02 Ejército Realista en América

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 17

5/5/2020 Ejército realista en América - Wikipedia, la enciclopedia libre

Ejército realista en América


Realistas refiere a las fuerzas armadas formadas por españoles, europeos y americanos,
empleadas para la defensa de la monarquía española frente a las revoluciones independentistas
Realistas
hispanoamericanas en el primer tercio del siglo XIX.1 2
Participante en Guerras de
Los diccionarios de la Real Academia los definen desde 1803 como regiarum partium sectator, el independencia hispanoamericanas
que en las guerras civiles sigue el partido de los reyes. En 1822 se añadió potestatis regia defensor,
que defiende regalías y derechos de los reyes. En 1832 se suprimió guerra civil, y el año 1869 se
añadió a los partidarios de la monarquía absoluta.3

El uso del término realistas puede extenderse a la población no beligerante o al partido realista.4
En España, también se denominó realistas a los defensores de la monarquía absolutista, llamados
generalmente carlistas.

Véanse también: Absolutismo español y Voluntarios Realistas.

Escudo de armas de España, «Por la


Índice Religión, la Patria y el Rey»

Situación de la monarquía española


Efectos de la revolución hispanoamericana en la monarquía
Liberales y absolutistas
El ejército realista
Componentes americanos y europeos
Unidades creadas en América
Unidades creadas en España
Jefes del movimiento realista Estandarte de Fernando VII de España,
Banderas, condecoraciones y música «Hispaniarum et Indiarum Rex» durante el
absolutismo, y rey constitucional de «las
Equipo y uniforme del soldado realista
Españas» bajo el régimen constitucional.
Armamento, táctica y sanidad
Guerrillas realistas Actividad 1808-1833
Campañas Militares Objetivos Defensa la unidad de la
Extinción del movimiento y capitulación de sus fuerzas América española y de la
La Gran Expedición de Ultramar Peninsula y/o de la
El Trienio liberal autoridad del Rey de
Restauración absolutista España en América.
Organización
Operaciones navales y los últimos reductos
La defensa de las islas de Cuba y Puerto Rico Líder Líderes realistas

Expedición de Barradas Área de América y Europa


operaciones
Fin de la Guerra
Relaciones
Véase también
Aliados Constitucionales y
Referencias absolutistas
Bibliografía Enemigos Independentistas
Enlaces externos Símbolos
Escudo de
distinción
Situación de la monarquía española
Véase también: Colonización española de América

A principios del siglo XIX la monarquía española y sus defensores se vieron afectados por la
revolución liberal a través de dos procesos políticos simultáneos y paralelos, el constituyente
español y la independencia hispanoamericana, y ambos procesos dieron origen a los nuevos
estados nacionales que señalaron el final del absolutismo en todo el mundo hispánico.

El sentido patrimonial de la reunión de distintos Reinos (en plural) de Europa y Ultramar en una "Por la integridad
misma corona, bajo una dinastía absolutista, y que pretendía mantenerse en apariencia bajo un de las Españas".
estado liberal títere en el estatuto de Bayona de 1808 con el nombre de Reinos de las Españas y de
Indias, desapareció con el establecimiento del estado nacional español denominándose reino (en
singular) por las Cortes de Cádiz en 1810, con un retroceso transitorio durante la restauración
absolutista que suprimió la Constitución de Cádiz.5

La Junta Suprema Central, había sido obedecida por las juntas formadas desde 1808 en España y América, pero ante los avances de
Napoleón en 1810, termina refugiada en Cádiz, y se disuelve, dando paso a la formación de la Regencia de España e Indias y la formación de
las Cortes de Cádiz en 1810. La legitimidad de la Regencia ya no fue reconocida por las juntas americanas, y viceversa, las juntas tratadas de
insurgentes. Las Cortes procedieron a la abolición de los antiguos reinos, y pretendían tener la soberanía de la península y de los territorios

https://es.wikipedia.org/wiki/Ejército_realista_en_América 1/17
5/5/2020 Ejército realista en América - Wikipedia, la enciclopedia libre
americanos, y nombraba en Cádiz, sitiada por Napoleón, diputados suplentes para América. En
sentido contrario las juntas americanas rechazaban la soberanía de la España europea, y la
obediencia frente a cualquier gobierno español o francés, y fundamentaban su propio autogobierno
en base la retroversión de la soberanía y las leyes tradicionales de Siete Partidas, justificándolas en la
renuncia del rey en Bayona 1808. La radicalización de posturas resultó en un conflicto militar que
derivó en las declaraciones de independencia y el triunfo en el seno del juntismo americano de las
ideas republicanas venidas de las revoluciones francesa y estadounidense.

Efectos de la revolución hispanoamericana en la monarquía


Testamento de Isabel la Católica.
Inicialmente, casi todas las juntas americanas proclamaron su lealtad a la dinastía Borbón de
Fernando VII, prisionero de Napoleón, pero bajo proyectos de monarquías americanas
independientes, como la llevada a la práctica en el Primer Imperio Mexicano. También hubo propuestas
de monarquías bajo otras dinastías en el caso de Perú,6 o de una monarquía incaica, como en
Argentina. En todas ellas se trató en todo caso de formas monárquicas que además de liberales tampoco
renunciaban a la independencia, el eje del conflicto. También hubo proyectos americanos no
concretados para apoyar el régimen monárquico liberal establecido en España, con el objetivo de
detener el proyecto monárquico absolutista de las potencias de la Santa Alianza. En todos los casos
manteniendo la independencia de las nuevas naciones hispanoamericanas.
Constitución de Cádiz, La
Desde el año 1808, geográficamente, por su enorme amplitud, las campañas terrestres tuvieron por promulgación de la Constitución de
escenario las zonas continentales de los dominios americanos de la monarquía, inclusive Florida 1812 obra de Salvador Viniegra
española, y las islas próximas al continente, como Isla de Margarita o Chiloé. En la logística y combates (Museo de las Cortes de Cádiz).
navales se vieron involucradas las islas de Cuba, Puerto Rico, las islas Canarias, y puertos de la
península ibérica. No se vieron afectadas la Luisiana cedida a Estados Unidos ni Filipinas.

Políticamente el conflicto tuvo a la vez, un marcado carácter civil e internacional, pero siempre doméstico, sin intervención directa de otras
potencias europeas. La intervención oficial de las potencias europeas se limitó a la defensa de España contra la invasión de Napoleón y la
restauración en España de Fernando VII en el trono absoluto, manteniendo respecto a los dominios americanos de la monarquía una
neutralidad en el conflicto, aunque permisiva con las empresas privadas de contratación de contingentes militares o voluntarios para los
ejércitos independientes o de corsarios por parte de ambos bandos.

Socialmente ambas posiciones enfrentadas, realista e independentistas, tuvieron una trascendencia incierta para los súbditos de la
monarquía. En España se empleó el reclutamiento indiscriminado para las expediciones, en general forzoso por leva o quinta (sorteo).7 8
Para la movilización americana se apeló al fidelismo de comunidades nativas americanas enfrentadas a los estados nacientes,9 a las
mejoras sociales o promesas de ellas, por parte de unos y otros, a los indígenas y las diferentes castas coloniales mestizas, como mulatos
(«pardos»), cholos, etc., y hasta la leva de esclavos africanos.10 Los potentados criollos de origen europeo dieron su apoyo a la causa
realista, o independentista, en relación al posicionamiento comercial de cada región, y que podía estar circunscrita a ciudades pobladas o
intendencias, o incluir globalmente un virreinato. La Iglesia estaba dividida, el bajo clero era el motor de una verdadera revolución social en
el primer movimiento insurgente de México, mientras que la mayoría de los obispos «permanecieron más partidarios del rey que de los
nuevos gobiernos» debido al patronato en cabeza del Rey de España.11

Decisivo para el desarrollo de la guerra fue que el Virreinato del Perú, en lugar de colapsar como sus pares rioplatense o neogranadino, se
convirtió en el principal núcleo de las fuerzas realistas en sudamérica,12 permitiendo que para 1815-1816 la mayoría de las provincias
limítrofes a este virreinato volviera al poder monárquico.13

El gobierno del virrey José Fernando de Abascal derrotó con fuerzas autóctonas a todos los movimientos revolucionarios en el Perú. Un
conflicto similar ocurría en otras regiones dentro y fuera de la influencia de la esfera peruana:14 Coro,15 Maracaibo,15 Cumaná,14 llaneros
de la cuenca del Orinoco,16 Santa Marta,17 Panamá,15 Popayán,18 Pasto,19 Riohacha,20 Cuenca,18 Riobamba,14 Guayaquil,18
Montevideo,14 los enclaves semi-autónomos de Chiloé y Valdivia, Talcahuano, Concepción, Chillán y los butalmapus mapuches.21
También se sostuvieron con solidez los gobiernos de Nueva España, Cuba, Puerto Rico y Cádiz.22

Las primeras etapas del conflicto fueron guerras entre las ciudades que se convirtieron en focos revolucionarios que pretendían extender
sus ideas por el continente, y los núcleos leales a las autoridades nombradas desde Cádiz y que pretendían impedir dicha expansión y
suprimir esos amagos rebeldes.23 Las pocas guarniciones o la escasa llegada de refuerzos peninsulares significó que los años iniciales de
guerra fueran librados principalmente entre milicias leales primero a su ciudad natal, mal armadas e indisciplinadas; la posterior llegada de
contingentes europeos y armamento angloamericano reforzó la organización de los ejércitos nacionales.24

Liberales y absolutistas

En España la monarquía española que gobernaba a través de un régimen de absolutismo fue abatida en 1808 por Napoleón, y desde 1812
controlada por los españoles partidarios de establecer una monarquía constitucional. La defensa de la monarquía española en América
había quedado casi a sus propios medios locales, con auxilios esporádicos de Europa, hasta que Fernando VII y los partidarios del
absolutismo, tras recuperar el gobierno en 1815, llevaron adelante acciones de verdadera envergadura, pero aisladas, como la primera
expedición de ultramar de unos diez mil españoles, que bajo el mando de Pablo Morillo tenían como objetivo reprimir la insurrección
hispanoamericana y alejar el peligro de los propios militares liberales de España.

Sin embargo en 1820, una segunda expedición a ultramar de unos veinte mil españoles que había sido organizada en Cádiz por el antiguo
virrey de Nueva España, don Félix María Calleja del Rey, nunca llegó a partir porque fue sublevada contra el propio Fernando VII y en favor
del Trienio liberal. Seguidamente, el gobierno del Trienio liberal suprimió cualquier auxilio a los realistas, paralizó las operaciones militares
de forma unilateral, y envió negociadores a los independentistas americanos sin ningún resultado, convirtiéndose de facto en una renuncia
a los territorios de ultramar en conflicto. El año 1820 marcó el declive de los realistas.

https://es.wikipedia.org/wiki/Ejército_realista_en_América 2/17
5/5/2020 Ejército realista en América - Wikipedia, la enciclopedia libre

El ejército realista
El ejército realista no era el ejército colonial del Imperio español; no tuvo la misma misión ni la
organización que tenía el ejército colonial durante la época colonial, que iba dirigida a la defensa
frente a potencias enemigas del exterior. Sin embargo el ejército colonial tenía un fuerte carácter
doméstico, americano, formado por tropas locales de la ciudad en un 80%, y por oficiales afincados
en el país, comprometidos con la élite del lugar.

El ejército borbónico desapareció en España en el año 1808, construyéndose durante la guerra


peninsular una fuerza totalmente nueva para enfrentarse a Napoleón en España y servir en ultramar.
Al iniciarse la revolución hispanoamericana el ejército colonial español se desintegró y grandes
sectores del mismo se integraron a los ejércitos independentistas y dependieron de las juntas de Rebelión del ejército de ultramar en la
gobierno americanas. Los batallones coloniales se comportaron en función del apoyo de las élites Revolución de 1820.
locales a favor de una Junta o del Virrey.25

El ejército realista en América fue una organización improvisada, surgida de la reacción de


los defensores de la monarquía española, que sólo reconocían la autoridad del rey español a Ejército Realista
través de los virreyes y las autoridades instaladas en España, y tuvo como fin intentar
detener el proceso de independencia de las colonias americanas. La mayor parte de las Cultura e historia
agrupaciones militares realistas fueron entonces de nueva creación y se formaron por
Honores de
unidades americanas nuevas en su mayoría, por unidades recicladas del desarticulado Nueva España y
batalla
ejército colonial americano que permanecían leales y por unidades expedicionarias Guatemala
formadas en España ad hoc, que a su vez mantendrán su continuidad únicamente por
reemplazos de americanos. Batalla de Cañada de Los
Naranjos
En el año 1820 el número de españoles peninsulares combatiendo en América llegaba a
9.954 hombres26 y a partir de 1820 el gobierno español no envió más expedicionarios Batalla de Puente de
desde Europa para reforzar el ejército realista. Morillo en Costa Firme tenía 2000 europeos Calderón
bajo su mando. En diciembre de 1821 se reembarcaban desde México hacia la península Batalla de Zitácuaro
ibérica 492 oficiales y 3.699 sargentos cabos y soldados europeos que habían formado Sitio de Cuautla
parte del desmembrado el Ejército Realista en Nueva España.
Batalla de las Lomas de
El virreinato del Perú contaba en 1820 con una fuerza de 7.000 hombres -de varios países- Santa María
en su mayoría movilizados sobre el Alto Perú.27 Para diciembre de 1824, punto culminante Batalla de Tezmalaca
de las guerras de independencia en Sudamérica, un diezmado componente europeo de Campaña contra Mina
apenas 1500 hombres se repartía para toda la extensión del virreinato,28 que comprendía Combate del Fortín de La
los escenarios de Charcas, Chiloé y Perú. Barra

