Enseñanzas de Cruyff Como Jugador y Entrenador

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Enseñanzas de Cruyff como jugador y

entrenador: de la infancia al fútbol total


kazetariak2012 / 18 abril, 2016
                 

En el número anterior de Kazetariak (4 de abril de 2016) hacíamos una


promesa que hemos de cumplir en éste. Y la hacíamos –decíamos— pensando
“en nuestro lectores futboleros”, y consistía en: seleccionar las ideas de Johan
sobre el fútbol para que podamos entre todos entender mejor los éxitos del Barça,
probablemente el mejor equipo del fútbol de hoy (a pesar de la crisis actual, que
tiene su explicación) y quizá de toda la historia, y recuperar lo bien que se
entendió Cruff con los jugadores que entrenó o los errores que a nuestro juicio
(por el de Johan y su legado) siguen cometiendo muchos que se dicen
entrenadores, sobre todo los del fútbol base, el de los niños, que siempre estaban
en la mente de Cruyff. Prometimos entonces referirnos prioritariamente a los niños
y su educación y preparación a través del fútbol, por tanto, a eso vamos.

¡Aquel chaval canijo de pelo recortado y nariz aguileña”


A Johan Cruyff, de niño lo llamaban Jopie y se reconocía fácilmente por ser el
más pequeño de la cuadrilla que se pasaba la tarde jugando al fútbol en las calles
de Betendorp, un barrio modesto de casas pequeñas situado al este de
Amsterdam. Rafa Cabeleira cuenta en “El País” que “las risas de sus rivales al
verlo aparecer en el improvisado campo de juego se tornaban en caras de
asombro y malhumor al comprobar lo que hacía con el balón aquel canijo de pelo
recortado, ojos azules y nariz aguileña (…) Ahora, nadie podrá enterrar jamás sus
ideas ni su manera tan particular y revolucionaria de entender el juego del fútbol,
una herencia tan colosal que alimentará y ofrecerá abrigo a su bien amado
deporte hasta el fin de sus días, o lo que es lo mismo, hasta el fin del mundo”.

            En su libro “Fútbol  sol y sombra”, Eduardo Galeano disecciona así la


personalidad de Cruyff: “Ese flaquito eléctrico había entrado al club Ajax cuando
era niño: mientras su madre atendía la cantina del club, él recogía las pelotas que
se iban fuera, limpiaba los zapatos de los jugadores, colocaba los banderines en
las puntas del campo y hacía todo lo que le pidieran y nada de lo que le
ordenaran. Quería jugar y no le dejaban, por su físico demasiado débil y su
carácter demasiado fuerte. Cuando lo dejaron, se quedó. Y siendo un muchacho
debutó en la selección holandesa, jugó estupendamente, marcó un gol y desmayó
al árbitro de un puñetazo”.

Valdano: “En Cruyff siempre hubo algo de niño”

Jorge Valdano, en sus “Apuntes del balón”, escribe: “Johan Cruyff nunca tuvo
edad. Cuando apareció en el gran fútbol era un adolescente, pero en sus ojos ya
había una malicia sin tiempo; como si al jugar se apoderara de la picardía que
había en la historia de su barrio. Niño viejo, que quería adueñarse del mundo.
Luego, ya maduro, siempre había en él algo de niño (…) Es justo que Johan se
apoderara de la palabra sueño, al fin y al cabo su apuesta futbolística siempre tuvo
capacidad de seducción, grandeza, sentido histórico. Los que viven a ras de suelo
ni lo entienden ni lo alcanzan. Cruyff volaba demasiado alto para ellos”

Fueron aquellos años del fútbol total de la oranje y del Ajax cuando ya cautivó
incluso a los que no les gustaba el fútbol a partir de la elegancia, la velocidad y la
plasticidad. El Flaco marcó época como Pelé, Di Stéfano y Maradona. Luego, de
entrenador fue (y será) un punto de referencia y un ejemplo para siempre.

Los “renacimientos” del fútbol

Como jugador, el fútbol tuvo un renacimiento. El entrenador y comentarista


Ángel Cappa, recordando aquella canción popular cubana de la “llegada” de Fidel
Castro,  lo explica así: “En los años sesenta solo se hablaba de fútbol fuerza y
todos se dedicaban a correr y correr. En eso llegó Cruyff, paró el balón y todos
pasaron de largo. Y entonces el fútbol volvió a empezar”.

