Enseñanzas de Cruyff Como Jugador y Entrenador
Enseñanzas de Cruyff Como Jugador y Entrenador
Enseñanzas de Cruyff Como Jugador y Entrenador
Jorge Valdano, en sus “Apuntes del balón”, escribe: “Johan Cruyff nunca tuvo
edad. Cuando apareció en el gran fútbol era un adolescente, pero en sus ojos ya
había una malicia sin tiempo; como si al jugar se apoderara de la picardía que
había en la historia de su barrio. Niño viejo, que quería adueñarse del mundo.
Luego, ya maduro, siempre había en él algo de niño (…) Es justo que Johan se
apoderara de la palabra sueño, al fin y al cabo su apuesta futbolística siempre tuvo
capacidad de seducción, grandeza, sentido histórico. Los que viven a ras de suelo
ni lo entienden ni lo alcanzan. Cruyff volaba demasiado alto para ellos”
Fueron aquellos años del fútbol total de la oranje y del Ajax cuando ya cautivó
incluso a los que no les gustaba el fútbol a partir de la elegancia, la velocidad y la
plasticidad. El Flaco marcó época como Pelé, Di Stéfano y Maradona. Luego, de
entrenador fue (y será) un punto de referencia y un ejemplo para siempre.
Bien puede decirse que ese fue el segundo renacimiento porque el primero
vino a raíz de la utilización de la técnica por encima de la fuerza y las patadas, del
jugador por encima del atleta, y eso pudo verse y comprobarse muy cerca de
nosotros, en los equipos vascos. Pero en el caso de Cruyff no sólo provocó un
estallido con su clase como jugador sino en su etapa como entrenador, que su
éxito y la repercusión fueron mucho mayores y decisivos.
Como escribe Alfredo Relaño (en un interesante libro editado por El País /
Aguilar: “Entrenadores: un poder inestable”, y donde también escribe Eduardo
Rodrigálvarez): “desde que el fútbol es fútbol y los entrenadores son entrenadores,
todos ellos se han distinguido por quitar delanteros y poner defensas. Cruyff fue el
primero que hizo lo contrario. Compareció cuando estaba afincado el 4-4-2
(cuando no el 5-3-2 o el 5-4-1) y propuso un cambio: un defensa menos, un
delantero más, 3-4-3; y lo importante es que le salió bien. Demostró que con un
delantero más y un defensa menos también se puede ganar partidos”, y sobre
todo hacer más bello el fútbol. Y lo hizo porque para él las prioridades son
ofensivas y así recuperó el viejo principio de que la mejor defensa es un buen
ataque. ¿Y el medio campo? Ese tiene doble tarea: control y posesión del balón
por un lado, y buena colocación y presión para prevenir la salida del contrario por
el otro. La clave de todo es el balón, su dominio, luego viene todo lo demás, y eso,
como escribe Relaño, es “toque, toque y toque”. El mismo principio que el
entrenador Menotti definió al decir que dominando la técnica del balón “la jugada
aparece sola; no hay que precipitarla”. “El medio campo se pasa el balón una y
otra vez, la defensa contraria oscila y, de repente, se descubre la fisura hacia la
que salen simultáneamente el pase bien dirigido y la carrera al claro de un
compañero en busca del balón”.
Todo eso que hemos citado para el jugador holandés y para nosotros es muy
importante ya que el mejor método para enseñar a un niño la complejidad del
fútbol no es prohibir (destruir) sino jugar (crear). Por eso en el fútbol base más que
un entrenador obsesionado con lo físico, con la edad y con los resultados de los
partidos, debe haber un pedagogo enamorado del fútbol y mejor si lo ha
practicado.
Para Valdano, “hay grupos de entrenadores (como los hay en otras profesiones
o actividades) que están dispuestos a cualquier indignidad por sobrevivir en el
cargo. Un efecto pandilla que se da en muchas empresas, no solo deportivas,
donde un grupo hace de la costumbre un poder. Se juntan para rechazar las
nuevas ideas y huyen del riesgo; y no se imaginan el daño que hacen. Francisco
Umbral los retrató así: “No se distinguen por nada, siguen la corriente, asienten en
todo, pelotean un poco y se protegen entre sí”.
Valdano concluye: “Con esa agua estancada en las divisiones inferiores (en los
niños y adolescentes) no hay club que prospere”, y el daño que se hace es
enorme. El fútbol se enseña desde la técnica individual (desde la cabeza y la
habilidad en los pies con un balón y la actitud abierta y solidaria con los
compañeros) pero a los chicos se les vuelve locos con la táctica; a los chicos se
les entrena la resistencia y el correr demasiado; el fútbol (como todo deporte) cada
día exige más preparación integral, debe enseñárseles a ser hombres o mujeres
que juegan al fútbol. Y desde luego, todo entrenador y más si es de los chavales,
tiene que ser el primero en cumplir las normas que imponga a sus jugadores y dar
ejemplo en partidos y entrenamientos. Incluso el entrenador que triunfa es sólo
aquel que impone sus sanos criterios frente a las demás imposiciones y/o
equivocaciones de los clubes”
Al recapacitar en todo este punto, Cruyff me recuerda una frase del
grandísimo poeta Antonio Machado: “El niño nos revela que casi todo lo que él no
puede comprender apenas si merece ser enseñado, y, sobre todo, cuando no
acertamos a enseñarle es porque nosotros no sabemos bien todavía eso que
enseñamos”. Para Cruyff –y lo repetía con frecuencia- la educación integral a
través del fútbol era fundamental y esa sólo deben enseñarla los que tienen
vocación pedagógica y aman el fútbol y no los entrenadores trepas. “El fútbol ha
de ser una escuela de formación personal y de ayuda a madurar a las personas. Y
el futbolista, sobre todo el profesional, tiene una gran responsabilidad social, más
aún si es famoso”. Por eso el primer capítulo del “Decálogo” de Cuyff hacía
referencia al hecho de que hay que “disfrutar al máximo del espectáculo del fútbol:
jugando, enseñando, entrenado o presenciándolo. Siempre con una base
fundamental: la ilusión en el juego, la práctica del deporte y el gusto por la
creación, el arte deportivo”
Espontaneidad atrevimiento, imaginación, desparpajo…
Cruyff lo explica con más detalle en estas palabras: “Lo que más me gusta del
trabajo de educador (en este caso de entrenador) es que te proporciona la
posibilidad de sacar el mayor rendimiento de una calidad individual. Yo me rebelo
contra ese manual de instrucciones para futbolistas porque creo que cada persona
es diferente y, por lo tanto, tiene algo distinto de los demás. La base de todo es
que primero el niño disfrute y luego que vaya disfrutando cada vez más porque va
perfeccionando su calidad, su técnica. A un jugador, y más si es un niño, hay que
valorarlo por su calidad antes que por su edad o sus condiciones atléticas. Y hay
que trabajar la calidad en los primeros años. Un chico joven que tiene calidad
siempre aporta al juego y también al resto de los jugadores: espontaneidad,
atrevimiento, imaginación, desparpajo. La calidad te permite soltar el balón antes,
ver el campo más deprisa y tomar decisiones más rápidas y eficaces, que además
evitan las patadas o las faltas de los contrarios”…
Antes que nada, el balón. Cruyff se explaya en este punto: “Tienes un
chico de talento de 14 o 15 años, pongamos por caso. El problema es que en la
cantera siempre habrá uno más fuerte o más rápido que él, y quizá el entrenador
ponga a estos antes. Es absurdo. Hay que poner al mejor técnicamente, a los que
mejor tratan la pelota y saben utilizar los pies acariciándola, soltándola y
disparándola, y después enseñarle lo que les falta. El desarrollo le mejorará
físicamente, los entrenadores le pueden dotar de agresividad defensiva, de
concentración, de conocimiento. Pero lo que no se puede enseñar es el talento
que él lleva, la viveza. Eso es lo que hay que cuidar, porque eso es el fútbol”…
Ésa es una forma de enseñanza, pero, por desgracia, las cosas parecen
haber cambiado bastante desde entonces. Y ya lo hemos señalado: hoy en día,
incluso los entrenadores de los futbolistas más jóvenes han estudiado para ser
entrenadores. Pero no son enseñadores en el sentido de enseñar además de
entrenar…
Todo eso es clave y lo es más que el lugar donde se juega, se enseña
o se practica el fútbol. “En mi infancia –dice Cruyff— como en la de los futbolistas
de mi generación, la academia más popular para descubrir los secretos de este
deporte era la calle. Los niños a los que nos gustaba jugar a la pelota con los pies
aprendíamos en las calles y plazas de nuestros barrios. Y como si te caías en ese
terreno te hacías daño, enseguida aprendías a pasar la pelota antes de que te
entrara el contrario y te tirara al suelo. Ahora, en terrenos bien preparados y
acolchados para que la caída sea lo más suave posible”
Normas y objetivos para el “futbolista y el fútbol total”
En la prensa catalán, David Miller afirmó que Cruyff era superior a
cualquier jugador anterior en su capacidad para extraer el mayor provecho de los
demás. Denominó a Cruyff «Pitágoras con botas» debido a la complejidad y la
precisión de sus pases en ángulo, y escribió: “Pocos han sido capaces, tanto física
como mentalmente, de tal fascinante control sobre un partido de un área a otra.
Cruyff perfeccionó también un movimiento que hoy se conoce como el «Regate de
Cruyff». Para hacer este movimiento, Cruyff miraba para pasar o cruzar la pelota,
sin embargo, en lugar de golpear el balón, él arrastraba la pelota detrás de su pie
plantado con el interior de su otro pie y dando una vuelta de 180 grados y se
aceleraría lejos del alcance del defensor.
Para conocer mejor a una persona que piensa, ejecuta y enseña, como
ha sido el caso de Cruyff, lo mejor es ‘verlo’ a través de algunas de sus frases
preferidas y, en este caso, completar su personalidad con frases de otros que han
vivido, jugado, trabajado, admirado y copiado el ejemplo del personaje. Vamos
primero con sus propias máximas o frases:
Más frases: La clave de un buen jugador es la técnica y utilizar con los
ojos bien abiertos y la inteligencia muy despierta; y la clave de un entrenador,
además de saber de fútbol y mejor si lo ha practicado, lo fundamental es tener
ojos, saber ver lo que tiene y como sacar el mayor rendimiento de eso que tiene y
por eso los entrenamientos deben no sólo deben ser colectivos sino también
individuales… Todo el mundo sabe jugar a futbol si le dejas cinco metros de
espacio.(…) En mi equipo, los delanteros solo deben correr 15 metros, a no ser
que sean estúpidos o estén dormidos (…) La creatividad no está reñida con la
intensidad (…) Un buen jugador casi siempre tiene el problema de la falta de
eficiencia; siempre quiere hacer las cosas más bonitas de las absolutamente
necesarias (…) Si no puedes ganar, asegúrate de no perder (…) Antes de
equivocarme, yo no cometo ese error (…) Prefiero ganar 5-4 que 1-0 (..) Cuando
vas ganando 4-0 y quedan 10 minutos de partido, es mejor dar al poste un par de
veces para que el público grite ‘ooooh’. Siempre me ha encantado ese sonido
cuando la pelota da con fuerza en los postes o el larguero…
Cuando el fútbol depende de un segundo, o de menos
Opiniones sobre Cruyff a través de “Un momento dado”
En 2004, el director de cine Ramón Gieling rodó una película titulada
“Johan Cruyff, en un momento dado”. El documental muestra el impacto de la
figura del jugador y entrenador sobre la sociedad de Cataluña y también sobre su
particular forma de hablar y expresarse. El título hace referencia a una expresión
constantemente repetida por Cruyff sobre todo en las ruedas de prensa.
Recogemos algunas de esas opiniones que van desde su manera única e
irrepetible de jugar hasta “su chulería natural” // “Andaba por el mundo sin mirar a
la pelota pero con ella pegada al pie, como si tuviera un rollo con el balón” // “Con
él, cambió el fútbol” // “Era subversivo porque iba contra la moda, contra lo
establecido” // “Marcaba o señalaba lo que pasará en el futuro inmediato del fútbol,
como le pasaba a Picasso con la pintura” // “Su discurso era: disfrutar de la vida” //
“Cruyff fue una salutación del alma porque el fútbol era para él una expresión de
belleza” // “Con su cambio de ritmo que añoraba Butragueño y otros, el inventó el
duende en el fútbol” // “Pese a su condición de holandés, puede comparársele con
el flamenco por ser extraordinariamente rico en compases”…
Mirar el fútbol con los ojos de Cruyff
Definir las funciones de cada jugador de acuerdo con el puesto que ocupa en el
campo, y organizar el juego a partir del rondo, el espacio justo y necesario para
dar precisión y velocidad al balón. Esa ha sido la suerte máxima del Barcelona, de
un Barça que ha sido modelo en todo el mundo y que en este momento está en
crisis (eliminado por el Atlético de Madrid en los cuartos de final de la Copa de
Europa) debido, a mi modo de ver, a cuatro razones: una, el exceso de partidos
de sus jugadores, doce más que los jugadores del Real Madrid, algunos de ellos
con ligas, copas, partidos con la selección (muchos en América) y múltiples
amistosos, viajando constantemente y jugando así bastante más partidos, “lo que
hace –dice Cruyff— que los jugadores profesionales de primera no estén en
igualdad de condiciones; lo que es, por tanto, una cuestión de falta de sentido
común”; segunda razón: la exigencia económica del club obliga a los equipos más
grandes a estar allí donde se les paga bien y por eso su preparación previa a la
temporada no es la adecuada; tercera, el Barça tiene sus mejores jugadores
perseguidos por las Haciendas de distintos países y esto humanamente debe
afectarlos; cuarta razón, yo creo que el fallecimiento de Cruyff, con todo lo que ha
representado en estas tres últimas semanas, ha repercutido en el club y en el
equipo azulgrana.
Para Pep Guardiola, Cruyff nos ha dejado muchas cosas que ahora aplicamos,
unos entrenando y otros haciendo de comentaristas (…) Yo no sabía nada de
fútbol hasta que le conocí y no hay nada que se pueda comparar a lo que Johan
ha hecho por el fútbol (…) El nos abría los ojos hasta el final dando conocimiento.
Dicen que tenía muchos defectos. ¡Pues claro! ¿Cómo no va a tenerlos alguien
que instala una forma de pensar que es contracultural? (…) Explicaba lo contrario
de lo que habías escuchado durante tu carrera deportiva, nos abría los ojos para
ser y funcionar de otra manera. Te decía que te guiases por el instinto, que no falla
nunca. No es casualidad –concluye Guardiola— que Zubizarreta y Txiki Berigistain
sean dos grandes directores deportivos. Nos ha hecho amar este deporte tan
abierto que no hay manera de que le podamos olvidar.
Terminamos con referencia a un artículo que estos días nos ha gustado como
homenaje a este personaje insólito y grandioso en el fútbol y su práctica. El
artículo es de Wim Jonk, un ex jugador del Ajax e Inter y hasta hace poco director
de la cantera del club de Amsterdam por decisión de Cruyff. Lo titula: “Me quedo
con tu legado” y escribe: “por donde pasabas dejabas una huella profunda, para
mí el mejor maestro del balón. No hay ni habrá otro igual. Es que siempre estabas
un paso por delante del resto y siempre te anticipabas a lo que iba a suceder.
Jugaste un fútbol de otra época; y enseñaste otro fútbol para cualquier época. Por
algo me decías que en el deporte como en la vida siempre hay que tener los ojos
abiertos para aprender de las ideas de los demás. Y que cuando las cosas van
bien es el momento justo de innovar y mejorar, porque si van mal ya es demasiado
tarde”
El artículo continúa: “Los hechos y las verdades demuestran tu valor
como profesor e ideólogo. Entre otras cosas porque eres el gran inspirador del
fútbol atractivo y atacante, basado en la idea de la creatividad. Y tu visión de
formación, que es lo que te hacía diferente sobre el resto, era una visión que
englobaba al equipo y también al individuo. Dos ingredientes capitales en la receta
del fútbol que ha inspirado a tanta gente en el mundo. Johan, amigo, eras un gran
maestro, un visionario y un creador de fútbol. Tú te marchas, pero nosotros nos
quedamos con tu enorme legado”