Hora Santa Corpus Christi
Hora Santa Corpus Christi
Hora Santa Corpus Christi
Corpus Christi
Canto: Cantemos al amor de los amores
Gracias Señor, porque en la última cena partiste tu pan y vino en infinitos trozos, para
saciar nuestra hambre y nuestra sed.
Gracias Señor, porque en el pan y el vino nos entregas tu vida y nos llenas de tu
presencia.
Gracias Señor, porque nos amaste hasta el final, hasta el extremo que se puede amar:
morir por otro, dar la vida por otro.
Gracias Señor, porque quisiste celebrar tu entrega, en torno a una mesa con tus
amigos, para que fuesen una comunidad de amor.
Gracias Señor, porque en la eucaristía nos haces UNO contigo, nos unes a tu vida, en
la medida en que estamos dispuestos a entregar la nuestra.
Gracias, Señor, porque todo el día puede ser una preparación para celebrar y
compartir la eucaristía.
Gracias, Señor, porque todos los días puedo volver a empezar, y continuar mi camino
de fraternidad con mis hermanos, y mi camino de transformación en ti. Amen
LECTOR:
DEL SALMO 66
El Señor tenga piedad y nos bendiga, y gobiernas las naciones de la tierra. R/.
ilumine su rostro sobre nosotros
conozca la tierra tus caminos, Oh Dios, que te alaben los pueblos,
todos los pueblos tu salvación. R/. que todos los pueblos te alaben.
La tierra ha dado su fruto,
Oh Dios, que te alaben los pueblos, nos bendice el Señor, nuestro Dios.
que todos los pueblos te alaben. Que Dios nos bendiga;
Que canten de alegría las naciones, que le teman hasta los confines del
porque riges el mundo con justicia, orbe. R/.
riges los pueblos con rectitud
MONITOR: Ante la presencia del Señor sacramentado pidámosle perdón de nuestras
faltas y pecados e imploremos de su bondad su misericordia diciendo:
Oremos: Señor, por el misterio pascual has redimido y salvado a los hombres;
concédenos que, arrepentidos de nuestros pecados, podamos adorarte y venerarte en
el Sacramento del altar. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Padre Rola:
DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS (Lc 9, 11-17)
En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar a la multitud del reino de Dios y curó a los
que lo necesitaban. Caía la tarde, y los Doce se le acercaron a decirle: — «Despide a
la gente; que vayan a los pueblos y caseríos de los alrededores a buscar alojamiento y
comida, porque aquí estamos en un lugar deshabitado». Él les contestó: — «Denles
ustedes de comer». Ellos replicaron: — «No tenemos más que cinco panes y dos
peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para toda esta gente». Porque eran
unos cinco mil hombres. Jesús dijo a sus discípulos: — «Háganlos sentar en grupos
de alrededor de cincuenta». Lo hicieron así, y todos se sentaron. Él, tomando los cinco
panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los
partió y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Todos comieron
hasta saciarse y con lo que sobró se llenaron doce canastas.
PALABRA DEL SEÑOR.
MONITOR
En el evangelio que acabamos de escuchar nos dice que en aquel tiempo Jesús se
puso a hablar a la gente acerca del Reino de Dios y curó a los que lo necesitaban.
Caía ya la tarde y los discípulos se le acercaron para pedirle que despidiera a la gente
como diciendo: ya se terminó el trabajo, es hora de irse a casa. Pero Jesús sentía otra
cosa. Jesús se daba cuenta de que la gente lo seguía porque quería estar con Él.
LECTOR
Nosotros sabemos que sólo Jesús es el Pan de Vida. El Padre nos lo ha dado. Hay un
solo Pan vivo y verdadero que nació en Belén, creció en Nazaret, murió en el Calvario
y resucitó el domingo: Jesucristo, nuestro Señor.
Así mismo, el Señor nos pide que lo ayudemos a repartirse como Pan, quiere estar
cerca de la gente que lo necesita a través de nuestras acciones, de nuestro
testimonio.
Jesucristo, Pan de vida quiere que lo ayudemos a darse, a partirse para estar, a ser
pan para alimentar y a repartirse para unir, para unirnos a todos en torno a sí: a
nuestras familias y a nuestro pueblo.
MONITOR
El Señor no sólo tiene el amor de darse sino la delicadeza de hacernos participar en la
dulce tarea de repartirlo. Y al repartirlo nos hacemos Comunidad. Porque el Pan crea
vínculos, hace que nos quedemos, que trabajemos juntos para prepararlo y luego
hagamos sobremesa para agradecerlo.
Es tan especial la comunión que el Señor gesta con la Eucaristía, que quiso dejar en
su Iglesia a personas que consagran su vida entera al servicio del Pan. Los
sacerdotes, ellos hacen que el Pan de Vida esté siempre al alcance del Pueblo de
Dios. Rezamos hoy especialmente por ellos.
Les damos las gracias por hacer presente a Jesús en medio de nuestra vida cotidiana,
en cada perdón, en cada unción, en cada Eucaristía.
LECTOR
¡Alabado sea el santísimo Pan del Cielo, que nuestro Padre nos da!
Acerquémonos a él Pan de vida, roguémosle al Señor que se quede con nosotros.
Pidámosle de corazón: Señor, danos siempre de este Pan.
Recibamos y compartamos con todo nuestro amor el Pan de Vida en esta fiesta de
Corpus Christi. Pan recibido, Pan compartido.
MONITOR
Oremos en silencio a Jesús Sacramentado, agradezcamos su presencia real.
(minutos de silencio)
Canto: Gloria
Bendición