    Bien puede decirse que ese fue el segundo renacimiento porque el primero
vino a raíz de la utilización de la técnica por encima de la fuerza y las patadas, del
jugador por encima del atleta, y eso pudo verse y comprobarse muy cerca de
nosotros, en los equipos vascos.  Pero en el caso de Cruyff no sólo provocó un
estallido con su clase como jugador sino en su etapa como entrenador, que su
éxito y la repercusión fueron  mucho mayores y decisivos.

    Como escribe Alfredo Relaño (en un interesante libro editado por El País /
Aguilar: “Entrenadores: un poder inestable”, y donde también escribe Eduardo
Rodrigálvarez): “desde que el fútbol es fútbol y los entrenadores son entrenadores,
todos ellos se han distinguido por quitar delanteros y poner defensas. Cruyff fue el
primero que hizo lo contrario. Compareció cuando estaba afincado el 4-4-2
(cuando no el 5-3-2 o el 5-4-1) y propuso un cambio: un defensa menos, un
delantero más, 3-4-3; y lo importante es que le salió bien. Demostró que con un
delantero más y un defensa menos también se puede ganar partidos”, y sobre
todo hacer más bello el fútbol. Y lo hizo porque para él las prioridades son
ofensivas y así recuperó el viejo principio de que la mejor defensa es un buen
ataque. ¿Y el medio campo? Ese tiene doble tarea: control y posesión del balón
por un lado, y buena colocación  y presión para prevenir la salida del contrario por
el otro. La clave de todo es el balón, su dominio, luego viene todo lo demás, y eso,
como escribe Relaño, es “toque, toque y toque”. El mismo principio que el
entrenador Menotti definió al decir que dominando la técnica del balón “la jugada
aparece sola; no hay que precipitarla”. “El medio campo se pasa el balón una y
otra vez, la defensa contraria oscila y, de repente, se descubre la fisura hacia la
que salen simultáneamente el pase bien dirigido y la carrera al claro de un
compañero en busca del balón”.

La formación y educación a través del fútbol

            Todo eso, a Cruyff no le impidió ocuparse  siempre de los chavales, de


la cantera, como dijo Platini, ese gran jugador y ex presidente de la UEFA: “Johan
hablaba siempre de los jóvenes, de la formación y de la educación a través del
fútbol”. Y ahí es donde quiero llegar con esta visión de Cruyff: a la formación, a los
niños y adolescentes que sueñan con ser figuras del fútbol.

            Johan señalaba en primer lugar a los que se dedicaban a enseñar el


fútbol a los niños. Seguía aquella vieja norma de los Jesuitas: “Dejadme un niño
de siete años y os lo devolveré un católico para toda la vida”. Evidentemente,
Cruyff, agnóstico, devolvía a los niños, si no jugadores  profesionales para toda la
vida, sí amantes del fútbol para siempre…

            “Agua estancada en las divisiones inferiores del fútbol”

Todo eso que hemos citado para el jugador holandés y para nosotros es muy
importante ya que el  mejor método para enseñar a un niño la complejidad del
fútbol no es prohibir (destruir) sino jugar (crear). Por eso en el fútbol base más que
un entrenador obsesionado con lo físico, con la edad y con  los resultados de los
partidos, debe haber un pedagogo enamorado del fútbol y mejor si lo ha
practicado.

Johan Cruyff y Jorge Valdano, dos maestros del fútbol.

Para Valdano, “hay grupos de entrenadores (como los hay en otras profesiones
o actividades) que están dispuestos a cualquier indignidad por sobrevivir en el
cargo. Un efecto pandilla que se da en  muchas empresas, no solo deportivas,
donde un grupo hace de la costumbre un poder. Se juntan para rechazar las
nuevas ideas y huyen del riesgo; y no se imaginan el daño que hacen. Francisco
Umbral los retrató así: “No se distinguen por nada, siguen la corriente, asienten en
todo, pelotean un poco y se protegen entre sí”.

