153 - Neuroeducacion
153 - Neuroeducacion
153 - Neuroeducacion
NEUROEDUCACIÓN:
EDUCACIÓN PARA JÓVENES
BAJO LA LUPA DE MARÍA MONTESSORI
Landívar, Alicia M.
Neuroeducación : educación para jóvenes bajo la lupa de María Montesori
. - 1a ed. - Córdoba : Brujas, 2012.
10e0 p. ; 23x15 cm.
ISBN 978-987-591-325-7
www.editorialbrujas.com.ar publicaciones@editorialbrujas.com.ar
Tel/fax: (0351) 4606044 / 4691616- Pasaje España 1485 Córdoba–Argentina.
A quienes arrojaron luz en el camino de la educación,
mostrando el balance entre los requisitos externos y lo que
el interior necesitaba.
Por quienes se aprende a ser valientes y se comienzan
a realizar cambios radicales a pesar de que la corriente va
en dirección contraria.
A quienes dieron su apoyo incondicional para hacer
de un sueño, una realidad.
PREFACIO............................................................................. 11
INTRODUCCIÓN.................................................................. 17
¿Pedagogía científica, Aprendizaje cerebro apropiado,
Educación Montessori, neuro educación?.......................... 19
|9
ErdKinder; Educación para la vida ................................... 55
REFLEXIONES....................................................................... 89
REFERENCIAS....................................................................... 95
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PREFACIO
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que los cerebros de nuestros estudiantes necesitan. Además,
la educación ha respondido a las necesidades sociales y
económicas del mundo, y precisamente estas necesidades
son nuevas, dinámicas y cambiantes. Por lo tanto, el reto
es educar a nuestros niños y jóvenes para un mundo nuevo
bajo la luz que arrojan las neurociencias en los procesos de
aprendizaje que ocurren en el cerebro.
La velocidad con la que acontecen los cambios,
los nuevos y constantes inventos, la integración de la
empleomanía internacional dentro de una misma empresa
nos llevan a reflexionar sobre hacia dónde se dirige lo que
enseñamos. Los tiempos de enseñar para conseguir un
empleo en un fábrica, o ejercer una profesión de por vida,
ya pasaron. Nuestros estudiantes tendrán que mantenerse
informados y diestros para las innovaciones que surjan en sus
trabajos. Estamos ante un panorama donde debemos educar
para lo desconocido, como señala David Perkins (2009)
quien invita a los educadores a enseñar no tan sólo para
una especialidad sino para la flexibilidad. Dicha flexibilidad
se debe observar en la aplicación del conocimiento, ya
que el mismo será cambiante y el futuro, desconocido.
Tal sugerencia descentraliza las materias académicas y nos
coloca como educadores ante nuevos cuestionamientos
acordes a una pedagogía del siglo XXI. ¿Quién debe ocupar
el centro de la educación?: ¿las materias académicas?,
¿los posibles trabajos?, ¿el gobierno?, ¿las necesidades
económicas de una nación?, ¿las necesidades sociales del
mundo?, ¿la ecología?, ¿el cerebro que aprende?
Los educadores hemos sido testigos de cómo se ha
intentado mejorar la calidad de la educación a través de
un sinnúmero de reformas educativas basadas en teorías
y hallazgos que prometen la excelencia educativa. Sin
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embargo, apenas logramos implementar los cambios
sugeridos... las recomendaciones cambian nuevamente.
Esto se debe a que las sugerencias nacen de distintos
enfoques: el cambio de enfoque va acompañado de una
nueva estrategia pedagógica, y por ende, de una nueva
reforma. El único componente que no ha cambiado a través
de la historia de la educación es el ser humano. Continuamos
enseñando a seres humanos, tal vez con nuevas estrategias
y nuevos objetivos, pero siempre a seres humanos.
La neurociencia muestra un ángulo de la anatomía
humana que ayuda a crear espacios educativos más
asertivos puesto que se basa en el ser humano en sí mismo.
Cada etapa del desarrollo humano presenta características
particulares que deben ser tomadas en consideración para
un mejor rendimiento. Algo similar a lo que sucede en la
confección de alimentos: debe considerarse el clima de un
lugar a la hora de preparar un menú en particular. El mismo
menú requerirá una variación en ingredientes y temperatura
dependiendo de si se realiza en la costa o en las montañas.
Asimismo, nuestros estudiantes tendrán requisitos distintos
de acuerdo a su etapa de desarrollo.
Las investigaciones sobre el cerebro no pretenden
ofrecer metodologías pedagógicas, sino la comprensión
de los procesos neurológicos para aprovechar al máximo
cada etapa del desarrollo humano y a su vez responder a
las necesidades particulares que se presentan en cada una
de ellas. Esta visión sobre la educación fue presentada hace
casi cien años por la doctora en medicina María Montessori,
italiana que realizó investigaciones dentro del campo
educativo y formuló posturas educativas que más tarde
se convirtieron en un movimiento pedagógico. Echar un
vistazo a lo que ha sido la educación Montessori durante un
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siglo puede ser un “ver en práctica”, de forma retrospectiva
lo que la neurociencia está señalando en este momento.
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a transformar la visión de la pedagogía, radicándose en
un acercamiento educativo distinto al tradicional. Sus
proposiciones han ido encontrando valides a través del
tiempo por parte de psicólogos, pedagogos, neurólogos,
neuroeducadores, entre otros. La base donde se apoya
dicho acercamiento es el ser humano en sí mismo. Esto
hace que su visión sea pertinente en nuestros tiempos. Si se
fuese a describir el “espíritu de los tiempos” de principios
del siglo XXI, podría afirmarse que vivimos en un período
donde los cambios son constantes, lo seguro es que todo
será desconocido y distinto en cualquier momento y lo
único afianzado es el ser humano en sí mismo.
Este libro pretende, entre otras cosas mostrar el
paralelismo entre los planteamientos educativos de la Dra.
Montessori y los nuevos descubrimientos. Sin embargo, el
objetivo principal es sacar a la luz las ideas pedagógicas
que dejó como legado relacionadas a la adolescencia.
La educación para los jóvenes fue una de sus últimas
exposiciones; escribió sobre la adolescencia y asesoró
escuelas que habían comenzado a trabajar con este período
del desarrollo humano.
Neuroeducación; Educación para jóvenes bajo la lupa
de María Montessori es un trabajo de investigación escrito
para padres, madres, educadores, neurocientíficos y todo
aquel que tiene el privilegio de trabajar con jóvenes. Aquí
se encuentra la propuesta educativa realizada por la Dra.
María Montessori sobre la educación durante el período de
la adolescencia, principios básicos de su filosofía educativa,
descubrimientos neurocientíficos actuales y alguno que
otro pensamiento para reflexionar.
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INTRODUCCIÓN
¿Pedagogía científica, Aprendizaje
cerebro apropiado, educación Montessori,
neuro educación?
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grupos de niños, con resultados igualmente sorprendentes.
Durante 45 años, María Montessori observó el desarrollo
humano dentro de un contexto educativo. Luego de
considerar las características y necesidades de cada etapa,
llevó a cabo experiencias concretas que buscaban, además
de fortalecer el proceso de aprendizaje, dar respuesta las
etapas de desarrollo. Comenzó así a develarse el potencial
humano.
En sus inicios a principios del siglo XX la filosofía
educativa Montessori fue esparciendo su semilla alrededor
del mundo y generando admiradores como Rabindranath
Tagore, Jean Piaget, Erick Erickson, Thomas Alba Edison,
Helen Keller, George Arundale, entre otros.
