Referencias Proféticas Del AT
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Genesis
Referencias Proféticas: Muchos temas del Nuevo Testamento tienen sus raíces en Génesis. Jesucristo es la
Simiente de la mujer que destruiría el poder de Satanás (Génesis 3:15). En cuanto a José, el plan de Dios para el
bien de la humanidad a través del sacrificio de Su Hijo, fue destinado para bien, aunque aquellos que crucificaron
a Jesús lo hicieron por maldad. Noé y su familia son los primeros de muchos remanentes descritos en la Biblia. A
pesar de las adversidades y las difíciles circunstancias, Dios siempre preserva para Sí Mismo a un remanente fiel.
El remanente de los israelitas regresó a Jerusalén después de la cautividad en Babilonia; Dios preservó a un
remanente a través de todas las persecuciones descritas en Isaías y Jeremías, un remanente de 7000 sacerdotes
fue escondido de la ira de Jezabel; Dios promete que un día, un remanente de judíos se convertirá a su verdadero
Mesías (Romanos 11). La fe manifestada por Abraham sería el don de Dios y la base de la salvación tanto de
judíos como de gentiles (Efesios 2:89; Hebreos 11).
Éxodo
Referencias Proféticas: Los numerosos sacrificios requeridos a los israelitas eran una ilustración del sacrificio
supremo, la Pascua del Cordero de Dios, Jesucristo. En la noche de la última plaga en Egipto, se sacrificó a un
cordero sin defecto y su sangre se aplicó en los dos postes y el dintel de las puertas en las casas del pueblo de
Dios, protegiéndolos del ángel de la muerte. Esto prefiguraba a Jesús, el Cordero de Dios sin mancha y sin
contaminación (1 Pedro 1:19), cuya sangre aplicada en nosotros, nos asegura la vida eterna. Entre las
presentaciones simbólicas de Cristo en el libro de Éxodo está el relato del agua que sale de la roca en Éxodo
17:6. Así como Moisés golpeó la roca para proporcionar el agua de vida para que bebiera la gente, así Dios
golpeó la Roca para nuestra salvación, crucificando a Cristo por nuestro pecado, y de la Roca salió el don del
agua viva (Juan 4:10). La provisión del maná en el desierto es un cuadro perfecto de Cristo, el Pan de Vida (Juan
6:48), provisto por Dios para darnos vida.
Leviticus
Referencias Proféticas: Muchas de las prácticas en los rituales de adoración, ilustran de muchas formas la
persona y la obra de nuestro Salvador, el Señor Jesucristo. Hebreos 10 nos dice que la Ley Mosaica era “sólo una
sombra de los bienes venideros” por lo que significa que los diarios sacrificios ofrecidos por los sacerdotes por los
pecados del pueblo, eran una representación del Sacrificio absoluto – Jesucristo, cuyo sacrificio fue hecho una
vez y para siempre por aquellos que creyeran en Él. La santidad impartida temporalmente por la Ley, un día sería
reemplazada por la obtención de la santidad absoluta cuando los cristianos cambian su pecado por la justicia de
Cristo (2 Corintios 5:21).
Números
Referencias Proféticas: La demanda de Dios por santidad a Su pueblo, está total y finalmente satisfecha en
Jesucristo, quien vino a cumplir la ley por nosotros (Mateo 5:17). El concepto del Mesías prometido se extiende
por todo el libro. La ordenanza en el capítulo 19 sobre el sacrificio de la vaca alazana “perfecta, en la cual no
había falta” prefigura a Cristo, el Cordero de Dios sin mancha o culpa, quien fue sacrificado por nuestros pecados.
La imagen de la serpiente de bronce levantada sobre una asta para otorgar la curación física (capítulo 21)
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también prefigura a Cristo siendo levantado, ya sea en la cruz o en el ministerio de la Palabra, para que
cualquiera que lo mire por la fe, puede obtener la salud espiritual.
En el capítulo 24, el cuarto oráculo de Balaam, habla de la estrella y del cetro que se levantará de Jacob. Aquí
está una profecía de Cristo quien es llamado “la estrella de la mañana” en Apocalipsis 22:16 por Su gloria,
brillantez y resplandor, y por la luz que de Él procede. Él también puede ser llamado un cetro, esto es, el portador
del cetro, por su realeza. Él no solo tiene el nombre de rey, sino que tiene un reino, y gobierna con un cetro de
gracia, misericordia y justicia.
Deuteronomio
Referencias Proféticas: Muchos temas del Nuevo Testamento se encuentran presentes en el libro de
Deuteronomio. El primero entre ellos es la necesidad de guardar perfectamente la Ley Mosaica y la imposibilidad
de lograrlo. Los interminables sacrificios necesarios para la expiación de los pecados del pueblo – quienes
consistentemente transgredían la Ley – encontraría su cumplimiento en el último y “definitivo” sacrificio de Cristo
(Hebreos 10:10). Debido a Su obra de expiación en la cruz, ya no necesitaríamos más sacrificios por el pecado.
