Hora Santa Por La Paz

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HORA SANTA POR LA PAZ

EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO

Canto:

Guía: Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar

R: En el cielo, en la tierra y en todo lugar

Guía: Creemos, Padre, que tú nos has dado un corazón capaz de amar, sensible al dolor de nuestros
semejantes. Este corazón que nos entregaste, nos impulsa a venir ante tu Hijo Jesús para que ilumine
nuestros pensamientos, sentimientos y palabras para hablar con su mismo lenguaje de paz. Padre Santo,
creemos que Tú has enviado al mundo al Príncipe de la Paz, Jesucristo presente y vivo en la Eucaristía.
Padre Nuestro - Ave María - Gloria

- Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar

R: En el cielo, en la tierra y en todo lugar

Canto:

Guía: Creemos, Jesucristo, Hijo amado del Padre, en tu Palabra que nos llama a la conversión, para que
en ella encontremos la paz interior. Creemos que tú eres la vid y nosotros los sarmientos y que debemos
estar plenamente unidos a ti para poder dar frutos, para que nuestra vida no sea estéril. Te contemplamos
presente y vivo en la Eucaristía.
Padre Nuestro - Ave María - Gloria

- Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar

R: En el cielo, en la tierra y en todo lugar

Canto:

Guía: Creemos en ti Espíritu Santo. Fuerza renovadora de la faz de la tierra que nos haces descubrir la
presencia de Jesús en la Eucaristía. Llénanos con el fuego de tu amor para que seamos promotores de paz.
Que amemos lo que es noble, justo y recto. Enséñanos el camino para vivir en la verdad que proclama
Jesucristo presente y vivo en la Eucaristía
Padre Nuestro - Ave María - Gloria

- Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar

R: En el cielo, en la tierra y en todo lugar

Canto

Breve silencio de Adoración personal


Guía: La Eucaristía es sacramento de paz. En ella somos perdonados y santificados y Jesús mismo nos
hace testigos de la compasión de Dios por la humanidad. Aquí tiene su fuente el servicio de la caridad
para con el prójimo, que nos mueve a amar, en Dios y con Dios.

La persona de Jesús, en el Santísimo Sacramento, es una Buena Noticia de vida que nos proporciona la
verdadera paz, es decir, la alegría excepcional. Él, nada tiene que ver con la violencia o con la muerte que
imperan en el mundo, porque es Dios de vivos, es Él el Dios de la Vida.

Canto.

OREMOS TODOS

Guía: Ahora, todos desde nuestro corazón, pidamos a Dios nos conceda la verdadera paz que
necesitamos y que necesita nuestro mundo.

Oración para pedir la paz (En silencio)

Dios mío, enséñame el secreto de una paz estable y sólida;


enséñame a ordenar armoniosamente mi vida interior,
de manera que asegure el predominio de la voluntad y
de la razón sobre todos mis sentimientos, sobre todos mis actos,
y enséñame, a someter mi voluntad a la tuya.
Enséñame a permanecer unido a Ti, enraizado en la caridad,
de manera que conserve un equilibrio humilde y tranquilo.
En los sufrimientos del cuerpo y en los sinsabores del alma,
enséñame a decir piadosamente el Amén liberador.
En las tentaciones que turban y envilecen,
concédeme poner mi alma en Ti;
en las contradicciones, en las palabras agrias e injuriosas,
concédeme que guarde la paciencia, la serenidad y el silencio.
Concédeme que no tema las dificultades, las contradicciones, las luchas;
que no me queje, que no murmure, y que, a toda pena, a todo fastidio,
mezcle un poco de tu amor.
Que no me exaspere ante la violencia y brusquedad de los hombres y
que soporte con ecuanimidad el mal humor y la cólera.
Que en el silencio y en la esperanza adquiera esa fortaleza, ese temple de alma, que permanezca sin
perturbación, Señor, en tu paz.
Amén.

