El Poder de Dios Fuente de Toda Energia

Descargar como doc, pdf o txt
Descargar como doc, pdf o txt
Está en la página 1de 8

Marthadina Mendizábal

EL PODER DE DIOS, FUENTE DE TODA ENERGÍA

Referirse a la energía desde la perspectiva espiritual es una tarea previa ineludible para
abordar el tema del medio ambiente. Esta tarea nos lleva a reflexionar en el significado
del término en el ámbito sobrenatural y a reconocer el verdadero origen de la energía
que está en Dios mismo. Pero obliga también a referirse a prácticas que exaltan la
energía y que se han expandido en el mundo actual como parte de cosmovisiones,
movimientos y doctrinas humanas.

Tal vez habría sido una medida sensata reemplazar el término “energía” por el de
“poder de Dios”. Personalmente me aferro a la idea de que, puesto que la Biblia nos
describe a lo largo de todos sus libros, diferentes manifestaciones del poder sobrenatural
del Espíritu Santo, no hay razón para que nos desanime la profusión del término en el
mundo y la ciencia, las prácticas cientificistas, e incluso el uso del término bajo la
dirección de otros espíritus pero no del Espíritu Santo. Es claro que la sabiduría y
comprensión espiritual es lo único que nos permite comprender el significado de la
energía como poder de Dios.

No es mi intento enmarcar el poder de Dios en estructuras y conocimientos humanos.


Sólo pretendo presentar argumentos sobre la dimensión espiritual y el verdadero origen
de la energía, que son contrarios a doctrinas humanas, principalmente porque éstas: (a)
que reducen la verdad sólo a aquello que puede conocerse a través del método
científico; (b) tergiversan deliberadamente la Verdad para confundir aún a los creyentes;
y (c) invitan a adorar al objeto creado y no al Creador.

Dios es fuente de fuente de toda energía para obrar el bien

A partir de los significados ya enunciados en el anterior capítulo, trataremos de


adentrarnos en la dimensión espiritual del término “energía” para lo cual analizaremos
la acción de Dios como fuente de todo poder sin límites para crear, transformar y para
hacerlo de manera eficaz y con propósito; también describiremos el poder con el que
Dios opera a través del Espíritu Santo y la fe en el Hijo para operar los propósitos de
Dios.

Los significados de “energía” ya considerados se resumen en “capacidad y poder con


propósito para generar, transformar y hacerlo con eficacia”. Así es como los seres
humanos entendemos por la energía física visible y/o perceptible a nuestros sentidos.
Pero más allá de la energía así experimentada, podemos también percibir una energía
sobrenatural no visible ni siempre percibida, pero que tiene manifestación en la realidad.
La Biblia nos relata numerosas descripciones que nos remiten a una capacidad y un
poder inimaginable desplegado por Dios, ya sea para crear el universo, el sol1 como
principal fuente de energía física para la Tierra; para crear nuestro planeta con todas sus
fuentes derivadas de energía y las leyes que rigen la transformación de todas las formas
de energía dentro de la naturaleza física creada. Pero también el poder de la energía con
la que Dios creó la vida humana para adaptarse, innovar y transformar la naturaleza
física que le fue entregada para hacer según sus propósitos divinos.
1
Sin pretender limitar la importancia del resto de astros, nos restringimos a esta fuente principal de
energía para la Tierra.
En efecto, en el plano físico, la creación toda es movida por energía. Es en la naturaleza
física donde las diferentes formas de energía tienen expresión material, lo mismo que en
la vida y lo que no tiene vida, incluidos los intangibles mecanismos naturales que
cumplen funciones ecológicas para resguardar equilibrios2 sutiles de la biosfera dentro
de la cuales la vida humana se desarrolla.

La energía creada y controlada por el Creador de todas las cosas atraviesa la naturaleza
física y es imprescindible para la vida humana, el mantenimiento de su temperatura y
metabolismo. Pero la energía espiritual es esencial para la transformación de la
naturaleza humana en virtud del poder operado por el Espíritu Santo. La naturaleza
humana adquiere una nueva naturaleza: la naturaleza espiritual, la esencia misma de
Dios al habernos creado a su imagen y semejanza.