Tabla con las fuerzas coloniales de América del ejército borbónico de España a
Nueva Granada,
principios del siglo XIX (antes de la independencia hispanoamericana):
Venezuela, Quito

Campaña de Monteverde
Primera Batalla de La
Puerta
Sitio de Cartagena de Indias
(1815)
Tercera Batalla de La Puerta
Campaña de Portobelo
(1819)

Río de la Plata y Paraguay

Batalla de Tacuarí

Chile, Alto y Bajo Perú

Batalla de Guaqui
Batalla de Vilcapugio
Batalla de Viluma
Batalla de Rancagua
Batalla de Cancha Rayada
Batalla de Ica
Batalla de Torata
Batalla de Moquegua
Combate de Arequipa
Batalla de Corpahuaico

https://es.wikipedia.org/wiki/Ejército_realista_en_América 3/17
5/5/2020 Ejército realista en América - Wikipedia, la enciclopedia libre

Provincia Regulares Milicias Total fuerzas


Capitanía General de Puerto Rico
1.500 2.400 3.900
Florida española
Capitanía General de Cuba 2.000 3.700 5.700
Virreinato de Nueva España 7.200 20.800 28.000
Capitanía General de Yucatán 900 2.600 3.500
Capitanía General de Guatemala 1.000 4.100 5.100
Virreinato de Nueva Granada 2.000 9.000 11.000
Provincia de Venezuela 1.500 9.000 10.500
Virreinato del Perú 2.600 43.800 46.400
Capitanía General de Chile 1.550 4.500 6.050
Virreinato del Río de la Plata 3.000 17.000 20.000
Capitanía General de las Filipinas 1.500 11.000 12.500

Total de Mario Pereyra29 24.750 127.900 152.650 Sargento del


Regimiento Saboya en
Virrenato de Nueva España 10.000 20.000 30.000
1761. El regimiento de
Isla de Cuba 2.680 21.831 24.511 Saboya partcipó en
Virreinato de Nueva Granada 3.600 8.400 12.000 distintas expediciones al
Virreinato de Nueva
Capitanía General de Venezuela. Virreinato de Nueva Granada 11.900 España en 1768 y 1813,
Virreinato del Perú 12.000 49.000 61.000 al Virreinato de Nueva
Granada en 1770 y su II
Total de Alexander von Humboldt30 139.411 batallón al Virreinato del
Nueva España 9.500 24.000 33.500 Río de la Plata en 1776.

Guatemala 1.083 7.560 8.643


Yucatán 2.000
Cuba 1.560
Florida 2.000
Puerto Rico 4.400
Venezuela 9.000
Nueva Granada 11.000
Perú 11.200
Chile 3.550
Río de la Plata 21.000
Filipinas 12.000

Total del Niles' Register31 129.053

Los cuerpos de línea al momento de comenzar el conflicto estaban concentrados, en el caso novohispano, en México, Tlaxcala, Córdoba,
Toluca, Guanajuato, San Luis Potosí, Oaxaca, Valladolid, Puebla, Querétaro y Veracruz, apoyados por los poco eficaces cuerpos de
milicianos.32 Otros territorios de la corona madrileña también poseían poderosas guarniciones regulares, especialmente la estratégica isla
de Cuba, con varios regimientos de infantería, artillería e oficiales ingenieros. El vital puerto de Cartagena de Indias tenía un regimiento de
infantería, dos compañías de artillería e ingenieros. El Callao dos compañías de infantes, otra de artilleros e ingenieros. Montevideo un
regimiento de refuerzo formado por tres compañías (una de artillería). Santafé de Bogotá dos compañías, un batallón de infantería y otra
compañía pero de artilleros. Buenos Aires un batallón de infantería, ingenieros y un escuadrón de dragones. Talcahuano ocho escuadrones
de dragones, un batallón de infantería y una compañía de artillería. Puerto Rico y Santo Domingo varios regimientos de infantes e
ingenieros. La Guaira una compañía de artillería e ingenieros; Guayaquil un batallón de infantería; isla Margarita una compañía de
infantería; Maracaibo cuatro, Guayana y Cumaná tres, Quito cuatro, Popayán una, Tarma una, Caracas un batallón de infantes e ingenieros,
la frontera del Biobío varias compañías de artilleros e infantes, San Carlos de Chiloé dos compañías de infantes, una artillera y dragones,
Valdivia un batallón de infantes, una compañía de artilleros y un escuadrón de dragones, Santiago de Chile una compañía de dragones y
Valparaíso una compañía de artillería. Apostaderos de marina había en La Habana, La Guaira, Cartagena de Indias, Guayaquil, El Callao,
Buenos Aires y Montevideo.33

Componentes americanos y europeos

Por su origen se puede clasificar dos grandes clases de unidades dentro del ejército realista, las unidades creadas en América y las unidades
creadas en España. Por su número los americanos formaron la inmensa mayoría del conjunto del ejército realista, en palabras de estudiosos
del ejército realista, superando el noventa por cien de las tropas como porcentaje,34 35 pero su proporción en los mandos superiores se
deducía, según el origen de la unidad, siendo españoles peninsulares casi el cien por ciento de los virreyes, exceptuando a D.Francisco
Montalvo, virrey de Nueva Granada, y D. Pío Tristán, el último jefe de gobierno del virreinato del Perú. La población de españoles
peninsulares en las colonias americanas a fines del siglo XVIII, era de 150.000 personas, cifra inferior al 1% de la población total.36 Sin
embargo, ya desde la introducción de las reformas borbónicas, la proporción de sus componentes europeo y americano no varió, y se
estabilizó en torno a un 80-85% de americanos en los regimientos veteranos.37 38

Unidades creadas en América

https://es.wikipedia.org/wiki/Ejército_realista_en_América 4/17
5/5/2020 Ejército realista en América - Wikipedia, la enciclopedia libre
Las unidades creadas en América se formaban por tropas originarias americanas, y su componente social
y étnico era el reflejo de su población local. Así por ejemplo, en el Virreinato del Perú, los oficiales y
suboficales del Ejército Real del Perú hablaban en la lengua quechua o aimara para dirigir a las tropas
amerindias ya que «La inmensa mayoría sólo hablaban su lengua nativa por lo cual los oficiales debían
conocerla para poder dirigirlos».40 Estas tropas "del país" se movilizaron para sus respectivos teatros de
guerra locales, y con raras excepciones partieron fuera de sus lugares de origen. De esta forma, y también
para los independentistas, las personas identificadas con las múltiples castas de amerindios mestizos
(cholos), o de negros mestizos (mulatos o pardos), junto con negros esclavos liberados fueron el grueso de
la tropa realista dependiendo del predominio étnico en la población. De otra parte, por su movilidad
Infantería realista del Alto Perú
geográfica y por su instrucción, las tropas americanas se podían dividir en unidades de milicias y
con uniformidad clásica azul
unidades veteranas. Los batallones de milicias que para su mejora recibían un núcleo de instructores
oscuro, para chaquetón largo
veteranos, a veces europeos, pasaban a denominarse milicias disciplinadas.
invernal o chaqueta corta —39

Unidades creadas en España

La monarquía española tenía bastante experiencia coordinando y financiando operaciones militares


para mantener su dominio ultramarino contra otras potencias coloniales, lo había hecho con diversa
suerte en la Guerra de los Siete Años, la Guerra de Independencia de Estados Unidos, la Guerra del
Rosellón, la Guerra anglo-española (1796-1802), la Guerra anglo-española (1804-1809) y la Guerra de
la Independencia Española.42 Diversas expediciones fueron enviadas a pesar del caos político y la ruina
económica de la guerra napoleónica, con este fin desde en Cádiz se organizó la Comisión de
Reemplazos, una entidad gestionada por el comercio gaditano y el estado, y que entre 1812 y 1820
acopió más de 300 millones de reales y consiguió enviar un total de 30 expediciones para someter las
revueltas americanas con una suma de 47.000 hombres (la más grande y costosa fue la expedición del
Infantería de la batalla de Maipu con
general Pablo Morillo en 1815).43 Sin embargo únicamente 30.000 hombres alcanzaron el continente
44 uniformidad color brin (lino),
para luchar y el resto reforzaron la isla de Cuba o se perdieron. A lo largo de toda la guerra siete repartida a los expedicionarios
expediciones con más de 9.000 hombres fueron enviados a México, cinco expediciones con 6.000 europeos y americanos, empleada
efectivos a apoyar al Perú, la región sudamericana mejor conservada para la causa real, y otras cinco en trópicos o climas desérticos41
fueron a reforzar los puertos de La Habana y San Juan con 7.000 soldados, principales apostaderos de
la Armada española en las islas del Caribe y encrucijada de los caminos entre la metrópolis y las
Indias.45 Sin embargo, la actitud cambio en los años siguientes, a partir de 1817 los esfuerzos de las autoridades se centrarían en preparar
la expedición que se alzó encabezada por Riego.46 Posteriormente, a partir de 1820, las autoridades de Madrid se dedicaron principalmente
a conducir las escuadras y ejércitos realistas americanos que combatían en las Indias.

En el siguiente cuadro puede apreciarse los envíos de refuerzos peninsulares a las fuerzas realistas en América. Gracias a este refuerzo fue
posible a los realistas recuperar la mayor parte del territorio entre 1815 y 1820, su disminución sería clave para la derrota monárquica.
También puede apreciarse los lugares que recibían mayor prioridad en la estrategia de Madrid.47

Año Plazas Batallones Destino


1811 2.034 3 Montevideo y La Habana
1812 5.944 8½ Veracruz, Montevideo y La Habana
1813 4.564 6 Veracruz, Montevideo, Puerto Cabello y Callao
1815 12.999 11 Venezuela, Panamá, Veracruz y Puerto Rico
1816 2.063 3 Panamá, Callao, Puerto Rico y La Habana
1817 4.839 6 Venezuela, Veracruz y Callao
1818 1.600 2 Callao
1819 2.200 2 La Habana
1824 2.400 2 La Habana
1825 1.400 1 La Habana

Las unidades creadas en España eran las llamadas expedicionarias, pero desde su llegada al continente americano recibían un flujo
continuo de tropas americanas que suplantaba sus bajas europeas, es decir, a más tiempo de llegada más americanizada se quedaba la
teórica unidad expedicionaria. Por ejemplo, una conocida unidad expedicionaria, el batallón Burgos, tras el trayecto naval desde la
Península Ibérica tuvo que completar sus filas a su llegada a puertos con un tercio de americanos, sin siquiera haber trabado combate
alguno. De esta forma únicamente un cuarto del ejército real en la batalla de Maipú era europeo. A partir del año 1817 no llegaría ningún
refuerzo europeo para los realistas del Perú, y desde el año 1820 para ningún lugar de América. Durante la totalidad de la guerra un número
de entre cuarenta y cincuenta mil españoles europeos se embarcaron para América en varias expediciones a lo largo del conflicto, y de ellos
no eran más de 30.000 los soldados que combatieron en suelo continental americano.48 Una parte importante de ellos, 15.000 o 20.000,
permanecieron guarneciendo la estratégica isla de Cuba.49 En el año 1820, el número españoles peninsulares combatientes en toda
América no alcanzaba la cifra de diez mil hombres. En ese mismo año las unidades expedicionarias contaban, en general, con una
proporción de 50% de europeos, y Pablo Morillo afirma que en esa fecha tenía unos 2.000 europeos bajo su mando. En el año 1824
únicamente 500 españoles peninsulares formaron parte del ejército realista que combatió en la batalla de Ayacucho.50

Durante la primera etapa de la guerra, cuando pocas expediciones fueron enviadas, los contingentes europeos eran aún menores. Mariano
Osorio reconquistó Chile en 1814 con un ejército de 5.000 hombres, principalmente reclutados en Valdivia y Chiloé, apenas 600 soldados y
oficiales eran peninsulares.51 52 El mismo año, José Tomás Boves mandaba una hueste de 7.000 llaneros (más 3000 esclavos rebeldes de
su lugarteniente Francisco Rosete)53 pero apenas 160 eran europeos,54 divididos en 60 a 80 soldados blancos y 40 a 45 oficiales
peninsulares y criollos.55

https://es.wikipedia.org/wiki/Ejército_realista_en_América 5/17
5/5/2020 Ejército realista en América - Wikipedia, la enciclopedia libre
La característica que se atribuye a los soldados expedicionarios europeos es una teórica mayor lealtad que sirviera de cohesión para las
unidades regulares (expedicionarias y del país). Pero por el contrario esta tropa europea era más susceptible a enfermar, y sin disciplinar
eran más insubordinados que los americanos. Lo cual era extensible también para los miles de mercenarios británicos y de otras naciones
europeas contratados por los independentistas para sus ejércitos.

Sobre el desempeño de las fuerzas peninsulares en el teatro de guerra en el Alto Perú en la campaña de 1817, el general realista Andrés
García Camba señalaba:

Los cuerpos peninsulares ostentaron en todos los lances de esta activísima campaña, constante y decidido valor, mas la falta de
conocimientos en esta clase de guerra enteramente nueva para ellos y el desventajoso concepto que ligeramente habían formado
del enemigo varios de sus individuos, fueron la causa de algunas temeridades tan sensibles como costosas. Las tropas del país
(americanas) llevaban algunas ventajas a las europeas, por la práctica que habían adquirido, por la menor impresión que les
hacia la frecuente variación de temperaturas y aun por su imponderable sobriedad.
Andrés García Camba.56

Evolución de la estructura del ejército realista.

