Dia de La Madre

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1.

Sara: La Madre Que Espero


En Génesis 11:30 vemos que: “Sara no podía quedar embarazada y no tenía
hijos”. Esto había causado dolor a ambos, Sara y Abraham, en el capítulo 15 de
Génesis cuando la Palabra de Dios vino a Abraham, él contestó, “¿que podrás
darme, Señor, si no me has concedido un heredero? Dios le contesta que mire
las estrellas del cielo, porque así de vasta sería su descendencia. Abraham y
Sara esperaron 15 largos años antes de que el Señor renovará su promesa, y 10
años más antes de que la cumpliera dándole a Sara un hijo llamado Isaac.       
Probablemente Sara no hubiera ganado por esperar e incluso se burló de la idea
que Dios podía hacer lo que prometió, pero afortunadamente, las promesas de
Dios no dependieron del nivel de fe de Sara. Dios cumplio con sus promesas de
acuerdo a su plan a lo que Sara respondió en Génesis 21.    
“Dios me hizo reír. Todos los que se enteren de lo que sucedió se reirán
conmigo. ¿Quién le hubiera dicho a Abraham que Sara amamantaría a un bebé?
Sin embargo, ¡le he dado a Abraham un hijo en su vejez!”.
¿Puedes imaginar esperar tanto tiempo para recibir una bendición? Sara trató
de creer en la promesa pero tuvo dudas hasta que finalmente fue cumplida.
Después, Sara rió con alegría por lo que el Señor había hecho. Isaac seguiría
con el legado de su padre Abraham.

2. Agar: La Madre Que Resistió


Agar fue una esclava egipcia y una sirvienta personal de Sarah, la esposa de
Abraham, quien no tenía muchos derechos en aquellos tiempos, especialmente
en convertirse esposa de Abraham. Aunque después cambió su estado, ella
seguía siendo sirvienta de Sarah.
Una vez que Agar quedó embarazada de Abraham, Sarah sintió celos y después
de haber sido maltratada por Sarah, Agar partió hacia su tierra natal. En el
camino encontró al ángel de Dios quien le dijo que regresara, puesto que
también le había prometido una descendencia numerosa a través de su hijo a
quien habría de llamar Ismael.
Tiempo después, Agar y su hijo fueron enviados al desierto , donde ella creyó
que morirían de sed, pero Dios es fiel y le mostró un pozo de agua. Génesis
21:20 “Y Dios estaba con el muchacho, que creció y habitó en el desierto y se
hizo arquero.” Agar penso que habia escapado su miseria la primera vez, pero
Dios le pidió regresar, ella obedeció y Dios la bendijo a ella y a su hijo
grandemente tal y como lo había prometido.  

3. Rebeca: La Madre Que Engañó


Rebeca fue una mujer de mucha fe, ella obedeció a Dios cuando los sirvientes
de Isaac le contaron sobre el hombre que quería casarse con ella. Genesis 25
dice que cuando Rebeca se embarazó ella podía sentir como los bebés
peleaban dentro de su vientre. Cuando ella preguntó a Dios por qué estaba
pasando tal cosa, Dios le respondió: “Dos naciones hay en tu seno, y dos
pueblos se dividirán desde tus entrañas; un pueblo será más fuerte que el otro,
y el mayor servirá al menor.” En esa época los mayores jamás servían a los
menores y el primogénito heredaba lo mejor de todas las cosas.
Cuando Isaac era viejo y de edad muy avanzada, le dijo a Esaú que fuera a
cazar ganado y que preparara una comida para que pudiera recibir su
bendición. Pero Rebeca al escuchar esto, le dijo a su hijo Jacob que le trajera
comida para que ella se la preparara a Isaac antes que Esaú. Jacob no no
estaba seguro de querer engañar a su padre de tal forma, pero su madre
Rebeca le dice en Génesis 27: “Hijo mío, deja que tu maldición caiga sobre mi.
Solo ve y haz lo que te mando. Ve y tráeme lo que te pido.” Creo que podemos
asumir que Rebeca se acordó de lo que le dio el Señor años atrás durante su
embarazo.
Rebeca se decidió a engañar para seguir la promesa de Dios y de esa manera
los planes de Dios fueron hechos como se había dicho. Tiempo después, su hijo
Jacob discutiria con Dios y se le daría un nuevo nombre, Israel.

5. Jocabed: La Madre Con Un


Plan
Un nuevo rey llegó al poder en el antiguo Egipto, un hombre que no tenía
ninguna obligación por honrar las promesas de Josue y honrar el pacto con los
israelitas. Lo único que le preocupaba a este rey era que los hebreos crecieran
en número y sobrepasaran a los egipcios, así que los esclavizó a todos. De la
misma manera el rey ordenó a toda las parteras que mataran a los nuevos
bebés, pero ellas no obedecieron. El faraón dio otro mandato en Éxodo
1:16 “Cuando ayuden a las mujeres hebreas en el parto, presten mucha
atención durante el alumbramiento. Si el bebé es niño, mátenlo; pero si es niña,
déjenla vivir”
Una mujer Levita, Jocabed, dio a luz a un hijo y lo escondió durante tres meses.
En el libro de Éxodo capítulo 2 podemos ver que cuando ya no pudo esconder al
bebé, Jocabed “tomó una canasta de juncos de papiro y la recubrió con brea y
resina para hacerla resistente al agua. Después puso al niño en la canasta y la
acomodó entre los juncos, a la orilla del río Nilo.”
Miriam, la hija de Jocabed, se quedó escondida viendo la canasta sobre el rio
mientras que la hija del faraón bajaba al rio para bañarse. Cuando la hija de
faraón se percató de la canasta, de inmediato llamó a sus sirvientes para que la
sacaran del rio, al ver que dentro había un bebé hebreo tuvo compasión y
lástima por él.
Miriam se armo de valor y salio a preguntar a la hija del faraón si quisiera que le
consiguiera una mujer hebrea para que cuidara y amamantara al bebé, ella dijo
que si, por lo que Miriam trajo a Jocabed para que cuidara del bebé. La hija de
faraón les pagaría por cuidarlo y después que creciera un poco mas lo adoptaría
como su propio hijo, dandole el nombre de Moisés.
Con su determinación, Jocabed, encontró una manera de salvar la vida de su
hijo, y Dios bendijo su planes. Su hijo fue salvo, no solo de la muerte, sino que
también pudo criarlo hasta que fuera de un poco mayor para vivir con la hija del
faraón. Moisés creció y fue la persona que Dios utilizó para liberara al pueblo
hebreo de las garras de faraón.
6. La Mamá de Sansón: La Madre
Que Siguió Las Reglas
Aunque no se le menciona por nombre en el libro de Jueces, muchos deducen
que es la mujer mencionada en 1 Crónicas 4. Pero como no hay manera de
saberlo a ciencia cierta podemos deducir que sus acciones son mucho más
valiosas que su nombre. Estuvo casada con un nombre llamado Manoa pero no
pudo concebir hijos. En Jueces 13 vemos que: 

“Entonces el ángel del SEÑOR se le apareció a la mujer, y le dijo: He aquí, tú


eres estéril y no has tenido hijos, pero concebirás y darás a luz un hijo. Ahora
pues, cuídate de no beber vino ni licor, y de no comer ninguna cosa inmunda.
Pues he aquí, concebirás y darás a luz un hijo; no pasará navaja sobre su
cabeza, porque el niño será nazareo para Dios desde el seno materno; y él
comenzará a salvar a Israel de manos de los filisteos.”
La mamá de Sansón supo que había algo especial en la visitación del ángel de
Dios y cuando su esposo tuvo miedo y pensó que serían muertos por haber
visto a Dios, ella se lo hizo entrar en razón diciéndole que no hacía sentido que
les hubiera dicho esas cosas si al final los iba a matar.     
Al dar a luz, llamó a su hijo Sansón y el Señor lo bendijo. Aunque algunas de sus
acciones fueron cuestionables, el Señor lo utilizó de manera poderosa en sus
planes para derrotar a los filisteos.

7. Naomi: La Suegra Que


Compartió Su Fe
Naomi y su familia escaparon de Moab, su pais natal, por causa de una gran
hambruna en aquella tierra. Su esposo murió y sus dos hijos se casaron con
mujeres Moabitas, una se llamaba Orpa y la otra Ruth. Diez años más tarde los
hijos de Naomi fallecieron, y despues Naomi escucho que Dios habia vuelto a
bendecir su pais natal con comida. Así que le dijo a sus nueras que podían
regresar a sus hogares y encontrar nuevos maridos, antes de partir todas
lloraron inconsolablemente. Orpa regreso a su lugar de origen y a sus antiguos
dioses, pero, Ruth, se negó a dejar sola a Naomi diciendo:

“No insistas que te deje o que deje de seguirte; porque adonde tú vayas, iré yo,
y donde tú mores, moraré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde
tú mueras, allí moriré, y allí seré sepultada. Así haga el SEÑOR conmigo, y aún
peor, si algo, excepto la muerte, nos separa.”  
Ruth aprendió de la fe de Naomi aun durante tiempos difíciles y amargos por lo
que Naomi siguió cuidando y aconsejando sabiamente a Ruth en sus encuentros
con Boaz quien se convirtió en el nuevo marido de Ruth. El Señor bendijo a Ruth
y a su vez le dio un nuevo hijo cuando Ruth se casó con Boaz, por lo que las
mujeres de la tierra de Naomi le dijeron:
“¡Alabado sea el Señor, que te ha dado ahora un redentor para tu familia! Que
este niño sea famoso en Israel. 15 Que él restaure tu juventud y te cuide en tu
vejez. ¡Pues es el hijo de tu nuera que te ama y que te ha tratado mejor que
siete hijos!” (Ruth 4: 14).   
“¡Por fin ahora Noemí tiene nuevamente un hijo!». Y le pusieron por nombre
Obed. Él llegó a ser el padre de Isaí y abuelo de David” (Ruth 4:17).

8. Ana: La Madre Que Guardó Su


Promesa
Ana estuvo casada con un hombre que la amaba pero que a su vez tenía otra
esposa, esta otra esposa era capaz de tener hijos, pero vemos en 1 Samuel 1:5-
6 que el Señor no permitió que Ana tuviera hijos. La otra esposa, llamada
Penina, provocaba y molestaba a Ana constantemente, pero Ana solo acudía a
la casa de Dios para levantar sus oraciones. Su esposo intentaba darle consuelo
diciéndole: “Acaso no valgo más yo que 10 hijos?”  En 1 Samuel 1: 8
aprendemos que Ana levantó oración a Dios y lloró desconsoladamente
diciendo:
“Oh Señor de los Ejércitos Celestiales, si miras mi dolor y contestas mi oración y
me das un hijo, entonces te lo devolveré. Él será tuyo durante toda su vida, y
como señal de que fue dedicado al Señor, nunca se le cortará el cabello” (1
Samuel 1:11).
De hecho el clamor de Ana fue tan profundo que sus labios se movían pero sin
emitir sonido alguno, por lo que el sacerdote del templo pensó que Ana estaba
ebria. Al poco tiempo después Dios bendijo a Ana y le concibió un hijo a quien
llamó: Samuel “porque dijo: «Se lo pedí al Señor”  (1 Samuel 1:20).
Tal como lo prometio, Ana cumplio con sus palabras. Cuando el niño era de
edad lo trajo al templo de Dios y se lo presentó a el sacerdote Elí. Ana dijo en su
oración:    
“¡Mi corazón se alegra en el Señor!   El Señor me ha fortalecido. Ahora tengo
una respuesta para mis enemigos;    me alegro porque tú me
rescataste” Puedes leer toda su hermosa oración en 1 Samuel 2:1-10.
Samuel vivió una vida dedicada a Dios y sería la persona en que ungiera a los
dos primeros reyes de Israel, Saúl y David.

