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Veremos por otro lado, como no sin altibajos, la teología moral se ha ido renovando sin parar
a partir del Concilio Vaticano II. Y lo ha hecho sirviéndose del impulso derivado de los estudios
bíblicos pero también a través de una mayor integración con los demás tratados teológicos y de un
mayor diálogo con el mundo general de la cultura, con la filosofía y con las ciencias. Todo ello
1
Cfr. Julio Luis MARTÍNEZ – José Manuel CAAMAÑO, Moral Fundamental. Bases teológicas del
discernimiento ético, =Presencia Teológica 210, Sal Terrae, España 2014, p. 13.
2
Cfr. Julio L. MARTÍNEZ – J. Manuel CAAMAÑO, Moral Fundamental..., p. 14.
TEOLOGÍA MORAL FUNDAMENTAL I
Teología Moral Fundamental.
Cristian Ismael Vargas Vázquez.
«La reflexión moral de la Iglesia, hecha siempre a la luz de Cristo, el "Maestro bueno", se ha
desarrollado también en la forma específica de la ciencia teológica llamada teología moral;
ciencia que acoge e interpela la divina Revelación y responde a la vez a las exigencias de la razón
humana. La teología moral es una reflexión que concierne a la "moralidad", o sea, al bien y el mal
de los actos humanos y de la persona que los realiza, y en este sentido está abierta a todos los
hombres; pero es también teología, en cuanto reconoce el principio y el fin del comportamiento
moral en Aquel que "solo es bueno" y que, dándose al hombre en Cristo, le ofrece las
bienaventuranzas de la vida divina»4.
2
Teniendo en cuenta esto, podemos comenzar precisando en manera general el objeto de
nuestro estudio. Así, la Teología Moral reflexiona sobre el comportamiento humano responsable, el
cual, por el hecho de serlo, puede ser calificable como bueno o como malo. Ese sería su objeto
material. Sin embargo sabemos que aparte de la teología moral, existe otra disciplina que también
estudia el comportamiento humano responsable y lo puede calificar como bueno o como malo, tal
disciplina es la Ética filosófica, de tal manera que ambas disciplinas
Coinciden en el objeto material. Sin embargo lo que distingue ambas disciplinas es su
objeto formal, que es el parámetro bajo el cual se califica como bueno o malo un comportamiento
humano responsable. El objeto formal de la teología, como apunta la VS, es la reflexión racional
acompañada por los datos de la revelación, mientras que el objeto formal de la filosofía es la
reflexión racional hecha a partir de la naturaleza humana y de la recta razón las cuales encaminan al
fin último del hombre que es la felicidad.
En nuestros tiempos la cuestión del criterio para definir la bondad o maldad de un
determinado comportamiento plantea no pocos interrogantes. Hoy más que en otros tiempos aparece
más difícil, juzgar el comportamiento humano responsable y ofrecer una fundamentación clara e
indispensable, que sirva a su vez de parámetro para juzgar y calificar una determinada acción. Tal
3
Ibíd., p. 13.
4
JUAN PABLO II, Veritatis Splendor, (6 de agosto de 1993), Carta encíclica sobre algunas cuestiones
fundamentales de la enseñanza moral de la Iglesia, BAC Madrid 1993, No. 110.
Teología Moral Fundamental.
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situación, se debe en gran medida a la complejidad de la realidad pero también se debe a otras varias
razones, como por ejemplo:
5
Cfr. José-Román FLECHA ANDRÉS, Teología Moral Fundamental, =Sapientia Fidei, serie manuales
de teología, BAC Madrid 19972, pp. 5-8.
Teología Moral Fundamental.
Cristian Ismael Vargas Vázquez.
término en dos acepciones: h=tqõ: hace referencia al carácter, modo de ser o actitud y e;qoj: hace
referencia al hábito o costumbre.
Luego el término e;qoj se tradujo del griego al latín, quedando el término mores que
significa costumbre. Tal término es la raíz de la palabra Moral. Sin embargo, vemos como en el
fondo ambos términos hacían referencia al comportamiento, manifestado a través de las
costumbres6. Una vez establecido este criterio, conviene ahora establecer bien el objetivo de nuestro
estudio. Lo que pretendemos es lo siguiente:
Conocer los fundamentos de la Teología Moral Católica de manera que
podamos adquirir las bases necesarias para crecer en el discernimiento moral
en nuestra propia vida y ayudar con ello también al discernimiento moral de los
fieles, ya desde ahora y en un posible ministerio sacerdotal.
7
7 Cfr. FRANCISCO, Evangelii Gaudium, (24 de noviembre de 2013) Exhortación apostólica, a los
Obispos, a los Presbíteros, a los Diáconos, a las personas consagradas y a los fieles laicos sobre el anuncio del Evangelio
en el mundo actual, BAC, =documentos 47, Madrid 2013, n. 133.
8
Cfr. Julio L. MARTÍNEZ – J. Manuel CAAMAÑO, Moral Fundamental..., p. 18.
Teología Moral Fundamental.
Cristian Ismael Vargas Vázquez.
etapa de crisis9, resulta difícil formar sujetos morales que respondan hoy adecuadamente. Es más
difícil aun si no tenemos un conocimiento al menos general de la situación que vivimos, por ello
veamos en líneas generales lo característico de nuestro tiempo.
a) El sujeto entre moderno y posmoderno.
La sociedad actual se caracteriza por la confluencia entre el paso de la modernidad a la
posmodernidad, repercutiendo en varios aspectos en la moral cristiana y la religión:
† La fuerte secularización de la cultura: fruto de la cual la interpretación de la
realidad y de los valores unidos a ella, deja de ser uniforme y religiosa.
†El pluralismo cultural: en que la fe aparece como una posibilidad más al lado de las
otras, como oferta para el consumo. El pluralismo sería así, el caldo de cultivo para el relativismo, la
indiferencia o el sincretismo.
†El empirismo exagerado: que afirma la exclusiva y excluyente vigencia del
conocimiento científico, junto a la mentalidad tecnológica.
†El narcisismo: una cultura en que el individuo está cerrado en la realización emocional
de sí mismo, un individualismo que va de lo individual a lo colectivo.
†El ideal de la libertad: como mínimo de limitaciones y máximo de elecciones
privadas. Con indicadores así, se entiende que cualquier forma de teología moral que se atreva a
poner la «ética bajo el signo de la cruz», lo va a tener muy difícil. Se trata sobre todo de un contexto
óptimo para cualquier forma moral o espiritual que acepte plegarse a lo que podríamos llamar
espiritualismo desencarnado e individualismo expresivo que no plantee compromiso moral y social,
5
sino realización personal y confort emocional.
b) La interdependencia como «signo del tiempo» presente
Esta característica se comprende bien cuando hablamos de globalización, término que ha
pasado a ser de uso común, no solo ya en los ambientes académicos sino en los medios de
comunicación y hasta en el vocabulario de cualquier persona. En una palabra, interdependencia es
globalización. Supone una extensión de las actividades sociales, culturales, políticas y
económicas más allá de las fronteras de los países, de modo que lo que ocurre, lo que se decide y lo
que se hace en una región del mundo, puede llegar a tener consecuencias, significados y riesgos para
los individuos y comunidades en cualquier región del planeta por muy distante que sea10.
†Medios de comunicación: Tal globalización ha sido acelerada en gran medida por los
medios de comunicación social, los cuales en el ámbito moral por ejemplo, han tenido un impacto
decisivo al extender comportamientos y maneras de pensar y de ver la vida, a un número cada vez
mayor de personas alrededor del mundo sin distinción de estratos sociales o culturales, imponiendo
en su mayoría un estilo de vida occidental.
9
Caamaño – Martínez cita tres definiciones de tres autores: «Enfermedad del apagamiento del deseo de desear» (P.
Valadier); «Carencia de hogar» (W. Berry); «disolución de las responsabilidades en la civilización tecnológica» (H.
Jonas). Cfr. Ibídem.
10
Cfr. Ibíd., pp. 20-22.
Teología Moral Fundamental.
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Este estilo de vida propuesto por los medios, está marcado en buena parte por una sexualización
generalizada, la cual está presente en la mayoría de sus programas y anuncios publicitarios e incluso
en aquellos dirigidos a un público infantil. De esta forma, al ofrecer modelos de comportamiento
específicos el cine y en mayor medida la televisión, influencian el comportamiento de los
espectadores, calando mayormente en los adolescentes. Así, niños y adolescentes son
constantemente bombardeados por actitudes y estereotipos comportamentales, que presentan las
relaciones sexuales como representativas de la relación entre hombre y mujer, apareciendo siempre
como buenas y sustancialmente justas. Se hace creer, que el hombre verdadero es el que domina,
tiene relaciones sexuales como si fueran un juego o una diversión, incluida la infidelidad; se hace de
tal manera que la mujer, sea percibida como un objeto sexual cuyo valor está basado en la apariencia
física11.
Con la llegada del internet, éste intercambio de ideas, modas, maneras de pensar y
comportamientos, ha acelerado la occidentalización contribuyendo además al fenómeno de la
globalización. En diversos terrenos como el respeto a la vida, el divorcio, la cohabitación juvenil, la
influencia de los medios de comunicación, ha hecho más incipiente para muchos el discernimiento
ético12. Ciertamente, el internet representa uno de los avances comunicativos de mayor impacto
global tanto a nivel social como personal. Baste pensar por ejemplo en Facebook y Twitter y su
enorme influjo en la así llamada Social Network, que han hecho posible la relación virtual de
millones de personas alrededor del mundo13.