Jefes del movimiento realista

La procedencia de la oficialidad también era diversa. Los españoles peninsulares ocuparon generalmente los puestos de jefes de gobierno, y
también los puestos de alto rango, sobre todo de los cuerpos expedicionarios llegados de España. Los oficiales americanos que se
incorporaban en América alcanzan un tercio en los mandos expedicionarios: «de los oficiales reseñados en las unidades expedicionarias, si
bien la mayoría -64%- es peninsular, el resto, un tercio-35%- son americanos»,57 lo que facilitó la continuidad de estas formaciones
militares sobre la base de tropas americanas, pero implicó una pérdida de la identidad ibérica de los batallones expedicionarios.

La oficialidad independentista estaba formada en un 10% por el ejército borbónico, igualmente las Juntas de España desplazaron también a
la mayoría de la oficialidad borbónica. Los oficiales del ejército colonial era en un 60% americanos y los que eran peninsulares llevaban más
de 30 años residiendo en América. Así, la oficialidad peninsular combatiendo en América en 1820 estaba formada en un 15% por hombres
del ejército borbónico y un 85% se trataba de gente que se había formado en la guerra napoleónica.

La proporción de mandos del país en las unidades americanas era mayor, ya fuesen unidades veteranas o de milicias. Se calcula que la cifra
de oficiales americanos estaba en torno a unos dos tercios en los cuerpos veteranos, y casi el total de jefes era americano en los cuerpos de
milicias. Tampoco faltaban americanos en el mando de ejércitos enteros, o de un teatro de guerra, como en cada caso obtuvieron Agustín de
Iturbide o José Manuel de Goyeneche.57

Jefes realistas58

Perú, Charcas (Alto Perú) y


Chile
Río de la Plata y Paraguay Nueva Granada, Venezuela y Nueva España, Guatemala,
Quito Cuba y Puerto Rico

Santiago Liniers Pablo Morillo Félix Calleja

Fernando de Abascal

Francisco Javier de Elío José Fernando de Abascal y Fernando Miyares y Gonzáles Francisco Javier Venegas
Gaspar de Vigodet Sousa Ramón Correa Torcuato Trujillo60
Bernardo de Velasco José Manuel de Goyeneche José Ceballos Félix María Calleja
Pío Tristán Domingo de Monteverde Juan Ruiz de Apodaca
https://es.wikipedia.org/wiki/Ejército_realista_en_América 6/17
5/5/2020 Ejército realista en América - Wikipedia, la enciclopedia libre
Santiago de Liniers y Joaquín de la Pezuela José Tomás Boves Pascual Liñán
Bremond Pedro Antonio Olañeta José Antonio Yáñez Fernando Miyares y Mancebo
Vicente Nieto presidente de José de la Serna e Hinojosa Francisco Montalvo y Francisco Novella
Charcas José de Canterac Ambulodi Francisco Lemaur
José de Córdoba segundo Jerónimo Valdés Juan de Sámano José Coppinger
comandante de Charcas Pablo Morillo
Antonio Pareja Juan O'Donojú
Joaquín de Soria Miguel de la Torre
Juan Francisco Sánchez Isidro Barradas
Antonio Olaguer Feliú Francisco Tomás Morales
Gabino Gaínza Melchor Álvarez
Mariano Osorio Sebastián de la Calzada
Rafael Maroto José María Barreiro Manjón
Casimiro Marcó del Pont Juan de los Reyes Vargas
José Ordóñez Agustín Agualongo
Vicente Benavides Basilio García
Antonio de Quintanilla Melchor Aymerich
José Ramón Rodil y Campillo Alejandro de Hore
Juan de la Cruz Mourgeon
José Arizábalo y Orobio
José Preysler,59 Jefe del
Estado Mayor de la 4ª
división.

Banderas, condecoraciones y música

Las banderas de los ejércitos de la monarquía española, tanto para los batallones de
infantería de línea como para los batallones ligeros, estaban representadas por la bandera
Coronela, que mostraba el estandarte real y se entregaba una para cada regimiento, siendo
portada por el primer batallón, y por las banderas de Ordenanza o Batallona, que
mostraban la Cruz de Borgoña que portaban el segundo y tercer batallón. Todas se
acompañaban de cuatro coronas con cuatro pequeños escudetes de la ciudad de origen de la
unidad. A las banderas se añadían adornos y lemas. Los estandartes de caballería mostraban
el escudo real en fondo carmesí.
Estandartes tipo de regimiento y de batallón de la
Estas banderas fueron usadas tanto por unidades españolas como por unidades americanas. infantería realista.Lemas:«Por la Religión, la
Para conservar los símbolos, cuando por cualquier razón los batallones se fundían en un Patria y el Rey», «Viva Fernando VII».61
único batallón del regimiento, las unidades peninsulares superponían ambas banderas una
sobre la otra, mientras que las unidades americanas las ponían también en la misma
bandera pero una en el anverso y otra en el reverso.

Además de lemas en las banderas, existían distintivos como colores en cintas atadas al vestido o las armas, en rojo
y negro que significaban «No dar tregua», moda traída de la guerra en la Península Ibérica contra Napoleón, o
rojo y blanco que significaban «La unión» de españoles y americanos. Se entregaban condecoraciones y medallas
a los jefes y tropas realistas por los hechos notables, tanto en acciones del ejército, como de guerrilla o civiles.62

Los ejércitos realistas, tanto europeos como americanos, veteranos o milicias tocaban la misma música de las
reales ordenanzas (archivo mp363 ), y no existían toques particulares ni marchas especiales, pero las unidades Estandarte real de la
expedicionarias también cantaban las canciones traídas de la Guerra de Independencia española (archivo mp364 caballería realista
). Los cuerpos de infantería tenían plazas de pífanos y tambores. En los de infantería ligera figuraban cornetas
desde 1815 en la moda traída por las unidades de Pablo Morillo. Los de caballería llevaban cornetas y tambores
montados, como timbales.

Equipo y uniforme del soldado realista

Desde finales del siglo XVIII la corona intentó unificar los uniformes del ejército colonial de América pero
siempre con variantes locales. Pese a ello el ejército virreinal a principios del siglo XIX tenía un vestuario
generalizado. Desde 1795 el estilo con uniforme de color azul era el mayoritario. La diferenciación de
unidades venía dada por el distinto color de cuellos, mangas, chalecos, botones, bordados, etc.

Así, por Real Orden del año 1796 las milicias (disciplinadas y urbanas) se uniformaron «mandando que el
de todas las milicias disciplinadas de Indias sea casaca (larga) azul con la vuelta, solapa y collarín (cuello)
encarnado, chupa (chaqueta corta) y calzón blanco, distinguiéndose los cuerpos de infantería de los de
caballería y dragones en que los primeros llevan galón de oro en el collarín y los segundos de plata. Y el de Cuerpos veteranos — Alto
las milicias urbanas en los mismos términos y con las propias diferencias para infantería caballería y Perú65
dragones con la sola distinción entre disciplinadas y urbanas de no llevar estas solapas».66

Hacía 1810 todas las unidades de milicias llevaban el reglamento vigente en las guías de forasteros de Madrid. El estilo inglés que se
reglamentó en España en el año 1811 pudo haber sido adoptado por unidades expedicionarias enviadas en auxilio de Montevideo o de Costa
firme. Está documentado que el Talavera arribó a Chile en 1813 con la uniformidad del año 1811. Desde el año 1814 se generalizó el uso de
shakó para todas las unidades, en reemplazo de los bicornios. Aunque el azul siguió siendo el color mayoritario, algunas unidades
especiales, sobre todo en caballería usaron estilos más modernos y coloristas.

https://es.wikipedia.org/wiki/Ejército_realista_en_América 7/17
5/5/2020 Ejército realista en América - Wikipedia, la enciclopedia libre
Con la llegada del ejército expedicionario en 1815 llegó el estilo de uniformidad basado en reglamentación española de
1815 y que se trasladó al resto de unidades por real orden del año 1818. Se señala que únicamente los granaderos de
regimientos de línea usaron el característico gorro con piel de oso. En el año 1816 y 1817 aparecen los uniformes de
color brin (lino) para las campañas de verano en ultramar, modalidad no usada por el ejército español, y característica
de la campaña de Maipú.

A partir del año 1818 y 1819 debido al agotamiento y escasez por la prolongación de la guerra proliferan en el ejército
real los vestuarios de chaquetones y chaquetas de color gris plomo y pardo sin solapas, mucho más baratos que el Escarapela de los
teñido de azul. También se recortaron los faldones de los chaquetones y se generalizó la chaquetilla corta. Algunas ejércitos realistas.
unidades como los voluntarios de Chiloé llevaron uniforme verde de cazadores.

Desde 1821 las cortes liberales fijaron reglamentos con uniformidad azul, pantalón gris de invierno y blanco de verano y las unidades ligeras
en verde oscuro y pantalón gris. Esto solo se consiguió desde el año 1823 y 1824 debido a las carencias de los años finales de la guerra.

El distintivo español y realista más socorrido era la escarapela roja, la que lucían los soldados en el chakó o en el bicornio. En el ejército la
presilla de sujeción de la cucarda roja iba a juego con el color de los botones de la casaca de la unidad militar en cuestión, luego las presillas
de la cucarda podían ser blancas o amarillas. Las corbatas de la moharra (cintas) de las banderas del ejército español de la época también
eran rojas.67

Armamento, táctica y sanidad

Las magnitudes de los llamados ejércitos regulares enfrentados en las guerras hispanoamericanas no superaban las agrupaciones militares
de entidad de División de las Guerras Napoleónicas durante la Guerra de Independencia española. La estrategia estaba fuertemente influida
por la lealtad y la geografía de las provincias americanas. Y la operatividad de las unidades dependía según la concepción de hacer una
guerra regular o irregular.

Durante las batallas, la táctica de las formaciones regulares venía determinada por las armas blancas y
las limitaciones de las armas de fuego napoleónicas (principalmente mosquetes) que podían ser de
montaje local o producción importada. La infantería empleaba las clásicas formaciones en orden
cerrado, una llamada en línea o batalla, formada por dos o tres líneas (escalones) de fusileros que
descargaban simultáneamente por escalones, o las muy instruidas por secciones de cada una de los tres
líneas, aunque todas finalmente terminaban con una carga de bayonetas. La otra formación cerrada, en
cuadro, se tomaba únicamente como medida defensiva urgente frente a las cargas de caballería. La
formación en orden abierto, llamada guerrilla, no se refiere a los guerrilleros, sino a la formación de
combate de unidades de élite como voltígeros, tiradores o cazadores que se desplegaban para tirar a
discreción, especialmente en terrenos boscosos o de montaña. La caballería tenía una misión
fundamental de choque o persecución, y su uso en la exploración era menos sistemático. La artillería de
la época, de tiro directo, era ineficaz en selvas o terrenos montañosos. Finalmente en estas grandes
concentraciones humanas, las bajas por enfermedades y falta de alimento, especialmente durante los
asedios, eran una preocupación constante en el mando.

Guerrillas realistas
Véase también: Guerra de guerrillas Infantería en orden cerrado: en
línea o batalla.
Primero se debe distinguir entre las guarniciones atrincheradas en fortalezas (a veces con una
considerable población civil dentro) y provincias donde la mayoría de la población era realista.68 En la
primera categoría entran Montevideo, Valdivia, Cumaná, Cartagena de Indias o Callao. En la segunda
están Coro, Chiloé, La Frontera, Pasto, La Guajira y Huanta.

Las guerrillas fueron agrupaciones organizadas de forma «permanente» para la guerra irregular. Al
contrario, las «montoneras» se reunían «espontáneamente» que tras el final del alzamiento
abandonaban la lucha.69 Respecto de las guerrillas, primero están las que se componen de habitantes
autóctonos del área donde actúan. Muy numerosas y formadas principalmente por campesinos
indígenas cuyas poblaciones integradas dentro de los territorios virreinales, como los pastusos de
Nueva Granada, o que estaban en la periferia imperial, como los casos de los araucanos en La Frontera
y los wayús en La Guajira. En segundo lugar estaban algunas formaciones guerrilleras cuyo origen eran
agrupaciones militares realistas vencidas que se dispersaron.

Todas las guerrillas monárquicas se ubicaron en América del Sur. No surgieron donde el ejército regular
se impuso en el territorio, como en América del Norte; debido al carácter social de la revolución de
Hidalgo y Morelos, la insurgencia mexicana era reprimida por las tropas de línea realistas. Tampoco se
formaron en el Alto Perú, Jujuy o Salta, donde los regulares monárquicos combatían a las guerrillas
Infantería en orden abierto: en
separatistas. Lo mismo sucedió donde se perdió el control al comienzo del proceso de emancipación,
guerrilla.
como Córdoba, Buenos Aires, Paraguay y la Banda Oriental.