Valdano concluye: “Con esa agua estancada en las divisiones inferiores (en los
niños y adolescentes) no hay club que prospere”, y el daño que se hace es
enorme. El fútbol se enseña desde la técnica individual (desde la cabeza y la
habilidad en los pies con un balón y la actitud abierta y solidaria con los
compañeros) pero a los chicos se les vuelve locos con la táctica; a los chicos se
les entrena la resistencia y el correr demasiado; el fútbol (como todo deporte) cada
día exige más preparación integral, debe enseñárseles a ser hombres o mujeres
que juegan al fútbol. Y desde luego, todo entrenador y más si es de los chavales,
tiene que ser el primero en cumplir las normas que imponga a sus jugadores y dar
ejemplo en partidos y entrenamientos. Incluso el entrenador que triunfa es sólo
aquel que impone sus sanos criterios frente a las demás imposiciones y/o
equivocaciones de los clubes”

Disfrutar al máximo con el arte deportivo, ejemplo: el fútbol

El famoso gol de Cruyff al At. Madrd. En la puerta: Reina

   Al recapacitar en todo este punto, Cruyff me recuerda una frase del
grandísimo poeta Antonio Machado: “El niño nos revela que casi todo lo que él no
puede comprender apenas si merece ser enseñado, y, sobre todo, cuando no
acertamos a enseñarle es porque nosotros no sabemos bien todavía eso que
enseñamos”.  Para Cruyff –y lo repetía con frecuencia- la educación integral a
través del fútbol era fundamental y esa sólo deben enseñarla los que tienen
vocación pedagógica y aman el fútbol y no los entrenadores trepas. “El fútbol ha
de ser una escuela de formación personal y de ayuda a madurar a las personas. Y
el futbolista, sobre todo el profesional, tiene una gran responsabilidad social, más
aún si es famoso”. Por eso el primer capítulo del “Decálogo” de Cuyff hacía
referencia al hecho de que hay que “disfrutar al máximo del espectáculo del fútbol:
jugando, enseñando, entrenado o presenciándolo. Siempre con una base
fundamental: la ilusión en el juego, la práctica del deporte y el gusto por la
creación, el arte deportivo”
Espontaneidad atrevimiento, imaginación, desparpajo…

 Cruyff lo explica con más detalle en estas palabras: “Lo que más me gusta del
trabajo de educador (en este caso de entrenador) es que te proporciona la
posibilidad de sacar el mayor rendimiento de una calidad individual. Yo me rebelo
contra ese manual de instrucciones para futbolistas porque creo que cada persona
es diferente y, por lo tanto, tiene algo distinto de los demás. La base de todo es
que primero el niño disfrute y luego que vaya disfrutando cada vez más porque va
perfeccionando su calidad, su técnica. A un jugador, y más si es un niño, hay que
valorarlo por su calidad antes que por su edad o sus condiciones atléticas. Y hay
que trabajar la calidad en los primeros años. Un chico joven que tiene calidad
siempre aporta al juego y también al resto de los jugadores: espontaneidad,
atrevimiento, imaginación, desparpajo. La calidad te permite soltar el balón antes,
ver el campo más deprisa y tomar decisiones más rápidas y eficaces, que además
evitan las patadas o las faltas  de los contrarios”…

            “Me encantan los chavalillos que buscan lo nuevo, improvisan”

            Cruyff puntualiza: “A mí me encantan esos chavalillos que siempre


buscan hacer alguna cosa nueva, improvisada… Y siempre hay que estar
dispuestos a aprender cosas nuevas; el jugador de fútbol se hace hasta los 26
años. Por tanto, los ojos, el saber mirar y aprender es fundamental, como lo es el
balón, su conocimiento y su trato más bien amoroso”. Cierto, hay jugadores que
no sólo observan el balón o lo achuchan sino que también lo besan.

