Tema 11 Ortega y Gasset
Tema 11 Ortega y Gasset
Tema 11 Ortega y Gasset
Tema 11
Razón vital y comunicativa.
José Ortega y Gasset
1.- Panorama de la filosofía del siglo XX en Europa.-
a) Neopositivismo
La confianza en la lógica y en la experiencia; desde los años veinte, y junto con
la filosofía analítica y el marxismo, constituye el núcleo central de la reflexión filosófica.
Karl Popper establece un principio para poder distinguir entre lo que es ciencia
y lo que no lo es: el principio de falsabilidad. Un hecho que desmiente o contradice
una teoría basta para invalidarla; una teoría es “falsada” cuando se descubre un hecho
que la desmiente.
Thomas S. Khun sostiene que el avance de la ciencia no es acumulativo; hay
cambios bruscos que revolucionan periódicamente la ciencia.
b) Filosofía de la conciencia.-
La filosofía moderna se inicia con el establecimiento de la “subjetividad” (cógito
cartesiano, naturaleza humana ilustrada, conciencia o yo trascendental). Esta
conciencia es el elemento fundamental como explicación de la realidad.
Sigmund Freud llega a la formulación de una teoría completa acerca del
dinamismo profundo de la vida psíquica de la persona (psicoanálisis).
Como respuesta a la tremenda crisis generada por las dos guerras mundiales
surge, hacia 1930 el existencialismo. Los existencialistas afirman que el hombre es un
ser arrojado al mundo. Sartre, insiste en el absurdo de la existencia y del mundo, pero
también en una profunda fe en el hombre capaz de crear un mundo en libertad.
c) Marxismos.-
Empleamos el plural porque no se ha dado en la historia una sola clase de
marxismo; el original de Marx sufrió muchas evoluciones durante el siglo XX. Desde
1870, aproximadamente, hasta nuestros días, es un hecho que el marxismo se ha
convertido en la doctrina inspiradora de los partidos socialistas y comunistas, y ha
influido considerablemente en todo el mundo.
Se puede decir que Ortega y Gasset es uno de los más grandes filósofos
españoles. En España, en esos tiempos, existía una intensa preocupación por
reconstruir nuestra cultura y por abrirse a Europa. Son años de “desastre”: la pérdida
de las colonias, la derrota en la guerra de Cuba, las sublevaciones en Marruecos
provocan en algunos intelectuales españoles, la generación del 98, un
replanteamiento ideológico, político, filosófico...
3.-Significado de la filosofía.-
La filosofía, para Ortega, es algo vital, algo necesario, asistemático, nada rígido
ni estructurado, sino flexible, abierto y vivo como la propia vida (lo que para el ave es
volar, es para el hombre filosofar).
El pensamiento de Ortega se focaliza en una idea central capaz de integrar y dar
razón a los más diversos fenómenos humanos, culturales e históricos. Esta idea central
es la idea de vida; desde ella reflexiona Ortega y fundamenta los presupuestos de una
razón vital.
La filosofía no nace por razón de utilidad, pero tampoco por capricho. La
filosofía es “constitutivamente necesaria al intelecto”, y tiene como nota radical el afán
de buscar y capturar la verdad del todo como tal.
Al filósofo le caracteriza el afán de entender, de captar la realidad del mundo, el
Universo. La filosofía es conocimiento del Universo...”
no cada una de las cosas en su existencia privada , sino la totalidad de cuanto hay;
“cuanto hay”, no cuanto existe: hay cosas que no existen, pero las hay, como por
ejemplo, los gigantes, el centauro...
“en el universo”: ¿Qué cosas hay?:
Perspectivismo: período que va desde el año 1910 hasta el año 1923, en el que
hace una crítica al idealismo y al realismo. Publica las obras “Meditaciones del
Quijote” (1914), “El Espectador” (1916), “España invertebrada” (1921).
Raciovitalismo: desde 1923 hasta 1955: “El tema de nuestro tiempo”, “La
rebelión de las masas”, “Historia como sistema”.
4.1. Perspectivismo.-
Esta etapa en el pensamiento de Ortega ha sido una de las que más ha definido
su obra. Además, el texto seleccionado para selectividad versa en parte sobre el
perspectivismo. La novedad del planteamiento orteguiano procede de que no acepta
que se reduzca la realidad a las dos grandes corrientes de pensamiento que habían
focalizado la epistemología en la historia de la filosofía: el realismo y el idealismo.
En la primera, el universo, las cosas, la realidad tenían una existencia propia
independiente del propio sujeto; es decir, en el realismo la realidad ocupaba el centro
de la investigación. En este sentido, el sujeto se centra en conocer las cosas mismas,
dejando a un lado la preocupación por sus propias facultades para poder conocer; por
(Ortega dirá que no puede hablar de las cosas sin el yo, pero tampoco puedo hablar de un yo sin
cosas. No existe el yo sin cosas, sin mundo. Yo soy para el mundo y el mundo es para mí) .
Ortega opta por una línea de pensamiento más existencial, más vivo, menos
metafísico. Su preocupación intelectual es el hombre, este hombre concreto aquí y
ahora. Sus respuestas no son abstractas o esencialistas sino históricas y temporales y
se realizan en el quehacer diario de la vida.
Ortega no reduce la existencia del ser humano a su propia condición del ser
como tal; es cierto que el comienzo de la frase postula un “yo” (yo soy “yo”), de ahí
que exista una subjetividad como síntoma de identidad. Pero esta identidad estaría
incompleta sin la otra parte de la frase: “y mi circunstancia”. Esta circunstancia es la
realidad que rodea al sujeto; es el mundo vital en el que el sujeto se desenvuelve, el
entorno en el que su vida se desarrolla; por eso podemos decir que para Ortega la
circunstancia es todo aquello que no soy yo pero que me conforma (lugar de
nacimiento, siglo, ideas del momento, creencias,…). El yo es inseparable de su
circunstancia porque nuestras circunstancias configuran también nuestro yo. La
circunstancia pone parte del peso temporal en la categoría del pasado y del presente
(que son las circunstancias temporales que mejor nos definen y más nos afectan), pero
al mismo tiempo el yo tiene que ir construyéndose; de ahí que Ortega dé una
tremenda importancia a la construcción del yo con el futuro.
Para Ortega todo conocimiento tiene que partir de un punto de vista concreto,
de una situación específica, que será la que denominará circunstancia. Y esta
circunstancia es la que pone de manifiesto que la realidad presenta múltiples puntos
de vista. En esto consiste el perspectivismo, en con-vivir, en vivir con las múltiples
circunstancias que se presentan en la vida. La suma de todas estas perspectivas será lo
que mejor represente a la verdad.
4.2. El raciovitalismo.-
Cuando se vive, no se tiene más remedio que usar la razón: hay que razonar
dentro de las circunstancias que nos ha tocado vivir. De modo que el nivel de
comprensión que existe en el ser humano solo se puede lograr a través de la vida,
siendo esta el principal órgano de comprensión. La razón vital se da cuando la vida
funciona como si fuera la razón, y solo entonces se logra entender lo humano.
Entendida así, la vida para Ortega será la realidad radical: la suma de los
objetos que nos rodean y de nosotros mismos, al tiempo que convivimos con estos
objetos, una realidad radical que significa coexistencia. Así, Ortega llegará a afirmar
que el dato radical, el más importante, es el de la coexistencia del mundo con el yo.
Vivir es el modo de ser radical: la vida es la realidad radical, porque a ella tenemos
que referir las demás realidades.
Vivir es encontrarme con el mundo, con el de ahora, haciendo lo que estoy
haciendo en él.
Vivir es ocuparme de algo: nuestra vida es una constante decisión, y siempre
decidimos para algo, con una finalidad, en función de algo: esto significa el
conjunto de apetitos, pasiones e ilusiones que somos cada uno.
Vivir es un continuo quehacer: nada se nos da hecho, necesitamos hacérnoslo cada
uno; la vida es un problema que necesitamos resolver.
Vivir es un problema: cada uno de nosotros es un problema. El hombre es el
problema de la vida.
Vivir es encontrarse a sí, ser transparente a uno mismo, vivirse, sentirse vivir,
donde el yo no es el único sujeto, sino también el mundo.
Vivir es coexistencia y convivencia: apoyarse mutuamente, tolerarse, alimentarse.
La vida es compartir con...
Cuando Ortega habla de razón no lo hace refiriéndose al sentido clásico del término,
no trata de dejar reducido todo a un órgano o fuente de conocimiento anónima. Para
Ortega, la razón es cualquier acción de carácter intelectual que nos pone en contacto
con el propio mundo. Si Ortega hubiese aceptado el sentido clásico del concepto de
razón, se habría quedado en la razón abstracta como órgano de conocimiento, en una
razón pura al estilo kantiano. Pero Ortega postuló la necesidad de acudir a una razón
vital que acercara al hombre a la realidad en la que se encontraba.
5.- El historicismo.-
En cada época hay una forma de vida; esta forma de vida dura cierto tiempo;
de ahí que en un mismo tiempo coexistan varias generaciones: jóvenes, hombres
maduros y viejos.
Por ser el concepto de generación un concepto histórico y por ser la evolución
histórica desigual para los diversos individuos, puede que no coincidan necesariamente
el tiempo cronológico en el que vive un individuo concreto con su tiempo
generacional. Esto es, no todos los hombres que podrían pertenecer a una misma
generación, de acuerdo con el tiempo que les ha tocado vivir, pertenecen de hecho a
ella. Y esta observación es la que lleva a Ortega a distinguir entre los conceptos de
contemporáneo (los que viven en el mismo tiempo) y de coetáneo(los que tienen la
misma edad). Y ello porque, en cada momento concreto del devenir de la historia,
coexisten tres generaciones distintas: la generación emergente, la que está en su
plenitud vital y la que va desapareciendo poco a poco a causa del paso inexorable del
tiempo.
grave crisis que a pueblos, naciones, culturas, cabe padecer. Esto provoca una
desmoralización y se hace imposible la europeización de España. (Europa no sabe si
manda, España no sabe si obedece). Recordad la situación que vive España en 1898, de
donde se origina, según Ortega, la decadencia moral de España. (“España es el
problema; Europa, la solución”).
Por otra parte, las masas se rebelan, no quieren someterse a las orientaciones
de la elite, y eso provoca la invertebración de España, empobrecida y desvinculada de
Europa. Vertebrar España será una de las preocupaciones intelectuales de Ortega,
junto a otros intelectuales como Unamuno, Pio Baroja, etc. (el “problema de España”)
BIBLIOGRAFÍA
b) Contexto cultural:
Manifestaciones artísticas: impresionismo y postimpresionismo del
siglo XIX; los movimientos vanguardistas (fauvismo, expresionismo,
cubismo y surrealismo); el arte abstracto.
Manifestaciones literarias: simbolismo; modernismo; vanguardias
literarias.
Cambio en la concepción de la ciencia: sustitución de la física
newtoniana por otra de carácter relativista e indeterminista.
Gran parte de la filosofía de Ortega está muy influida por Nietzsche. Ambos
dedicaron parte de su tarea intelectual a elaborar un mapa social del momento
histórico en el que vivían. Nietzsche desarrolla su actividad intelectual durante la
segunda mitad del siglo XIX y hace una crítica feroz de la cultura occidental del
momento, destacando su situación de decadencia. Ortega, por su parte, vive
acontecimientos muy relevantes del siglo XX y se convierte en analista y crítico de la
situación española a través de sus ensayos y artículos periodísticos.
Nietzsche parte de una noción de razón muy particular. Para Nietzsche, la razón
es solo un órgano más de conocimiento en el ser humano, no el único. Su crítica a la
epistemología tradicional desde Sócrates se centra en el esfuerzo por reivindicar la
parte sensorial del ser humano. Nietzsche considera que la razón tiene importantes
limitaciones a la hora de abordar la auténtica naturaleza del ser humano; la razón no
puede comprender la parte irracional del hombre, el aspecto sensorial y cambiante, el
proceso de constante evolución y cambio. La razón no acierta a comprender que el ser
humano es devenir y, por eso, desprecia los instintos. Esta situación es un error ya que
los instintos, el cambio,… también forman parte del ser humano y deben ser admitidos
como particularidades propias del hombre. Sin embargo, aunque Ortega acepta la
necesidad de integrar el lado instintivo del hombre, no por ello deja de lado la faceta
racional del mismo. Para Ortega, la razón tiene un papel primordial en la comprensión
del ser humano; es la razón la que ayuda a entender mejor las circunstancias que
rodean al hombre, pues, a través de su uso, este se dota de sentido a sí mismo. Pero
Ortega y Gasset también acepta que será el cambio y el devenir una de las
características que mejor definen al ser humano.
Existe otro rasgo que diferencia a ambos autores: la concepción del tiempo. En
Ortega el tiempo es lineal, defiende la existencia de generaciones y de tiempos
históricos donde conviven coetáneos y contemporáneos. El hombre, por lo tanto, es
un ser histórico que se forma de modo lineal. Sin embargo, en Nietzsche el tiempo
posee una concepción cíclica, y así lo expone en la doctrina del eterno retorno, según
la cual todos los acontecimientos están condenados a repetirse eternamente.
Si hay un tema recurrente que está todavía de actualidad en la obra de Ortega, ese es
el de España. Una de las demandas más importantes que realizó Ortega a lo largo de su obra,
junto con algunos otros intelectuales de su época, fue la de europeizar España. Esta consigna
estaba marcada, entre otras cosas, por un exilio forzado y por una vida en París y Holanda
hasta su vuelta a España. Si ponemos los ojos en los acontecimientos de los últimos treinta
años, podemos observar cómo España no solo ha tenido grandes avances sociales y
económicos, sino también cómo ha entrado a formar parte de la Unión Europea. Ortega era
defensor de que Europa presentase un proyecto común al mundo porque sus países
compartían una historia, y en la actualidad se están redoblando los esfuerzos para que esta
Europa de la que España forma parte se consolide.
Siguiendo con el análisis de la sociedad española que Ortega realizó en su momento,
podemos decir que el diagnóstico de alguno de los problemas que hizo sigue siendo válido en
parte para la situación en la que se encuentra la España actual.
En su ensayo España Invertebrada Ortega pone de manifiesto su preocupación por la
desintegración de la nación. En la segunda parte de este ensayo Ortega se cuestiona por qué
existen separatismo, regionalismo y nacionalismo en España, que tratan de realizar una
secesión territorial y étnica. Si centramos nuestra mirada en la España contemporánea,
podemos decir que parte de este análisis todavía sigue vigente. Los partidos nacionalistas
exigen cada vez más su parcela de independencia a la hora de recalcar unas señas de identidad
que ellos creen diferentes a las de la nación española. Ejemplo de ello es el terrorismo de ETA,
que se ve apoyado por una sección política que lucha por la independencia del País Vasco, y
también en Cataluña con partidos como Convergencia y Unión o en Galicia con el Bloque
Nacionalista Gallego.
Podemos defender parte de la filosofía de Ortega en el presente haciendo uso de su
doctrina del punto de vista. Ortega, con la metáfora del paisaje que contemplan dos personas,
pone de manifiesto la importancia de aceptar la realidad de la visión de cada uno de ellos, a
pesar de contemplar el mismo paisaje pero desde distintos puntos de vista de cada ser
humano; la realidad de cada una de las perspectivas que el hombre tiene, la suma de cada una
de ellas, forma parte de una verdad parcial. Siendo así, podemos decir que existe en esta
teoría una lucha frontal contra el etnocentrismo, que trata de imponer su perspectiva vital
frente a las otras. En la actualidad sigue estando en auge tesis que defienden el relativismo
cultural o interpretaciones religiosas y políticas radicales que no aceptan esta doctrina del
punto de vista. Ortega defendía que las circunstancias eran las culpables de que cada sujeto
pudiera acceder a una verdad limitada y que gracias a esto se tenía que imponer un diálogo
entre las personas para alcanzar acuerdos, debido, entre otras cosas, a que un sujeto solo no
puede alcanzar la verdad. Muchas de las democracias actuales tratan de poner en marcha esta
defensa del perspectivismo aceptando la libertad y legitimidad que tienen los puntos de vista
de otros países; incluso dentro de un mismo país, como puede ser España, donde confluyen y
conviven muchas culturas y religiones diferentes intentando aceptar que su cultura es solo
una perspectiva más de las múltiples existentes. Por tanto, el perspectivismo orteguiano puede
ser un elemento útil en la sociedad actual.