190 Otelo
190 Otelo
190 Otelo
En memoria
de Paulina
William Shakespeare
Adolfo Bioy Casares
Otelo
En memoria
de Paulina
William Shakespeare
Adolfo Bioy Casares
Coordinación del Área de Literatura: Salvador Gargiulo
Coordinación de Arte y Diseño: Lucas Frontera Schällibaum
Gerencia de Preprensa y Producción: Carlos Rodríguez
Los contenidos de las secciones que integran esta obra han sido elaborados
por Sylvia Nogueira
Imagen de tapa: Latinstock
Imágenes Cuarto de herramientas: Latinstock
Diagramación: Paola Burniego
Corrección: Amelia Rossi
Puertas
Shakespeare, William
Otelo. En memoria de Paulina / William Shakespeare y Adolfo Bioy de acceso
Casares. - 2a ed. 1a reimp. - Boulogne: Cántaro, 2014.
240 p. ; 19x14 cm. (Del Mirador)
ISBN 978-950-753-240-5
Este libro no puede ser reproducido total ni parcialmente por ningún medio, tratamiento o
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grafía, o cualquier otro sistema mecánico, electrónico, fotoquímico, magnético, informático
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vados, es ilegal y constituye un delito.
de la Vega, publicados en 1543, en los que se representa a un ches y los pedidos de pruebas del esposo conducen al matrimo-
celoso alimentando su angustia al imaginar a la mujer amada en nio al desastre, cuando se comprueba que los celos del marido
escenas de entrega a otro hombre, escenas cuya representación son justificados pues ella, efectivamente, ha compartido el lecho
con elegantes metáforas, lejos de apaciguar el espíritu dolido, lo con otro hombre. Pero el drama de Plauto es básicamente una
exasperan al sugerir el íntimo contacto entre los cuerpos de la comedia y se resuelve de una manera que no afecta el honor
traidora y del rival: del militar: descubre que la mujer es, en realidad, inocente pues
el otro hombre era Júpiter metamorfoseado: había tomado el
Tu dulce habla ¿en cúya oreja suena?
aspecto de Anfitrión. Ese resultó para el dios el único modo de
Tus claros ojos ¿a quién los volviste?
acceder al lecho de Alcmena, porque ella era devota de su ma-
¿Por quién tan sin respeto me trocaste?
rido. Plauto tuvo que recurrir al deus ex machina (un personaje
Tu quebrantada fe ¿dó la pusiste?
divino que lo soluciona todo) para poder componer un final
¿Cuál es el cuello que como en cadena
feliz y hacer reír a su público con un conflicto de celos en escena.
de tus hermosos brazos anudaste?
En general, una trama de celos se desarrolla en melodramas o
No hay corazón que baste,
tragedias.
aunque fuese de piedra,
La literatura gauchesca (para algunos, el aporte más original
viendo mi amada hiedra
y auténtico de la literatura argentina a la universal) no rehúye el
de mí arrancada, en otro muro asida,
tema, aunque se suele representar a los gauchos poco expresivos
y mi parra en otro olmo entretejida,
de sus pasiones amorosas. Un payador canta unos versos que
que no s’esté con llanto deshaciendo
complacen a una mujer comprometida, y el narrador explicita la
hasta acabar la vida.
provocación de los celos:
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.
(Garcilaso de la Vega, Égloga i, vv. 127-140) “Mis ojos pueden decirte
lo que oculta mi silencio,
Los celos conforman una pasión universal, básica, humana.
sin que una muda expresión
Siempre y en todo lugar, han sido tema de innumerables discur-
pueda ofender tu respeto”.
sos desde la Antigüedad clásica. También atravesaron diversas
(Volvió Vega a ver a Rosa,
culturas, desde la grecolatina a la argentina más autóctona.
y a él lo vido el Santiagueño).
