Aguas Del Silala
Aguas Del Silala
Aguas Del Silala
INTRODUCCION
El agua constituye sin duda alguna uno de los recursos naturales más importantes
del planeta, siendo esto demostrado mediante el uso imperecedero que se da a
este líquido elemento; durante casi toda la existencia del ser humano a empleado
este elemento, principalmente como sostén de vida, así como en innumerables
procesos científicos – tecnológicos, que han desarrollado varias naciones del
mundo; constituyendo parte indisoluble de la actividad humana y el más
importante recurso que la naturaleza ha señalado en la vida de todos los seres
habientes de este mundo.
Chile nación vecina poco amistosa hacia Bolivia y carente de recursos hídricos en
el norte de su territorio busca desde hace un siglo usurpar aguas bolivianas de
manera sigilosa e ilegal ha venido usufructuando dichas aguas bajo diferentes
esquemas; como es el SILALA en el altiplano en pleno territorio boliviano, sin
pagar costo alguno en beneficio del país. La riqueza hídrica de Bolivia, ha
despertado, desde hace mucho tiempo, la ambición extralimitada de los países
vecinos, para vivificar con nuestras aguas extensas zonas desérticas de sus
territorios, como está sucediendo ahora con las aguas del SILALA que están
abasteciendo a muchas poblaciones en el desierto de Atacama.
Es así que el SILALA fue totalmente descuidado desde hace 100 años. El Tratado
de 1904, nefasto para Bolivia, no contiene en ninguno de sus artículos que Bolivia
tiene que ceder Agua a Chile. No existe ningún acuerdo ni convenio legal para que
Chile recoja las aguas de los bofedales de la cuenca cerrada del SILALA. Si bien
es cierto que esta región potosina es despoblada, posiblemente porque es
totalmente seca y árida, no es pretexto para que el vecino país, se beneficie
gratuitamente y vivifique sus desiertos con aguas ajenas en forma por demás
prepotente, hasta atentar contra la soberanía nacional.
Existen bases sobre las normas jurídicas nacionales e internacionales sobre uso y
aprovechamiento de aguas, este caso doloroso y lamentable y desde todo punto
de vista ilegal, ya que establecemos que la concesión o adjudicación dada por el
Prefecto de Potosí de entonces, a la empresa Ferrocarrilera en el año de 1908 es
nula de pleno derecho. Esta empresa no contaba con un Contrato del gobierno
central para la utilización de las aguas del SILALA, tal cual se establece en los
procedimientos cuando se trata de aguas internacionales y posteriormente esta
empresa ferrocarrilera, dejó de utilizar agua por haber cambiado locomotoras a
diésel, desde entonces automáticamente desapareció el objeto de la concesión.
Las fuentes de las aguas del Silala están ubicadas en el Cantón Quetena,
provincia Sur Lipez del departamento de Potosí, entre los puntos de límite del
tratado de Paz y Amistad firmado en 1904: el Cerro Norte (Volcán Apagado) Nº
15, cerrito del Silala Nº 16 y el cerro de Inacaliri o del Cajón Nº 17.
Esta es una cuenca volcánica de 41 km2, despoblada y cubierta con manantiales
o bofedales que forman a su alrededor áreas húmedas cubiertas de pasto.
Estas áreas húmedas están esparcidas desde la parte superior de las mesetas
(5300 msnm) hasta la parte inferior (4300 msnm). Las fuentes de las aguas del
Silala están en una hoyada y las vertientes se encuentran ubicadas a 5 kilómetros
de la frontera con Chile, existiendo por lo menos unas 1000 vertientes que fluyen
en dirección de Este a Oeste llegando a concentrarse todo el volumen de agua en
un cañadón donde se tienen obras civiles hidráulicas ejecutadas entre 1908 y
1914 por grupos chilenos.
Las mesetas donde se sitúan las vertientes del Silala están rodeados por macizos
volcánicos (ubicación entre 22º8" de latitud sur y 68º30" de longitud oeste del
meridiano de Greenwich). Los cerros volcánicos que conforman la cuenca son: Al
Norte el Cerro Silala Grande y Cerro Negro; al Sureste el Cerro Nacaliri y el
Volcán Apagado; Al Suroeste el Cerro Cahuana.
Orografía: Los macizos volcánicos tienen alturas superiores a 5000 msnm, la
altitud del terreno donde se encuentra la laguna colorada es 4288 msnm; Las
pampas con bofedales, donde se encuentran mas de 90 manantiales o vertientes
están dispuestos en terrenos de poca pendiente con alturas de entre 4300 y 4800
msnm.
Precipitación anual: El promedio anual es de 40 mm/año.
Temperatura: Menor a 5ºC
Evotranspiración: 100 a 200 mm
Fisiografía: Existen fuentes termales con presencia de fuentes geotérmicas cerca
de laguna colorada. La región es inhóspita. La diferencia de temperatura entre el
día y la noche es de 50ºC.
Hidrografía: No existen trazos de cursos de aguas naturales, es decir no existe un
cauce natural de un río nacional o internacional. Estudios mas rigurosas han
demostrado que no existe la posibilidad de formación de un curso de agua
permanente o río.
Simplemente existen áreas húmedas o bofedales aislados unos de otros de las
cuales brotan aguas subterráneas conocidas como vertientes.
El afloramiento de las aguas subterráneas (manantiales) forman los vertientes con
un caudal de 5 a 9 litros/seg.; entre estos bofedales no hay intercomunicación
debido a la diferencia de nivel y a la baja pendiente del terreno que impide el
escurrimiento de los pocos litros de agua que emanan del subsuelo que por otro
lado debido a su permeabilidad impide la formación de un riachuelo.
En los Anexos "A" y "B" se observa la relación de acequias o canales de
recolección de aguas construidos por la compañía Inglesa "The Antofagasta and
Bolivian Railway Company Limited" para transportar las aguas recolectas hasta el
territorio chileno.
Para la recolección de las aguas se tienen numerosas bocatomas y acequias; 27
Km. de canales revestidos con mampostería; 2,5 Km. de canales revestidos con
mampostería y hormigón; 17 Km. tubería de 25 cm. de diámetro y 46 Km. de
tendido de tubería de 30 cm. de diámetro.
El agua es tratada en el cañadón para posteriormente ser transportada desde un
pequeño estanque por medio de un canal y dos cañerías (una enterrada y la otra
al aire libre) para luego desembocar en un estanque ubicado a 20 metros en
territorio chileno donde todo el agua es concentrada y tratada.
Mas abajo, a 8 kilómetros de la frontera existe una represa en la cual los chilenos
cuidan y almacenan las aguas del Silala para luego ser llevada mediante cañerías
a las ciudades de Calama, Chuquicamata, Antofogasta, Mejillones, Tocopilla,
Cobija y otras poblaciones menores del norte chileno en la región del desierto de
Atacama.
El tema de las aguas del Silala comenzó a tomar un nuevo curso luego de una
denuncia realizada en 1996 obligaba al estado boliviano a prestar atención a un
asunto olvidado durante 90 años.
Mediante Decreto Supremo Nº 24660 del 20 de Junio de 1997, se estableció la
revocación del uso y aprovechamiento de las aguas manantiales del Silala que
fuese otorgada mediante escritura pública Nº 48 del 23 de septiembre de 1908,
quedando los señores ministros de Relaciones Exteriores, de la Presidencia y de
Gobierno, encargados de la ejecución y cumplimiento de este Decreto Supremo.
La posición chilena es que las aguas del silala provienen de un río de curso
internacional, cuyo nombre aparece inclusive en el tratado de paz y amistad
firmado en 1904 y que sería un error de parte de Bolivia el tocar esas aguas o
licitarlas, pues significaría afectar el normal aprovisionamiento de agua en las
regiones del norte chileno.
En concepto de Chile, la ley internacional establece que un curso natural de agua
que baña a dos países no puede ser dispuesto de forma unilateral por uno de ellos
y que este sería un asunto que debería ser tocado en tribunales internacionales.
La concesión inicial de 1908 establecía la utilización de las aguas del Silala por
parte de la empresa The Antofagasta and Bolivian Railway Company, por medio
de la cual se autorizaba a canalizar sus vertientes a objeto de transportarlas a
territorio chileno para ser utilizadas en el uso de las locomotoras a vapor del
ferrocarril Antofagasta-La Paz.
Bolivia jamás obtuvo un retorno por dichos contratos, que tampoco establecían los
montos que debían ser pagados y luego que las locomotoras a vapor dejaron de
funcionar, las aguas fueron utilizadas para abastecer el consumo privado de la
ciudad de Antofagasta y otras ciudades norteñas.
El primer trimestre de 1999 se inició una serie de análisis y consideraciones sobre
el uso y explotación que debería darse a las aguas del Silala, sin embargo no se
tenía una estrategia clara al respecto.
En marzo de 1999 tanto el Canciller Javier Murillo y el Ministro de la presidencia
Carlos Iturralde confirmaron que Bolivia no tenía una estrategia definida sobre las
aguas del Silala y que se estaba arrastrando un problema de mas de 90 años de
duración durante los cuales existió un total desinterés de parte de las autoridades
bolivianas para lograr una solución a este problema. Se estima que Chile se
beneficia con mas 6,3 millones de metros cúbicos de agua al año y que Bolivia
deja de percibir mas de 2 millones de dolares anuales por concepto de utilización
de las aguas.
En Septiembre de 1999 el Vicecanciller de Relaciones Exteriores de Bolivia,
Fernando Messmer reiteraba que el Silala no es un río Internacional, tal como lo
afirmaban las autoridades chilenas, siendo mas bien un manantial que nace y está
en Bolivia, sin embargo ninguno de los países terminó cediendo posiciones. La
posición Boliviana está sustentada por datos históricos, de justicia y derecho
internacional.
La mayoría de las autoridades bolivianas sostienen que el problema es un asunto
centenario, por lo tanto no es posible exigir soluciones inmediatas; el tema de las
aguas del Silala ha comprometido a muchos gobiernos y muchas gestiones de
cancillería y los temas de política internacional deben ser tratados con gran
ponderación y no con apresuramiento o intereses que posibiliten salir a la palestra
política.
En Agosto de 1999 se promulgó el Decreto Supremo 25500 que encomendaba a
la Superintendencia de Aguas a licitar las aguas del Tunari, destinada solamente a
empresas nacionales.
El 5 de Septiembre de 1999 fue aprobado el Decreto Supremo 25500 que
autorizaba a la Superintendencia de Aguas a realizar la licitación pública nacional
para la utilización de las vertientes del Silala para fines de comercialización
y/o exportación. Por la ubicación de los manantiales, esta licitación estaría
ajustada al artículo 25 de la Constitución Política del Estado que señala:" Dentro
de los 50 Km. de las fronteras, los extranjeros no pueden adquirir ni poseer, por
ningún título, suelo ni subsuelo, directa o indirectamente, individualmente o
en sociedad, bajo pena de perder, en beneficio del estado,
la propiedad adquirida, excepto en caso de necesidad nacional declarada por el
estado"
Los ingresos estarían destinados en su totalidad a favorecer el desarrollo socio-
económico del departamento de Potosí.
El 10 de Septiembre de 1999 se realizó la convocatoria y la venta de pliegos de
especificación para la licitación de las aguas de las vertientes del Silala. Este
pliego constó de 8 capítulos y 4 anexos, siendo la concesión de las aguas
basadas en el proyecto SIRESE (Ley 1600 del 28 de Octubre de 1994).
La licitación tomaba en consideración las condiciones legales,
administrativas, técnicas, económicas y recomendaciones para la adjudicación;
siendo el objeto de la licitación: " el otorgamiento de la concesión para el uso y el
aprovechamiento de las aguas de los manantiales del Silala, en la
industrialización, comercialización interna y/o externa y su transporte mediante
tuberías, canales o envasada en botellones y la dotación de agua potable".
Los sobres con las propuestas fueron abiertos el 16 de diciembre de 1999,
habiendo existido 15 ofertas, sin embargo el Comité Cívico Potosino (COMCIPO)
mostró desde un inicio su oposición a esta licitación por considerarla amañada y
corrupta considerando que todo el proceso estaba dirigido a favorecer los
intereses chilenos y que previamente debía realizarse el pago de mas de 90 años
de utilización de las aguas sin ningún tipo de retorno para el departamento. El
Comité Cívico sostenía además que entre las empresas licitantes existían
capitales extranjeros con lo cual se estaba violando el artículo 25 de la
Constitución Política del Estado además de violar la reglamentación de las
licitaciones
La posición potosina estaba referida a que previo, a cualquier licitación
internacional, la ex empresa Anglo-Chilena The Bolivian Railway Company,
debería proceder al pago de más de 100 años de utilización de las mencionadas
aguas sin haber percibido ningún tipo de compensación en el tiempo.
La propuesta potosina estaba orientada a la administración de las vertientes del
Silala por parte del estado Boliviano, a través del departamento de Potosí,
sugiriendo además que cada región chilena beneficiada merezca un tratamiento
diferenciado.
En este escenario surgió la figura pública de Milton Lérida (Asesor cívico de las
cinco provincias del sudeste potosino: Daniel Campos; Antonio Quijarro; Enrique
Valdivieso; Nor Lipez; Sur Lipez) quien comenzó a tomar protagonismo debido a
sus numerosas intervenciones en el parlamento, a los artículos publicados y a
representaciones publicas que realizó en diferentes medios de comunicación del
país. Según sus estimaciones, el estado perdía anualmente una suma aproximada
de 10 millones de dolares, debido principalmente a la falta de interés del estado
boliviano como resultado de la falta de una estrategia geopolítica clara.
El 15 de septiembre de 1999 el departamento de Potosí realizó un paro cívico
demandando entre otros aspectos el resarcimiento por la utilización de las aguas
del Silala y rechazando la nueva propuesta de licitación.
En la fase de la aprobación de la licitación, aparecieron una serie de diferencias
entre los gobiernos de Bolivia y Chile, que obligó a la participación del propio
presidente Banzer, quien tomó parte en el problema declarando que Bolivia no
cedería ante las presiones de Chile de llevar el problema ante un tribunal
internacional ya que el país tiene todos los respaldos jurídicos que establecen
su soberanía sobre esas vertientes y tiene la suficiente capacidad para encarar el
problema ante tribunales internacionales. La reacción del presidente Banzer fue
inmediata, comprometiendo su participación directa y firme en caso de progresar
el reclamo chileno.
El gobierno chileno pretendía que el tema del Silala esté incluido en la agenda de
negociaciones bilaterales, ya que consideraban un tema dificultoso de las
relaciones entre ambos países que se sumaba al reducido avance en los acuerdos
comerciales. Chile sostenía que se mantiene vigentes los derechos que la
empresa del ferrocarril de Antofagasta a Bolivia tiene como sucesora de los títulos
que le fueron otorgados en 1906, el ministro de relaciones exteriores chileno Juan
Gabriel Valdez manifestaba que su país recurriría inmediatamente a un tribunal
internacional de mantenerse la controversia que vulnera los derechos de
concesión de las aguas suscrito en 1908.
A criterio del experto Antonio Bazoberry, consultor en asuntos internacionales,
Bolivia no debería ingresar en un juicio internacional debido a que sería prestarse
al juego chileno en un conflicto de muchos años, del que no saldría nada claro,
mientras que Chile seguiría usufructuando las aguas.
Entre todas las empresas interesadas solo DUCTEC y Aguas del Illimani
confirmaron su voluntad de continuar en la licitación; habiendo existido una serie
de observaciones de parte de sectores políticos y cívicos que refutaban el curso
de la licitación debido a que el proceso había pasado por alto las normas legales
de adjudicación considerando además que ninguna de las empresas había
realizado una oferta mayor a la exigida por la Superintendencia de Aguas que
consistía en 1,2 millones de dolares anuales. Ambas propuestas fueron analizadas
en detalle, DUCTEC ofertó 46,8 millones de dolares por 40 años de concesión,
mientras que Aguas del Illimani ofertó simplemente 6,6 millones de dolares por el
mismo tiempo de adjudicación.
El 19 de marzo del 2000 se suscribió el acuerdo definitivo con la empresa
DUCTEC (Resolución Nº SSSB15/2000 de la Superintendencia de Saneamiento
Básico), acordándose que todos los recursos económicos obtenidos estarían
íntegramente dirigidos al desarrollo de la provincia Sur Lipez en Potosí. A los
pocos días la empresa adjudicada advirtió sobre el riesgo de que Chile no quiera
comprar las mencionadas aguas movidos por una interferencia del gobierno
chileno debido principalmente a las diferencias históricas que dividen a Bolivia y
Chile.
Según informes oficiales, Chile dio inicio a un proyecto de desanilización de las
aguas marinas para poder de esta forma prescindir de las aguas del Silala, pese a
que en la fase previa de la adjudicación se había observado mucho interés de las
empresas privadas del norte chileno pero ahora se observaba una interferencia de
parte del gobierno de Chile.
Varias empresas multinacionales que operan con la explotación de minas
de cobre en el norte chileno iniciaron un proyecto destinado a la construcción
de plantas desanilizadoras del agua del mar debido, a que desean evitar el riesgo
político y la falta de interés del gobierno boliviano por vender el recurso a
un precio razonable. Este proyecto está favorecido por la sobreoferta de energía
eléctrica en el norte chileno proveniente de plantas termoeléctricas que
utilizan gas natural argentino y que facilitan la construcción de las plantas
desanilizadoras.
Paralelamente a la adjudicación, se estableció una comisión para trabajar en el
calculo científico y jurídico del cobro por la utilización de las aguas por parte de la
empresa anglo-chilena; este "Cobro Histórico" estaría a cargo de una comisión
interministerial que fue conformada por el presidente de la república Gral. Hugo
Banzer Suárez y que quedo a cargo del Ministro de Justicia Juan Antonio
Chain. El trabajo de la comisión está orientado a la ejecución de un estudio
jurídico internacional de forma de poder presentar un proyecto de reclamo.
A disposición de la comisión están los órganos técnicos como ser la
Superintendencia de Aguas; La Superintendencia de Minería y el Instituto
Geográfico Militar que son los encargados de dar los datos elementos técnicos del
proceso que deberán establecer las fechas desde las cuales la empresa Anglo-
Chilena comenzó a utilizar indebidamente las aguas del Silala teniendo en cuenta
que en 1908 se concedió el uso limitado de esa vertiente. Desde el momento que
las locomotoras dejaron de utilizar el agua de las vertientes, se puede establecer
un plazo para verificar el porque del uso de las aguas para otros fines. También se
establecerá un calculo técnico sobre el precio del agua en los años en que sucedió
tal uso indebido.
El 20 de Abril del 2000, el superintendente de Aguas Luis Uzín anunciaba
oficialmente la suscripción del contrato para la explotación de las vertientes del
Silala con la empresa DUCTEC S.R.L., por este concepto el departamento de
Potosí pasará a recibir 1,9 millones de dólares anuales durante los próximos 40
años, montos que estarán destinados íntegramente al desarrollo regional de uno
de los departamentos mas pobres de Bolivia. Con la adjudicación de esos
manantiales, la Superintendencia de Aguas da por concluido su trabajo en el
mencionado tema.
El 27 de Abril del 2000, Chile anunciaba oficialmente su desconocimiento al
contrato de concesión de las aguas del Silala, por entender que el mencionado
recurso hídrico debería ser compartido por ambas naciones, en una declaración
oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores se manifiesta que el contrato
desconoce los derechos de Chile sobre las aguas del Silala y por ese motivo
cualquier contrato afecta el derecho de su país. La posición chilena fue expresada
en notas dirigidas al gobierno boliviano en fechas 20 de mayo, 15 de septiembre,
14 de octubre, 3 de diciembre de 1999 y es la misma posición que se mantiene
ahora.
A raíz de este problema se emitió oficialmente una invitación al gobierno boliviano
para entablar un dialogo. El Presidente Chileno Ricardo Lagos expresó que cree
firmemente en la posibilidad de reanudar relaciones diplomáticas con Bolivia antes
de la culminación de su periodo constitucional el año 2006. El gobierno del Chile
analizará el tema de las relaciones diplomáticas con Bolivia en el marco del
consejo asesor de política exterior, que es un organismo integrado por ex
cancilleres, ex embajadores, académicos y expertos en el área.
La ministra chilena de Relaciones Exteriores Soledad Alvear manifestaba que las
discrepancias con Bolivia significaban una dificultad importante para el dialogo que
su país pretende impulsar con Bolivia.
Como respuesta el 28 de Abril, el Canciller boliviano Javier Murillo rechazaba las
objeciones de Chile al contrato del Silala y manifestaba su pleno respaldo al
superintendente Luis Uzin en su defensa del derecho boliviano a explotar sus
aguas por encima de cualquier reclamo chileno, ya que la concesión de las aguas
a la empresa The Antofagasta Chile and Bolivian Railway Ltd. Fue revocada el 15
de mayo de 1997 y se dio paso a la última licitación ganada por DUCTEC.
Ambos gobiernos expresan sus deseos de que las relaciones binacionales no se
vean afectadas por estos sucesos tomando en cuenta las agendas de dialogo que
existen entre ambos países.
El Senador Guillermo Rosso fue uno de los primeros en plantear un pago como
forma de compensación por el uso de las aguas del Silala por parte de Chile, y
basándose en formulas técnicas y matemáticas llegó a establecer la suma de
857,352,000 dólares americanos que Chile debe pagar a Bolivia. Este valor total
toma en cuenta un interés del 3% anual en un tiempo de 83 años.
La resolución administrativa 71/97 del 14/05/97 resuelve la anulación de la
concesión de las aguas del silala y el Poder Ejecutivo eleva a Decreto Supremo la
decisión de revocar el acuerdo al tratarse de territorio boliviano sujeto a legislación
y soberanía.
Chile se niega a pagar por el usufructo abogando que se trata de un cauce que
tiene uso internacional. El Dr. Cusicanqui, experto en derecho Internacional se
inclina a favor de una denuncia ante las instancias multilaterales de la OEA.
A Bolivia le corresponde reclamar por la aplicación de normas internacionales por
el uso y aprovechamiento de las aguas como fue establecido en la Declaración de
Montevideo en 1933 y el Convenio de Buenos Aires de 1997.
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFIA