La Ley de Lo Faltante

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 2

LA LEY DE LO FALTANTE

¿Alguna vez has tenido la fuerte y desagradable sensación de no ser "lo suficientemente bueno"?
Hay una ley de la vida que dice:

“TU INFELICIDAD ESTÁ ESTRECHAMENTE RELACIONADA CON LA IDEA DE ALGO FALTANTE EN TU


VIDA.”

Esto, por lo general se presenta en 4 formas distintas:

1. COMPETENCIA/CAPACIDAD

La sensación de que "nunca soy lo suficientemente bueno" en alguna cosa, como el ganar dinero,
tener las mejores calificaciones, el mejor puesto, la mejor casa, el mejor auto, ser "perfecto", tener
una gran inteligencia o cualquier otra cosa en la que "debería" ser bueno.

2. CUERPO

La sensación de que mi cuerpo no es lo suficientemente bueno: mis senos no son suficientemente


grandes, redondos o bonitos, mi pelo/piel no es suficientemente claro, no soy lo suficientemente
delgado, lo suficientemente fuerte, lo suficientemente alto o atractivo.

3. IDENTIDAD

La sensación de que, de alguna manera, soy el "tipo equivocado" de persona, podría ser mi edad,
mi género, mi religión, mi raza, mi orientación sexual o incluso mi personalidad.

4. RELACIÓN

La sensación de que "Seré amado por alguien significativo, sólo si soy _____"… Este "_____" podría
basarse ERRÓNEAMENTE en el éxito de mi carrera (competencia), mi apariencia (mi cuerpo), mi
disposición a "cambiar quien soy" (identidad) o otra cosa, donde siento que SOLO tendré amor, SI
también se cumple una condición separada.

POR QUÉ OCURRE

Si tienes alguna combinación de estos cuatro, por lo general es el resultado de un daño, una
enseñanza equivocada que causó una herida emocional interna en los primeros años de vida, y
que la sociedad se encargó de hacer más grande, más profunda, más dolorosa…

Son los adultos a cargo de nuestro cuidado, los primeros en señalar más tus equivocaciones que
tus aciertos. Haciéndote olvidar que, cuando eras menor, NO PENSABAS EN TÉRMINOS DE
ACIERTO/EQUIVOCACIÓN; SINO EN HACERLO O APRENDER CÓMO NO SE HACE PARA HACERLO LA
SIGUIENTE VEZ… Al nacer, tu cerebro está equipado con la idea de lograr cosas: aprender a
sentarte, aprender a ponerte de pie, aprender a caminar, a correr, a hablar, a comer solo… ¡Todo
ello sin importar cuántas veces te caíste o no lograste el cometido!

No pensabas en que habías “fallado” simplemente lo intentaste una y otra vez, hasta que lograste
hacerlo. Adivina qué: TODOS LOS SERES HUMANOS NACEN ASÍ…

Como dije antes, son los “adultos” los que te enseñan a tener miedo y vergüenza del “fallo”, desde
sus propios miedos y vergüenza… De esta forma, una vez que las semillas de estas creencias
irracionales se plantan y no se corrigen, darán lugar a la idea de lo insuficiente, de lo faltante,
creando sentimientos de baja autoestima, ansiedad, ira e incluso autolesiones y depresión, a lo
largo de toda la vida.

CÓMO CURARLO

La clave para curar verdaderamente esa herida, no consiste en negar lo que está ocurriendo, ni
decir cosas como “ya se me va a pasar”, “el tiempo lo cura todo”, etc., no es luchar contra tu
enemigo, esa voz interna negativa que busca hacerte sentir mal, llenándote la cabeza de ideas de
“no ser suficientemente…”, ni adormecerla por la fuerza con alcohol, drogas, eventos sociales,
comida o perfeccionismo; sino rescatar tu propia voz, abrazar tu humanidad, admitir que tu
sistema no ha funcionado hasta ahora y que es una gran equivocación seguir haciendo lo mismo,
esperando resultados diferentes… Entender que, si no sabes cómo, siempre puedes pedir ayuda a
alguien que sí lo sabe…

Deja de inventar pretextos o justificaciones para seguir enfermo. A menos que disfrutes el dolor,
no hay razón para seguir sufriendo, ni para ponerte un disfraz o una máscara de fortaleza,
seguridad o perfección. En el fondo, el dolor seguirá ahí.

Este es el verdadero significado de "recuperación": deshacerte de esa filosofía que te ha


enfermado, aprender una nueva forma de hacer las cosas y redescubrir esa parte exiliada de ti,
para que puedas ser verdaderamente completo de nuevo.

PAZ…

También podría gustarte