Los romanos demostraron con la tragicomedia Anfitrión, de
“Puertas son por donde el alma,
Plauto, que las historias de celosos tienden a lo trágico: el mili-
con distintos movimientos,
tar Anfitrión vuelve de la guerra después de una larga ausencia
publica del corazón
del hogar y Alcmena, su fidelísima esposa, lo recibe como si lo
los más ocultos secretos;
hubiera visto poco antes, como si las necesidades que genera la
y, aunque en las voces no explique
distancia estuvieran satisfechas para ella; las sospechas, los repro-
10 Puertas de acceso Puertas de acceso 11
los sentimientos del pecho, las audiencias a través del tiempo, porque la acción se desarrolla
te estoy diciendo mi amor muy fluida y sin escenas históricas que dificulten la comprensión
sólo con estarte viendo”. desde el presente. Probablemente, cada receptor de Otelo pue-
(Y Vega miraba a Juana; da señalar un motivo diferente para explicar la trascendencia de
y a él lo miró el Santiagueño, esta tragedia. Pero muchos coinciden en que ciertas claves de la
mostrándole a la evidencia sostenida repercusión de Otelo radican en la construcción de la
la comezón de los celos). historia representada, en las hábiles técnicas teatrales de Shakes-
peare. Las revisamos a continuación.
(Hilario Ascasubi, Santos Vega o Los mellizos de La Flor,
vv.1773-1790)
Antes que cornudo, celoso
El mismo Shakespeare escribió más textos sobre la cuestión:
Otelo tiene la virtud de parecer un texto simple, de fácil acce-
en The Winter´s Tale (“Cuento de invierno”, 1611) compone una
so para el espectador o el lector, cuando en verdad conforma una
historia cómica sobre celos injustificados y en sus Sonnets (pu-
profunda observación, más que de la compleja realidad del amor,
blicados en 1609) un yo lírico, que algunos críticos intentan
de la literatura que ha abordado ese sentimiento. Una de las es-
identificar con el autor, manifiesta su dolor al referirse de ma-
trategias de esa elaborada simplicidad radica en la combinación
nera resignada a las traiciones amorosas que padece. Pero en esa
de una serie de motivos, es decir, de esquemas tradicionales de
vasta extensión de obras literarias acerca de los celos, Otelo se ha
historias, retomados en distintas obras con variantes parciales.
impuesto en la memoria colectiva como prototipo del amante
Uno de esos motivos es el del conflicto amoroso debido al
que sufre sospechas de engaños. Qué ha convertido a Otelo en el
origen. Este motivo, probablemente, tiene su expresión más fa-
clásico de los celos es difícil de precisar. Tal vez, el autor escribió
mosa en Romeo y Julieta (1595): el amor entre dos jóvenes no
esta tragedia con la sabiduría de la experiencia personal: en 1586
puede realizarse normalmente porque cada uno de ellos pertene-
dejó a su esposa e hijos en su pueblo natal, Stratford on Avon,
ce a familias que se odian una a la otra. En Otelo, la oposición es
para establecerse en Londres, donde habría vivido como si fuera
más grave: no se trata de odios mantenidos en la esfera privada
soltero; por otra parte, algunos de los descifradores de la vida
de individuos particulares, entre estirpes rivales dentro de una
de Shakespeare –en verdad se sabe poco con certeza sobre ella–
misma sociedad; en la tragedia de 1604, se oponen culturas, en
deducen de sus sonetos que amó a personas que amaron a otros.
tanto la amada, Desdémona, es una mujer veneciana, una blanca
Tal vez, sus lecturas autodidactas y su capacidad para reescribir
católica, y el amado, Otelo, un moro de tez negra, un católico
historias ajenas son la causa del éxito de Otelo: Shakespeare no
converso que proviene de un pueblo pagano. En otras palabras,
había estudiado en la Universidad como otros distinguidos inte-
Otelo despliega también el tópico civilización-barbarie, el dis-
lectuales, pero fue actor antes que dramaturgo y conocía cara a
tanciamiento entre una cultura que se juzga que ha progresado
cara las reacciones del público; tal vez, Otelo sea un favorito de
–hacia el bien, la paz, la organización social justa y racional, el
12 Puertas de acceso Puertas de acceso 13
refinamiento– y otra calificada como primitiva, ruda, violenta ciones públicas: aunque el cristianismo condena el adulterio, la
y arbitraria. Los amantes que quiebran distanciamientos entre Biblia representa a Cristo perdonando a una adúltera. Ese poder
familias o entre culturas deben recurrir a relaciones clandesti- daba lugar a arbitrariedades sin límites, porque también estaban
nas, a matrimonios secretos, que suelen representarse destinados permitidos el castigo y la venganza secretos, de modo tal que el
