Nichita Stanescu. Antologia Poetica PDF
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Nichita Stanescu. Antologia Poetica PDF
(1933-1983)
ANTOLOGÍA POÉTICA
I. INTRODUCCIÓN1
Las primeras décadas del siglo XXI demuestran que el nomadismo continúa siendo el
signo de nuestra especie. Nada ha cambiado respecto de la centuria anterior, a la que le
podríamos aplicar, entre otras muchas etiquetas, la de “la era de los exilios”. Sin embargo,
si bien el destierro se encuentra entre las grandes tragedias que puede llegar a padecer el
hombre, a veces también adquiere un valor positivo y provoca un encuentro de culturas y
su posterior y fructífera cosecha.
Han tenido que ser circunstancias históricas y económicas desgraciadas las que,
durante el pasado siglo, convirtieron a la nación rumana en un país migrante. Gracias a
ello, el mundo ha podido conocer, a través de algunas lenguas más “poderosas” desde un
punto de vista geopolítico (como el francés o el alemán), el ingenio y la personalidad
literaria de importantísimas figuras de la cultura europea: Tristan Tzara, Emil Cioran,
Eugen Ionescu o Paul Celan, entre otros. No resulta una hipótesis descabellada considerar
que, para entender la realidad artística de la primera mitad del siglo XX, es imprescindible
advertir no solo esta presencia diferida, pero constante, de lo rumano, sino la condición
innata que poseen los artistas rumanos exiliados para expresar lo universal.
Por esas mismas circunstancias económicas, el pueblo rumano empezó a llegar, hace
unas décadas, a España. Si el balance general de la integración ha sido más que
satisfactorio (no solo nos une la familia lingüística, sino también la condición de pueblo
conocedor de exilios, aun en nuestros días), un breve repaso al panorama cultural y
literario hace pensar que será en este terreno en donde los frutos de un destierro
primeramente doloroso serán más relevantes y duraderos. El poso de lo rumano en el
sustrato general académico y artístico alcanzará, con seguridad, en unos años, plena
relevancia. Recuérdese cómo, en conocidos pasajes de nuestra literatura clásica, autores
como Homero, Shakespeare o Hesse comparan a los hombres con los árboles o sus hojas;
continuando esta metáfora, se puede tomar a los emigrantes como una suerte de esporas
que han llegado hasta nuestras tierras para sembrar; cuanto más se conozca la literatura
rumana, más influencias y posibilidad de diálogo habrá entre ambas culturas. Es por ello
que una figura de las dimensiones y la singularidad de Nichita Stănescu no podía quedarse
fuera de este marco. Era absolutamente perentorio sacar a luz las no palabras del principal
poeta rumano de la segunda mitad del siglo XX.
1
Expreso, desde ahora, mi agradecimiento a Javier Helgueta Manso y a Sergio Santiago Romero,
quienes han colaborado con sus comentarios y sugerencias a lo largo de estas páginas.
3
Saint-Exupéry). Aun así, parece obligatorio trazar una mínima semblanza biográfica para
contextualizarlo2.
Hristea Nichita Stănescu nace el 31 de marzo de 1933 en Ploieşti, Rumanía, en el
seno de una familia acomodada que, tiempo después, sufrirá varios infortunios a causa de
los avatares históricos del país. La situación sociopolítica de Rumanía tras la Segunda
Guerra Mundial marcará indefectiblemente su panorama cultural y, en este orden de
cosas, la censura dividirá a los artistas que apoyan la causa, a los que se ven necesitados
de publicar ideas acordes con el régimen o a aquellos que deben guardar celosamente toda
su producción, a riesgo de ser duramente reprimidos. Como señala Alexandru Condeescu,
crítico literario y amigo de Stănescu, “durante medio siglo, la poesía rumana se escribió
en los muros de las prisiones. Era la única ventana” [2004: I, x]. De este modo, existe, en
general, bien una búsqueda de la autonomía artística (con manifestaciones como la de la
poesía pura, por ejemplo), bien la vía de la literatura comprometida y el realismo
socialista, aceptada por el comunismo, que busca historiarse y entenderse a partir de la
épica, con héroes nacionales y versos patrióticos.
En la poesía de Stănescu se aprecian ambas tendencias: de un lado, publica aquello
que se le permite (alabanzas a la madre patria, composiciones amorosas, textos de
obligada claridad formal y temática); de otro lado, guarda en un cajón la poesía que
verdaderamente le interesa, con su reconocible lenguaje simbólico, hermético, cifrado y
oculto, único modo de huir de la opresión y de expresar aquello que no podría decirse de
otra manera. Esta poesía, conocida solo por sus amigos y confidentes, editada en su mayor
parte mucho tiempo después, es la que refleja en todo su esplendor las aportaciones de
Stănescu a la literatura rumana y los temas stănescianos centrales: el paso del tiempo, el
sentido de la vida, la reflexión sobre la muerte y el poder de la palabra poética de
trascender estos tres límites: tiempo, vida, muerte.
Una lectura desprejuiciada de los poemas de Stănescu nos inspira reminiscencias
de música (sobre todo, los cantos tradicionales de los lăutari de la región de la que
proviene), lírica popular rumana y clásicos universales como Jonathan Swift, Miguel de
Cervantes, Julio Verne o Herman Melville. Nini, como lo apodan cariñosamente sus
allegados, dirá años después que “la ballena blanca Moby Dick ha sido la ballena que más
me ha influido en toda mi vida. Reconozco que, en este sentido, me considero el alumno
de una ballena; yo fui a la escuela de una ballena”. El candoroso muchacho de cabellos
rubios y ojos claros, tranquilo y reservado, escribirá desde los seis años (sin plena
conciencia aún de lo que es la literatura), influido por el ambiente musical y cultural de
su casa y, sobre todo, por el apoyo de su madre, Tatiana.
Ya en el instituto, comienza a componer sus primeros versos, casi siempre de
memoria, gracias a su enorme retentiva y a su incipiente potencial literario. En estos
poemas predomina un tono irónico, logrado a través de dos recursos básicos: el juego de
palabras y los giros coloquiales. A partir de esa época comienza a fraguarse su primer
volumen (completado y revisado a lo largo del tiempo), titulado Argóticos, que hace
referencia a la predilección por el argot, la jerigonza, las bromas, las imágenes de mundos
periféricos y suburbiales y que, además, plasma otra manera de decir las cosas, porque,
según Nini, “el adolescente prefiere bromear en argot en vez de declarar sus
sentimientos”. Con el humor de las Parodias originales de George Topârceanu y los
poemas de George Coşbuc, literatura de honda raíz tradicional, folclórica y musical,
2
Todos los datos biográficos proceden de la edición de las obras completas de Nichita Stănescu,
realizada por Alexandru Condeescu [2004] y expuesta en su totalidad en la bibliografía final. Dado que se
trata de cinco volúmenes, cada vez que se haga una cita directa se indicará, en primer lugar, el tomo y, en
segundo lugar, la página.
4
aprende Stănescu a crear lo que él autodenomina la poesía fonética: “prin vulturi vântul
viu vuia” (“bramaba el vivo viento entre las águilas”).
En esta etapa, a pesar de su viva inteligencia, en las clases, Nini se dedica a escribir
versos en vez de prestar atención y las represalias de sus maestros no tardan en llegar: el
profesor de lengua y literatura rumana lo castiga obligándole a aprender de memoria,
durante el verano, el largo poema Luceafărul, de Mihai Eminescu, a riesgo de repetir
curso si no lo consigue. Tiempo después, Nini reconocerá que en su adolescencia se había
limitado a repetir mecánicamente el célebre poema, sin entender casi nada del mismo,
hasta que, un día, paseando por el parque con una compañera igual de tímida que él, se
las ingenia para recitarle Luceafărul y, de repente, ocurre el milagro: empieza a
comprender su hondo significado, su cadencia armoniosa. Como si de una revelación se
tratara, Nini comienza a intuir los alcances del lenguaje poético.
Tal y como parece suceder aun en nuestros días, la literatura no resulta una
ocupación del agrado de los que rodean al poeta, quien cursará estudios de filología en
Bucarest, en contra de los deseos de sus padres (que habrían querido para el muchacho
algún tipo de carrera más “técnico-científica”). Allí conoce a su futura esposa, Doina
Ciurea. En ese tiempo, en el que sigue escribiendo versos por cierto afán lúdico3,
sobresalen los poemas que se inician con un tono ceremonioso y serio y terminan en una
imagen explosiva, paródica y banal, sorprendente y novedosa para el lector de los años
de la posguerra. Por esta época, Stănescu conoce al influyente poeta Ion Barbu y escribe
multitud de baladas, canciones, parodias y variantes que, debido a la censura, habrán de
quedarse, como siempre, en los cajones y los bolsillos. En este contexto, se ve obligado
a enmascarar mínimamente su condición de poeta bajo la profesión de traductor y
publicará versos comprometidos. Por esas fechas, hacia los años 50 y 60, solo su círculo
de amigos conoce sus inquietudes reales.