En la región de San Juan de Pasto y Patía, tras la capitulación de la guarnición de línea del coronel
Basilio García en octubre de 1822. Con él se sometió la aristocracia criolla, pero el fidelismo a la monarquía llevó al campesinado indígena
local a alzarse en armas dos veces70 entre ese año y 1824 bajo el caudillaje de Agustín Agualongo, Benito Remigio Boves y Estanislao
Merchán Cano.71 En cifras de la época, los revolucionarios les estimaban en 4.000 combatientes,72 pero probablemente no pasaran de la
mitad.73 Su valor estratégico yacía en que era paso obligado en el camino por tierra de Bogotá a Quito.74 Las últimas guerrillas
desaparecieron en 1826.75

https://es.wikipedia.org/wiki/Ejército_realista_en_América 8/17
5/5/2020 Ejército realista en América - Wikipedia, la enciclopedia libre
En la costa caribeña, entre La Guajira y la Ciénaga Grande, después de su sometimiento a finales de 1820, nacieron pequeñas partidas que
permanecieron activas hasta noviembre del año siguiente.76 77 El movimiento se reactivó en octubre de 1822, tras la llegada de las tropas
de Morales a la vecina Maracaibo.78 Lo comandaban indígenas como Jacinto Bustamante y Miguel Gómez o el español Francisco Labarcés.
En enero de 1823 alcanzó su cenit, cuando consiguieron apoderarse de Santa Marta.76 Aunque algunos hablan de 3000 a 4.000 indios
combatiendo en partidas dispersas por toda la región,79 probablemente no fueron más de 500.80 Los habitantes de la región jamás
movilizaron más de 2000 combatientes en sus milicias y la mayoría murieron en los años previos de guerra.81 La respuesta colombiana fue
rápida y para marzo estaban derrotados.

En el Perú, las partidas irregulares de Ica, Huamanga y Huancavelica nacieron con el repliegue del ejército de La Serna a su bastión del
Cuzco. Dos años después, en 1823, las victorias monárquicas dieron tan prestigio a sus armas que se les sumaron los habitantes de Tarma,
Huancavelica, Acobamba, Palcamayo, Chupaca, Sicaya y otras ciudades y villas de la sierra central. El virrey intervino en la organización de
sus milicias, sirviendo como contraguerrillas contra sus pares independentistas, informantes de movimientos enemigos y cubriendo las
bajas por la larga guerra.82 Después de la capitulación de Ayacucho, estalló la Rebelión de Iquicha, que afecto el partido de Huanta, en la
intendencia de Huamanga, entre 1825 y 1828.83 Su fracaso en tomar grandes centros urbanos le impidió pasar de una revuelta campesina
regional.84 Aunque algunos elevan a sus fuerzas a 4.000 comuneros y 400 soldados,85 probablemente fueran 2000 a 3000 indios.86 Su
principal líder era Antonio Huachaca, veterano del sometimiento de Cuzco y que había alcanzado a ser brigadier.87 El final del período de
anarquía política peruana de 1823-1827 permitió al Estado concentrarse en sofocar la insurrección definitivamente.88

En Venezuela, tras la proclamación de la independencia, se alzaron guerrillas en Siquisique bajo el mando de Juan de los Reyes Vargas, en
1812.89 Éstas sumaron más de 1.000 indios caquetíos y mestizos.90 Su guerrilla apoyo la campaña de Monteverde. Reyes Vargas se
convirtió en el caudillo indiscutido de la región centro-oeste del país y se dedicó a decapitar a los rebeldes en la zona,91 alrededor de
Barquisimeto90 y con apoyo del gobernador de Coro, brigadier José Ceballos.92 En 1820 Reyes Vargas se cambió al bando
independentista.93 Reducidos por el hambre, la peste y la guerra, los caquetíos no participaron de la guerra después de 1821 y tras la guerra
desaparecieron como pueblo.94 Después de su derrota en Carabobo, los monárquicos sobrevivientes se refugiaron en Puerto Cabello y
liderados por el mariscal Morales continuaron la lucha. La mayoría no eran soldados españoles de la expedición de Morillo, sino milicianos
locales.95 Al capitular en Maracaibo, en agosto de 1823, Morales tenía con él más de 3000 combatientes.96 Después de la caída de Puerto
Cabello en noviembre, guerrillas continuaron activas en los valles del Tuy, Aragua y Tamanaco al mando de los sanguinarios coroneles José
Dionisio Cisneros, Juan Celestino Centeno y Doroteo Herrera. Diarios españoles de la época maximizaban el número de sus seguidores,
hablando de 2000 blancos y otro tanto de pardos, en realidad eran muchísimos menos.97 Entre 1827 y 1829 el coronel José Arizábalo trajo
refuerzos para preparar una base de apoyo en caso de llegar una expedición a Venezuela,98 que por entonces estaba al borde de una guerra
civil entre centralistas de Bolívar, federalistas de Páez y remanentes monárquicos.99 Cisneros continuó combatiendo a pesar de la captura y
deportación de Arizábalo y la capitulación de Herrera y Centeno en agosto de 1829. Al final se rindió ante Páez,100 en noviembre de 1831.

En los Llanos, desde 1812 surgieron pequeñas partidas al mando de Eusebio Antoñanzas y Antonio Zuazola que contribuyeron en la caída
de la Primera República. Después de la Campaña Admirable volvieron a surgir con mayor virulencia, en Apure y Barinas bajo la dirección de
José Antonio Yáñez y Sebastián de la Calzada, movilizando hasta 3000 jinetes;101 pero el movimiento más importante nació alrededor de
Calabozo, una guerrilla que pasó a formar un ejército semiregular dirigido por José Tomás Boves y Francisco Tomás Morales, que se
apoderó de la cuenca del Orinoco y acabó con la Segunda República con poca ayuda de otros realistas venezolanos y antes de la llegada de la
expedición de Morillo. Su horda sumaba entre tres y cinco mil infantes y cuatro a cinco mil jinetes.102 Según algunos autores, estas huestes
no eran «ejércitos propiamente realistas» sino grupos de milicianos que defendían su autonomía e intereses al mando de un caudillo
siempre predispuestos a cambiar de mando. Cuando Morillo les desmovilizó consideraron que su autonomía y la posibilidad de seguir
saqueando se cerraban y muchos llaneros cambiaron de bando, algo decisivo para el curso de la conflagración.103

En Chiloé no se presentaron guerrillas, pero la mayoría de la población fue fielmente realista y capaz hacerle frente al gobierno
revolucionario de Santiago con escasos recursos.104 El gobernador, brigadier Antonio de Quintanilla, resistió exitosamente gracias a la
condición insular de su provincia hasta 1826, dedicándose fortificar su isla105 y enviar refuerzos a Perú y La Frontera106 y corsarios por el
Pacífico Sur.107 Fuentes decimonónicas hablan de cinco mil combatientes bajo su mando, tres mil de ellos milicianos locales.108
Estimaciones más actuales minimizan a sólo 2000109 o 2.800 combatientes (1.300 regulares españoles y 1.300 a 1.500 milicianos
criollos).110 Finalmente, será una expedición al mando del director supremo Ramón Freire lo que supondrá su derrota final.

En La Frontera, el comandante en jefe Vicente Benavides, los coroneles Juan Manuel Picó y Miguel de Senosiaín, el sacerdote Juan Antonio
Ferrebú y los cabecillas Vicente Bocardo, José María Zapata y los hermanos Pincheira fundaron poderosas guerrillas en alianza con las
tribus wenteches (arribanos), pehuenches y vorogas111 en lo que se llamaría guerra a muerte. En su momento de mayor fuerza, en 1820,
dominaban todo el campo de la intendencia de Concepción.112 Las partidas fueron unificadas por Benavides hasta formar un «ejército
semiregular»113 de 1.800 regulares, más de 3000 milicianos y al menos 2000 indios aliados.114 Para 1824 casi todos estaban muertos,
Senosiaín y Bocardo, que se rindieron. Poco después se sometieron los caciques indígenas Juan Francisco Mariluán y Juan Mangin Hueno
(arribanos) y murió Martín Toriano (pehuenche); los vorogas habían huido el año anterior a la Pampa.115 En 1825 se hablaba de 10.000
guerrilleros, muchos de ellos aportados por los araucanos116 (durante un parlamento en Concepción, en octubre de 1811, muchos de los
caciques mapuches se comprometieron a defender a las autoridades monárquicas, llegando a ofrecer hasta 6.000 lanzas si era
necesario).117 Para ese año los jefes y soldados realistas sobrevivientes, que se encontraban refugiados junto a los araucanos, habían dejado
de ser consideradas tropas que peleaban por la causa del rey para ser tildados de bandoleros armados.118

Campañas Militares
Campañas militares de la Independencia Hispanoamericana

https://es.wikipedia.org/wiki/Ejército_realista_en_América 9/17
5/5/2020 Ejército realista en América - Wikipedia, la enciclopedia libre

Periodo inicial Periodo intermedio Periodo final

1810-1814 1815-1819
1820-1829

Extinción del movimiento y capitulación de sus fuerzas

La Gran Expedición de Ultramar

La desarticulación de los realistas puede fecharse el 1 de enero de 1820 con la sublevación encabezada
por Rafael de Riego, ocurrida en Las Cabezas de San Juan y perpetrada por el ejército destinado a
Montevideo y Buenos Aires.119 Era la gran expedición de Ultramar,120 también llamada la Gran
Expedición119 o «"expedición grande" a Ultramar».121

Después de las serias dificultades para organizar la expedición de Pablo Morillo, las condiciones eran
aún peores para enviar un segundo ejército.121 Respecto de esta primera gran fuerza, tradicionalmente Reconstrucción de la «bandera»
se sostiene que iba a ser enviada originalmente contra Buenos Aires pero la caída de Montevideo (única con «el signo más decisivo y
plaza fuerte de los realistas en el Río de la Plata), el caos en Venezuela, los éxitos revolucionarios en terminante de un alzamiento contra
Nueva Granada y la mayor cercanía geográfica e importancia económica de estos dos últimos lugares, la soberanía del Rey N.S. y su
gobierno monárquico y paternal»
hicieron que el objetivo se cambiara.122 A estos factores se unió el optimismo producido por las
supuestamente bordado por
victorias de Rancagua y Viluma, conseguidas por las fuerzas del virrey José Fernando de Abascal sin
Mariana Pineda.
ayuda peninsular y que hicieron pensar que el Virreinato del Perú podría acabar con los rioplatenses
rebeldes por su cuenta.123

Morillo zarpó de Cádiz el 15 de febrero de 1815 y el 9 de mayo el rey Fernando VII anunció mediante decreto que la flota iba contra Caracas
en lugar de Buenos Aires, se enviarían más refuerzos a Panamá y Perú próximamente y que estaba preparándose una segunda expedición
contra el Río de la Plata. Esta última sumaría veinte mil infantes, mil quinientos jinetes y su artillería correspondiente.124 Hasta que no
llegó a Puerto Santo, cerca de Carúpano, en Venezuela, el 7 de abril la expedición causó terror, especialmente en Buenos Aires.125 Como
noticias falsas y rumores iban y venían se llegó a creer que iba hacia Perú y Chile.126

Desde mediados de 1816 se empezó a organizar la segunda fuerza bajo la dirección del ministro de Marina, José Vázquez de Figueroa, pero
el proyecto languidece.127 El 2 de noviembre de 1816 el brigadier Francisco Mourelle eran nombrado comandante general de las fuerzas
navales de la expedición.121 En 1817 sólo se destinan algunos refuerzos a Perú y Chile que partieron al año siguiente en barcos rusos. Su
compra fue polémica porque entre la camarilla real que los compró no hubo oficiales de la Real Armada Española que verificaran las
condiciones, estas eran precarias. Los navíos fueron catalogados de anticuados, ineficientes y en malas condiciones sanitarias y de
navegación; algunos volvieron haciendo aguas a Cádiz, otros se hundieron y esto provocó un motín en uno, que fue a entregarse a Buenos
Aires, proporcionando información clave para la captura del resto.123 119

El proyecto de una gran expedición renació al llegar a Madrid las noticias del desastre que significó la batalla de Maipú.128 Primero, era
imposible recuperar el Río de la Playta sólo con tropas peruanas. Segundo, había quedado desguarnecido la costa del Pacífico hasta
México.123 Tercero, el virreinato peruano estaba en peligro y el rey hizo reunir de urgencia a su consejo privado, uno de sus miembros,
Joaquín Gómez de Liaño, expuso la idea de enviar al menos 16.000 hombres a Buenos Aires. Sin embargo, la falta de recursos y las
complicaciones causadas por la invasión luso-brasileña de la Banda Oriental (los portugueses podían terminar enfrentándose a la
expedición) hicieron dar prioridad a los envíos de refuerzos a La Habana y Nueva España y naves de guerra a Lima, La Habana, Veracruz y
Venezuela.128 Otro factor fue la presión de grupos de influencia para los que el Río de la Plata era una región marginal de la monarquía y se
debía priorizar en defender el comercio con Nueva España y el Caribe.122 Finalmente, España comprendió tras el Congreso de Aquisgrán
que no tendría el apoyo de las demás potencias europeas para mantener su imperio, de hecho, estos estaban más interesados en verlo
colapsar.123

La Gran Expedición fue organizada por el antiguo virrey novohispano y capitán general de Andalucía, Félix María Calleja del Rey.129 Sus
fuerzas terrestres sumaban 20.200 infantes, 2.800 jinetes y 1.370 artilleros con 94 piezas de campaña, otras de menor calibre y abundante
parque a finales de 1819 en Cádiz y la isla San Fernando pero poco después estallaba una epidemia de vómito negro.130 Habían catorce
escuadrones de caballería.131 El comandante de la expedición y del ejército era el Enrique José O'Donnell, conde de La Bisbal y español
descendiente de irlandeses, quien era apodado «"virrey del Río de la Plata"».132 Algunas fuentes sostienen que O'Donnell había sido
relevado por Calleja.119 130 Las fuerzas navales, al mando de Mourelle,132 que debían escoltar a los transportes eran cuatro navíos de

https://es.wikipedia.org/wiki/Ejército_realista_en_América 10/17
5/5/2020 Ejército realista en América - Wikipedia, la enciclopedia libre

línea,132 tres132
a seis130 133fragatas, cuatro132
a diez133 bergantines, dos corbetas,130 cuatro bergantines goleta,132 dos goletas132 y
treinta cañoneras. 130 133 La tripulación se componía de 6.000 marinos.134 El total de hombres se discute pero se habla de 14.000,129
20.000, 131 132 22.000, 119 ó 25.000.132