En la línea de la información inmediata, no solo se obtiene una información sobre lo que 6
ocurre y en el momento en que sucede, sino que hay también interacción desde la que es posible
modificar los contenidos, enjuiciarlos y aportar iniciativas siempre dinámicas y cambiantes 14. Sin
embargo, el problema para la moral es que los datos exhibidos se dejan al criterio de los receptores
cuyas posturas morales son diversas a la hora de juzgar algún acontecimiento o hecho sucedido. En
Evangelii Gaudium dice el Papa Francisco: «[…] vivimos en una sociedad de la se habían
superado ya los 400 millones de usuarios, de los cuales más del 70% son de fuera de los Estados
Unidos; esto solo 6 años después de que naciera como un proyecto universitario en Harvard, ideado
por Mark Zuckerberg, Chris Hughes, Dustin Moskovitz y Eduardo Saverin. Su popularidad estriba
en la capacidad de conectar a las personas, ya sean amigos nuevos o ya conocidos pero de los cuales
se ha perdido la pista (amigos de la infancia, compañeros de clase, personas conocidas durante
viajes, etc.)
11
Cfr. Daniele MUGNAINI et AL., Erosi dai media. Le trappole dell’ipersessualizzazione moderna,
San Paolo, Cinisello Balsamo, 2011, pp. 17-20.
12
Cfr. Xavier THÉVENOT, El pecado hoy, Verbo Divino, Navarra 1989, p. 28.
13
Con un crecimiento de los usuarios en los últimos años, Facebook es al parecer la plataforma comunicativa más
popular a nivel mundial, disponible en 35 lenguas. Al inicio del 2010. Cfr. Antonio SPADARO, Web 2.0 Reti di
Relazione, Paoline, Torino 2010, pp. 101-120 y 137-154.
14
Cfr. Juan Antonio ESTRADA, El cristianismo en una sociedad laica. Cuarenta años después del
Vaticano II, Desclèe de Brouwer Bilbao 20062, p. 296.
Teología Moral Fundamental.
Cristian Ismael Vargas Vázquez.
Por su parte, Twitter, creado por Evan Williams, Biz Stone y Jack Dorsey y puesto en la red
en marzo del 2006 por la Obvius Corporation of San Francisco, es también uno de los
fenómenos de la red, de mayor extensión. Este consiste, en la comunicación de mensajes, “tweets”
de no más de 140 caracteres desde un smartphon o una computadora. Tales mensajes permiten
comunicar de manera instantánea y global, ideas, noticias, preguntas o informaciones personales
sobre lo que se está haciendo, o en qué lugar se encuentra, a todos aquellos con quienes se está en
contacto o incluso con quienes no se tiene un contacto directo pero que pueden tener acceso al blog
donde los mensajes son publicados.
Información que nos satura indiscriminadamente de datos, todos en el mismo nivel y
terminan llevándonos a una tremenda superficialidad a la hora de plantear las cuestiones morales» 15.
Es decir, no hay un criterio único moralmente hablando, bajo el cual se deba juzgar un
acontecimiento comunicado a través de internet, la televisión o cualquier otro medio masivo de
comunicación. Cada quien tiene su opinión; ello, genera la percepción de que no hay un fundamento
moral cierto, desde el que se pueda juzgar si un acontecimiento o determinado tipo de acto es bueno
o malo. De esta manera, actitudes, actos, comportamientos, maneras de vida, que antaño se
catalogaban netamente como pecaminosos ahora no se les considera tanto en esta forma.
c) Crisis económica, crisis de valores.
Desde hace algunos años, particularmente en países antes de una economía solvente, están
atravesando por un periodo de crisis, afectando con ello la vida concreta de millones de personas
que no estaban acostumbradas a vivir en medio de carencias significativas. En nuestro contexto por
7
otro lado, a nosotros nos ha tocado nacer en un país cuya realidad económica no ha mejorado mucho
en los últimos años para millones de personas. Esta crisis agudizada particularmente desde el 2007
alcanzando también a los países ricos, ha estallado en múltiples crisis: energética, alimentaria,
financiera y económica, siendo en última instancia una crisis moral y de valores a la que ya nos
hemos referido.
1.2 Acercamiento a lo moral.
Antes de entrar de lleno en materia conviene acercarse al hecho moral y lo haremos
señalando en primer lugar lo que la moral provoca en los distintos ámbitos de la vida comenzando
por la vida propia. Damos por sentado que el hecho moral, no nos es indiferente, hay cierta
sensibilidad ante ello.
1.2.1 Sensibilidad ante la moral
Al respecto nos encontramos con una doble sensibilidad. Por una parte observamos un cierto recelo
hacia la misma teología moral. Por otra, podemos también comprobar que a la teología se le dirigen
continuamente múltiples consultas sobre el camino que habrían de seguir personas e instituciones
para buscar lograr un mundo más humano16. Veamos en primer lugar los recelos que ésta provoca.
a) En ámbito laico
15
FRANCISCO, Evangelii Gaudium…, n. 64.
16
Cfr. José-Román FLECHA ANDRÉS, Moral Fundamental. La vida según el Espíritu, =Lux mundi
manuales 79, Sígueme, Salamanca 2012, p. 18.
Teología Moral Fundamental.
Cristian Ismael Vargas Vázquez.
17
Cfr. José-Román FLECHA ANDRÉS, Moral Fundamental..., pp. 18-19.
18
Cfr. Ibíd., pp. 19-20.
19
Teología Moral Fundamental.
Cristian Ismael Vargas Vázquez.
hay que decir que: la moral es el estudio de los actos humanos en cuanto son buenos
o malos, es la ciencia de lo que el hombre debe ser en función de lo que ya es.
1.3.1 Una moral humana
Analizando la definición anterior podemos extraer el aspecto humano de la
moral.
–En primer lugar, queda ya subrayado el aspecto científico de la moral, puesto que
se enfoca al estudio del comportamiento humano responsable su orientación y
educación y por tanto, posee un estatuto epistemológico bien definido con sus
principios y su metodología. Pues la moral no se reduce solo a una exhortación
referida al mejoramiento de las costumbres humanas, individuales o colectivas. Se
trata de un estudio sistemático que cuenta con sus fuentes y sus principios propios,
su metodología y sus conclusiones.
–En segundo lugar se expresa en esta definición el carácter personal de toda Moral.
Toda reflexión ética estudia en el fondo el proceso por el que el ser humano tiende a
evitar la maldad y realizar la bondad en lo concreto de su existencia, es decir, el
proyecto de hombre que lo ha de conducir a la felicidad, a la identidad consigo
mismo.
1.3.2 Una moral cristiana
Aunque esta definición analizada sirve para establecer una relación con las
demás disciplinas científicas, habría que preguntarse si basta para poder hablar de la
10
referencia a Dios y así hablar de una Teología de la moralidad. Según parece esta
definición estaría un poco limitada porque le faltaría hacer referencia a lo que aporta
el dato revelado. Ciertamente aunque en la teología moral, el criterio bajo el cual se
juzga la bondad o maldad de las acciones humanas es la revelación divina, es
necesario superar la tentación de prescindir de la racionalidad al estudiar el
comportamiento humano responsable. Así mismo, es necesario superar la tentación
de confundir la teología moral con filosofía moral; lo ideal es buscar el equilibrio
entre ambas disciplinas, a este respecto nos serviría la definición de Veritatis
Splendor que ya citábamos en la introducción:
21 Cfr. Ibíd., p. 10.
TEOLOGÍA MORAL FUNDAMENTAL I
12
«La reflexión moral de la Iglesia, hecha siempre a la luz de Cristo, el "Maestro
bueno", se ha desarrollado también en la forma específica de la ciencia teológica
llamada teología moral; ciencia que acoge e interpela la divina Revelación y
responde a la vez a las exigencias de la razón humana. La teología moral es una
reflexión que concierne a la "moralidad", o sea, al bien y el mal de los actos
humanos y de la persona que los realiza, y en este sentido está abierta a todos los
hombres; pero es también teología, en cuanto reconoce el principio y el fin del
Teología Moral Fundamental.
Cristian Ismael Vargas Vázquez.
4.a Definición
«La teología moral es la parte de la teología que estudia los actos humanos
para conformarlos a los valores que contribuyen a la expansión del hombre, y
eso a
la luz de la Revelación».
Esta definición, inspirada en la moderna filosofía de los valores, representada
particularmente por Max Scheler y ampliamente extendida entre los autores
católicos, exige una división de la moral que siga los diferentes órdenes de valores
que pueden ser discernidos y eventualmente ordenados en una jerarquía. La moral
según esta definición deberá tener en cuenta el conjunto de los valores cuando
pretenda juzgar y dirigir el obrar humano. Esta definición parece más positiva que la
moral de las obligaciones, que se ocupa, de hecho más de los pecados que de las
cualidades morales.24
1.4.2 Propuesta y explicación de una definición de la Teología Moral
El mismo autor del libro que estamos siguiendo en esta parte de las
definiciones, propone una. Es una definición a mi juicio un poco más completa y por
tanto me parece oportuno tomarla. La definición que propone Pinckaers es la
siguiente:
La teología moral es la parte de la teología que estudia los actos humanos
para ordenarlos a la visión amorosa de Dios, bienaventuranza verdadera y
13
plena, y
al fin último del hombre, por medio de la gracia, las virtudes y dones del
Espíritu
Santo, a la luz de la revelación y de la razón.25
Esta definición tiene a grandes rasgos la explicación siguiente:
– La teología moral es parte de la teología: pues aunque en los últimos años la
teología moral ha reafirmado su autonomía a partir de un método, un
vocabulario técnico y unas categorías que le son propias, no deja por ello de
ser parte del saber teológico en general.
– Que se ocupa de los actos humanos: tales actos entendidos como aquellos
que se realizan de manera voluntaria y libre. Cabe hacer notar que tales actos
son, tanto los actos singulares, como aquellos que determinan el futuro de un
hombre y que constituyen por tanto «conjuntos de acciones». Y finalmente
tales actos son tanto los interiores como los exteriores.
24 Cfr. S. Th. PINCKAERS, Las fuentes de la moral cristiana..., pp. 28-31.
25 Ibíd., p. 32.
TEOLOGÍA MORAL FUNDAMENTAL I
15
– Para ordenarlos a la visión amorosa de Dios: he aquí una de las expresiones
Teología Moral Fundamental.
Cristian Ismael Vargas Vázquez.
humanos, creyendo que las soluciones vendrán, tarde o temprano, de la técnica. Sin
poner en duda el valor positivo implicado en el avance científico y técnico de los
nuevos conocimientos y métodos tecnológicos, estos por sí solos, no pueden hacerse
cargo del interés del hombre en su totalidad.45 En este sentido son luminosas unas
palabras pronunciadas por Juan Pablo II, en un discurso en la UNESCO:
«[...] Es necesario convencerse de la prioridad de la ética sobre la técnica, de la
primacía de la persona sobre las cosas, de la superioridad del espíritu sobre la
materia. La causa del hombre será servida si la ciencia se alía con la conciencia.
El hombre de ciencia ayudará verdaderamente a la humanidad si conserva el
sentido de la trascendencia del hombre sobre el mundo y de Dios sobre el
hombre
Así, aprovechando la ocasión de mi presencia hoy en la sede de la
UNESCO, yo, hijo de la humanidad y Obispo de Roma, me dirijo directamente a
ustedes, hombres de ciencia, a ustedes que están reunidos aquí, a ustedes, las
más altas autoridades en todos los campos de la ciencia moderna. Y me dirijo, a
través de ustedes, a sus colegas y amigos de todos los países y de todos los
continentes».
Y casi al final del discurso hablando de los peligros de la ciencia en la
construcción de armas nucleares, dice:
«Me dirijo a ustedes en nombre de esta terrible amenaza que pesa sobre la 22
humanidad y, al mismo tiempo, en nombre del futuro y del bien de esta
humanidad en el mundo entero. Y les suplico: despleguemos todos nuestros
44 Cfr. GS 62.
45 Cfr. Julio L. MARTÍNEZ – J. Manuel CAAMAÑO, Moral Fundamental..., pp. 71-72.
TEOLOGÍA MORAL FUNDAMENTAL I
23
esfuerzos para instaurar y respetar, en todos los campos de la ciencia, la primacía
de la ética [...]».46
Dicho todo esto, la moral católica reconoce el valor del progreso científico o
tecnológico, uniéndolo sin embargo inseparablemente a la necesidad de una
criteriología ética capaz de poner todo este progreso al verdadero e integral servicio
del hombre. Dado el espectacular desarrollo científico y técnico conseguido por la
humanidad, se hace especialmente necesaria y urgente una mayor sensibilidad ética,
una creciente conexión entre la ciencia y la conciencia.47
1.5.4 Estatuto epistemológico y fuentes de la teología moral
Para conocer cuál es el estatuto propio de la Teología Moral, es necesario
primero y con lo ya dicho anteriormente sobre su relación con la teología en general
y con las ciencias, conocer su epistemología, la cual en líneas generales consiste en
lo siguiente: la epistemología es el análisis de las condiciones de posibilidad para
Teología Moral Fundamental.
Cristian Ismael Vargas Vázquez.
que una ciencia pueda ser considerada como tal, tanto en cuanto a sus principios
como a su método de estudio. Damos por sentado que la Teología Moral, es
considerada una ciencia, pues en cuanto saber teológico, asume como suya, la
epistemología de la teología, teniendo sin embargo algunas peculiaridades que la
distinguen del saber teológico,48 tales peculiaridades consisten precisamente en su
epistemología propia, la cual tiene los siguientes rasgos:
– A la luz del Evangelio y de la experiencia humana: el CVII, acuñó esta bella
frase para expresar la peculiaridad de la epistemología teológico moral. El
estudio de los interrogantes morales, el discernimiento ético cristiano, las
decisiones morales y toda la vida moral del cristiano, han de ser
comprendidos “a la luz del Evangelio y de la experiencia humana”, es decir, a
la luz de la revelación y la razón.49 Hay que decir que el “Evangelio y la
experiencia humana” no son perspectivas paralelas o yuxtapuestas, sino que
están compenetradas entre sí, constituyen un círculo hermenéutico, el de la
razón y la fe.50
– El Evangelio y su transmisión: el “Evangelio”, se identifica aquí con la
Divina Revelación, revelación de la gracia y benevolencia divina que se
cumplió en Jesucristo. Este Evangelio es por ello fuente de toda vida cristiana
y de la reflexión teológica. Por consiguiente en la divina revelación o en el
Evangelio es donde hay que situar el contenido moral cristiano, el cual forma 23
46 Cfr. JUAN PABLO II, «Discurso a la Organización de las Naciones Unidas para la
educación, la
ciencia y la cultura – UNESCO» París, (lunes 2 de junio de 1980), en L'Osservatore
Romano. Edición
semanal en lengua española n. 24 p. 11-14.
47 Cfr. Julio L. MARTÍNEZ – J. Manuel CAAMAÑO, Moral Fundamental..., p. 72.
48 Cfr. Ibíd., p. 80.
49Cfr. Marciano VIDAL, Nueva Moral Fundamental, el hogar teológico de la Ética,
Tratados Morales
I, =Moral y Ética teológica 28, Ed. Perpetuo Socorro, Madrid, 2014, p. 564
50 Cfr. Julio L. MARTÍNEZ – J. Manuel CAAMAÑO, Moral Fundamental..., p. 82.
TEOLOGÍA MORAL FUNDAMENTAL I
24
parte de «la sabiduría salvadora acerca del hombre». En la misma revelación
entran también los lugares en que la teología basa su reflexión y por
consiguiente también la teología moral, tales lugares son: la Sagrada
Escritura, la Tradición y el Magisterio.51
– La experiencia humana: a los tres lugares teológicos dichos antes, hay que
agregar la razón humana, que es mediación imprescindible para vivir y
Teología Moral Fundamental.
Cristian Ismael Vargas Vázquez.
26
1.7 Teología Moral y Tradición
Otra de las fuentes importantes para la teología moral, es la Tradición, que
está vinculada especialmente con la Sagrada Escritura. Aunque en realidad la
Tradición es un elemento de la condición humana, como fuente de la teología moral,
no es solo el recuerdo de cosas pasadas, sino memoria viva de Jesús resucitado. Esto
significa que la Tradición nunca es mera nostalgia de cosas o formas pasadas, o
añoranza de privilegios perdidos. Detrás del concepto «Tradición» se encuentran los
conceptos Tradere y Transmittere, que reflejan los aspectos objetivos –algo que
transmitir– y subjetivos –el proceso de transmisión– de la única Tradición. Ahora
bien, la Tradición, en cuanto a su contenido, consiste en la memoria viva que se
manifiesta en la liturgia, en los testimonios de los santos Padres y doctores de la
Iglesia, en las instituciones y formulaciones que se han ido elaborando a lo largo de
la historia con la ayuda del Espíritu Santo y en las cuales los teólogos han tenido una
gran importancia. A ello se incluyen también el arte, la arqueología, la iconografía,
la epigrafía, etc., a través de las cuales se ha ido transmitiendo una parte importante
del mensaje cristiano. Habrá que distinguir sin embargo las múltiples «tradiciones»
teológicas, disciplinares, litúrgicas y devocionales nacidas en el transcurso del
tiempo en las iglesias locales. Estas constituyen formas particulares en las que la
gran Tradición recibe expresiones adaptadas a los diversos lugares y a las diversas
26
épocas y sólo a la luz de la gran Tradición aquellas pueden ser mantenidas,
modificadas o también abandonadas bajo la guía del Magisterio de la Iglesia.58
En el ámbito de la teología moral, la Tradición es de suma importancia pues
en ella y en la Sagrada Escritura la Iglesia basa su enseñanza moral59. Dice VS que
es a través de ella que los cristianos reciben la voz viva del Evangelio y es en ella
que se desarrolla la interpretación auténtica de la ley del Señor.60
1.7.1 la Tradición como criterio normativo de la moral
Si la Tradición es una de las fuentes fundamentales de la teología moral es
obvio que tiene también una gran fuerza normativa, pues así lo han puesto de
manifiesto muchas de las orientaciones y normas concretas señaladas por el
Magisterio de la Iglesia. Sirve como ejemplo aquí las orientaciones normativas en
materia del matrimonio y anticoncepción dadas en la Humanae Vitae emanada por
Pablo VI. Lo que allí se dice no es nada nuevo, solo se reafirma lo ya señalado por la
tradición, haciendo referencia a otro documento, la Casti connubii emanado por Pío
58 Cfr. Julio L. MARTÍNEZ – J. Manuel CAAMAÑO, Moral Fundamental..., pp. 106-113.
59 La Tradición y la Escritura no son «dos fuentes autónomas y separadas», están articuladas por
razón tanto del origen (divina Revelación) como de la meta (el proyecto salvífico de Dios). Se
complementan
Teología Moral Fundamental.
Cristian Ismael Vargas Vázquez.
mutuamente, no tanto por razón de la “cantidad” de contenidos revelados, cuanto por la mutua
clarificación
del ser y de la función de cada una de ellas.
60 Cfr. JUAN PABLO II, Veritatis Splendor..., n. 27.
TEOLOGÍA MORAL FUNDAMENTAL I
27
XI en 1930. Estas indicaciones reafirman a su vez la postura que la Iglesia ha
mantenido siempre sobre la el rechazo de la anticoncepción artificial y sobre la
bondad de la procreación.61
La referencia a la Tradición como fuente y lugar teológico de la verdad
moral, se refiere a las dos formas y momentos de la Tradición tal como aparecen en
los textos del Vaticano II: Sagrada Tradición o Tradición apostólica, es decir,
aquella que procede de la predicación de los apóstoles (y en la que se incluye la
Sagrada Escritura) y la Tradición eclesial, posterior y continuadora de la predicación
apostólica.62
CAPÍTULO II SAGRADA ESCRITURA Y TEOLOGÍA MORAL
2.1 La Moral en la Escritura
La moral cristiana de todos los tiempos tiene su inevitable matriz en la
Sagrada Escritura, es por ello su fuente principal. La referencia continua a la Biblia
es la garantía más eficaz y segura de la autenticidad de la vida moral de los
27
creyentes y de la reflexión teológico-moral. La reciente renovación de la teología
moral, ha puesto especial énfasis en este aspecto.63 Ahora bien, para descubrir cuál
es la aportación concreta de la SE al discurso moral, conviene tener presentes tres
presupuestos fundamentales:
a) El primero es que en la Escritura no existe una reflexión teológico-moral
como tal, de manera que simplemente se pueden destacar aquellos elementos
que son relevantes para la posibilidad de un discurso en este sentido.
b) El segundo reside en la importancia de los criterios hermenéuticos básicos
analizados en la epistemología teológico-moral.
c) El tercero es la presuposición de las aportaciones de la teología bíblica y la
exégesis, dado que la moral se nutre de sus resultados para la elaboración de
su propio discurso, pero teniendo presente que cada una de las áreas
teológicas tiene sus propios objetivos y su particular metodología a pesar de
sus mutuas implicaciones.64
2.1.1 Aspectos generales sobre la aportación de la S.E. a la Teología
Moral
Antes de adentrarnos en las aportaciones especificas que la Sagrada Escritura
ofrece a la Teología Moral, conviene señalar algunos elementos;
61 Cfr. Julio L. MARTÍNEZ – J. Manuel CAAMAÑO, Moral Fundamental..., p. 114.
Teología Moral Fundamental.
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que los diez mandamientos, en cuanto código normativo, existía también en otras
culturas del cercano oriente antiguo, sin embargo, tienen la novedad de estar
situados en el contexto de la elección divina y en el culmen de la Alianza entre Dios
y el pueblo de Israel. De esto se desprenden varios elementos que interesan a la
teología moral.
– El primero es que el Decálogo es un texto en que se pone en relación al ser
humano con Dios y con el prójimo, dando así carácter normativo al hecho
mismo de la creación, es decir, la Ley es consecuencia de la interrelación
existente entre diferentes sujetos libres, de ahí que tenga una dimensión
vertical con respecto a Dios (1er al 3er mandamiento) y otra horizontal
respecto a los demás (4to al 10mo mandamiento).
– El segundo es que la ley contenida en el Decálogo es consecuencia de una
donación previa: «Yo soy Yahveh, tu Dios que te he sacado del país de
Egipto, de la casa de esclavitud» (Ex 20,2. Dt 5,6). Esto significa que la
gracia, la donación, precede cualquier precepto. «Dios ha actuado primero y
el israelita responde». Esto significa también que la ley no tiene sentido en sí
misma, sino en cuanto está vinculada a la alianza ofrecida por Yahveh. Esto
lo expresa muy bien el Papa Francisco en la encíclica Lumen Fidei,
comenzada por Benedicto XVI y terminada por él: «El Decálogo no es un
conjunto de preceptos negativos, sino indicaciones concretas para salir del
34
desierto
del “yo” autoreferencial cerrado en sí mismo, y entrar en dialogo con Dios,
dejándose abrazar por su misericordia para ser portador de su misericordia».73
– El tercer elemento es el referente a las normas concretas y en concreto, a la
referencia y vinculación entre las normas respecto a Dios y las que son
respecto al prójimo. El Decálogo tiene una dimensión unitaria. De esta
manera en el Decálogo la moral queda enmarcada dentro de la perspectiva
73 Cfr. FRANCISCO, Lumen Fidei, (29 de junio de 2013), Carta Encíclica sobre la fe, san Pablo,
Madrid 2013, n. 46.
TEOLOGÍA MORAL FUNDAMENTAL I
34
religiosa como dos dimensiones unitarias y en que no se comprende la
separación entre moral y fe.
– El cuarto elemento hace referencia al contenido de las prohibiciones que
tienen como referencia al prójimo. Se presentan a manera de formulaciones
breves que pretenden regular el comportamiento humano en cuanto a los
actos externos. La ultima de estas formulaciones contiene un elemento
singular para la teología moral, el verbo «hämad» en hebreo y que significa
«desear» o «codiciar». Con él, se produce un salto interesante con respecto a
Teología Moral Fundamental.
Cristian Ismael Vargas Vázquez.
a los hermanos por amor de Dios. “Este es mi mandamiento, que se amen los unos a
los otros como yo los he amado” (Jn 15,12)».80
El amor a los enemigos y el cumplimiento de los mandamientos es clave en el
seguimiento de Jesús. Ahora bien, se podría pensar en base a esto, que el
seguimiento de Cristo consiste en cumplir los mandamientos, de manera que quien
los cumpla podrá llevar tranquilamente una vida moral. Ciertamente, los
mandamientos se nos enseñaron como un camino para llegar a Dios, sin embargo y
por desgracia muchos los aprendimos con un tinte negativo, es decir una serie de
prohibiciones en lugar de una serie de oportunidades para el crecimiento en el amor
a Dios y al prójimo. Aunque los mandamientos para muchos hoy siguen pareciendo
una “carga” por su tinte negativo con el que los aprendieron, la realidad es que
según la enseñanza del Señor, estos quedan también revestidos por el amor:
«Jesús lleva al cumplimiento de los mandamientos de Dios, —en
particular, el mandamiento del amor al prójimo—, interiorizando y
radicalizando sus exigencias: el amor al prójimo brota de un corazón que
ama y que, precisamente porque ama, está dispuesto a vivir las mayores
exigencias. Jesús muestra que los mandamientos no deben ser entendidos
como un límite mínimo que no hay que sobrepasar, sino como una senda
abierta para un camino moral y espiritual de perfección, cuyo impulso
interior es el amor (Col 3, 14)».81
37
De esta manera, seguimiento de Jesús consiste en adhesión a Él, a sus
actitudes, a su persona, en la vivencia de los mandamientos pero desde la dimensión
del amor.
2.3.3 Jesús y la Ley (Torá)
79 Cfr. S.Th. PINCKAERS, Las fuentes de la moral cristiana…,pp. 157-158.
80 Cfr. JUAN PABLO II, Veritatis Splendor…, n. 20
81 Ibíd., n. 15.
TEOLOGÍA MORAL FUNDAMENTAL I
37
Ya decíamos más arriba, que parte importante del seguimiento de Jesús es el
cumplimiento de los mandamientos. Él mismo lo dice al joven rico que le pregunta
sobre la vida eterna: «Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos [...].
No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no dirás falso testimonio,
honra a
tu padre y a tu madre, y amarás al prójimo como a ti mismo» (Mt 19,17-19). Con
tales palabras Jesús se presenta en continuidad con la tradición judía en la defensa de
los mandamientos, pero al mismo tiempo los sitúa en el reino de Dios, cuya puerta
de entrada está en su seguimiento. En efecto, dice al mismo joven en seguida: «Si
Teología Moral Fundamental.
Cristian Ismael Vargas Vázquez.
quieres ser perfecto, anda vende lo que tienes y dáselo a los pobres y tendrá
un
tesoro en el cielo, luego ven y sígueme» (Mt 19,21). Cuando Jesús habla sobre la ley
en el evangelio lo hace para evitar caer en los legalismos en que habían caído los
fariseos, se enfrenta con los comportamientos legalistas (Mt 23, 23 ss.) no solo en el
ámbito moral sino también en el cultico y ritual. Significativo al respecto es el
aspecto del sábado, en que Jesús hace numerosas curaciones y otras transgresiones
según la ley (Lc 13, 10-17; Jn 5, 9ss; Mc 3, 1-6) pues «el sábado se instituyó para el
hombre y no el hombre para el sábado». Lo que hace Jesús con ello, no es abolir la
ley sino darle pleno cumplimiento, situándola en su justo lugar al orientarla hacia el
Reino, hacia Dios y su oferta de salvación.
Otra cosa importante respecto de Jesús y la ley es la interpretación que él
hace de algunos mandamientos del decálogo, pues como ya dijimos los sitúa en la
perspectiva del Reino de Dios, haciendo énfasis en la importancia de «lo que
procede del corazón» significando con ello la interioridad human en su totalidad y
complejidad. Son significativas al respecto las frases «Han oído que se dijo, pero yo
les digo...» (Mt 5, 21-22.27-28). En este sentido los textos más significativos al
respecto son el sermón de la montaña y la conversación con el joven rico.82
2.3.4 Las normas concretas del Nuevo Testamento: su especificidad
Hemos apuntado ya que la moral recorre de principio a fin, el Nuevo
38
Testamento, siendo además numerosas las directrices concretas y normas de
conducta sobre diferentes ámbitos de la vida humana, sin embargo cabria
preguntarse lo que ya hemos señalado también ¿se trata de enseñanzas especificas
del cristianismo naciente? ¿Tienen carácter de permanencia y estabilidad que las
convierten en mandatos absolutos para todo tiempo y lugar? Por otro lado debemos
tener también en cuenta que algunas de las normas que más han influido en la
teología moral son las que ha dado san Pablo en algunas de sus cartas, las cuales por
lo demás deben ser interpretadas desde los presupuestos de la teología paulina, como
su idea de la justificación, la contraposición del espíritu y la carne, la vida en el
espíritu y su concepción del pecado. En este sentido destacan las llamadas tablas o
códigos domésticos (Col 3, 18-4. 4,1; Ef 5,22). Estos códigos o preceptos referentes
82 Cfr. Julio L. MARTÍNEZ – J. Manuel CAAMAÑO, Moral Fundamental..., pp. 168-170.
TEOLOGÍA MORAL FUNDAMENTAL I
38
al comportamiento familiar no son del todo originales del cristianismo, tal y como
ocurría con algunas de las enseñanzas de Jesús. La novedad es la perspectiva en la
cual se sitúan tales códigos, una perspectiva netamente cristiana, es decir, se
interpretan normas ya existentes desde la perspectiva de la voluntad de Dios.