La elección de Dios por los israelitas como Su pueblo especial, prefigura Su elección de aquellos que creerían en
Cristo (1 Pedro 2:9). En Deuteronomio 18:1519, Moisés profetiza la llegada de otro profeta – el último Profeta que
había de venir y quien es El Mesías. Al igual que Moisés, Él recibiría y predicaría la revelación divina, y guiaría a
Su pueblo (Juan 6:14; 7:40)
Josue
Referencias Proféticas: La historia de Rahab la ramera y su gran fe en el Dios de los israelitas, le da un lugar
junto a aquellos honrados por su fe en Hebreos 11:31. La suya es una historia de la gracia de Dios hacia los
pecadores y la salvación por gracia solamente. Pero aún más importante, es el hecho de que por la gracia de
Dios, ella llegó a formar parte de la línea Mesiánica (Mateo 1:15).
Uno de los rituales ceremoniales de Josué 5, encuentra su perfecto cumplimiento en el Nuevo Testamento. Los
versos 19 describen el mandamiento de Dios de que aquellos que nacieron en el desierto fueran circuncidados
cuando entraran a la Tierra Prometida. Al hacerlo, Dios “quitó el oprobio de Egipto” de ellos, significando que Él
los limpiaba de los pecados de su vida anterior. Colosenses 2:1012 describe a los creyentes como siendo
circuncidados en sus corazones por Cristo Mismo, por quien hemos quitado la naturaleza de pecado de nuestras
vidas anteriores sin Cristo.
Dios estableció ciudades de refugio para que aquellos que hubieran matado accidentalmente a alguien, pudieran
vivir ahí sin temor a la retribución. Cristo es nuestro refugio a quien “hemos acudido para asirnos de la esperanza
puesta delante de nosotros” (Hebreos 6:18).
El Libro de Josué contiene un predominante tema teológico del reposo. Los israelitas, después de vagar por el
desierto 40 años, finalmente entraron al reposo que Dios había preparado para ellos en la tierra de Canaán. El
escritor de Hebreos utiliza este incidente como una advertencia para que nosotros no permitamos que la
incredulidad nos impida entrar en el reposo de Dios en Cristo (Hebreos 3:712).
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Jueces
Referencias Proféticas: El anuncio a la madre de Sansón de que ella daría a luz a un hijo que guiaría a Israel, es
una figura de la anunciación a María sobre el nacimiento del Mesías. Dios envió a Su Ángel a ambas mujeres y
les dijo que ellas “concebirían y darían a luz a un hijo” (Lucas 13:3; Lucas 1:31) quien guiaría al pueblo de Dios.
La compasiva liberación de Dios a Su pueblo, a pesar de su pecado y de haberlo rechazado, presenta una
ilustración de Cristo en la cruz. Jesús murió para liberar a Su pueblo – a todo aquel que cree en Él – de sus
pecados. Aunque la mayor parte de los que lo siguieron durante Su ministerio, eventualmente se alejarían y lo
rechazarían, Él aún permaneció fiel a Su promesa y fue a la cruz a morir por nosotros.
Rut
Referencias Proféticas: El tema más importante en el Libro de Rut es del parienteredentor. Booz, un pariente
de Rut por el lado de su esposo, actuó según su deber como se indica en la Ley Mosaica para redimir a un
pariente pobre de sus circunstancias (Lev. 25:4749). Este escenario es repetido por Cristo, quien nos redime de
la pobreza espiritual y de la esclavitud del pecado. Nuestro Padre celestial envió a Su propio Hijo a la cruz, para
que pudiéramos hacernos hijos de Dios y hermanos y hermanas en Cristo. Al ser nuestro Redentor, nos
convertimos en Sus parientes.
1 Samuel
Referencias Proféticas: La oración de Ana en 1 Samuel 2:110 hace varias referencias proféticas de Cristo. Ella
ensalza a Dios como su Roca (v.2), y sabemos por lo que nos dice el evangelio, que Jesús es la Roca sobre la
que debemos construir nuestras casas espirituales. Pablo se refiere a Jesús como la “piedra de tropiezo” para los
judíos (Romanos 9:33). Cristo es llamado la “Roca espiritual” que proveyó la bebida espiritual de los israelitas en
el desierto, al igual que Él provee el “agua viva” para nuestras almas (1 Corintios 10:4; Juan 4:10). La oración de
Ana también hace referencia al Señor que juzgará los confines de la tierra (v.2:10), mientras que Mateo 25:3132
se refiere a Jesús como el Hijo del Hombre quien vendrá en gloria a juzgar a todos.
2 Samuel
Referencias Proféticas: El Señor Jesucristo es visto principalmente en dos partes de 2 Samuel. Primero, en el
Pacto Davídico como se indica en 2 Samuel 7:16: “Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu
rostro, y tu trono será estable eternamente.” Y reiterado en Lucas 1:3233 en las palabras del ángel que apareció
a María para anunciarle el nacimiento de Jesús: “Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor
Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.”
