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El Plpito del Tabernculo Metropolitano
Ayudas Para La Plena Certidumbre
NO. 1791 SERMN PREDICADO LA MAANA DEL DOMINGO 20 DE JULIO POR CHARLES HADDON SPURGEON EN EL TABERNCULO METROPOLITANO, NEWINGTON, LONDRES.
Estas cosas os he escrito a vosotros que creis en el nombre del Hijo
de Dios, para que sepis que tenis vida eterna, y para que creis en el nombre del Hijo de Dios. 1 Juan 5: 13. Cun sencillo es todo esto! Juan tena alas de guila para remontarse a las alturas y ojos de guila que le permitan penetrar en los grandes misterios, y, sin embargo, de todos los escritores del Antiguo o del Nuevo Testamento, Juan es uno de los que escribe con mayor sencillez. No se esfuerza nunca por mostrarnos la grandeza de su mente o lo grandioso de su retrica; por el contrario, habla cual nio a quienes son nios en la escuela del amor. Yo quisiera que todos los que procuramos ensear a otros recordramos esto y que nuestra presencia menguara en nuestra leccin. Es igualmente notable cun prctico es Juan. Cuando escribe, siempre tiene una intencin digna en cada lnea: stas se han escrito, dice, y explica cul era el propsito al escribir el registro. Estas epstolas no estn escritas para deslumbrarnos, ni para conducirnos a la especulacin, ni para gratificar nuestra curiosidad, sino que han sido escritas para que sepis que tenis vida eterna. El objetivo prctico pudiera parecer algo trivial para los muy ambiciosos entusiastas del pensamiento moderno, pero Juan senta una profunda veneracin por asuntos que los modernos desprecian. Los lugares comunes de la teologa son los pastos ms verdes en los que las ovejas de Dios se alimentan y descansan. Es de muchsimo mayor provecho para nosotros saber que tenemos vida eterna que ser capaces de predecir el futuro de los imperios o prever el destino de los reyes. Es de ms importancia prctica para nosotros saber que tenemos vida eterna que ser capaces de explicar todos los misterios o que hablar en lenguas. Juan acta de acuerdo a su amoroso corazn cuando escribe para guiar a sus hermanos a un conocimiento cierto de su posesin personal de la vida eterna.
Comunica su propsito para que l mismo pueda servir de ayuda
para lograrlo, pues al informar a los hombres de entendimiento el motivo por el que escribe, los incita a ver su propsito y a avenirse a l. Estas cosas os he escrito a vosotros que creis en el nombre del Hijo de Dios, para sepis que tenis vida eterna, y para que creis en el nombre del Hijo de Dios. Queridos amigos, si este es el designio del inspirado apstol, no nos tardemos en cooperar con l; oremos esta maana pidiendo la plena certidumbre de la fe para que sepamos con certeza que la vida eterna palpita en nuestros corazones. Que ustedes que no han credo en Jess sientan un ferviente deseo en el interior de sus espritus de dar ese paso preliminar y se conviertan as en creyentes en el Hijo de Dios. Entonces, vayan al texto y consideren con nosotros, primero, para quin fue escrito: Estas cosas os he escrito a vosotros que creis en el nombre del Hijo de Dios; en segundo lugar, con qu fin fue escrito: Para que sepis que tenis vida eterna. Esto nos conducir a considerar, en tercer lugar, cmo lo escrito en esta epstola conduce a esta bendita confianza; y luego, por ltimo, tendr que solicitar su atencin a un asunto agregado que nunca es olvidado por Juan, aun cuando escribe con el propsito de promover la ms elevada forma del logro cristiano: para que creis en el nombre del Hijo de Dios. Ellos ya crean en el sagrado nombre; con todo, segua siendo una parte de su propsito confirmarlos en esa fe, y conducirlos a grados ms elevados de ella. Que el Espritu Santo haga provechosa nuestra meditacin. I. Primero, entonces, brevemente, PARA QUIN FUE ESCRITO ESTO? Es importante observar el destinatario de una carta, pues yo pudiera estar leyendo una comunicacin dirigida a alguien ms, y si contuviera buenas nuevas, podra estarme engaando si me apropiara de esas nuevas. Esta epstola y este texto especfico en ella fueron escritos para todos aquellos que creen en el nombre del Hijo de Dios. En una parte de la epstola dice: Os escribo a vosotros, hijitos; luego dice: Os he escrito a vosotros, jvenes; ms adelante dice: Os he escrito a vosotros, padres; pero aqu les escribe a bebs, a jvenes, y a padres englobados bajo la nica descripcin incluyente de quienes han credo en el nombre del Hijo de Dios. Nuestro discurso es, por tanto, para todos los que son creyentes en Cristo. Hijito, t que acabas de comenzar la vida espiritual, quisiramos que llegaras a tener la confianza de que tienes vida eterna. Joven que luchas 2
enconadamente con el pecado, quisiramos verte fortalecido para tu