Factores claves en el fracaso de la expedición fueron la falta de compromiso de los liberales en la reconquista de las provincias de
ultramar135 y la actividad de los agentes enviados por el gobierno argentino.136 Destacan en esto las acciones de Tomás Antonio Lezica y
Andrés Arguibel en Cádiz desde 1818 y la amplia información que llegaba a Buenos Aires.135 Enterado de la venida de la expedición a
finales de 1818137 el gobierno central argentino intento negociar la paz con el federal José Gervasio Artigas,137 pidió auxilio a José de San
Martín137 y reclutó mil quinientos hombres en Córdoba como refuerzos.135 Estos últimos fueron fueron los únicos movilizados de los ocho
a diez mil que esperaba reunir el Directorio porteño.138

El plan expedicionario era desembarcar cerca de Montevideo y apoderarse de la ciudad,139 donde probablemente aún hubiera un fuerte
apoyo a la causa realista (a pesar que los prisioneros hechos por los republicanos tras su capitulación fueron trasladados a distintas zonas
del Virreinato).123 Así contarían con una base estable en el Río de la Plata desde donde iniciar operaciones y conseguir el apoyo de realistas
locales.137 Posteriormente una tropa se dirigiría contra Buenos Aires.139 Una vez pacificado el Río de la Plata la Gran Expedición
avanzaría hacia Chile para luego auxiliar al Perú, que se hallaba asediado al norte por Bolívar y al sur por San Martín. La amenaza de la
llegada de esta tropa realista había sido uno de los motivos de que San Martín desembarcara en el Perú en septiembre de 1820 y no durante
1819, a pesar de que podía materialmente hablando.133 El plan es muy similar al del virrey José Fernando de Abascal, quien en sus
Memorias se lamentaba que la expedición de Morillo había sido enviada a Venezuela y Nueva Granada, en lugar del Río de la Plata. Según
él, fue un error enviar tal fuerza a un lugar de clima tropical y pantanos a los que no estaban habituados los peninsulares, donde pronto
fueron diezmados al enfrentar a fuerzas móviles de gente de esos lares. De haber seguido el plan original hubieran ido a una región con un
clima similar al propio, apoyadas por ofensivas desde Charcas y Chile. Después hubieran ido por mar hacia Quito, para penetrar desde el sur
en los altiplanos de Bogotá y finalmente acabar en las tierras tropicales de Cartagena.140

El Trienio liberal

Pero la rebelión de Rafael de Riego y del ejército que condujo España al llamado Trienio liberal. El alzamiento fue apoyado por grupos tan
dispares como logias masónicas, liberales gaditanos de 1812 (doceañistas), radicales extremos (exaltados), afrancesados exiliados, antiguos
colaboradores del régimen francés de 1808-1812 y demás, cuya única insignia unificadora era el restablecimiento de la constitución de 1812.
El rey, sin apoyo militar, tuvo que renunciar a su absolutismo despótico y quedar bajo el poder de la antigua constitución y de las Cortes
liberales. El nuevo gobierno español constitucional no resuelve llegar a la paz sin embargo, pero interrumpe unilateralmente las operaciones
militares en apoyo de los realistas en América, generando el abatimiento y desafección de los que permanecían leales a España. La ausencia
de la expedición y de nuevos refuerzos en un momento tan decisivo garantizó la independencia de América. José de La Serna previó la caída
del virreinato peruano.129 141

Así en Nueva Granada y Venezuela, en diciembre de 1820 fue concedido el retorno a España del experimentado militar liberal Pablo
Morillo, solicitado en 16 ocasiones anteriormente, abandonando el mando del ejército expedicionario de Costa firme. También se puede
objetivar la descomposición de las fuerzas del ejército en Costa Firme por las nóminas de la secretaría real del estado mayor y las listas de
desertores. Al margen del cuerpo expedicionario, que siguió siendo el más operativo y cohesionado, y que duplicaba su número con tropas
americanas como antes, se distingue que hubo una deserción masiva de tropas del país desde principios de 1821, por lo que en consecuencia
se disolvieron sin combatir batallones americanos al completo que abiertamente arrojan las armas: Clarines, Barinas, La Reina y Cumaná.

Unidades americanas. Composición del ejército expedicionario de Costa firme, febrero de 1821142 Infantería Caballería Total
Blancos del país 633 210 843
Castas (mestizos y morenos) 3.169 2.209 5.378
Nativos indios 935 45 980

El problema era más acuciante en los criollos de origen europeo: solo durante aquel mes de abril de 1821 abandonaron las armas 230
soldados, y en los listados de desertores de esas fechas, con nombre y apellido y unidad perteneciente, de 1.600 americanos quedaron
solamente seis. El abandono del combate alcanzó al mismo despliegue de unidades en el campo de Batalla de Carabobo, y así la caballería de
milicias americana que agrupaba 1.372 Llaneros en el regimiento llamado Lanceros del rey, desertó en su totalidad sin combatir. La
resistencia española en Venezuela terminó en la fortaleza de Puerto Cabello en noviembre de 1823. La desarticulación del ejército realista
desde finales del año 1820 no afectó únicamente a las unidades combatientes de Nueva Granada y Venezuela. En todos los frentes de lucha
se producían sucesos similares.

La desarticulación de los realistas no se puede achacar a una sola causa, pero en Nueva España destacan las que originaron el abandono
novohispano de las filas realistas, ya que al tratarse de un territorio pacificado casi en su totalidad, fue el más drástico y notable. Las luchas
de absolutistas y liberales que polarizaban España, también dividieron en América a los defensores de la monarquía española. Los militares
españoles, en su mayoría partidarios de la monarquía constitucional, fueron abandonados a su vez por los caudillos criollos, quienes
renunciaban a la defensa de la monarquía española por su oposición al Trienio liberal. De esta forma los criollos realistas de Nueva España,
a pesar de haber reducido a los insurgentes, resolvieron atraer a los insurrectos, y negociar con ellos en 1821 la independencia del Imperio
Mexicano con el Plan de Iguala y el pacto trigarante. La inestabilidad del gobierno virreinal novohispano dio lugar a que la oficialidad y las
tropas europeas se reembarcasen en Veracruz permaneciendo sólo en el bastión de San Juan de Ulúa.

Restauración absolutista

La situación de España dio otro vuelco más en el año 1823, cuando los partidarios españoles del absolutismo recurrieron a las potencias
europeas triunfadoras de Napoleón, la llamada Santa Alianza, y obtuvieron el auxilio de un ejército de 132.000 franceses para invadir
España y reprimir el Trienio liberal, suprimir la Constitución española y restaurar a Fernando VII en el gobierno absoluto de España. El 1 de
octubre de 1823, Fernando VII, ya reinstaurado en el gobierno, decretó la abolición de todo lo aprobado durante el Trienio liberal; lo que
también incluía los nombramientos de jefes militares que comandaban ejércitos en América, y que desató una ola de insubordinación y
nuevas insurrecciones, que como la de Pedro Antonio Olañeta y su rebelión, obstaculizaron y dividieron a los últimos defensores de la
monarquía española.
https://es.wikipedia.org/wiki/Ejército_realista_en_América 11/17
5/5/2020 Ejército realista en América - Wikipedia, la enciclopedia libre
Rafael del Riego, caudillo de los sublevados de Cádiz, murió ahorcado el 7 de
noviembre de 1823, y los propulsores del movimiento liberal fueron
ajusticiados, marginados o exiliados de España. El ejército de la Santa Alianza
permaneció ocupando España varios años más hasta 1830 en la llamada
década Ominosa para sostener la monarquía absoluta de Fernando VII que
reprimió a los caudillos liberales, como Juan Martín Díez "el Empecinado".
Definitivamente ya no se formó ninguna expedición en España, y el colapso en
América ya era irreversible. Los jefes realistas supervivientes y sus ejércitos,
relegados por el desgobierno de España, y fracturados ellos mismos por las
discordias de liberales y absolutistas, capitularon finalmente tras la batalla de
Ayacucho, aunque todavía se sostuvieron contra todo pronóstico en el
archipiélago de Chiloé y la Fortaleza del Real Felipe de El Callao, hasta
finalizar su resistencia en enero del año 1826, quedando bajo soberanía de
España sólo las islas de Cuba y Puerto Rico en América.

Operaciones navales y los últimos reductos


El ejército restaurador francés pone fin al Trienio Liberal español el
Las flotas de aquella época se componían de: 31 de agosto de 1823 en la Batalla de Trocadero (Cádiz).

Barcos mayores o de tres mástiles, que como los navíos tenían de dos o
tres baterías de cañones en sus costados, las fragatas con una o dos baterías y hasta 60 cañones, y las
corbetas de menos de 16 cañones.
Barcos menores o de dos mástiles, como bergantines, goletas y pailebotes, con menos de ocho
cañones.
A esto se sumaban las embarcaciones más pequeñas costeras y fluviales (fuerzas sutiles) denominadas
como balandras, faluchos, flecheras y bongos de un solo cañón.
Bandera militar de la flota y
En el año 1800 la flota española estaba formada por más de 50 navíos más otros 50 barcos entre fragatas y
de fortalezas navales
embarcaciones menores. Se trataba de una armada cuya estrategia y táctica era fundamentalmente defensiva españolas.
del imperio marítimo (al contrario que la británica)[cita requerida]. Pero obligada por Godoy a buscar el
combate junto a la flota francesa al servicio de Napoleón. Sin embargo la mayor parte de la flota española
pudo sobrevivir a la Batalla de Trafalgar, donde sólo siete de los barcos hundidos fueron españoles[cita requerida], pero posteriormente la
invasión de España por Napoleón Bonaparte llevó a la paralización completa en los astilleros españoles de toda la actividad de reparación o
construcción naval, y en consecuencia los más de 40 navíos y fragatas de la flota refugiados en los puertos españoles se arruinaron
totalmente por falta de mantenimiento, y desguazados, cuyas piezas artillería y armamento se empleaban por el ejército español contra los
franceses.

Los navíos españoles que pudieron hacerse a la mar entre 1808 y 1810 fueron el San Leandro, San Ramón (que naugrafó en 1810), San
Julián, San Pedro y Asia pero irían a Veracruz y Callao para transportar caudales vitales para sostener la guerra, junto a otras misiones
menores, pero impropias de un navío de combate, en estado deficiente y mal armados para combatir. De la antigua flota española, para el
momento final de la Guerra de Independencia española, en el año 1814, únicamente restaban cinco navíos y diez fragatas en condiciones. El
San Pedro de Alcántara se hundió en 1815 en costa firme tras estallar el arsenal del buque. El resto de navíos de combate no pudo continuar
con su vida marítima, quedando para siempre en dique, con falta de Carena, desguazados, incluso vendidos como chatarra. Por otro lado el
abandono de la marinería, trabajadores de los astilleros, era completo sin paga, en la ruina. Muchos oficiales quedaron incorporados al
ejército de tierra.

En 1818, incluida la controvertida compra de buques hecha a Rusia, se contaba con un navío y diez fragatas, de las que cuatro estaban fuera
de uso. Para el año 1822 el número de fragatas se había reducido ya a ocho. El ministro de marina Juan Jabat en su memoria a las Cortes de
1820 señala que "solo cuatro -navíos- se hallan armados, uno para reunirse con la división holandesa en el Mediterráneo", el primero era el
navío Guerrero que tras sublevarse la expedición al Río de la Plata de 1819 se mandó en otra misión para acompañar a la fragata Diana
contra los corsarios berberiscos, el segundo "cuya suerte se ignora está destinado a el Callao" se trataba del navío San Telmo que naufragó
en la Antártida en 1819, al intentar cruzar el Cabo de Hornos, "y los dos restantes para emplearlos en atenciones en Ultramar". Se refería a
los navíos Numancia, ex ruso que nunca llegó a navegar, y por último el Asia, que junto al bergantín Aquiles, salió de Cádiz en 1824 en
misiones para sostener los realistas en las costas del Pacífico, y que acabó con la tripulación sublevada, y que entrega el buque a México.

La Armada contra-revolucionaria

Río de la Plata y Pacífico Sur Golfo de México y Costa Firme

Fortificaciones Fortificaciones

Montevideo, hasta el 23 de junio de 1814 Angostura, provincia de Guayana, hasta el 17 de julio de 1817
Talcahuano, hasta el 25 de enero de 1819 Castillo San Felipe, Puerto Cabello, hasta el 10 de noviembre de
Valdivia, hasta el 4 de febrero de 1820 1823
Archipiélago de Chiloé, hasta el 15 de enero de 1826 San Juan de Ulúa, Veracruz, hasta el 18 de noviembre de 1825
Fortaleza del Real Felipe, El Callao, hasta el 22 de enero de 1826
Capitanes
Capitanes
Pascual Enrile
José María Salazar José María Chacon
Juan Ángel Michelena Ángel Laborde
Miguel de la Sierra José Guerrero
Jacinto Romarate
Joaquín de Rocalan

https://es.wikipedia.org/wiki/Ejército_realista_en_América 12/17
5/5/2020 Ejército realista en América - Wikipedia, la enciclopedia libre
Tomas Blanco Cabreras
Dionisio Capaz [5] (http://www.xtec.es/~jrovira6/bio/capaz.htm)
Antonio Vacaro
Roque Guruceta

La defensa de las islas de Cuba y Puerto Rico

Tras la pérdida de la Fortaleza de San Juan de Ulúa en Veracruz, desde el año 1825 fueron reforzadas las dotación y la flotilla de Cuba que
bajo el mando de Laborde sostuvieron una favorable campaña naval contra los corsarios al servicio de México y Colombia, y que contribuyó
a dar freno a sus proyectos de invadir la isla. Laborde consiguió desarmar las naves al servicio de México en la batalla de Mariel para
posteriormente dar apoyo naval a la última tentativa de reconquista de Nueva España por la expedición de Barradas.