Cristo es el cumplimiento del Pacto Davídico: Él es el Hijo de Dios en la línea de David quien reinará para
siempre.
Segundo, Jesús es visto en la canción de David al final de su vida (2 Samuel 22:251). Él canta de su roca,
fortaleza y libertador, su refugio y salvador. Jesús es nuestra Roca (1 Corintios 10:4; 1 Pedro 2:79), el Libertador
de Israel (Romanos 11:2527), el fortísimo consuelo de “los que hemos acudido para asirnos de la esperanza
puesta delante de nosotros.” (Hebreos 6:18), y nuestro único Salvador (Lucas 2:11; 2 Timoteo 1:10).
1 Reyes
Referencias Proféticas: El templo de Jerusalén, don de el Espíritu de Dios habitaría en el lugar Santísimo,
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prefigura a los creyentes en Cristo en los cuales reside el Espíritu Santo desde el momento de nuestra salvación.
Al igual que los israelitas que habían abandonado la idolatría, así también debemos apartarnos de cualquier cosa
que nos separe de Dios. Somos Su pueblo, el templo mismo del Dios vivo. Segunda de Corintios 6:16 nos dice,
“¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como
Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.”
El profeta Elías fue el precursor de Cristo y los Apóstoles del Nuevo Testamento. Dios le permitió a Elías hacer
cosas milagrosas a fin de probar que él realmente era un hombre de Dios. Él resucitó de la muerte al hijo de la
viuda de Sarepta causando que ella exclamara – “Ahora conozco que tú eres varón de Dios, y que la palabra de
Jehová es verdad en tu boca.” De la misma manera, son evidentes en el Nuevo Testamento los hombres de Dios
que hablaron Sus palabras a través de Su poder. Jesús no solo levantó a Lázaro de entre los muertos, sino que
también resucitó al hijo de la viuda de Naín (Lucas 7:1415) y a la hija de Jairo (Lucas 8:5256). El apóstol Pedro
resucitó a Dorcas (Hechos 9:40) y Pablo resucitó a Eutico (Hechos 20:912).
2 reyes
Referencias Proféticas: Jesús utilizó las historias de la viuda de Serepta de 1 de Reyes y de Naamán en 2 de
Reyes, para ilustrar la gran verdad de la compasión de Dios hacia aquellos a quienes los judíos juzgaban indignos
de la gracia de Dios – los pobres, los débiles, los oprimidos, los cobradores de impuestos, los samaritanos y los
gentiles. Al citar los ejemplos de la viuda pobre y de un leproso, Jesús se mostró a Sí Mismo como el Gran
Médico, quien sana y ministra a aquellos en gran necesidad de la divina gracia soberana. Esta misma verdad fue
la base del misterio del cuerpo de Cristo, Su Iglesia, la cual procedería de todos los niveles sociales, hombres y
mujeres, ricos y pobres, judíos y gentiles (Efesios 3:16).
Muchos de los milagros de Elías prefiguraron aquellos del mismo Jesús. Elías resucitó al hijo de la mujer
sunamita (2 Reyes 4:3435), sanó la lepra de Naamán (2 Reyes 5:119), y multiplicó los panes para alimentar a
cien hombres y aún sobró (2 Reyes 4:4244).
1 Crónicas
Referencias Proféticas: En la canción de David de agradecimiento a Dios en 1 Crónicas 16:33, él se refiere al
tiempo cuando Dios “viene a juzgar la tierra.” Esto prefiguró Mateo 25, donde Jesús describe el tiempo cuando Él
vendrá a juzgar la tierra. A través de las parábolas de las diez vírgenes y los talentos, Él advierte a aquellos que
se encuentren sin la sangre de Cristo cubriendo sus pecados, que serán echados “en las tinieblas de afuera.” Él
exhorta a Su pueblo a estar preparado, porque cuando Él venga, separará en juicio a las ovejas de los cabritos.
Parte del Pacto Davídico con Dios, se reitera en el capítulo 17, referente al futuro Mesías, quien sería
descendiente de David. Los versos 1314 describen al Hijo quien será establecido en la casa de Dios y cuyo trono
será firme para siempre. Esto sólo puede referirse a Jesucristo.
2 Crónicas
Referencias Proféticas: Al igual que todas las referencias a los reyes y templos en el Antiguo Testamento,
vemos en ellos un reflejo del verdadero Rey de Reyes –Jesucristo – y del templo del Espíritu Santo – Su pueblo.
Aún el mejor de los reyes de Israel tuvo los fracasos de todos los hombres pecadores y condujo erróneamente al
pueblo. Pero cuando el Rey de Reyes venga a vivir y a reinar en la tierra en el milenio, Él mismo se establecerá
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en el trono sobre toda la tierra, como el legítimo heredero de David. Solo entonces, tendremos un Rey perfecto
que reinará en justicia y santidad, acerca de lo que el mejor rey de Israel sólo pudo soñar.
Similarmente, el gran templo construido por Salomón no fue diseñado para durar por siempre. Solo 150 años
después, necesitaba ser reparado de la decadencia y deterioro por futuras generaciones quienes se habían vuelto
a la idolatría (2 Reyes 12). Pero el templo del Espíritu Santo – en aquellos que pertenecen a Cristo – vivirá por
siempre. Nosotros que pertenecemos a Jesús somos ese templo, no hecho de manos, sino por la voluntad de
Dios. (Juan 1:1213) El Espíritu que vive en nosotros, jamás se apartará de nosotros y un día nos entregará a
salvo en las manos de Dios (Efesios 1:13; 4:30). Ningún templo terrenal tiene esa promesa.
Esdras
Referencias Proféticas: Vemos en el Libro de Esdras una continuación del tema bíblico del remanente. Siempre
que llega el juicio o el desastre, Dios salva a un pequeño remanente para Él Mismo – Noé y su familia de la
destrucción del diluvio; la familia de Lot de Sodoma y Gomorra; los 7000 profetas preservados en Israel, a pesar
de la persecución de Acab y Jezabel. Cuando los israelitas padecieron la cautividad en Egipto, Dios libró a Su
remanente y los llevó a la Tierra Prometida. Un promedio de cincuenta mil personas regresaron a la tierra de
Judea en Esdras 2:6467, y sin embargo, mientras se comparan ellos mismos con los números en Israel durante
sus días de prosperidad bajo el rey David, su comentario es, “Somos dejados este día como un remanente.” El
tema del remanente es llevado al Nuevo Testamento donde Pablo nos dice que “Así también aun en este tiempo
ha quedado un remanente escogido por gracia.” (Romanos 11:5). Aunque la mayoría de la gente en los días de
Jesús lo rechazaron, permaneció un grupo de gente que Dios había reservado y preservado en Su Hijo, y en el
pacto de Su gracia. Desde Jesucristo, a través de todas las generaciones, existe un remanente de fieles, cuyos
pies están en el camino angosto que conduce a la vida eterna (Mateo 7:1314). Este remanente será preservado
a través del poder del Espíritu Santo, quien los ha sellado, y los entregará a salvo en el último día (2 Corintios
1:22; Efesios 4:30).
Nehemías
Referencias Proféticas: Nehemías era un hombre de oración y él oró apasionadamente por su pueblo
(Nehemías 1). Su celosa intercesión por su pueblo ante Dios, prefigura a nuestro gran Intercesor, Jesucristo,
quien oró fervientemente por Su pueblo en Su oración como Sumosacerdote en Juan 17. Tanto Nehemías como
Jesús tenían un profundo amor por el pueblo de Dios, el cual derramaban en oración a Dios, intercediendo por
ellos ante el trono.
Ester
Referencias Proféticas: En Ester, se nos muestra tras bastidores, la continua lucha de Satanás contra los
propósitos de Dios, y más especialmente contra Su Mesías prometido. La llegada de Cristo a la raza humana, fue
afirmada sobre la existencia de la raza judía. Así como Amán conspiró contra los judíos con el fin de destruirlos;
así también Satanás se ha declarado en contra de Cristo y el pueblo de Dios. Así como Amán fue vencido sobre
la horca que construyó para Mardoqueo, así Cristo usa la misma arma que su enemigo ideó para destruirlo a Él y
a Su simiente espiritual. Porque la cruz, por la cual Satanás planeó destruir al Mesías, fue el medio a través del
cual Cristo “anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en
medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente,
triunfando sobre ellos en la cruz.” (Colosenses 2:1415). Así como Amán fue colgado en la horca que él construyó
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para Mardoqueo, así el diablo fue aplastado por la cruz que erigió para destruir a Cristo.
Job
Referencias Proféticas: Mientras Job reflexionaba sobre la causa de su miseria, tres preguntas vinieron a su
mente, todas las cuales son respondidas solo en nuestro Señor Jesucristo. Estas preguntas ocurren en el capítulo
14. Primero, en el verso 4 Job pregunta “¿Quién hará limpio a lo inmundo? Nadie.” La pregunta de Job viene de
un corazón que reconoce que no es posible complacer a Dios o ser justificado a Sus ojos. Dios es santo; nosotros
no. Por tanto, existe un gran abismo causado por el pecado, entre Dios y el hombre. Pero la respuesta a la
angustiosa pregunta de Job se encuentra en Jesucristo. Él ha pagado el castigo por nuestro pecado y lo ha
intercambiado por Su justicia, haciéndonos por ello aceptables a los ojos de Dios (Hebreos 10:14; Colosenses
1:2123; 2 Corintios 5:17).
Segunda pregunta de Job, “Mas el hombre morirá, y será cortado; perecerá el hombre, ¿y dónde estará él?” (vrs.
10) es otra pregunta acerca de la eternidad, la vida y la muerte que es respondida solo en Cristo. Con Cristo, la
respuesta a ‘¿dónde estará él?’ es en la vida eterna, en el cielo. Sin Cristo, la respuesta es una eternidad “en las
tinieblas de afuera” donde será “el lloro y el crujir de dientes.” (Mateo 25:30).
La tercera pregunta de Job, se encuentra en el verso 14, y dice “Si el hombre muriere, ¿volverá a vivir?” Una vez
más, la respuesta se encuentra en Cristo. Nosotros realmente viviremos de nuevo si estamos en Él “Y cuando
esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se
cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?
¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?” (1 Corintios 15:5455).
Salmos
Referencias Proféticas: Un tema recurrente en los Salmos, es la provisión de Dios de un Salvador para Su
pueblo. Las imágenes proféticas del Mesías son vistas en numerosos salmos. El Salmo 2:112 describe el triunfo
y el reino del Mesías. El Salmo 16:811 prefigura Su muerte y resurrección. El Salmo 22 nos muestra al Salvador
sufriente en la cruz y presenta detalles proféticos de la crucifixión, todo lo cual fue cumplido a la perfección. Las
glorias del Mesías y Su novia son presentadas en el Salmo 45:1314, mientras que los Salmos 72:67; 89:337;
110:17; y 132:1218 presentan la gloria y universalidad de Su reino.
Proverbios
Referencias Proféticas: El tema de la sabiduría y su necesidad en nuestras vidas, encuentra su cumplimiento en
Cristo. En Proverbios somos continuamente exhortados a buscar la sabiduría, adquirir sabiduría y entender
sabiduría. Proverbios también nos dice –y lo repite—que el temor del Señor es el principio de la sabiduría (1:7;
9:10). Nuestro temor a la ira y justicia de Dios, es lo que nos lleva a Cristo, quien es la encarnación de la sabiduría
de Dios, como se expresó en Su glorioso plan de redención para la raza humana. En Cristo, es “en quien están
escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.” (Colosenses 2:3), encontramos la respuesta a
nuestra búsqueda de la sabiduría, el remedio para nuestro temor de Dios, y la “sabiduría, justificación,
santificación y redención.” que tan desesperadamente necesitamos (1 Corintios 1:30). La sabiduría que se
encuentra solo en Cristo está en contraste con la necedad del mundo, la cual nos anima a ser sabios a nuestros
propios ojos. Pero Proverbios también nos dice que los caminos del mundo no son los de Dios (Proverbios 3:7) y
que solo conducen a la muerte (Proverbios 14:12; 16:25).
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Eclesiastés
Referencias Proféticas: Para todas las vanidades descritas en el Libro de Eclesiastés, la respuesta es Cristo. De
acuerdo a Eclesiastés 3:17, Dios juzga al justo y al impío, y los justos son solo aquellos que están en CRISTO (2
Corintios 5:21). Dios ha colocado el deseo por la eternidad en nuestros corazones (Eclesiastés 3:11), y ha
provisto el Camino a la vida eterna a través de Cristo (Juan 3:16). Se nos recuerda que luchar por alcanzar las
riquezas del mundo, no solo es vanidad porque no satisface (Eclesiastés 5:10), sino que aún si pudiéramos
alcanzarlas, sin Cristo, perderíamos nuestras almas y ¿qué provecho habría en ello? (Marcos 8:36). A última
instancia, cada desilusión y vanidad descrita en Eclesiastés tiene su remedio en Cristo, quien es la sabiduría de
Dios y el único significado verdadero que encontramos en la vida.
Cantares
Referencias Proféticas: Algunos intérpretes de la Biblia, ven en el Cantar de los Cantares, una exacta
representación simbólica de Cristo y Su iglesia. Cristo es visto como el rey, mientras que la iglesia es
representada por la sulamita. Mientras que creemos que el libro debe ser entendido literalmente como una
representación del matrimonio, hay algunos elementos que prefiguran a la Iglesia y su relación con su Rey, el
Señor Jesús. El Cantar de los Cantares 2:4 describe la experiencia de cada creyente que es visto y traído por el
Señor Jesús. Estamos en un lugar de gran riqueza espiritual y estamos cubiertos por Su amor. El verso 16 del
capítulo 2 dice: “Mi amado es mío, y yo suya; Él apacienta entre lirios.” Aquí hay un cuadro no solo de la
seguridad del creyente en Cristo (Juan 10:2829), sino del Buen Pastor quien conoce a Sus ovejas –creyentes y
da Su vida por nosotros (Juan 10:11). Por Él, ya no estamos manchados por el pecado, habiendo quitado
nuestras “manchas” con Su sangre (Cantar de Cantares 4:7; Efesios 5:27).
Isaias
Referencias Proféticas: Como antes mencionamos, el capítulo 53 de Isaías describe la venida del Mesías y el
sufrimiento que Él soportaría con el fin de pagar por nuestros pecados. En Su soberanía, Dios orquestó cada
detalle de la crucifixión para cumplir cada profecía de este capítulo, así como otras profecías mesiánicas del
Antiguo Testamento. La imagen del capítulo 53 es conmovedora y profética y contiene un cuadro completo del
Evangelio. Jesús fue despreciado y rechazado (v.3; Lucas 13:34; Juan 1:1011), azotado por Dios (v.4; Mateo
27:46), y herido por nuestras rebeliones (v.5; Juan 19:34; 1 Pedro 2:24). Por medio de Su sufrimiento, Él pagó el
castigo que nosotros merecíamos y se convirtió por nosotros en el último y perfecto sacrificio (v.5; Hebreos
10:10). Aunque Él fue sin pecado, Dios puso en Él nuestro pecado, y nosotros fuimos hechos justicia de Dios en
Él (2 Corintios 5:21).
Jeremias
Referencias Proféticas: Jeremías 23:56 presenta una profecía de la venida del Mesías, Jesucristo. El profeta Lo
describe como un Renuevo de la casa de David (v.5; Mateo 1), el Rey que reinaría en sabiduría y justicia (v.5,
Apocalipsis 11:15). Es Cristo, quien finalmente será reconocido por Israel como su Mesías verdadero, como el
que proporcionará la salvación para Sus escogidos.(v.6; Romanos 11:26)
Lamentaciones
Referencias Proféticas: Jeremías fue conocido como “el profeta llorón” por su profunda y permanente pasión por
su pueblo y su ciudad (Lamentaciones 3:4849). Este mismo dolor por los pecados del pueblo y su rechazo de
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Dios, fue expresado por Jesús, mientras se aproximaba a Jerusalén y veía a futuro su destrucción a manos de los
romanos (Lucas 19:4144). A causa del rechazo de los judíos a su Mesías, Dios usó el asedio romano para
castigar a Su pueblo. Pero Dios no disfruta el tener que castigar a Sus hijos y Su oferta de Jesucristo como una
expiación por el pecado, muestra Su gran compasión por su pueblo. Un día, por Cristo, Dios secará todas las
lágrimas (Apocalipsis 7:17).
Ezequiel
Referencias Proféticas: Ezequiel 34 es el capítulo donde Dios denuncia a los líderes de Israel como falsos
pastores, por su poco cuidado a Su pueblo. En lugar de apacentar a las ovejas de Israel, ellos se preocupaban
por ellos mismos. Ellos comían bien, estaban bien vestidos y bien atendidos por el mismo pueblo sobre el que
ellos habían sido puestos para cuidar (Ezequiel 34:13). En contraste, Jesús es el Buen Pastor quien da Su vida
por las ovejas, y quién las protege de los lobos que destruirían al rebaño (Juan 10:1112). El verso 4 del capítulo
34 describe al pueblo cuyos pastores fracasaron en ministrar a las ovejas débiles, enfermas, heridas y pérdidas.
Jesús es el Gran Médico quien sana nuestras heridas espirituales (Isaías 53:5) por Su muerte en la cruz. Él es
quien busca y salva a lo que se había perdido (Lucas 19:10).
Daniel
Referencias Proféticas: Vemos en las historias del horno de fuego y de Daniel en el foso de los leones, una
referencia profética de la salvación provista por Cristo. Los tres hombres declaran que Dios es un Dios que salva,
y quien puede librarlos del horno de fuego (Daniel 3:17). De la misma forma, al enviar a Jesús a morir por
nuestros pecados, Dios ha provisto un escape del fuego del infierno (1 Pedro 3:18). En el caso de Daniel, Dios
envió un ángel para cerrar las bocas de los leones y salvó a Daniel de la muerte. Jesucristo es nuestra provisión
de los peligros del pecado que amenazan con consumirnos.
La visión de Daniel del final de los tiempos representa al Mesías de Israel, por quien muchos serán limpios y
purificados (Daniel 12:10). Él es nuestra justificación (1 Pedro 5:21) por quien nuestros pecados, a través de la
sangre, serán lavados y seremos tan blancos como la nieve (Isaías 1:18).
Oseas
Referencias Proféticas: Oseas 2:23 es el hermoso mensaje profético de Dios de incluir a los gentiles [los no
judíos] como Sus hijos, como también está escrito en Romanos 9:25 y 1 Pedro 2:10. Los gentiles no son
originalmente “el pueblo de Dios,” pero a través de Su gracia y misericordia, Él ha nos ha dado a Jesucristo, y por
la fe en Él somos injertados en el árbol de Su pueblo (Romanos 11:1118). Esta es una asombrosa verdad acerca
de la Iglesia, una que es llamada un “misterio” porque antes de Cristo, el pueblo de Dios era considerado
únicamente el pueblo judío. Cuando Cristo vino, los judíos fueron endurecidos temporalmente “hasta que haya
entrado la plenitud de los gentiles.” (Romanos 11:25)
Joel
Referencias Proféticas: Siempre que en el Antiguo Testamento se habla del juicio por el pecado, ya sea un
pecado individual o nacional, se profetiza el advenimiento de Jesucristo. Los profetas del Antiguo Testamento,
advierten continuamente a Israel que se arrepienta, pero aún cuando ellos lo hicieron, su arrepentimiento estaba
limitado a la observancia de la ley y a las obras. Los sacrificios de su templo eran solo una sombra del último
sacrificio, ofrecido una vez y para siempre, el cual vendría a la cruz (Hebreos 10:10). Joel nos dice que el último
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juicio de Dios, el cual sucederá en el Día del Señor, será “grande es el día de Jehová, y muy terrible; ¿quién
podrá soportarlo?” (Joel 2:11). La respuesta es que nosotros, por nosotros mismos, nunca podremos soportar tal
suceso. Pero si hemos puesto nuestra fe en Cristo para la expiación de nuestros pecados, no tenemos nada que
temer del Día del Juicio.
Amos
Referencias Proféticas: El libro de Amós termina con una gloriosa promesa para el futuro. “Pues los plantaré
sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra que yo les di, ha dicho Jehová Dios tuyo” (9:15) El
cumplimiento definitivo de la promesa de la tierra de Dios a Abraham (Génesis 12:7; 15:7; 17:8) ocurrirá durante
el reinado milenial de Cristo sobre la tierra (ver Joel 2:26,27). Apocalipsis 20 describe los mil años de reinado de
Cristo sobre la tierra, un tiempo de paz y gozo bajo el perfecto gobierno del Salvador Mismo. En ese tiempo, el
creyente Israel y los gentiles cristianos serán reunidos con la Iglesia y vivirán y reinarán con Cristo.
Abdías
Referencias Proféticas: El verso 21 del Libro de Abdías, contiene una referencia profética de Cristo y Su Iglesia.
“Y subirán salvadores al monte de Sion para juzgar al monte de Esaú; y el reino será de Jehová.” Estos
“salvadores” (también llamados “libertadores” en muchas versiones) son los apóstoles de Cristo, ministros de la
Palabra, y especialmente los predicadores del Evangelio en estos últimos días. Ellos son llamados “salvadores,”
no porque ellos obtengan nuestra salvación, sino porque ellos predican la salvación a través del Evangelio de
Cristo y nos muestran el camino para obtener esa salvación. Ellos, y la Palabra predicada por ellos, son los
medios por los que “las buenas nuevas” de salvación son llevadas a todos los hombres. Mientras que Cristo es el
Único Salvador, quien vino para comprar esa salvación y siendo Él el autor de ella; la presencia de los salvadores
y liberadores del Evangelio será más y más evidente mientras más se acerca el final de los tiempos.
Jonas
Referencias Proféticas: Es claro que Jonás es un tipo de Cristo, de acuerdo a las propias palabras de Jesús. En
Mateo 12:4041, Jesús declara que Él estará en la tumba el mismo lapso de tiempo que Jonás estuvo en el
vientre de la ballena. Él prosigue diciendo que mientras los ninivitas se arrepintieron ante la predicación de Jonás,
los fariseos y maestros de la ley, quienes rechazaron a Jesús, estaban rechazando a Uno que es mucho más
grande que Jonás. Así como Jonás trajo la verdad de Dios, respecto al arrepentimiento y la salvación a los
ninivites, Jesús trae el mismo mensaje (Jonás 2:9; Juan 14:6) de salvación de y a través de Dios solamente
(Romanos 11:36).
Miqueas
Referencias Proféticas: Miqueas 5:2 es una profecía Mesiánica citada por los magos que estaban buscando al
rey nacido en Belén (Mateo 2:6). Por estar familiarizados estos reyes del oriente con las Escritura hebreas, ellos
sabían que de la pequeña aldea de Belén saldría el Príncipe de Paz, la Luz del mundo. El mensaje de Miqueas
del pecado, arrepentimiento y restauración, encuentra su último cumplimiento en Jesucristo, quien es la
propiciación por nuestros pecados (Romanos 3:2425) y el único camino a Dios (Juan 14:6).
Nahum
Referencias Proféticas: Pablo repite Nahúm 1:5 en Romanos 10:15, con respecto al Mesías y Su ministerio, así
como los apóstoles de Cristo en Su tiempo. También puede ser entendido de cualquier ministro del Evangelio
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cuya ocupación sea “predicar el Evangelio de la paz.” Dios ha hecho la paz con los pecadores por medio de la
sangre de Cristo, y le ha dado a Su pueblo la paz que “sobrepasa todo entendimiento” (Filipenses 4:7). El trabajo
del predicador también es “...anunciar la paz, de los que anuncian buenas nuevas.” cosas tales como la
reconciliación, la justificación, el perdón, la vida, y la salvación eterna por un Cristo crucificado. La predicación de
tal Evangelio, y el traer tales nuevas, hacen sus pies hermosos. La imagen aquí, es de uno que corre hacia otros,
deseoso y gozoso de proclamar las Buenas Noticias.
Habacuc
Referencias Proféticas: El Apóstol Pablo cita Habacuc 2:4 en dos diferentes ocasiones (Romanos 1:7; Gálatas
3:11) para reiterar la doctrina de la justificación por la fe. La fe que es el don de Dios, y disponible a través de
Jesucristo, es al mismo tiempo una fe que salva (Efesios 2:89) y una fe que sostiene durante toda la vida.
Obtenemos la vida eterna por medio de la fe y vivimos la vida cristiana por la misma fe. A diferencia del “orgullo”
en el principio del verso, su alma no es recta dentro de él, y sus deseos no son correctos. Pero nosotros, que
somos hechos justicia por la fe en Cristo, somos totalmente justificados, porque Él ha intercambiado Su perfecta
justicia por nuestro pecado (2 Corintios 5:21), y nos ha permitido vivir por fe.
Sofonías
Referencias Proféticas: Gran parte de las bendiciones finales sobre Sión pronunciadas en los versos 1420, aún
están por cumplirse, lo que nos lleva a concluir que estas son profecías mesiánicas que aguardan la Segunda
Venida de Cristo para que se lleven a cabo. El Señor ha quitado nuestro castigo solo a través de Cristo, quien
vino a morir por los pecados de Su pueblo (Sofonías 3:15; Juan 3:16). Pero Israel aún no ha reconocido a su
verdadero Salvador. Esto aún está por suceder (Romanos 11:2527).
La promesa de paz y seguridad para Israel, un tiempo cuando su Rey esté en medio de ellos, será cumplida
cuando Cristo regrese a juzgar y redimir al mundo para Él mismo. Así como Él ascendió a los cielos después de
Su resurrección, así también Él regresará y establecerá una nueva Jerusalén sobre la tierra (Apocalipsis 21). En
ese tiempo, todas las promesas de Dios para Israel serán cumplidas.
Hageo
Referencias Proféticas: Como con la mayoría de los libros de los profetas menores, Hageo termina con
promesas de restauración y bendiciones. En el último verso, Hageo 2:23, Dios utiliza un título distintivamente
mesiánico en referencia a Zorobabel, “Siervo mío” (Comparar 2 Samuel 3:18; 1 Reyes 11:34; Isaías 42: 19;
Ezequiel 37:24,25). A través de Hageo, Dios promete hacerlo como un anillo de sellar, lo cual era un símbolo de
honor, autoridad, y poder, algo como un cetro de rey, utilizado para sellar cartas y decretos. Zorobabel, como el
anillo de sellar de Dios, representa la casa de David y la reanudación de la línea mesiánica interrumpida por el
Exilio. Zorobabel reestableció el linaje davídico de los reyes que culminará con el reinado milenial de Cristo.
Zorobabel aparece en el linaje de Cristo tanto por parte de José (Mateo 1:12), como por el lado de María (Lucas
3:27).
Zacarias
Referencias Proféticas: Las profecías acerca de Jesucristo y la era mesiánica abundan en Zacarías. Desde la
promesa de que el Mesías vendría y habitaría entre nosotros (Zacarías 2:1012; Mateo 1:23) hasta el simbolismo
del Renuevo y la Piedra (Zacarías 3:89, 6:1213; Isaías 11:1; Lucas 20:1718) a la promesa de Su Segunda
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Venida, donde aquellos que lo traspasaron lo mirarán y llorarán. (Zacarías 12:10; Juan 19:3337), Cristo es el
tema del Libro de Zacarías. Jesús es el Salvador de Israel, una fuente cuya sangre cubre los pecados de todos
los que vengan a Él para salvación (Zacarías 13:1; 1 Juan 1:7).
Malaquías
Referencias Proféticas: Malaquías 3:16 es una profecía concerniente a Juan el Bautista. Él era el mensajero del
Señor, enviado para preparar el camino (Mateo 11:10) para el Mesías, Jesucristo. Juan predicó el arrepentimiento
y bautizó en el nombre del Señor, preparando así el camino para la primera venida de Jesucristo. Pero el
Mensajero que “vendrá súbitamente a su templo” es Cristo Mismo en Su segunda venida, cuando venga en gran
gloria y poder (Mateo 24). En aquel tiempo Él “limpiará a los hijos de Levi” (v.3), significando que aquellos que
ejemplificaban la Ley Mosaica, necesitaban ellos mismos ser purificados del pecado a través de la sangre del
Salvador.Sóloo entonces estarían en condición de ofrecer “una ofrenda de justicia” porque sería la justicia de
Cristo imputada a ellos a través de la fe (2 Corintios 5:21).
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