El Elixir Vitae de Raimundo Lulio
El Elixir Vitae de Raimundo Lulio
El Elixir Vitae de Raimundo Lulio
Cuando los alquimistas se refieren al Elixir, lo describen como una tintura capaz de colorear los
metales nobles y alargar la vida. Se trata de un aceite de color anaranjado, húmedo y pesado, que
evoluciona primero desecándose, luego licuándose o adquiriendo fluidez y, finalmente,
congelándose hasta su desintegración en gránulos de un color rojo tan intenso que, a fuerza de
ser rojo, parecerán negros. Se ha llegado incluso a la precisión de sus propiedades finales: alta
densidad, cierto olor a iodo, color amarillo tras pulverización, con punto de fusión de 64ºC3, soluble
en cualquier líquido4, estable al aire y a la acción de los ácidos minerales, y dispersable en el vidrio
reblandecido, al que confiere una coloración roja de rubí con fluorescencia malva en la oscuridad5.
Antes de seguir adelante, una aclaración es necesaria: El Elixir sólo es la primera expresión de la
Piedra Filosofal, necesitándose una fermentación con oro para constituir el polvo de proyección, al
que se adscriben propiedades transmutatorias. Estas se consiguen, supuestamente, al adicionar
una mezcla de cuatro partes de oro y una de Elixir, convenientemente recubierta de cera, sobre
mercurio o plomo fundido, siendo recomendable añadir potasa en el caso de que la proyección se
realice sobre mercurio, y azufre cuando se realice sobre plomo.
La pretendida acción revitalizadora del Elixir parece producirse bien cuando se administra diluida
con arreglo a una dosis homeopática o en cantidad para teñir ligeramente una cucharada de vino
blanco (Cyliani)6, o bien cuando se superan los episodios tóxicos agudos derivados de su
elaboración o su ingestión ("el hombre se renueva por completo, cambiándosele la piel, la
dentadura enferma, las uñas y los cabellos").
En las pequeñas cantidades prescritas parece ser eficaz en una amplia patología: esclerosis en
placas, uremia, trastornos cardiovasculares, etc., en la misma línea, pues, que cualquiera de las
medicinas cuya utilización terapéutica ha sido recomendada por los espagiristas modernos.
Virtudes medicinales que J. Sadoul no duda en reconocer como verídicas a la vista de la avanzada
edad atribuida a alquimistas y fraguadores que poseyeron la Piedra Filosofal: Alberto Magno,
Arnau de Vilanova, Roger Bacon, Raymond Lull, Nicolás Flamel, Bernardo el Trevisano, Miguel
Sendivogius, John Dee, el Conde de Saint Germain,...
El proceso de síntesis del Elixir vitae fue celosamente guardado por los alquimistas. Su
transmisión entre ellos se realizó usualmente en un lenguaje simbólico de tan difícil interpretación
para el profano que resulta aparentemente absurdo.
Tras la lectura y análisis de muchos textos, los autores del presente artículo hemos seleccionado
dos métodos herméticos de preparación, referidos en última instancia a Raimundo Lulio (Ramon
Llull), que merece la pena reproducir. Uno de ellos, el método argento-áurico, aparece en un
manuscrito pseudoluliano fechado en 1330 y otro es una receta atribuida al mismo Lull y
reproducida por George Ripley. La redacción del primero ha sido tomada del libro La química
sagrada: de la alquimia a la química en el siglo XVII, Esteban Rodríguez Ocaña y Juan Esteva7, y
la del segundo, de una Historia de la Química (aneja a un Tratado elemental de química general y
aplicada, ambos en francés) de Ajasson de Grandsagne8, cuyo descubrimiento reivindicamos.
El manuscrito pseudoluliano es de una fecha en la que el malloquín ya había muerto y para la que
quizás no se había descubierto el aqua fortis.