conflicto por saber que tienes vida eterna. Y ustedes, padres, esperemos que no hayan llegado hasta este punto sin ese conocimiento; pero ya sea que lo hicieran o no, estas cosas estn escritas para que en sus aos maduros ustedes lleguen a alcanzar la plena conviccin de que la vida de Dios es robusta en su interior. Ninguna persona, ya sea joven o vieja, est excluida de este texto a menos que sea una persona incrdula. Este texto no est escrito para incrdulos: es para todos los que confan en Jess, pero no es para nadie ms. Si ustedes preguntan por qu no est dirigido a los incrdulos, yo respondo, simplemente, que es porque sera ridculo desear que las personas tuvieran la certidumbre de algo que no es cierto. Juan nunca dese que un hombre que no hubiera credo en Jesucristo pensara siquiera que tena vida eterna, pues eso sera un error fatal. El que rehsa creer en el Hijo no ver la vida; cmo, entonces, pudiera tener la seguridad de poseerla? La fe antecede necesariamente a la certidumbre; se tiene que tener primero la hierba de la fe antes de que se pueda tener el grano maduro de la certidumbre. Queridos amigos, no sueen con tener la certeza de la salvacin sin haberse asegurado de que se han confiado al Salvador crucificado. La expiacin presentada por Jesucristo, el Hijo de Dios, da la seguridad de la salvacin a todos los que confen en ella, pero a nadie ms. Eso sera cambiar el orden estipulado de las cosas; sera hacerles a ustedes un dao real y tal vez fatal si los condujramos a dar por sentado que tienen vida eterna antes de que hubieran credo sin reservas en el Seor Jesucristo. El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehsa creer en el Hijo no ver la vida, sino que la ira de Dios est sobre l. Hablo, por tanto, a todos los que han venido a Cristo, prescindiendo de cun imperfecta y subdesarrollada pudiera ser todava su vida espiritual, pero no invito a nadie ms al banquete de la gozosa confianza. Como con una encendida espada desenvainada, las palabras de Juan guardan el camino como lo hizo el querubn a la puerta del Paraso; sus palabras: Estas cosas os he escrito a vosotros que creis en el nombre del Hijo de Dios, impiden que todo aquel que no hubiere credo en Jess soara con tener la vida eterna. Qu tienes que ver con el reposo, y la paz, y la bienaventuranza de la plena seguridad, a menos que hubieras recibido al Salvador designado en la confianza de tu corazn? Podemos deducir de este comunicado dirigido a todo el pueblo de Dios y a nadie ms, que en el mundo hay algunos verdaderos creyentes que no saben que tienen la vida eterna. Un nmero muy 3
notable de verdaderos creyentes desconoce este hecho alentador.
Por ejemplo, ciertos cristianos creen que aun si son salvos ahora todava pudieran perderse; que aun si tienen la vida de Dios en ellos, esa vida pudiera extinguirse. Amados, yo ruego por ustedes pidiendo que sepan que tienen vida eterna, y no una vida temporal. La vida que imparte el Espritu Santo al creyente no es una cosa de das y semanas y meses y aos; su morada est en la regin de la eternidad. La vida que Dios pone en nosotros es prcticamente una vida divina gracias a la cual somos hechos participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupcin que hay en el mundo a causa de la concupiscencia. Fuimos engendrados de nuevo a una vigorosa o viva esperanza en el da de nuestra regeneracin. El nuevo nacimiento de lo alto por el Espritu de Dios es un nacimiento a una vida interminable. Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. Junto al pozo de Samaria nuestro Seor nos da otra figura: El que bebiere del agua que yo le dar, no tendr sed jams; sino que el agua que yo le dar ser en l una fuente de agua que salte para vida eterna. Muchos imaginan que este manantial puede fallar. No me aventurar a decir cunto consuelo pierden los amados hijos de Dios porque no captan la absoluta inmortalidad de la nueva vida; pero esto s dir: que para m es la propia corona y gloria del Evangelio que si yo recibo a Jess en mi alma y el Espritu Santo me imparte la nueva vida, recibo una bendicin eterna. No ha dicho Jess: Yo doy a mis ovejas vida eterna; y no perecern jams, ni nadie las arrebatar de mi mano? Adems, un gran nmero de miembros del pueblo de Cristo que pudieran ser perfectamente sanos en la visin doctrinal de la naturaleza de esta vida, no saben que la poseen en este momento presente si son creyentes. Me he dado cuenta de que cuando tratan de escribir sobre este texto, aun los comentaristas y la mayor parte de los predicadores que nos han dejado sermones impresos al respecto leen el texto como si dijera: para que ustedes sepan que tendrn vida eterna. Hablan acerca de la plena seguridad de que un da habremos de entrar en la gloria. Les pido que me disculpen, pero el texto no dice nada de ese tipo; es para que sepis que tenis vida eterna, aun aqu, en esta hora presente. La vida espiritual que est en el creyente en este momento es la misma vida que estar en l en el cielo. La vida de gracia es la vida de gloria en ciernes: es la misma vida, slo que es menos desarrollada. En el artculo de la muerte no recibiremos otra vida que la que tenemos mientras moramos temporalmente aqu abajo. La muerte pone un sello en lo que es, pero no produce nada. Tiene que haber un cambio muy palpable 4
obrado en el cuerpo, pero en cuanto al espritu, la vida de Dios que
est en l ahora es la vida que morar en l a lo largo de toda la eternidad. Nuestra vida de fe es vida eterna. Queremos que los hijos de Dios que creen en Jess estn convencidos de que la llama sagrada que enciende su lmpara hoy es el mismo fuego que brillar delante del trono de Dios por siempre; ellos ya han comenzado a ejercitar esas santas emociones de deleite y gozo que sern su cielo; ellos ya poseen en alguna medida esas percepciones y esas facultades que sern suyas en la gloria. Recordemos eso y sepamos que, como creyentes, nosotros tenemos vida eterna. Adems, hay algunos cristianos que creen en todo esto y cuya teora es perfectamente correcta, pero, con todo, cada uno de ellos clama: yo necesito saber que tengo vida eterna. Necesito una ms plena certidumbre de salvacin de la que ya he conseguido. Ese es tambin nuestro deseo para ustedes, pues si saben que han credo en Jess han sido ciertamente vivificados con la vida eterna y deberan saberlo. Pero el texto est dirigido exclusivamente a quienes han credo. Si t no has credo en el glorioso nombre del Bienamado, entonces acude de inmediato y pon tu confianza en l. Este es el Evangelio para todo incrdulo: Cree en el Seor Jesucristo y sers salvo. Pues el que creyere y fuere bautizado, ser salvo; mas el que no creyere, ser condenado. Un incrdulo puede tener una seguridad de que se perder, pero no puede tener una certeza de ser salvo, o de que alguna vez lo ser. Primero, cree en el nombre del Hijo de Dios, quien apareci para quitar el pecado. Confa en Su gloriosa Persona, en Su obra terminada, en Su sacrificio acepto, en Su intercesin prevaleciente y en Su glorioso advenimiento que todava ha de suceder. Mralo a l, y s salvo. Descansa sobre el nico fundamento que Dios ha puesto en Sion, y entonces a ti te ser enviada la palabra de esta consolacin, pero slo entonces. II. Entonces, en segundo lugar, tengo que mencionar ahora CON QU FIN HA ESCRITO JUAN. Cuando l dice: Para que sepis que tenis vida eterna, pienso que lo primero que quiso decir es que sepan que todo aquel que cree en Jesucristo tiene vida eterna. Esto no es un hecho acerca de ti y de unos cuantos solamente, sino que es una verdad general: todo aquel que crea en el nombre del Hijo de Dios tiene vida eterna. No podemos dudar de eso; no es un asunto de inferencia y deduccin sino que es una revelacin de Dios. No has de formarte una opinin 5
al respecto, sino que has de creerlo pues el Seor lo ha dicho.
Escucha estas palabras: 1 Juan 5: 1: Todo aquel que cree que Jess es el Cristo, es nacido de Dios. As lo dice el Espritu de Dios y as debe ser. No necesitamos ninguna otra evidencia; si recibimos el testimonio de los hombres, el testimonio de Dios es mayor. El Espritu de Dios da testimonio de esto, y como el Espritu es verdad, Su testimonio es ciertamente verdadero: acepta Su testimonio y no pidas otro. Est escrito en 1 Juan 5: 12, El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. Este es el invariable testimonio de toda la Escritura, y especialmente de los escritos del apstol Juan. Cuntas veces insiste en que el creyente tiene vida eterna! Yo les suplico que nunca cuestionen esa declaracin. Grbenla en su mente, pues si tienen alguna duda al respecto, socavan el Evangelio, rechazan el testimonio del Seor y niegan al Espritu Santo. Ustedes no se comportaran tan perversamente, por tanto, glorifiquen a Dios creyendo en Su testimonio. Pienso que Juan quiso decir en este pasaje algo ms, y lo consideraremos como un hecho, es decir, quiere que sepamos que tenemos personalmente vida eterna, hacindonos saber que creemos personalmente en Jess. Una cosa es creer que todo creyente tiene vida eterna; pero es algo muy diferente saber que yo soy un creyente y que por eso mismo tengo vida eterna. He ledo acerca de un individuo que cay al agua, y cuando se hunda vio un arcoris arriba en el cielo. Ah, pens, Dios hizo un pacto de no destruir la tierra con un diluvio, y no obstante, eso no es ningn consuelo para m, pues me temo que voy a ahogarme. Las provisiones ms grandes de la gracia no nos sirven de nada a menos que tengamos un inters personal en ellas. Es cierto que todo creyente tiene vida eterna, pero de qu me sirve si no soy un creyente? Es una cosa muy singular que la gente no sepa si cree en Jess o no, pues es un conocimiento comprobable. Yo s si pienso; yo s si resuelvo; yo s si dudo; por tanto, debera saber si creo. Pero como saben, la naturaleza humana experiment una terrible torcedura en la Cada, y ha cado en una regin muy nebulosa, de manera que los ojos del entendimiento ahora slo miran oblicuamente y el aire que la rodea es desagradablemente hmedo. Tal vez me pidan que hable por m mismo, pero yo les aseguro que eso es lo que hago; pero, al mismo tiempo, no dudo en decir lo mismo de ustedes. De ti, mi diestro amigo, que eres tan maravillosamente lcido, no me sorprendera que fueras el ms ciego y el ms confundido de todo el 6
grupo. La peor oscuridad es la que ciega tanto a un hombre que
piensa que puede ver mejor que otras personas. Todos nosotros estamos en un estado tan confuso que no debemos sorprendernos ante ningn enunciado o sentimiento extraos. Cuando oyes que hay hermanos que aseveran que una persona que no tenga la certeza de creer tiene que ser necesariamente un incrdulo, puedes decirte: Ese amigo no lo sabe todo. No hay forma de estimar la inconsistencia y contradiccin posibles de la mente humana. Yo me he encontrado a veces en algn estado mental en que he cuestionado la posibilidad de que haya un grano de gracia en m, y sin embargo, me he aferrado a Jess con un mortal apretn de mano. En tales momentos mi mente ha operado mrbidamente y su camino ha sido trastornado. Bunyan habla de haber sido: muy revolcado por todos lados en sus pensamientos; y mi condicin mental casi ha coincidido con eso. Es muy posible que un hombre sea un creyente muy slido y, no obstante, que cuestione si tiene alguna chispa de fe. He odo que algunos ministros ridiculizan ese estado de cuestionamiento interior, y, ciertamente, es ridculo para todos excepto para quienes lo experimentan. Si alguna vez te aqueja esa lastimosa afeccin, la absurdez de tu enfermedad no disminuir su dolor. Nuestras aflicciones mentales no tienen que ser lgicas; pueden estar llenas de angustia, y sin embargo, podran ser sumamente irrazonables. Probablemente conozcan a algunas personas que son excesivamente nerviosas; tienen miedo de que caigan los cielos o de que la tierra se parta; eso es muy estpido, pero la agona generada por eso es muy real. Hay muy poco del espritu cristiano en el hombre que puede aumentar el tormento mental convirtindolo en una burla. Eso no es derramar aceite en la herida sino frotar sal en ella. Sin duda las dudas que muchos tienen acerca de su seguridad personal son muy irrazonables, pero no por eso un siervo de Dios ha de escarnecer a quien las sufra, pues el Seor Jesucristo tena compasin del ignorante. l no quebr la caa cascada, ni apag el pbilo que humeaba, y tampoco debemos hacerlo nosotros. Yo he sido personalmente enseado a ser tierno con los pobres que dudan pues con frecuencia he sido uno de ellos. Dara a veces todo lo que tengo por ser capaz de sentirme siquiera como el ms insignificante miembro de la familia del Seor. En este momento yo disfruto de una plena seguridad, pero no siempre estoy en la cima del monte, y, por tanto, tengo entraas de compasin para con otros porque yo mismo estoy cercado por la debilidad. No podemos juzgar duramente como si las cosas fueran como quisiramos ordenarlas tericamente, sino que debemos tratar con las cosas como son; y no puede cuestionarse que algunos de los mejores creyentes son a veces sometidos severamente a eso, es decir, 7
si son creyentes en absoluto. La oracin de Juan es que tales
personas, s, y que todos los creyentes, puedan conocer con una certeza ms all de toda duda que tienen vida eterna. Hasta aqu la naturaleza humana est tan descoyuntada que es necesario que les diga lo que pareciera ser superfluo que les diga: que es posible la plena certeza de poseer la vida eterna. La Iglesia de Roma ensea que nadie puede tener la certeza de tener vida eterna, excepto unos cuantos a quienes pudieran serles dadas revelaciones sobrenaturales. Ese tipo de doctrina persiste en el aire del protestantismo; muchas personas piensan lo mismo aunque no lo digan. Es imposible saber si ustedes han sido vivificados! Debera ser imposible albergar alguna duda al respecto. Racionalmente, un hombre que vive debera saber que est vivo. Nadie debera darle sueo a sus ojos o reposo a sus prpados mientras albergue alguna duda acerca de su estado eterno. Eso es posible, y si es posible, es muy deseable, pues cuando un hombre sabe que posee vida eterna, cun grande consuelo es para l! Cunta gratitud le produce a su espritu! Cmo le ayuda a vivir por encima del mundo! Con qu santo ardor se entrega al servicio de Dios sabiendo que tiene una recompensa eterna! No tiene que desperdiciar el tiempo calculando evidencias y examinndose perpetuamente, pues se ha examinado y se ha apoyado en Cristo y sabe que tiene vida eterna. Con cunta rapidez progresa, pues deja los rudimentos y sigue adelante a la perfeccin! Sin cuestionar ms, muestra una santa intrepidez, y va de poder en poder en embelesada comunin y en exttica dicha; avanza de gloria en gloria, y su fe materializa para l, aun mientras se encuentra aqu abajo, los goces que estn reservados para los redimidos. Lo repito, si la plena certeza es posible, entonces es eminentemente deseable. Y voy un poco ms lejos: es nuestro deber obtener la plena seguridad. No se nos habra ordenado que procuremos hacer firme nuestra vocacin y eleccin si no fuera justo que tengamos seguridad. Estoy seguro que es bueno que un hijo de Dios sepa que Dios es su Padre, y que nunca tenga alguna duda en su corazn en cuanto a su condicin de hijo. Yo s que es bueno que un alma que est desposada con Cristo conozca el dulce amor del esposo, y que no tolere nunca que alguna nube de sospecha se interponga entre el alma y el pleno goce del amor de Cristo. Por tanto, yo quisiera exhortarlos a que prosigan hasta saber que tienen vida eterna. Hermanos mos, Juan, muerto, an habla por este Libro: l los llama a saber que el Hijo de Dios ha venido, y que nos ha dado 8