9. Elisabet: LA Madre Que Creyó


En Milagros
Elisabet estuvo casada con un sacerdote llamado Zacarías en el libro de Lucas 1
dice que ambos, Elisabet y Zacarías eran justos delante de Dios y observaban
todos sus mandatos. Elisabet permaneció sin dar a luz, y ya eran ambos de
edad muy avanzada; de manera similar a los días de Job, la gente pensaba que
las mujeres que no podían dar a luz era a causa de algún pecado. Este tipo de
crítica y de creencia era muy difícil de sobrellevar, especialmente para una
dama esposa de un sacerdote.
Cuando Zacarías estaba en el templo del Señor, se le acercó el Ángel Gabriel
diciendo:
“No tengas miedo, Zacarías! Dios ha oído tu oración. Tu esposa, Elisabet, te
dará un hijo, y lo llamarás Juan. Tendrás gran gozo y alegría, y muchos se
alegrarán de su nacimiento” (Lucas 1:13-14).       
Zacarías tuvo sus dudas y cuestionó cómo sería posible lo que Dios le había
dicho por lo que fue castigado sin poder hablar durante el embarazo de
Elisabet, quien por cierto estaba regocijada de alegría por la bendición que Dios
le concedió diciendo: “¡Qué bondadoso es el Señor! —exclamó ella—. Me ha
quitado la vergüenza de no tener hijos” (Lucas 1:25).  
Cuando María, la madre de Jesús, vino a visitar a su prima Elisabet, ella yacía
reposando con el niño aún en su vientre llena del Espíritu Santo. María se llenó
de gozo y alegría al ver su prima. Cuando llegó la hora de dar a luz, Elisabet
puso a su hijo por nombre, Juan. Cuando los vecinos fueron con Zacarías para
confirmar el nombre del bebé, él escribió Juan en un papel y en ese momento
sus labios fueron abiertos y su voz regresó a él. Todos se quedaron perplejos y
se preguntaban que llegaría a ser de este bebé cuando fuera hombre ya que su
nacimiento fue milagroso.
Juan sería la persona que bautizaría a mucha gente en agua preparando así el
camino para el Mesías.

10. María: La Mujer Que Es


Bendita Entre Las Mujeres
Maria, una virgen prometida a un hombre llamado José fue visitada por el ángel
Gabriel quien le dijo:
“—No tengas miedo, María —le dijo el ángel—, ¡porque has hallado el favor de
Dios! Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Él será
muy grande y lo llamarán Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su
antepasado David. Y reinará sobre Israel[a] para siempre; ¡su reino no tendrá
fin!”  (Lucas 1:30-33).
María tenía preguntas de cómo algo como esto podría suceder por lo que el
ángel le contestó : “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te
cubrirá con su sombra. Por lo tanto, el bebé que nacerá será santo y será
llamado Hijo de Dios” (Lucas 1:35).  Maria aceptó estas palabras y creyó con
toda su fe. Cuando fue a visitar a su prima Elisabet ella se dirigió a María
diciendo: “Dios te ha bendecido más que a todas las mujeres, y tu hijo es
bendito”  (Lucas 1:42).
María creyó que las promesas de Dios serían cumplidas.
Un ángel de Dios también visitó a José quien le rectifico y apaciguó la duda de
José respecto al embarazo de María. Como podemos ver en el libro de Mateo
capítulo 1, José tomó por esposa a María pero no consumó el matrimonio hasta
después de que ella diera a luz. María y José viajaron a Belén para tomar parte
de un censo y fue durante ese tiempo que María dio a luz en el mas humilde de
los lugares.
Maria atesoró muchas cosas mientras cuidaba y criaba a Jesús, sin embargo,
tuvo que aguantar uno de los sacrificios más grandes de todos los tiempos, el
hijo que ella dio a luz, vino al mundo por parte de Dios para entregarse en
sacrificio, el único sacrificio, que pudo cambiar y redimir a la humanidad. Ella
tuvo que ver a su hijo sufrir, ser torturado, ser escupido y burlado antes de
morir una muerte violenta en una cruz.
En el libro de Juan capitulo 19, podemos ver:
“Estaban de pie junto a la cruz la madre de Jesús, la hermana de su madre,
María la esposa de Cleofás y María Magdalena. Cuando Jesús vio a su madre al
lado del discípulo que él amaba, le dijo: «Apreciada mujer, ahí tienes a tu hijo».
Y al discípulo le dijo: «Ahí tienes a tu madre».Y, a partir de entonces, ese
discípulo la llevó a vivir a su casa” (Juan 19:25-27).    
Aun estando en su lecho de muerte, Jesús, procuro cuidar a su madre y le dejó
a los discípulos como hijos nuevos. Maria fue bendita por Dios puesto que fue
escogida entre todas la mujeres para nutrir y cuidar a su hijo. Y aun a pesar de
la muerte, también hubo alegría puesto que su hijo no quedó muerto sino que
derrotó a la muerte, se levantó y así aseguró vida eterna para todo aquel que
crea en Él.

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