La Monalisa

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La Mona Lisa, también conocida como La Gioconda, es una

obra del Renacimiento pintada al óleo sobre tabla entre los


años 1503 y 1506 por el artista multifacético Leonardo da
Vinci (Vinci, Italia, 1452-Amboise, Francia, 1519). El cuadro se
encuentra actualmente en el Museo del Louvre en París,
Francia.

Leonardo da Vinci: Mona Lisa o Gioconda. Óleo sobre tabla.


Medidas: 77 x 53 cm. 1503-1506.

La Mona Lisa es considerada la pintura más famosa del


mundo. Pocas obras han pasado por tanto escrutinio y
estudio. Algunas de las razones que la hacen tan famosa son:

 El realismo extremo de Leonardo da Vinci al usar


métodos matemáticos para medir las proporciones humanas,
 La técnica única del sfumato que también transmite un
realismo muy avanzado para la época,
 La revolución que generó en las dimensiones y en las
formas de retratar, considerada la base de todos los retratos
occidentales,
 La suma de los misterios de la pintura; desde la
identidad de la modelo hasta el porqué Leonardo da Vinci
nunca entregó el encargo.

Análisis de la Mona Lisa


Descripción y características

Desde el punto de vista de la composición, la Mona Lisa es un


retrato de medio cuerpo, o de tres cuartos, sobre un paisaje
que se divide en dos atmósferas, una más fría (la superior) y
otra más cálida con colores terrosos (la inferior).

La postura de la mujer deriva de la “pirámide” usada para


representar a las madonnas sentadas, es decir, que se trata
de una geometrización triangular.

Sus manos cruzadas forman la base de la forma piramidal. La


luz aplicada al pecho y al cuello es la misma aplicada en las
manos.
El centro del cuadro es el pecho de la mujer y está alineado
con el ojo izquierdo y los dedos de la mano derecha. Esto
acentúa la presencia del personaje en la composición.

Su brazo izquierdo está cómodamente apoyado en el brazo


del sillón y está cruzado por el brazo derecho. La posición de
los brazos junto con el del sillón transmiten una distancia
entre ella y el espectador.

La cabeza está cubierta por un velo que simboliza la castidad,


frecuente en los retratos de esposa. También se atribuye el
uso de este tipo de velo a las mujeres embarazadas o en
período post-parto. No presenta joyas ni signos particulares
de ostentación económica o de poder.

La postura de la Mona Lisa indica serenidad y, junto con la


mirada de soslayo, pero directa hacia el espectador, muestra
el dominio de los sentimientos, cosa que normalmente no se
atribuía a una mujer en aquel entonces.

El rostro no tiene cejas. La expresión de la mujer en el cuadro


es enigmática o ambigua. Esto se debe a que la mirada, el
cuerpo y las manos están dirigidas a ángulos sutilmente
diferentes, sumado a la ilusión que crea la técnica
del sfumato.

En el borde izquierdo de la pintura se ve la base de una


columna insinuando que la mujer está sentada en una galería.

El paisaje en segundo plano está pintado con una perspectiva


aérea. El azul humoso y la perspectiva poco clara y difusa da
a la composición una mayor profundidad.

El paisaje de fondo muestra un cierto desequilibrio, ya que


crea la ilusión de un paisaje que se divide en dos. Sin
embargo, no existe una continuidad entre ambos. Pareciera
que no hubiera correspondencia en términos de alturas y
líneas.

Técnica

El cuadro La Gioconda está realizado en pintura al óleo sobre


madera. Leonardo da Vinci aplicó en él la técnica del sfumato.
Este consiste en superponer varias capas de pintura delicadas
para suavizar o diluir los contornos de la figura y lograr la
sensación de naturalidad y volumen, lo que permite percibir
que las figuras se integran al resto de la composición.

Gracias al sfumato, Leonardo consiguió perfeccionar la


percepción de tridimensionalidad. Leonardo usa la técnica
del sfumato para mostrar cómo la luz rebota de las superficies
curvas, especialmente de la piel, dejándola lisa, suave y
natural.