Esta forma de visualizar la energía nos permite percibir más allá de la naturaleza física,
para encontrarnos con una realidad espiritual que nunca llegaríamos a entender si nos
limitáramos a contemplar las consecuencias del poder destructivo de los seres humanos,
expresado entre otras cosas, en la degradación de su medio ambiente.

Fuente de todo poder sin límites

El universo se expande, y aunque la ciencia se esfuerza por conocer lo que por sí misma
no puede conocer, sabemos que existen infinitos campos de energía codiciados pero
inaccesibles para la humanidad. La palabra revelada a través de la Biblia nos grafica de
manera figurada a un Dios que los cielos no pueden contener, y que Él está en control
del universo.

Este poder evidente en los cielos puede describirse a partir del significado que tiene su
origen en la palabra griega “megaleiotes” que quiere decir “majestuoso y magnífico”.
A.W Tozer escribe que “Dios es exaltado muy por encima del universo creado; tan por
encima que el pensamiento humano no es capaz de imaginárselo”3 Este texto no se
refiere a una distancia física sino a una calidad del ser como no la hubo jamás ni la
habrá: Jesucristo el Hijo y el Espíritu Santo que le manifiesta. Este poder
“megaleoiotes” es imperceptible a los sentidos humanos, pues las cosas del espíritu se
disciernen en el espíritu. Es sólo en nuestro espíritu que podemos llegar a asir la
presencia majestuosa de Dios.

Ahora bien este Dios exaltado es omnipotente, es decir tiene todo el poder, es
Todopoderoso; su poder es absoluto, no tiene límites y es incomparable con nada de lo
que la razón humana pudiera conocer y reconocer porque los seres humanos fuimos
creados con limitaciones. Pero tal omnipotencia no es se limita a un nombre asignado a
la suma de todo el poder que podemos concebir, sino que se refiere al poder absoluto de
Dios para obrar sobre el universo, algo que Dios continúa haciendo sin desgaste de
energía alguna para su obra, puesto que es Él mismo quien ha creado todo de acuerdo a
un plan perfecto.

La fuente misma de toda energía mueve todo el sistema a nivel de cosmos y todo lo que
contiene nuestro planeta Tierra, dirigiéndose al propósito de expandir su Reino, aquí en
2
El equilibrio que funciona el conjunto de ecosistemas en la tierra es un equilibrio dinámico.
3
A.W.Tozer. Op Cit
la Tierra y más allá. A.W.Tozer señala que “es la fuente de todo el poder que existe, y
puesto que una fuente debe ser al menos igual a todo cuanto emana de ella, por fuerza,
Dios es igual a todo el poder que existe.”4 Por otra parte, L.Blacutt dice “considero que
cuando hablamos de la energía, hablamos del poder de Dios y el poder de Dios aunque
invisible, puede ser comprendido por medio de las cosas creadas”5.

“Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente
visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas
hechas, de modo que no tienen excusa” (Romanos 1:20)
Poder eficaz para crear

Dios ejerce una capacidad para crear algo de la nada, que en griego equivale al poder
“arche”6, esto es “el poder que da a luz algo de si mismo como la fuente o inicio”.

La creación misma revela un despliegue de energía de magnitud infinita,


incomprensible para la mente humana - sin dejar de estar presente a través de la misma
creación- poder que fue activado a través del Espíritu Santo cuando Dios ordenó por Su
palabra y ésta produjo la creación conforme a lo que habló.

Levanten los ojos a lo alto y vean. ¿Quién ha creado estas cosas? Es Aquel que saca el
ejército de ellas aun por número, todas las cuales él llama aun por nombre. Debido a la
abundancia de energía dinámica*, porque él también es vigoroso en poder, ninguna de
ellas falta. (Isa 40:26)
(*otras versiones: por la grandeza de su fuera y la fortaleza de su poder”)

Este poder “arche” no contradice los fundamentos científicos, y en particular, las leyes
físicas. Así la ley de conservación de la energía establece que la energía y la materia no
pueden crearse ni destruirse, y la ley de la entropía 7 que señala que la energía se
degrada en todos los procesos físicos. Tales leyes de cumplimiento cabal y perfecto nos
conducen a la evidencia de que vienen de una mente suprema y perfecta, un poder
absoluto. Esto es Dios, el autor de toda la creación.