a tener un fin fatal. Otelo y Desdémona, como corresponde al marido no tuviera que admitir frente a todo el mundo que su
motivo del conflicto amoroso debido al origen, se casan sin la cónyuge lo había engañado. El motivo de la esposa difamada
autorización del padre de la joven. injustamente funciona como un argumento de la necesidad de
El conflicto se vuelve más complejo porque intereses colecti- limitar el poder del esposo, pues advierte de la liviandad y la
vos de la ciudad de Venecia entran en colisión con los privados de arbitrariedad con que puede ser ejercido. En este motivo, suele
la familia de Desdémona: el padre, Brabancio, clama por justicia ser central un personaje en particular, el intrigante. La tradición
ante las autoridades venecianas más altas, acusa al moro de rap- ha figurado a ese personaje (quien inventa una acusación falsa
tar y de seducir mágicamente a su casta hija, pero su demanda no contra una esposa que, en realidad, es honesta) como un resen-
es satisfecha porque a la república veneciana no le conviene en- tido. Acusa falsamente a una mujer porque el marido de esta
juiciar, mucho menos castigar, a Otelo. En efecto, la acción de la le ha negado al calumniador algo que deseaba. La mujer resul-
tragedia (casi actual para su primera fecha de representación) se ta una víctima colateral de la venganza del difamador, porque
ubica alrededor de 1570, cuando los turcos empezaban a atacar el atacado, en realidad, es el esposo, contra quien el intrigante
Chipre, que pertenecía por entonces a la república de Venecia. toma represalias, ofende su honor: declarar que su esposa es in-
El Estado de esta ciudad ha contratado los servicios militares de fiel implica señalarlo a él como un engañado, un traicionado,
Otelo para resistir el ataque turco, lo quieren enviar al frente de un cornudo. En el motivo de la esposa difamada, se plantea una
batalla. Si lo condenan como desearía Brabancio, si lo apresan o crítica al esposo demasiado rápido y fácilmente dispuesto para
lo matan, Venecia perdería a +su victorioso mercenario, precisa- desconfiar de su mujer. Esa ligereza es la señalada como causa
mente, cuando tiene que resolver un conflicto bélico. fundamental de las tragedias: The Winter’s Tale tiene un desen-
La limitación pública del poder privado de la familia para lace feliz, pero no gracias al celoso o al poder que la sociedad le
castigar a una mujer infiel es una cuestión implícita en otro concede. Esa obra cuenta la historia de un rey que sospecha sin
motivo desarrollado en Otelo: el de la esposa difamada, acusada fundamento de la fidelidad de su esposa; ella puede escapar al
injustamente de infidelidad. Venecia se representa como una re- castigo de su poderoso marido, y esa huida es la que posibilita
pública civilizada. En pueblos primitivos, se concedía al esposo la salvación final de la mujer y el pretendido amante porque le
el derecho de castigar a la mujer infiel hasta con la muerte y el da tiempo al monarca para comprobar su error. Si por el celoso
de vengarse por su propia mano contra quien había intimado fuera, The Winter’s Tale sería otra tragedia.
con esposa ajena; el progreso de la civilización viene lentamente Es que el celoso se caracteriza por ser un imprudente, un
liberando a la mujer de ese asimétrico poder marital, que todavía irracional entregado a sus emociones y muy temeroso de ser un
se sostiene en algunos lugares del mundo, incluso, con lapida- cornudo. Por eso, el título de la obra de Tirso de Molina que
14 Puertas de acceso Puertas de acceso 15
mencionamos más arriba, El celoso prudente, es casi una contra- venganza de Yago, que no ha obtenido del Moro un puesto que el
dicción; más que prudente, es un orgulloso que prefiere no ven- intrigante pretendía; por otro lado, es, además, víctima del odio
garse de la infidelidad que le atribuye a su esposa para no asumir de Brabancio, quien se desquita de que su hija se haya casado sin
públicamente que ha sido engañado; después descubre que ella su autorización sembrando la temible duda en el espíritu de su
es inocente, y todos comen perdices. El hilo que separa a un yerno. Privado de la posibilidad de ser resarcido por el Estado por
celoso de un cornudo es bastante delgado: el cornudo es el que medio de una condena jurídica, Brabancio castiga a Otelo minan-
no castiga o venga la traición de la mujer. Por oposición al ce- do su felicidad desde el principio mismo del matrimonio:
loso, el cornudo (preferido por los dramaturgos para componer
Obsérvala, Moro, si tienes ojos para ver:
comedias en vez de tragedias), antes que mantener su honor a
a su padre engañó y puede engañarte a ti.