La explicación sobre el misterio de la sonrisa y la mirada de


la Mona Lisa deriva precisamente de la técnica del sfumato y
la naturaleza de la visión humana.

VER TAMBIÉN
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En efecto, la visión directa del ser humano se enfoca en los


detalles pero no en las sombras, en cambio, la visión
periférica distingue más las sombras que los detalles. Al mirar
a la Mona Lisa desde diferentes perspectivas, las capas finas y
difuminadas de la técnica del sfumato hacen que de frente se
vea una sonrisa casi inadvertida en comparación con la
misteriosa sonrisa que aparece cuando se la ve de lado. Esto
sucede porque de lado se proyecta más volumen a causa de
las sombras creadas por las finas capas.

Significado de la Mona Lisa


La expresión "Mona Lisa" significa 'señora Lisa'. Mona es un
diminutivo del italiano madonna, y Lisa sería el nombre de la
modelo identificada por Giorgio Vasari, pintor, arquitecto y
escritor del renacimiento que publicó el libro Vida de los
mejores arquitectos, pintores y escultores italianos, donde dio
testimonio del cuadro.

La identidad de la modelo
Existen varias discusiones sobre la identidad de la modelo. En
efecto, la teoría más aceptada es la del historiador Vasari del
siglo XVI, quien dice que la mujer representada se trataría de
Lisa Gherardini. ¿Y quién era Lisa Gherardini? Era la esposa de
un mercader de sedas llamado Francesco del Giocondo. De
hecho, el nombre alternativo La Gioconda, que significa
"alegre" en español, hace referencia a su famosa sonrisa y al
nombre de su esposo.

Otra tesis plantean que la mujer retratada sería una "cierta


dama florentina", según palabras de Leonardo, y que la pieza
habría sido encargada por Juliano de Medicis. En ese caso,
podría tratarse de una dama de renombre social. Sin
embargo, de ser así, no se comprendería la duda sobre su
identidad, ya que estaría plenamente identificada.

La cosa se complica si tomamos en cuenta que los


documentos contemporáneos que describen el cuadro
pudieron referirse a versiones diferentes de La Gioconda. Es
justamente la existencia de tales versiones uno de los
factores que confiere a la pieza un contexto misterioso.

Las versiones de La Gioconda


Taller de Leonardo: Mona Lisa o Gioconda. 1503-1519. Óleo sobre tabla. 76,3 × 57 cm.
Museo del Prado, Madrid.

La teoría más aceptada, por ser recogida en la obra de Vasari,


refiere que el cuadro de La Gioconda habría sido encargado
por el mercader Francesco del Giocondo. Leonardo lo habría
comenzado a pintar hacia el año 1503. Sin embargo, cuando
Vasari describe la obra apunta dos datos importantísimos:
refiere la existencia de cejas e indica que el cuadro se
encontraba inacabado.

De la época de Leonardo existen dos versiones más del


cuadro, llamadas Mona Lisa de Ilseworth y Mona Lisa del
Museo del Prado. De esta última, se sabe que es una copia
elaborada en el taller de Leonardo por uno de sus discípulos,
probablemente Andrea Salai. Fue elaborada entre 1503 y
1519 aplicando la misma técnica y condiciones materiales:
óleo sobre tabla de madera (de nogal), con unas medidas de
76,3 x 57 cm. Son visibles algunas diferencias de calidad,
como la dificultad del sfumato.
En cuanto a la Mona Lisa de Ilseworth, por mucho tiempo se
creyó que se trataba de una falsificación, entre otras cosas
porque está hecha sobre lienzo, a diferencia de la del Louvre
y la del Prado. Sin embargo, estudios científicos recientes
revelan que los pigmentos y materiales son de la misma
época. ¿Será una versión del propio Leonardo? De hecho,
¿será la primera versión del cuadro?

Atribuido a Leonardo: Mona Lisa de Ilseworth. 1503-1516. Óleo sobre lienzo. 84,5 cm


× 64,5 cm. Colección privada, Suiza.