Método argento-aúrico
"Tomar aqua fortis y disolver en ella 3 onzas de luna; después purificar durante 20 días y luego
tomar 3 onzas de oro y disolver en 18 onzas de la misma agua fuerte, en la cual deberán ser
disueltas primero 4 onzas de la sal de la orina. Después, dejar que estos dos cuerpos se posen
separadamente durante 20 días naturales y, pasados éstos, eliminar el espíritu de ambos, tanto de
la luna como del sol, según la regla que os ha sido entregada. Entonces, cuando el espíritu esté
eliminado y las aguas vivificantes se conserven separadamente, y la tierra no dé más humo, habrá
un signo de que la luna y el sol sufren eclipse. Moler entonces la tierra de cada uno de ellos y
mezclar en un pequeño matraz redondo cerrado herméticamente. Poner en un fuego de
reverberación 24 horas. Quitar después del fuego y añadir primero el agua vivificante de plata y
rectificar 7 veces por medio de la ceniza. Cuando haya absorbido toda su agua poco a poco,
añadir el agua de oro sin ninguna rectificación, lentamente y según el método que se ha seguido
para empapar a la tierra de plata".
En el curso del proceso reconocemos la solubilización de la luna (plata) en ácido nítrico, y la del sol
(oro) en una mezcla de ácido nítrico y cloruro sódico. Tras las fases de digestión y concentración
por evaporación, se obtiene un producto de color rojo-violáceo en el que el óxido de plata, AgO, y
los metales oro y plata al estado elemental eclipsan el color blanco del nitrato de plata y el
amarillo-rojizo de los compuestos de oro. La solubilización de esta mezcla en ácido nítrico (fase de
conjunción) y su concentración a sequedad (putrefacción) nos conduce a nitrato de plata y oro
metal. Su mezcla posterior con el agua de oro inicial (cibación ó nutrición) nos lleva a una
disolución de la que diversos productos pueden ser cristalizados (Ag2[AuCl3O], por ejemplo).
Desposorios reales
Previo a su reunión en el lecho nupcial, el rey se purifica mediante el lobo gris (tres fusiones
repetidas de oro con estibina, Sb2S3) y la reina mediante saturno (copelar plomo argentífero).
En algunas ocasiones, el rey y la reina son sustituidos por un hombre heliocéfalo que se une a una
mujer con cabeza lunar, símbolos de los dos principios y, a la vez, evocación de su finalidad. Estos
esposos deberán engendrar un hijo, el Hijo de la Sabiduría, que después de ser devorado por su
padre (el agua de oro) deberá dar lugar al Elixir.
Esposos alquímicos y andrógino (o Hijo de la Sabiduría)
La parte final del relato luliano, que omitimos por ser reiterativa y densa, describe la fermentación
del Elixir con oro y mercurio en una serie de operaciones que juzgamos infructuosas. Esta
consideración está reforzada por la lectura del "Libro de las Doce Puertas" de Ripley quién en el
capítulo dedicado a sus errores advierte: "El oro potable no se hace de oro vulgar calcinado... ni de
la orina... ni a partir de la plata viva (mercurio), de cuyo olor debes guardarte... pues en ellos he
gastado mi estómago y mi dinero. Algunas veces he conseguido bellas tinturas rojas y blancas
que, sin embargo, eran falsas".
Según Ripley, el objetivo no es conseguir oro líquido sino "un aceite de color oro, o muy parecido,
del que Raymond Lull, siendo muy viejo, decía tener más precio que el oro mismo... y que lo
revivificó enteramente. ... Ese aceite y nuestro menstruo vegetal se pueden de tal manera
exuberar por el Arte, que se haga una Piedra celeste de naturaleza ígnea... que como la mirada
del basilisco mate su objeto (el mercurio) cuando se arroje sobre él".
Basilisco
Una cierta confianza en los logros de Ripley nos llevó a buscar descripciones de su procedimiento
de preparación del Elixir tanto en sus textos como en los de sus comentaristas. Fruto de una larga
búsqueda bibliográfica fue el hallazgo de la descripción que transcribimos, debida a Ajasson de
Grandsagne8:
Método de Ripley
"Para hacer el elixir de los sabios es preciso tomar, hijo mío, el mercurio de los filósofos y
calcinarle hasta que sea transformado en león verde; y después que haya experimentado esta
transformación, tú le calcinarás más y se cambiará en león rojo. Haz digerir en baño de arena este
león rojo con espíritu agrio de uvas, evapora este producto, y el mercurio se convertirá en una
especie de goma que se corta con cuchillo; pon esa materia gomosa en cucúrbita laudada, y dirige
su destilación con lentitud. Recoge separadamente los licores que de diversa naturaleza te
aparecerán. Tú obtendrás una flema (licor) insípida; después, el espíritu y gotas rojas. Las
sombras de los cementerios cubrirán la cucúrbita con su sombrío velo y encontrarás en su interior
un verdadero dragón, pues devora su cola. Toma este dragón negro, tritúrale sobre una piedra, y
tócale con un carbón al rojo: se inflamará, y tomando pronto un color citrino glorioso, reproducirá el
león verde. Haz que se trague su cola, y destila de nuevo el producto. Por fin, hijo mío, rectifica
cuidadosamente y verás aparecer el agua ardiente y la sangre humana".
Descripción del método de Ripley
Siguiendo a A. de Grandsagne, basta llamar plomo lo que Ripley llama azogue o mercurio de los
filósofos (recordando un párrafo de sus escritos: "nosotros llamamos a todo el compost nuestro
plomo") para que gran parte del aparente misterio se desvele y se convierta en una importante
práctica recordatoria de diversos aspectos de la química del plomo.
Si adicionamos a este último óxido espíritu ácido de uvas (es decir, vinagre), se forma una
disolución acuosa de acetato de plomo que, si se concentra a evaporación hasta consistencia
siruposa (materia gomosa), proporciona la especie Pb4O(CH3COO)2.3H2O y sucesivamente, por
calentamiento, Pb2O(CH3COO)2 (entre 230 y 270ºC) y Pb3O2(CH3COO)2 (entre 275 y 325ºC).9,10
La destilación de estos productos conduce, primero, a un destilado incoloro en cuyas fracciones se
ha podido reconocer la presencia de agua (flema insípida), ácido acético y acetona (espíritu
piroacético). Si se continúa la destilación se observa la formación de humos blancos y la formación
de gotas amarillo-rojizas de un condensado en las paredes del colector. Si se enfría el destilador
por debajo de 0ºC este aceite amarillo rojizo se produce en mayor cantidad, pero siempre
insuficiente para aislar cuantitativamente tales gotas. En el mejor de los resultados estas
terminaban formando parte de la última fracción de destilado a la que colorean de amarillo.
Si la destilación se lleva a sequedad, queda en el matraz un residuo de plomo muy dividido y, por
consiguiente, de un color gris oscuro, que recuerda las sombras de los cementerios. Una
propiedad no suficientemente conocida del plomo finamente dividido es la de arder (plomo
pirofórico) por la proximidad de un carbón encendido para pasar (en nuestro caso de nuevo) al
subóxido verde. El mito del fénix, ave que renace de sus cenizas, queda así explicado, como
también la resurrección gloriosa a la que se refieren los grabados alquímicos.
Ave fénix
La elucidación química del aceite que aparece condensado en gotas al final de la destilación nos
llevó, por una parte, a la repetición de la operación de destilación en distintas condiciones
operativas a fin de mejorar el rendimiento; y por otra, al estudio de las mezclas de acetato de
plomo con Pb3O4 que lo generaban.
Una caracterización parcial de los destilados ha sido llevada a cabo a través del registro de los
espectros UV-vis y FTIR de los mismos.