Y por este mismo poder arche que reside en Dios, Él es el creador de todo lo que tiene
vida, y aún de lo que no la tiene. Se trata de un poder inimaginable e incomprensible
para la mente humana, que emana de la palabra de Dios y que es compartido por la
Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo que trabajan en perfecta unidad y armonía: tres
en uno, actuando de manera sinérgica haciendo una misma fuente de toda energía en la
Tierra y el universo.

En la creación, la Palabra de Dios crea y penetra en el universo; es el poder en


operación para hacer lo que Dios dice y lo que hace que el universo sea un cosmos con
un orden coherente y no un confuso caos. La Palabra “logos” en griego, significa
palabra y razón. Él habló la Palabra de poder de tal manera que los seres humanos

4
A.W.Tozer, Op Cit.
5
Entrevista a Luis Blacutt, físico PhD
6
Término que en inglés significa “arc”, de donde viene el significado descrito.
7
Leyes de la termodinámica, ciencia que estudia las leyes de transformación de la energía, que fueron
formuladas en el siglo XVIII
podamos entender el logos que opera en la mente de Dios Así, cuando Juan declaró que
“En el principio era el Verbo, y el verbo era con Dios y el Verbo era Dios” (Jn 1:3)
quiso decir que Jesús es el logos, la mente encarnada de Dios o la mente de Dios que se
hizo hombre.8

El Espíritu Santo es el poder que operó todo lo que Dios habló por su Palabra. Es por
esta Palabra que Él ha hecho realidad el plan de la creación para la Tierra y la expansión
del universo. Y como parte de este plan, ha estructurado la Tierra con sus ecosistemas y
leyes físicas y ordenanzas que rigen los mecanismos de la naturaleza física. Pero
también es por la Palabra que Dios establece leyes morales que prescriben el
comportamiento humano. La palabra es pues, la fuente de poder eficaz que da vida y
sustenta la naturaleza física en el sistema Tierra y que da el poder para que los hombres
pueden “transformar el conocimiento en devoción y la fe en sacrificio devocional” 9

Poder con propósito

Ahora bien, veamos el propósito de los dos elementos de la creación que interesan y que
dan sentido a la existencia del medio ambiente total. La naturaleza física fue creada
como escenario para el desarrollo de la vida humana, con leyes que rigen la
reproducción de los mecanismos naturales para que estos funcionen de manera de
garantizar un cierto equilibrio dinámico en el tiempo. Dios creó el conjunto de
ecosistemas con abundancia de recursos naturales (minerales, vida animal y vegetal)
para que el hombre los disfrutara y los administrara bajo principios establecidos como
parte del orden divino.

Por otra parte, Dios nos creó a los seres humanos para que le amemos con nuestra alma,
corazón y mente; esto es, conocerle a Él para comprender y ejecutar sus ordenanzas en
las siete áreas para las cuales nos ha revelado: “el mundo natural, las sociedades, las
empresas, las escuelas, el gobierno, la ciencia y las artes”10.

Para esto, el hombre en el planeta debía ocupar el territorio, aprovechar las capacidades
ambientales y gobernar la naturaleza física como provisión de energía necesaria para
sustentar nuestras necesidades y desarrollarnos en todas nuestras potencialidades. Esta
tarea supone, tal como abundaremos más adelante, conocer los límites físicos naturales
dentro de los cuales debieran enmarcarse las actividades humanas, y conocer los ritmos
biológicos que garantizan el equilibrio11 de los ecosistemas. En definitiva, una
naturaleza física sobre la que debiéramos señorear, no como una especie más en el
mismo nivel que el resto de especies vivas, sino como la parte central del plan de Dios
en la creación, y por tanto responsable de la administración de todo lo que se nos ha
encomendado.