costa de un hecho de sangre, opta por sostener la comodidad del
hogar. Es un tonto, un impotente o un cobarde; no se da cuenta Una de las habilidades reconocidas a Shakespeare como dra-
de los engaños que trama una esposa astuta o es un borracho maturgo es su manejo del tiempo en las historias representadas,
desagradable que no satisface los deseos normales de su mujer y y el caso de Otelo es un buen ejemplo de esa capacidad. La obra
no tiene valor para acabar con ella y la paz doméstica. En estas se organiza como una tragedia; en función de ello, el autor le
tramas destinadas a hacer reír, la infidelidad femenina, práctica- ha concedido más tiempo a la duda para instalarse en el alma
mente, queda justificada por las características del esposo, con lo del personaje protagónico que a la confianza que le permitiera
cual las comedias también advierten a los maridos de cómo ellos descubrir que la acusación contra Desdémona es falsa. La elabo-
pueden provocar la infidelidad conyugal, de qué puede pensar la ración del tiempo dramático es una de las técnicas en las que ra-
sociedad acerca del esposo de una mujer infiel. dica la fama de Otelo por sobre tantos otros relatos sobre celosos.
El celoso sin fundamento podría definirse como un cornudo Describimos algunas de ellas en la siguiente sección.
imaginario, un orgulloso cuyo honor no tolera la idea de que se
piense de él que es tonto, impotente o cobarde. La arrogancia
El cuento se vuelve teatro
lo vuelve imprudente, le hace perder la razón y le alimenta la
imaginación que excita la furia trágica: delira construyendo en
La fuente de Otelo
su fantasía las escenas que más lo ofenden, las burlas de la gente,
las pornográficas entre su mujer y el amante. Shakespeare, como gran parte de sus contemporáneos, parece
En el caso de Otelo, podría reconocerse a un hombre dema- seguir los consejos de artistas antiguos, como Horacio. Este poeta
siado rápido para asumir la idea de que su esposa le es infiel, latino advierte en su Arte Poética (también conocida con el nom-
para pasar de considerarla un ángel a juzgarla como una “rame- bre de Epístola a los Pisones, jóvenes que se querían dedicar a la es-
ra lujuriosa”. Pero, por la combinación de motivos literarios que critura y a los que el escritor experto orienta con sus advertencias)
Shakespeare entreteje, la crítica al esposo muy predispuesto a que procede con mayor seguridad el artista que pone en escena
desconfiar de su mujer se dificulta. Por un lado, Otelo padece la personajes que ya existen que el que crea algo no tratado antes.
Otelo
En memoria
de Paulina
William Shakespeare
Adolfo Bioy Casares
Otelo
William Shakespeare
Traducción de Cántaro
Personajes
y
Otelo, un moro noble al servicio del estado veneciano1
Brabancio, un senador de Venecia, padre de Desdémona
Casio, el teniente de Otelo
Yago, alférez2 de Otelo
Rodrigo, un caballero veneciano
El Dux3 de Venecia
Montano, gobernador de Chipre4 ACTO PRIMERO
Graciano, hermano de Brabancio Escena Primer a
Ludovico, pariente de Brabancio
Venecia. Una calle.
Desdémona, hija de Brabancio, esposa de Otelo
Emilia, esposa de Yago
Blanca, una cortesana (Entran Rodrigo y Yago).
Senadores, bufón, marinero, mensajero, heraldo, Rodrigo. ¡Basta! No me engañes. Me hiere el alma que tú,
oficiales, caballeros, músicos, servidores
Yago, que usaste de mi bolsa como si fueran tuyos sus cordo-
u nes, esto supieras.5
Yago. ¡Por la sangre de Dios, no me prestas oídos! Si con eso
siquiera soñé, puedes aborrecerme.
Rodrigo. Que por él6 sentías odio, me dijiste.
Yago. Despréciame si no es así. Tres grandes de la ciudad en per-
1
En los tiempos que son representados en la obra, la segunda mitad del siglo xvi, Italia sona le rogaron que me hiciera su teniente y, a fe mía, que no
no constituía una unidad política. Venecia, para entonces una república con fama de
tolerante en lo político y lo religioso, era un importante centro comercial. En defensa
de sus riquezas y del cristianismo, luchaba contra los turcos, para lo cual solía contratar
extranjeros, como el moro Otelo.
5
El principio de la obra corresponde al tipo que se llama (con una expresión latina) in
medias res, es decir, un comienzo que presenta una acción en el medio de su desarrollo.