            Antes que nada, el balón. Cruyff se explaya en este punto: “Tienes un
chico de talento de 14 o 15 años, pongamos por caso. El problema es que en la
cantera siempre habrá uno más fuerte o más rápido que él, y quizá el entrenador
ponga a estos antes. Es absurdo. Hay que poner al mejor técnicamente, a los que
mejor tratan la pelota y saben utilizar los pies acariciándola, soltándola y
disparándola, y después enseñarle lo que les falta. El desarrollo le mejorará
físicamente, los entrenadores le pueden dotar de agresividad defensiva, de
concentración, de conocimiento. Pero lo que no se puede enseñar es el talento
que él lleva, la viveza. Eso es lo que hay que cuidar, porque eso es el fútbol”…

                        Insólito: “Cada desventaja tiene sus ventajas”

   Incluso Cruyff va más allá, y le cito: “Siempre he pensado que cada


desventaja tiene sus ventajas. Si soy pequeño, tengo que ser más espabilado. Si
no soy fuerte, tengo que ser más listo, no me queda otro remedio. Y aprovechar
siempre lo que se tiene. Siendo todavía niño, desarrollé en los entrenamientos la
técnica para poder explotar mejor mi juego y superar cierta inferioridad física
respecto a jugadores más corpulentos, sí, pero también más lentos”.
            Continuando con esa idea, Cruyff lo completa concluyendo que “lo que
conviene enseñar a los chavales es a disfrutar, tocar, crear, inventar, explotar sus
cualidades rectificando sus defectos sin estropear sus virtudes, precisamente lo
contrario de lo que la mayoría parece obsesionada en inculcarles. Es muy
importante tener ‘enseñadores’ que te contagien la alegría y el amor al arte (ese
arte que hay en el deporte y en el fútbol), no los aspectos menos agradecidos y
más sacrificados del juego, sino su lado más luminoso y estimulante”. El ejemplo
que se muestra en estas ideas de Cruyff es el de Pep Guardiola, que cuando
Johan llegó al Barça le pareció el valor más interesante de la cantera. Tenía 17
años y era suplente del juvenil B, postergado por jugadores más fuertes y más
rápidos pero de menos talento.
“Mira, chaval, toca el balón así y verás como va…”

         Jugar, jugar, jugar bien consiste en ejecutar correctamente todos los


movimientos, y esto comienza y termina con un balón. ¡Ah, el balón! Tener el
balón no significa tenerlo y punto. Hay que saber qué hacer con él. Si yo tengo el
balón los jugadores contrarios intentarán quitármelo, y con eso ya consigo crear
espacio. Lo importante de tener el balón, es que con él eres el dueño y te permite
hacerlo circular, crear juego, abrir espacios, pasar o chutar a gol. Vamos, la
esencia del fútbol”

            Y continúa: “ Siempre he pensado que el mejor método para enseñar a


un niño a jugar al fútbol no es prohibir sino guiar. No se trata tanto de impedirle
hacer lo que le guste como de completar su información o mejorar su calidad. Por
más que evolucionen las tecnologías y los métodos pedagógicos, por más que se
publiciten los tratados científicos del fútbol, por más que se intente convertir el
fútbol en una ciencia exacta y previsible, perfecta e infalible a base de
machacar con discursos tácticos y retórica de pizarra, sospecho que la mejor
escuela sigue siendo la transmisión oral y práctica del conocimiento a través de
jugadores de distintas edades. Y lo importante es que esa transmisión de
conocimiento se produzca de futbolista a futbolista, ya que ambos hablan el mismo
idioma y, por tanto, pueden llegar a entenderse y sintonizar. Si no hablas el mismo
idioma que tu entrenador, difícilmente puedes aprender nada. Una de las cosas
que observé siendo niño es que quienes más disfrutaban enseñándote algo eran
los que mejor dominaban el balón. En cambio, los que sólo era capaces de
entrarle al rival, plantarse en medio del campo y hacer obstrucción o pegar
patadas no tenían nada que enseñar (aunque, me temo, mucho que aprender). Al
contrario que aquellos espontáneos entrenadores vocacionales y enamorados de
la buena técnica, que decían: “Mira, chaval, tócala así y verás cómo va”. Y de ese
modo, escuchando sus consejos, probando y rectificando, aplicando sus
observaciones, ibas aprendiendo los efectos, la parábola, a amortiguar una pelota
que te llegaba desde arriba, a mover la cabeza y situar el resto del cuerpo para
rematar, a buscar un espacio libre, lo que fuera….
“Yo aprendí en la mejor academia: las calles y las plazas”

     Ésa es una forma de enseñanza, pero, por desgracia, las cosas parecen
haber cambiado bastante desde entonces. Y ya lo hemos señalado: hoy en día,
incluso los entrenadores de los futbolistas más jóvenes han estudiado para ser
entrenadores. Pero no son enseñadores en el sentido de enseñar además de
entrenar…

            Todo eso es clave y lo es más que el lugar donde se juega, se enseña 
o se practica el fútbol. “En mi infancia –dice Cruyff— como en la de los futbolistas
de mi generación, la academia más popular para descubrir los secretos de este
deporte era la calle. Los niños a los que nos gustaba jugar a la pelota con los pies
aprendíamos en las calles y plazas de nuestros barrios. Y como si te caías en ese
terreno te hacías daño, enseguida aprendías a pasar la pelota antes de que te
entrara el contrario y te tirara al suelo. Ahora, en terrenos bien preparados y
acolchados  para que la caída sea lo más suave posible”
Normas y objetivos para el “futbolista y el fútbol total”

            Visto ya como Cruyff dinamizó el fútbol desde la cancha pero lo


revolucionó desde el banquillo, el fútbol que le gustaba a Cruyff que jugasen sus
equipos estaba basado en dos grandes conceptos: el juego ofensivo y de control y
las innovaciones sobre el campo. Influido por su amigo, antiguo entrenador y
seleccionador Rinus Michels, que dio a Cruyff una buena bofetada a los 14 años
por pillarle fumando, afirma:  “era de la opinión de que un equipo se construía
desde el centro del campo,[] con jugadores capaces de mover el balón
rápidamente, ofrecer asistencias a los delanteros y saber llegar desde atrás a
posiciones de ataque”. Con la muerte de Johan, Rinus, su primer maestro, afirmó:
“Lo que Cruyff ha dado al balón no se lo quitará el tiempo”.

            En el FC Barcelona llevó esta idea hasta el extremo, llegando a jugar


con tres defensas (con su famoso 3-4-3) y prescindir de un delantero centro para
poder poblar el centro del campo de jugadores como Guardiola, Bakero, Amor o
Laudrup, lo cual puede parecer una contradicción con el juego ofensivo, pero para
Cruyff los delanteros debían jugar por la banda (Stoichkov por la derecha y
Begiristain por la izquierda) para que centrocampistas ofensivos llegasen a sus
centros y de esta manera desconcentrar a los centrales rivales, dejándolos sin
saber a quién marcar. Otra técnica que le gustaba usar para evitar los marcajes de
las defensas rivales era el intercambio de posiciones de los extremos.

            A lo largo de su carrera, Johan se convirtió en sinónimo del estilo de


juego del fútbol total, un sistema en el que un jugador que se mueve fuera de su
posición es reemplazado de inmediato por otro, lo que permite que el equipo
conserve su estructura táctica. En este fluido sistema ningún futbolista tiene un
papel asignado; sucesivamente cualquiera puede ser un delantero, mediocampista
y defensor. Este estilo de juego fue perfeccionado por Rinus Michels durante su
estancia en el Ajax y alcanzó su apogeo durante la estancia de Johan como
jugador en el club.

         Cruyff desempeñaba labores de delantero centro en este sistema, pero él


aprovecharía su profundidad para engañar a sus marcadores o caer a bandas con
efecto devastador, algo nunca visto en un delantero hasta aquella época. Debido a
la forma en que desempeñaba su juego. Cruyff es todavía denominado como «el
futbolista total”. Fue conocido por su capacidad técnica, velocidad y aceleración,
pero su mayor cualidad era su visión de juego, basada en un agudo sentido de las
posiciones de sus compañeros de equipo para desplegar el ataque.

            En la prensa catalán, David Miller afirmó que Cruyff era superior a
cualquier jugador anterior en su capacidad para extraer el mayor provecho de los
demás. Denominó a Cruyff «Pitágoras con botas» debido a la complejidad y la
precisión de sus pases en ángulo, y escribió: “Pocos han sido capaces, tanto física
como mentalmente, de tal fascinante control sobre un partido de un área a otra.
Cruyff perfeccionó también un movimiento que hoy se conoce como el «Regate de
Cruyff». Para hacer este movimiento, Cruyff miraba para pasar o cruzar la pelota,
sin embargo, en lugar de golpear el balón, él arrastraba la pelota detrás de su pie
plantado con el interior de su otro pie y dando una vuelta de 180 grados y se
aceleraría lejos del alcance del defensor.

Algunas de las frases y máximas de Johan Cruyff

            Para conocer mejor a una persona que piensa, ejecuta y enseña, como
ha sido el caso de Cruyff, lo mejor es ‘verlo’ a través de algunas de sus frases
preferidas y, en este caso, completar su personalidad con frases de otros que han
vivido, jugado, trabajado, admirado y copiado el ejemplo del personaje. Vamos
primero con sus propias máximas o frases:

            El balón es mi oxígeno, respiro fútbol y me divierto haciéndolo (…) Si tú


tienes el balón, el rival no la tiene (…) Sólo hay un balón y quien lo tiene decide
(…) El fútbol consiste básicamente en dos cosas: primera, cuando tienes la pelota,
debes ser capaz de pasarla correctamente; segundo, cuando te pasan la pelota,
debes ser capaz de controlarla porque si no controlas la pelota, no podrás pasarla
(…)  Jugar al fútbol es muy sencillo, pero jugar un fútbol sencillo es la cosa más
difícil que hay (…)Los buenos jugadores se mueven con serenidad, relajados,
seguros de sus fuerzas y convencidos de sus intenciones. Los otros, los de los
puños cerrados y la cara de sufrimiento, son más atletas que futbolistas; nosotros,
que somos unos románticos, preferimos futbolistas (…)
Cruff y Luis Aragonés: el fútbol cambió con ellos…

            Más frases: La clave de un buen jugador es la técnica y utilizar con los
ojos bien abiertos y la inteligencia muy despierta; y la clave de un entrenador,
además de saber de fútbol y mejor si lo ha practicado, lo fundamental es tener
ojos, saber ver lo que tiene y como sacar el mayor rendimiento de eso que tiene y
por eso los entrenamientos deben no sólo deben ser colectivos sino también
individuales… Todo el mundo sabe jugar a futbol si le dejas cinco metros de
espacio.(…) En mi equipo, los delanteros solo deben correr 15 metros, a no ser
que sean estúpidos o estén dormidos (…) La creatividad no está reñida con la
intensidad (…) Un buen jugador casi siempre tiene el problema de la falta de
eficiencia; siempre quiere hacer las cosas más bonitas de las absolutamente
necesarias (…) Si no puedes ganar, asegúrate de no perder (…) Antes de
equivocarme, yo no cometo ese error (…) Prefiero ganar 5-4 que 1-0 (..) Cuando
vas ganando 4-0 y quedan 10 minutos de partido, es mejor dar al poste un par de
veces para que el público grite ‘ooooh’. Siempre me ha encantado ese sonido
cuando la pelota da con fuerza en los postes o el larguero…

          

 
 Cuando el fútbol depende de un segundo, o de menos

            En el número anterior de Kazetariak subrayábamos que el fútbol que le


gustaba a Cruyff estaba basado en dos grandes principios: (1) el juego ofensivo
construido desde todos los lugares del campo pero siendo el centro y algún
jugador concreto el punto de apoyo; y (2) el control y las innovaciones sobre ese
juego en el campo, con jugadores capaces de mover el balón rápidamente, ofrecer
asistencias a los delanteros y saber llegar desde atrás a posiciones de ataque. “Al
fútbol se juega con los pies y también con la cabeza y no me refiero precisamente
a los remates. Por tanto, es un deporte que precisa mucha inteligencia (quizá el
que más de todos) y por tanto es también un deporte de muchos fallos, y en el que
constantemente en el campo y en el banquillo hay que tomar decisiones porque el
reloj también cuenta y mucho, y esto ocurre también en otros deportes”

          

  El lenguaje de Cruyff era tan universal como su lógica y se explicaba a partir


de un balón y de un rondo de la misma manera que el juego depende  de un
centímetro y de un segundo, incluso, con jugadores como Messi, de menos. Cruyff
puntualizaba: “Muchas veces la velocidad se confunde con la anticipación, y es
que cuando empiezo a correr antes que otros parezco más rápido (…)  Todos los
entrenadores hablan sobre movimiento, sobre correr mucho. Yo digo que no es
necesario correr tanto. El fútbol es un juego que se juega con el cerebro. Debes
estar en el lugar adecuado, en el momento adecuado, ni demasiado pronto ni
demasiado tarde y, repito, correr lo justo y necesario”.

     
Opiniones sobre Cruyff a través de “Un momento dado”

            En 2004, el director de cine Ramón Gieling rodó una película titulada
“Johan Cruyff, en un momento dado”. El documental muestra el impacto de la
figura del jugador y entrenador sobre la sociedad de Cataluña y también sobre su
particular forma de hablar y expresarse. El título hace referencia a una expresión
constantemente repetida por Cruyff sobre todo en las ruedas de prensa.
Recogemos algunas de esas opiniones que van desde su manera única e
irrepetible de jugar hasta “su chulería natural” // “Andaba por el mundo sin mirar a
la pelota pero con ella pegada al pie, como si tuviera un rollo con el balón” // “Con
él, cambió el fútbol” // “Era subversivo porque iba contra la moda, contra lo
establecido” // “Marcaba o señalaba lo que pasará en el futuro inmediato del fútbol,
como le pasaba a Picasso con la pintura” // “Su discurso era: disfrutar de la vida” //
“Cruyff fue una salutación del alma porque el fútbol era para él una expresión de
belleza” // “Con su cambio de ritmo que añoraba Butragueño y otros, el inventó el
duende en el fútbol” // “Pese a su condición de holandés, puede comparársele con
el flamenco por ser extraordinariamente rico en compases”…
Mirar el fútbol con los ojos de Cruyff          

Definir las funciones de cada jugador de acuerdo con el puesto que ocupa en el
campo, y organizar el juego a partir del rondo, el espacio justo y necesario para
dar precisión y velocidad al balón. Esa ha sido la suerte máxima del Barcelona, de
un Barça que ha sido modelo en todo el mundo y que en este momento está en
crisis (eliminado por el Atlético de Madrid en los cuartos de final de la Copa de
Europa) debido,  a mi modo de ver, a cuatro razones: una, el exceso de partidos
de sus jugadores, doce más que los jugadores del Real Madrid, algunos de ellos
con ligas, copas, partidos con la selección (muchos en América) y múltiples
amistosos, viajando constantemente y jugando así bastante más partidos, “lo que
hace –dice Cruyff— que los jugadores profesionales de primera no estén en
igualdad de condiciones; lo que es, por tanto, una cuestión de falta de sentido
común”; segunda razón: la exigencia económica del club obliga a los equipos más
grandes a estar allí donde se les paga bien y por eso su preparación previa a la
temporada no es la adecuada; tercera, el Barça tiene sus mejores jugadores
perseguidos por las Haciendas de distintos países y esto humanamente debe
afectarlos; cuarta razón, yo creo que el fallecimiento de Cruyff, con todo lo que ha
representado en estas tres últimas semanas, ha repercutido en el club y en el
equipo azulgrana.

Las frases más conocidas sobre las enseñanzas de Cruyff

    En la  Kazetariak anterior recogíamos opiniones de jugadores y técnicos


vascos o que entrenan a equipos vascos (como el caso de Eusebio, en la Real
Sociedad) sobre Cruyff, ahora recogemos otras, como por ejemplo la de varios
jugadores que entrenó: “Fue un técnico que creó un nuevo estilo. Convenció a
generaciones enteras de que se podía ganar jugando bien, dominando el balón,
corriendo lo justo  y no dando patadas”. Por eso, “ha sido un referente, la
personalización de una escuela. Cambió el fútbol desde el campo y desde el
banquillo”.

            En los campos de entrenamiento del Barcelona se pusieron de moda los


rondos, donde los jugadores formaban corros y se pasaban la pelota al primer
toque intentando que uno de ellos no se la robase, con el fin de entrenar el juego
rápido, como recurso para atacar las férreas defensas que preparaban los equipos
rivales. Este juego defensivo de los rivales se acentuaba sobremanera en los
partidos del Camp Nou, donde la amplitud del campo daba más poder ofensivo al
Barcelona, por lo que se aprovechaba de ello para jugar con solo tres defensores.
A medida que pasó el tiempo, el juego de Cruyff fue trascendental porque
Guardiola, su pupilo en esa época, retomó los conceptos principales de Johan en
el poderoso Barcelona del año 2009.
            Cruyff, Guardiola y Luis Enrique, amantes del balón

Guardiola: “No sabía nada de fútbol hasta que conocí a Cruyff”

Para Pep Guardiola, Cruyff nos ha dejado muchas cosas que ahora aplicamos,
unos entrenando y otros haciendo de comentaristas (…) Yo no sabía nada de
fútbol hasta que le conocí y no hay nada que se pueda comparar a lo que Johan
ha hecho por el fútbol (…) El nos abría los ojos hasta el final dando conocimiento.
Dicen que tenía muchos defectos. ¡Pues claro! ¿Cómo no va a tenerlos alguien
que instala una forma de pensar que es contracultural? (…) Explicaba lo contrario
de lo que habías escuchado durante tu carrera deportiva, nos abría los ojos para
ser y funcionar de otra manera. Te decía que te guiases por el instinto, que no falla
nunca. No es casualidad –concluye Guardiola— que Zubizarreta y Txiki Berigistain
sean dos grandes directores deportivos. Nos ha hecho amar este deporte tan
abierto que no hay manera de que le podamos olvidar.

            Laureano Ruiz, que sustituyó a Hennes Weisweiler en 1976 como


entrenador del Barça, afirma: “Cruyff me dijo que coincidía con mi forma de
entender el fútbol. Los dos sabíamos que la habilidad, la inteligencia y la picardía  
eran las bases para hacer grande este deporte. Decía: juega a tu aire y demuestra
tu calidad. Y si uno pierde el balón y el orden, está obligado a bajar hasta
recomponer el juego para luego volver a subir”.
             Por su parte, Del Bosque, es muy claro en su opinión: “Fue
absolutamente singular como jugador y como entrenador; tuvo una influencia
grande en nuestro fútbol” // Lothar Mathaus, capitán de la Alemania campeona del
Mundo: “Gran hombre que transformó el fútbol” // Maradona: “”Nunca le
olvidaremos porque fue mucho lo que enseñaba” // Su paisano Rund Gullit, ex
jugador y ahora entrenador: “Gracias, Johan, por ser mi mayor inspiración y mi
mejor maestro; gracias por enseñarnos el camino a nuestra generación y por
colocar a Holanda en el mapa” // Romario: “Fue, sin duda, mi mejor entrenador y
sus enseñanzas serán eternas en mi vida y en la de otros muchos. Sabía
revalorizar a cada jugador y encontrar lo mejor que tenía”

“Ojos y oídos bien abiertos para aprender de los demás”

Terminamos con referencia a un artículo que estos días nos ha gustado como
homenaje a este personaje insólito y grandioso en el fútbol y su práctica. El
artículo es de Wim Jonk, un ex jugador del Ajax e Inter y hasta hace poco director
de la cantera del club de Amsterdam por decisión de Cruyff. Lo titula: “Me quedo
con tu legado” y escribe: “por donde pasabas dejabas una huella profunda, para
mí el mejor maestro del balón. No hay ni habrá otro igual. Es que siempre estabas
un paso por delante del resto y siempre te anticipabas a lo que iba a suceder.
Jugaste un fútbol de otra época; y enseñaste otro fútbol para cualquier época. Por
algo me decías que en el deporte como en la vida siempre hay que tener los ojos
abiertos para aprender de las ideas de los demás. Y que cuando las cosas van
bien es el momento justo de innovar y mejorar, porque si van mal ya es demasiado
tarde”
           El artículo continúa: “Los hechos y las verdades demuestran tu valor
como profesor e ideólogo. Entre otras cosas porque eres el gran inspirador del
fútbol atractivo y atacante, basado en la idea de la creatividad. Y tu visión de
formación, que es lo que te hacía diferente sobre el resto, era una visión que
englobaba al equipo y también al individuo. Dos ingredientes capitales en la receta
del fútbol que ha inspirado a tanta gente en el mundo. Johan, amigo, eras un gran
maestro, un visionario y un creador de fútbol. Tú te marchas, pero nosotros nos
quedamos con tu enorme legado”

José Manuel Alonso, expresidente de la AVP-EKE

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