El año 1957 es el de su debut en la escena literaria; sus primeros poemarios, El
sentido del amor (1960) y Una visión de los sentimientos (1964), son muy bien acogidos
por el público, aunque no contienen las principales preocupaciones de la lírica
stănesciana. Como postula Condeescu, únicamente después de las 11 Elegías (1966),
empezaría a coincidir aquello que Stănescu quería escribir con aquello que ya se permitía
escribir [2004: I, xxvii]. Esta es su auténtica poesía, conformada por incesantes preguntas
acerca de la palabra, que es “mitad cosa, mitad tiempo”. El mundo de la naturaleza o los
bestiarios (plagados de unicornios, caballos, lobos y cabras), acaban remitiendo a la
reflexión metaliteraria y a la obsesión por el avance despiadado de Kronos. Así, en uno
de sus títulos, La grandeza del frío, a través de la imagen central del invierno, el poeta se
pregunta si es posible helar los instantes y poder perdurar más allá mediante nuestra única
arma: la palabra.
Así pues, a pesar del dolor que provoca el hecho de no poder escribir esos primeros
años sobre lo que realmente le desasosiega, Stănescu obtiene un éxito solo parangonable
a la figura de Mihai Eminescu: Una visión de los sentimientos recibe el Premio de la
Unión de los Escritores Rumanos; los poemas stănescianos se estudian en las escuelas;
su casa empieza a convertirse en lugar de peregrinaje. No hace falta ni mencionar su
apellido porque, al decir “Nichita”, todos saben a quién se refieren.
A partir de la década de los 70 es cuando la vida y la poesía de Stănescu empiezan
a teñirse de gris: su incipiente crisis existencial se ve agudizada por la separación de su
siguiente esposa, la poeta Gabriela Melinescu. A este episodio le sigue un preinfarto, que
lo lleva a afirmar que ha encarado a la muerte misma y que no siente ningún temor hacia
3
Hay que puntualizar que el tratamiento, por parte de la crítica, de lo lúdico en la poesía de
Stănescu fue algo con lo que el poeta no estaba de acuerdo; para él, “la cojera no es la burla del andar” y,
por tanto, lo lúdico no resulta algo aparte en su poesía, un mero accidente o una anécdota.
5
ella: “el que ha tenido la valentía de nacer debe tener la valentía de morir”. Además, van
en aumento sus crisis hepáticas, por sus problemas con el alcohol. Su único apoyo son
sus amigos, quienes le dan alojamiento y le ayudan a combatir su constante horror a la
soledad (“la condena a la amistad es igual de dolorosa que la condena al nacimiento”).
Por esos años, la publicación de nuevos poemas desciende y su aparición en la vida
pública es nula, aunque trabaja como redactor y colaborador en numerosas revistas
rumanas y visita diversos países de Europa (antiguas Yugoslavia y Checoslovaquia,
Bulgaria, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido, donde conoce a W. H. Auden, por
ejemplo). Unas notas de la Securitate, la policía secreta del régimen, que seguía de cerca
los movimientos del poeta, describen al detalle su situación en 1979: “hasta ahora, ha
publicado 15 volúmenes de poemas apreciados por la crítica, dos de ellos este año, y se
le ha llegado a considerar el mejor poeta vivo del país. Por su actividad literaria, ha sido
premiado en varias ocasiones por la Unión de Escritores de la República Socialista de
Rumanía; en 1976 se le otorgó el Premio Internacional Herder y en 1978 el escritor sueco
Arthur Lundkvist lo propuso como candidato para el Premio Nobel de Literatura. Su obra
ha sido traducida en numerosos países y es uno de los escritores rumanos más conocidos
fuera de nuestras fronteras. Debido a este hecho, mantiene contactos con escritores y
editoriales del extranjero, sin provocar problemas. También es ensayista y traductor. Muy
sensible a la crítica literaria, este último año no está muy satisfecho con ciertas crónicas
negativas aparecidas en România Literară (Nicolae Manolescu) y Ramuri (Marin
Sorescu). Considera que dichas apreciaciones negativas tienen que ver con su defensa de
Eugen Barbu […]. En la actualidad, no parece tener ningún tipo de inquietud que lo incite
a cometer actos inapropiados” [Condeescu, 2004: IV, x-xi].
En 1978 conoce a Todoriţa Tărâţă, “Dora”, su tercer y último gran amor,
inspiración de sus postreros versos. Publica importantes poemarios como Nudos y signos
y Respiraciones, dictados y copiados casi siempre a su mujer o a sus amigos. Sus versos
se traducen al inglés, al francés, al español, al sueco, al letón, al serbio, al polaco, al
hebreo, al húngaro, al macedonio. Fallece inesperadamente, a causa de su cirrosis
hepática, un frío 13 de diciembre de 1983. Su último poema, creado el 10 de diciembre,
parece predecir el paisaje final: “Que nieve con corderos hoy sobre nosotros, / que nieve
nuestro corazón. / Nosotros nunca fuimos barro, / lo dicen también los corderos que nos
nievan. / Oh, dulce, oh, tú, dulcísima virgen, / que hiciste a Jesús con solo flores, / ves
cómo nievan los corderos sobre nosotros, / ves cómo nievan los corderos sobre la noche,
/ cómo los dos nevamos en la nieve”.
No hay empresa más ardua que la de tratar de describir en unas pocas páginas el
quehacer literario de un poeta como Stănescu, que cuidaba todos los detalles de su trabajo
y rehacía minuciosamente los versos durante noches enteras hasta que, por fin, los
dictaba. En consecuencia, lo mejor es enfrentarse a sus textos y encontrar en ellos las
respuestas, que serán diferentes para cada lector. Por esta razón, se ha considerado
oportuno traducir también dos entrevistas en las que Stănescu aporta importantes ideas
sobre la poesía y que se han colocado al final de la antología poética. A pesar de que
algunos críticos han comparado su lenguaje al de T. S. Eliot, Rainer Maria Rilke o Dylan
Thomas, Stănescu ha defendido siempre que un poeta no debe compararse a otro: un poeta
puede ser mejor o peor que sí mismo. De igual manera, opina nuestro autor que, dado que
el poeta es transmisor de las emociones humanas, de una colectividad, cada individuo se
verá reflejado de distintos modos en sus versos. En uno de sus ensayos, afirma que “los
lectores para los que escribes no son necesariamente los de ahora, los de hoy o los de
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mañana. A veces, estos pueden ser los de pasado mañana o los de mucho tiempo después.
A veces, ni siquiera han nacido. Cualquier verdad artística alberga tan solo una parte de
su presente, mientras que el resto de ella pertenece al futuro y se dirige a los desconocidos.
Ningún escritor se dirige a hombres que hayan sido; ningún escritor auténtico es un
hombre que haya sido. La comunicación estética es un diálogo con el futuro y con su
sensibilidad imaginada. La suerte del escritor no depende jamás de su vida vivida. Él es
un jugador cuya victoria (o fracaso) se conocerá siempre después de su muerte. Si se me
permite la comparación, el escritor se asemeja al atleta que corre los cien metros lisos y
que, cincuenta metros después, se volatiliza, porque la mitad de su pista está hecha de
futuro y los árbitros de esa competición no han nacido siquiera; ellos están, en algún lugar
del porvenir, sujetando en sus manos relojes aún no inventados, preparando la corona
para el competidor o preparando las palabras de desprecio. Es un corredor que ya no está
presente, es un corredor del pasado. El escritor es el cronista de su tiempo, la placa
fotográfica de su tiempo, la huella del pie sobre la tierra del presente, grabando el futuro.
El escritor es aquel que graba los recuerdos que el futuro tiene sobre el presente. Puede
tener meras esperanzas acerca de sus méritos o de si sus juicios fueron o no justos, pero
jamás tendrá evidencias, testimonios. Él mismo no es más que un testigo sensible,
espiritual, de lo que fue bueno o malo en el pasado”. De ahí la insistencia de no tocar al
poeta, quien “como el soldado, no tiene vida personal”, una vida particular, que se pueda
describir con datos precisos: el poeta está hecho de presente y futuro, está destinado a una
causa y a una lucha en la que arriesga su vida, siempre en la incertidumbre de si acertará
o no. La batalla con los contrarios, por ejemplo, con râsu-plânsu’, la risa y el llanto, al
igual que el péndulo entre el ser y el no ser, son motivos recurrentes en la poesía de
Stănescu.