Ahora bien, para diseñar, crear y gobernar de acuerdo a este propósito divino se requiere
de un cúmulo de conocimiento y sabiduría que residen sólo en Dios. Él es quien posee
la llave de todas las ciencias humanas y celestiales, pues de lo contrario el planeta
habría colapsado no sólo al inicio sino ahora, como consecuencia del cambio climático
y la degradación ambiental. La realidad después de un tiempo indefinido que no nos
8
Diccionario E-Sword, the Sword of the Lord with an Electronic edge, version en español
9
E-Sword , op cit
10
Charles Colson y Nancy Pearcey (1999) “Y ahora… ¿cómo viviremos?” Edit Unilit, Miami, USA
11
El término “equilibrio” utilizado aquí no es un término prestado de la física, sino, el equilibrio entre la
racionalidad ecológica y la racionalidad económica.
corresponde dilucidar nos muestra que el planeta ha venido funcionando con
condiciones idóneas para albergar la vida humana; que las leyes de la naturaleza física
operan para que los mecanismos naturales reproduzcan sus condiciones dentro de ritmos
perfectamente sincronizados; que el organismo humano funciona con leyes biológicas
diseñadas a perfección para funcionar como una maquinaria perfecta, y que los seres
humanos hemos sido dotados de conciencia moral y dones para tomar decisiones, amar
y servir como parte del reino de Dios aquí en la Tierra. Y aunque la caída ha
distorsionado los propósitos de Dios, el plan de Dios se cumplirá en el tiempo correcto
y todo será restaurado.

En fin, los seres humanos fuimos creados por sobre todo, para glorificar a Dios, es
decir, para vivir su vida en nosotros y revelar su gloria a través de nosotros. Esta gloria
así experimentada y reflejada en la vida de los hijos del Reino de Dios está ampliamente
descrita en las Escrituras desde el inicio hasta el fin y es manifiesta en todas las épocas
de la historia, a pesar de que Dios mismo es invisible. O.Swindoll escribe que “el
universo y los seres humanos no fueron hechos sólo para contemplar la gloria de Dios,
sino para experimentarla, para estar llenos de ella”12. En efecto el poder eficaz está
activo en el interior de los hijos de Dios, inundando su ser desde adentro.

“(…) a Aquel (Cristo) que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más Es
abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa
en nosotros” (Efesios 3:20, V.Reina Valera).
claro que sólo de esta manera podríamos haber respondido de manera efectiva a la tarea
de administrar la naturaleza física mientras fructificamos en todo fruto del Espíritu, esto
es, amor, paz, gozo, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza, tal
como describe el apóstol Pablo;13 esto, por las interrelaciones existentes entre el reino
espiritual y la realidad material.

Poder eficaz para transformar

Otra connotación del término “energía” se refiere al poder eficaz para transformar. Si de
lo que estamos hablando es de un ser infinito “al cual los cielos no pueden contener”, y
sobrenatural, con un poder sin límites, entonces debemos reconocer que Dios obra con
soberanía para transformar las cosas para su propósito.

El término griego “exousia,” relacionado con este poder significa la habilidad de


decidir y realizar una acción sin estorbo14; es claro que para hacerlo, Dios ejerce el
control de todo de tal manera que nada interfiera en su propósito; su autoridad decisiva
y absoluta es ejercida en Su obra completa, pues no hay nada en el universo que esté
fuera de su control. Tozer escribe que “Dios es soberano para hacer cuanto decida hacer
en cualquier lugar y en cualquier momento para llevar adelante sus propósitos eternos
en todos sus detalles”15 Nadie puede forzarle ni entorpecer su obra, nadie le obliga ni le
detiene.

Pero ¿transformar qué? La Caída, tal como describiremos más adelante, ha puesto en
ejecución el plan de restauración de Dios iniciado por el ciclo de bondad - condición -
12
Swuindoll O. Op Cit.
13
Gál 5:22 y 23
14
Fuchsia Pickett, Op.Cit
15
A.W.Tozer. Op Cit, pp 119
caída - redención - que se aplica a todo lo que habita y existe en nuestro planeta, todo lo
bueno que fue pervertido por la “mentira” pues no hay nada en el planeta que no esté
deformado y contaminado. La bondad de Dios no puede ser sobrepasada por el mal; su
poder es tan grande que tiene toda la capacidad para redimir lo que el mal ha saqueado.
La historia de la humanidad marcha inexorablemente en el camino de la redención.

