Animación Sociocultural - Ensayo Sobre Educación Popular
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EDUCACIÓN POPULAR: Nadie es más que otre, pero sí menos sin el otre.
Los tiempos mezquinos de la modernidad nos han interpelado a partir del orden, la
coherencia, el significado preciso, la única verdad, la subjetividad controlada. Allí la
otredad como el misterio, el desconcierto, lo peligroso que nos propone huir o disciplinar.
La falta del “Eros” que menciona el filósofo surcoreano, remite al narcisismo tan propio de
la era actual, aquella que sólo busca a otre en la comodidad de la complementación y la
afinidad. Une otre que es tan reflejo de une misme, pero que no es tomade en su “atopía”,
pues “la llegada del otro atópico puede asumir una forma apocalíptica” (2014:12),
La escuela como centro de rehabilitación para descarriades que corrían sin parar en las
calles, que jugaban a la mancha y a la pelota, que hacían campeonatos de balero y de
soga, aquelles descarriades que si continuarían jugando, simplemente no servirían en un
futuro adulto.
Tomando a Jorge Larrosa en "El enigma de la infancia", es posible realizar una analogía
entre el sistema totalitario y el sistema educativo. Es el totalitarismo el que se ocupa de
mantener un orden y una normalidad, reprimiendo y evitando el nacimiento de la novedad,
por temor a lo nuevo/desconocido. Llevado a las aulas, podemos hablar del temor o
sometimiento político de les docentes a la hora de emancipar, negando al “sujeto-
subjetivo”, objetivándole, homogeneizando un pensamiento, disfrazándolo de igualdad.
El transitar en el Área de Artes del Bachi ha sido una experiencia ‘machacadora’, sí,
porque machaca día a día el chip normalista que está pegado en la propia matriz de
aprendizaje. Tener que bajarse miles de veces de la tarima imaginaria que posiciona al
‘maestro’ en el estrado del saber, implica dejarse inundar por el Eros, “El amor es una
«escena de lo Dos». Interrumpe la perspectiva del uno y hace surgir el mundo desde el
punto de vista del otro o de la diferencia” (Han, 2014:68)
Incluir el amor en nuestras prácticas educativas nos aleja del pensamiento retrógrado y
caduco de que el saber debe ser restringido, hermético y clasista. Incluso nos acerca a la
renombrada teoría de las inteligencias múltiples de Gardner, donde no existe
determinación alguna que nos diga que no podemos, que existen tantas maneras de
llegar al aprendizaje como sujetos-subjetivados existan, y la cantidad es incalculable y
sobre todo mutable.
Encontrarse en espacios donde los cuerpos tienen marcas crueles de una vida familiar
castigada, de una sociedad que discrimina, de parejas violentas. Cuerpos tímidos o
desacatados, callados o gritones, cuerpos invisibles o cuerpos que exigen verse. Cuerpos
siempre al borde de los abismos. Cuerpos que no se animan muchas veces a levantar la
mano para no padecer una vez más la burla por la ignorancia. Bocas que tartamudean al
leer y siguen los renglones con los dedos. Manos arrugadas que están reaprendiendo a
escribir. Ojos.
Ojos que dicen a gritos y con ternura: ¡Yo vivo de preguntar, saber no puede ser un lujo!
Bibliografía