Ya en las Once elegías, el vate aparece como el hombre capaz de analizar los
intersticios por los que puede entreverse “la rotura en dos del mundo” 4 y es a través de
ellos como busca el conocimiento verdadero, “volviendo a reclamar todos los
significados”. Él es el que privilegia nuevos enfoques sobre las cosas y el que da voz a
los que carecen de ella: “todo aquello que vosotros no comprendéis es pariente mío” (“los
árboles nos ven a nosotros, / no nosotros a ellos. // Como si una hoja estallara / y fluyera
de ella / un arroyuelo de ojos verdes. // Estamos fructificados. Pendemos / del extremo de
una mirada / que nos succiona”). Asimismo, la poesía es el instrumento más apto para
crear universos libres de las manchas más horrorosas del hombre: “no existe una
Hiroshima de los caballos / pensada por caballos, / realizada por caballos / con exactitud
y puntualidad / en contra de los caballos, / para salvar a los caballos / de los caballos. /
No existe, no existe. // ¡Especie del demonio, / estos caballos…!”. En la lírica stănesciana,
los animales, seres muy queridos por el yo poético, parecen recordarnos que una vez
fuimos como ellos y que ahora solo nos queda la posibilidad de intentar igualarnos
mínimamente a su comportamiento. Hojas, piedras, manzanas, ladrillos, pájaros…, nos
dan a nosotros, los mortales, lecciones y mensajes que raras veces aprendemos o captamos
y que el poeta, por su condición especial, no cesa de repetir: “vivo en nombre de las hojas,
tengo nervaduras, / paso del verde al amarillo y / me dejo perecer en el otoño. / En nombre
de las piedras vivo y me dejo / cúbicamente golpear en los caminos / cruzados por veloces
máquinas. / […] Aquí estoy. Vivo en nombre de los caballos. / Relincho. Salto sobre
árboles cercenados. / Vivo en nombre de los pájaros, / pero, sobre todo, en nombre del
vuelo”. Vivir en nombre del vuelo implica el encuentro con la esencia de las cosas, supone
ir más allá de lo superficial: instalado, en un primer momento, como cualquier humano,
en la corteza de las palabras y en su imprecisión, el hombre poeta (a veces, profeta), quiere
4
La traducción de las Once elegías pertenece a la edición de Ioana Zlotescu y José María Bermejo
[2000].
7
liberarse del cuerpo-cárcel: “…me tensaba para recordar / el mundo que he comprendido
fulgurantemente / y que me ha castigado arrojándome en el cuerpo, / este lento hablador”.
El poeta se vuelve “enfermo de tanta visión”; sufre, por todos los seres, la vida y la
muerte: “aquí estoy, tendido sobre piedras, y gimo, / los órganos hechos trizas, el maestro,
/ ah, está loco porque padece del universo entero. / Me duele que la manzana sea manzana,
/ estoy enfermo de pepitas y de piedras, / de cuatro ruedas, de la lluvia menuda, / de
meteoritos, de carpas de lona, de manchas”.
Nuestro autor plasma a lo largo de toda su obra el intento de forzar los límites del
lenguaje y de llegar a los sentidos finales de lo que nos comunica, los más recónditos y
arcanos. La labor de asociar hechos, situaciones, objetos y seres que en apariencia son
irreconciliables es una constante en la obra de Stănescu, no solo en las Once elegías, sino
en muchos de los poemas que se recogen en esta antología. Puesto que apoyarse en las
palabras no es garantía de estabilidad, el yo poético acude a las formas geométricas, a las
letras y a los sonidos: “Puede que las matemáticas se escriban con cifras, / pero la poesía
no se escribe con palabras. / ¡Kikirikí!”. Quizá una onomatopeya se aproxime fielmente
al verdadero canto del ave, por más que el poeta se esfuerce por describirlo con palabras,
de las que la poesía se sirve “por desesperación” (“la palabra me recorre las venas / a la
par que la sangre”); puede que las onomatopeyas conecten más con nuestro propio centro
y la palabra del hombre sea sonido indiferenciado con el del animal. En este sentido, una
de las creaciones stănescianas más sobresalientes son las no palabras o palabras del
futuro, cargadas de nuevos significados, de paradojas y sorpresas, de lo inaudito, que
rompen con la carga semántica impuesta por academias y diccionarios y que buscan
nombrar de nuevo las cosas. Se trata de llegar a la poesía metalingüística, de quebrar la
lógica para arribar a la comprensión. La poesía se convierte además en una “poesía del
pulso” (poezie pulsatorie), que imita la actividad del corazón, sus ritmos y latidos. Solo
el poema puede sustraerse al tiempo y puede ayudar al poeta a enfrentar su cronofobia.
Incluso en la madurez de su labor poética, el yo stănesciano sigue poniendo en liza a la
palabra y al tiempo, como en sus primeros textos, pero, ahora, lo novedoso es que
prescinde de cualquier referencia externa, individual o social, lo que confiere a los poemas
un halo laberíntico y misterioso que ha tenido y sigue teniendo multitud de
interpretaciones (todas válidas e inválidas a la vez).
El lector debe llegar al poema sabiendo que solo lo habrá leído, es decir, vivido, una
vez sepa que al caer allí no habrá nada más, ni siquiera su propio pasado: solo esas
palabras, ese mundo que crea y después nos enseña el autor, arquitecto y guía por medio
de palabras. Palabras que son imágenes y trampantojos de realidades inquietantes;
palabras que son movimientos del alma, escorzos atemporales en la gran biblioteca de la
literatura universal; palabras que son tiempo, que se han construido con la cromática
estructura del tiempo, que nos lo quitan donándolo al poema mismo, como esos dioses
que solo existen por los fieles píos que les rezan y adoran cada noche; palabras que son
palabras y Palabra y silencios. Y finalmente: no palabras.
Una de las claves de la poética de Stănescu es su modo de trabajar con lo
inesperado: si bien en su mundo literario el poeta se mueve con toda naturalidad entre la
paradoja y la sorpresa, para los lectores resulta siempre inédita la simbiosis creada, por
ejemplo, entre el amor abstracto y la carne (“habría querido abrazarte también con las
costillas”) o entre una idea general de la amistad y lo perentorio de esta relación (“tengo
amigos porque la soledad no puede beberse con un solo vaso”). Parece que la unión con
la amada o con el amigo busca ir más allá de cualquier límite, romper incluso las barreras
de la propia sangre: la piel es, en este sentido, una mera capa superficial, traspasable, que
solo está ahí “para no mancharte con mi sangre”. Así, en otro texto, se afirma: “se instauró
la piel sobre mi carne / como una muralla, como una despedida”. La relación entre la
materia y las emociones es un tema casi obsesivo: “¿tú no comprendes que lo más difícil
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es el sentimiento? / ¿Tú no comprendes que el sentimiento de una piedra / la arranca y la
vuela y la cuelga / y la hace flotar? // ¿Tú no comprendes que caemos dentro de nosotros
mismos, / que el sentimiento de la mismidad / lo vamos guardando con dificultad entre
las piedras?”. Las piedras, símbolo de lo inactivo o lo inerte, son para el yo poético el
ejemplo de lo imperecedero, de aquello que busca el poeta mismo: la continuidad de su
palabra; hay incluso un poema titulado “Recuerdos de cuando fui piedra”… Hallamos
continuos diálogos con las piedras, las cifras, las letras y los colores, con el ángel y el
dáimon, conversaciones donde la influencia de la cultura grecolatina y de la oriental es
palpable (ello sucede tanto en el volumen Laus Ptolemaei como a lo largo de otros
poemarios).
Las diferentes Ars poeticae que pueblan la obra stănesciana (y de las que hay
varios ejemplos en nuestra antología) buscan respuestas al sentido del arte y del oficio
de escribir; el poeta siente que la transmisión mediante la palabra es algo connatural al
hombre y es tanto liberación como esclavitud: “nuestra bisabuela, la mar; / el agua,
nuestra bisabuela, / ella, de la que hemos salido, / ella, de la que tenemos sed, / está igual
de predestinada a la sequía / como nosotros lo estamos a la palabra”. En esta misma línea
reflexiona el poeta en otros versos sobre nuestro poder como humanos y nuestras
limitaciones: “el oído: / ¡qué soledad de la alondra! / El alma: / qué soledad de la palabra
/ que anda con dos piernas / y abraza con dos brazos”. Y es a través de este abrazo como
llegamos a una dimensión también muy explorada por Stănescu, el amor (aunque sobre
él hay quizás un examen menos imponente y extremado de lo que son sus análisis de la
muerte o el tiempo). A veces, la necesidad de amar se traduce en un deseo urgente de
contacto con el mundo, pues la felicidad del amante lo desborda: “¿no os habéis dado
cuenta / de que el tiempo no huele? / ¿No habéis tenido en cuenta / el campo / lleno de
montes? / ¿No habéis tenido en cuenta / mi alma llena de ti? / ¿No os habéis dado cuenta
/ de nada? / ¿Seguro? ¿De nada?”. Otras veces, se juega con la idea de que se ama aquello
que no se comprende del todo, aquello que guarda todavía su parte de asombro y de
milagro, porque, una vez comprendido, se podría perder definitivamente su aura
misteriosa y su razón de ser: “estoy más solo que nunca, / no tengo rama con sombra y
no tengo raíces, / amada, parezco un tronco / sobre el que un verdugo taja / aprisa / los
cuellos / de las aves / migratorias. / Voy a enrojecer / con su sangre que no vuela / y voy
a chillar / como chilla el tronco / en el que se ha hincado el hacha. / ¡Oh, aves del
firmamento! / Mientras / no os entienda, / os amaré. / ¡Pero, cuando / empiece a
entenderos, / jamás podré / amaros! / ¡Oh, aves muertas!”. Se juntan repetidamente amor
y muerte: el amor es una fuerza que arrastra a los amantes hasta el punto de volverlos uno
(“soy porque eres”), pero el óbito también es un modo de volver a lo que fuimos: “la
hierba crece de la tierra / la tierra con cuerpos de conejos muertos”. Otro texto iluminador
es el siguiente: “funesta procesión: ha muerto un perro. / Los perros lo enterraban
perrunamente, / mordían de él llorando, comiendo, / lo enterraban en ellos comiendo de
él, / con dientes blancos de perro, con lágrimas violeta de perro. / No se oía el ladrido,
nada se oía. / Los perros vivos comían al perro muerto / igual que el cielo negro devora
una estrella fugaz. / Veo una estrella fugaz, amada. / Alguien ha muerto”. Entre el amor
y la muerte, se balancea, otra vez, el tiempo: “el tiempo es solo un animal, / un relieve
montañoso, / un mar, / una Ítaca” o es “un cementerio de estrellas”… Pero, más allá de
nuestra soledad, de la precariedad de nuestras posibilidades como mortales que somos,
quedan, siempre, la palabra y el canto. Así lo ve también el poeta cuando habla de su
admiración por los gitanos y, en especial, por su amigo Johnny Răducanu, contrabajista
y compositor. La imagen que ofrece sobre ellos no es ni romántica ni idealista, sino
empañada de una honda y fraternal admiración: “los gitanos son las personas más libres;
/ su patria no se encuentra fuera de ellos: / su patria se encuentra dentro de ellos, / en su
corazón. // Jamás arranquéis un corazón de gitano, / no mordáis con vuestras bocas este
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corazón / y, si lo hacéis, sabed lo que os sobrevendrá: / se os caerán todas las palabras por
los oídos, / vuestro cerebro hará estallar el hueso de la frente / por el canto imparable, /
por el canto imparable, / por el canto imparable. / Moriréis con vuestras cabezas
reventadas en las zanjas / y ellos vendrán y os barrerán con sus violines, / pero lo mejor
es, os lo aconsejo, / que no arranquéis el corazón de un gitano. / Ellos tienen corazones
de reserva. Os lo digo / porque, aparte de los cantos de cuna de vuestras madres, /
¡vosotros no tenéis nada más!”. El dolor y la alegría albergan en la cultura gitana, a juicio
del poeta, múltiples tonalidades que superan con creces nuestra pobreza revestida de
sencillas nanas.
En fin, nos recuerda Stănescu que nuestra única herramienta más o menos útil es
la palabra, ese peso con que vivimos de principio a fin, como el amor (“amor meus,
pondus meus”: mi amor es mi peso, diríamos con San Agustín). Empero, si la palabra nos
es arrebatada por cualquier motivo, podemos aferrarnos incluso a una última tentativa, a
un postrer balbuceo incomprendido o incomprensible, que seguiría sirviendo al ser
humano para tratar de expresarse y entenderse, a pesar de todo: “la huida es una carga
para las extremidades destrozadas, / el pensamiento es una carga para la naturaleza, / al
igual que tú, mi amor, / eres una carga. / Podría haber, os susurro, mis queridos ladrones,
verdugos y criminales, / ¡podría haber una salvación! / Si el sustantivo solemne / no
encajara con el verbo descabellado, / podríamos salvarnos mediante el balbuceo”.
En suma, la presente antología no pretende ser más que un acercamiento a la obra
poética de Nichita Stănescu, obra compleja y apasionante a la vez. Estos dos adjetivos
podrían calificar también al trabajo de la traducción, a veces tan poco apreciado y que,
sin embargo, es el que ha permitido que existiese la literatura desde sus más remotos
orígenes. La tarea del traductor es condición de posibilidad de cualquier manifestación
literaria, porque no solo se traducen lenguas, sino culturas y significados; estos últimos,
además, vienen situados en determinados contextos culturales que se desplazan y se
transforman en los nuevos contextos. Aún más: se ha de rechazar definitivamente la
imagen del traductor como traidor, pues la semiótica nos enseña que todo proceso de
comunicación es un proceso de traducción: cuando intentamos entender al otro que nos
habla en las casas, en la calle, incluso en nuestro propio idioma, traducimos su entonación,
sus gestos, sus silencios, algo que aquí hemos tratado de captar en su misma esencia para
que el lector reconstruya, no solo el poema, sino el proceso mismo de la creación. Por
todo ello, deseamos que esta contribución amplíe un poco más la imagen que desde el
mundo hispánico existe sobre la poesía rumana, esa Galatea particular a cuyo seno
acogedor regresamos una y otra vez.
STĂNESCU, Nichita [2000], Once elegías. La última cena, Ioana Zlotescu, José María
Bermejo (eds., trads.), presentación de Damian Necula, Madrid, Ediciones del Oriente y
del Mediterráneo.
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V. LISTA DE LAS OBRAS SELECCIONADAS PARA ESTA ANTOLOGÍA
Poemarios:
Măreţia frigului. Romanul unui sentiment [La grandeza del frío. Novela de un
sentimento], 1972
Nichita Stănescu. Frumos ca umbra unei idei [Nichita Stănescu. Bello como la sombra
de una idea], 1985
Manuscriptum, 2000
Revistas:
11
Gazeta Literară, Orizont, Ateneu, Luceafărul, România Literară, Suplimentul Literar-
Artistic al Scânteii Tineretului.
12
ANTOLOGÍA
13
14
STRIGĂT DE LIBERTATE
15
GRITO DE LIBERTAD
16
ARS POETICA
17
ARS POETICA
18
GÂND
Inimă
fii simplă ca moartea
Lucrurile simple nu se pot dovedi
şi sunt atâţia morţi în jur…
19
PENSAMIENTO
Corazón
sé simple como la muerte
Las cosas simples no pueden declararse
y hay tantos muertos alrededor…
20
CÂNTEC DE TOAMNĂ
Măi, cuțule,
eu sunt Stănescu Hristea,
știi?
Stănescu Hristea, poetul îngerilor.
Cui, ce-i pasă?
Măi, cuțule,
m-am luat prea în serios
cu mâinile de suflet,
așa că-l voi vinde
la talcioc,
21
CANCIÓN DE OTOÑO
Oye, chucho,
yo soy Stănescu Hristea,
¿sabes?
Stănescu Hristea, el poeta de los ángeles.
¿A quién le importa?
Oye, chucho,
me tomé demasiado en serio
el alma con las manos,
así que me la venderé
en el mercado de antigüedades
y te la cambiaré por tus ojos.
¿A quién le importa?
¿A quién le importa…?
22
CÂNTEC DE LUNĂ NOUĂ
23
CANCIÓN DE LUNA NUEVA
24
***
25
***
26
ÎMBRĂŢIŞAREA
27
EL ABRAZO
28
CE BINE CĂ EŞTI
29
QUÉ BUENO QUE SEAS
30
SUNT UN OM VIU
Sunt un om viu.
Nimic din ce-i omenesc nu mi-e străin.
Abia am timp să mă mir că exist, dar
mă bucur totdeauna că sunt.
31
SOY UN HOMBRE VIVO
32
o fotografie din copilărie!
Nu vreau,
când îmi ridic tâmpla din perne,
să se lungească-n urma mea pe paturi
moartea,
şi-n fiece cuvânt ţâşnind din mine,
peşti putrezi să-mi arunce, ca-ntr-un râu oprit.
E o fertilitate nemaipomenită
în pământ şi-n pietre şi în schelării,
magnetic, timpul, clipită cu clipită,
gândurile mi le-nalţă
ca pe nişte trupuri vii.
E o fertilitate nemaipomenită
în pământ şi-n pietre şi în schelării.
Umbra de mi-aş ţine-o doar o clipă pironită,
s-ar şi umple de ferigi, de bălării!
33
una fotografía de la infancia!
No quiero,
al levantar mi sien de las almohadas,
que la muerte
alargue mi huella sobre las camas,
ni que, con cualquier palabra que salte de mí,
me arroje peces podridos, como en un río estancado.
34
Una visión de los sentimientos, 1964 [I, 251-253]
35
36
POEM
37
POEMA
38
TRIST CÂNTEC DE DRAGOSTE
39
TRISTE CANCIÓN DE AMOR
40
ARS POETICA
Le arătam arborii
şi pe cele care nu vroiau să foşnească
le spânzuram fără milă, de ramuri.
Apoi
m-am luat pe mine însumi,
m-am sprijinit de cele două maluri
ale fluviului,
ca să le-arăt un pod,
între cornul taurului şi iarbă,
între stelele negre ale luminii şi pământ,
între tâmpla femeii şi tâmpla bărbatului,
lăsând cuvintele să circule peste mine,
ca nişte automobile de curse, ca nişte trenuri electrice,
numai s-ajungă mai iute la destinaţie,
numai ca să le-nvăţ cum se transportă lumea,
de la ea insăşi,
la ea insăşi.
41
ARS POETICA
Después,
me sujeté a mí mismo,
me apoyé en las dos orillas
del río,
para mostrarles un puente a las palabras;
un puente entre el toro y la hierba,
entre las negras estrellas de la luz y la tierra,
entre la sien de la mujer y la sien del hombre,
dejando que las palabras circulasen encima de mí,
como coches de carreras, como trenes eléctricos,
solo para que llegasen más deprisa a su destino,
solo para enseñarles cómo se transporta el mundo:
de sí mismo
a sí mismo.
42
POEM
43
POEMA
44
FRUNZIŞURI
45
HOJARASCA
46
CĂTRE GALATEEA
47
A GALATEA
Conozco, en ti, todos los tiempos, todos los movimientos, todos los perfumes;
también tu sombra, tus silencios, tu pecho;
conozco cuáles son sus temblores y cuál es su color;
tu andar, tu melancolía, tus pestañas,
tu camisa, tu anillo, el segundo;
y ya no tengo paciencia y doblo la rodilla en las piedras
y te imploro:
náceme.
48
DACĂ PRIVEŞTI UN SINGUR FIR DE IARBĂ
49
SI CONTEMPLAS UNA SOLA BRIZNA DE HIERBA
50
CÂNTEC
1964
51
CANCIÓN
1964
52
CÂNTEC PENTRU NEBĂUTUL VIN
53
CANCIÓN DEL VINO NO BEBIDO
54
ELOGIU
Cosmosul rânjeşte.
Până când şi în rânjetul lui,
sunt războaie şi păci
ale fiinţelor din rânjet.
55
ELOGIO
56
TINERII
57
LOS JÓVENES
58
CLOŞARII
59
LOS MENDIGOS
Durante el invierno, los mendigos viven tirados sobre las bocas del canal,
pareciendo despreciar el frío y las enfermedades;
en el mes de febrero viven inmóviles, tirados
sobre las calientes bocas del canal, esas que están rodeadas
por una alianza de frío.
60
ÎNFĂŢIŞARE
Nu par al nostru
al amândurora
O, şi-mi adulmeci
respirarea, ca pe o urmă
vinovată.
61
REFLEJO ENCARNADO
No parezco nuestro
de los dos
5
Los dos primeros versos del poema („nu par al nostru / al amândurora”; “no parezco nuestro / de
los dos”) entrañan cierto grado de dificultad que va resolviéndose gracias a las estrofas siguientes: yo soy
solo gracias a ti, pero algo ha cambiado (“respiré un aire en el que hicieron el amor los pájaros…”): ahora,
yo, en apariencia, no nos pertenezco: tú lo sabes y, por eso, “husmeas mi respiración, como a una huella /
culpable”. Después de haber contemplado y vivido (“respirado”) entre pájaros, peces, flores, gusanos…, yo
buscaré un lugar solo para nosotros…
62
CÂNTEC
63
CANCIÓN
6
El anciano es Mihai Eminescu, quien, en su soneto, Venecia (ca. 1883), describe cómo “Okeanos
solloza en los canales” („Okeanos se plânge pe canaluri”), intentando vanamente dar vida a la novia
fallecida: la ciudad. Muerte y tiempo son los principales temas del poema eminesciano (basado en el
Venedig de Gaetano Cerri), aspectos que, como ya se ha ido viendo, son también capitales en Stănescu.
64
ÎN SPAŢIU
65
EN EL ESPACIO
Tú eres mi paladar
y, si
me dijeras que tienes frente
y tronco y brazos,
te respondería que yo
no tengo nada.
66
OMUL-SUNET
67
EL HOMBRE-SONIDO
68
ÎMPOTRIVA CUVINTELOR
I
Timp nu are decât Timpul.
Adevăraţii copaci au numai frunze
şi se simt destul de bine astfel,
cu atât mai mult cu cât frunzele
se aseamănă cu secundele verzi.
II
Ah, cuvintele, tristele,
ele curg în ele însele,
deşi sensul lor este static.
III
Prima literă a oricărui cuvânt
se află-n trecut, —
ultima literă — de asemeni,
Numai trupul cuvântului
e în prezent.
69
CONTRA LAS PALABRAS
I
El Tiempo no tiene más que Tiempo.
Los verdaderos árboles tienen solo hojas
y se sienten bastante bien así,
tanto más cuanto que las hojas
se asemejan a los verdes segundos.
II
Ah, las palabras, las tristes,
gotean en sí mismas,
aunque su sentido sea estático.
III
La primera letra de cualquier palabra
se halla en el pasado;
lo mismo ocurre con la última.
Solo el cuerpo de la palabra
permanece presente.
70
Iubito, tu,
viaţa mea despre care
nu pot striga
decât lucruri ale trecutului, —
viaţă împodobită cu sunete
care-ndată ce sunt
au şi fost…
IV
Numai timpul are timp.
El, singurul, are fiinţă lungă.
Sufletul, oasele lui obosite,
pe un pat, întruna, vor să se-ntindă —
făcut dintr-o singură scândură
şi mai apoi, dintr-un fulg,
şi numai un fulg
care n-ar putea niciodată să zboare,
să se smulgă
din prezentul acut.
V
Copacii n-au timp
decât dintr-un punct de vedere al cuvintelor…
„copaci” — se numesc
din înşelătorie doar.
VI
Cuvintele — tristele
jumătate Timp — jumătate lucruri,
atât de multe încât
nelămuresc timpul,
atât de timp
încât adumbresc lucrurile.
Cuvintele
peşti abisali,
numai sub stratul de lucruri există.
71
Amada, tú,
vida mía sobre la que
no puedo gritar
más que cosas pasadas;
vida adornada de sonidos
que, una vez que son,
ya han sido…
IV
Solo el tiempo tiene tiempo.
Solo él tiene un largo ser.
Su alma, sus huesos cansados,
encima de una cama, siempre quieren estirarse;
hecho de un tablero
y, luego, de un copo de nieve;
y un solo copo
que jamás podría volar,
arrancarse
del agudo presente.
V
Los árboles tan solo tienen tiempo
desde el punto de vista de las palabras…
Se llaman “árboles”
solo para jugar al despiste.
Simplemente existen
y esto es todo;
y cuando ya no son
es como si nunca hubieran sido.
VI
Las palabras: las tristes,
mitad Tiempo, mitad cosas;
tan cosas que
no convencen al tiempo;
tan tiempo que
ensombrecen las cosas.
Las palabras:
peces abismales;
existen solo bajo el estrato de las cosas.
72
lasă-mi cuvintele să se izbească de tine
ca să se întoarcă la mine.
VII
Cuvintele — tristele,
numai dacă se lovesc de ceva,
numai dacă le apasă ceva
există.
Cuvintele
nu au loc decât în centrul lucrurilor,
numai înconjurate de lucruri.
Numele lucrurilor
nu e niciodată afară.
Şi totuşi,
cuvintele, tristele,
înconjoară câteodată timpul
ca o ţeavă, apa care curge prin ea.
VIII
Iubito, mai bine
ţi-aş aşeza o ramură în braţe.
Cuvintele, laşele,
ele singure se ucid pre ele,
numai ele se pot nega
pe ele însele,
numai ele, neliniştitele,
se neagă tot timpul unele pe altele,
se ucid
numai între ele, pentru dreptul
întâiului născut,
tot timpul şi tot lucrul,
unele pe altele.
73
deja que las palabras se estrellen contra ti
para que regresen a mí.
Tú eres mi paladar
y, si
fueras a reír
y me dijeras que tienes rostro
y tronco y brazos,
te diría: no pasa nada,
yo no tengo ni tronco, ni brazos…
VII
Las palabras: las tristes;
solo si se golpean contra algo,
solo si se las aplasta,
existen.
Las palabras
no tienen sitio más que en el centro de las cosas,
siempre rodeadas de cosas.
Y, aun así,
las palabras, las tristes,
rodean a veces al tiempo,
como una tubería cuya agua va cayendo.
VIII
Amada, sería mejor
colocar un ramo en tus brazos.
74
Niciodată un copac
n-a ucis un copac, —
Niciodată o piatră
n-a depus împotriva pietrei
mărturie.
Iubito, iubito
pururi fără de nume, iubito.
75
Un árbol no ha matado
jamás a otro árbol;
una piedra no ha testimoniado
jamás en contra de la piedra.
Amada, amada,
eternamente innombrable, amada.
76
EDICT
77
EDICTO
78
CE ESTE VIAŢA?
CÂND ÎNCEPE ŞI ÎNCOTRO SE ÎNDREAPTĂ?
Ce este?
Cum, ce este?
Este, pur și simplu.
Adică E, adică S, adică T, adică E.
79
¿QUÉ ES LA VIDA?
¿CUÁNDO COMIENZA Y ADÓNDE SE ENCAMINA?
¿Qué es?
¿Cómo que qué es?
Es, simplemente.
O sea: E, S.
80
CE ESTE OMUL?
CARE-I ESTE ORIGINEA?
CE FEL DE DESTIN ARE EL?
81
¿QUÉ ES EL HOMBRE?
¿CUÁL ES SU ORIGEN?
¿QUÉ TIPO DE DESTINO LE AGUARDA?
7
“No creí tener que aprender a morir en algún momento” („nu credeam să-nvăţ a muri vreodată”)
es uno de los versos de Mihai Eminescu más apreciados por Stănescu; sobre su significado y potencia
reflexionó mucho tiempo. Como se ha podido comprobar, la predilección de nuestro autor por el poeta
romántico aparece a lo largo de toda su obra; muchos de sus versos son continuos diálogos con Eminescu,
sucesivas reinterpretaciones y regresos a su quehacer poético.
82
Las no palabras, 1969 [II, 299-300]
83
84
POEZIA
85
LA POESÍA
86
MÂNCĂTORUL DE LIBELULE
87
EL COMELIBÉLULAS
88
IAR NU BARBAR
89
Y NO BÁRBARO
90
POETUL CA ŞI SOLDATUL
Poetul ca şi soldatul
nu are viaţă personală.
Viaţa lui personală este praf
şi pulbere.
Pe căldurile groaznice
el îşi face vânt cu aripile păsărilor
pe care tot el le sperie ca să le facă să zboare
Poetul e ca şi timpul
Mai repede sau mai încet
mai mincinos sau mai adevărat
91
EL POETA, COMO EL SOLDADO
92
că are mai multe degete decât voi.
Şi voi veţi fi obligaţi să spuneţi că da,
că într-adevăr el are mai multe degete…
93
de que tiene más dedos que vosotros.
Y vosotros estaréis obligados a decir que sí,
que, ciertamente, él tiene muchos más dedos…
94
SOLDATUL ȘI PASĂREA
95
EL SOLDADO Y EL PÁJARO
96
PLUS UNU MAI PUȚIN
97
MÁS UNO MENOS
98
COMUNICARE
99
COMUNICACIÓN
100
MATEMATICA POETICĂ
Scuip pe 1
Plâng pe 1
dau cu piciorul în 1.
101
MATEMÁTICA POÉTICA
Escupo sobre el 1.
Lloro sobre el 1,
le doy una patada al 1.
102
— Ai înnebunit, îmi spune Pitagora.
— N-am înnebunit, îi strig. Pământul
e plat ca o omletă.
103
— Te has vuelto loco, me dice Pitágoras.
— No me he vuelto loco, le grito. La tierra
es plana como una tortilla.
104
ARS AMANDI
105
ARS AMANDI
106
DEZÎNGERIREA
Dezîngerirea și dezariparea
dezmoștenirea și dezesperarea
desperecherea și tu —
ah, cât mă faceți să plâng.
Desfrunzirea și întomnarea
ploaia aceasta fără nici un fel de ochi,
câmpul acesta fără de capre —
ah, cât mă faceți să plâng.
107
LA DESANGELACIÓN
La desangelación y la desalización8,
el desheredamiento y la desesperación,
la desparejación y tú:
ah, cuánto me hacéis llorar.
La deshojación y el otoñamiento,
esta lluvia sin ningún tipo de ojos,
este campo sin cabras:
ah, cuánto me hacéis llorar.
8
Hay, a lo largo de todo el poema, un juego con el prefijo privativo des-, a partir del que se crean
palabras que no encontramos en rumano ni en español (des-ángel, desangelizar; des-ala, desalizar); estos
términos se mezclan con otros que sí existen (deshumanización, desinflado, desparejar).
108
STARE CIREȘARĂ
109
ESTADO DE CEREZO
110
NOI ȘTIM
111
NOSOTROS SABEMOS
112
ALTĂ MATEMATICĂ
Numai tu şi cu mine
înmultiţi şi împărţiţi
adunaţi şi scăzuţi
rămânem aceiaşi…
113
OTRA MATEMÁTICA
Solo tú y yo
multiplicados y divididos
sumados y restados
seguimos siendo los mismos…
¡Perece ya en mi mente!
¡Vuelve a mi corazón!
114
DESCRIPŢIE
115
DESCRIPCIÓN
9
El tono coloquial del último verso viene deliberadamente buscado mediante el vocativo final,
„orbule”, que se puede marcar con ese “cegato” en español.
116
PE FONDUL FOARTE VERDE AL IERBII
117
SOBRE EL MUY VERDE FONDO DE LA HIERBA
10
Lei/leu, moneda rumana; en el contexto del poema, diez lei es una cantidad muy reducida.
118
NEDREPTATEA
119
INJUSTICIA
¿Por qué debemos oír y por qué debemos tener orejas para oír?
¿Somos acaso tan pecadores como para vernos necesitados
de tener
esperanzas para la belleza
y, para la delicadeza, ojos,
y piernas para correr?
Debemos de ser muy infelices
si nos vemos tan necesitados de amar.
¿Somos acaso tan inestables como
para vernos necesitados de prolongar
mediante el nacimiento
nuestra fea tristeza
y nuestro aterido amor?
120
SCURT CIRCUIT
121
CORTOCIRCUITO
122
ÎNTREBĂRI
123
PREGUNTAS
124
ÎN LANDA DE PIATRĂ
Nu există biserică
pentru rugăciunea ofilirii florii…
Unde, suflete, să se roage iepurele împușcat
și unde să își plângă lacrima de rugină
pușca vânătorului mort?
125
EN LA LANDA DE PIEDRA
No hay iglesia
para orar por la flor marchita…
Alma, ¿dónde podrá rezar el conejo disparado
y dónde llorará su lágrima herrumbrosa
la escopeta del cazador muerto?
126
DOINĂ
127
DOINĂ
128
ZARUL
129
EL DADO
130
AH, FRĂŢIOARE
Ah, frăţioare
nu stau prea bine cu sufletul
Ah, frăţioare
nu stau pera bine cu sufletul.
Frăţioare,
nu stau prea bine cu sufletul.
Nu stau prea bine cu sufletul.
…prea bine cu sufletul
…bine cu sufletul
…cu sufletul
…sufletul
131
AH, HERMANITO
Ah, hermanito,
no ando muy bien en asuntos del alma.
Ah, hermanito,
no ando muy bien en asuntos del alma.
Hermanito,
no ando muy bien en asuntos del alma.
No ando muy bien en asuntos del alma.
…bien en asuntos del alma
…en asuntos del alma
…del alma
…alma
132
A SE FERI DE CÂNTEC
Cântecul este
el este, este, este
numele a ceea ce nu este
este este este
Nu te lăsa cântat
fă-ţi alt mormânt!
1973
133
ALEJARSE DEL CANTO
El canto es en sí mismo
hombre, no cruz
El canto es,
él es, es, es
el nombre de lo que no es,
es es es
No te dejes cantar
¡hazte otra tumba!
1973
Manuscriptum, 1-2, 2003 [III, 369]
134
METEORITUL LENT
135
METEORITO LENTO
136
FOR ALISON
Tu frumoasă ca apa
ce eşti,
de pietre mă faci
să-mi fie sete.
137
FOR ALISON
Nichita Stănescu. Bello como la sombra de una idea, 1985 [III, 570]
138
DESCRIEREA REALULUI
139
DESCRIPCIÓN DE LO REAL
140
LECŢIA DESPRE CUB
Se ia o bucată de piatră,
se ciopleşte cu o daltă de sânge,
se lustruieşte cu ochiul lui Homer,
se răzuieşte cu raze,
până când cubul iese perfect.
După aceea se sărută de numărate ori cubul
cu gura ta, cu gura altora
şi mai ales cu gura infantei.
După aceea se ia un ciocan
şi brusc se fărâmă un colţ de-al cubului.