Ahora bien, el ejercicio del poder de transformación tiene su fundamento en un atributo


que es parte de la esencia misma de Dios: el amor. En griego, el término “didomi” que
se traduce en el “poder de dar” se manifiesta a través del poder para llevar a la acción el
plan de Dios: un amor infinito, incomprensible para la mente humana y que está
ilustrado en Cristo cuando se entregó a sí mismo para pagar con su sangre el pecado de
toda la humanidad

“El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a
predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a
publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; (Isaías 61:1)

El amor redentor por el que la humanidad ha sido liberada del poder del pecado, es el
único con capacidad para transformar vidas humanas y restaurar lo que se había
perdido. Es el amor que Dios derramó en los corazones humanos el que está operando
como parte de la restauración.

En efecto, como escribe P.Yancey “en la creación, Dios obra a través de la materia; en
la redención, actúa a través de las personalidades, a través de nosotros mismos”.16 Es a
través de las expresiones humanas de este amor que Dios puso en nuestros corazones,
que Él restaurará también la naturaleza física con un nuevo cielo y una nueva tierra.
Podríamos esperar que el poder de este amor17 permita revertir las tendencias del
accionar humano sobre la naturaleza física y cambiar el destino de comunidades
humanas enteras, pues sólo Dios tiene todo el poder para redimir y para transformar
circunstancias malas, en algo bueno. Este poder manifestado en amor e interés de un
ser perfecto es capaz de generar en las personas un amor práctico y un deseo de
participar en la obra restauradora de Dios.

Lucho opina que todo está condenado a la destrucción, y aquí hay una paradoja:
estamos en este mundo como mayordomos pero al mismo tiempo sabemos que este
planeta y su equilibrio pronto serán desechados.
CAMBIAR ESTO CON ENTREVISTAS

Poder eficaz para operar

Por otra parte el término “energía” define la fuerza procedente de Dios que trabaja
efectiva y poderosamente en y a través de los hijos del Reino de Dios, pero no se origina
en los hombres mismos sino en el Espíritu Santo que mora en ellos. Es un poder que
existe potencialmente en todo creyente pero cuando el Espíritu Santo lo pone en acción,
tiene una capacidad sobrenatural de magnitud infinita para hacer cosas naturalmente
imposibles, dentro de la voluntad de Dios.

16
Philip Yancey, op ce, pp 292
17
Amor, no en el sentido de emoción o sentimiento, sino de una decisión voluntaria de hacer las cosas
con el poder “didomi” y de someterse para hacer la voluntad de Dios.
La palabra griega “energeia” aparece en las Escrituras para describir diversas
manifestaciones sobrenaturales del poder de Dios que tienen lugar en el mundo físico.
Algunos ejemplos son:
 La encarnación de Cristo, cuando Dios mismo se hizo hombre sin
intervención natural alguna, sino por el poder del Espíritu Santo (Luc 1:35)
 La derrota de la muerte que opera el supereminente poder de Dios que obró
en Cristo cuando le resucitó de los muertos (Efe 2:19,20)
 El poder sobrenatural del Espíritu Santo para salvar almas, convenciendo,
conduciendo en arrepentimiento a los pies de Jesucristo, transformando vidas
y haciendo “nuevas criaturas” a través del nuevo nacimiento.

Esta “energeia” fue manifestada por Jesucristo al empezar su ministerio en la Tierra


cuando el Espíritu Santo descendió sobre él en el río Jordan. Muchos casos están
descritos en la Biblia, al haber operado diversas sanidades, milagros y al haber
expulsado demonios; es este mismo poder del Espíritu Santo que existe en los creyentes
del Cuerpo de Cristo por toda la Tierra, a partir de Pentecostés.

“De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará
también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre” (Jn 14:12)
Se trata de una fuerza vital sin forma que brota de nosotros, un vasto poder que
podemos aprovechar aunque nunca de manera independiente de la voluntad de Dios, e
incluso, sin haber sido suficientemente moldeados hasta la madurez de la estatura de la
plenitud de Cristo, para ser usados ahora y en el futuro, aquí en la Tierra y en la
eternidad.