entendimiento para conocer a Aquel que es verdadero, y que
estamos en Aquel que es verdadero, es decir, en Su Hijo Jesucristo. Como creyentes nos ordena que reposemos firmemente nuestras almas sobre la promesa de nuestro Dios fiel. Con mucha pena les recuerdo a algunos de ustedes que, como no han credo, no tienen parte ni suerte en este asunto, y que el discpulo amado no les habla a ustedes. III. En tercer lugar, llego al punto en que me gustara poner el nfasis del discurso esta maana: QU FUE LO QUE DIJO JUAN EN ESTA EPSTOLA QUE CONDUCE A NUESTRA PLENA SEGURIDAD? Cmo nos ayuda a saber que somos creyentes, y por consiguiente, a saber que tenemos vida eterna? No puedo intentar un exhaustivo rsum (un resumen) de esta sumamente bendita epstola, pero voy a seleccionar unos cuantos incisos de los muchos que hay. Sera algo muy valioso hacer una exposicin sobre esta epstola que fuera escrita para mostrar cmo capacita a los hombres a saber que tienen vida eterna; y tengo la confianza de que sin violentar en lo ms mnimo ni una sola frase, podra mostrarse que toda la carta atae a la seguridad. El deseo del apstol de que todos los creyentes sepan que tienen vida eterna es el hilo de seda en el que son ensartadas las perlas. Ahora los creyentes deberan saber que tienen vida eterna y no deberan dudarlo nunca, pues la propia palabra de Dios les asegura que as es. Recuerden aquella palabra del Seor Jess en Juan 6: 47: De cierto, de cierto os digo: el que cree en m, tiene vida eterna. Dudarn del De cierto, de cierto del Seor? La palabra de Cristo aun sin el apoyo de ninguna evidencia externa es ms que suficiente para satisfacer a toda mente agraciada. Sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso, s, que toda circunstancia sea mentirosa. Todo lo que hemos considerado como evidencia debe ser considerado como una mentira si niega la declaracin del Seor. De esta sencilla fe en Dios viene naturalmente la seguridad por la operacin del Espritu de Dios en el corazn. Tomen una leche pura, no adulterada, y djenla reposar, y pronto obtendrn crema. La fe es la leche y la plena seguridad es la crema en ella; y cuando haya permanecido el tiempo suficiente, pueden observar la rica crema de la santa confianza sobre su superficie. El testimonio de Dios es verdadero, y por tanto, debe ser credo, s, debe ser credo con plena certeza. De acuerdo a todos los rectos principios la seguridad debera aumentar en funcin del lapso durante el cual la fe se ocupa de la promesa segura. Yo he confiado mi alma en Cristo, por tanto, tengo vida eterna. Cmo lo s? Lo s porque el Espritu de Dios lo ha declarado as en la Palabra de Dios. 9
As ha hablado l: El que cree en el Hijo tiene vida eterna. Yo creo
en el Hijo, y, por tanto, tengo vida eterna. Me aseguran los amigos que ven la vida en m? Se los agradezco mucho, pero no necesito su evidencia. El que cree tiene el testimonio en s mismo. Cuando el Espritu Santo ha hecho una declaracin, sera equivalente a una impertinencia ya fuera solicitar u ofrecer cualquier evidencia adicional sobre ese punto. Por tanto, ese asunto no es mi tema. Supongo que no debemos ofrecerles ningn otro argumento para demostrar la vida eterna de los creyentes ms all de esto: Dios lo ha dicho. El asunto que puede ser argumentado al respecto es este: Creo en Jess? Soy un creyente en tal sentido que tengo vida eterna? Busquemos en la epstola para encontrar una ayuda en esta investigacin. Encontrarn, primero, que Juan menciona como evidencia un trato sincero con Dios, en fe y confesin de pecado. Naturalmente los hombres caminan en oscuridad o falsedad para con Dios; pero cuando hemos credo en Jess, comenzamos a caminar en la luz de la verdad. Lean en el primer captulo de la epstola, del versculo 6 al 9. Si decimos que tenemos comunin con l, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, tenemos comunin unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado, nos engaamos a nosotros mismos, y la verdad no est en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, l es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. El creyente no pretende tratar con Dios como si no tuviera ningn pecado, pues eso sera hacer que Cristo fuera intil en vista de que no habra ninguna necesidad de que Su sangre nos limpiara. No dice que ahora vive sin pecado, pues eso sera hacer de Su limpieza una cosa del pasado, mientras que el Espritu ensea que es un asunto del presente, que atae a nuestro presente caminar con Dios. Alegar vivir sin pecado es caminar en tinieblas, pues ese alegato es falso. El hombre que camina en la luz se presenta ante Dios como un pecador a quien la sangre de Jesucristo Su Hijo limpia de todo pecado. Entonces, si tratas sinceramente con Dios, puedes tomar esto como una evidencia de que eres un hombre salvo: si confiesas tu culpa delante de Dios, si tu nica esperanza de ser limpiado de ella radica en la sangre de Jesucristo, entonces has llegado a actuar para con Dios en la lnea de la verdad y l te acepta. T que no eres un creyente en Cristo, podras tratar de olvidar que tienes algn pecado o podras ofrecer algn tipo de paliativo por tu pecado por medio de formas y 10
ceremonias; pero, cuando eres colocado bajo la honesta luz, lo
reconocers con franqueza y cesars de desempear un papel prestado. Tu clamor ser: Examname, oh Dios, y prubame, tu peticin ser a la ilimitada misericordia de Dios en Cristo Jess. Ten la certeza de que eres un hijo de Dios cuando confiesas el pecado y tu fe mira a Jess para que lo quite. Padre, he pecado, es el clamor de un hijo que ha nacido verdaderamente. Dios s propicio a m, pecador, es la oracin del hombre que desciende a su casa justificado. Podemos repetir extasiados las palabras de Pablo a los Romanos, Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redencin que es en Cristo Jess, a quien Dios puso como propiciacin por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados. En seguida Juan nos da la obediencia como una prueba para el hijo de Dios. Miren el segundo captulo y comiencen a leer en el versculo tercero: Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no est en l; pero el que guarda su palabra, en ste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en l. El que dice que permanece en l, debe andar como l anduvo. Vamos, entonces, amados hermanos, obedecen ustedes la voluntad del Seor con todo su corazn? Es la santidad el objetivo y la meta de su vida? Se esfuerzan por hacer lo que Jess les pide? Ajustan su reloj de acuerdo al sol celestial? Tratan de ordenar sus caminos y sus pasos segn la ley del Seor? Se deleitan tambin en la ley de Dios segn el hombre interior? Prosiguen en pos de la perfecta santidad? Entonces, amado hermano, t eres siervo de quien obedeces. Ten la seguridad, ms all de toda duda, de que t eres una de las ovejas de Cristo, pues l dice: Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen. El que hace justicia es justo. Si la gracia te ha hecho obediente, te ha dado vida eterna. A la vez que solicito su atencin, acompenme a continuacin a considerar la evidencia del amor en el corazn. En el segundo captulo, lean en el versculo noveno: El que dice que est en la luz, y aborrece a su hermano, est todava en tinieblas. El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en l no hay tropiezo. Luego prosigan al versculo catorce del tercer captulo. Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte. Esto te ayudar grandemente a decidir sobre tu caso. Odias a alguien? 11
Ests buscando revancha? No sabes perdonar? Entonces no ests
morando en la luz: eres de Can y no de Cristo. Sientes que amas a tus enemigos, y que, de hecho, no eres enemigo de nadie porque el amor es el principio de tu vida? El amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. Tenemos que sentir una benevolencia general hacia todos los hombres, y un amor y una complacencia todava ms intensos por todos los que estn en Cristo. Este amor tiene que ser prctico y tiene que conducirnos a ayudar y a socorrer a nuestros hermanos. Tienes este amor? Sientes un deleite en la compaa de los hermanos porque le pertenecen a Cristo, por pobres e ignorantes que sean? No sentiras que el amor reina en tu espritu si la verdadera fe no hubiera llegado para morar all. Un espritu amoroso evidenciado por una vida amorosa es un verdadero signo de que perteneces a Dios, cuyo nombre es amor. Tengan buen nimo y entren en la plena certidumbre, oh ustedes cuyos pechos brillan con la sagrada llama del ferviente amor por Dios y por los hombres. En seguida viene la separacin del mundo. Lean en el segundo captulo y en el versculo quince: No amis al mundo, ni las cosas que estn en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no est en l. Esto es respaldado por el primer versculo del captulo tercero: Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoci a l. Te has enfrentado con la oposicin de los impos? Has descubierto que Ismael se burla todava de Isaac? Cuando vas a trabajar, adviertes que tus compaeros de trabajo que solan beber contigo tienden a evitarte? Eres tildado de hipcrita por ser un cristiano? Entonces hay una diferencia entre t y otros y el mundo puede verla. La simiente de la serpiente sisear a la simiente de la mujer: Dios ha puesto una enemistad entre las dos; por tanto, que no te sorprenda eso. No dijo nuestro Seor: Si el mundo os aborrece, sabed que a m me ha aborrecido antes que a vosotros; si fuerais del mundo, el mundo amara lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os eleg del mundo, por eso el mundo os aborrece? As, la calumnia, el abuso, y otras formas de persecucin pueden tornarse para su consuelo al mostrar que ustedes son de ese grupo contra el cual se habla por todas partes. Junto a eso, en el segundo captulo, tenemos la evidencia de la continuacin en la fe. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. Hijitos, ya es el ltimo tiempo; y segn vosotros osteis que el anticristo viene, as ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el ltimo tiempo. Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; 12
porque si hubiesen sido de nosotros, habran permanecido con
nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros. Entre ms capacitado es un cristiano a perseverar en santidad, ms puede confiar que su religin es la obra del Espritu de Dios en su alma. Mas el que persevere hasta el fin, ste ser salvo. La perseverancia es una seal segura de la eleccin. El justo es el que se mantiene en su camino, pero los meros fingidores son cual estrellas errantes y flores que se marchitan. Lo que viene y se va no es de Dios: el Espritu Santo mora permanentemente en los verdaderos creyentes. La siguiente evidencia la encontrarn en el captulo tercero y en el versculo tercero, y es, la purificacin. Todo aquel que tiene esta esperanza en l, se purifica a s mismo, as como l es puro. Te esfuerzas cada da por ser limpio de pecado; y, cuando has pecado, vas en la noche con amargo arrepentimiento a Dios, y le pides ser liberado de l? Ests luchando contra los pecados que te asedian? Contiendes contra las costumbres del mundo? Has llegado a ser un guerrero que combate contra el mal? Eso debe servirte de evidencia de que hay en ti un nuevo espritu que no estaba all por naturaleza, y eso debe demostrarte que has sido vivificado a una vida nueva. El conflicto y la victoria son evidencias de la gracia. En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos. Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos. Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. Adems, en el versculo veintiuno del tercer captulo nos encontramos con otra bendita evidencia que consiste en una clara conciencia, Si nuestro corazn no nos reprende, confianza tenemos en Dios. Dicen de nosotros que nos buscamos a nosotros mismos o que somos hipcritas; pero si podemos poner nuestra mano sobre nuestro corazn y decir: Seor, t lo sabes todo; t sabes que te amo, tenemos la mejor base para una plena seguridad. Una conciencia purificada de obras muertas para servir al Dios viviente es uno de los sellos del Espritu Santo en esa epstola que l ha escrito en nuestros corazones. Este divino testimonio es un privilegio que nadie posee sino los regenerados. Demuestren que estn limpios en la corte de la conciencia para que sepan que tienen vida eterna. Adems, encontramos una evidencia en las respuestas a la oracin: Y cualquier cosa que pidiremos la recibiremos de l, porque 13
guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son
agradables delante de l. Oye Dios tus oraciones? Entonces t eres agradable a Sus ojos. Tienes el hbito de hablar con l, y l te responde? Entonces ests de acuerdo con Dios. Te concede el deseo de tu corazn? No es porque te deleitas en l? l no oye a los que intencionalmente viven en pecado, pero l oye a todo aquel que hace Su voluntad. Puedes mirar a toda oracin respondida como otra seal del amor de Dios por ti en Cristo Jess tu Seor. Adherencia a la verdad es otra ayuda para la plena certeza. Lean todo el captulo cuatro: Amados, no creis a todo espritu, sino probad los espritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En el versculo seis dice: Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. Le el otro da una declaracin de un cierto telogo docto en la que afirmaba que la doctrina evanglica que nosotros predicamos no es el cristianismo, sino el paulinismo. Mediante esa expresin ese telogo se condenaba a s mismo. Juan dice: Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espritu de verdad y el espritu de error. El que no oye a los apstoles, no oye al Maestro de ellos. El que se atreva a decir que Pablo no nos ha dado el Evangelio, no es de Cristo, pues Jess dice: El que a vosotros recibe, a m me recibe; y el que me recibe a m, recibe al que me envi. El testimonio del Espritu Santo dado por medio de labios apostlicos es tan seguro como el testimonio dado por el propio Hijo de Dios; y es una categrica rebelin contra el Espritu Santo graduar Sus expresiones, ya sea que vengan a travs de profetas, apstoles, o de Cristo mismo. El que hace que esto sea cierto y aquello falso, o que esto sea cierto y aquello todava ms cierto, ha menospreciado al Espritu de Dios que habla como le place, pero que siempre es infalible. El que cuestiona lo que el Espritu dice no tiene al Espritu de Cristo morando en l. Si has tomado a la Escritura como tu gua y retienes firme la verdad de Dios, eres una de las ovejas de Cristo, de quienes dice: Mas al extrao no seguirn, sino huirn de l, porque no conocen la voz de los extraos. Oponerse al detestable espritu de esta poca y a todo lo dems que quisiera corromper el Evangelio de Cristo es el indicio de la verdadera simiente. Si t das testimonio de la verdad, la verdad da testimonio de ti. Bienaventurados aquellos que estn firmes en la esperanza a la que l los ha llamado. Una de las mejores evidencias de la verdadera fe y una de las mejores ayudas para alcanzar la plena certeza, es una santa familiaridad con Dios. Lean en el cuarto captulo, en el versculo 16: 14
Y nosotros hemos conocido y credo el amor que Dios tiene para
con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en l. En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el da del juicio; pues como l es, as somos nosotros en este mundo. En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en s castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. Nosotros le amamos a l, porque l nos am primero. Oh, amado hermano, si has llegado a hablar con Dios como un hombre habla con otro, si moras en l, si cada da le dices ms a Dios de lo que les dices a los hombres, y si encuentras ms gozo en la comunin con Dios del que encuentras en todo el mundo, entonces eres de los Suyos. Dios nunca hizo que un hombre le conociera y le amara, para echarlo fuera luego. La vida eterna est seguramente en ti si has entrado en el lugar secreto de los tabernculos del Altsimo y moras bajo la sombra del Todopoderoso. Cuando ya no tienes ms ese temor servil que te hace retroceder, sino esa confianza infantil que te acerca ms y ms a Dios, entonces eres Su hijo. El espritu de adopcin es una clave del testimonio seguro del Espritu de Dios. El que puede decir que Dios es su gran alegra est entre los vivientes en Sion. IV. Ahora quiero concluir slo que no quisiera dejar fuera el ltimo punto: EL SUPLEMENTO AL PROPSITO DE JUAN. El apstol lo expresa as: Para que creis en el nombre del Hijo de Dios. Yo creo que quiere decir esto: nunca te vas a meter en un estado tal que digas: Tengo vida eterna, y por tanto, no necesito confiar simplemente en la sangre y en la justicia de Jesucristo. Nac de nuevo hace aos por lo que puedo vivir ahora sin el ejercicio cotidiano de la fe. No dice el apstol estoy escribiendo esto a los creyentes, y yo les digo que si bien pueden tener plena certeza, eso no puede ser un sustituto de la fe habitual en el Seor Jess. Personalmente deseo decir esto: hace ms o menos treinta y cuatro aos que cre por primera vez en Cristo Jess, y entonces vine a l sin tener nada en m mismo y lo tom a l para que fuera mi todo. En este momento poseo una clara y confortable seguridad de que tengo vida eterna; pero hoy mi base de confianza es exactamente la misma que fue cuando vine a Cristo por primera vez. No tengo ninguna confianza en mi confianza; no pongo ninguna confianza en mi propia certeza. Mi certeza estriba en el hecho de que Cristo Jess vino al mundo para salvar a los pecadores, y El que cree en el Hijo tiene vida eterna. Yo creo en l, y por tanto yo s que tengo vida eterna. Hermanos, no se muevan ms all de eso. Apguense a su primera fe. Sin importar cun lejos vayan en otras direcciones, 15
permanezcan firmes en su fe indivisa en Jess. Si piensan que es
sabio examinar estas evidencias y estos signos que les he dado, hganlo; pero si piensan obtener alimento de ellos encontrarn una alacena vaca. Si piensan que pueden vivir sin Cristo, y slo de lo que han conocido en el pasado, estn grandemente equivocados. Es como procurar vivir de un man rancio. Ninguno de ustedes habra hecho eso en el desierto; pronto lo habran desechado. Cuando tena ms de un da criaba gusanos, y heda. Cualquier cosa sobre la que pongas tu mira, fuera de Cristo, se pudrir a su tiempo de manera que la aborrecers. Amados, cada vaso, ya sea un gran frasco o una copita, debe colgar de un clavo que est sujetado en un lugar seguro. Si te apartas de Jess, te vas a extraviar en una tierra de tinieblas y de sombra de muerte. Si soy un hijo de Dios o no es una cuestin que no voy a discutir hoy. Yo soy un pecador, y Jesucristo vino para salvar a los pecadores, y aquellos que confan en l son salvos. Por tanto, yo confo en l! Por tanto, yo soy salvo! La Palabra de Dios lo declara. Bendito sea Su nombre por los siglos de los siglos. Amn. Porcin de la Escritura leda antes del sermn: 1 Juan 5. Traductor: Allan Romn 19/Septiembre/2013 www.spurgeon.com.mx