Expedición de Barradas

Isidro Barradas intentó la reconquista de Nueva España en 1829 bajo unas falsas expectativas de apoyo popular a Fernando VII. Para ello
montó en el puerto cubano de La Habana una expedición de 3.586 hombres que, con el apoyo de una flota organizada por Ángel Laborde,
fue transportada hasta las costas mexicanas, desembarcó en Cabo Rojo, y se dirigió a Tampico, cruzando el río Panuco. No obtuvo ningún
apoyo popular, y tras atrincherarse en Tampico, sitiado por el ejército mexicano, resistió once asaltos a bayoneta en el Combate del Fortín
de La Barra. Barradas negoció la retirada de su expedición y capituló el 11 de septiembre de 1829. Se reembarcó 47 días después de su
llegada a México.

Fin de la Guerra
Tras apoyar la restauración en España del gobierno absolutista de Fernando VII en 1823, a través de la intervención francesa al mando de
Luis Antonio de Francia, los gobiernos de Inglaterra y Francia reflejan también en el mismo año 1823, en el Memorándum Polignac, su
acuerdo de no intervenir en América en ayuda del rey español. El gobierno español sin embargo transmite a los ministros de exteriores su
decisión de mantener la guerra porque «El Rey no consentirá jamás en reconocer los nuevos estados de la América española y no dejará de
emplear la fuerza de las armas contra sus súbditos rebeldes de aquella parte del Mundo».

En 1828 se produce el último levantamiento realista en América protagonizado por el Brigadier Francisco Javier de Aguilera, quien ocupó la
ciudad de Vallegrande, hoy Departamento de Santa Cruz, declarándose «General en Jefe del Ejército Real» y restaurando la monarquía allí
por algunos días. Fue vencido al poco tiempo por el prefecto de Santa Cruz, coronel Anselmo Rivas, quien luego de recibir éste la noticia de
esa insurrección marchó sobre Vallegrande con todo su batallón, de 222 plazas.

La expedición de Barradas de 1829 será el último esfuerzo militar de España en suelo continental contra la independencia
hispanoamericana.143 En el año 1830 Fernando VII de Borbón pierde toda posibilidad de ayuda de parte de absolutismo francés con la
caída del gobierno borbónico en Francia y el ascenso al trono francés del constitucional Luis Felipe. Se da orden a la armada española de
defender únicamente el comercio de Cuba y Puerto Rico. Finalmente todos los planes españoles de reconquista de América cesan con el
fallecimiento del monarca Fernando VII el 29 de septiembre de 1833, momento en que se pone punto final en España a toda operación
militar contra la independencia de los estados hispanoamericanos.144

Más allá de la capitulación de los ejércitos regulares, los guerrilleros realistas, propios de cada país, todavía siguieron combatiendo durante
varios años más.

Véase también
Comisión de Reemplazos de Cádiz
Imperio Español
Monarquía Española
Estado liberal
Ejército Real de Chile
Ejército Real del Perú
Ejército Realista en Nueva España
La resistencia irregular en el proceso de independencia colombiana
Organización militar del Virreinato del Río de la Plata
Real Cuerpo de Ingenieros en el Río de la Plata

Referencias
3. Real Academia Española y Asociación de Academias de la
1. Albi, Julio (1990). Banderas olvidadas: el ejército realista en
Lengua Española (2014). «realista» (http://dle.rae.es/realista).
América (https://books.google.com.do/books/about/Banderas_olv Diccionario de la lengua española (23.ª edición). Madrid: Espasa.
idadas.html?id=sENwAAAAMAAJ&redir_esc=y). Instituto de ISBN 978-84-670-4189-7. Consultado el 15 de marzo de 2019.
Cooperación Iberoamericana. p. 15. ISBN 9788472325470.
Consultado el 10 de julio de 2018. 4. La voz de los vencidos: ideas del partido realista de Caracas,
1810-1821. Autor: Tomás Straka. Editor: Universidad Catolica
2. Semprún, Bullón (1992). El ejército realista en la independencia
Andres, 2007. ISBN 980-6741-45-5, 9789806741454
americana (http://books.google.es/books?id=zwFkAAAAMAAJ&p
g=PA217&dq=El+ejercito+realista++Barradas&hl=es&ei=AZP5T 5. nota: sin embargo el territorio siguió denominándose en plural,
N6XKoj5sgbzkvnXAw&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum= las Españas, hasta la constitución del año 1869 donde
1&ved=0CCYQ6AEwAA). finalmente dejó de llamarse Reino de las Españas, y pasó a
denominarse Reino de España, ambos en singular.

https://es.wikipedia.org/wiki/Ejército_realista_en_América 13/17
5/5/2020 Ejército realista en América - Wikipedia, la enciclopedia libre
6. Basadre, Jorge. «La Monarquía en el Perú» (http://sisbib.unmsm. 436-338-0.
edu.pe/Bibvirtual/libros/Historia/Iniciacion_Republica/tomo1/Lib1 30. Porfirio Sanz Camañes (2004). Las Ciudades en la América
_Cap1.htm). La iniciación de la República. Consultado el 8 de hispana: Siglos XV al XVIII. Madrid: Sílex Ediciones, pp. 387-
junio de 2009. 388. ISBN 978-84-7737-135-9.
7. Candela Marco, María Vicenta (2006). De labradores a soldados/ 31. "Princely Triunvirate". 25 de abril de 1812, no. 34. Datos venidos
From Farmers to soldiers (http://books.google.es/books?id=1Dq0 de Cádiz el 1 de septiembre de 1807. Ezequías Niles (1820).
BMvoGv0C&pg=PA116&dq=Las+quintas,+a+pesar+de+las+prot Niles' Weekly Register: From March 1812 to September 1812.
estas,fue+un+sistema+que+acab%C3%B3+por+imponerse+en+ Tomo II. Baltimore: Franklin Press, pp. 126.
el+siglo+XIX&lr=&as_brr=0&as_pt=ALLTYPES&ei=JtkfSu_fNIGu 32. Lucena Giraldo, Manuel (2006). A los cuatro vientos: las
yATP2OWlDw). Castellón: Universitat Jaume I. ciudades de la América hispánica. Madrid: Marcial Pons Historia,
ISBN 9788480215466. pp. 160. ISBN 978-8-49646-717-0.
8. Manuel Chust, Enric Sebastià, Salvador Almenar, Manuel Chust 33. Lucena, 2006: 160-161
Calero (2002). De la cuestión señorial a la cuestión social:
34. Semprún, José (1999). Capitanes y Virreyes. El esfuerzo bélico
homenaje al profesor Enric Sebastià (http://books.google.es/book
realista, Capítulo de Conclusiones. pp. 257 y sgtes.
s?id=2jxbrSRgvY8C&pg=PA90&dq=voluntarios+levas+y+quintas
&lr=&as_brr=0&as_pt=ALLTYPES&ei=vukfSsHAGpjAzQSo-oSm 35. El ejército realista en la independencia americana. 1992. Alfonso
Dw). Valencia: Universitat de València. ISBN 9788437054018. Bullón.
9. Isabel Hernández (2003). Autonomía o ciudadanía incompleta: el 36. "Civilizaciones precolombinas e Imperio español: Notas sobre la
pueblo mapuche en Chile y Argentina (http://books.google.com/b sociedad colonial americana" en Historia Universal, Salvat. Tomo
ooks?id=1zCQQm0X1kYC&pg=PA136&dq=Prestigiosos+lonko+ 12.
segu%C3%ADan+aliados+a+las+fuerzas+realistas&lr=&ei=TRr7 37. Soldados del rey: el Ejército Borbónico en América colonial en
SaTVEJrczQSm0f2vBQ&hl=es). Pehuén Editores Limitada. vísperas de la independencia Escrito por Allan J. Kuethe, Juan
ISBN 9789561603714. Marchena Fernández, Lyle N. McAlister Publicado por Universitat
10. Afro-latinoamérica, 1800-2000 Escrito por George Reid Andrews, Jaume I, 2005. [2] (http://books.google.com/books?id=TSezOM5
Óscar de la Torre Cueva Traducido por Óscar de la Torre Cueva LPpIC&printsec=frontcover&dq=el+ej%C3%A9rcito+de+am%C
Publicado por Iberoamericana Editorial, 2007 [1] (http://books.go 3%A9rica&ei=8HH9Sa7wJqXEzgTjuYGRBQ&hl=es#PPA41,M1)
ogle.com/books?id=VkKw-HCny4EC&pg=PA104&dq=la+corona+ 38. El sistema defensivo americano: siglo XVIII Escrito por María del
espa%C3%B1ola+ofrec%C3%ADa+ahora+la+libertad+a+los+ind Carmen Gómez Pérez Edition: illustrated Publicado por Editorial
ividuos+esclavos&ei=3xz7SbWBI4y0yQTE__GFBQ&hl=es) MAPFRE, 1992 [3] (http://books.google.com/books?id=deZpAAA
11. Ponce, Miguel A. "El Papado y la Iglesia naciente en América AMAAJ&q=marchena+80%25&dq=marchena+80%25&ei=8nP9S
Latina (1808-1825)" (http://www.viajeros.net/escritos/escritos-6.ht dGnKITyzQTC0bmqCw&hl=es&pgis=1)
ml), Mis escritos. 39. «Infantería de línea realistas,Alto Perú» (https://www.webcitation.
12. Hamnett, 2002: 189s org/query?id=1256558945634662&url=www.geocities.com/regimi
entosdeamerica/R_Alto_Peru_Inf_Linea.jpg). Archivado desde el
13. Elliot, 2009: 565
original (http://www.geocities.com/regimientosdeamerica/R_Alto_
14. Hamnett, 2002: 191 Peru_Inf_Linea.jpg) el 26 de octubre de 2009.
15. Hamnett, 2002: 191; Viloria de la Hoz, 2014: 14; 2015: 28 40. El Ejército Realista en la guerra de independencia. Julio Mario
16. Elliot, 2009: 554s Luqui-Lagleyze [4] (http://books.google.es/books?hl=es&q=Fue%
17. Posada Carbó, 2011 20un%20constante%20problema%20para%20los%20mandos%
18. Encina, 1954: 24s, 27s 20el%20idioma%20de%20esta%20tropa&um=1&ie=UTF-8&sa=
N&tab=wp)
19. Encina, 1954: 24s, 27s; Hamnett, 2002: 191; Viloria de la Hoz,
2014: 14; 2015: 28 41. «Infantería de línea realista,Maipú» (https://web.archive.org/web/
20021127234200/http://www.geocities.com/regimientosdeameric
20. Viloria de la Hoz, 2014: 14; 2015: 28
a/Batalla_de_Maipo_Uniformes.html). Archivado desde el
21. Bengoa, 2000: 83 original (http://www.geocities.com/regimientosdeamerica/Batalla_
22. Hamnett, 2002: 191; Viloria de la Hoz, 2014: 14, 16; 2015: 21, de_Maipo_Uniformes.html) el 27 de noviembre de 2002.
28, 82 42. Cayuela, 2008: 559-560
23. Viloria de la Hoz, 2014: 14; 2015: 28 43. Cayuela Fernández, José Gregorio; José Ángel Gallego
24. Viloria de la Hoz, 2015: 52, 83s Palomares (2008). La Guerra de la Independencia. Historia
25. «Seminario:La Cuestión Colonial Prof.Marchena Fernandez» (htt bélica, pueblo y nación en España (1808-1814). Universidad de
ps://www.youtube.com/watch?v=lguZnJqiqFQ). Salamanca, pp. 559. ISBN 978-84-7800-334-1.
26. Banderas olvidadas: el ejército realista en América (http://dialnet. 44. Gral. Div. (R) Evergisto de Vergara. El Frente del Este: Rivadavia
unirioja.es/servlet/libro?codigo=87474), página 403. Infantería y la Guerra contra el Brasil en 1827 (http://www.ieeba.com.ar/doc
española en Ultramar. Añade: «varios millares de esos 9.954 u/El%20frente%20Este.%20Rivadavia%20y%20la%20guerra%2
efectivos se hallaban en Cuba, el número de europeos que 0contra%20Brasil%20de%201827.pdf) Archivado (https://web.ar
todavía quedaba para los distintos teatros de operaciones tenía chive.org/web/20130515151057/http://www.ieeba.com.ar/docu/E
que ser inferior a esa cifra». l%20frente%20Este.%20Rivadavia%20y%20la%20guerra%20co
ntra%20Brasil%20de%201827.pdf) el 15 de mayo de 2013 en la
27. Memorias de García Camba, páginas 8 y 326 (http://books.googl
Wayback Machine.. Instituto de Estudios Estratégicos de Buenos
e.com.pe/books?id=DrwCAAAAYAAJ&pg=PA118&lpg=PA118&dq
Aires (IEEBA). Agosto de 2006.
=ejercito+real&source=web&ots=Y_mPvkuxeK&sig=xpRSISwZM
R4hJF7jsQjkyymDDkk&hl=es&sa=X&oi=book_result&resnum=4
&ct=result#PPA326,M1): «El ejército real del Perú se mantenía "en Ibero América -para la época de las Guerras
por la Independencia- había menos de 50.000
en buen estado de instrucción y disciplina, no bajaba su fuerza soldados españoles, de los cuales 20.000 nunca
disponible de 7000 hombres, y se hallaba a su cabeza el salieron de Cuba. Luego, en el proceso de las
acreditado teniente general don Juan Ramírez y Orozco». guerras por la independencia, nunca participaron
28. Memorias de García Camba, tomo I, páginas VII y VIII (http://boo más de 30.000 españoles." (pp. 2)
ks.google.es/books?id=DrwCAAAAYAAJ&printsec=titlepage&dq=
garc%C3%ADa+camba&as_brr=3&source=gbs_summary_r&cad
=0#PPR7,M1): «tómese muy en cuenta que mientras el ejército
español-peruano apenas contaba en diciembre de 1824 mil y 45. Lombardi, Ángel (2006). Banderas Del Rey: La Visión Realista
quinientos europeos sobre las armas en toda la extensión de de la Independencia. Ediciones del Rectorado, Universidad
aquel virreinato, el ejército británico, que guarnecía los Católica Cecilio Acosta & Universidad del Zulia, pp. 191. ISBN
establecimientos del norte de América, se componía de 50.000 978-980-6992-15-3.
hombres auxiliados de una marina poderosa». 46. Lombardi, 2006: 191
29. José Flores García (1985). Panorama Histórico Contemporáneo. 47. Marchena Fernández, Juan (1995). "Militarismo y
Ciudad de México: Editorial Progreso, pp. 56. ISBN 978-968- constitucionalismo en el ocaso del orden colonial en la Sierra

https://es.wikipedia.org/wiki/Ejército_realista_en_América 14/17
5/5/2020 Ejército realista en América - Wikipedia, la enciclopedia libre
andina". En Las crisis en la historia. Departamento de Historia A451&ots=qt_2HDYHJy&dq=%22las+milicias+disciplinadas%22
Medieval, Moderna y Contemporánea de la Universidad de +en+am%C3%A9rica&pg=PA451&ci=41,221,808,218&source=b
Salamanca, pp. 105. Edición de Chris Wickham. ISBN ookclip).
9788474818154. 67. «La escarapela roja o encarnada era símbolo nacional español»
48. Gral. Div. (R) Evergisto de Vergara (2006). El Frente del Este: (http://books.google.es/books?id=4sU2AAAAIAAJ&pg=PA251&d
Rivadavia y la Guerra contra el Brasil en 1827]. Instituto de q=Escarapela+roja+espa%C3%B1ola&lr=&as_brr=3&ei=k8fMSb
Estudios Estratégicos de Buenos Aires (IEEBA) (https://web.arch HrNYO-NpvCjKMP).
ive.org/web/20130515151057/http://www.ieeba.com.ar/docu/El% 68. Urbina Carrasco, 2013: 219
20frente%20Este.%20Rivadavia%20y%20la%20guerra%20contr
69. Cáceres-Olazo Monroy, Jorge Mariano (1998). "Montoneras y
a%20Brasil%20de%201827.pdf). Archivado desde el original (htt guerrillas como formas de participación andina en la revolución
p://www.ieeba.com.ar/docu/El%20frente%20Este.%20Rivadavi tupacamarista en Puno (1780-1783) (http://www.gazeta-antropol
a%20y%20la%20guerra%20contra%20Brasil%20de%201827.pd
ogia.es/?p=3482)". Gazeta de Antropología. No. 14, artículo 06.
f) el 15 de mayo de 2013. «en Ibero América -para la época de
ISSN 0214-7564.
las Guerras por la Independencia- había menos de 50.000
soldados españoles, de los cuales 20.000 nunca salieron de 70. Palacios, Marcos & Frank Safford (2002). Colombia: país
Cuba. Luego, en el proceso de las guerras por la independencia, fragmentado, sociedad dividida: su historia. Bogotá: Norma, pp.
nunca participaron más de 30.000 españoles.» 225. ISBN 9789580465096.
49. Robin Blackburn (2000) [1988]. The Overthrow of Colonial 71. Zarama Rincón, Rosa Isabel (2010). "El realismo pastuso en el
Slavery 1776-1848. Londres; Nueva York: Verso pp. 397. ISBN proceso independentista, 1809-1826". Revista Ensayos
978-0-86091-901-8. históricos. No. 22. Vol. 22, pp. 10, 12. ISSN 1315-0049.
50. García Camba, Andrés (1846). Memorias para la historia de las 72. Gutiérrez Ramos, Jairo (2012) [2007]. Los indios de Pasto contra
armas españolas en el Perú. Tomo II. Madrid: Sociedad la República (1809-1824). Bogotá: Instituto Colombiano de
tipográfica de Hortelano y compañía, pp. 238, 250. Antropología e Historia (ICANH), pp. 195s. ISBN
9789588181448. Carta de Bolívar a Santander, Cali, 7 de enero
51. Loveman, Brian & Elizabeth Lira (1999). Las suaves cenizas del
de 1822.
olvido: vía chilena de reconciliación política, 1814-1932.
Santiago: Lom Ediciones, pp. 98. ISBN 9789562821834. 73. Cacua Prada, Antonio (2006). "La Batalla de Ibarra: Un hito en la
libertad de América" (http://es.scribd.com/doc/50315471/La-Batal
52. Comellas, José Luis & José Andrés-Gallego (1992). Historia
la-de-Ibarra). Boletín de Historia y Antigüedades. Vol. XCIII. No.
general de España y América: Emancipación y nacionalidades
832, pp. 86.
americanas. Tomo XIII. Madrid: Ediciones Rialp, pp. 534. Editado
por Luis Suárez Fernández. ISBN 9788432121104. 74. Zarama Rincón, Rosa Isabel (2004). "Héroes y Antihéroes en
Pasto y Coro, 1821-1824". Montalban. Caracas: Universidad
53. Thibaud, Clément (2003). Repúblicas en armas: los ejércitos
Católica Andrés Bello, no. 38, pp. 113.
bolivarianos en la Guerra de Independencia en Colombia y
Venezuela. Bogotá; Lima: Planeta & Instituto Francés de 75. Zarama Rincón, 2010: 6, 12
Estudios Andinos, pp. 124, 138. ISBN 9789584206145. 76. Palacios, 2002: 222
54. Domínguez, Jorge I. (1985). Insurrección o Lealtad: la 77. Sæther, Steinar A. & Claudia Ríos Echeverry (2005). Identidades
desintegración del imperio español en América. Fondo de e independencia en Santa Marta y Riohacha, 1750-1850.
Cultura Económica, pp. 197. Traducción inglés-español por Juan Bogotá: Instituto Colombiano de Antropología e Historia, pp. 218.
José Utrilla. ISBN 9789681617998. ISBN 9789588181295.
55. Mijares, Augusto (1987). El Libertador. Caracas: Academia 78. Saether, 2005: 227
Nacional de la Historia, pp. 263. Prólogo de Armando Rojas. 79. Cevallos, Pedro Fermín (1870). Resumen de la historia del
56. Memorias para la historia de las armas españolas en el Perú (htt Ecuador desde su origen hasta 1845. Tomo IV. Lima: Imprenta
p://books.google.es/books?id=DrwCAAAAYAAJ&printsec=titlepa del Estado, pp. 35.
ge&dq=garc%C3%ADa+camba&as_brr=3&source=gbs_summar 80. Restrepo, José Manuel (1858). Historia de la revolución de la
y_r&cad=0), 1809–1825, tomo I, página 258. Gnrl. Andrés República de Colombia en la América Meridional. Tomo III.
García Camba Besanzon: J. Jacquin., pp. 286.
57. Julio Mario Luqui-Lagleyze (2006). Por el rey, la Fe y la Patria. 81. Payares González, Carlos (2009) [2004]. Santa Marta y Ciénaga
1810–1825. Procedencia de la oficialidad. Página 48 y durante la Independencia: La batalla del resguardo de San Juan
siguientes. Bautista de la Ciénaga. Texto presentado en el Congreso 2010
58. Listado no exhaustivo del Centro de Estudios de Historia de América Latina de la
59. Real Academia de Historia. Signatura: Sig. 9/7661, leg. 18, c), f. Pontificia Universidad Católica de São Paulo (PUC-PS).
422-422v. Recopilado en El Salto de la Liebre, libro del 2013, pp. 4.
60. «Coronel Torcuato Trujillo» (http://www.pim.unam.mx/catalogos/h 82. García Camba, Andrés (1846). Memorias del general García
yd/HYDII/HYDII120.pdf). Camba: para la historia de las armas españolas en el Perú
(1822-1825). Tomo II. Madrid: Editorial América, pp. 117.
61. «Napoleon-series,miscellaneous,Lemas de banderas» (http://ww
w.napoleon-series.org/research/miscellaneous/c_spanishnational 83. Méndez Gastelumendi, Cecilia (2005). "Tradiciones liberales en
ism.html). los Andes o la ciudadanía por las armas: campesinos y militares
en la formación del Estado peruano". En La mirada esquiva:
62. «Medallas y condecoraciones militares españolas por las guerras reflexiones históricas sobre la interacción del Estado y la
de América, 1800-1826» (https://web.archive.org/web/201111151 ciudadanía en los Andes (Bolivia, Ecuador y Perú), siglo XIX.
33115/http://www.ucm.es/BUCM/revistas/amm/02148765/articulo
Madrid: Concejo Superior de Investigaciones Científicas.
s/MILT9595110163A.PDF). Archivado desde el original (http://ww
Coordinación de Marta Irurozqui Victoriano, pp. 138. ISBN 978-8-
w.ucm.es/BUCM/revistas/amm/02148765/articulos/MILT9595110
40008-338-0.
163A.PDF) el 15 de noviembre de 2011.
84. Husson, Patrick (1992). De la guerra a la rebelión: (Huanta, siglo
63. «Música de las Ordenanzas de Carlos III» (http://cancionesdemil XIX). Lima; Cuzco: Centro de Estudios Regionales Andinos
i.webcindario.com/Ordenanzas%20Carlos%20III.htm). "Bartolomé de Las Casas" & Instituto Francés de Estudios
64. «Canciones de la Guerra de independencia española» (https://w Andinos, pp. 38.
eb.archive.org/web/20071020230105/http://funjdiaz@funjdiaz.ne
85. Husson, 1992: 36s, 103
t/cds/cdf050.cfm). Archivado desde el original (http://www.funjdia
z.net/cds/cdf050.cfm) el 20 de octubre de 2007. 86. Husson, 1992: 103
65. «Cuerpos veteranos realistas,Alto Perú» (https://www.webcitatio 87. Basadre, Jorge (1973). El azar en la historia y sus límites: Con
n.org/query?id=1256558942814375&url=www.geocities.com/regi un apéndice, la serie de probabilidades dentro de la
mientosdeamerica/RAltoPeruInfVeteranos.gif). Archivado desde emancipación peruana. Villanueva, pp. 231.
el original (http://www.geocities.com/regimientosdeamerica/RAlto 88. Husson, 1992: 109
PeruInfVeteranos.gif) el 26 de octubre de 2009. 89. Straka Medina, Tomás Helmut (2000). La voz de los vencidos.
66. Félix Colón de Larriátegui, Juzgados militares de España y sus Ideas del partido realista de Caracas, 1810-1821. Caracas:
Indias (http://books.google.es/books?id=nmnsVBdz8XkC&lpg=P

https://es.wikipedia.org/wiki/Ejército_realista_en_América 15/17
5/5/2020 Ejército realista en América - Wikipedia, la enciclopedia libre
Universidad Central de Venezuela, pp. 73. ISBN 978-9-80674- de las relaciones exteriores de la República Argentina. Parte I:
145-4. Las relaciones exteriores de la Argentina embrionaria (1806-
90. Bulnes, Gonzalo (1919) [1897]. Bolívar en el Perú. Últimas 1881). Tomo II: Desde los orígenes hasta el reconocimiento de la
campañas de la independencia del Perú. Tomo II. Madrid: independencia forma. Buenos Aires: Consejo Argentino para las
Editorial América, pp. 49. Relaciones Internacionales, Centro de Estudios de Política
Exterior & Grupo Editor Latinoamericano.
91. Straka, 2000: 73s
123. García de Flöel, Maricel (2000). La Oposición Española a la
92. Straka Medina, 2000: 530
Revolución Por la Independencia en el Río de la Plata Entre
93. Straka Medina, 2000: 320 1810 y 1820: Parámetros Políticos y Jurídicos para la Suerte de
94. Zarama Rincón, 2004: 112 Los Españoles Europeos. Hamburgo: LIT Verlag Münster, pp. 93.
95. Lovera Reyes, Elina (2011). “El fidelismo de los indios caquetíos ISBN 978-3-8258-4627-5.
de Coro durante la independencia de Venezuela”. Tiempo y 124. Barros Arana, Diego (1889). Historia general de Chile. Tomo X.
Espacio. Vol. 21, no. 56: 9-29 (21). Santiago de Chile: Rafael Jover editor, pp. 206.
96. Egea López, Antonio (1985). "La resistencia española en 125. Barros, 1889: 206, 436
Suramérica tras Ayacucho, a través del «Diario Mercantil de 126. Barros, 1889: 54
Cádiz»". Anales de la Universidad de Cádiz. Cádiz: Servicio de
Publicaciones de la Universidad de Cádiz. Nº 2, pp. 219-250 127. Costeloe, Michael P. (1989). La respuesta a la Independencia: la
(233). ISSN 0213-1595. España Imperial y las revoluciones hispanoamericanas, 1810-
1840. Traducción inglés-español de Mercedes Pizarro. Ciudad
97. Egea López, 1985: 236. Diario Mercantil de Cádiz, 18 de enero de México: Fondo de Cultura Económica, pp. 105. ISBN 978-
de 1828. 968-16-3261-8.
98. Egea López, 2007: 248 128. García de Föel, 2000: 95
99. Egea López, 1985: 234 129. Bethell, Leslie (2000). Historia de América Latina: La
00. Egea López, 1985: 249 independencia. Tomo V. Barcelona: Editorial Critica, pp. 66. ISBN
01. Rivas Vicuña, Francisco (1934). Las guerras de Bolívar. Primera 84-8432-067-7.
guerra, 1812-1814. Formación del alma venezolana. Tomo I. 130. Santana, Arturo; George Woodberry & María Urreta (1921). La
Bogotá: Imprenta Nacional, pp. 182. campaña de Carabobo (1821): relación histórica-militar. Caracas:
02. Rivas Vicuña, 1934: 265 Litografía del Comercio, pp. 11.
03. Agudelo Velásquez, Leonardo (2010). "Aspectos militares de la 131. Pérez López-Portillo, Raúl (2005). La España de Riego. Madrid:
Independencia: 1810-1819". Historia que no cesa. La Sílex. ISBN 978-84-7737-149-6.
Independencia de Colombia, 1780-1830. Bogotá: Universidad del 132. Destefani, Laurio H. (1987). "Las Provincias del Río de la Plata
Rosario. Coordinación de Pablo Rodríguez Jiménez: 101-118. dame la Revolución de Mayo hasta el final de la Guerra de la
ISBN 978-958-738-101-6. independencia (1810-1825)". Historia de la Armada Argentina.
04. Torres Marín, Manuel (1985). Quintanilla y Chiloé: la epopeya de Tomo V. Buenos Aires: Cuántica Editora & Departamento de
la constancia (http://books.google.cl/books?id=5VrTTSxMpFEC& Estudios Históricos Navales de Argentina, pp. 23-74 (Véase pp.
printsec=frontcover&hl=es#v=onepage&q&f=false). Santiago: 58).
Andrés Bello, pp. 64s. 133. De Ramón, Armando; Juan Ricardo Couyoumdjian & Samuel
05. Toro Dávila, Agustín (1977). Síntesis histórico-militar de Chile. Vial (1993). Ruptura del viejo orden hispanoamericano. Santiago:
Santiago de Chile: Editorial Universitaria, pp. 181. Andrés Bello, pp. 243. ISBN 978-956-13-1126-8.
06. López Urrutia, Carlos (2007) [1968]. Historia de la Marina de 134. Levene, Ricardo & Academia Nacional de Historia Argentina
Chile. Santiago: El Ciprés Editores, pp. 227. ISBN (1962). Historia de la nación argentina: desde los orígenes hasta
9780615185743. la organización definitiva en 1862. Tomo VI. Parte II. Buenos
07. López Urrutia, 2007: 215s Aires: Libería "El Ateneo", pp. 392.
08. Barros Arana, Diego (1856). Las campañas de Chiloé, 1820- 135. García de Föel, 2000: 94
1826: Memoria histórica (http://books.google.cl/books?id=IZUCA 136. Torre Revello, José (1962). "El fracaso de la expedición española
AAAYAAJ&printsec=frontcover#v=onepage&q&f=false). Santiago preparada contra las Provincias Unidas del Río de la Plata
de Chile: Imprenta del Ferrocarril, pp. 12, 207. (1818-1820)". Boletín de la Academia Nacional de Historia,
09. Torres Marín, 1985: 55 Buenos Aires, pp. 421-433.
10. Toro Dávila, 1985: 175 137. Fernández, Jorge & Julio César Rondina (2004). Historia
Argentina. (1810-1830). Tomo I. Santa Fe: Universidad Nacional
11. Contador, 1998: 168
del Litoral, pp. 105. ISBN 978-987-508-331-8.
12. Contador, 1998: 150
138. Mitre, Bartolomé (2003). The Emancipation of South America: A
13. Contador, 1998: 116, 123, 154 Condensed Translation of the History of San Martin. Buenos
14. Toro Dávila, 1977: 165 Aires: Stockcero, pp. 223. Traducción español-inglés de William
15. Ras, Norberto (2006). La guerra por las vacas: más de tres Pilling. Prefacio de Félix Luna. ISBN 9789872050603.
siglos de una gesta olvidada. Buenos Aires: Editorial Galerna, 139. Ravignani, Emilio & Instituto de Investigaciones Históricas de la
pp. 229. ISBN 9789870505396. Universidad de Buenos Aires (1936). Comisión de Bernardino
16. Ras, 2006: 400 Rivadavia ante España y otras potencias de Europa (1814-
17. Guevara, Tomás (1901). “Historia de la civilización de Araucanía: 1820). Buenos Aires: Imprenta de la UBA, pp. 211
tercera parte: capítulo primero: sesto levantamiento: los 140. Ramos Pérez, Demetrio, coordinación (1992). "El efecto del
araucanos contra los patriotas desde 1813 a 1825”. Anales de la regreso de Fernando VII a España en el proceso emancipador".
Universidad de Chile. No. 109, jul.-dic. 1901: 589-612 (592). En Historia general de España y América: Emancipación y
nacionalidades americanas. Tomo XIII. Madrid: Ediciones Rialp,
18. Encina & Castedo, 2006, V: 18
pp. 273. ISBN 9788432121104.
19. José Luis Roca (2007). Ni con Lima ni con Buenos Aires: La
Formación de un Estado Nacional en Charcas. Lima: Plural 141. Caillet Bois, Ricardo R. (director). Boletín del Instituto de Historia
Argentina "Doctor Emilio Ravignani". Volumen X. Número 17.
Editores, pp. 476. ISBN 978-99954-1-076-6.
Buenos Aires, 1967, pp. 364. Algunas fuentes acusan que el
20. Guillén y Tato, Julio F. (1969). Historia marítima española: gobierno de Buenos Aires estuvo involucrado en el alzamiento.
lecciones para uso de los caballeros Guardias Marinas. Tomo I.
142. Nectario María, Carabobo. La batalla de Carabobo, 1971, pp.
Madrid: Instituto Histórico de Marina, pp. 339.
39–45 y siguientes
21. Puente Candamo, José Agustín de la (1977). Historia marítima
del Perú: La Independencia, 1790-1826. Tomo V. Volumen 1. 143. José Semprún (1998). Nuevo Mundo, ed. Capitanes y virreyes:
Lima: Instituto de Estudios Histórico-Marítimos del Perú, pp. 194. el esfuerzo bélico realista en la contienda de emancipación
hispanoamericana (http://www.google.es/search?tbm=bks&tbo=1
22. Cisneros, Andrés; Carlos Escudé & Alejandro L. Corbacho &q=Asi+pues+la+expedici%C3%B3n+de+Barradas+es+el+%C
(1998). "Las expediciones militares españolas entre 1811 y 1816" 3%BAltimo+episodio+b%C3%A9lico+de+caracter+regular+del+p
(http://www.argentina-rree.com/2/2-019.htm). En Historia general roceso+independientista+en+la+Am%C3%A9rica+continental&bt
https://es.wikipedia.org/wiki/Ejército_realista_en_América 16/17
5/5/2020 Ejército realista en América - Wikipedia, la enciclopedia libre
nG=). p. 256. ISBN 8478236074. «Así pues la expedición Barradas C+oficiales+o+particulares%2C+no+escasearon+hasta+1833%2
es el último episodio bélico de carácter regular del proceso C+fecha+de+la+muerte+de+Fernando+VII&aq=f&aqi=&aql=&oq
independentista en la América continental». =&gs_rfai=). pp. Página 113. «No obstante, los proyectos de
44. Jaime Delgado (1960). Nuevo Mundo, ed. La independencia reconquista, oficiales o particulares, no escasearon hasta 1833,
hispanoamericana (http://www.google.es/search?hl=es&tbs=bk fecha de la muerte de Fernando VII».
s%3A1&q=No+obstante%2C+los+proyectos+de+reconquista%2

Bibliografía
Bengoa, José (2000) [1982]. Historia del pueblo mapuche. Siglos XIX y XX. Santiago de Chile: Lom Ediciones. ISBN 956-282-232-X.
De la Cuesta, Julio (1990). Banderas olvidadas: el ejército realista en América. Instituto de Cooperación Iberoamericana. ISBN 84-7232-
547-4.
Elliott, John Huxtable (2009) [2006]. Imperios del Mundo Atlántico. España y Gran Bretaña en América, 1492-1830. México: Taurus.
Traducción inglés-español de Marta Balcells. ISBN 978-607-11-0082-5.
Encina, Francisco Antonio (1954). Bolívar y la independencia de la América Española. Emancipación de Quito y Alto y Bajo Perú. Tomo
V. Santiago: Nascimiento.
Gandarilla Guardia, Nino (2010). "Desenredando la independencia de Santa Cruz". Santa Cruz de la Sierra, Ed. Centro de Estudios
Nacionales.
Hamnett, Brian R. (2002). “La política contrarrevolucionaria del virrey Abascal: Perú, 1806-1816”. En Las guerras de independencia en
la América española. Zamora: El colegio de Michoacán. Edición de Marta Terán & José Antonio Serrano Ortega, pp. 183-192. ISBN
9789706790699.
Luqui-Lagleyze, Julio Mario & Manzano Lahoz, Antonio (1998). «Los Realistas (1810-1826). Virreinatos del Perú y del Río de la Plata, y
Capitanía General de Chile». Hombres en uniforme (Valladolid: Quirán) 5. ISBN 84-87314-35-X.
Luiqi Lagleyze, Julio Mario (2006). Por el rey, la fe y la patria: el ejército realista del Perú en la independencia sudamericana, 1810-
1825. Madrid: Colección Adalid. ISBN 84-9781-222-0.
Peralta Ruiz, Víctor (2006). «El virrey Abascal y el espacio de poder en el Perú (1806-1816). Un balance historiográfico» (http://revistad
eindias.revistas.csic.es/index.php/revistadeindias/article/view/365/436). Revista de Indias.
Posada Carbó, Eduardo (2011). Colombia. Crisis imperial e independencia (1808-1830). Tomo I. Penguin Random House Grupo
Editorial España. ISBN 9788430616213.
Semprún, José. Capitanes y virreyes: el esfuerzo bélico realista en la contienda de emancipación hispanoamericana. ISBN 84-7823-607-4.
Urbina Carrasco, María Ximena (2013). “La situación de Chiloé durante las guerras de independencia”. En O'Phelan, Scarlett &
Georges Lomné. Abascal y la contra-independencia de América del Sur. Lima: Instituto Francés de Estudios Andinos & Universidad
Católica del Perú, pp. 187-226. ISBN 9789972623820.
Vargas Ezquerra, Juan Ignacio (2010). Un hombre contra un continente. José Abascal, rey de América (1806-1816). León: Akrón. ISBN
978-84-92814-03-9.
Vargas Ezquerra, Juan Ignacio (2011). "Las contraofensivas realistas en el Perú (1810-1816)". En Colomer Viadel, Antonio. Las cortes
de Cádiz, la Constitución de 1812 y las Independencias Nacionales en América. Valencia: Ugarit Comunicación Gráfica, pp. 539-561.
ISBN 978-84-614-9259-6.
Vargas Ezquerra, Juan Ignacio (2008). "La previsión política de un soldado: Abascal, virrey del Perú". En Navarro Antolín, Fernando.
Orbis Incognitus. Avisos y legajos del Nuevo Mundo. Tomo II. Universidad de Huelva, pp. 873-887. ISBN 978-84-96826-96-0.
Viloria de la Hoz, Joaquín (2014). "Santa Marta Real". Aguaita. N. 26, diciembre de 2014: 14-24.
Vilora de la Hoz, Joaquín (2015). "Santa Marta real y republicana: El accionar económico y político de la Provincia de Santa Marta en
los albores de la Independencia, 1810-1830". Cuadernos de historia económica y empresarial. N. 36, abril de 2015.

Enlaces externos
Regimientos de América] (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial (https://web.archive.org/web/*/http://www.geocities.com/regimientos
deamerica/index2.html?20083%7C) y la última versión (https://web.archive.org/web/2/http://www.geocities.com/regimientosdeamerica/index2.html?
20083%7C))., sitio web sobre los uniformes históricos sudamericanos.
Videoconferencia (http://www.prismatv.unal.edu.co/nc/detalle-serie/detalle-programa/article/conferencialas-guerras-de-independencia-c
omo-guerras-civiles-tomas-perez-vejo.html), Universidad Nacional de Colombia. Conferencia:Las Guerras de Independencia como
Guerras Civiles. Historiador Tomás Pérez Vejo

Obtenido de «https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Ejército_realista_en_América&oldid=125775417»

Esta página se editó por última vez el 4 may 2020 a las 20:51.

El texto está disponible bajo la Licencia Creative Commons Atribución Compartir Igual 3.0; pueden aplicarse cláusulas adicionales. Al usar este sitio, usted acepta
nuestros términos de uso y nuestra política de privacidad.
Wikipedia® es una marca registrada de la Fundación Wikimedia, Inc., una organización sin ánimo de lucro.

https://es.wikipedia.org/wiki/Ejército_realista_en_América 17/17

También podría gustarte