Tema 1 La Quiebra Del Antiguo Regimen
Tema 1 La Quiebra Del Antiguo Regimen
Tema 1 La Quiebra Del Antiguo Regimen
• Política. La forma de gobierno era la monarquía absoluta, caracterizada por la concentración de todo el poder en manos del rey.
• Sociedad. Estaba dividida en estamentos, con desigualdades políticas y fiscales; entre ellos. La nobleza y el clero eran los privilegiados, y el
tercer Estado era el grupo de los no privilegiados.
• Economía. Se caracterizaba por el peso del sector agrario, que ocupaba a la mayoría de la población. La artesanía y el comercio,
organizados y regulados por los gremios, completaban la actividad económica.
Los críticos del absolutismo El principal defensor del parlamentarismo en el siglo XVII fue John Locke. En sus dos Tratados sobre el gobierno
civil sostenía que el individuo goza de una serie de derechos inalienables, como la vida, la propiedad y la felicidad. Para Locke, la soberanía
residía en los individuos, y para evitar la arbitrariedad del gobierno defendía la separación de poderes entre el poder legislativo, el ejecutivo y
el judicial.
2.- La Economía del Antiguo Régimen:
La economía del Antiguo Régimen era de base agraria y fuertemente dependiente del ciclo agrícola, por lo que los años de malas cosechas
traían hambrunas y calamidades. En las ciudades, el trabajo artesanal y el comercio eran las principales actividades.
Como complemento a la agricultura se practicaba la ganadería, sobre todo la ovina y la bovina. La mayoría de los rebaños estaban en manos
de los estamentos privilegiados, y pastaban en campos abiertos y tierras comunales.
Las transformaciones del sector agrario: A partir del siglo XVII se introdujeron profundos cambios en la agricultura que se vieron favorecidos
por la difusión de la fisiocracia*. La introducción de la rotación cuadrienal (Doc. 3), la proliferación de nuevos cultivos, como el maíz, el
tomate o la remolacha, la mejora en los útiles de labranza o la selección de las semillas permitieron una mejor alimentación.
· En Gran Bretaña se llevó a cabo un proceso de privatización y cerramiento de las tierras denominado enclosure, que favoreció que los
propietarios buscasen mayor rentabilidad introduciendo nuevas técnicas e intensificando los cultivos.
· En las colonias europeas de América y de las Indias Orientales se expandió el sistema de plantaciones, monocultivos en los que se
obtenían abundantes cosechas de algodón, tabaco, cacao, azúcar y otros productos para su exportación a Europa.
Para evadir el control gremial, algunos comerciantes empezaron a utilizar el domestic system, que trasladaba la producción a las zonas
rurales, donde los campe- sinos se convertían en artesanos en períodos de inactividad agrícola; además, los maestros más innovadores se
establecieron fuera de las ciudades.
Desde mediados del siglo XVIII, aparecieron en Gran Bretaña grandes talleres que agrupaban a cientos de trabajadores, lo que incrementó la
productividad y los beneficios.
Surgieron entonces las primeras fábricas manufactureras, que posteriormente impulsarían la innovación tecnológica que terminó
desembocando en la Revolución Industrial.
2.3. Las actividades comerciales. El comercio interior se realizaba por caminos, ríos y canales mediante carruajes y barcos de vela
o remo, aunque se veía dificultado por la existencia de aduanas interiores que encarecían el transporte. El comercio más activo era el de
grano, debido a su importancia para la alimentación.
Desde el siglo XVI, el comercio ultramarino se vio favorecido por la reapertura de las rutas con Oriente y el establecimiento de nuevas zonas
comerciales en América y África. La lucha por el control de las rutas marítimas enfrentó a las principales potencias europeas, sobre todo a la
Monarquía Hispánica contra Inglaterra y Holanda, países que, a través de la fundación de la Compañía Inglesa de las Indias Orientales (1600)
y la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales (1602), impulsaron la economía y la influencia de ambos países.