2
Jerarquía oficial inmediatamente inferior a la del teniente. A Yago, se le reprocha el uso que este ha hecho del “bolsillo” (la “bolsa”, el dinero) de
3
La palabra dux deriva del latín (lengua en la que significa “conductor, líder”) y en Venecia Rodrigo sabiendo algo que entre los personajes ya ha sido mencionado. El espectador se
señalaba al magistrado supremo de la república. entera de qué se trata unas líneas más abajo.
4
Chipre, que había pertenecido a Venecia por un siglo, fue atacada por los turcos entre 6
Otra consecuencia del comienzo in medias res. No se sabe todavía a quién se refiere este
1570 y 1571. La dominaron después. pronombre. Se deduce de la respuesta de Yago.
32 William Shakespeare Otelo 33
merezco un cargo menor. Conozco mi valía. Pero él, atento a su genuflexos10 que, prendados de su obsequiosa esclavitud, se
orgullo y a sus designios, los elude con discursos pretenciosos, consagran a ser burros de carga de su amo por el pienso11 no
plagados de epítetos de guerra7 y rechaza a mis padrinos dicién- más, y de viejos los despiden. ¡Azotes merecen los honestos12
doles: “Por cierto, ya he elegido a mi oficial”. ¿Y quién es? Sin lacayos13! Hay otros que, fingiendo las formas y los ritos del
duda, un teórico de nota, un tal Miguel Casio, un florentino deber, guardan para sí sus corazones y, aparentando que sir-
demasiado proclive a las hermosas damas, que nunca tuvo a su ven a sus amos, prosperan a su costa; así, cuando su bolsa han
mando un escuadrón y entiende tanto como una solterona del forrado, a sí mismos se rinden homenaje. Estos camaradas
frente de batalla, solo dispone del saber libresco que cualquier muestran inteligencia, y a su clase pertenezco. Porque, señor,
cónsul togado8 citaría con tanta maestría como él. Jarabe de tanto como tú eres Rodrigo, si yo fuera el Moro, Yago no
pico sin práctica alguna es toda su ciencia militar. Pero él, señor, sería. Cuando lo sirvo a él, sólo a mí me sirvo. El cielo es
fue el elegido, mientras que yo, de quien sus ojos vieron pruebas mi testigo. No lo hago por afecto ni por deber; finjo para así
en Rodas y Chipre, y en otros territorios cristianos y gentiles, conseguir mis propios fines. El día que demuestren mis accio-
debo quedar a sotavento y calma chicha a causa del tenedor de nes externas la real naturaleza y el aspecto de mi corazón en
libros. El contador, en buena hora, será su teniente, y yo –¡Dios acuerdo perfecto, será cual si llevara como enseña14 el corazón
nos ampare!– alférez de su moruna señoría. para que en él se ceben las cornejas15. ¡No soy lo que parezco!
Rodrigo. ¡Juro que preferiría ser su verdugo! Rodrigo. ¡Qué suerte tiene el de los labios gruesos si logra sa-
lirse con la suya!
Yago. Pues no hay remedio. La maldición del servicio9 es que
se asciende por recomendación o afecto, no por antigüedad, Yago. Llama a su padre, que despierte y al Moro persiga; enve-
como antaño, en que el segundo sucedía al superior. Ahora, nena su dicha, proclama su nombre por las calles. Que los pa-
señor, juzga por ti mismo si tengo algún motivo para querer rientes de la dama se enfurezcan y, si goza de un clima benigno,
al moro.
Rodrigo. Entonces, a su servicio no me pondría.
Yago. Ten la certeza, señor, de que lo serviré sólo para utilizarlo
10
Arrodillados, haciendo reverencias.
11
Porción de alimento para el ganado.
en mi beneficio. No podemos ser amos todos, ni todos los 12
Es esta la primera aparición de este adjetivo que se repetirá insistentemente en la obra
amos fielmente servidos. Verás a muchos obedientes bribones y que adquiere, cada vez, sentidos distintos, según quién lo diga y en qué circunstancia.
13
El término tiene varios significados que concentran diferentes sentidos de los que está
7
Adjetivos calificativos propios de lo bélico, de la guerra. diciendo Yago. Como sustantivo, señala a un servidor que acompaña a su amo constante-
8
Un cónsul togado es un magistrado vestido con toga, una vestimenta que ya utilizaban los mente (a pie, a caballo, como sea) o un soldado de a pie que acompañaba a los caballeros
antiguos romanos. El cargo de cónsul y la toga son propios de la vida civil, no de la militar. Yago en la guerra. Como adjetivo, “lacayo” significa “servil, rastrero”.
está señalando que Casio sabe tanto de guerra como un hombre que no se dedica a ella. 14
Insignia, estandarte, bandera.
