico. En primer lugar, el nuevo
interés empírico por conocer y llegar hasta el último punto de la geografía mundial, esfuerzo llevado a cabo por
grandes exploradores y sociedades geográficas, contribuyó a extender los límites conocidos y a ver en esas
nuevas tierras una inexplotada fuente de recursos. Por otro lado, la acción conquistadora se sustentó
sobremanera en la afirmación de la superioridad racial del hombre blanco, tomada ésta, además, desde
distintos puntos de vista, como el derecho del superior a sojuzgar y explotar al inferior o la obligación moral de la
cultura más avanzada a civilizar a la subdesarrollada. Además, la aparición de la teoría de Darwin a finales de
siglo favoreció el surgimiento de una interpretación en clave cultural, el darwinismo social, que justificaba esta
división entre culturas superiores e inferiores. En relación a esto, también nos encontramos el más tradicional
matiz religioso, ya enarbolado en la conquista y colonización de América por los españoles en el siglo XVI, de la
necesaria evangelización de los salvajes, en el caso que nos ocupa por obra de numerosos misioneros católicos y
protestantes.
2. TIPOS DE COLONIAS
Las colonias se diferencian entre sí por su estatus jurídico, es decir, por la relación entre el territorio, la población y la
metrópoli.
- Colonias propiamente dichas, en las que los europeos gobiernan directamente el territorio a través de
funcionarios con un gobernador al frente. Se las conoce también como colonias de explotación. Éstas
fueron las más numerosas: Gran Bretaña (India, Malasia, Nigeria, Kenia); Francia (Senegal, Chad,
Indochina); Alemania (Camerún, Tanganika); Italia (Libia, Eritrea); Bélgica (Congo belga); Holanda
(Indonesia)
- Protectorados, que eran territorios en los que se mantenía el gobierno indígena, en los aspectos
internos, bajo la supervisión de la potencia ocupante y sometido a ella. La política exterior y el ejército
eran controlados por la metrópoli. Destacaron el protectorado francés en Marruecos y el británico en
Egipto.
- Territorios metropolitanos, en los que la colonia formaba parte del país colonizador (metrópoli) y se
organizaba como una provincia más. El caso paradigmático fue la Argelia francesa.
- Concesiones, que eran colonias que los europeos obtienen el derecho a ocupar durante un período de
tiempo determinado y después deben devolverlo, como fue el caso de Hong-Kong. También podían
consistir estas concesiones en permisos para utilizar diversos puertos o vías de comunicación, algo que
fue habitual en China, que empezó a abrirse al comercio internacional cediendo estos derechos en
algunas de sus zonas a las potencias europeas y a EEUU.
3. FASES DE LA COLONIZACIÓN
Los europeos sólo ocuparon puntos costeros a lo largo de la costa de África, la India, Indochina, etc. Las
sociedades geográficas patrocinaron exploraciones para descubrir nuevas tierras. Una de las exploraciones más
destacada fue la búsqueda de las fuentes del Nilo. Varios exploradores como Mungo Park, Bart, Nachtigall,
Stanley o Livingstone recorrieron el interior de África, siguiendo el curso de sus principales ríos (Nilo, Zambeze,
Congo). A los exploradores siguieron misioneros, y tras éstos acudieron los comerciantes europeos.
3.2. 1873-1885
Las potencias coloniales, por medio de los gobiernos o a través de empresas privadas, llegaron a acuerdos
con jefes indígenas para comerciar con ellos. No llegaban a ocupar o conquistar el territorio, pues eso resultaba
enormemente caro, pero estos acuerdos eran, en principio, suficientes para asegurarse ciertos mercados. Este
sistema funcionó mientras hubo suficientes tierras vacías para todas las potencias. Sin embargo, hacia 1885, los
roces entre potencias por el control de las mismas zonas estuvieron a punto de provocar una guerra. Los puntos
de fricción más importantes se produjeron en la desembocadura del Congo (Francia, Bélgica, Alemania y
Portugal) y en el Sultanato de Zanzíbar (Alemania y Gran Bretaña).