Toţi, dar absolut toţi zice-vor:
— Ce cub perfect ar fi fost acesta
de n-ar fi avut un colţ sfărâmat!
141
LECCIÓN SOBRE EL CUBO
142
NU EXISTĂ
Specia dracului,
caii ăştia!
143
NO EXISTE
144
ACELA
145
AQUEL
Él se acercó y me dijo:
la vida
es una ausencia
entre dos inexistencias.
Yo lo observé detenidamente
y sonreí,
hasta que
rompí a llorar.
Luceafărul, 7 de abril de 1979 [IV, 269]
146
MIT
Vă promit
din tot ce am eu mai sfânt pe lume
că nu o să mă mai nasc.
147
MITO
Pinté a mi madre,
la hice bonita.
Alargué a mi padre,
lo hice gallardo.
Después,
los puse el uno junto al otro.
“Abrazaos”, les dije,
“abrazaos placenteramente”,
les dije,
“abrazaos con amor y desesperación”,
les dije,
“abrazaos sin ningún temor.
Os prometo
por lo que más quiero en este mundo,
que no volveré a nacer”.
148
NU-MI PREA PĂSA CE ERAM
Mi-adusesem aminte
cum m-ai sărutat tu odată pe frunte
şi ce răcoare umbroasă
mai se lăsase pe inima mea fericită
cum mărarul peste roşii
desigur, atunci chiar eram
şi nu-mi prea păsa de sunt om, cal, delfin, piatră sau vulture.
149
ME DABA UN POCO IGUAL LO QUE YO FUERA
Me acordé
del beso que me diste una vez en la frente
y del frescor umbroso
que se posó sobre mi bienaventurado corazón,
como el eneldo sobre los tomates.
Por supuesto, yo entonces era de verdad
y me daba un poco igual ser hombre, caballo, delfín, piedra o águila.
150
[CĂTRE MIZERABILA MEA DRAGĂ, VALENTINA]
151
[A MI QUERIDA, MISERABLE, VALENTINA]
152
[NOD 3] ÎNDURERAREA
Ah, am strigat,
voi, mâinile mele,
nu mai plângeți cu mâini!
Ah! am strigat,
trupul meu, nu mai plânge cu trupuri!
Ah, am strigat,
viața mea, tu nu mai plânge cu viață!
M-am acoperit
dar sub lințoliu
se rostogoleau de-a valma
ochi, mâini, trupuri, viață.
153
[NUDO 3] LA CONGOJA
“¡Ah!”, grité,
“¡vosotras, manos mías,
dejad de llorar manos!”.
“¡Ah!”, grité,
“¡cuerpo mío, deja de llorar cuerpos!”.
“¡Ah!”, grité,
“¡vida mía, deja de llorar vida!”.
Me cubrí,
pero, debajo de la manta,
rodaba un tumulto de
ojos, manos, cuerpos, vida.
154
AUTOPORTRET PE O CĂRĂMIDĂ
155
AUTORRETRATO SOBRE UN LADRILLO
156
AUTOPORTRET
157
AUTORRETRATO
158
A ŞAPTEA SCRISOARE
159
LA SÉPTIMA CARTA
11
El contraste entre la primera y la tercera persona del singular no es casual: incide en el doble
proceder del protagonista, que es “aquel” y “yo” a la vez: “yo soy aquel que fregó el suelo”; “yo soy aquel
que lavé los platos sucios”.
160
CONTEMPLÂND
161
CONTEMPLANDO
162
ARTĂ POETICĂ
163
ARTE POÉTICO
Si el poeta se desanimara,
caerían las hojas de los árboles
y sus ramas se suspenderían
como sogas de ahorcados.
Si el poeta se desanimara,
las mujeres embarazadas
no volverían a dar a luz,
no volverían a dar a luz jamás.
Pero, por su preocupación y por su gracia, el poeta,
por su preocupación y por su gracia,
muere siempre, siempre,
antes de desanimarse.
164
165
REFLEXIONES EN TORNO A LA POESÍA:
DOS ENTREVISTAS A NICHITA STĂNESCU
[N. S.] — Mi opinión es que el poeta no tiene una época propia, sino que cada
época tiene sus propios poetas y, además, cada época reconoce por sí misma a sus poetas,
pues los talentos son muchos y variados, pero cada época selecciona su tipo de talento
atendiendo a su presente afectivo. No puedes decir cómo te sentiste en una época más que
después de haberla vivido […].
[A. S.] — Siempre tendemos a mirar hacia el futuro. ¿Qué piensa usted que dejará
como poeta en un porvenir?
[N. S.] — Voy a volver a decir algo que siempre digo, a riesgo de repetirme: yo
no creo que haya poetas, creo que hay poesía. La poesía es un fenómeno que existe en
todos los seres humanos con diferentes matices, más o menos visibles y poderosos. El
poeta es un mayeuta: él ayuda a que la poesía nazca de los hombres. ¿Por qué a todo el
mundo le gusta Eminescu? Porque la mayoría se reencuentra en sus versos. Podríamos
decir, por tanto, que el poeta es como las matronas que ayudan a que las mujeres den a
luz. Pero confundir a la matrona con el milagro del nacimiento me parece un grave error.
El milagro de que exista nacimiento es el fundamental, esto es: el milagro de que exista
poesía. Los poetas pueden ser más o menos hábiles al tratar con este fenómeno de
naturaleza revelada.
[A. S.] — Pero depende también de cómo realicen su función. La matrona puede
matar…
[N. S.] — Menos que el soldado, en cualquier caso.
[A. S.] — ¿Cuál es el credo poético de Nichita Stănescu?
[N. S.] — Es muy difícil transgredir con la noción algo que no tiene carácter
nocional. La poesía no tiene carácter nocional, a pesar de que utilice la noción como
ladrillo de construcción. Su sentido final es un sentido emocional, metafórico y
visionario. Confundir el material con su sentido es algo muy sencillo, pero muy dañino a
la vez.
[A. S.] — Un artista remarcaba hace poco que se ha ido perdiendo la noción de la
palabra, el símbolo de lo que es la inspiración a la hora de hablar de poesía. Todo ello se
ha sustituido por términos como meditación, lucidez, elaboración…
[N. S.] — Estoy de acuerdo: la inspiración es el fundamento de las artes en
general. Pero debe entenderse como un salto cualitativo, como una explosión, procedente
del cúmulo de lucidez, meditación, trabajo, observación, experiencia personal… La
inspiración es como el impulso eléctrico que permite que aparezca el rayo entre dos polos.
Cuando se crea la tensión entre dos polos, aparece el rayo. Sin rayo, no puede haber rayo.
[A. S.] — Ni la belleza de la tormenta…
[N. S.] — Detengámonos por ahora en el rayo, que de tormentas estamos hartos.
[A. S.] — Rogaría al creador de Las no palabras que nos regalara alguna
confesión acerca de la lengua en la que una sola palabra puede provocar tantas cosas.
[N. S.] — Para decirlo brevemente y bien formulado, recitaré un pequeño poema
titulado Inscripción: “En un hombre se pueden matar solo las palabras que él conoce. /
167
En una piedra nada se puede matar. / En un albaricoquero, solo algunos albaricoques. /
Guerrero, yo te digo: en un hombre solo se pueden matar las palabras que él conoce”.
[A. S.] — ¿Qué opina el poeta sobre los poetas?
[N. S.] — Me he dado cuenta de algo muy extraño, que me sorprende cada vez
más: los poetas clásicos son los que mejor se llevan con los poetas contemporáneos y,
además, las mayores amistades son las que se forjan entre poetas de diferentes países.
Entre los poetas de una misma generación, aparte de alguna amistad en grupos muy
restringidos, hay siempre algún tipo de hostilidad, de riña, que yo no comprendo. Intuyo
que esta manzana de la discordia es la competencia, la idea de emulación, que, no sé por
qué, está sembrada en las mentes de los poetas. Me parece ridículo, porque un poeta no
puede ser mejor que otro poeta: un poeta puede ser mejor que él mismo o peor que él
mismo. Cada poeta tiene una voz propia, única (en los casos en los que es un verdadero
poeta, claro está), y no puede decir más que aquello que él desea decir; no puede decir lo
que otro quiera decir. Además, habría que añadir que hay una tendencia de asemejar a los
“equipos poéticos” con los equipos futbolísticos. En ese caso, el mayor poeta rumano
sería el Dinamo-Bucarest. Esto no es exactamente así: nosotros no tenemos “equipos” de
poetas. Y, si tuviéramos que valorar a esos poetas, dicha valoración jamás tendría un
carácter coetáneo, actual, sino póstumo. En esta carrera, el resultado se da después de
morir. Eso como si diez corredores de los cien metros lisos tuvieran que correr por diez
pasillos oscuros sin poder ver al adversario, ni a derecha ni a izquierda. Al final, uno no
sabe si ha ganado o no, si ha mejorado o no.