En este sentido podemos decir que lo determinante de la moral cristiana y lo
Teología Moral Fundamental.
Cristian Ismael Vargas Vázquez.
La moral judía está dominada por la búsqueda de la justicia ante Dios. Está
determinada por la ley de Moisés con sus mandamientos y numerosas
prescripciones, costumbres y observancias que la completan, tal como la
circuncisión. Está animada por la esperanza en las promesas divinas que realizaran
el poder de Dios a favor de aquellos que observaron fielmente a Ley. En esta moral
se reconocen los rasgos principales que se atribuyen comúnmente a una moral: el
ideal de justicia mediante la conformidad de los actos a una ley, asociada a promesas
de felicidad por el merito y la felicidad.
La moral griega se ofrece bajo la forma de un templo elevado de la sabiduría,
reposa sobre la columna de las virtudes intelectuales y morales tal y como las
exponen los diálogos de Platón, la ética de Aristóteles y, más próximos a san Pablo,
las conversaciones y doctrina de los estoicos sobre las virtudes. Bajo el amparo de
esta sabiduría, inspirada por lo bello y lo bueno, y sostenida por el organismo de las
virtudes, todas las actividades del hombre están armónicamente ordenadas a la
perfección y a la felicidad del hombre. Sabiduría, virtudes y felicidad son los
fundamentos morales que se imponen en el mundo mediterráneo en tiempos de san
Pablo.
Hay además una tercera, que aunque Pablo no la mencione, seguramente
influyó en su elaboración de la doctrina moral; esta es la moral romana, que sitúa
por encima de todo la honestidad cívica, el sentido de la justicia, del orden y del 41
valor, la cual se expresa en el derecho romano.
Es necesario señalar de todo esto, que estas morales antiguas, justicia judía,
sabiduría griega y honestidad romanas no están tan lejos de nosotros como se podría
pensar. Constituyen las fuentes directas de nuestra cultura. En base a ello, la
cuestión de la moral cristiana, tal como se planteará en san Pablo, sigue siendo muy
actual a pesar de la distancia de los siglos.
Ya decíamos que san Pablo vivió un ataque frontal, un choque con las
morales de su tiempo, para él, la sabiduría griega había conducido a estos a la
locura, a la corrupción más envilecedora. Este pasaje lo dice claramente: «Porque,
habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias,
antes bien se ofuscaron en sus razonamientos y su insensato corazón se
TEOLOGÍA MORAL FUNDAMENTAL I
41
entenebreció: jactándose de sabios se volvieron estúpidos, y cambiaron la
gloria
del Dios incorruptible por una representación en forma de hombre corruptible,
de
aves, de cuadrúpedos, de reptiles. Por eso Dios los entregó a las apetencias de
su
Teología Moral Fundamental.
Cristian Ismael Vargas Vázquez.
corazón hasta una impureza tal que deshonraron entre sí sus cuerpos; a ellos
que
cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura
en
vez del Creador, que es bendito por los siglos. Amén». (Rm 1, 21 ss.).
Respecto a los judíos, Pablo critica su orgullo sin miramientos, y proclama el
fracaso radical de su justicia. Dice de ellos en Romanos: «Pero si tú, que te dices
judío y descansas en la ley; que te glorías en Dios; que conoces su voluntad;
que
disciernes lo mejor, amaestrado por la ley, y te jactas de ser guía de ciegos, luz
de
los que andan en tinieblas, educador de ignorantes, maestro de niños, porque
posees en la ley la expresión misma de la ciencia y de la verdad... pues bien, tú
que
instruyes a los otros ¡a ti mismo no te instruyes! Predicas: ¡no robar!, y ¡robas!
Prohíbes el adulterio, y ¡adulteras! Aborreces los ídolos, y ¡saqueas sus
templos!
Tú que te glorías en la ley, transgrediéndola deshonras a Dios. Porque, como
dice 42
la Escritura, el nombre de Dios, por vuestra causa, es blasfemado entre las
naciones». (Rm 2, 17-24).
Esta diatriba que destruye las pretensiones de la moral griega y judía, no es
más que una primera etapa en el cuadro de la predicación paulina: deja paso a la
moral evangélica, manifiesta su necesidad; prepara el deseo de ella por el choque
profundo que causa. Todo hombre que la escucha es interpelado en la intimidad de
su conciencia.85
Ante este panorama, ¿cual es la moral que nos presenta san Pablo? ¿Cuál será
su rasgo principal y decisivo? Ante la justicia judía y la sabiduría griega, la
respuesta de Pablo es clara, anuncia una virtud decisiva: la fe en Jesús crucificado y
resucitado que se ha convertido para todos los hombres en fuente de justicia y
sabiduría. Con ello, no rechaza la aspiración a la justicia ni a la sabiduría, pero les
proporciona un nuevo origen, no ya la virtud humana, sino lo que se puede llamar la
virtud de Dios que obra por Jesucristo. Los rasgos principales de su moral podemos
sintetizarlos en los siguientes puntos:
Desenmascara el orgullo del hombre y lo abre a la dimensión de la fe, de
esta manera san Pablo coloca al hombre en la frontera de todas las morales
humanas: orgullo o fe, confianza en uno mismo o confianza en Jesucristo,
encerrarse en uno mismo o abrirse humilde y dócilmente a la acción del
Espíritu. De este modo la moral en su conjunto se transforma, en su
Teología Moral Fundamental.
Cristian Ismael Vargas Vázquez.
que muestra la continuidad en la historia de la salvación. Aunque hay que decir que
este concepto tiene mucha más relevancia en el AT que en el Nuevo, lo cual genero
ciertas reticencias. El uso de este concepto se ve en el análisis de la carta a los
86 Cfr. Ibíd., pp. 156-176.
TEOLOGÍA MORAL FUNDAMENTAL I
43
Hebreos en el documento a la que le da casi el mismo espacio que a las cartas de san
Pablo87.
Primera parte:
En su primera parte, el documento hacer notar la existencia de dos líneas de
fondo que conviene analizar al hablar de la aportación de la biblia a la moral. La
primera es, que la moral sin ser secundaria es segunda, es decir que lo primero y
fundamental es la iniciativa de Dios, el don, con lo cual la experiencia moral es
consecuencia de la experiencia de Dios. La segunda es que la Ley don de Dios no es
un concepto jurídico, sino un concepto teológico que la misma Biblia traduce como
“camino” que requiere una preparación. Teniendo en cuenta esto, se comprende que
la moral bíblica constituye una tensión continua entre el don divino manifestado
radicalmente en la creación y la respuesta humana.
Ahora bien, según el documento, existe algo que resulta fundamental para las
consecuencias morales de la experiencia de Dios, esto es una idea precisa del ser
44
humano, hecho a imagen y semejanza de Dios que se expresa según el documento
en seis características básicas: racionalidad, libertad, posición de guía, capacidad
de actuar en conformidad con Dios, la dignidad y la relacionalidad y la santidad
de
la vida humana. de estas características antropológicas derivadas de la imagen y
semejanza de Dios, se derivan así mismo, diversas implicaciones morales: el
discernimiento, la elección y la decisión, la responsabilidad, la prudencia, la
gratitud, la justicia, el respeto y la protección y tutela de la vida. En general en la
primera parte, el documento extrae del análisis de los libros de la Biblia, las
consecuencias morales concretas de estos presupuestos generales.
Segunda parte:
En la segunda parte, el documento ofrece algunos criterios metodológicos
sobre el uso de la Escritura en la moral. Se trata de ocho criterios, dos fundamentales
y seis específicos. Estos criterios son:
Fundamentales:
+La conformidad con la visión bíblica del ser humano: el texto paradigmático de
este criterio es el Decálogo. En el se refleja la originalidad de la moral bíblica al
situarla en un nuevo horizonte que es el de la Alianza. Entre los valores que se
pueden extraer de aquí, se encuentran el respeto a la vida «no mataras» y el de la
Teología Moral Fundamental.
Cristian Ismael Vargas Vázquez.
Accademia Alfonsiana–Istituto Superiore di Teologia Morale, appunti ad uso degli studenti, Roma
2012, pp.
6-8. Traducción mía.
91 Cfr. Julio L. MARTÍNEZ – J. Manuel CAAMAÑO, Moral Fundamental..., p. 178.
92 Cfr. Servais Théodore PINCKAERS, La moral católica, Rialp, Madrid 2001, p. 28.
TEOLOGÍA MORAL FUNDAMENTAL I
48
Antes de adentrarnos en la moral de los santos Padres, conviene dar una
mirada general a las características del cristianismo de los primeros siglos, por
la
importancia que tiene en la configuración de la fe cristiana doctrinal y
vivencialmente.
a) la formación del cristianismo en los tres primeros siglos
La vida y las ideas de los cristianos, al principio estuvieron condicionadas por
la cultura religiosa del ambiente: sobre todo del mundo judío de donde procedía
el
cristianismo, pero también del mundo pagano o helenista, sin embargo esto no
fue
impedimento para que los cristianos trataran de ir viviendo y formulando la 49
vida
moral que implicaba su opción religiosa.93 Con ello podemos decir que en los
primeros siglos, los cristianos se fueron configurando en medio de dos grandes
influencias culturales, de la cuales fueron tomando elementos distintos con los
que
fueron estructurando su fe y vivencia moral.
b) un cristianismo diversificado
Sabemos que el factor originante de todo el desarrollo y extensión del
cristianismo, lo constituye el acontecimiento de Jesús, en cuanto su persona y
sus
obras. En el mensaje de Jesús de Nazaret está la razón determinante de que un
movimiento religioso palestino llegara a convertirse en un amplio religioso
cultural
y helenístico. Hay que decir sin embargo que cuando el cristianismo se fue
formando no era del todo uniforme, existían grupos con distintos rasgos según
la
persona en torno a la cual se fueron formando: Santiago el menor, Esteban,
Pedro,
Pablo, etc. Entre las principales formas de cristianos podemos mencionar las
Teología Moral Fundamental.
Cristian Ismael Vargas Vázquez.
siguientes.
1) grupos cristianos de origen judío: Hay que decir que el cristianismo sufrió
en gran medida una influencia decisivamente helenística, sin embargo, antes o
a la
par del proceso de helenización hay que reconocer la existencia de la estrecha
relación del cristianismo con el mundo judío. Jesús mismo, pudo tener
relaciones
con determinadas formas culturales helénicas pero antes de todo, era judío y
concretamente un galileo. Su universo cultural y religioso pertenece a la
tradición
judía. Sus primeros seguidores fueron judíos, insertos también en ese mismo
universo cultural y religioso, por ello podemos hablar de grupos primitivos
judeocristianos entre los cuales destacan:
93 Cfr. Marciano VIDAL, Historia de la Teología moral, II. La moral en el
cristianismo antiguo (ss.
I-VII), = Moral y Ética teológica 23, Perpetuo Socorro, 2013., p. 35.
TEOLOGÍA MORAL FUNDAMENTAL I
49
+ Los nazarenos: cristianos de origen judío, herederos de la primitiva 50
comunidad
cristiana de Jerusalén.
+ Los Ebionitas: (ebionim del hebreo: pobres): grupo judeocristiano de los
cuales,
algunos pudieron haber sido esenios convertidos al cristianismo; después del
año 70
permanecieron fieles a la Ley. La doctrina de este grupo se hizo patente en las
clementinas (cartas de san Clemente).
2) Comunidades cristianas en el mundo helenista: estas comunidades surgen
en la diáspora griega: comienzan por los grupos helenistas del circulo de
Esteban,
convertidos al cristianismo, se agrandan y adquieren predominio dentro del
cristianismo antiguo a través de las comunidades fundadas por Pablo, se
consolidan
y diversifican mediante las comunidades juánicas, las cuales tienen por lo
general
una procedencia mixta (judíos y griegos).
3) El cristianismo en la diáspora de Lengua Aramea: aunque se ha centrado
la mayor de las veces la expansión cristiana en las comunidades de dentro del
Teología Moral Fundamental.
Cristian Ismael Vargas Vázquez.
carácter moral.
c) algunas cartas de Ignacio de Antioquia: a parte del gran contenido rico en
teología, estas cartas explicitan también orientaciones para el comportamiento moral
de los cristianos, como por ejemplo: la categoría de la imitación de Cristo, la mística
del martirio y la exhortación a la caridad.
d) carta de Policarpo de Esmirna: Policarpo fue obispo de Esmirna, sufrió el
martirio hacia el año 156. De el conservamos una carta en la que en relación con la
moral, recoge los catálogos tradicionales de los deberes familiares, así como listas
de vicios y virtudes.
e) Epístola de Pseudo-Bernabé: con este nombre se conoce a un escrito
pseudoepigrafico perteneciente al grupo de los padres apostólicos. Carta se divide
en dos partes, la primera es una critica al judaísmo, concretamente a las
prescripciones rituales y ceremoniales, y la segunda es una exposición de la moral
con el esquema de los dos caminos ya usado por la Didajé.
f) el Pastor de Hermas: Hermas es el autor del escrito el Pastor, el cual, compuesto a
mediados del siglo II en Roma, describe con gran viveza, colorido y realismo la vida
de la comunidad cristiana de esa ciudad. Se trata de un sermón de carácter
apocalíptico con la intención de exhortar a la penitencia.96
Entre los escritos de tipo apologético se pueden encontrar entre otros, la carta
a Diogneto, el Ad Autolicum de Teófilo de Antioquia; la apología o dialogo
52
contra
el judío Trifón, de Justino. Estos son escritos que están dirigidos especialmente
hacia fuera de la comunidad con el objetivo de defender la fe y la moral cristiana de
los ataques que recibe. Para ello no solo describen la inmoralidad pagana sino que
también hacen una exaltación de las virtudes y costumbres cristianas.97
96 Cfr. Marciano VIDAL, Historia de la Teología moral, II..., pp. 53-62.
97 Cfr. Julio L. MARTÍNEZ – J. Manuel CAAMAÑO, Moral Fundamental..., p. 180.
TEOLOGÍA MORAL FUNDAMENTAL I
51
3.3.2 El diálogo con el mundo griego y latino durante los siglos II y III
A partir del siglo II se inician las Escuelas de catecúmenos y se van
configurando también las principales tradiciones patrísticas, con características
propias según los distintos autores y comunidades en que nacieron, de ahí que se
hable de tradición asiática, africana, alejandrina, etc. Cada una de estas tradiciones y
sus autores aportan algo propio a la reflexión y a la manera de vivir el cristianismo.
Por otro lado, los siglos II y III revisten cierta problemática por su complejidad, pues
mientras que se esperaba el inminente final, se fue elaborando un comportamiento y
una moral para el «mientras tanto». Esto se va haciendo con energía y con esfuerzo
racional y en dialogo y confrontación con las diferentes concepciones filosóficas que
Teología Moral Fundamental.
Cristian Ismael Vargas Vázquez.
Probablemente uno de los autores que mejor refleja el espíritu de esta época es san
Anselmo de Aosta es una conjunción entre monje e intelectual y uno de los autores
de mayor influencia escolástica. Autor de una de las frases más celebres sobre la
relación entre la fe y la razón: «Fides quarens intellectum». Su obra es bastante
amplia y no esta de ella, ausente la moral, en sintonía con sus presupuestos
teológicos en que tiene lugar preponderante la verdad, la libertad y la rectitud. En
estos presupuestos se encuadra para san Anselmo la correlación inquebrantable entre
la intención y la verdad, problema que no dejará luego de ser abordado hasta
nuestros días.
3.4.3 Controversia moral entre Pedro Abelardo y san Bernardo
De hecho la primera gran polémica entre el valor de la intención y la verdad
del objeto de la acción tendrá su expresión entre uno de los grandes autores de la
edad media, como es Pedro Abelardo (1079-1142) y el denominado «campeón de la
cruzada armada» y abad del Cister, Bernardo de Claraval. (1090-1153) Pedro
Abelardo, era un filosofo y teólogo muy particular, un hombre libre, con una gran
confianza en si mismo y una gran pasión por todo aquello que hacia. Fue uno de los
primeros profesores de universidad y elaboro numerosos tratados teológicos. En
cuanto a la moral, destaca sobre todo su corta y repetitiva obra conocida como
«Ética o conócete a ti mismo» donde el tema principal es valor de la intención y el
pecado, que define como despreciar al creador.
58
Ahora bien, en el fondo lo que defiende Abelardo es una ética de la intención,
en donde la obra únicamente se puede considerar buena cuando es buena la
intención con la que se hace: «ni el merito ni la gloria están en la obra misma, sino
en la intención del que la ejecuta. El mismo acto es a menudo realizado por
diferentes personas, unas con justicia y otras con maldad». De ahí que, a su juicio,
«solamente Dios que no tiene en cuenta tanto lo que se hace como el espíritu o la
intención con la que se hace, valora según verdad la mancha en nuestra intención y
examina con juicio verídico la culpa».
San Bernardo por el contrario, representa el lado opuesto, un hombre que tras
una vida recluida en la meditación, decide salir al mundo para combatir, con la
fuerza de la fe, todas las «innovaciones peligrosas» y en las que Abelardo representa
el nuevo Pelagio al que ve necesario ponerle freno. De hecho lo denuncia
fuertemente ante el Papa Inocencio II, hecho que afectara la comprensión teológica
de Abelardo en el futuro. En la cuestión moral lo que pretende san Bernardo es
defender tanto el valor de las obras como la concepción del pecado como acto en sí
mismo.101 San Bernardo reconoce naturalmente la importancia de la intención
101 Cfr. Julio L. MARTÍNEZ – J. Manuel CAAMAÑO, Moral Fundamental..., pp. 194-201.
TEOLOGÍA MORAL FUNDAMENTAL I
57
Teología Moral Fundamental.
Cristian Ismael Vargas Vázquez.
expresa necesariamente en la caridad. Los preceptos están en función del amor y las
virtudes son cauces para la comunicación de la bondad moral. El ejemplarismo
cristológico, el primado de la caridad y el voluntarismo son los puntos claves de la
síntesis doctrinal de san Buenaventura.104
Cristo verbo de Dios, fuente de todas las ciencias, ejemplar supremo, es el
punto de partida de su moral. Toda criatura viene de Dios y de Cristo y vuelve a
Dios, siguiendo los ejemplos de Cristo. La moral es pues un Itinerarium mentis ad
Deum.105
Con todo, s. Buenaventura no tiene una obra sistemática de moral, aunque su
aportación es importante en cuanto que la introduce dentro de un sistema teológico,
en el camino del hombre hacia Dios.106
b) Santo Tomás de Aquino
Tomás de Aquino es el máximo representante de la teología dominicana del s.
XIII, de la teología medieval e incluso de la teología católica en general. En la
historia del pensamiento ético occidental, santo Tomás se destaca como un hito de
tanta magnitud como Aristóteles o Kant. La moral de santo Tomás representa la
síntesis más grandiosa que jamás se haya intentado. En el curso de los siglos
mostrará su fecundidad en múltiples floraciones.107
De entre sus obras destaca su gran Suma Teológica obra de carácter
teológico-filosófico. Se trata de una obra extensa, minuciosa, con carácter didáctico
60
y aun incompleta, dado que tuvo que interrumpirla poco antes de morir. En ella
busca ofrecer un compendio de la doctrina sagrada a través de un dialogo continuo
entre fe y razón. La divide en tres grandes partes: 1) Dios; 2) el camino del hombre
hacia Dios; 3) Cristo, el cual, como hombre, es el camino de nuestra marcha hacia
Dios. La moral se encuentra en la segunda parte que a parte, es la más extensa.
Merece la pena ver el esquema general de esta segunda parte, al cual se subdivide en
dos:
I-II (PRIMA SECUNDAE)
Bienaventuranza, fin del hombre (q. 1-5)
Actos humanos (q. 7-21), pasiones (q. 22-28), hábitos (q. 49-54)
Virtud (q. 55-67), dones (q. 68-70), vicio y pecado (q. 71-89)
Ley en general (q. 90-97), antigua (q. 98-105), nueva (q. 106-108)
Gracia (q. 109-113), merito (q. 114)
104 Cfr. Marciano VIDAL, Historia de la Teología moral, III..., pp. 485-494.
105 Louis VEREECKE, «Historia de la teología moral», en Nuevo diccionario de Teología
Moral..., p.
827.
106 Cfr. Julio L. MARTÍNEZ – J. Manuel CAAMAÑO, Moral Fundamental..., p. 203.
107 Cfr. Marciano VIDAL, Historia de la Teología moral, III..., p. 553.
Teología Moral Fundamental.
Cristian Ismael Vargas Vázquez.
Moral..., p. 826.
Para una buena síntesis de la moral de santo Tomás, se puede consultar el libro de Pinckaers: las
fuentes de la moral cristiana, que hemos estado citando en el curso. pp. 272-281.
TEOLOGÍA MORAL FUNDAMENTAL I
60
occidente que lleva a la ruptura de “la cristiandad”, y al exterior de la iglesia
acontecimientos importantes como hambrunas, la peste negra, el descubrimiento de
América, en la ciencia, surgen Copérnico, y Giordano Bruno.110
Para la cuestión moral, es una época también importante, una época de luces
como el hecho de que durante este periodo se van elaborando algunas reflexiones en
el ámbito de la moral profesional, cuyo exponente más destacado es Antonio de
Florencia. Se elaboran también tratados sobre la justicia social y sobre moral
financiera. Pero también una época de sombras debido a la gran cantidad de cambios
sociales y a la incertidumbre que estos generaron. He aquí una panorámica sombría
de este periodo:
«Caracterizase el siglo XIV por una recrudescencia de barbarie, como un
salto atrás en la carrera de la civilización. Reinan por doquier la crueldad
y la lujuria, la sórdida codicia y el anhelo de medros ilícitos; desbócanse
todos los apetitos de la carne; el criterio moral se apaga. La iglesia gime
cautiva en Aviñón, cuando no abofeteada en Anagni; crecen las herejías y 62
los cismás; brotan los pseudoprofetas animados de mentido fervor
apocalíptico; guerras feroces sin plan ni resultado ensangrientan la mitad
de Europa; los reyes esquilman a sus súbditos o se convierten en
monederos falsos; los campesinos se levantan contra los nobles, y
síguense de una parte y de otra, espantosos degüellos y devastaciones de
comarcas enteras. Para deshacerse de un enemigo se recurre
indistintamente a la fuerza o la perfidia; el monarca usurpa el oficio del
verdugo; la justicia se confunde con la venganza; hordas de bandoleros o
asesinos pagados deciden la suerte de los imperios; el adulterio se sienta
en el solio; las ordenes religiosas decaen o siguen tibiamente las huellas
de sus fundadores; los grandes teólogos enmudecen y el arte tiene por
forma casi única la sátira»111
Con todo, en este periodo a moral cobrara un nuevo auge gracias al
nominalismo y sobre todo al gran Guillermo de Ockham.
3.4.6 Guillermo de Ockham y Martín Lutero
a) Guillermo de Ockham
Nacido al sudoeste de Londres en el condado de Surrey, hacia 1290,
Guillermo de Ockham nunca llego a obtener el grado de «maestro en Teología» por
ser acusado de sostener doctrinas peligrosas, permaneciendo como bachiller toda su
Teología Moral Fundamental.
Cristian Ismael Vargas Vázquez.
vida, de ahí el apodo de venerabilis inceptor. Sin embargo, es una de las grandes
110 Cfr. Julio L. MARTÍNEZ – J. Manuel CAAMAÑO, Moral Fundamental..., p. 209.
111 Cfr. M. MENÉNDEZ PELAYO, Historia de los heterodoxos españoles, I (Madrid,
19652) p. 513.
Citado por: Marciano VIDAL, Historia de la Teología moral, III..., p. 658.
TEOLOGÍA MORAL FUNDAMENTAL I
61
mentes del siglo XIV iniciador de una nueva manera de pensar, uno de los
principales exponentes del nominalismo.
En su pensamiento moral, sobresalen y se radicalizan las dos intuiciones
fundamentales del nominalismo:
El valor de lo singular; la razón ha de moverse en un mundo contingente
El predominio del voluntarismo
De la primera intuición deduce la contingencia de la moral, y de le segunda
deduce que la moral se concreta en la obligación y por tanto en el ejercicio de la
voluntad libre mediante la practica de los mandamientos.
El planteamiento moral de Ockham se puede calificar como una verdadera
revolución moral ockhamista en la que no son referentes incuestionables “ni san
Agustín ni Aristóteles” frente a las teorías aristotélicas que tienen una comprensión
articulada de las naturalezas, Ockham acentúa en Dios la omnipotencia y la libertad
63
soberana. Los fundamentos de la moralidad de los actos humanos están en la libre
determinación de su voluntad, pero esta libertad debe obedecer a la voluntad de Dios
que se manifiesta en la Escritura.
De esta postura moral se desprende una consecuencia importante. Si el sujeto
humano es libre ante Dios, a fortiori lo es también y mas todavía ante las
autoridades humanas, políticas o religiosas. La moral de Ockham afirma los
“derechos y libertades” de que debe gozar toda persona.
Para él no queda más que la realidad individual, única en su existencia
singular, ya que todo universal no tiene para él más que un “valor nominal”. De ahí
que la moral deba también ser pensada en forma atomística. Para él, no hay una
finalidad global ni una inclinación natural al bien o a la felicidad, ni unos hábitos ni
virtudes, como sostenía Tomás de Aquino. Un acto libre es fruto de una decisión,
procede del poder de autodeterminación. A esta libertad humana, se contrapone la
libertad de Dios, dueño absoluto de la ley moral y de todas las leyes de la creación.
Dios es para Ockham la realización absoluta de la libertad gracias a su
omnipotencia. Dios no puede someterse a ninguna ley, ni siquiera moral; su
voluntad libre es la única causa y el origen de la moral.
La moral nace del encuentro entre la libertad humana con la libertad divina.
Consiste en la realización de la dependencia del sujeto humano con relación a Dios.
Teología Moral Fundamental.
Cristian Ismael Vargas Vázquez.
Así la voluntad divina se expresa en una ley que la persona tiene que conocer y
aplicar. El significado principal de la moral ockhamista consiste en sustituir la
TEOLOGÍA MORAL FUNDAMENTAL I
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moral de la felicidad por la moral de la obligación. En lugar de una moral de las
virtudes se instaura una moral de los mandamientos.112
La moral de Ockham se integra dentro de una situación histórica
caracterizada por nuevos intereses y divisiones que dan lugar a una reacción
fuertemente crítica de diferentes autores caracterizada también, por un fuerte
pesimismo antropológico, y búsqueda de seguridad moral.
b) Martin Lutero
Con Guillermo de Ockham se da en la evolución de la teología moral un
«punto de ruptura y un comienzo nuevo», algo que será continuado por autores
como Juan Guerson (1363-1429), Antonio de Florencia (1389-1459) o su discípulo
Gabriel Biel (1410-1496). Pero además se trata de un periodo de profundas
transformaciones, de crisis del papado, fracasos de los concilios reformadores,
problemas en la vida interna de la iglesia, el humanismo, etc; una etapa complicada
que va abriendo la puerta a un nuevo y decisivo acontecimiento de la historia de la
iglesia, que es la reforma protestante. Es aquí donde surge la figura excepcional del
monje agustino Martin Lutero, que recoge muchos de los elementos esenciales de la 64
religiosidad cristiana medieval, de san Agustín y del nominalismo, a los que añade,
su gran pasión por la Escritura y especialmente por Pablo de Tarso.
Lutero era un monje pasional y polémico, algo que en la controversia sobre
las indulgencias llegó a un punto muy álgido al clavar sus 95 tesis en la puerta de la
iglesia del castillo de Wittenberg. Pero, en realidad, la problemática de las
indulgencias no fue más que el elemento desencadenante de un problema teológico
de mucho más calado, como es el problema de la justificación. Porque a su juicio
solo Dios salva, pero también solo él perdona, y ni los papas, ni los obispos pueden
atribuirse el poder de vender unas indulgencias que únicamente solo la fe consigue
y, en el ultimo termino, solo Dios ofrece. Evidentemente la confrontación con la
gran iglesia estaba servida, iniciándose así una de las grandes divisiones del
cristianismo que, a pesar de los reencuentros conseguidos, llega hasta nuestros días.
Ahora bien, hay algo que es importante señalar en lo que a la moral se refiere,
se trata de la concepción luterana de la libertad en su realización concreta, porque
Lutero no niega que el ser humano sea libre como tal, sino que la libertad humana
tenga un papel en relación con la salvación, dado que esta es algo que tan solo a
Dios corresponde, es decir, que la justificación no viene por las obras sino
únicamente por la fe y en donde Él tiene la palabra definitiva. Por eso afirma que:
Teología Moral Fundamental.