Breve silencio de Adoración personal


Guía: El secreto del apostolado es el amor, pues éste es la única fuerza capaz de cambiar el corazón del
hombre y de la humanidad entera. Es el valioso aporte que tienen que ofrecer en los esfuerzos por superar
la violencia, porque «la paz es también fruto del amor, el cual sobrepasa todo lo que la justicia puede
realizar" y aceptar la paz que Cristo nos ofrece es decirle “Creo en Ti”.

Ahora en silencio, descubramos lo que hay en nuestro corazón

¿Qué impide que a tu corazón llegue la paz que Cristo nos ofrece?

¿Cuáles son tus miedos, tus angustias, tus inseguridades?

¿Cuál es la paz que como cristiano deseas…?

Breve silencio de reflexión personal

Supliquemos el perdón de Dios

Guía: Tenemos la certeza que Dios siempre escucha nuestras oraciones, que vuelve su rostro hacia
nuestras miserias, ve nuestras opresiones y esclavitudes, acudamos a Él para que, con mano poderosa y
brazo fuerte, nos de su sabiduría y fuerza, para que vivamos una auténtica conversión; en este momento
en que nuestra patria sufre la violencia que se ejerce sobre la dignidad de las personas y que clama al
cielo el don de la justicia y de la paz.

Después de cada suplica respondemos cantando: Señor, Perdon, Señor

- Porque hemos permitido que la violencia se incremente en nuestra patria. Por el miedo y la inseguridad
en que viven los niños, los adolescentes, los jóvenes, las familias y las comunidades de México.

- Por la violencia que se vive dentro de las familias, por nuestras omisiones y por acostumbrarnos a vivir
en un mundo violento. Por todos los signos de violencia, que van acabando poco a poco con la vida
comunitaria.

- Por nuestra indiferencia al dolor de las víctimas, por la sangre de los niños abortados, por la sangre de
las mujeres asesinadas.

- Por los que han sido ejecutados con crueldad y frialdad inhumana. Por la pérdida de la vida social, la
convivencia armónica y pacífica.

Canto.
Guía: Proclamemos en la presencia real de Jesucristo, Príncipe de la paz, en comunión con toda la Iglesia
que peregrina en México, e invoquemos a nuestro Padre bueno y misericordioso, para que se digne darnos
la paz, diciendo a cada una de nuestras peticiones:

R. Dios de Amor, concede la paz a nuestros pueblos.

Lector 1: Que quienes participamos y experimentemos al Señor en este Santo Sacramento de vida eterna,
haga brotar en nosotros la fuente de la paz, que nos hace instrumentos tuyos de pacificación y fraternidad.

Lector 2: Para todos nuestros gobernantes, escuchen y respondan a las peticiones de los ciudadanos por la
paz y la justicia.

Lector 3: Ponemos en tu corazón de Padre a todos los jóvenes de todas las partes del mundo, para que
crezcan en valores, y busquen la paz que Dios ofrece al mundo.

Lector 4: Padre de Bondad, conviértenos en mensajeros del Evangelio, Buena Noticia de Salvación, para
que sean muchos los que se vean libres del odio, la violencia y la opresión.

Lector 6: Dios de bondad te rogamos por todos los cristianos y todas las personas de buena voluntad, para
que nunca pierdan la esperanza en la posibilidad de la paz y que encuentren en tu Iglesia, consuelo,
acogida, escucha y verdadera fraternidad.

Canto.

Guía: Concluyamos este momento de adoración y unamos nuestra voz en el deseo de Cristo, “Mi paz os
dejo, mi paz os doy” diciendo:

Señor Jesús, Tu eres nuestra Paz.


Mira nuestra Patria dañada por la violencia
y dispersa por el miedo y la inseguridad.
Consuela el dolor de quienes sufren.
Da acierto a las decisiones de quienes nos gobiernen.
Toca el corazón de quienes olvidan que somos hermanos
y provocan sufrimiento y muerte.
Dales el don de la conversión.
Protege a las familias, a nuestros niños, adolescentes y jóvenes,
a nuestros pueblos y comunidades.
Que, como discípulos misioneros tuyos,
ciudadanos responsables,
sepamos ser promotores de justicia y de paz para que, en Ti,
nuestro pueblo tenga vida digna. Amén.

María Reina…

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