En general, me duele que exista esta manzana de la discordia entre los poetas,
aunque me alegra que dicha discordia no sea tan grande como la que hay entre los
prosistas o los críticos literarios. Digamos, pues, que entre los poetas solo hay una cereza
de la discordia…
[A. S.] — ¿Qué opina el poeta sobre la gloria? ¿Le interesa a usted la gloria?
[N. S.] — No sé muy bien qué es la gloria; no entiendo muy bien la noción porque
jamás la he sentido. En cualquier caso, si contemplamos la gloria de manera más honda,
esta parece contener un tono despectivo. Por ejemplo, no podemos decir que Platón sea
glorioso, a pesar de que tenga gloria, porque la merece. ¿Podemos decir “el glorioso
Shakespeare”? No creo. ¿“El glorioso Eminescu”? No. Bueno, quizá podamos decir “el
glorioso Elytis”, que ha recibido el Nobel… Pero, ¿podemos decir “el glorioso Faulkner”?
No. ¿“El glorioso Dante”? Tampoco.
[A. S.] — Tengo la impresión de que no le gusta mucho el tema.
[N. S.] — Sí, me gusta. Pero, cuando es razonable, ya no se llama gloria. La gloria
surge cuando deja de pertenecer a la razón, cuando es un plus, cuando pertenece a la
suerte.
[A. S.] — Entonces no sé si le gustará la siguiente pregunta: ¿se arrepiente de
algo?
[N. S.] — Yo creo que un hombre es aquello que recuerda de sí mismo. De hecho,
las consideraciones que yo tengo sobre mí son mis recuerdos sobre mí. Por ello, algunos
hombres son cambiantes en apariencia y tienen diferentes humores: cada vez te vas
acordando de distintas cosas de ti mismo. En la medida en que recuerdas cosas que te
justifican, no hay nada de qué arrepentirse; cuando recuerdas defectos, estos son, de todos
modos, irreparables. Mentiría si dijera que no me arrepiento de nada; también mentiría si
dijera que me arrepiento de algo.
168
Nini [Fotografía perteneciente a la familia Stănescu].
169
[Fotografía perteneciente a la familia Stănescu].
170
[Fotografía de Mihai Oroveanu].
171
“Ah, hermanito…”. Manuscrito. [Museo de la Literatura Rumana].
172
“Şi-s om din cuvinte, iubită…/ hai vino şi strânge-le /…îmi umblă cuvântul prin vine / odată cu
sângele…”; “soy ser de palabras, amada… / ven y recógelas /…ellas recorren mis venas, / a la par
que mi sangre…”.
173
Agradecimientos
A Zhivka Baltadzhieva y a José María de la Quintana, sin cuyo apoyo este trabajo
no habría podido existir. A Javier Helgueta Manso y a Sergio Santiago Romero, por su
inestimable ayuda y sus siempre oportunos comentarios. A Francisco José Martínez
Morán, por haber creído desde el principio en este proyecto. A Ileana Bucurenciu,
Dumitru-Mircea Buda, Cristina Penalva Pastor, Manuel Rebollar Barro, Diego Valverde
Villena e Ioana Zlotescu, por sus útiles consejos y amables indicaciones. A Silvia Borşa
y Maria Covrig, por su apoyo.
A Tatiana Ávila Reyes, Irene Fernández-Mayoralas González y Bruno Marín
González, porque la soledad no puede beberse con un solo vaso.
A. C.
174
ÍNDICE
PRÓLOGO
ANTOLOGÍA
STRIGĂT DE LIBERTATE
GRITO DE LIBERTAD
ARS POETICA
ARS POETICA
GÂND
PENSAMIENTO
CÂNTEC DE TOAMNĂ
CANCIÓN DE OTOÑO
CÂNTEC DE LUNĂ NOUĂ
CANCIÓN DE LUNA NUEVA
***Mă culcasem lângă glasul tău…
***Me dormí junto a tu voz…
ÎMBRĂŢIŞAREA
EL ABRAZO
CE BINE CĂ EŞTI
QUÉ BUENO QUE SEAS
SUNT UN OM VIU
SOY UN HOMBRE VIVO
POEM (Spune-mi, dacă te-aş prinde-ntr-o zi…)
POEMA (Dime, si un día te agarrara…)
TRIST CÂNTEC DE DRAGOSTE
TRISTE CANCIÓN DE AMOR
ARS POETICA
ARS POETICA
POEM (Tu pluteşti ca un vis de noapte…)
POEMA (Tú flotas como un sueño nocturno…)
FRUNZIŞURI
HOJARASCA
CĂTRE GALATEEA
A GALATEA
DACĂ PRIVEŞTI UN SINGUR FIR DE IARBĂ
SI CONTEMPLAS UNA SOLA BRIZNA DE HIERBA
CÂNTEC (Amintiri nu are decât clipa de-acum…)
CANCIÓN (Recuerdos solo tiene el instante de ahora…)
CÂNTEC PENTRU NEBĂUTUL VIN
CANCIÓN DEL VINO NO BEBIDO
ELOGIO
ELOGIU
TINERII
LOS JÓVENES
CLOŞARII
LOS MENDIGOS
ÎNFĂŢIŞARE
REFLEJO ENCARNADO
CÂNTEC (Ce greu e să fii tu însuţi…)
175
CANCIÓN (Qué difícil es ser tú mismo…)
ÎN SPAŢIU
EN EL ESPACIO
OMUL-SUNET
EL HOMBRE-SONIDO
ÎMPOTRIVA CUVINTELOR
CONTRA LAS PALABRAS
EDICT
EDICTO
CE ESTE VIAŢA? CÂND ÎNCEPE ŞI ÎNCOTRO SE ÎNDREAPTĂ?
¿QUÉ ES LA VIDA? ¿CUÁNDO COMIENZA Y ADÓNDE SE ENCAMINA?
CE ESTE OMUL? CARE-I ESTE ORIGINEA? CE FEL DE DESTIN ARE EL?
¿QUÉ ES EL HOMBRE? ¿CUÁL ES SU ORIGEN? ¿QUÉ TIPO DE DESTINO LE AGUARDA?
POEZIA
LA POESÍA
MÂNCĂTORUL DE LIBELULE
EL COMELIBÉLULAS
IAR NU BARBAR
Y NO BÁRBARO
POETUL CA ŞI SOLDATUL
EL POETA, COMO EL SOLDADO
SOLDATUL ȘI PASĂREA
EL SOLDADO Y EL PÁJARO
PLUS UNU MAI PUȚIN
MÁS UNO MENOS
COMUNICARE
COMUNICACIÓN
MATEMATICA POETICĂ
MATEMÁTICA POÉTICA
ARS AMANDI
ARS AMANDI
DEZÎNGERIREA
LA DESANGELACIÓN
STARE CIREȘARĂ
ESTADO DE CEREZO
NOI ȘTIM
NOSOTROS SABEMOS
ALTĂ MATEMATICĂ
OTRA MATEMÁTICA
DESCRIPŢIE
DESCRIPCIÓN
PE FONDUL FOARTE VERDE AL IERBII
SOBRE EL MUY VERDE FONDO DE LA HIERBA
NEDREPTATEA
INJUSTICIA
SCURT CIRCUIT
CORTOCIRCUITO
ÎNTREBĂRI
PREGUNTAS
ÎN LANDA DE PIATRĂ
EN LA LANDA DE PIEDRA
176
DOINĂ
DOINĂ
ZARUL
EL DADO
AH, FRĂŢIOARE
AH, HERMANITO
A SE FERI DE CÂNTEC
ALEJARSE DEL CANTO
METEORITUL LENT
METEORITO LENTO
FOR ALISON
FOR ALISON
DESCRIEREA REALULUI
DESCRIPCIÓN DE LO REAL
LECŢIA DESPRE CUB
LECCIÓN SOBRE EL CUBO
NU EXISTĂ
NO EXISTE
ACELA
AQUEL
MIT
MITO
NU-MI PREA PĂSA CE ERAM
ME DABA UN POCO IGUAL LO QUE YO FUERA
[CĂTRE MIZERABILA MEA DRAGĂ, VALENTINA]
[A MI QUERIDA, MISERABLE, VALENTINA]
[NOD 3] ÎNDURERAREA
[NUDO 3] LA CONGOJA
AUTOPORTRET PE O CĂRĂMIDĂ
AUTORRETRATO SOBRE UN LADRILLO
AUTOPORTRET
AUTORRETRATO
A ŞAPTEA SCRISOARE
LA SÉPTIMA CARTA
CONTEMPLÂND
CONTEMPLANDO
ARTĂ POETICĂ
ARTE POÉTICO
REFLEXIONES EN TORNO A LA POESÍA: DOS ENTREVISTAS A NICHITA STĂNESCU
AGRADECIMIENTOS
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