9
Se refiere al servicio militar, el que se presta como soldado. 15
Especie de cuervo.
34 William Shakespeare Otelo 35
que las moscas lo ataquen16; por más que su alegría sea alegría, a vuestra blanca oveja. ¡De prisa, levantaos! Despertad con la
arroja sobre ella tan negras vejaciones17 que parte de su color campana a los dormidos ciudadanos porque, si no, gracias al
se desvanezca. diablo, seréis abuelo. ¡Levantaos, os digo!
Rodrigo. Esta es la casa de su padre. A gritos, lo llamaré. Brabancio. ¿Qué, os habéis vuelto locos?
Yago. Sí, y con el tono pavoroso y los gemidos con que, a la Rodrigo. Reverendo señor, ¿reconocéis mi voz?
noche y por descuido, el fuego se descubre en la poblada
Brabancio. No, ¿quién sois?
ciudad dormida.
Rodrigo. Mi nombre es Rodrigo.
Rodrigo. ¡Alerta, Brabancio! ¡Señor Brabancio, alerta!
Brabancio. ¡El peor recibido! Te he ordenado que no rondes mis
Yago. ¡Despertad! ¡Alerta, Brabancio! ¡Ladrones, ladrones! ¡Revisad
puertas. Me oíste decir, con honrada franqueza, que para ti
vuestra casa, vuestra hija y vuestras bolsas! ¡Ladrones, ladrones!
no es mi hija, y ahora, desequilibrado, repleto de comida y de
(Brabancio aparece arriba, asomándose a una ventana18). bebida que afectan la razón, por pura malicia enconada, has
venido a turbar mi reposo.
Brabancio. ¿Cuál es la causa de estos gritos horribles? ¿Qué
ocurre aquí? Rodrigo. Señor, señor, señor…
Rodrigo. Señor, ¿está vuestra familia en casa? Brabancio. Pero puedes estar bien seguro de que por rango y
por carácter tengo el poder de hacerte pagar esto con singu-
Yago. ¿Están trancadas vuestras puertas?
lar amargura.
Brabancio. ¿Por qué estas cosas preguntáis?
Rodrigo. Calma, buen señor.
Yago. ¡Voto al Cielo, señor, os han robado! ¡Cubríos, por pudor!
Brabancio. ¿De qué robos me hablas? Estamos en Venecia. No
Roto tenéis el corazón, habéis perdido la mitad del alma. Aho-
es mi casa un granero.
ra, en esta hora, ahora mismo, un viejo carnero negro penetra
Rodrigo. Eminente Brabancio, con el alma pura y limpia he
venido a veros.
16
En este punto (el verbo en inglés es “plague”) se ha percibido una alusión a una plaga
narrada en la Biblia. “Jehová dijo a Moisés: Levántate de mañana y ponte delante del Yago. ¡Voto al Cielo, señor! Sois de aquellos que no servirían a
Faraón, he aquí él sale al río y dile. Jehová ha dicho así. Deja ir a mi pueblo, para que
me sirva. Porque si no dejas ir a mi pueblo, he aquí yo enviaré sobre ti, sobre tus siervos,
Dios ni aunque el diablo se lo ordenara. Como venimos a ha-
sobre tu pueblo y sobre tus casas toda clase de moscas” (Éxodo 8, 20-21). ceros un servicio y nos consideráis rufianes, dejaréis que cubra
17
Maltratos, daños. a vuestra hija un caballo berberisco, que vuestros nietos relin-
18
El teatro isabelino tenía un balcón al fondo del escenario. En este caso representa el chen, tendréis corceles por nietos y potrillos por sobrinos.
piso alto del palacio de Brabancio.
Índice
Literatura para una nueva escuela 5
Puertas de acceso 7
Shakespeare celoso 9
Antes que cornudo, celoso 11
El cuento se vuelve teatro 15
La fuente de Otelo 15
Hombres, no tipos o héroes 17
La magia inglesa 20
¡No soy lo que parezco! 23
Celos industria nacional 25
Las obras 27
Otelo 29
Acto I 31
Acto II 59
Acto III 89
Acto IV 121
Acto V 151
Bibliografía 235