Las diferencias más evidentes con la clásica Gioconda son


tres:

 la mujer, cuyo rostro tiene cejas más definidas, luce más


joven;
 se encuentra claramente enmarcada entre dos columnas
y
 el paisaje de fondo está inconcluso.

En caso de que haya sido hecha por Leonardo, podría tener


sentido que fuera una primera versión, si consideramos la
juventud de la modelo en comparación con la Gioconda del
Louvre y en relación a los años que le tomó a Leonardo
desarrollar el cuadro. La modelo parece ser la misma.

Ante este último dato, surge la duda: ¿es posible que este
cuadro haya sido una primera versión del retrato? ¿Podrá
Leonardo haber hecho ambos retratos al mismo tiempo? Ya
que Vasari habla de una Gioconda inconclusa con cejas,
¿habrá podido referirse a este o al que custodia el Louvre? Si
Vasari se refería al del Louvre, ¿será, acaso, que las cejas de
la Gioconda original fueron borradas accidentalmente durante
algún proceso de mantenimiento o restauración?

Estas preguntas aún sin respuesta satisfactoria son parte de


los misterios en torno a la obra que han llamado la atención
del mundo, pero... ¿son suficientes para explicar el
extraordinario fenómeno de difusión del cuadro?

También te puede interesar leer sobre el cuadro La última


cena de Leonardo da Vinci.
Importancia de la Gioconda  y su
influencia en el arte
El género del retrato pictórico de personalidades, tal como lo
conocemos, tuvo lugar en el temprano Renacimiento, hacia el
siglo XIV. Quiere decir que para el momento en que Leonardo
pintó La Gioconda ya existía una tradición retratista más o
menos consolidada y adecuada a unas ciertas convenciones.
El modelo más común antes de la Mona Lisa centraba su
atención en la representación del personaje hasta la mitad del
torso, de manera que el rostro, la cabeza y los hombros,
abarcaran toda la composición.

Sandro Botticelli: Retrato póstumo de Simonetta Vespucci. Óleo sobre tela. c. 1476-80.

El cuadro de la Mona Lisa pertenece al género del retrato


renacentista, pero la forma en que Leonardo da Vinci lo pintó
difiere en algunos aspectos de la tradición en que eran
pintados los retratos de mujeres en esa época. La mujer mira
directamente al espectador y le sonríe con seguridad, dos
actitudes atribuidas a los hombres aristocráticos más que de
las mujeres.

En el retrato Mona Lisa no solo se muestra la cara, la cabeza y


los hombros, sino también el torso hasta debajo de la cintura,
lo que deja al descubierto brazos y manos y, con ello,
mayores posibilidades expresivas. De esta manera, Leonardo
revela mucho del personaje, cosa que no hubiera logrado de
seguir el modelo anterior.

Rafael: Estudio de la Mona Lisa de Leonardo. 1504.

Sin embargo, este no fue el único retrato elaborado por


Leonardo y, además, si tomamos en cuenta el hecho de que
Leonardo lo conservó hasta el final de sus días, su influencia
en aquellos días fue solo limitada al pequeño círculo de
personas que lograron verlo. De cualquier modo, no podemos
negar que el impacto en ese círculo fue importante, al punto
de que dejaron testimonio escrito. Por ello, el pintor Rafael la
estudió y tomó como referencia para elaborar el retrato de
Maddalena Doni.

Rafael: Retrato de Maddalena Doni o Maddalena Strozzi. 1506. Óleo sobre tabla. 65 ×


45,8 cm. Palacio Pitti, Florencia.
En el retrato original de la Mona Lisa podemos ver los signos
de perfección que Leonardo alcanzó en el desarrollo de la
técnica del sfumato, y de hecho, se cree que, al final, este
cuadro fue trabajado por Leonardo mientras pintaba el
famoso cuadro de Juan Bautista, donde se revela como un
verdadero maestro del claroscuro. Esto significa que la
técnica de Leonardo habría alcanzado su perfección en estas
dos obras. ¿Pero su importancia actual deriva solamente de
su excelencia técnica?

Impacto del robo de  La Gioconda

Parece que la popularidad de la Mona Lisa es de atribución


relativamente reciente, y fue catapultada por el robo que
cometió el italiano Vincenzo Peruggia, antiguo empleado del
Museo del Louvre, el 21 de agosto de 1911. De hecho, el robo
solo fue notado 24 horas después, lo cual quiere decir que la
pieza no recibía una atención especial de seguridad en aquel
entonces.

VER TAMBIÉN
El hombre de Vitruvio de Leonardo da Vinci
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El robo de la Mona Lisa fue verdaderamente escandaloso,


tanto por lo sorpresivo del hurto como por el tratamiento de la
investigación, que puso bajo sospecha a dos grandes figuras
públicas del momento: los jóvenes Guillaume Apollinaire y
Pablo Picasso. Apollinaire, de hecho, estuvo detenido una
semana por averiguaciones. Tras dos años de investigaciones,
las autoridades dieron con el paradero de Peruggia, quien
había tratado de venderlo a Alfredo Geri, entonces director de
la Galería Uffizi de Florencia.

Marcel Duchamp: L.H.O.O.Q. 1919. Ready made. 19.7 x 12.4 cm. Philadelphia


Museum of Art, Philadelphia, PA, EE.UU.

El robo de la Mona Lisa no solo puso a la pieza en la mira del


mundo. También influyó en la valoración de las otras
versiones del retrato, elaboradas por Leonardo o en en el
taller de Leonardo.
Nos referimos puntualmente a la ya mencionada Mona Lisa de
Ilseworth, cuya existencia solo se descubrió después del
hurto. La tardía aparición de esta pieza en lienzo sembró
sospechas sobre su procedencia, ya que muchos pensaron
que podía haber sido una falsificación realizada durante el
tiempo en que la obra del Louvre estuvo en manos de
Peruggia.

Pocos años después del regreso de la pieza, ahora tomada en


cuenta por el gran público como un tesoro, el dadaísta Marcel
Duchamp y el surrealista Salvador Dalí darían el golpe
definitivo para consagrar su fama al hacer cada uno de ellos
una versión irreverente.

Así, la existencia de varias versiones del mismo motivo, la


resistencia de Leonardo a entregar la obra, la significativa
inversión económica del rey Francisco I de Francia para
adquirirla, el deseo de Napoleón por verla en sus aposentos,
el robo perpetrado por Peruggia y las irreverentes parodias de
Duchamp y Dalí son parte del contexto que ha influido en la
extraordinaria difusión de la obra al nivel mundial.

Historia del cuadro de la Mona Lisa


La Gioconda fue elaborada por Leonardo entre 1503 y 1519.
La tesis más aceptada sugiere que se trata de un encargo del
mercader de telas Francesco del Giocondo. Como era común
en el pintor renacentista, Leonardo nunca dio por concluido el
cuadro, de manera que se negó a entregarlo y estuvo en su
posesión hasta el final de sus días.

Solo después de su muerte, o quizá poco antes de morir, el


cuadro fue adquirido por el rey Francisco I de Francia en pleno
siglo XVI, quien llegó a pagar doce mil francos por ella. Tras la
muerte de Francisco I, la obra fue destinada a Fontainebleau,
luego a París y, por último, a Versalles. Después de la
Revolución francesa, al considerarla parte del tesoro del
Estado francés, fue entregada a la custodia del Museo del
Louvre en 1797.

Ha permanecido en el museo del Louvre hasta hoy, excepto


por tres interrupciones: la primera, cuando Napoleón, durante
su gobierno, la llevó a su alcoba (desde el año 1800 hasta
1804); la segunda, cuando fue robada del museo por Vicenzo
Peruggia (desde 1911 hasta su devolución en 1914); y la
tercera, durante la Segunda Guerra Mundial, cuando se puso
a resguardo en el castillo de Amboise y, luego, en la abadía
de Loc-Dieu

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