Taller Osteomielitis y Artritis Séptica
Taller Osteomielitis y Artritis Séptica
Taller Osteomielitis y Artritis Séptica
Introducción:
La osteomielitis es una patología infecciosa que se da en los huesos y la
medula ósea, bastante infrecuente en la infancia y cuando ocurre lo hace en
los niños menores de 5 años, también afecta a la adolescencia y adultos. Esta
infección es muy difícil de reconocer en fases temprana de la enfermedad y
en muchos casos plantea problemas de diagnostico en el manejo medico y
quirúrgico.
Objetivo General:
Conocer de que va la osteomielitis sus causas y como tratarla, teniendo en
cuenta diversos factores de diagnóstico.
Objetivos Específicos:
Estudiar distintos microorganismos que inoculan este patógeno
infeccioso.
Identificar las diferentes fisiopatologías que causa.
Conocer y saber los distintitos modos de prevención y promoción.
AGENTE ETIOLOGICO
EPIDEMIOLOGIA
En una revisión realizada por Waldvogel, se describe que el 19% de las
osteomielitis son de origen hematógeno, 47% secundario a una infección por
contigüidad, y 34% asociado a la insuficiencia vascular.
La incidencia presenta 2 picos uno durante la niñez, y otro en la adolescencia.
La incidencia de osteomielitis aguda se ha reducido en niños menores de 13
años.
Las infecciones por inoculación directa han aumentado en las últimas
décadas, probablemente por un aumento de los traumatismos de alta
energía, por ejemplo, los accidentes de vehículo con motor, así como por el
creciente uso de dispositivos de fijación ortopédica y prótesis articulares. 2
La osteomielitis hematógena ocurre principalmente en niños, luego con el
cierre de las epífisis de los huesos largos disminuye la susceptibilidad a la
colonización microbiana. En adultos la osteomielitis hematógena es
infrecuente excepto en huéspedes inmunocomprometidos.
La osteomielitis, se sabe que el 50% de los casos ocurren en los primeros 5
años de vida, y se da mas en los niños que en las niñas.
En los adultos el 50% de las infecciones óseas son ocasionadas por
Staphylococcus aureus, específicamente las de origen hematógeno. Otro tipo
de patógenos menos comunes son los bacilos Gram negativos tanto
aeróbicos como anaeróbicos. El Mycobacterium tuberculosis y Brucella spp
afectan especialmente la columna del afectado.
FISIOPATOLOGIA
Staphylococcus aureus es un importante patógeno bacteriano y el agente
causal aislado más frecuente de osteomielitis inducida por infección. El
tratamiento de las infecciones por osteomielitis es un desafío debido a una
variedad de factores, incluida la escasa biodisponibilidad de los antibióticos
en el tejido óseo, el aumento de la resistencia a los antibióticos en los
patógenos bacterianos y las propiedades similares a las biopelículas de la
infección. En muchos casos, los médicos se quedan con el desbridamiento
quirúrgico como la única opción para eliminar las bacterias invasoras y lograr
un sitio estéril.
La osteomielitis se debe a diversos agentes infecciosos que ingresan y se
diseminan por diferentes mecanismos, la evolución de la enfermedad desde
la fase aguda hasta la crónica origina diferentes características patológicas las
cuales pueden variar según la edad del paciente. Los agentes causales
pueden llegar mediante la siembra hematógena, la inoculación directa o la
contaminación en el aire. La osteomielitis fúngica es más probable que
resulte de una infección micótica diseminada que de la inoculación directa
del hueso. A su vez, este proceso infeccioso se puede diseminar por
diferentes vías: Osteomielitis secundaria: a un foco contiguo de infección
(por ejemplo, después de un traumatismo, cirugía o inserción de una
prótesis articular).
Osteomielitis secundaria a la propagación hematógena de la infección, el
cual representa el principal mecanismo en la osteomielitis vertebral y en los
niños.
TRATAMIENTO
Hay varios tipos de tratamientos que combaten el avance de esta
enfermedad y cualquier complicación clínica.
Antibióticos o antifúngicos
En ciertas ocasiones, intervención quirúrgica
En caso de abscesos, por lo general drenaje quirúrgico
Antibióticos y antifúngicos
Para los niños y los adultos que han desarrollado recientemente infecciones
óseas transmitidas a través del torrente sanguíneo, los antibióticos son el
tratamiento más eficaz. En caso de no poder identificar las bacterias que
causan la infección, se administran antibióticos eficaces
contra Staphylococcus aureus y muchos otros tipos de bacterias (antibióticos
de amplio espectro). Dependiendo de la gravedad de la infección, se pueden
administrar antibióticos por vía intravenosa durante unas 4 a 8 semanas.
Seguidamente se pueden continuar administrando antibióticos por vía oral
durante un período de tiempo más largo según la respuesta de la persona.
Algunas personas padecen osteomielitis crónica y requieren tratamiento
antibiótico durante meses.
Si se identifica o se sospecha una infección micótica, se prescriben fármacos
antimicóticos durante varios meses. Si la infección se detecta en una fase
inicial, no suele ser necesaria la cirugía.
Cirugía y drenaje
Para adultos con osteomielitis bacteriana de las vértebras, el tratamiento
habitual consiste en la administración de antibióticos durante 4 a 8 semanas.
A veces es necesario reposo en cama, y en algunos casos es necesario llevar
un corsé. Para drenar abscesos o estabilizar las vértebras afectadas (para
prevenir que se aplasten y dañen los nervios cercanos, la médula espinal o
vasos sanguíneos), se precisa una intervención quirúrgica.
El tratamiento es más complejo cuando la osteomielitis se debe a una
infección en los tejidos blandos cercanos. Generalmente, el tejido y el hueso
muertos se extirpan quirúrgicamente en su totalidad, y el espacio vacío
resultante se rellena con piel u otro tejido sano. A continuación, se trata la
infección con antibióticos. Los antibióticos de amplio espectro pueden ser
necesarios durante más de 3 semanas después de la cirugía.
En caso de absceso, suele ser necesario drenarlo quirúrgicamente. La cirugía
también es necesaria en los casos en que la persona afectada tiene fiebre
persistente y pérdida de peso.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Las manifestaciones clínicas son poco precisas e incluyen dolor crónico,
fiebre, escalofríos y presencia de fistulas, al examen físico puede evidenciarse
inestabilidad articular, eritema localizado y signos de flogosis. Cada una de
estas manifestaciones se presentará en mayor o menor medida dependiendo
de si la osteomielitis se encuentra en fase aguda o en fase crónica.
DIAGNÓSTICO
El diagnostico se basa en la historia clínica del paciente, exámenes de
laboratorio y técnicas de imágenes, es importante mencionar que, a
excepción de la radiografía, los estudios de imágenes más extensos se
utilizarán cuando el diagnóstico de la enfermedad no esté del todo claro.
Podemos encontrar
Diagnostico analítico y microbiologico
Radiografia
Resonancia magnética
Tomografía computarizada
Escintigrafía ósea
Tomografía por emisión de positrones
Ultrasonido
Diagnostico analítico y microbiológico: Se basa en el uso de hemograma,
cultivos bacterianos, Proteína C Reactiva (PCR) e incluso la tasa de
sedimentación eritrocítica (ESR), en todos los casos tienen que apoyarse de
estudios de imágenes debido a la falta de especificidad de estos medios
diagnósticos bioquímicos. Los marcadores inflamatorios séricos como la ESR,
los glóbulos blancos (WBC) y la procalcitonina (PCT) también se han utilizado
para el diagnóstico de infecciones tisulares. Sin embargo, aún existe
incertidumbre acerca de la utilidad de estos paraclínicos como seguimiento
tras el uso de antibioticoterapia. Realizaron un estudio prospectivo cuyo
objetivo fue examinar el rendimiento de los marcadores inflamatorios séricos
para el diagnóstico y seguimiento de pacientes con osteomielitis,
observándose una sensibilidad y especificidad para el diagnóstico de
osteomielitis de PCR (valor de corte >14 mg/L) de 0,85 y 0,83, de ESR (valor
de corte >67 mm/h) 0,84 y 0,75, de WBC (valor de corte >14×109 / L) 0.75 y
0.79, y de PCT (valor de corte >0.30 ng/mL) 0.81 y 0.71, respectivamente.
Todos los niveles disminuyeron después del inicio del tratamiento con
antibióticos; los valores de WBC, PCR y PCT volvieron a niveles casi normales
en el día 7, mientras que los niveles de ESR se mantuvieron altos hasta el
tercer mes solo en pacientes con infección ósea, a partir de los marcadores
inflamatorios, se recomienda el uso de la ESR para el seguimiento de
pacientes con osteomielitis.
Radiografía: La radiografía simple tiene baja sensibilidad y especificidad para
el diagnóstico de osteomielitis aguda, se estima que un 80% de los pacientes
que acuden a consulta para realizarse este tipo de estudios de imágenes,
presentarán una radiografía normal hasta 2 semanas después de haber
adquirido la infección. Una de las primeras características patológicas visibles
de esta enfermedad es el edema, seguido de una reacción perióstica
secundaria a la elevación del periostio. En algunos casos puede llegar a
evidenciarse un absceso intraóseo e inflamación de los tejidos blandos. Así
como también, fracturas por estrés, tumores óseos o infecciones de tejido
blando. Sin embargo, ninguno de estos hallazgos es específico de la
osteomielitis, siendo necesaria la utilización de un examen de rayos x en dos
planos. La radiografía simple puede evidenciar en la osteomielitis crónica un
secuestro óseo como una lesión esclerótica focal con un borde lucido,
también puede observarse una marcada destrucción cortical con un patrón
trabecular desorganizado y áreas de lucidez ósea mal definidas. Estos
hallazgos en la enfermedad crónica se evidencian con mayor facilidad en la
tomografía computarizada.
Resonancia magnética: Es un estudio de imagen el cual presenta alta
sensibilidad para el diagnóstico de la osteomielitis, tiene la ventaja de facilitar
la detección de procesos inflamatorios que afecten los tejidos blandos y el
periostio. Sin embargo, hay que tener en cuenta que hasta la sexta semana
posterior a la cirugía los efectos secundarios de la misma son indistinguibles
de una lesión in situ. Durante este procedimiento es indispensable el uso de
material de contraste, secuencias con supresión de grasa e imágenes de
sustracción ya que esto aumentará considerablemente la precisión
diagnostica. En cuanto a los hallazgos en la osteomielitis aguda se menciona
la presencia de edema de médula ósea como el primer hallazgo patológico (al
igual que en la radiografía), este puede observarse entre 1 a 2 días
posteriores al inicio de la infección ósea, en la osteomielitis aguda se produce
una congestión de la médula ósea con fluido y secreciones purulentas,
también pueden evidenciarse abscesos intraóseos y subperiósticos,
localizándose un anillo de bordes delgados, el cual está representado por
tejido de granulación hipervascular que rodea al mismo. El tracto sinusal se
ve como una estructura lineal llena de líquido, la cual se extiende desde el
hueso hasta la superficie de la piel. Otro de los hallazgos llamativos es la
periostitis, que se observa como una elevación del periostio en la superficie
cortical del hueso. Por su parte, en la osteomielitis crónica el médico puede
sospechar la presencia de secuestro óseo, el cual a pesar de que es difícil de
evidenciar, ya que se corresponde con un fragmento necrótico de apariencia
oscura en el estudio de imágenes, la región afectada está rodeada por tejido
de granulación hipervascular. Al tratar de crear una nueva formación ósea en
esta zona de necrosis aparece el involucrum, el cual se observa como una
nueva capa de hueso engrosada alrededor del área de secuestro. La cloaca
por otro lado, puede evidenciarse tanto en la osteomielitis aguda como en la
osteomielitis crónica y aparece como un defecto cortical que drena pus
desde la médula hasta los tejidos blandos circundantes.
Tomografía computarizada: Es útil para examinar especialmente la
morfología ósea, este estudio de imágenes resulta más eficiente para
determinar la presencia de dife- 58 rentes cambios óseos como la
destrucción cortical, secuestro óseo y reacciones periósticas. En algunos
casos también puede evidenciarse gas intramedular, por estas razones este
estudio es más utilizado que la RM30.
Escintigrafía ósea: Este método de detección es para excluir la infección y
para detectar la afectación articular.
Tomografía por emisión de positrones: Se utiliza para detectar procesos
infecciosos en los tejidos hipermetabólicos que tienen una alta captación por
la glucosa, esta prueba tiene una mayor sensibilidad que otras técnicas
radionucleares para detectar la osteomielitis crónica. Existen otros métodos
de diagnóstico nucleares como técnicas de gammagrafía (Tc99 en tres fases,
galio y leucocitos marcados) los cuales, a pesar de su elevada sensibilidad, no
se utilizan como método de rutina para el diagnóstico de la osteomielitis.
Ultrasonido: La ecografía presenta múltiples limitaciones en el diagnóstico de
la osteomielitis ya que esta no puede valorar el estado del hueso. Sin
embargo, puede ser útil para estudiar colecciones de tejidos blandos o
abscesos subperiósticos, el edema de tejidos blandos se observa como áreas
de hipervascularidad alrededor del hueso afectado.
PREVENCION Y PROMOCION
La forma más fácil de prevenir la osteomielitis es practicar la buena higiene.
Se deben limpiar muy bien todos los cortes y las heridas, en especial las
heridas profundas. Lave la herida con agua y jabón, manténgala debajo del
agua corriente durante al menos 5 minutos para lavarla.
Para mantener la herida limpia después, cúbrala con gasa estéril o una tela
limpia. También puede aplicar una crema antibiótica de venta libre, pero lo
más importante es mantener limpia el área. Las heridas deberían comenzar a
cerrar dentro de las 24 horas y deberían curarse por completo dentro de una
semana. Si una herida tarda demasiado tiempo en curarse o le causa dolor
extremo a su hijo el médico debe revisarla.
Todo se debe realizar con sumo cuidado y con medidas de higiene
adecuadas.
CONCLUSION
La osteomielitis es una patología infecciosa del hueso que genera una
elevada morbilidad en los afectados, su diagnóstico oportuno permitiría el
inicio de una antibioticoterapia efectiva guiada por la correcta clasificación e
interpretación de manifestaciones clínicas que permitan establecer cuál es el
agente infeccioso potencialmente involucrado, siempre conociendo el gran
arsenal diagnóstico disponible no solo para determinar el pronóstico sino
también para identificar el patógeno responsable de la enfermedad y poder
seguir una línea de tratamiento efectiva.
REFERENCIAS BIBLIOFRAFICAS
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Revisión Sistemática. (5 E.d). España: Elservier.
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3. Ugalde Ovares Carlos Eduardo, Morales Castro Diana. Osteomielitis.
Med. leg. Costa Rica [Internet]. 2014 Mar [cited 2020 Mar 22] ; 31(
1 ): 94-102.
Introducción:
La artritis infecciosa es la invasión directa del espacio articular por varios
microorganismos, como bacterias, virus, micobacterias y hongos. De todos
estos agentes infecciosos, los patógenos bacterianos son los más
significativos a causa de su poder rápidamente destructivo. Tanto las
articulaciones sanas como las alteradas y las portadoras de prótesis son
vulnerables a la infección bacteriana.
Objetivo General:
Conocer en gran medida esta afección que se da en las articulaciones. Los
agentes que la causan y una visión general de esta.
Objetivos Específicos:
Estudiar distintos microorganismos que inoculan este patógeno
infeccioso.
Identificar las diferentes fisiopatologías que causa.
Conocer y saber los distintitos modos de prevención y promoción.
AGENTE ETIOLOGICO
Entre los principales organismos causales de esta afección son:
Gonococo
Estreptococo
Estafilococo
Neumococo
Staphylococcus aureus
Gram negativos
Neisseria gonorrhoeae
Neisseria meningitis
Mycoplasmas y Ureaplasmas
Brucella
El agente etiológico más prevalente en todas las edades es Staphylococcus
aureus (S. aureus); sin embargo, otros agentes deben ser tenidos en cuenta
según la edad, siendo Kingella kingae (K. kingae) el segundo agente causal en
niños menores de 3 años, pudiendo suponer el 50% de todas las infecciones
con cultivo negativo en esta edad.
EPIDEMIOLOGIA
La art(AS) tiene una incidencia estimada de 4 casos/100.000 niños y año,
siendo más frecuente en varones y menores de 5 años. Generalmente, son
monoarticualres, con la excepción de las producidas durante el periodo
neonatal, niños con inmunodeficiencias o infección por microorganismos
especialmente agresivos. La articulación más frecuentemente involucrada es
la rodilla, seguida de cadera y tobillo.
FISIOPATOLOGIA
Los microorganismos infectantes se multiplican en el líquido sinovial y en la
membrana sinovial. Algunas bacterias producen factores de virulencia
(adhesinas), que les permiten penetrar, permanecer e infectar los tejidos
articulares. Otros productos bacterianos (endotoxinas en gramnegativos,
fragmentos de la pared celular, exotoxinas en grampositivos,
inmunocomplejos formados por antígenos bacterianos y anticuerpos del
huésped) aumentan la reacción inflamatoria.
Los polimorfonucleares migran hacia la articulación y fagocitan a los
microorganismos infectantes. La fagocitosis de bacterias también produce
autólisis de polimorfonucleares con liberación de enzimas lisosómicas en la
articulación, que dañan la sinovia, los ligamentos y el cartílago. A la vez, los
polimorfonucleares son el principal sistema de defensa y la causa del daño
articular. El cartílago articular puede destruirse en horas o días.
En ocasiones, una sinovitis inflamatoria puede persistir una vez erradicada la
infección con antibióticos. En especial en casos de infección gonocócica, la
persistencia de restos antigénicos de bacterias o de infección pueden alterar
al cartílago y hacer que se vuelva antigénico. Esto, sumado a los efectos
adyuvantes de los componentes bacterianos, y complejos inmunes, puede
producir una sinovitis inflamatoria crónica, estéril, mediada por mecanismos
inmunitarios.
COMPLICACIONES CLINICAS
La artritis séptica, usualmente se presenta con síntomas generales como
fiebre, espasmos musculares y malestar general. La articulación presenta
hipertermia, eritema, dolor moderado a severo, inflamación y disminución
del rango de movimiento. En la evaluación de un paciente con sospecha de
artritis séptica se deben valorar los siguientes puntos clave:
Número De Articulaciones Involucradas
Enfermedad Articular O Trauma Asociado
Infección Previa
Procedimientos Articulares Previos, Como Inyecciones O Cirugías
Uso De Drogas Intravenosas
Tiempo De Evolución
La artritis séptica no gonococcias se manifiesta como monoartritis con
predilección por articulaciones de carga. La artritis subaguda, crónicas y las
oligoartritis sugieren infección por micobacterias u hongos. La inflamación
episódica se da en la sífilis, enfermedad de Lyme y la artritis reactiva
posterior a infecciones entéricas y por Chlamydia. La inflamación
poliartricular ocurre como una reacción inmunológica durante la
endocarditis, fiebre reumática, hepatitis B aguda e infección diseminada por
Neisseria. Las infecciones por bacterias y virus usualmente afectan múltiples
articulaciones.
DIAGNOSTICO
Generalmente, los siguientes exámenes ayudan a diagnosticar la artritis
séptica:
Análisis del líquido sinovial: Las infecciones pueden alterar el color, la
consistencia, el volumen y la composición del líquido dentro de las
articulaciones. Una muestra de este líquido de la articulación afectada
se puede extraer con una aguja. Los análisis de laboratorio pueden
determinar qué organismo está provocando la infección, por lo que el
médico sabrá qué medicamentos recetarte.
Análisis de sangre Esto puede determinar si tienes signos de infección
en la sangre. Con una aguja, se extrae de una vena una muestra de
sangre.
Pruebas de diagnóstico por imágenes: Las radiografías y otras pruebas
de diagnóstico por imágenes de la articulación afectada pueden ayudar
a evaluar el daño a la articulación.
PROMOCION Y PREVENCION
Se ha comprobado que se puede reducir el riesgo de contraer ciertos tipos de
artritis o disminuir la discapacidad si ya padece de artritis:
Mantener un peso corporal adecuado o adelgazar, si se trata de una
persona con exceso de peso, puede reducir el riesgo de desarrollar
osteoartritis en las rodillas y, posiblemente, en las caderas. Lea
nuestras páginas de Dieta y Nutrición
En el caso de los hombres, se debe evitar el aumento excesivo de peso
durante los primeros años de la edad adulta para reducir el riesgo de
desarrollar gota.
El tratamiento precoz de la infección de garganta causada por
estreptococos ayuda a prevenir el desarrollo de fiebre reumática (una
enfermedad que puede producirse como respuesta a la bacteria
estreptocóccica).
Evitar las picaduras de garrapatas y recurrir al tratamiento precoz en
caso de erupción cutánea puede reducir el riesgo de desarrollar la
enfermedad de Lyme.
Trate de impedir lesiones en las articulaciones y procure no realizar
movimientos repetitivos que pudieran dañar u ocasionar lesión en las
articulaciones.
Hable con su médico sobre suplementos vitamínicos y minerales.
Poseer insuficientes niveles de vitamina D baja la cantidad de calcio
que puede absorber el cuerpo. Esto, aunado a bajos niveles de calcio
con la edad puede contribuir a la osteoporosis
Fortalezca los músculos que rodean las articulaciones, especialmente
los de la rodilla; esto permite reducir el riesgo de desgaste de la
articulación y prevenir lesiones. Haga ejercicio regularmente para
fortalecer los músculos que rodean las articulaciones, además de
ayudar a aumentar la densidad ósea. El ejercicio puede disminuir el
desgaste de sus articulaciones, con lo cual puede prevenir lesiones y
disminuir el riesgo de osteoartritis. Más aún, una mayor densidad ósea
puede evitar la osteoporosis.
Si es mujer que ha pasado por la menopausia, consulte con su doctor
sobre la terapia de reemplazo hormonal. Muchas mujeres pierden
hueso durante los años alrededor de la menopausia, cuando sus
ovarios dejan de producir estrógeno. Una de las funciones del
estrógeno es ayudar a mantener el calcio en los huesos y conservar la
masa ósea. Un bajo nivel de estrógeno es la causa principal de
osteoporosis en mujeres después de la menopausia.
Evite fumar y limite su consumo de alcohol para ayudar a evitar la
osteoporosis. Ambos hábitos debilitan la estructura ósea, con lo cual
aumenta el riesgo de fracturas.
CONCLUSION
La artritis septica es una afección grave de la articulación que puede provocar
secuelas funcionales. La forma de presentación es por lo general aguda con la
presencia de síntomas y signos locales, así como generales. El germen con
más participación en esta enfermedad es el Staphylococcus aureus, de allí
que la terapia antimicrobiana empírica debe estar encaminada contra este
microorganismo en los primeros momentos. La vía artroscópica es la más
empleada en la actualidad, para la descompresión y lavado de la articulación
debido a sus ventajas.
REFERENCIAS
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Lorenzo, Yenima de la Caridad. (2018). Artritis séptica de la
rodilla. Revista Archivo Médico de Camagüey, 22(4), 609-627.
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Estudio epidemiológico en un área sanitaria gallega. Anales de
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