El registro IR del destilado muestra un espectro pobre, con bandas atribuibles a ácido
acético/acetato: 890w (νC-C de AcOH), 955w (νC-C de AcO), 1080w (νC-O/γOH de AcOH),
1220m (δC-H), 1355m (δs(C-O-H)/δsCH3), 1420bd,w (δOH/δasCH3), 1705s (νC=O), 2330w(νC-O),
3600-3400bd,vs (νO-H).
La posibilidad de que las gotas de aceite amarillo sean de un derivado orgánico de plomo cobra
fuerza por la precipitación de éste en medio HCl, aunque la contaminación del destilado por plomo
procedente del residuo también puede dar positiva esta reacción de identificación.
Igualmente, la contaminación de las últimas gotas de ácido/anhídrido acético destilado con algo de
carbono en forma de fullereno14 pudiera ser responsable de la coloración de aquél.
Caracterización de la evolución térmica de las mezclas acetato de plomo + minio y de los
residuos generados
Los análisis termogravimétricos (TG y DTG) de la mezcla de acetato de plomo con Pb3O4, llevada
a cabo en atmósfera inerte, cursa primero con un efecto térmico a 61ºC (sin proporcionar
horizontal alguna que correspondiera a producto anhidro) al que sigue un efecto térmico a 327 ºC
(Pb3O2(CH3COO)2). Si se prosigue el calentamiento, se obtienen otros dos efectos térmicos a 345
y 377ºC. En este último efecto, el más significativo, puede estar involucrada la especie Pb12O17,
inmediata precursora del Pb3O4.
Los residuos que quedan en el crisol por encima de 750ºC son de color negro y corresponden a
una mezcla de plomo metal (Pb) y carbono (enriquecido en C60) (aunque algunos autores11 han
preconizado también la formación de carburo de plomo).
Si la termolisis se realiza en presencia de aire, solo se observa PbO (massicot) amarillo como
residuo.
El registro IR de los residuos muestra un espectro compatible con fullerenos oxigenados: bandas a
1542 cm-1 (desplazamiento tangencial –modo G- de νC-C), 1458 cm-1 (nanotriquitas C60
incorporadas a ion metálico; modo pinch pentagonal para C60)16,17, 837 cm-1 (νC=C; ρop de C-H
furanico; o νC-C cis-(C6O6)@C84)18, 681 cm-1 (fullereno C70), 504 y 440 cm-1 (fullereno C60), muy
diferente del esperado19 para nanopartículas de PbO.
Espectro IR de los residuos
El difractograma en polvo de rayos x de los residuos proporciona picos 2θ a 7º, 9.5º, 30.8º, 36º,
44º, 52.3º, 62.2º y 65.4º.
1900
1800
Sample #2
200
Intensity (a.u.)
150
100
50
0
10 20 30 40 50 60 70
2θ (º)
Sin embargo, otras asignaciones son posibles: el pico a 2θ= 31º puede ser atribuido
indistintamente a fullereno (distancia interplanar de 0.28 nm) o a plomo metálico, (plano 111); el
registrado a 7º, a fullereno; y los que aparecen a 36º, 52.3º, 62.2º y 65.4º a plomo metálico (planos
(200), (220), (311) y (222) respectivamente)20.
Por sangre humana los autores de este artículo entendemos cualquiera de las mezclas fundidas
de acetatos neutro o básicos de plomo con minio (y una cera o jabón). Un componente presente
en estas mezclas es el acetato de plomo(IV) de fórmula Pb(CH3COO)4, especie de color púrpura,
poco estable21. Las propiedades exhibidas por tales mezclas fundidas, como color, fluidez, etc., no
dejarán de sorprender a cualquier experimentador, como asimismo la piroforicidad del material que
resulta de mantener dicha mezcla al fuego durante más tiempo. Por otra parte, los vapores tóxicos
que se desprenden recuerdan al iodo, característica no reseñada anteriormente y que sin duda
completa la descripción realizada.
Bibliografía: