Perfiles Criminales
Perfiles Criminales
adaptaciones necesarias para establecer los perfiles de los criminales, adecuados a nuestra
cultura.
A modo de ejemplo, diremos que de acuerdo al lugar geográfico o el momento histórico,
un criminal puede ser percibido: a) como una bestia germinada en el ámbito social y
francamente excluida por el mismo indefinidamente, b) o por el contrario se lo sitúa en una
situación paradigmática y de chivo expiatorio, c) o aun como victima de la misma sociedad.
Así el homicida nunca ha sido excluido definitivamente del medio social. Aun habiendo
sido juzgado y condenado, subsiste siempre la esperanza de un “tratamiento” científico o
educativo adecuado que lo reinserte entre sus congeneres.
Por consiguiente, el perfilador debe adaptarse a las realidades locales y aportar al
proceso de investigación las reflexiones provenientes de sus conocimientos profesionales y
también de su experiencia sobre el terreno, que en definitiva, girará en torno a una figura ideal
de cuatro extremos, que se interrelacionan entre sí: la escena del crimen, la víctima, el
sospechoso y la evidencia física.
En primer lugar, para ofrecer una visión general de este tema, nos hemos propuesto
hacer referencia a casos concretos, antiguos y recientes; a las historias y a las pasiones
humanas que se vivieron alrededor de los hechos, y no exclusivamente al discurso
académico.
Del mismo modo veremos el esfuerzo que se esta haciendo en el mundo, para avanzar
en esta disciplina y procuraremos sobre ella, informar a quienes están relacionados con los
procesos de la justicia penal. En definitiva expondremos los aspectos propios del trazado de
los perfiles criminales, desde una perspectiva teórico-práctica.
1. EXPERIENCIAS.
Entre finales de los años setenta y principios de los ochenta, Peter William Sutcliffe,
psicótico esquizofrénico apodado “El destripador de Yorkshire” mató a quince mujeres e
intento llevar a la muerte a cinco más. La mayoría de las víctimas eran prostitutas. Los
homicidios se habían cometido en lugares diferentes, a los que correspondían fuerzas
policiales y fiscales diferentes; por esto, en un primer momento, nadie se dio cuenta de que
estaban relacionados y cometidos por el mismo criminal. Finalmente se vio que los hechos
estaban relacionados y se decidió unir las investigaciones, lo que comportó problemas de
dirección y ejecución en la investigación. Cada uno de los responsables o jefes de
investigación había trabajado separadamente, habían obtenido datos y pruebas en relación
con el caso o los casos que estaban bajo su jurisdicción. La documentación que había
generado todo esto llegaba a las catorce toneladas de peso y era prácticamente imposible
identificar las semejanzas y los aspectos más remarcables de cada crimen. A pesar de estas
dificultades se consiguió detener y procesar a Peter Sutcliffe, que fue sentenciado a cadena
perpetua.
Paralelamente al juicio se hizo una revisión de todo el proceso de este caso y en el
informe correspondiente se hicieron las siguientes recomendaciones:
a) Los responsables o jefes de investigaciones deben recibir formación que les capacite
para llevar a cabo investigaciones complejas interrelacionadas.
b) Los grupos de investigación deben tener acceso a una tecnología adecuada de
información que les permita gestionar investigaciones de delitos en serie de forma eficiente.
c) La creación de un centro de apoyo y asesoramiento de alto nivel para este tipo de
investigaciones.
La consecuencia principal de este dossier fue la creación de la Nacional Crime Faculty
en la propia sede del Police Staff Collage de Bramshill en el año 1995. Actualmente, la
Nacional Crime Faculty esta firmemente arraigada y se ha convertido en un punto clave en la
investigación de delitos graves en el Reino Unido.
Las instituciones policiales tienen en general una vasta experiencia, acumulada entre sus
integrantes pero, con el fomento práctico, pero ninguna investigación de un solo individuo
policía o miembro del Ministerio Publico, tiene la sumatoria de conocimientos globales y los
recursos suficientes para llevar a cabo investigaciones complejas únicamente por sí.
También ha sido aceptado que hay que conocer los cambios, no solo legislativos y
culturales sino también tecnológicos para aplicarlos a la moderna investigación criminal. Por
esto, los diferentes investigadores deben reconocer su incapacidad para responder a todas
las eventualidades sin el apoyo de especialistas y de expertos provenientes de las
dependencias técnico-científicas.
“Perfiles Criminales” Dr. Raúl Osvaldo Torre
Para resolver estas demandas, los británicos en la Nacional Crime Faculty, dan un
enfoque completo, que se beneficia de la experiencia de todos los miembros de los cuerpos
policiales y del apoyo de organizaciones y profesionales que pueden ofrecer los
conocimientos de sus expertos. Este tratamiento integral implica formación, apoyo, análisis,
investigación, asesoría, relaciones y desarrollo. Para hacer efectivas estas funciones, la
Nacional Crime Faculty se estructura en torno a tres secciones.
2. LA FORMACIÓN Y DESARROLLO.
Esta área debe ponerse en marcha como un servicio centralizado de apoyo que puede
asistir a cualquier oficial desde cualquier punto del territorio nacional, las veinticuatro horas del
día y todos los días del año. Debe disponer de una base de datos de expertos en diferentes
campos profesionales y detectives con experiencia, que pueden dar un apoyo especializado a
cualquier responsable de la investigación que lo pueda requerir. Este servicio se convierte en
un punto común de contacto en las investigaciones de delitos graves porque, al mismo tiempo
que permitirá a los investigadores sacar provecho de la experiencia de colegas que han
afrontado problemas similares, también pueden acceder a especialistas cualificados en sus
respectivos ámbitos.
Uno de estos ámbitos especializados que debe ofrecerse es el perfilador o especialista
en perfiles criminales, mediante una lista acreditada de profesionales, con una formación y
experiencia.
El especialista en perfiles criminales debe trabajar en colaboración con la Policia
Científica, porque esta disciplina cada vez tiene un papel importante en la investigación de
delitos. Sin su apoyo muchas investigaciones fracasarían e, incluso, algunas ni llegarían a
ponerse en marcha. Trabajamos en un medio donde la prueba científica es la clave; incluso,
los abogados defensores cuestionan hechos que hace unos cuantos años habrían aceptado
sin ninguna objeción. Nosotros no solamente debemos mostrar pruebas incuestionables, sino
que también las tenemos que obtener de acuerdo con los procedimientos establecidos: la
cadena de custodia de la prueba tiene que ser inobjetable. Por esto es tan importante que la
policía y criminalistas y médicos forenses cumplan cada uno su tarea pero trabajando
conjuntamente y de una forma coordinada: haciéndolo así pueden discutir muchas cuestiones
y prever problemas inesperados de cara a un futuro juicio oral. Una investigación más
profesional y una mejor presentación aseguran la prueba.
“Perfiles Criminales” Dr. Raúl Osvaldo Torre
Todos conocemos de qué manera hoy día las modalidades delictivas y los mismos
delincuentes traspasan límites municipales, provinciales y a veces internacionales, lo que en
principio ofrece un gran obstáculo para las investigaciones. No obstante, nos podemos
beneficiar de algunos recursos que facilitan la identificación de los delincuentes. Las provincia
de Mendoza Buenos Aires, han encarado ambiciosos proyectos legislativos, para contar con
bases de datos de ADN que puedan ayudar en esta labor de identificación. También esta en
marcha el sistema computarizado para huellas dactilares AFIS (Automated Fingerprints
Identification System), en la Policia Federal Argentina, Policía de la Provincia de Buenos
Aires, Gendarmería Nacional y Policía Judicial de la Procuración de Buenos Aires, lo que
brinda una herramienta fundamental para la investigación criminal, sin importar cual sea la
distancia y el lugar de comisión de los delitos.
El AFIS es un software que permite, a través del algoritmo de la imagen de la huella
digital, convertirla en una figura tridimensional. Si bien se trata de un proceso complicado,
permite calcular todos los ángulos de esa figura tridimensional en fracciones de segundos.
Cada huella es irrepetible, vale decir que no encontraremos dos personas con las mismas
huellas digitales.
La ventaja del AFIS consiste en que no se necesitan los diez dedos toda vez que con
uno solo se puede identificar a una persona. La utilización del AFIS se ha generalizado en
Estados Unidos (incluido el FBI y la CIA), en Europa Occidental y en nuestro país. No solo lo
utilizan las policías sino también los Registros de las personas.
Ahora bien, en los casos en que no tenemos ninguna prueba física para asemejar la
posible relación entre delitos, la policía debe estudiar el comportamiento y el modus operandi
del delincuente. Para facilitar esta labor, debe crearse un Centro de Análisis de Delitos
Graves, que reúne datos relevantes sobre delitos de homicidio, violación y secuestro, entre
otros. Para esta labor existen sistemas informáticos como el VINCLAS, de la Real Policia
Montada de Canadá, o el COMPSAT, de la New York City Police. De este modo se pueden
analizar cantidades de ilícitos, cometidos durante años; también se puede agrupar un número
determinado de delitos por sus similitudes y así informar de ello a las distintas reparticiones de
seguridad para que estudien sus vínculos posibles.
5. LOS PERFILADORES.
cuestionario con el que podemos conocer si el estudio del perfil ha sido provechoso para su
caso y, por otro lado, para constituye un elemento de evaluación.
Si los fiscales y policías ven la utilidad del estudio de los perfiles criminales los utilizarán
cada vez más, y no únicamente para los delitos graves sino para los delitos más habituales
Aunque hay una larga historia de investigaciones policiales que han utilizado los
conocimientos y las técnicas de un amplio abanico de disciplinas profesionales, la contribución
de las ciencias de la conducta al proceso de investigación es relativamente reciente. A pesar
de ello, en los últimos veinte años ha habido una concienciación creciente sobre el hecho de
que las ciencias de la conducta pueden contribuir al estudio del homicidio y de los delitos
sexuales, no únicamente desde la perspectiva clínica sino también desde el punto de vista de
la investigación policial. Como consecuencia de esto, hay muchas fuerzas policiales europeas
que han creado unidades de ciencias de la conducta que investigan y prestan apoyo operativo
en casos de homicidios, secuestro y extorsión.
El uso de los perfiles criminales en el campo de la investigación de delitos graves ha ido
aumentando, así como la implicación de psicólogos en el proceso de investigación, tanto en
los EE.UU. como en Francia y el Reino Unido. Mientras los debates teóricos sobre las
diferentes aproximaciones a los perfiles criminales todavía se tienen que resolver –aparte de
las preocupaciones éticas y científicas- ha habido varios hechos positivos asociados al
creciente interés por los perfiles criminales. En primer lugar, cada vez se presenta más
atención a los detalles específicos de los delitos graves y a las necesidades de interpretar
correctamente estos detalles; por tanto, ahora se considera primordial que hay que formar a la
policía para la valoración y la interpretación del escenario del delito. En segundo lugar, se ha
desarrollado la investigación criminológica empírica y la psicología investigativa en particular.
En esta investigación ha de establecer las bases para que el estudio de los perfiles
criminales sea un trabajo científico.
Según el experto David Canter, el termino ofender profiling fue utilizado por primera vez
por un miembro de la Unidad de Ciencias de la Conducta del FBI, a la que pertenecía Robert
K. Ressler que trabajó allí de 1970 a 1990. Fue especialista y pionero en la elaboración de
perfiles psicológicos de criminales, también acuñó el término serial killer y es experto en
homicidios sexuales y en negociación de rehenes. Ha sido asesor de autores como Thomas
Harris y Mary Higgins Clark. , Es coautor de dos libros de texto, “Sexual Homicide: Patterns
and Motives” (1988) y “Crime Classification Manual” (1992), y, junto con Tom Shachtman, de
tres obras autobiográficas, “El que lucha con monstruos” (1992), “Justice is Served” (1994) y
“Dentro del monstruo” (1997).
En la Unidad de Ciencias del Comportamiento del FBI describían el proceso de
acumulación de datos sobre las características de un sospechoso, a partir de los detalles de
sus acciones en un delito. Preocupados básicamente por los delitos de violación y homicidio,
demostraron que era posible obtener conclusiones generales sobre el estilo de vida, la historia
delictiva y la residencia de una persona que había cometido un cierto numero de delitos, a
partir de un cuidadoso estudio de dónde, Cuándo y Cómo habían sido cometidos aquellos
delitos.
Canter distingue dos acepciones del rotulo ofender profiling: por un lado es una
aproximación inductiva basada en resultados empíricos.
“Perfiles Criminales” Dr. Raúl Osvaldo Torre
Por otro lado, Kind –un forense- hace una distinción paralela entre el detective y el
investigador. De este modo un detective puede resolver delitos sobre bases puramente
intuitivas, o bien utilizando la lógica del sentido común, acompañada de una larga experiencia
y una cierta comprensión de la naturaleza humana. Estas son las bases sobre las que los
delitos se resuelven habitualmente. En cambio, el investigador debe tener la habilidad de
ordenar hechos, fuentes, procedimientos, hipótesis, prioridades e información. Esta claro que
entre sus recursos tiene que contar con un equipo de policías científicos y detectives. De todo
esto se desprende que es muy difícil imaginar a un buen investigador que no sea un buen
detective.
En cambio, en otro sentido, muy buenos detectives no tienen la capacidad para ser
buenos investigadores.
Para evaluar el empleo de los perfiles criminales. Deberemos resolver tres cuestiones: