Registro Automotor No Constitutivo
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PODER JUDICIAL
- En la ciudad de Trelew, a los 12 días de agosto del año dos mil trece, se reúne la
Sala “A” de la Cámara de Apelaciones, con la Presidencia del Dr. Marcelo J. López
Mesa y presencia del Sr. Juez del Cuerpo Dr. Carlos A. Velázquez para celebrar
acuerdo y dictar sentencia definitiva en los autos caratulados: “Williams, E. T. s/
Tercería de mejor derecho en autos: Banco SANTANDER RIO S.A. c/ C., Eloy
Aníbal s/ Ejecutivo (EXP. Nº 530/2011) y Banco SANTANDER RIO S.A. c/ C., Eloy
Aníbal s/ Ejecutivo (EXP. Nº 532/2011)” (Expte. 167 - Año 2013 CAT) venidos en
apelación. Los Sres. Magistrados resolvieron plantear las siguientes cuestiones:
PRIMERA: ¿corresponde declarar desierto el recurso de apelación deducido a fs. 134 y
sostenido con la expresión de agravios de fs. 151/153 vta.?, SEGUNDA: caso negativo
de la anterior, ¿son sustancialmente procedentes los agravios expresados en dicha
pieza?, TERCERA: ¿son procedentes los agravios expuestos a fs. 147/149 por el
recurrente de fs. 135?, y CUARTA: ¿qué pronunciamiento corresponde dictar? y
expedirse en orden al sorteo practicado a fs. 161.
----------------------------------------------------- A LA PRIMERA CUESTIÓN el Dr. Velázquez
expuso:
I.- La sentencia de primera instancia acogió la tercería de mejor derechos incoada y
ordenó el levantamiento de los embargos decretados en los procesos principales sobre
el automotor objeto mediato de la pretensión deducida y eximió de costas a los
codemandados.-
Para así decidirlo el “a quo” se fundó en cuatro argumentos dirimentes, a saber:
A) El boleto de compraventa de fecha cierta anterior al embargo, unido a la
posesión, resulta título suficiente para obtener el levantamiento de la medida.-
B) En la especie el deudor de los autos principales suscribió ante el Registro de la
Propiedad Automotor el formulario 08 el día 18/09/2009, mientras que la co-titular del
dominio denunció la venta del vehículo en enero de 2010, demostrando otro documento
y las declaraciones testificales rendidas las sucesivas transmisiones hasta llegar al
tercerista, quien suscribe un boleto en mayo de 2010. Así pues, ese boleto es de data
muy anterior a los embargos, trabados de modo provisorio el 28/6/11 y transformados
en definitivos el 20/3/12.-
C) Las pruebas aportadas al pleito demostraron que el rodado estaba bajo poder del
tercerista, pues fueron acreditados diversos actos posesorios suyos.-
D) No fue probada en autos la no presumible mala fe del tercerista, en el sentido que
la prevé el art. 3269 Cód. Civ., esto es que al recibir la cosa conociera la existencia de
otra obligación a cargo del deudor. Ese conocimiento por el aquí actor no pudo existir
tampoco, pues al momento de la tradición del automotor ni los embargos se hallaban
trabados, ni siquiera el deudor estaba constituido en mora de las obligaciones
reclamadas por el embargante.-
II.- Para impugnar tal decisorio el embargante en síntesis, expresó:
1) Que le causa agravio la conclusión de la sentenciante referida a la operación de
compraventa del móvil a favor del tercerista, que la juzgadora consideró acreditada con
el simple formulario 08, toda vez que ello no se compadece con el régimen de la
propiedad automotor vigente, en el que la inscripción registral es constitutiva. Añadió
que dicho formulario carece de fecha en relación a su suscripción por la condómina del
vehículo -no demandada- y que el boleto de compraventa a favor del tercerista carece
de fecha.-
2) Que en el régimen de la propiedad automotor aludido la tradición y posesión
consecuente carecen de relevancia, pues ese modo de adquisición ha sido sustituido
por la registración, sin la cual no nació el dominio del tercerista.-
3) Que asimismo le agravia la conclusión sentencial tocante a la buena fe del actor,
sin atender a su negligencia en la inscripción del dominio del rodado, añadiendo que al
poseedor de éste sin inscripción debe considerárselo de mala fe, en tanto su creencia
está fundada en la ignorancia o el error de derecho.-
III.- Confrontados los argumentos conclusivos expuestos por el Señor Magistrado del
anterior grado con aquellos otros que el recurrente incluyera en su pieza de agravios,
se advierte que estos últimos no satisfacen los requisitos impuestos por el art. 268
C.P.C.C. como una carga que el apelante habrá de cumplir para la suficiencia técnica
del escrito de impugnación. En efecto, el quejoso no ha intentando rebatir las ideas
dirimentes que vertebraron la decisión de la precedente instancia que he resumido.-
La protesta vertida ha sido encaminada por el carril del alegado carácter constitutivo
de la inscripción registral para deducir de allí que el tercerista no adquirió la propiedad
del locomóvil, con olvido de que en el subexamen no estamos en presencia de una
tercería de dominio, sino que aquí se debatió el mejor derecho a ser pagado, con una
suma de dinero en el caso del embargante y con el cumplimiento de la obligación de
hacer de efectuar la transferencia de la propiedad del automotor en el del tercerista.
Precisamente, la juzgadora de origen concluyó la preferencia del último no porque fuera
propietario de la cosa, sino porque tenía mejor derecho a obtener su dominio por contar
con boleto anterior al embargo, posesión y buena fe. Argumentar entonces a base de la
falta de transferencia de la propiedad resulta inhacedero.-
Tocante a que el formulario 08 carece de data de suscripción por la condómina del
vehículo, es asimismo invocar una circunstancia irrelevante, visto que aquí los
embargos cuestionados fueron trabados exclusivamente sobre la porción indivisa del
codemandado Eloy Aníbal C. y no sobre el 50 % correspondiente a la copropietaria, de
modo que la fecha en que ella firmara el formulario carece de significado y, en relación
a la venta de la porción indivisa de C., fue hasta un acto inútil, que, entonces, no vicia la
expresión de voluntad del último. Es que la presencia de una firma innecesaria no tiene
reflejo alguno en la validez del acto de enajenación de C., pues, tal cual rezaba el
aforismo latino, “utile per inutile non vitiatur”.-
La apostilla del apelante acerca de la supuesta falta de fecha del boleto suscripto por
el tercerista viene huérfana de asidero. De un lado, porque ese documento obrante a fs.
83 de la documental reservada en el proceso ejecutivo (expte. n° 530 año 2011 del
juzgado de origen) aparece fechado en su encabezamiento mismo; del otro, porque tal
escueto señalamiento del recurrente no importó una crítica concreta y razonada a la
argumentación incluida por la sentenciante a fs. 129 vta., párr. 1°, donde ella apreciara
que la autenticidad de dicho instrumento no fue desconocida por los codemandados y,
además, fue ratificada por las declaraciones testificales. El intento de destruir los
fundamentos expuestos y desenvueltos por el sentenciante de la anterior instancia es lo
que conforma la esencia del agravio y le confiere a la queja calidad de tal, de modo que
si la impugnación traída omite tal tentativa la misma resulta inatendible, provocando ello
la firmeza de lo merituado en el grado precedente (arts. 268, 269, 274 C.P.C.C., su
doc.; este tribunal, c. 18.305 S.D.C. 26/02, c. 22.542 S.D.C. 12/08, c. 325/11 S.D.C.
28/11).-
Tocante a la alegación del apelante relativa a la intrascendencia de la posesión en el
régimen de la propiedad automotor que nos rige -sustituida en tal sistema por el modo
inscripción-, forzado me veo a reiterar que aquí no fue debatida la adquisición del
dominio del rodado por el tercerista, sino su mejor derecho a obtenerla, de modo que la
posesión cuenta en el caso sólo como medio de publicidad. Es sabido que la publicidad
registral no eliminó totalmente la publicidad posesoria, pues no obstante la superioridad
técnica de la primera, la posesión puede constituir la exteriorización de una situación
jurídica real, de innegable trascendencia publicitaria, cuando es apreciada no desde el
punto de vista fugaz del acto de la tradición, sino desde el ejercicio de ella prolongado
en el tiempo durante un plazo razonable (confr.: Recomendación del Segundo
Encuentro de Abogados Civilistas, Santa Fé 1988, Comisión 4ta., transcripta y
comentada por Andorno, en “Vigencia de la publicidad posesoria en materia de
derechos reales”, Zeus 50-D-193; mi voto en “Curiche, B. s/ tercería de mejor derecho
en autos 'Campo, J. M. c/ Di Prospero, R. s/ cob. de hab. e indem. de ley' ”, causa de
esta Cámara n° 234/12, S.D.L. 32/12).-
A propósito de la buena fe del tercerista, la argución del apelante pasa por alto que
la Señora Magistrada “a quo” se refirió al particular sentido en que emplea el concepto
el art. 3269 Cód. Civ., es decir el desconocimiento por el tercerista al momento de
recibir el automotor de la existencia de otra obligación a cargo del codemandado C.,
conclusión que la juzgadora de otro grado sustento en que al instante de la tradición del
móvil los embargos no se hallaban trabados y ni siquiera el deudor estaba constituido
en mora de las obligaciones reclamadas por el embargante.-
En suma, las apuntadas deficiencias de la expresión de agravios de fs. 151/153 vta.
conducen a la frustración del recurso. Cual es bien sabido, por imperio del recordado
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art. 268 C.P.C.C., la expresión de agravios debe contener una crítica concreta y
razonada de las partes del fallo que el apelante considera equivocadas y para que esa
carga quede adecuadamente satisfecha es menester que los fundamentos del
sentenciante sean objeto de efectivo ataque.-
La ley procesal requiere, a efectos de mantener el debate en un plano intelectual
antes que verbal, que la crítica dirigida a la sentencia sea concreta, lo que significa que
la parte debe seleccionar del discurso del juzgador aquel argumento que constituya
estrictamente la idea dirimente y que forme la base lógica de la decisión. Efectuada esa
labor de comprensión, incumbe luego al recurrente la tarea de señalar en cuál punto del
desarrollo argumental se ha incurrido en una errata, sea en las referencias fácticas o en
la interpretación jurídica, que conduce al desacierto ulterior. Cuando el litigante no
formula los agravios de esa manera, cae derrotado, antes que por la solidez de la
sentencia todavía no revisada, por la falta de instrumental lógico de crítica. Es que la
función esencial del órgano “ad quem” consiste en confrontar los argumentos del “a
quo” con aquellos otros que, de contrario, aduce el recurrente, de modo que ante la
ausencia de concretos y razonados agravios queda la Alzada desprovista del material
indispensable para el desarrollo de su labor (este Cuerpo, c. 16.416 S.D.C. 31/00, c.
18.086 S.D.C. 28/02, 19.003 S.D.C. 47/03, c. 20.9915 S.D.C. 3/06, entre otras).-
Considero por ello que debe declarase desierto el recurso (art. 269 C.P.C.C.).-
Por todo lo expuesto, finalizo expidiéndome en esta primera cuestión por la
AFIRMATIVA.-
--- A LA PRIMERA CUESTIÓN, el Señor Presidente de la Sala A, Doctor Marcelo
López Mesa, expresó: --------------------------
--- Que las cuestiones fácticas han sido suficientemente referidas por el colega de
primer voto, motivo por el cual no abundaré en ellas, dando por reproducidos aquí los
desarrollos efectuados al respecto por el Dr. Velázquez. Me concretaré, para el
sustento individual de mi voto, a analizar los aspectos relevantes traídos a revisión de
esta Sala.-
--- Que analizadas las críticas vertidas por el apelante en apoyo de sus agravios y
puestas en línea con los desarrollos del a quo, surge manifiesto que los primeros son
insuficientes e inadecuados para conmover los últimos. Ello, dado que el escrito de
sostenimiento del recurso, no cumple los recaudos exigidos por el art. 268 C.P.C.yC.
como carga técnica mínima de todo recurrente.------------------------------------------------------
--- La apelante ha efectuado un sobrevuelo sobre la temática del pleito, dando
escuetamente una opinión suya sobre cómo debió haber sido resuelto éste, pero sin
hacerse cargo de las razones por las que el a quo no acogiera sus alegaciones.-----------
--- Ni siquiera ha procurado la apelante conmover la totalidad de las vigas maestras que
sustentan la sentencia atacada, limitándose a efectuar un cuestionamiento parcializado
e insuficiente de la resolución en debate, por ejemplo, pretender hacerse fuerte en
aspectos que carecen de una entidad dirimente del pleito, sin poner en crisis a lo
expuesto en la sentencia bajo ataque.-------------------- ----------------------------------------------
--- El apelante ha centrado su embate en sostener el carácter constitutivo de la
inscripción registral para deducir de ello que el tercerista no habría adquirido la
propiedad del automotor. Se trata de un sensible error.- ------------------------------------------
--- Es que no cabe soslayar que en este caso nos hallamos no ante una tercería de
dominio, sino de mejor derecho, en la que el fallo de grado determinó la prioridad del
tercerista porque tenía mejor derecho a obtener su dominio, al tener un boleto de
compraventa anterior al embargo y no porque ya fuera propietario de la cosa. La
prioridad, en este caso, la confirió la posesión y buena fe demostrada por el tercerista,
con lo que no es procedente admitir argumentos que pretenden edificarse sobre la falta
de transferencia de la propiedad del vehículo, ya que en una tercería de mejor derecho
como la que aquí resolvemos, tal extremo no es dirimente. --------------------------------------
--- Igualmente, para esclarecer el punto y con efectos docentes, obiter dicta he de
consignar que esta alegación es conceptualmente errónea, amén de ser violatoria de la
doctrina legal vigente. Es menester recordar que en un fallo de esta Sala de fecha 10
de Febrero de 2010, in re “SAEZ, Tomás Alfredo c/ HILANDERÍA CHILAVERT,
COMERCIAL, INDUSTRIAL, FINANCIERA e INMOBILIARIA S.A. s/ ORDINARIO”
(Expte. 509 - Año 2009), según mi voto, se dejó sentado que la esencia constitutiva de
una inscripción registral es la excepción y no la regla en la materia.------- --------------------
--- Se recordó allí que existen diversos tipos de sistemas registrales; básicamente tres:--
--- a) Los sistemas que atribuyen a la publicidad registral simple fuerza negativa,
preclusiva (oponibilidad de lo inscrito), en los que las mutaciones sobre la realidad
extraregistral se producen al margen del Registro, el cual se limita a publicarlas, sin
añadirles ninguna eficacia civil especial. Pertenece a este grupo el sistema inmobiliario
francés.------------------- ---------------------------------------------------------------------------------------
--- b) Los que atribuyen a la publicidad registral eficacia convalidante. En estos sistemas
también el derecho real nace fuera del Registro, pero los efectos de la publicidad no se
limitan él hacer oponibles los actos registrados frente a quienes puedan perjudicar, sino
que, en forma mucho má amplia, inciden sobre la sustancia misma del derecho real
dando lugar a una presunción de exactitud de lo publicado en el Registro; esta
presunción de exactitud puede actuar iuris tantum, esto es, mientras no se pruebe la
inexactitud del Registro (principio de legitimación registral) o puede funcionar iuris et de
iure en favor del tercero que adquiere de buena fe confiando en lo que el Registro
publica (principio de fe pública registral). Se encuadra dentro de este grupo el sistema
español y el sistema inmobiliario argentino.----------------------------------------------- ------------
--- c) Los que atribuyen a la publicidad registral efectos constitutivos. En éstos, la
inscripción registral forma parte del proceso de constitución del derecho real (inscripción
constitutiva). Dentro de este grupo, y en función de la mayor o menor eficacia
constitutiva que se dé a la publicidad registral, cabe distinguir, a su vez, entre:
-------------
--- c.1) Aquellos como el sistema inmobiliario alemán o el suizo, en los que, si bien la
inscripción registral, acompañada de otros requisitos previos (consentimiento, título),
tiene valor constitutivo, los pronunciamientos registrales, salvo que se trate de un tercer
adquirente que reúna los requisitos legalmente exigidos para ello, están subordinados a
la validez de tales requisitos previos, de forma tal que, aún presumiéndose la exactitud
del Registro, si se demuestra su inexactitud, vence la realidad jurídica extrarregistral.----
---c.2) los sistemas en los que la publicidad registral tiene un valor constitutivo absoluto.
En éstos, no existe más derechos que los surgidos a través del Registro de manera tal
que, quien logre el acceso al mismo adquiere una situación jurídica inatacable, ya que
no hay, técnicamente, posibilidad de discordancia entre la realidad jurídica registral y la
extrarregistral. Pertenece a este grupo el sistema australiano (MARTÍN ALÍAS, José
Ignacio, en A.A.V.V., “Lecciones de derecho inmobiliario registral”, Edición de los
Registradores de Catalunya, Barcelona, 2008, pp. 24 y 25).-------------------------------------
--- Analizando en puridad la cuestión, solo este último sistema es propiamente un
registro constitutivo, ya que la inscripción sanea cualquier vicio que la información o
derecho registrado pudiera contener. En el sistema constitutivo registral, el registro
opera como una pila bautismal, que limpia cualquier pecado anterior de la realidad
extrarregistral, saneándola y confiriendo a la información registrada ya no una
presunción de exactitud, sino la exactitud misma (cfr. esta Sala, 10/2/2010, “SAEZ,
Tomás Alfredo c/ Hilandería Chilavert, Comercial, Industrial, Financiera E Inmobiliaria
S.A. s/ Ordinario” (Expte. 509 - Año 2009), según mi voto). --------------------------------------
--- Debe también trazarse otra distinción entre los sistemas registrales de datos y los
sistemas registrales de derechos sobre cosas o bienes. Solo estos últimos pueden ser,
en propiedad, constitutivos, porque documentan una relación entre una persona y una
cosa o bien. En el sistema registral constitutivo, el título emitido por el Registro es una
especie de título abstracto que confiere un derecho incondicionado y pleno sobre el
bien o cosa, que pone a su titular a cubierto de cualquier inexactitud anterior. El
derecho conferido en este sistema (como el sistema Torrens australiano) es abstracto,
porque se corta la cadena de hierro con la realidad extrarregistral, la que a partir de la
inscripción deja de ser relevante, porque por ejemplo, aún descubierta una inexactitud o
vicio previo a la inscripción, ésta no es invocable contra el titular registral (cfr. esta Sala,
10/2/2010, “SAEZ, Tomás Alfredo c/ Hilandería Chilavert, Comercial, Industrial,
Financiera E Inmobiliaria S.A. s/ Ordinario” (Expte. 509 - Año 2009), según mi voto).-----
--- En cambio, en los sistemas registrales declarativos de derechos, el titular registral
recibe un título condicionado que tiene valor en la medida en que no se descubran
vicios o defectos previos a la inscripción o el incumplimiento de requisitos sustanciales
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o formales relevantes.
-----------------------------------------------------------------------------------------
--- Por eso, los registros de datos o de actos no son –no pueden conceptualmente ser-
registros constitutivos. Justamente porque la inexactitud del dato o la irregularidad del
acto registrado, una vez comprobada debe ser saneada, si es posible o anulada la
registración, si no lo es. En cualquier caso, no se trata de un registro constitutivo (cfr.
esta Sala, 10/2/2010, “SAEZ, Tomás Alfredo c/ Hilandería Chilavert, Comercial,
Industrial, Financiera E Inmobiliaria S.A. s/ Ordinario” (Expte. 509 - Año 2009), según mi
voto). -------------------------------------------------------------------------------------------------------------
--- En nuestro país es un convencionalismo, pero también una falacia, afirmar que el
Registro de la Propiedad Automotor aquí es constitutivo. No existe norma específica
que así lo establezca y este carácter constitutivo ha sido edificado interpretativamente
por la doctrina y jurisprudencia, a partir de inferencias libres del texto del art. 1 del Dec.
6582/58. La norma dice solamente que “La transmisión del dominio de los automotores
deberá formalizarse por instrumento público o privado y sólo producirá efectos entre las
partes y con relación a terceros desde la fecha de su inscripción en el Registro Nacional
de la Propiedad del Automotor”. No es base suficiente para sostener el carácter
constitutivo de la registracion automotor; ello, en especial, por el sistema establecido
por los arts. 3 y 4 del mismo texto vigente. ------------------------------------------------------------
--- Es cierto que doctrina y jurisprudencia mayoritaria han adherido explícitamente al
carácter constitutivo del registro automotor argentino (C. Nac. Com., sala A, 14/06/2000,
“Mazaira, Alfredo O. v. Empresa Tandilense SACIFI. y de Servicios”, JA 2001-I-69; C.
Nac. Civ., sala A, 09/05/1990, “Panza, Roque S. v. Vázquez, Manuel”, JA 1990-IV,
síntesis; ídem, sala B, 12/05/1988, “Nieto, Horacio D. v. Paniez, Fernando J.”, JA 1988-
IV-176; Trib. Sup. Just. Córdoba, sala Civ. Com. y Cont. Adm., 08/07/1988, “Semeraro
de Altamirano v. Balabanof, Alejandro y otra”, JA 1991-III-621; C. Civ. y Com. Bahía
Blanca, sala 2ª, 29/12/1982, “Zuntini, Guillermo C. v. Balzarotti, Roberto C.”, JA 1983-III,
síntesis; SC Mendoza, sala I, 26/05/2010, “Urieta De Foschi Angela y Ots. c. Di Chiara,
Fernando Adrián”, LLGran Cuyo 2010 (septiembre), p. 751). ------------------------------------
--- Pero, analizando los efectos de la registración y el sistema registral instrumentado,
antes que el texto solitario de una sola norma, que no es el colmo de la precisión
hermenéutica en ningún caso, la conclusión es que es solo un sistema
declamadamente constitutivo. -----------------------------------------------------------------------------
--- Es más, amén de la reforma introducida por ley 22.977, la última reforma que se le
realizara al decreto-ley 6582/58 por ley 25.232, le ha hecho perder otra nota esencial
de un verdadero registro constitutivo al registro automotor (en igual sentido, Cfr.
WOLKOWICZ, Ana Marcela, “Incidencia de la ley 25.232 respecto al carácter
constitutivo de la inscripción registral de los automotores”, en LL Litoral, 2000-679).
Ello, al punto que hoy produce grandes cavilaciones si se puede seguir llamando
constitutivo al actual régimen automotor. --------------------------------------------------------------
--- Nosotros penamos que el sistema registral automotor argentino en verdad no es
constitutivo porque en él la inscripción no sanea cualquier vicio que la información o
derecho registrado pudiera contener antes de ser asentada. En el sistema registral
automotor argentino, la registración no opera como una pila bautismal, porque no limpia
cualquier pecado anterior de la realidad extrarregistral, saneándola y confiriendo a la
información registrada ya no una presunción de exactitud, sino la exactitud misma, que
es el carácter que esencialmente tipifica a un verdadero sistema registral constitutivo.
------ La falta de carácter constitutivo del registro automotor surge claramente de los
arts. 3 y 4 primer párrafo del Decreto-Ley 6582/58, que
edictan:------------------------------------------
--- “Art. 3º- Si el automotor hubiese sido hurtado o robado, el propietario podrá
reivindicarlo contra quien lo tuviese inscripto a su nombre, debiendo resarcirlo de lo que
hubiese abonado si la inscripción fuera de buena fe y conforme a las normas
establecidas por este decreto-ley”. ----------------------------------------------------------------------
--- “Art. 4º- El que tuviese inscripto a su nombre un automotor hurtado o robado, podrá
repeler la acción reivindicatoria transcurridos DOS (2) años de la inscripción, siempre
que durante ese lapso lo hubiese poseído de buena fe y en forma continua....”.
------------
--- La pregunta lleva en sí misma la respuesta obvia ¿qué clase de registro puede ser
constitutivo si al descubrirse un vicio extrarregistral, como el hurto de un automóvil, el
asiento registral se revierte, deja de valer?. ¿qué clase de registro constitutivo requiere
de un plazo de prescripción, para sanear el vicio descubierto en el derecho asentado?.--
--- La respuesta es que ninguno que sea propiamente constitutivo, ya que en ellos el
título nace perfecto y desligado de la realidad extrarregistral previa. El régimen registral
automotor argentino, pese a que se le llame doctrinaria o jurisprudencialmente tal, no es
constitutivo, sino que acuerda limitados –aunque importantes- efectos a la registración.
Pero no sanea los vicios extrarregistrales del derecho asentado. Y sin ese saneamiento
no hay propiamente un registro constitutivo. ----------------------------------------------------------
--- Se trata, entonces, de un sistema registral constitutivo “a la argentina”. Es decir, aquí
se entiende que como está definido el registro automotor alcanza para ser constitutivo.
Pero en la realidad de los hechos, solo merece el nombre de sistema registral
constitutivo al sistema Torrens australiano, porque bien mirada la temática, el carácter
constitutivo está dado por la irrevocabilidad del asiento, que es consecuencia de que el
Registro “constituye” un título nuevo, que se abstrae de los antecedentes. Y así lo han
entendido prestigiosos autores europeos, con los que coincidimos (MARTÍN ALÍAS,
José Ignacio, en A.A.V.V., “Lecciones de derecho inmobiliario registral”, Edición de los
Registradores de Catalunya, Barcelona, 2008, pp. 24 y 25). -------------------------------------
--- Si el asiento no produce esta especie de novación del derecho extrarregistral, al
tornar inocuos respecto del asiento los vicios extrarregistrales del derecho, no hay
verdadero carácter constitutivo en la registración y llamarle de ese modo es un mero
convencionalismo. --------------------------------------------------------------------------------------------
--- Por otra parte el argumento de que la inscripción en el registro es un elemento
esencial para la constitución o nacimiento del derecho, ello es tan así en el sistema
automotor como en el inmobiliario. Es que, en ambos casos hasta que no se asienta el
derecho en el registro, el mismo no es un derecho real, sino meramente personal. -------
--- La diferencia que los autores citados supra pretenden trazar, siguiendo a
generaciones de autores que han dicho más o menos lo mismo, también es un
convencionalismo. Tradicionalmente se dice que en el sistema registral inmobiliario, la
registración es requisito de “perfeccionamiento” del derecho real. Ello fue un argumento
que se buscó para no sensibilizar a la población con la precarización de los derechos
reales constituídos hasta entonces y en el interregno hasta que el sistema entró a regir
en plenitud. -----------------------------------------------------------------------------------------------------
--- Porque en realidad la inscripción es tan requisito de perfeccionamiento del derecho
real sobre inmuebles como sobre el automotor. Y hasta la registración del título no
existe derecho real ni en uno ni en otro caso. --------------------------------------------------------
--- Sí cabría hacer una aclaración pertinente. El único argumento que podría dar razón a
quienes sostienen el carácter constitutivo del registro automotor debiera basarse en una
aguda sutileza que empleó la Cámara de Apelación de Morón en un viejo fallo. Se dijo
allí que si bien, en cuanto a los automotores, al disponerse la inscripción registral
constitutiva, ésta es suficiente para transmitir el dominio aunque no se haya hecho
tradición del vehículo, debe diferenciarse la entrega de la posesión de la propia
inscripción registral; en primer lugar, porque la transmisión del dominio sin entrega de la
posesión "no es congruente con las costumbres imperantes y pone en evidencia la
simulación de la venta"; en segundo lugar, debe advertirse que el pacto comisorio
funciona como condición resolutoria, lo cual supone la entrega de la cosa
independientemente de la consolidación del dominio por inscripción en algún registro, y
esa entrega basta para poner límite al funcionamiento del pacto comisorio en materia
de cosas muebles aún registrables, distinción obviamente ajena al CC. art. 1374 (C.
Civ. y Com. Morón, sala 1ª, 25/04/1985, “Cebreros, José v. Castro, Pedro L.”, JA 1986-
II-362).
--- Llevando un paso más allá esta agudeza, podría decirse que la diferencia esencial
entre el régimen registral automotor y el inmobiliario es que en el régimen automotor es
indiferente si la tradición se ha operado o no, al momento de inscribirse el título. Desde
ese punto de vista –y a su manera- sí podría llamarse “constitutivo” al Registro
automotor porque da nacimiento al derecho real aunque no haya entrega de la posesión
de la cosa. En cambio, en el caso de los inmuebles bien se ha dicho que si bien no es
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--- Claro que la sola creencia subjetiva del litigante acerca de su razón probable para
litigar no es por sí suficiente para eximirlo del pago de las costas del juicio en el cual
resulta perdidoso, porque es indudable que todo aquel que somete una cuestión a los
tribunales es porque cree tener razón (Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, sala
G, 19/02/2010, “Echavarría Coll, Jorge H. c. Dip, Martín Alejandro y otros”, La Ley
Online • AR/JUR/1398/2010). -----------------------------------------------------------------------------
--- Sin embargo, cuando la creencia del litigante vencido ha sido edificada sobre la
reticencia o el silencio de su contraria, que guardó una pasividad indebida en una
situación que bien pudo levantar en su contraria una creencia razonable de que la razón
estaba de su parte, se justifica liberar a quien luego fuera vencido en costas de la carga
de éstas. --------------------------------------------------------------------------------------------------------
--- Y en el caso que nos convoca no existen motivos para desnucar la presunción de
buena fe que todo litigante tiene en su favor, hasta que se acredite que su conducta es
pasible de reproche. -----------------------------------------------------------------------------------------
--- En esta línea hemos dicho que el derecho no está creado para la patología, para la
anormalidad, sino para la normalidad, para el sosiego. Por ende, el derecho no puede
presumir la mala fe, sino que presume la buena fe, de manera relativa o iuris tantum,
permitiendo que cuando la mala fe del agente quede demostrada objetivamente o
alguien la demuestre en juicio, tal presunción caiga. Hasta que ello ocurra, la
presunción de buena fe rige (López Mesa, Marcelo, “Sistema de jurisprudencia civil”,
Edit. AbeledoPerrot, Buenos Airs, 2012, T. IV, p. 5465). -------------------------------------------
--- Jurisprudencialmente se ha dicho al respecto que las personas obran con corrección
mientras no se demuestre lo contrario, por cuya razón esta presunción -pasible, desde
luego, de ser destruida por prueba en contrario- constituye un principio de carácter
general del que sólo son aplicaciones particulares los arts. 2362 y 4008 CC., en
materia de posesión y usucapión, respectivamente (C. Nac. Civ., sala G, 20/10/1985,
JA 1986-IV-393).
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--- Es que, es regla general de nuestro ordenamiento, que la buena fe se presume (C.
Nac. Civ., sala C, 26/3/1985, LL 1985-C-330), regla general que se ha edificado por
inducción desde una manda específica, el art. 4008 C.C.. ----------------------------------------
--- En esta línea se ha entendido que constituye un principio casi omnicomprensivo, en
el ámbito del derecho civil, que la buena fe se presume hasta que el contradictor
demuestre lo contrario, pues debe partirse del presupuesto de que toda persona guía
su conducta por las normas morales legales (arts. 2362 y 4008, CCiv.) (C. 2ª Civ. y
Com. La Plata, sala 1ª, 31/5/1994, “A., J. B.”, LL Online).
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--- En este caso puntual se dan circunstancias que robustecen esta presunción de
buena fe, como que en este caso la traba de un embargo sobre un bien que había sido
objeto de una denuncia de venta no significa un acto aventurado; ello pues la denuncia
de venta ante el Registro de la Propiedad del Automotor fue realizada por la condómina
L. E. R., titular del 50 % indiviso del dominio, lo que constituye una situación un tanto
extraña y permitía, además, embargar el 50 % restante, que se mantenía en cabeza del
condómino deudor Eloy Aníbal C., lo que luego hizo su acreedor. ---------
--- En cuanto a la oposición del acreedor al incidente de levantamiento de embargo sin
tercería como a la propia tercería, ello no implicó otra cosa que el estricto ejercicio del
derecho de defensa en juicio de una acreencia suya. ----------------------------------------------
--- Sobre la base del asiento registral que mantenía condómino del bien embargado a
su deudor, no habiéndose anotado denuncia de venta respecto de esa parte, ello
autorizaba prudentemente a tener por condómino del automotor al deudor. No se
aprecia mala fe alguna en esa forma de ejercicio de un derecho propio.
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--- Por tales fundamentos, habré de acompañar la propuesta del Dr. Velázquez de
considerar que el acreedor embargante pudo tener la razonable convicción de la
legitimidad del derecho por el que litigaba, lo que justificara su eximición de costas en el
grado, de acuerdo al art. 69 párr. 2° C.P.C.yC..- -----------------------------------------------------
--- Por los fundamentos expuestos supra, a la primera cuestión, VOTO POR LA
NEGATIVA.-----------------------------------------------------------------------------------------------------
--- A LA CUARTA CUESTIÓN el Dr. Velázquez respondió: --------------------------------------
Visto el acuerdo alcanzado, corresponde: --------------------------------------------------------
A) Declarar desierto el recurso de apelación deducido a fs. 134 y sostenido con la
expresión de agravios de fs. 151/153 vta. -------------------------------------------------------------
B) Confirmar la sentencia apelada en cuento a la imposición de costas en ella
decidida.- -------------------------------------------------------------------------------------------------------
C) Imponer las costas de segunda instancia a ambos apelantes vencidos en ella (art.
69 párr. 1° C.P.C.C.).- ---------------------------------------------------------------------------------------
D) Regular los honorarios del Dr. ... por sus labores de alzada, atendiendo a la
extensión, calidad y resultado de ellas, en la suma equivalente al 2,75 % del monto del
proceso que se determine en primera instancia (art. 5, 6,13, 33, 46 de la Ley XIII n° 4),
sin que corresponda en cambio fijar emolumentos en favor del Dr. ..., dada la
inoficiosidad de sus tareas consistentes en patrocinar una pieza de agravios
técnicamente insuficiente (art. 5 ley cit., su doc.; confr.: Sup. Trib. Jus. del Chubut, c.
20.812-G-2007, Sent. nº 89-S.R.E.-07; esta sala, c. 19.352 S.D.L. 16/04, c. 101/08
S.D.L. 81/08, c. 429/09 S.D.L. 58/09, c. 326/09 S.D.C. 15/10, entre muchas otras).- ------
ASÍ LO VOTO.- -------------------------------------------------------------------------------------------
--- A LA CUARTA CUESTIÓN, el Señor Presidente de la Sala A, Doctor Marcelo López
Mesa, expresó: ------------------------------------------------------------------------------------------------
--- En vista del acuerdo arribado precedentemente, el pronunciamiento que corresponde
dictar es el que propone el Dr. Velázquez en su voto a esta
cuestión.--------------------------
--- Tal mi voto.--------------------------------------------------------------------------------------------------
--- Con lo que se dio por terminado el Acuerdo, dejándose constancia que la presente
se dicta por dos miembros del Tribunal, por haberse logrado la mayoría (art. 8 Ley V -
Nº
17).---------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Trelew, 12 de agosto de 2013.----------------------------------------------------------------- ----
En virtud de lo resuelto en el Acuerdo cuya copia antecede, la Sala “A” de la ciudad de
Trelew, pronuncia la
siguiente:--------------------------------------------------------------------------------------------------------
----------- S E N T E N C I A: -------------------------------------------- DECLARAR
DESIERTO el recurso de apelación deducido a fs. 134 y sostenido con la expresión de
agravios de fs. 151/153 vta. ----------------------------------------------------------
CONFIRMAR la sentencia apelada en cuento a la imposición de costas en ella
decidida.- -------------------------------------------------------------------------------------------------------
IMPONER las costas de segunda instancia a ambos apelantes vencidos en
ella.--------- REGULAR los honorarios del Dr. ... por sus labores de alzada, en la suma
equivalente al 2,75 % del monto del proceso que se determine en primera instancia, sin
que corresponda en cambio fijar emolumentos en favor del Dr. ..., dada la inoficiosidad
de sus tareas.------------------------------------------------------
--- Regístrese, notifíquese y devuélvase.--------------------------------------------------------------