La fe en Jesucristo libera el poder de esta “energeia” así descrita. Así, encontramos que
si bien los evangelios describen casos en que Jesucristo liberó excepcionalmente de la
cautividad espiritual a personas que no tenían una fe precedente al milagro recibido, en
la mayor parte de casos, la manifestación del poder del Espíritu Santo dependía también
de la fe del que recibía el milagro.

Es a este poder que se refiere también el término griego “ischus” que significa la
“valiente y todopoderosa fuerza del poder divino con su habilidad para penetrar la
oposición”18 y que describe la fuerza desplegada para hacer frente retos sobrenaturales y
alcanzar la victoria. La fe en Dios pone en acción el poder del Espíritu Santo y la
Palabra de tal manera de obtener resultados que de otra manera sería imposible.

Pero también existe una energía destructora para obrar el mal

Además de todo lo descrito, existe una energía destructora. La Biblia nos revela el
poder del mal que está en acción en el mundo y que crece y se manifiesta en todas las
áreas de la vida humana incluido el medio ambiente.

¿Cuál es el propósito del ejercicio de este poder? Hasta donde sabemos, es la perversión
de la creación, la tergiversación de su propósito en la naturaleza física y las criaturas de
Dios. Esta energía destructora de los propósitos divinos utiliza el poder para que los
hombres hagan según su propia voluntad con independencia de la voluntad del Creador.

18
Fuchsia Pickett, Op Cit
Desde que el mal ha irrumpido en la humanidad a través del pecado, la creación entera
está sometida a este poder. “El secularismo, el materialismo y la intrusiva presencia de
las cosas han apagado la luz de nuestra alma y nos han convertido en una generación de
zombies”19. Ciertamente, la ceguera espiritual aumenta a medida que el materialismo
alimenta cosmovisiones contrarias a la Verdad y enseñan creencias basadas en la
energía psíquica que dejan a Dios por fuera. Se trata de energía puesta al servicio de la
mentira, y que no es sino la antítesis de la Verdad que está en Dios.

Es importante para los creyentes conocer entonces que, desde la ciencia al servicio del
naturalismo20 hasta la mentira subyacente en doctrinas humanistas y toda expresión que
distorsiona la Verdad no son sino disfraces ingeniosos de la misma antigua promesa de
la serpiente en el Edén de “que lo que nos hará como dioses no es comer del fruto del
árbol en el huerto sino la liberación de energías alternativas”21.

Las Escrituras nos hablan de tal energía engañosa referida al poder maligno; y nos
enseña también que se trata de energía engañosa permitida por Dios para que los
incrédulos crean la mentira. Según L.Blacutt, “parte de la naturaleza con la que Él nos
ha creado es la de creer; entonces si no creemos la Verdad que está en Jesucristo (Jn
14:6) que ya ha sido expuesta a nosotros, queda creer en la mentira que consiste en la
serpiente antigua, la cual es el diablo, Satanás (Apoc 12:9 y 20:2)”22

Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira
(2 Tes 2:11)
Esta energía despliega un poder demoníaco a través de engaños y milagros que
provienen, tal como dice el mismo apóstol Pablo, de la obra de Satanás. Pero también
según las Escrituras, “Jesús es más grande que el que está en el mundo”. Los propósitos
de Dios son eternos y ninguna fuerza, ningún ser humano, ningún poder prevalecerá.
Nadie puede contender con Él.

19
Tomas Carlyle, Heroes and Hero Worship (Filadelfia, USA) En: A.W. Tozer. 1996 “El conocimiento
del Dios Santo”. Editorial Vida, Deerfield, florida
20
La cosmología moderna invierte enormes recursos para investigar el carácter de la Energía Oscura,
opuesta a la Energía Clara (que genera y sufre “atracción gravitatoria”) genera repulsión gravitatoria, lo
que explicaría, de acuerdo a la ciencia, la expansión acelerada del Universo.
21
Charles Colson y Nancy Pearcey (1999) “Y ahora… ¿cómo viviremos?” Edit.Unilit, Illinois, USA
22
Entrevista a Luis Blacutt

También podría gustarte