Hoy en día, cien años más tarde, los planteamientos
de la Dra. María Montessori son aplicados en miles de centros
educativos alrededor del mundo, diseñados científicamente
para responder primeramente a las características humanas
de cada etapa del desarrollo de sus estudiantes. No importa
la localidad, Asia, América, Oceanía, Europa o África, el
trabajo es similar en cada centro Montessori establecido
por Guías Montessori. El denominador común es el diseño
pedagógico que responde al cerebro en desarrollo.
Con la designación de Pedagogía científica se
conoció en sus albores este acercamiento educativo de la
doctora Montessori, para quien, sin saberlo, el ambiente
escolar era un laboratorio viviente donde estaba realizando
una investigación de vanguardia. El formalismo con que
llevó a cabo sus primeras investigaciones respondía a su
preparación como científica. La observación, la recopilación
de información, y la repetición de experiencias formaron las
ideas pedagógicas que más tarde serían descriptas como el
“Método Montessori”.
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Actualmente, las neurociencias a través de la
tecnología están señalando aspectos/procesos similares a
las que observó la doctora Montessori. Cada vez son más
los expertos en neurociencias y neuro educación que citan
de manera afirmativa el acercamiento pedagógico de
María Montessori. Diversos manuales para la enseñanza
cerebro apropiado, enseñanza basada en las características
neurobiológicas y textos sobre diseño curricular enumeran
las recomendaciones realizadas por María Montessori
para habilitar un ambiente preparado que responda a los
períodos sensibles del educando.
No es casualidad que sea en las ciencias naturales
donde se encuentra un mayor respaldo a las ideas de
María Montessori. A principios del siglo 20, un grupo
de profesionales, médicos en su mayoría, funda en Italia
según los lineamientos de las corrientes filosóficas de la
Antropología Pedagógica, el movimiento de las Escuelas de
Pedagogía Científica, con miras a generar una renovación
educativa basándose en la observación científicamente
guiada. La Pedagogía Científica es la educación que surge
de la observación del desarrollo del ser humano, y en el
proceso va creando un acercamiento educativo a través de
una metodología específica. En las escuelas de Pedagogía
Científica se le enseñaba a los maestros a tomar medidas
antropométricas, a recoger datos biográficos y a utilizar
varios instrumentos.
Por su parte, la experiencia pedagógica que se realizó
bajo la tutela de la Dra. María Montessori, a pesar de sus
características de cientificidad en el uso de instrumentos y
observación del niño, tuvo una diferencia de enfoque en
la preparación de los maestros puesto que estos no eran
higienistas o auxiliares de laboratorios de la psicología
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experimental como lo fueron los de las Escuelas de Pedagogía
Científica. Apuntaba la doctora Montessori (1928) que “El
sabio no es manipulador de instrumentos, sino conocedor de la
Naturaleza” Por ello, la doctora Montessori invitaba a que el
maestro se interesara por la naturaleza y las manifestaciones
de los fenómenos naturales, siendo el ser humano la mayor
de estas manifestaciones.
Este interés abarcó todas las dimensiones que
componen al ser humano, más allá de las medidas
antropomórficas y los datos biográficos. No se discute
que la pedagogía de María Montessori tenga un fin
científico puesto que su manifestación se realizó dentro
de contextos experimentales con la aplicación de medios
y procedimientos científicos. Sin embargo, la ciencia y sus
procedimientos abrieron las puertas a las profundidades del
ser humano y a los valores que en ellos estaban ocultos.
La ciencia no fue para la doctora Montessori un fin en sí
mismo sino un medio de acercamiento al ser humano
dentro de un ambiente educativo. Es por ello que dentro del
diseño científico de los ambientes Montessori, la educación
es un acercamiento pedagógico holístico que concibe al
ser humano como la expresión máxima de la naturaleza
y a su vez entiende que éste va más allá de su desarrollo
físico. De esta manera, el estudio científico del estudiante
abarcará la dimensión física, la intelectual, la emocional y la
espiritual. Estas manifestaciones estudiadas por la doctora
Montessori la llevaron a crear un espacio educativo donde
la división escolar se realiza cada tres años y no anualmente,
el ambiente es abierto al movimiento del estudiante en vez
del uso exclusivo de pupitres y cuenta con una serie de
materiales concretos o medios de aprendizaje, que lo alejan
de la tradicional impartición de clases en discursos. Dichos
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cambios responden a la observación de las necesidades,
características y tendencias del ser humano, por ello se
puede decir que su acercamiento es científico.
Las neurociencias van señalando características
similares a las observadas por María Montessori y a su vez
comienzan a ofrecer estrategias para que la educación
sea concebida según el proceso de desarrollo del cerebro
de nuestros estudiantes. Estas sugerencias pueden ser
observadas en funcionamiento en los ambientes Montessori.
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Principios de la Educación Montessori
y hallazgos de la neurociencias
“Es absolutamente cierto que el secreto del futuro poder del hombre está
oculto en la humanidad a medida que ésta se desarrolla: en los jóvenes”.
Montessori, 1937
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Armazón para la educación del siglo XXI:
Educación Cósmica
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Una nota interesante es ver el modo en que un
propósito educativo de índole prácticamente ideológico
surgió tras aplicar durante años un ejercicio totalmente
práctico: la observación científica. La paz como fin de
la educación es una consecuencia natural del proceso
normativo del educando. Comentaba constantemente
María Montessori que a través de la observación se develan
las leyes naturales del desarrollo humano, camino fértil
para el desarrollo de las potencialidades del niño. Las
leyes naturales a las que se refiere la doctora Montessori
son los procesos neurológicos que hemos omitido por
falta de conocimiento, observación o intuición. Cuando
la observación se utiliza para ver los patrones, tendencias
y necesidades que los niños o jóvenes presentan como
constantes a pesar de provenir de distintas nacionalidades,
condiciones sociales o épocas, se comienzan a descubrir las
Leyes Naturales que sugiere Montessori. En el transcurso de
la educación se van descubriendo los procesos internos del
ser humano durante su desarrollo de aprendizaje.
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de desarrollo. Dicho respeto va acompañado de ejercicios
y experiencias que suplan las necesidades, en tanto
características particulares en cada etapa del desarrollo
humano.
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las características y necesidades del desarrollo individual del
ser humano. A medida que se cree una sucesión armónica,
podemos entonces considerar la paz mundial como un
objetivo realizable.
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ocasiones fue nominada para el premio Nobel de la Paz.
Comentó en su discurso pronunciado el 3 de septiembre
de 1936 en el Congreso Europeo para la Paz realizado en
Bruselas que “La tarea de la política es prevenir los conflictos;
la tarea de la educación es establecer la paz.”
La visión de una Educación Cósmica, que visualice el
proceso de aprendizaje como la interconexión de distintas
funciones de un todo, es compartida hoy en día por
distintas corrientes filosóficas y organizaciones mundiales
que exhortan a preparar al educando para la contribución
en su desarrollo y en el desarrollo de la humanidad.
En el contexto de las estrategias pedagógicas
se palpa esta visión a través de las palabras de María
Montessori:“Demos al Niño una visión del Universo entero,
pues todas las cosas son parte del Universo y están conectadas
entre sí para formar una Unidad entera”. En las lecciones
curriculares, palpamos esta visión de manera práctica, ya
que existen cinco lecciones pedagógicas que se ofrecen a
nivel elemental en las escuelas Montessori: la Historia de
la Creación del Universo (visión física, química, astrológica
y geológica), la Línea del Tiempo de la Vida (zoología,
botánica y antropología), la Humanidad (visión sociológica,
donde se explora la influencia del clima y topografía en
la cultura y geografía política), la Historia de la Escritura
(visión histórica de la humanidad a través de los encuentros
culturales) e Historia de los Números ( donde se aprecia
el progreso de la humanidad y el aporte en ello de las
matemáticas).
El planteamiento es uno filosófico que trasciende las
lecciones estructuradas para los primeros años.
Señala Montessori que “…en el niño, además del
impulso vital de crearse a sí mismo, debe haber otro impulso,
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un deber a cumplir en armonía con el universo, algo por
hacer al servicio de la totalidad unidad” (Montessori, 1948).
El servicio es visto como capacidad individual puesta para
la evolución de las sociedades a favor de la paz mundial.
En un ambiente Montessori para jóvenes, la visión de
una Educación Cósmica se puede apreciar en los espacios
designados al diálogo filosófico y en la interacción que se
fomenta entre los jóvenes, la tierra y la sociedad. En un marco
más amplio, desde una perspectiva curricular, la visión de
esta educación implica: un espacio físico estructurado de tal
modo que el ambiente responda al período de desarrollo,
un acercamiento educativo que respete las leyes naturales
del educando, ciertas estrategias pedagógicas, en tanto
materiales concretos donde el niño y joven puedan apreciar
la evolución de las sociedades y la interconexión de todo lo
que existe, y una base filosófica que promueva el servicio y
desarrollo individual para la construcción de un mundo de
paz.
En este siglo XXI, la interconexión es más palpable
y evidente que en los anteriores. La tecnología y las
estructuras económicas nos lo demuestran sin dejar duda
alguna. Bernie Trilling y Charles Fadel (2010) invitan a los
maestros a desarrollar las habilidades que los estudiantes
necesitarán durante este siglo. Entre sus ideas, se destacan:
la estructuración de trabajos colaborativos más allá de los
salones de clase, con el aporte de estudiantes de otros
países, el fomento de la búsqueda de solución para los
problemas que afectan a la humanidad, la creación de
puentes de comunicación con otras culturas; y, sobre todo,
una educación para la vida y la construcción de un mundo
mejor.
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Así lo explican las palabras del director de Oracle
Education Foundation y del miembro de la junta de directores
de Global Lead for Education at Cisco Systems, cuando
nos ofrecen una invitación primordial a construir un mejor
mundo, mediante estrategias basadas en la interconexión
entre las culturas y a través de las herramientas pedagógicas
traducidas en las necesidades naturales de trabajar en forma
gregaria y según las tendencias de nuestros estudiantes.
Tal vez las palabras sean más tecnológicas y residan bajo
la estructura de “Un aprendizaje para los tiempos en que
vivimos”, pero bajo la lupa de la visión Montessori…
ellos también invitan a una trabajar hacia una Educación
Cósmica.
El joven, la constante
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nueva necesidad que se deba cumplir. Lo mismo sucede en
la búsqueda de una respuesta a los descubrimientos sobre
cognición, enseñanza y aprendizaje: una vez incorporada
la reforma educativa, surge un nuevo modelo o una nueva
idea que busca su lugar en las aulas. Así los maestros
ven pasar por sus manos, una y otra vez, informaciones
y experiencias que buscan apoyar el proceso enseñanza/
aprendizaje. El desarrollo pedagógico puede haber sufrido
algunas adaptaciones a través de los años, sin embargo hay
una constante invariable en el tiempo y más allá de cualquier
descubrimiento o idea del siglo XXI: el ser humano en sí
mismo.
Una educación basada en el desarrollo humano
se estructura según las distintas etapas o períodos de
crecimiento. F.Froebel, J.H.Pestalozzi, J. Piaget, E.Erickson
son algunos de los teóricos que han creado los cimientos
para una educación basada en el desarrollo. Al igual que
María Montessori, ellos utilizaron la observación para
identificar ciertas características fundamentales en los
distintos períodos de desarrollo que conforman el ciclo de
vida del ser humano: pre natal, infancia, niñez temprana,
niñez intermedia, adolescencia, adultez y adultez tardía. Al
estudiarlos detalladamente se puede no solamente describir,
explicar, y predecir la conducta humana, sino además
clasificar los hallazgos en distintos tipos de desarrollo:
cognoscitivos, físicos, psicosociales, y emocionales.
La tecnología de hoy comienza a revelar el desarrollo
neurológico con mayor precisión. Vivimos en una época
donde las ciencias neurológicas entran directamente en el
campo de la educación con nuevos descubrimientos que
causan revuelo puesto que nos advierten sobre ciertas
estrategias pedagógicas contrarias a lo que los cerebros
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de los estudiantes necesitan e indican, por otro lado,
habilidades que se podrían estar cultivando de acuerdo
al período de desarrollo del alumno. Las neurociencias
muestran que existen momentos en particular donde el
cerebro del estudiante tiene mayor apertura o disposición
para aprender algo en particular. A estos momentos, la
doctora Montessori le llamó períodos sensibles; algunos
neurocientíficos le han comenzado a llamar períodos
críticos del aprendizaje o ventanas de oportunidad.
Actualmente, la adolescencia es una de las etapas del
desarrollo humano en la que, a nivel mundial, las inves-
tigaciones invierten mucha energía. Numerosos expertos
curriculares y neurocientíficos han unido esfuerzos para
investigar el modo en que aprende el cerebro de un jo-
ven y conocer así mejores estrategias para aplicar en las
escuelas secundarias. Dentro del contexto de la educación
Montessori, el tema de la educación para jóvenes significa
hablar del ser humano mismo, conocer, entender, valorar
y actuar a favor de su desarrollo. Este conocimiento es im-
prescindible, ya que implica atender las necesidades y ca-
racterísticas particulares de la adolescencia, lo que abarca
los procesos fisiológicos, psicológicos, emocionales y espi-
rituales por los que todo ser humano atraviesa durante esta
etapa.
Dentro del legado de María Montessori, debemos
reconocer que es mucho menor la información didáctica
que ofrece para trabajar con adolescentes de 12 a 18 años
que sus escritos sobre la niñez. Sin embargo, los pocos
escritos que sobre adolescentes realizó encuentran eco en
los hallazgos neurocientíficos de la actualidad.
Cada etapa del desarrollo humano tiene una
importancia en particular. La adolescencia ha sido
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generalmente minimizada a un período de carencia, de
rebelión y de transformación física. La poca observación
científica que en el pasado se realizó no ha permitido
visualizar el potencial que existe escondido en los jóvenes.
Las energías siempre estuvieron dirigidas a “reparar”,
“encaminar” y “corregir” a los adolescentes.
Hoy en día, se comienza a ver con nuevos ojos la
adolescencia y surge una esperanza en la neurobiología
del joven. Se ha descubierto que durante la adolescencia
ocurre un cambio en las conexiones neurológicas que crea
nuevas conexiones y posibilidades. A pesar de que el tama-
ño del cerebro no cambia grandemente, su dinámica se
ve muy modificada (Restak, R. 2001). Jensen (2005) señala
que, a nivel anatómico, durante la adolescencia, el cere-
bro se encuentra en un momento de construcción similar al
que ocurre durante la infancia. Este argumento fue señala-
do por la doctora Montessori quien comparó gráficamente
el desarrollo humano con el de una planta desde la etapa
de bulbo.
En la gráfica se pueden observar los períodos donde
según Montessori, ocurre una gran actividad interna/mental.
Aunque entre la infancia y la adolescencia la científica
identificó características similares, durante la adolescencia
la ebullición interna no se manifiesta tan evidentemente
como durante los primeros tres años de vida.
A continuación algunos puntos de reflexión acerca
de la biología, neurología y psicología del joven y la visión
de María Montessori en cada una de ellas.
No pretendo en este escrito hacer un planteamiento
exhaustivo sobre cada una de las fases, sin embargo
creo esencial dejar en claro que cuando hablamos de
neuroeducación debemos comprender que debe existir
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una comunicación directa entre las dimensiones biológicas,
sobre todo neurológicas, y los procesos de enseñanza y
aprendizaje.
Por otro lado, si logramos comprender la importancia
que los jóvenes representan a través de los ojos de María
Montessori, le asignaremos un valor superior al trabajo con
ellos, estaremos en otra perspectiva, con otras estrategias
y nos sentiremos invitados a hablar otro lenguaje sobre la
concepción de la adolescencia.
Comenta María Montessori que “La educación de hoy
no sólo se opone a los dictados de la ciencia sino que también
contradice las necesidades sociales de nuestro tiempo.”
Añadiría que contradice de igual manera las necesidades de
nuestros estudiantes. Por lo tanto, es imperioso emprender
la construcción de un entorno que favorezca las condiciones
propicias para un desarrollo normal de nuestros jóvenes,
designando en este caso el término “normal” a aquel
crecimiento en pro de las potencialidades individuales del
ser humano y de una evolución social encaminada a la paz.
Entonces, cabe preguntarnos acerca de las
observaciones de la doctora Montessori en el período de la
adolescencia y, en base a ello, el entorno que sugiere para
el florecimiento de dichas potencialidades. En el discurso
pronunciado el 22 de mayo de 1937 en Copenhague
señaló que “Es absolutamente cierto que el secreto del futuro
poder del hombre está oculto en la humanidad a medida que
ésta se desarrolla: en los jóvenes”. Reflexiona incluso en esta
misma oportunidad sobre aquellas naciones que tomaron
conciencia de este poder y lo organizaron a favor de sus
propios intereses bélicos.
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Educación Holística:
Visión integral del ser humano
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etapa del desarrollo humano, es necesario estudiar al
joven desde sus perspectivas biológicas, neurológicas y
psicológicas.
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El cambio hormonal va acompañado del cambio
en tamaño y forma física. El rápido crecimiento del joven
no permite que éste termine de conocer su cuerpo. Es por
ello que durante la pubertad, los adolescentes tienden a
golpearse sin intención alguna al caminar, correr o atravesar
áreas que impliquen un control de movimiento más
exacto. Esta característica requiere que el joven participe
de espacios abiertos, ejercicios físicos y de destrezas de
maniobra corporal.
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Esta premisa, tal vez por razones distintas, la
podemos ver aplicada en los espacios pedagógicos de los
movimientos de Educación Democrática. Los defensores de
este movimiento proponen dar al joven el derecho a formar
parte de la organización, a participar en el proceso de toma
de decisiones, a incluir la autodeterminación, el diálogo
libre y la responsabilidad individual. Buscan además que
los maestros y estudiantes trabajen juntos como iguales
en el proceso de aprendizaje (Berlín, 2005). Las estrategias
establecidas en las escuelas democráticas son un paso que
permite al joven adentrarse en la organización social.
Otro aspecto de gran relevancia en la psicología del
joven es la valorización de su personalidad. Esto implica
conocer la individualidad de los jóvenes con sus fortalezas
y particularidades. Los ambientes educativos deben contar
con la posibilidad de que cada joven manifieste sus fortalezas
y enriquezca su potencial.
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quien en 1881, a raíz de la observación de un paciente con
afección en el habla tras una lesión en el hemisferio izquierdo
del cerebro, determinó que el área cerebral responsable del
lenguaje era el lóbulo frontal del hemisferio izquierdo. Así
como en el caso de Brocca, existen otros investigadores que
designaron funciones al cerebro basados en la observación.
Hoy en día, sabemos que no existe un área cerebral
designada a una sola función intelectual o cognitiva, el
cerebro trabaja en redes. Sin embargo, existen áreas críticas
asociadas a funciones particulares (Manes, 2009).
Las observaciones sobre los procesos cognitivos y las
conjeturas relacionadas al campo de la educación por parte
de María Montessori resuenan contundentemente ante las
características adjudicadas a la plasticidad cerebral. Entre
los hallazgos que la tecnología ha permitido descubrir,
se encuentra lo que se conoce como la plasticidad del
cerebro. La neuroplasticidad o plasticidad sináptica es la
capacidad que tiene el cerebro de moldearse, de adaptarse.
Esto abre infinitas posibilidades a la ciencia; investigadores
y médicos buscan respuestas ante retos como el Alzheimer,
los trastornos de atención e hiperactividad, la impulsividad,
la neuropatía diabética, etc.
La tecnología de resonancia magnética, entre
otras, ha permitido a la ciencia conocer lo que sucede en
el cerebro humano durante la adolescencia. Uno de los
descubrimientos que causaron asombro en la comunidad
científica remite al modo de crecimiento de las células del
cerebro durante la adolescencia temprana: éstas lo hacen
en conexiones, como si crearan nuevas raíces, ramas y
troncos. Luego de que este fenómeno ocurre, surge una
poda natural donde la sobreproducción de neuronas
comienza a eliminarse por selección. Esta fase se podría
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distinguir por el lema “lo usas o lo pierdes”.
Restak (2001) presenta una analogía que permite
comprender este proceso de crecimiento, poda y
eliminación neuronal: la congestión y cambio neuronal
durante la adolescencia es similar a la congestión vehicular
en una ciudad. Durante la congestión existe conflicto,
ruido y paralización de la efectividad. En respuesta a dicha
situación grupos de ingenieros reducen la cantidad de
automóviles que circulan por las vías principales a través de
rutas alternas, eliminación de algunas calles y construcción
de puentes y autopistas. Asimismo, durante la adolescencia,
las redes neuronales crean nuevas conexiones y eliminan
otras. En un momento donde el ser humano se está
definiendo y a su vez sus conexiones neurológicas entran
en la etapa de poda, es importante recordar las “neuronas
espejo”, tema que desarrollaremos más adelante en este
libro.
No todas las partes del cerebro maduran a la misma
vez: el área límbica, asociada a los procesos emocionales,
madura más temprano que aquellas relacionadas con la
organización, capacidad de juzgar y razonar. Aquellos adultos
que se relacionan con adolescentes deben comprender esta
discrepancia, de lo contrario se encontrarán en continuo
conflicto con los jóvenes. La falta de madurez de los
lóbulos frontales se asocia a la impulsividad, los cambios
emocionales repentinos, la falta de juicio en la toma de
decisiones.
Durante la niñez, algunas de las destrezas asociadas
con la corteza pre frontal son:
1. La atención: un infante de seis semanas comienza a
fijar su atención en un objeto.
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2. El significado de los objetos o palabras: poco antes
del año, el ser humano comienza a reconocer el
significado del lenguaje o de los símbolos.
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estrategia no es necesariamente evidente para ellos. A esta
falta de madurez cerebral y falta de correlación curricular
con los procesos neurológicos durante la adolescencia, se
le suma la inestabilidad emocional, la torpeza física y la
necesidad de valorización de la personalidad.