Los conflictos se pretendieron solucionar en la Conferencia de Berlín de 1885. En ella, los representantes de
las principales potencias decidieron que para reclamar la soberanía sobre un territorio había que tener un
control efectivo sobre el mismo, es decir, militar y administrativo. De igual forma, y para evitar un excesivo peso
de cualquiera de las grandes potencias en el centro de África, se cedió la colonia del Congo a Bélgica.
3.4. 1885-1914
Como consecuencia de la Conferencia de Berlín las potencias se lanzaron a una carrera desenfrenada por
ocupar territorios en África y lograr concesiones en Asia aunque no tuvieran un interés económico directo, a fin
de evitar que otras potencias se les adelantaran. Todo ello provocó una multiplicación de los conflictos
militares, tanto con los indígenas, que no aceptaban el dominio europeo, como entre las propias potencias.
Así, los británicos, que ya habían vivido conflictos coloniales a mediados de siglo con las Guerras del Opio en
China o la de los Cipayos en India, tuvieron que hacer frente a las Guerras Zulúes y a la Guerra de los Boers en
Sudáfrica y a la rebelión del Mahdi y de los derviches en Sudán; mientras, los italianos se enfrentaban a los
indígenas etíopes, siendo derrotados en la Batalla de Adua (1896), y en China se desataba la rebelión Bóxer
(1900), de carácter nacionalista, que pretendía expulsar a cualquier representante extranjero y acabar con las
injerencias de las potencias occidentales en el gobierno imperial. Por su parte, Francia y Gran Bretaña se
enfrentaron en la Batalla de Fashoda (1898) por el control del Sudán, y la negativa alemana a aceptar el
protectorado francés sobre Marruecos llevó a las dos crisis marroquíes a principios del siglo XX que fueron
antesala de la I Guerra Mundial .
El Imperialismo tuvo numerosas consecuencias tanto para las metrópolis como, especialmente, para las colonias.
La explotación económica de los territorios adquiridos hizo necesario el establecimiento de unas mínimas
condiciones para su desarrollo. Se crearon infraestructuras destinadas a dar salida a las materias primas y
agrícolas que iban destinadas a la metrópolis. Las colonias se convirtieron en abastecedoras de lo necesario para
el funcionamiento de las industrias metropolitanas, mientras éstas colocaban sus productos manufacturados en
los dominios. La economía tradicional, basada en una agricultura autosuficiente y de policultivo, fue sustituida
por otra de exportación, en régimen de monocultivo, que provocó, en gran medida, la desaparición de las
formas ancestrales de producir y les privó de la posibilidad de un desarrollo autóctono. Hoy en día, la
consecuencia es una economía caracterizada por la explotación extranjera de los recursos primarios y una
terciarización excesiva con ausencia de industria propia.
De igual forma, muchas poblaciones indígenas fueron apartadas de sus territorios, optando por el éxodo
rural para trabajar como obreros, construyendo infraestructuras, o en plantaciones agrícolas. Muchos sufrieron
la llamada marginalidad urbana, consecuencia de un crecimiento urbano desmedido y absolutamente caótico
que aún deja notar sus consecuencias en el África contemporánea.
Los territorios dominados sufrieron un mayor o menor grado de dependencia respecto a la metrópolis, en
función del tipo de organización administrativa que les fue impuesto. Sin embargo, esta dependencia no estuvo
exenta de conflictos, que fueron el germen de un anti imperialismo protagonizado generalmente por las clases
medias nativas occidentalizadas, que reclamaban la toma en consideración de las tradiciones autóctonas. Ello se
canalizó a través de las premisas del juego democrático que las metrópolis defendían para sí mismas pero que
negaban a sus colonias: libertad, igualdad, soberanía nacional, etc. Empero, cuando estas colonias alcancen su
independencia, los nuevos estados sufrirán las mismas lacras que los occidentales pero magnificadas hasta el
extremo (corrupción, militarismo, terrorismo…)
África fue dividida entre las grandes potencias trazando fronteras artificiales sobre un mapa sin considerar
las diferencias culturales y étnicas. Estas fronteras arbitrarias se mantendrán vigentes cuando estos países se
independicen, lo que provocará enormes conflictos que aún siguen latentes hoy en día.