1. Las transformaciones del sector comercial. Durante el siglo XVIII se vivió una notable expansión del comercio. Las mejoras en la
construcción de caminos y canales y la progresiva eliminación de aduanas internas permitieron mejorar el comercio interior. Respecto
al comercio exterior, se incrementó gracias a la creación de nuevos puertos, a los avances en las técnicas de navegación, la
construcción de navíos y la expansión de las sociedades mercantiles protegidas por las monarquías.
2. Se configuró así el capitalismo comercial, basado en el comercio triangular entre Europa, África y América y que convirtió a Gran
Bretaña en la principal potencia marítima. Este país exportaba a África todo tipo de productos (sobre todo, manufacturas, alcohol,
armas y joyas) a cambio de esclavos con destino a las plantaciones de América del norte, donde eran intercambiados por azúcar,
tabaco, plata y otros productos con destino a Europa.
3. La expansión del comercio ultramarino dio lugar a la formación de una economía del mundo . La consiguiente acumulación de
capitales favoreció en Gran Bretaña las actividades manufactureras que terminaron por impulsar la Revolución Industrial.
3.1. La nobleza.
El estamento nobiliario procedía de la nobleza feudal medieval; su poder, fundamentado en la función militar, se fue transformando
progresivamente como elemento de afirmación de la autoridad real. Se trataba de un grupo muy reducido al que se pertenecía por
nacimiento y al que solo se podía acceder por voluntad del rey, que otorgaba títulos nobiliarios por los servicios prestados a la Corona.
La nobleza mantuvo los privilegios por su apoyo al rey, y sus miembros se emplearon en la administración y el ejército a cambio de cargos,
rentas y propiedades, que transmitían a sus descendientes mediante la institución del mayorazgo que impedía dividir los bienes heredados
que solo heredaba el primogénito; así, llegaron a acumular patrimonios constituidos por extensas propiedades de tierra en las que gozaban
de amplias atribuciones, como la administración de justicia, el nombramiento de cargos o el cobro de impuestos.
Dentro de la nobleza, había un reducido grupo que formaba la aristocracia y que estaba compuesto por los títulos de mayor abolengo. El
resto conformaba la baja nobleza, con recursos reducidos y limitaciones en el acceso a los cargos públicos.
3.2. El clero.
Estaba formado por los miembros del clero, tanto el Clero secular los que administraban los sacramentos y pertenecía a la sociedad como el
Clero regular que vivía según los preceptos de las órdenes religiosas como los Franciscanos, Dominicos, Benedictinos etc....
Durante la Edad Media, la Iglesia se había convertido en fuente de legitimación del poder real. Para afirmar su autoridad frente a la nobleza,
los reyes buscaron el apoyo de las autoridades religiosas, que a cambio recibieron importantes privilegios y fueron recompensados con
extensas propiedades.
Durante el Antiguo Régimen, la Iglesia gozaba de enorme influencia como fuente de derecho, al ser considerada representante de Dios en
la tierra. Por ello, estaba exenta de pagar impuestos, percibía diversos tributos y disfrutaba de propiedades.
Su influencia le procuró ingresos adicionales gracias a las frecuentes donaciones.
En la institución eclesiástica también se podía diferenciar un alto clero, formado por los principales cargos eclesiásticos y que procedía de
las familias nobiliarias, y el bajo clero, constituido por sacerdotes y frailes y que gozaba de un nivel de vida y rentas mucho más modesto.
· Los campesinos. Era el grupo más numeroso y presentaban condiciones de vida muy diversas.
En Europa Central y Oriental predominaba la gran propiedad en manos de la nobleza y la Iglesia, por lo que el campesinado estaba
sometido a la servidumbre.
En Europa Occidental los grandes señoríos convivían con la mediana y pequeña propiedad, por lo que había campesinos
propietarios o arrendatarios de las propiedades señoriales que gozaban de una situación más desahogada.
Todos ellos, sin embargo, estaban sometidos al pago de tributos, así como a las obligaciones señoriales y a la justicia administrada por los
grupos privilegiados.
· Los artesanos cuyos oficios estaban regidos por los gremios. Estas asociaciones controlaban el acceso a los oficios y eran responsables de la
producción y la comercialización de las manufacturas. El trabajo gremial se organizaba bajo una rígida estructura profesional en la que los
maestros dominaban los oficios, al ser los propietarios de los talleres y los responsables de la organización del trabajo y de la producción.
Bajo su supervisión trabajaban un conjunto de oficiales y aprendices.
· La burguesía: El crecimiento de las ciudades y el fortalecimiento de las actividades comerciales, financieras y manufactureras
incrementaron el poder económico, social y político de la burguesía. Su influencia fue aumentando con el paso del tiempo; sin embargo, su
pertenencia al tercer Estado situaba a sus miembros en una posición de inferioridad frente a los estamentos privilegiados, lo que exacerbaba
el descontento
en una burguesía cada vez más poderosa desde un punto de vista económico.
El clero y la nobleza vieron así cuestionada su posición y, frente a las viejas estructuras, basadas en el nacimiento y la sangre, se planteó un
nuevo orden social fundamentado en la posesión de riqueza y en las capacidades del individuo. El alcance limitado de las reformas
emprendidas por los reyes durante el siglo XVIII sembró el descontento de la clase burguesa y llevó a muchos de sus miembros a sumarse a la
causa de las revoluciones liberales.
• Racionalismo. Inspirados por el filósofo francés René Descartes, los ilustrados consideraban que la razón humana era la herramienta para
comprender el mundo y la base del pensamiento científico.
• Empirismo. Sostenía que el fundamento del conocimiento era la experiencia adquirida mediante los sentidos. Sus representantes más
destacados fueron los pensadores británicos Francis Bacon y David Hume.
• Cientifismo. Los descubrimientos científicos de la época extendieron la certeza de que la ciencia moderna era capaz de descifrar las leyes
de la naturaleza para ponerlas al servicio de la humanidad.
• Libertad de pensamiento. Esta defensa llevó a los ilustrados a criticar el poder absoluto y el poder de la Iglesia, sobre todo el del papado.
• Progreso. Según los ilustrados, la humanidad seguía una línea ascendente que la llevaría a alcanzar la felicidad. Esta convicción derivó en la
formulación de la teoría del progreso, del filósofo francés Condorcet.
• Educación. El progreso de la sociedad se vinculaba a la instrucción pública. Por ello se fundaron sociedades y academias siguiendo el
ejemplo de la Royal Society de Londres (1660) y la Academia de Ciencias de Francia (1666).
• Crítica social. Los ilustrados desplegaron una intensa crítica contra la sociedad del Antiguo Régimen por el excesivo protagonismo de la
religión, la pervivencia de la superstición, el peso de la tradición y la perpetuación de los privilegios.
• Reformismo. Consideraban que el fin del Estado era lograr el bienestar y procurar la felicidad de sus ciudadanos, y trataron de influir en los
monarcas para que pusieran en marcha un programa de reformas.
• España. El primer rey reformista fue Fernando VI (1746-1759), quien contó con el apoyo del marqués de la Ensenada. No obstante, quien
mejor ejemplificó el modelo fue Carlos III (1759-1788), con la colaboración de destacados ministros, como Esquilache, Campomanes,
Olavide, el conde de Floridablanca y el conde de Aranda llevó a cabo numerosas reformas. Entre ellas, sobresalen el impulso a la política
urbanística de Madrid, la expulsión de los jesuitas en el año 1766, la creación de las Sociedades Económicas de Amigos del País para difundir
los adelantos técnicos y económicos, la colonización de nuevas tierras anteriormente despobladas y la liberalización del comercio con
América.
Las políticas reformistas de los ilustrados hallaron la oposición de los sectores más tradicionales de la nobleza y el clero. Muchas reformas
cuestionaban la existencia de los privilegios estamentales, lo que enfrentaba al despotismo ilustrado contra sus propios intereses, ya que
debilitaba a las bases sociales del absolutismo.
El telégrafo
1. En 1794, el francés Claude Chappe creó el telégrafo óptico, capaz de transmitir de forma visual símbolos entre torres ubicadas en las
partes altas de las rutas de comunicaciones. El primer mensaje emitido atravesó 230 kilómetros en menos de una hora, y en él se
comunicaba la victoria francesa en la guerra contra Austria.
2. Después, Napoleón, impulsó el tendido de redes de telegrafía óptica.
3. En 1833 se instaló la primera línea de telegrafía electromagnética en Alemania. Wilhelm Weber y Carl Friedrich Gauss lograron con
ello la primera aplicación práctica de una nueva forma de energía: la electricidad.
4. En 1865 se inauguró la primera gran empresa de telegrafía intercontinental. Su servicio entre Inglaterra y la India se basaba en el
novedoso cableado submarino, que un año más tarde ya unía Europa y América.
5. En pocos años, los cinco continentes quedaron conectados a través del telégrafo.
6. El nuevo ingenio modificó la realidad social mundial gracias a la comunicación prácticamente instantánea, con importantes
consecuencias:
• El control de los Gobiernos sobre sus administraciones nacionales e imperios coloniales se hizo rápido y efectivo.
• Las transacciones económicas se agilizaron, lo que dio el empuje definitivo al desarrollo de las Bolsas como mercados de
valores.
• Surgió la prensa de información contemporánea, que ya podía, a través de la figura del corresponsal, transmitir de forma
inmediata información remota.
El correo
1. En la segunda mitad del siglo XVIII, los gobiernos europeos habían asumido el control directo del Correo, al que convirtieron en
servicio público; esta decisión estaba en consonancia con el modelo centralista de Estado, que requería una rápida comunicación
entre el Gobierno y las administraciones provinciales y locales.
2. Como consecuencia, se abarataron las tarifas postales y los pagos se simplificaron con nuevos sistemas como el sello.
3. Por otra parte, la mejora continua de las infraestructuras y los transportes agilizó la circulación del correo.
4. Las comodidades que ahora ofrecía el correo facilitaron de forma paralela las comunicaciones entre los agentes comerciales y
articularon las bases de los mercados nacionales.
5. También incentivaron el modelo de suscripción a publicaciones periódicas y fomentaron el desarrollo de la prensa escrita.
El retraso con el que la Europa continental empezó el proceso de industrialización respecto de Gran Bretaña no impidió que algunos países
alcanzaran niveles de producción más que aceptables en la segunda mitad del siglo XIX. Los más destacados fueron Bélgica, Francia y
Alemania, mientras que en el resto el proceso estuvo localizado en regiones muy concretas.
Bélgica
Desde su independencia nacional de Países Bajos en 1831, la industrialización belga estuvo dominada por la intervención estatal, que llegó a
financiar y explotar una estratégica red ferroviaria conectada con Francia y Alemania. Los sectores más desarrollados en Bélgica fueron la
minería, gracias a las minas de hulla y al monopolio del zinc en Europa, y la banca, entra las principales de Europa.
Francia
La industrialización arrancó en 1830, pero lo hizo tímidamente, frenada por los propietarios agrarios y los artesanos; además la excelente red
de comunicaciones de la época revolucionaria retraso la necesidad de invertir en el sector. El desarrollo industrial francés se intensificó a
partir de 1850 en zonas localizadas, en las que prosperaron los sectores financiero, ferroviario y metalúrgico. Además, la expansión colonial
y la internacionalización del capital francés fomentaron las inversiones en el exterior.
Alemania
La Confederación Germánica estaba compuesta por 39 estados. La ausencia de un espacio económico común dificultaba la expansión
económica e industrial, por lo que en 1834 se creó el Zollverein, o Unión Aduanera, que al permitir la eliminación de aduanas interiores
fomentó el desarrollo industrial.
La abundancia de hierro y carbón en zonas como la cuenca del Ruhr o Silesia relanzaron la siderurgia, animada por la rápida expansión del
ferrocarril y por un dinámico sector textil.
A pesar del retraso inicial, en 1890 Alemania era ya la primera potencia industrial de Europa.