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penitencial pudiera producir frutos. En tal modo inicia pues, un nuevo genero
literario y canónico que durará hasta el Concilio de Trento, en el cual se instaurará
una nueva disciplina penitencial. Esta obras son conocidas bajo el nombre de sumas
las compuestas en esta época son de un doble genero:
⊕Sumas con el solo aspecto canónico, en las cuales no aparece el tratado
personal sobre las virtudes sino solo aquellas cosas que sirven para cuestiones
113 Cfr. Julio L. MARTÍNEZ – J. Manuel CAAMAÑO, Moral Fundamental..., pp. 213-215.
TEOLOGÍA MORAL FUNDAMENTAL I
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practicas. Estas sumas fueron compuestas en su mayoría por los dominicos
que eran los grandes confesores de ese tiempo.
⊕Las sumas en las cuales se ofrece no solo la praxis inmediata, sino también la
doctrina general y teorética sobre las virtudes.114
De entre las más conocidas sumas podemos mencionar las siguientes: el
confesional de san Antonino de Florencia, la Summa astesana, de Astesano de
Astila, la summa pisana o pisanella de Bartolomeo de Pisa, la summa baptistiana y
rosella de Bautista Trovamala, la Summa angelica de Ángel Carletti, el confesional
de Gerónimo Savonarola. Muchas obras de este género, resurgieron incluso en los
siglos posteriores. Prácticamente el numero de obras de este estilo es inabarcable.115
3.5 La teología moral en la modernidad (ss. XVI-XX)
66
Los siglos XV y XVI se caracterizan por una serie de acontecimientos que
serán decisivos para la historia tanto al interno de la iglesia como fuera de ella.
Los últimos siglos de la Edad Media, serán decisivos en la configuración de
la teología moral, por un lado esta disciplina se va haciendo cada vez más
independiente del tratado de la teología sistemática en general sino que se va
relacionando cada vez más con el derecho canónico y con el sacramento de la
penitencia algo que marcara todo su desarrollo posterior.
Con todo, el siglo XVI representa un momento muy significativo en la
historia de la teología y de la moral. Es la época del renacimiento Tomista, en donde
la suma de santo Tomás sustituye como manual al libro de las sentencias de pedro
lombardo y donde hacen su aparición los autores vinculados a la denominada
escuela de salamanca, que no solo comentan la Suma Teológica, sino que además
construyen obras imponentes de filosofía y teología aunando el método tomista, las
aportaciones nominalistas y los problemas del nuevo tiempo que va surgiendo. Entre
los autores más destacados de este periodo se encuentran los salmantinos: Melchor
Cano, Francisco de Vittoria, Domingo Soto, o Domingo Bañez.
A esto hay que añadir el nacimiento de una nueva congregación religiosa,
con un estilo propio y una espiritualidad especifica que marcará profundamente el
desarrollo ulterior de la moral: se trata del nacimiento de la compañía de Jesús
Teología Moral Fundamental.
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planteamiento que delata sus raíces nominalistas, o bien como exigencia de la razón
humana, con lo que ni siquiera se plantea la eventual cuestión de la especificidad de
la moral cristiana.
Además, el énfasis creciente sobre los «casos» discutidos, que andando el
tiempo llegaría a justificar la aparición de obras únicamente dedicadas a tales
discusiones, llevaría a la Teología Moral a un casuismo necesario, pero con
frecuencia exagerado.119
Evidentemente, no se puede negar la intención positiva de fondo que tenían
las Instituciones Morales, al preocuparse de la salvación de los creyentes en sus
situaciones particulares, pero de esta manera la moral se vio atrapada en numerosas
119 Cfr. José-Román FLECHA ANDRÉS, Teología Moral Fundamental..., pp. 54-55.
TEOLOGÍA MORAL FUNDAMENTAL I
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nociones jurídicas que la llevaron hacia connotaciones a veces negativas,
reduciéndola en exceso al pecado y vinculándola más con el derecho y el
sacramento de la penitencia que con el conjunto de la vida cristiana y con su
enraizamiento cristológico, perdiendo así, su carácter prospectivo: «la invasión del
juridicismo, trajo consigo entonces una importante consecuencia en la misma
organización de la sistematización de la moral. Esta, en su formulación clásica,
abandonó su antigua estructuración en torno a las virtudes que hay que cultivar, es 69
decir, como la construcción positiva del ser moral, por la de los mandamientos de
Dios y de la Iglesia».120
3.5.3 El probabilismo y los sistemas morales
Las instituciones morales representan, una nueva forma de hacer teología
moral ajena al Dogma a la fe y a la Escritura para centrarse en la resolución de casos
de conciencia; una función que, si carecer de importancia desde luego empobrecía la
moral. De alguna manera representan la confluencia y el aterrizaje del nominalismo
y las preocupaciones tridentinas en el ámbito más concreto de la moral cristiana y en
las problemáticas en torno a la conciencia.
Una conciencia concebida de manera que aparece siempre subordinada a la
Ley (decálogo) y que tiene como punto de referencia, al pecado. Es decir, una
conciencia en que Ley y pecado, se convierten en los referentes últimos desde donde
analizar su proprio papel de juez en casos particulares. El problema es que ni la ley
es siempre del todo clara, ni las situaciones son siempre iguales, con lo cual puede
ocurrir que algunas decisiones sean simples probabilidades ante casos inciertos. Por
eso la moral casuista es una moral cuyo principal centro de atención es el
probabilismo y sus problemas.
Es así en este periodo surgen los llamados sistemas morales, los cuales eran
maneras o posiciones y criterios de juicio para afrontar situaciones de ley dudosas.
Teología Moral Fundamental.
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Es decir, ¿qué hacer en caso de Dubio Iuris?, seguir una ley incierta o seguir la
conciencia personal. Dicho de otro modo: ¿qué es lo primero y más importante, la
ley o la conciencia? la respuesta se refleja precisamente en la variedad de los
sistemas morales que van desde el rigorismo más absoluto hasta el laxismo más
audaz, en medio de los cuales encontramos vías también muy variadas. En concreto
podemos encontrar hasta siete sistemas distintos: Tutciorismo absoluto (rigorismo),
Tutsiorismo mitigado, probabiliorismo, compensasionismo, equiprobabilismo,
probabilismo y laxismo.
Estos sistemas se basaban para las soluciones de los casos de conciencia, en
las opiniones autorizadas o en las sentencias más generalizadas en un determinado
120 Cfr. Julio L. MARTÍNEZ – J. Manuel CAAMAÑO, Moral Fundamental..., p. 222.
TEOLOGÍA MORAL FUNDAMENTAL I
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caso. El problemas con estos sistemas era cuando los moralistas no se ponían de
acuerdo a la hora de dar una solución al caso.
Es así, que algunos de estos sistemas o (soluciones a casos de conciencia)
privilegiaban siempre el seguir la ley y otros privilegiaban el seguimiento de la
conciencia.
Los principales sistemas que privilegiaban el seguimiento de la ley son:
a) Tutsiorismo absoluto o rigorismo: este sistema moral afirma que basta una
70
mínima probabilidad sobre la existencia de una ley para estar obligados al
cumplimiento de la misma. Se puede seguir la conciencia solo cuando se está
absolutamente seguro de que tal ley no existe.
b) El probabiliorismo: este sistema defiende que no es necesaria una opinión
probabilísima favorable a la conciencia, para poder rechazar la ley; basta una
opinión “más probable”. Es decir que había que seguir la opinión más probable
aunque no fuera cierta y más si estaba a favor de la ley.
Los sistemas que privilegiaban el seguimiento de la conciencia son:
a) Probabilismo: admitía que para obrar prudentemente es preciso obrar según la
prudencia; y obra prudentemente quien sigue la conciencia basado en una razón que
sea verdaderamente probable, aunque la opinión que aconseja seguir la ley “fuese
más probable”.
b) El laxismo: es la antítesis del tutsiorismo absoluto o rigorismo. Afirma que la ley
para obligar, debe ser tan cierta que haga improbable o poco probable la opinión que
está a favor de la conciencia. De manera que actuaría prudentemente quien siguiera
una opinión favorable a la conciencia aunque esta fuera mínimamente probable. Esta
doctrina del laxismo fue condenada por Inocencio XI, en un decreto oficial el 4 de
marzo de 1679.121
E aquí algunos ejemplos de las afirmaciones del laxismo:
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34. Es lícito procurar el aborto antes de la animación del feto, por temor de que
la
muchacha, sorprendida grávida, sea muerta o infamada.
35. Parece probable que todo feto carece de alma racional, mientras está en el
útero, y que
sólo empieza a tenerla cuando se le da a luz; y consiguientemente habrá que
decir que en
ningún aborto se comete homicidio.
121 Cfr. Domenico CAPONE, «Sistemas Morales», en Nuevo diccionario de Teología
Moral..., pp.
1710-1711.
TEOLOGÍA MORAL FUNDAMENTAL I
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48. Tan claro parece que la fornicación de suyo no envuelve malicia alguna y
que sólo es
mala por estar prohibida, que lo contrario parece disonar enteramente a la
razón.
49. La masturbación no está prohibida por derecho de la naturaleza. De ahí que
si Dios no 71
la hubiera prohibido, muchas veces sería buena y alguna vez obligatoria bajo
pecado
mortal.
50. La cópula con una casada, con consentimiento del marido, no es adulterio;
por lo
tanto, basta decir en la confesión que se ha fornicado.
59. Es lícito absolver a los que se han confesado sólo a medias, por razón de
una gran
concurrencia de penitentes, como puede suceder, verbigracia, en el día de una
gran
festividad o indulgencia.
60. No se debe negar ni diferir la absolución al penitente que tiene costumbre
de pecar
contra la ley de Dios, de la naturaleza o de la Iglesia, aun cuando no aparezca
esperanza
alguna de enmienda, con tal de que profiera con la boca que tiene dolor y
propósito de la
enmienda.122
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