Dentro de un marco de referencia podemos ver que
en su etapa de adolescencia, el educando se encuentra
estudiando con currículos estructurados, en espacios
confinados, con una gran desvalorización de su personalidad
y en el medio de un proceso de maduración cerebral. No
es de extrañarse que los jóvenes sientan frustración y coraje
o bien que sean los padres quienes terminen realizando
muchos de los trabajos escolares.
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(1) Etapas del Desarrollo
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(2) Ambiente
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(3) Interacción social
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demás compañeros. Es importante destacar que en dicho
espacio se encuentran interactuando niños de tres edades
distintas (Casa de niños: 3 a 6 años; Taller I: 6-9 años; Taller
II: 9-12 años, Erdkinder: 12 a 18 años). Cada niño tiene la
libertad de movimiento y de escoger el material con el que
desea trabajar, por lo que resulta interesante observar la
interacción de los niños tanto durante la elección del material
como también mientras trabajan con él. La interacción no
se circunscribe al trabajo cooperativo sino a la exploración
en conjunto de ideas nuevas, a la corrección por parte de
los pares, a la gracia y cortesía, entre otras muchas más.
Las “neuronas espejo” tienen la oportunidad de
observar y absorber, ya sea a través de la presentación que
realiza el guía sobre el material a trabajar, como también
de la observación de niños mayores que interactúan con el
material y del modelaje de parte del adulto.
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Espacio y Tiempo; Ambiente Preparado
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presentaba no sólo necesidades y características particulares,
sino además, a base de su observación, períodos sensibles
para el aprendizaje. La doctora Montessori entendía que
la educación debía responder a cada uno de los períodos
sensibles y a las necesidades de cada etapa. Su propuesta
para ello fue desarrollar un ambiente preparado para cada
etapa.
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objetos que estimulan el cerebro de acuerdo a cada etapa
de desarrollo y aprovechan sus ventanas de oportunidad
cerebral. Las mesas, sillas, alfombras, pizarras y el propio
espacio del suelo han de estar dispuestos para facilitar
el trabajo simultáneo de muchos niños y así estimular el
cerebro social y fortalecer las conexiones neuronales.
La guía Montessori utiliza una estrategia acerca del
modo de utilizar los materiales basada en movimientos
rítmicos y un mínimo de palabras. Esto ayuda a que las
“neuronas espejo” logren enfocarse en el proceso e imitarlo
más adelante.
Entendía Montessori (1949) que a medida que
el ser humano pueda desenvolverse en un ambiente
educativo diseñado según las características de cada etapa
de desarrollo y pueda satisfacerlas, logrará desarrollar
libremente y con responsabilidad su potencial. Esto implica,
consecuentemente, un ambiente escolar más productivo y
una futura sociedad más evolucionada.
Adolescencia y entorno
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y novedad y capacidad de adaptación (Giedd JN., 2004,
Luna, B., 2006, Steinberg L., 2005).
El entorno, el ambiente preparado que Montessori
propuso para esta etapa del desarrollo humano se le ha
denominado “Erdkinder”, término en alemán que significa
“Niños de la Tierra”. El concepto de interrelación con la
tierra responde a la filosofía educativa y a los objetivos que
promueve la educación Montessori. En su visión Cósmica
de la educación, la relación directa con la tierra trae consigo
varias características que van de la mano con ayudar en
la formación del adolescente en relación a sí mismo, a la
sociedad y al cosmos. El trabajo con la tierra es la posibilidad
de ver en concreto la interdependencia de todo lo que existe,
ecológica, económica, social y espiritualmente. El contacto
del joven con la tierra constituye el acto de visualizar y vivir
la unidad ecológica, por lo que el joven puede adoptar una
postura de responsabilidad como miembro de una sociedad
que es parte de una sola unidad: la humanidad. Entonces,
la labor de la educación consiste en ofrecer un espacio que
nutra, a través de distintos elementos, el desarrollo integral
de los estudiantes. Para ello, la doctora Montessori se dio a
la tarea de observar las tendencias e inclinaciones de cada
período en el desarrollo humano. Hoy sabemos que estas
inclinaciones responden tanto a un desarrollo motor como
neurológico.
Como se ha mencionado anteriormente, el ambiente
preparado está constituido por dos factores: el entorno
donde se desenvuelven los estudiantes y los materiales
con los que trabajan. De esta manera se ofrecen una serie
de estímulos que provocan interconexiones neuronales a
prestas previamente puesto que el material y el entorno
han sido diseñados para un período sensible particular.
54 |
ErdKinder; Niños de la Tierra
| 55
por un lado, facilita que los jóvenes visualicen la relación de
la tierra y la productividad de alimentos; además, permite
que los jóvenes aprendan a usar sus manos. Esto implica
una educación que integre las destrezas cognoscitivas y las
manuales.
Por otro lado, el biólogo molecular que dirige el
Brain Center for Applied Learning Research en Seattle,
John Molina (2010) opina que entre las necesidades del
cerebro se encuentran el ejercicio físico y la oportunidad de
exploración. El ejercicio regula tres neurotransmisores que
se asocian con el bienestar mental: serotonina, dopamina
y la norepinefina. (Molina, 2010). Además, el cerebro
necesita de una sangre muy oxigenada. El ejercicio provee
al cuerpo la oportunidad de alcanzar niveles de mayor
oxigenación. Un entorno interactivo entre los jóvenes y la
naturaleza provoca ejercicio y, por ende, oxigenación de
forma orgánica.
El espacio educativo ideal para el adolescente,
según María Montessori, es la naturaleza. Este argumento
constituye un debate dentro de los seguidores de la
educación Montessori, puesto que algunos cuestionan si
esta idea surge de un contexto socio histórico científico o
totalmente científico. Por ello existen proyectos educativos
para adolescentes tanto en áreas rurales como en zonas
urbanas. Sin embargo, el debate es uno interpretativo.
La invitación a ubicar las escuelas secundarias en zonas
rurales fue clara y precisa por parte de María Montessori.
El campo, lejos de la velocidad de la ciudad es el lugar
propicio para anclar el espacio educativo para los jóvenes.
Sugirió en su esbozo que los jóvenes se expongan a una
granja en producción, en interacción con la naturaleza y
conocer así la interrelación entre el ser humano y la tierra.
56 |
Planteó varias ideas interesantes respecto a la relación de
la tierra y la juventud dentro de un contexto educativo:
el trabajo en una granja ayuda a canalizar el estallido de
energía física que existe en el período de la adolescencia.
Hoy sabemos que esa práctica trae beneficios al cerebro
y al sistema emocional del joven. Por otro lado, el cultivo
agrícola puede convertirse en una experiencia económica
que conlleve la responsabilidad del manejo del dinero y su
beneficio. Además, en una granja existe la responsabilidad
del cuidado de seres vivientes, plantas y animales. Esto
ofrece la oportunidad de crear la disciplina necesaria en pos
de un bien común y el sentimiento de protección a otros
seres.
Entre los detalles de Montessori para componer el
Erdkinder, sugirió que la educación se realice en una casa
donde el joven se sienta expuesto a los procesos cotidianos
que enfrentará en su vida adulta y sienta la pertenencia
a la misma a través de su cuidado. Ya en la etapa de la
adolescencia, la vida práctica se vive en tamaño natural,
deja de ser un área designada con algunos ejercicios para
fomentar las destrezas del cotidiano. En el Erdkinder, la vida
práctica se vive en el concepto de un hogar.
María Montessori previó que un proyecto de esta
índole recibiría visitas interesadas en conocer el concepto
pedagógico. Por esto incluyó en la propuesta del ambiente
preparado, la posibilidad de contar con un pequeño hostal,
administrado por los adolescentes. Además, la científica
propuso que los jóvenes vivan en la casa -un internado-
en convivencia con un matrimonio, que sea ejemplo y
apoyo. Esto les permitiría adquirir las destrezas de la vida
comunitaria y crear progresivamente una consciencia de lo
que se supone debería ser una sociedad.
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Como material educativo Montessori presentó la
posibilidad de crar laboratorios de investigación, talleres y
hasta un museo de máquinas -para recordar el potencial
humano y el progreso de las civilizaciones-. El taller es un
espacio para la creatividad a través de la madera, la pintura,
la música y el teatro. La auto expresión de los jóvenes es
uno de los elementos fundamentales del silabario de María
Montessori y el taller, un espacio físico para canalizarla.
Sin embargo, es importante recordar que dentro de
este espacio van a continuar existiendo ciertas características
cualitativas propia de los ambientes Montessori: estética,
orden, limpieza y reflejo de las culturas. Estos elementos,
con sus características particulares, sirven como parte de una
educación para la vida y su ausencia, como autocorrección.
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El cerebro del adolescente
María Montessori
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Cerebro en construcción
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pierdes”. Muchas de las investigaciones actuales buscan
comprender qué influye en la etapa de construcción por
parte de la materia gris y qué guía la poda en la fase de
eliminar las conexiones (Casey BJ, Galvan A, Hare TA. ,2005).
Se ha encontrado que las nuevas conexiones tienen
posibilidad de establecerse de manera innata mientras el
joven estudia, realiza algún deporte o practica música. Sin
embargo, cuando un joven se encuentra acostado en el sofá
mirando televisión o jugando video juegos, las conexiones
no corren con la misma suerte, apenas sobreviven.
Otro hallazgo significativo consiste en el proceso
de maduración del lóbulo frontal durante el período de
la adolescencia. La toma de decisiones, la organización, la
planificación, el desarrollo de estrategias son algunas de las
destrezas que se asocian con el lóbulo frontal del cerebro.
Hay dos necesidades que sobresalen durante el
período de la adolescencia: la tendencia a la agrupación
social y la necesidad de manifestar la creatividad.
Cerebro Social
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son las emociones ya que la reactividad emocional y la
sensibilidad durante la adolescencia aumentan trayendo
como consecuencia un desorden afectivo (Silveri, 2004).
Comenta la doctora Beatriz Luna (2006) que el cerebro
del adolescente, en el proceso de convertirse en adulto, se
encuentra en constante cambio, por lo que diferentes partes
del cerebro buscan aprender a trabajar en colaboración.
La empatía, la amistad y la solidaridad son elementos
observables dentro del período de la adolescencia. Estos
componentes constituyen parte del fundamento para el
desarrollo del ser humano social. Comentó Montessori
(1965) que el desarrollo del ser humano social y la sociedad
en sí misma no han ido a la par y justamente este desequilibrio
crea una crisis donde la paz mundial y la humanidad se ven
amenazadas. Por lo tanto, aquella tendencia humana que
observa la neurociencias de parte del adolescente hacia el
aspecto social debe ser aprovechado en su momento pico
para lograr solidificar las capacidades que permiten a los
seres humanos vivir en armonía.
La respuesta escolar a esta necesidad del cerebro
social se ve reflejada en crear espacios para trabajar en
equipo. Justamente éste es un momento propicio o período
sensible, neurológicamente observable, para establecer las
conexiones neurológicas que fomenten la comprensión
del ser humano social y la vida en sociedad. Lograr tal
comprensión es crear semillas para la paz.
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Cerebro Creativo
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bargo, estas acciones arriesgadas son un mecanismo conse-
cuencia de los cambios que ocurren durante este período.
De igual manera se podría citar a los jóvenes que viajan a
un país desconocido para realizar misiones, que defienden
una causa o una persona, que enfrentan sus miedos para
alcanzar sus objetivos, que estudian y también trabajan.
Todos estos casos evidencian la impulsividad y la toma de
decisiones arriesgada que caracteriza a la adolescencia.
Los neurocientíficos explican el aumento de
actividades o comportamientos arriesgados durante la
adolescencia como consecuencia de lo que sucede a nivel
cerebral. Existen varios postulados que buscan explicar
dicho comportamiento. Una posible explicación es que la
falta de madurez de la corteza prefrontal sumada a la alta
actividad emocional causada por los cambios hormonales
podría provocar una toma de decisiones de alto riesgo
(Casey BJ, Galvan A, Hare TA. ,2005).
Durante la adolescencia aumenta la actividad en las
regiones pre frontales del cerebro y por ende, disminuye
en otras regiones. Sin embargo, este proceso del lóbulo
frontal hacia la madurez no es la única justificación sobre el
comportamiento de los adolescentes (Casey BJ, Galvan A,
Hare TA. ,2005).
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conexiones neurológicas que no se necesitan, mientras que
las necesarias se fortalecen con la mielinización. El cerebro
del adolescente, por su lado, aun no ha madurado, su
director de orquesta no tiene las herramientas para dirigir.
Comenta Luna (2006), que en su preparación para dejar el
nido es natural que los jóvenes tomen riesgos. Sin embargo
cabe preguntarse qué tipo de riesgo es natural e intrínseco
en el ser humano y cuál responde a intereses externos.
Otro dato observable: la mayor impulsividad en los
jóvenes que en los adultos. La neurociencia explica esta
conducta desde una perspectiva neurobiológica. El sistema
límbico parece desarrollarse durante la adolescencia en
contraste a la prolongación que se observa en el sistema de
control. Este sistema es un complejo conjunto de estructuras
cerebrales que se centralizan alrededor del tálamo. El
sistema límbico, o “cerebro olfativo”, está compuesto
por el hipotálamo, la amígdala cerebral, el hipocampo, el
núcleo accumbens, las formaciones olfatorias, entre otras.
Para poder comprender la magnitud de este sistema es
menester enumerar algunas de las funciones involucradas
en el proceso de aprendizaje: se encarga de traducir la
información de la memoria a corto plazo en una memoria a
largo plazo para ser archivada, procesa el miedo y el placer,
asocia memorias de dolor, se relaciona a instintos donde
se involucra el hambre, la agresividad, la sexualidad y el
sentido de sobrevivencia (Medina, 2008).
La impulsividad y la toma de decisiones tienen su
origen en los procesos de maduración del cerebro humano
durante la adolescencia. Mientras el ser humano se
encuentra en el transcurso de una construcción neurológica
y biológica, también construye un desarrollo psicosocial.
Ambos factores subyacen en el joven junto con el proceso
66 |
de búsqueda de identidad, de transformación psicológica,
de la necesidad de ser aceptados y de pertenencia a un
grupo. Por lo tanto no es de extrañar que en medio de
tanta ebullición se obtenga una conducta arriesgada. Sin
embargo, esta respuesta a las características y necesidades
puede estar circunscrita a actividades que no pongan en
peligro su vida.
El establecimiento de metas personales ayuda al joven
a controlar sus impulsos. Por lo tanto, cabe preguntarse
qué están haciendo las escuelas para canalizar la energía
impulsiva de los jóvenes. Sabemos que los mismos no
responden al castigo de la misma manera que lo hace un
adulto (Casey BJ, Galvan A, Hare TA. ,2005). ¿Qué reto
estamos ofreciendo como institución a la juventud de
hoy? ¿Es un reto la adquisición de información a través de
las materias académicas para nuestros jóvenes? ¿Un reto
personal?
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PROPUESTA EDUCATIVA Y
EL CEREBRO DEL ADOLESCENTE
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Fines educativos;
Desarrollo de las potencialidades humanas
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de construir un mundo de paz. Las maneras en que entendió
la doctora Montessori que se podría alcanzar estas metas
eran, como ya lo mencionamos oportunamente, a través
de un ambiente preparado y pensando en las características
del individuo de acuerdo a su etapa del desarrollo.
Impulso propio
(1) Independencia
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hacerlo por mí mismo”. Fomentar la independencia en los
educandos no es sinónimo de dejarlos solos, por el contrario
es estar presente para ayudarlos a que solos logren sus
objetivos.
Esta independencia lleva al desarrollo del potencial
y a la responsabilidad; tiene raíces en el autodominio y en
el respeto a las inclinaciones personales. Cada estudiante
tiene un ritmo distinto, respetar su ritmo interno sin dejar
de lado la responsabilidad del trabajo realizado es uno de los
atractivos de los ambientes Montessori. Dicho respeto a los
procesos individuales ha sido en muchos casos confundido
con una educación individualizada. Nada más lejos de
la verdad. La educación Montessori es colectiva, pero
reconoce la individualidad de cada ser humano. El respeto
por los intereses individuales es fomentado a través de la
mayéutica y, a su vez, apreciado por la comunidad escolar.
Dentro de un espacio de enseñanza/aprendizaje se podrá
observar que las destrezas generales son demostradas a
cada joven, sin embrago cada uno tiene el espacio para su
individualidad. Este espacio se ofrece desde el fomento de
algún interés particular, el respeto por el ritmo individual,
el reconocimiento y la apreciación de las características
distintas en cada ser humano.
Montessori (1949) aclaró que se daña el proceso de
independencia cuando se domina al alumno bajo los propios
intereses. El efecto de dominar, imponerse y dirigir de forma
autoritaria va minando la creatividad e individualidad del
joven, o bien produce un efecto contrario, de rebeldía a todo
lo establecido. Cuando se vive la infancia y adolescencia
bajo el mando de un adulto que reprime, en aislamiento y
siendo constantemente aleccionado, se llega a la adultez de
un modo desprovisto. Esta educación hace que los valores
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espirituales se esfumen, las energías creativas se disipen y
el individuo se marchite. Aseguró la científica que el niño
que nunca aprendió a manejarse por sí mismo, a establecer
objetivos para sus propios actos, a ser dueño de su fuerza
de voluntad, se reconoce como un adulto que deja que los
demás lo guíen y siente la necesidad constante de tener la
aprobación de los otros.
Durante la adolescencia el proceso de búsqueda de
independencia se hace notorio y en muchos casos, conflictivo
(Luna, 2006). Al grito del joven por encontrase a sí mismo,
Montessori sugiere ofrecer la oportunidad de escoger, hablar
sobre lo que es la vida en sociedad, valorizar la personalidad
y comprender las necesidades de esta etapa. De esta manera
se puede poner a prueba la energía creadora y establecer un
orden interior que lleve al individuo a la materialización de la
independencia.
74 |
puede convertirse en un riesgo. Es deber de la educación
realzar el valor del joven y ayudarlo a comprender el mundo
que le tocó vivir. Todas las particularidades negativas con que
se asocia la adolescencia no son exclusivas de este período
del desarrollo, podemos ver los mismos comportamientos
en adultos. Por lo tanto, es urgente indagar en la semilla
que germina tales comportamientos y cuestionar el tipo de
abono que la sociedad les ofrece a los jóvenes.
La raíz donde nacen todas esas características
también rinde otro tipo de frutos. Hay que reenfocar los
argumentos sobre la juventud. Las neurociencias informan
sobre procesos que ocurren en el cerebro del adolescente,
sin embargo, ellos no dependen exclusivamente del
cerebro. Lamentablemente hemos decidido tomar como
normal lo que es común y lo común es una consecuencia
del entorno que los adultos hemos creado. La solidaridad, la
empatía, la amistad, el esfuerzo por llegar a ser mejores, la
tenacidad para hacer cambios, la imaginación, son posibles
resultados que nacen de los cambios hormonales y procesos
neurológicos durante la adolescencia. La diferencia radica
en el entorno que se le ofrece al joven y en el rol que juega
la escuela por la valorización de la personalidad.
El ser humano siente la necesidad imperiosa de
esforzarse al máximo para demostrar a sí mismo su valor
(Montessori, 1937).Existen infinidad de organizaciones para
jóvenes que les brindan los medios para que desarrollen
y engrandezcan la personalidad. Entre ellos se encuentran
clubes, los Boys Scout, equipos deportivos, grupos juveniles.
Erick Erickson señaló que en cada etapa de vida existe la
necesidad humana de alcanzar una virtud en particular. El
fin último de dicho proceso es la realización y valorización
propia, lograr una integración total. Hacia este fin se debe
| 75
encaminar la educación. Apuntaba Montessori (1949) que
el ser humano debe darse cuenta de su propia grandeza
para convertirse de forma consciente en quien dirige al
mundo hacia la paz.
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jóvenes a formar parte de la vida social y a desarrollar
disciplina y moral. Enfatizó Montessori (1949) que la
educación de hoy no se opone únicamente a los dictados
de la ciencia sino que además contradice las necesidades
sociales de nuestro tiempo. Por lo tanto, la invitación
consiste en ofrecer experiencias formativas que respondan al
instinto gregario pero que fomenten la toma de conciencia
de la responsabilidad con respecto a la organización
social. Para esto, la escuela debe ofrecer una escalera de
experiencias sociales a medida que pasa de un período de
vida a otro con la perspectiva continua del desarrollo de los
valores humanos. Con esta base se va generando un tipo
de sociedad humana diferente, en un plano más elevado
(Montessori, 1949).
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la paz. Enfatizaba que el desarrollo espiritual es un derecho
(Montessori, 1965).
(5) Moral
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a una necesidad del período de desarrollo, seguido por la
valorización que ofrece el trabajo creativo y a esto se le
suman las prerrogativas descritas por Csikszentmihalyi sobre
el auto control, la empatía, la relajación y la reducción de la
ansiedad (Csikszentmihalyi,1993).
El o la guía
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o la guía realice una presentación debe comprender que
el entusiasmo que demuestre hará una diferencia en la
forma en que el joven reciba el mensaje. El entusiasmo
real y la relevancia a la vida cotidiana forman un arma de
seducción que produce en el joven el deseo de trabajar con
el material presentado. Casey BJ, Galvan A, Hare TA. (2005)
señalan que mientras el cerebro del joven se encuentra
en un proceso de maduración, puede emerger cualquier
debilidad, defecto o herida en el cerebro. Esto explicaría la
razón por la que las enfermedades mentales brotan durante
la adolescencia (Casey, 2005). Por lo tanto, el guía debe
además de facilitar el proceso individual, proveer seguridad
física y emocional al joven en un ambiente seguro donde
los alumnos puedan desarrollarse libremente para obtener
así herramientas necesarias para la vida.
Evaluación
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Silabario:
Plan de estudio y trabajo
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ceñirse a un currículo restringido, debe ir tomando forma
gradualmente. Esto se debe a que, durante este período,
los jóvenes necesitan prepararse para la vida adulta en
sociedad, vida que responde al espíritu de los tiempos.
Por esto, es necesaria la capacidad de adaptar el ambiente
para esta etapa de desarrollo con una mayor flexibilidad del
currículo para la juventud.
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de sensaciones externas que se convierten en lenguaje
eléctrico a ser procesado por el cerebro (Molina, 2008).
Las señales capturadas a través de la visión, audición,
tacto, olfato y gusto son procesadas en nuestro cerebro y
conectadas entre sí con recuerdos previos. Esta integración
sensorial aumenta la activación cerebral en sus áreas
complejas o regiones mayores, por lo que se transforma la
información desde el detalle sencillo a niveles cognoscitivos
de mayor complejidad. Ocurre de igual manera en sentido
contrario: el uso de los sentidos lleva a un nivel conceptual
complejo que requiere ser trabajado al detalle para facilitar
su comprensión.
Entre las recomendaciones concretas curriculares de
Montessori para contribuir con las necesidades innatas de
este período de la vida, se destacan:
| 83
estimulación de la observación, la concentración
y el control del trazo son tácticas que estimulan
el cerebro mediante conexiones neurológicas.
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vimos anteriormente, Montessori señala que durante
la adolescencia el ser humano tiende a la defensa de las
causas justas, la justicia, la vida en sociedad. Es pertinente
entonces que se le ofrezca los espacios para el desarrollo
espiritual y el bienestar de su psiquis.
Dentro del silabario, Montessori propuso tres
materias para la construcción del carácter y, por ende, el
desarrollo de la psiquis: la educación moral, las matemáticas
y el lenguaje. La moral para María Montessori trasciende los
conceptos de no dañar a los demás, perseguir la justicia
o fomentar el amor en las relaciones interpersonales. En
su discurso a las Naciones Unidas del año 1937 explicó la
necesidad de crear acuerdos universales que le diesen al ser
humano la preparación moral para defender la humanidad.
La educación moral que plantea María Montessori es
aquella pues que fomenta la construcción de un mundo de
paz: en el contexto de la educación moral se ha de enseñar
a los jóvenes que todos los seres humanos pertenecemos
a un mismo grupo, más allá de los nacionalismos y de las
razas. Deben, además, comprender la estructura actual de
la sociedad como base para lograr cambios positivos en ella
(Montessori, 1937). Esta visión tiene una pertinencia sin igual
en este momento histórico ya que fomenta la colaboración
internacional a través de la tecnología y la informática. Una
educación moral, desde esta perspectiva es la base para
un trabajo colaborativo que va más allá de nacionalidad,
género, o estatus socio- económico. Esta educación moral
es la fuente del equilibrio espiritual individual y colectivo.
Las matemáticas pueden resultar curiosas como
elementos a ser destacado dentro de esta sección del silabario
propuesto. La perspectiva que llevó a María Montessori a
la incorporación de esta materia en relación al desarrollo
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de la psiquis del adolescente se basa en la importancia
de las destrezas que implica su aprendizaje. En el mundo
actual se requiere la exactitud, el pensamiento lógico,
la organización esquemática, la habilidad de comparar
objetivamente y el razonamiento (Montessori 1949). De esta
enumeración hay dos puntos destacados en la adquisición
de las destrezas señaladas y el desarrollo de la psiquis: el
razonamiento y la capacidad de comprender los conceptos
abstractos. Opinaba la doctora Montessori que el caos
moral es una cara de la moneda de la decadencia psíquica
de la humanidad, la otra cara es la falta de razonamiento
(Montessori, 1932). Las matemáticas, además de fomentar
las conexiones neurológicas que permiten el desarrollo de
los procesos de razonamiento, ayuda a la materialización
de conceptos abstractos. La paz, concepto abstracto, debe
comenzar a ser estudiada de manera formal y científica para
lograr alcanzarla (Montessori, 1949).
El lenguaje, como práctica para fortalecer la psiquis
del joven, es abordado desde la perspectiva que concibe
su desarrollo como parte del desarrollo de la personalidad
(Montessori, 1949). La construcción de la paz mundial y
de la paz interna requiere de la habilidad para expresar
los sentimientos y pensamientos. El poder de las palabras
con respecto a los resultados en la vida personal ha sido
altamente evidenciado. Montessori sostenía la necesidad de
otorgar a los jóvenes, para su desarrollo personal y social,
el conocimiento del mundo de las letras e incluir en los
currículos la habilidad de hablar y escribir en varios idiomas.
El lenguaje, más allá de la clase de idiomas, es un medio de
transformación social.
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Educación para la vida
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adolescentes la oportunidad de relacionarse con procesos
científicos y propiciarían una reflexión filosófica sobre
cómo la inteligencia humana ha creado posibilidades
de construcción y también de destrucción en muchos
casos. Las máquinas y su relación con el desarrollo de
las civilizaciones son prueba del poder de la colectividad
humana (Montessori, 1949).
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Reflexiones
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Caminante no hay camino;
Se hace camino al andar
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a develar, es menester su atención, puesto que encierra la
respuesta a cada período sensible y sabemos que si somos
respetuosos de la experiencia educativa que el período
requiere, las potencialidades humanas se manifiestan y las
conexiones se asientan.
Comentó María Montessori (1937) que es interesante
ver cómo los rasgos de la personalidad que se consideran
normales y se encuentran en niños de todas las razas y
condiciones sociales (mentir, ser desordenados, tener
berrinches, pasar el tiempo fantaseando) desaparecen y
da lugar a rasgos completamente distintos en un medio
donde el niño puede desarrollarse con libertad. El carácter
de los niños cambia mediante una actividad tranquila y
constructiva que desarrolle su inteligencia. Lo que debemos
y podemos hacer es propiciar las condiciones aptas para un
desarrollo normal -normal no es común-.
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Después de todo, todo es orgánico,
dinámico y constante
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hoy no es igual al joven del ayer.María Montessori (1949)
invita a la escuela secundaria a que abra las puertas al
desarrollo de la personalidad y de la organización social,
permitiendo no sólo un tiempo de estudio sino también
de práctica en las destrezas manuales e intelectuales. La
personalidad humana tiene que contar con la oportunidad
de materializar cada una de sus capacidades. Casey BJ,
Galvan A, Hare TA (2005), entienden que el crecimiento
exuberante durante la pubertad da al cerebro un potencial
enorme. Es el momento para desarrollar muchas áreas del
saber y quienes influyen en este proceso son los padres y
madres, los guías y maestros, la sociedad, la nutrición y las
bacterias. Los científicos afirman que aún queda mucho
camino por recorrer, pero siempre es importante recordar
el principio “lo usas o lo pierdes” .
94 |
REFERENCIAS
| 95
Csikszentmihalyi M, Larson R, Prescott S. (1997). The ecology
of adolescent activity and experience. Journal of Youth and
Adolescence;6:281–294.
96 |
Jensen, E. (2000). Brain-based learning. San Diego: The brain
store.
| 97
Montessori, M. ( 1948). The discovery of the child. London: The
Theosophical Publishing House.
Standing, E. (1962)
Trends Cogn Sci. (2005) Feb; 9 (2): 69-74 Cognitive and effective
development in adolescence
Department of Psychology, Temple University, Philadelphia, PA
19122, USA.
98 |
Impreso por Editorial Brujas • junio de 2012 • Córdoba–Argentina