Preguntas y Respuestas Sobre Contratos Civile1
Preguntas y Respuestas Sobre Contratos Civile1
Preguntas y Respuestas Sobre Contratos Civile1
En la vida cotidiana y en la práctica resulta común (aunque cada vez menos) que dos o más
personas se pongan de acuerdo para hacer, no hacer o dar algo. Es decir, en ocasiones las
personas contraen obligaciones que pueden ser recíprocas o no, y pueden confiar en la buena
voluntad que existe entre ellas para cumplirlas, sin hacerlo a través de un contrato.
Muchas veces nos encontramos ante personas que “se ponen de acuerdo” respecto a la venta
de una cosa, la prestación de algún servicio, la transmisión de un bien, el precio, entre otros y
que lo hacen de manera informal, sin tomar en cuenta o informarse si ellas son hábiles para
celebrar contratos, si el bien o hecho sobre el cual acuerdan puede ser objeto del contrato, sin
especificar debidamente los derechos y obligaciones que tienen cada una de ellas y las
consecuencias en caso de incumplimiento de sus compromisos, entre otros aspectos a
considerar.
Algunas personas, cuando contraen ciertas obligaciones con otras suelen decir: “soy una
persona de palabra”, “soy una persona honesta”, “cumplo lo que prometo”, “te tengo
confianza”, “lo hago porque te conozco”, “te doy mi palabra”, pero al cabo de un tiempo todo
eso se convierte en simples promesas, y ya sea de forma intencional, por algún imprevisto, o
por desconocimiento de las circunstancias de hecho y legales, las personas no dan
cumplimiento a lo que se obligaron y es ahí cuando surgen los inconvenientes, por eso, la
importancia de celebrar contratos.
Si bien es cierto que en México los contratos se perfeccionan por el sólo hecho de que las
partes se pongan de acuerdo, también lo es que en algunos casos la ley establece que los
contratos deben revestir una determinada forma. Desde el momento en que los contratos se
perfeccionan obligan a los contratantes al cumplimento de lo expresamente pactado y a las
consecuencias que, según su naturaleza son conforme a la buena fe, al uso o a la ley.
En México las partes pueden manifestar su voluntad de celebrar un contrato de forma expresa,
es decir, de forma verbal, escrita, por medios electrónicos, ópticos o por cualquier tecnología o
por signos inequívocos, y en ciertos casos, también pueden hacerlo de forma tácita, mediante
hechos o actos que permitan suponer esa voluntad.
Los contratos civiles poseen elementos esenciales, que son el consentimiento y el objeto. Si
falta alguno de estos elementos o ambos, el contrato es inexistente, es decir, no nace a la vida
jurídica y por ende no produce efectos jurídicos.
Los contratos civiles también poseen elementos de validez, los cuales son la capacidad de las
partes, la ausencia de vicios del consentimiento, la licitud en el objeto o fin del contrato, y la
forma, y en caso de que estos elementos no sean satisfechos en el contrato, se produce la
nulidad del contrato. Es decir, el contrato puede nacer a la vida jurídica y posteriormente
invocarse o producirse la nulidad en caso de que no se satisfagan los requisitos de validez. Las
acciones de nulidad podrán ejercerse mediante los procedimientos que establece el Código
Federal de Procedimientos Civiles o los Códigos de Procedimientos Civiles o Códigos
Procesales Civiles de las entidades federativas, según sea el caso de que se trate y ante los
Tribunales competentes.
En los contratos, las partes contratantes pueden poner las cláusulas que les resulten
convenientes, sus términos deben ser claros y no dejar lugar a duda sobre la intención de los
contratantes. Cuando hubiere ambigüedad en la interpretación de los contratos, es decir,
cuando no sea clara cuál fue la intención de las partes contratantes al momento de celebrar el
contrato, tanto el Código Civil Federal como los códigos civiles de las entidades federativas
señalan las reglas para su interpretación. Al respecto, la Suprema Corte de Justicia de la
Nación ha resuelto que la conducta de las partes contratantes es una valiosa fuente de
información para interpretar los contratos.
Las personas que celebran o desean celebrar contratos o que se enfrentan a situaciones de
incumplimiento de contratos suelen tener dudas y preguntas en esos temas. En esta sección
nos referimos a preguntas y respuestas sobre los contratos civiles.
¿Qué es un convenio?
Un convenio es el acuerdo de dos o más personas para crear, transferir, modificar o extinguir
obligaciones.
El convenio en sentido general es el acuerdo de dos o más personas para crear, transferir,
modificar o extinguir obligaciones. El contrato es el acuerdo de dos o más personas al igual que
en el convenio, pero en este caso ese acuerdo de voluntades se da para producir o transferir
obligaciones y derechos.
En la práctica ambos términos se usan como sinónimos sin embargo, existe la afirmación que
dice “los contratos son convenios, pero no todos los convenios son contratos”. Los convenios
son el género, los contratos son la especie.
Los contratos tienen elementos esenciales, es decir, es necesario que estos elementos se
presenten ya que de lo contrario los contratos serán inexistentes, no nacerán a la vida jurídica
y por ende no producirán efectos legales. Estos elementos son: el consentimiento y el objeto
que pueda ser materia del contrato.
La partes pueden manifestar su voluntad de celebrar el contrato de forma expresa esto es, de
forma verbal, por escrito, por medios electrónicos, ópticos, por cualquier tecnología o por
signos inequívocos. Por ejemplo, cuando las partes celebran un contrato, plasmando su
voluntad en un documento y firmando, o bien, cuando un contrato de prestación de servicios
se encuentra en el sitio de Internet del prestador de servicios y el usuario hace clic (presiona)
en el botón de aceptar los servicios y paga los honorarios.
O bien la expresión de la voluntad de las partes puede realizarse de forma tácita, es decir
mediante hechos o actos que presupongan el consentimiento. Por ejemplo, en un contrato de
arrendamiento existente, al llegar la fecha de vencimiento del contrato, el arrendador no
solicita la entrega del bien arrendado y el arrendatario continúa pagando las rentas, existe un
consentimiento tácito de continuar con el contrato de arrendamiento.
¿Qué pasa si una persona es engañada, golpeada o amenazada para que manifieste su
consentimiento de celebrar un contrato?
Si una persona celebra un contrato porque fue inducida a caer en un error, fue víctima de la
mala fe o bien fue golpeada o amenazada poniendo en peligro su vida, honra, libertad, salud,
sus bienes, de su cónyuge, de sus padres, hijos u otros parientes, el consentimiento no será
válido, ya que fue dado de manera viciada. Se habla de vicios del consentimiento. Por ejemplo,
cuando una persona firma un contrato de compraventa de un inmueble porque fue obligada
mediante amenazas a hacerlo, el consentimiento dado por esa causa, no es válido. Esto es, el
contrato estará afectado de nulidad absoluta.
El objeto en los contratos es la cosa que el obligado debe dar, o el hecho que el obligado debe
hacer o no hacer. Por ejemplo, en un contrato de compraventa de un automóvil el objeto es el
automóvil que el propietario vendedor debe dar al comprador; en un contrato de prestación
de servicios profesionales de consultoría, el objeto del contrato son los servicios que el
profesionista realiza o presta al cliente.
Además, la cosa que sea objeto de los contratos debe de existir en la naturaleza, ser
determinado o determinable en cuanto a su especie y estar en el comercio. Esto se refiere a
que por ejemplo, no puede ser objeto de un contrato de compraventa el aire atmosférico, la
luz solar, los bienes del dominio público o de uso común.
Ahora bien, el hecho que sea objeto de los contratos debe ser posible y lícito. Por ejemplo, no
puede ser objeto de un contrato en México la transportación de droga o la compraventa ilícita
de armas.
¿Qué pasa si una persona celebra un contrato en el cual el objeto es una cosa o hecho ilícito
o no está en el comercio?
Si una persona celebra un contrato cuyo objeto es ilícito o no está en el comercio, el contrato
será nulo. Esto es, el contrato estará afectado de nulidad absoluta.
Los contratos se perfeccionan por el mero consentimiento, excepto aquellos que deben
revestir una forma establecida por la ley.
En los contratos civiles las partes contratantes se obligan en la manera y términos que
aparezca en el contrato que quisieron obligarse. Sin embargo hay casos en los cuales la ley
exige determinadas formalidades, como por ejemplo un contrato de compraventa de un
inmueble, deberá otorgarse en instrumento ante fedatario público e inscribirse en el Registro
Público de la Propiedad para que sea válido.
La ratificación de un contrato ante notario público se refiere a que las partes contratantes en
presencia de un notario público confirman el contrato en todo su contenido. El notario da fe
de esta ratificación o confirmación del contrato e inserta una leyenda en el contrato en la cual
hace constar la ratificación del contrato por las partes ante su presencia .
Pueden celebrar contratos tanto las personas físicas como morales no exceptuadas por la ley.
¿Quiénes son consideradas personas exceptuadas por la ley para celebrar contratos?
Existe incapacidad legal expresa para celebrar contratos para los menores de edad no
emancipados, en estado de interdicción y los mayores de edad que por causa de enfermedad
reversible o irreversible o que por su estado particular de discapacidad ya sea de carácter
físico, sensorial, intelectual, emocional, mental o varias de ellas no puedan gobernarse,
obligarse o manifestar su voluntad por sí mismo o por algún medio. En determinados casos
existe incapacidad legal para el tutor, el funcionario judicial, notario, entre otros.
Los menores de edad tienen incapacidad natural y legal, sin embargo, podrán actuar y celebrar
determinados contratos, por conducto de sus representantes legales en los términos y
alcances que dispongan los códigos civiles.
Una persona moral podrá celebrar contratos por conducto de su representante legal. El
representante legal deberá tener poder para celebrar contratos.
Una persona puede celebrar un contrato a nombre de otra persona siempre y cuando se
encuentre autorizado por esta persona o por la ley.
¿Qué pasa si un contrato es celebrado a nombre de una persona por quien no esté
autorizado para hacerlo?
No existe una disposición legal expresa que mencione cuáles son las partes de un contrato, los
contratantes pueden poner en el contrato las cláusulas que consideren convenientes. En la
práctica un contrato cuenta generalmente con los siguientes apartados:
Preámbulo: Es la sección inicial del contrato en el cual se identifica el nombre del contrato, los
nombres de las partes contratantes y el carácter que tienen en el contrato que celebran.
Declaraciones: Se refiere a las manifestaciones que hacen las partes contratantes en cuanto a
sus generales, sus datos de identificación y en caso de actuar a nombre de otra persona los
datos de identificación de su representación y de los documentos que avalan dicha
representación.
Clausulado: Es el apartado en el cual se redactan las cláusulas que contienen los derechos y
obligaciones de las partes, así como las sanciones para el caso de incumplimiento de las
obligaciones contraídas.
Cierre: Se refiere a la sección final del contrato en el cual regularmente se señalan el lugar, la
fecha en que se celebra el contrato, los nombres y las firmas de las partes contratantes y en su
caso los nombres y las firmas de los testigos.
Anexos: Son los documentos que tienen relación con el negocio o acto jurídico que ampara el
contrato, con las obligaciones y derechos de las partes, como por ejemplo, la identificación de
las partes, la identificación del objeto del contrato, entre otros.
Los contratantes tienen libertad para redactar las cláusulas de los contratos, entre más clara
sea su redacción, mejor. La ley establece que si hay cláusulas que se refieran a los requisitos
esenciales del contrato o sean consecuencia de su naturaleza ordinaria se tendrán por puestas
aunque no se expresen.
La cláusula penal en los contratos es una sanción que establecen las partes como pena para el
caso de que la obligación no se cumpla o se cumpla de manera distinta a la convenida. La
cláusula penal puede ir o no en los contratos, las partes lo deciden. Si las partes establecen una
cláusula penal en los contratos no podrán reclamarse daños y perjuicios por el incumplimiento
de la obligación, la función de esta cláusula es evaluar de forma anticipada los daños y
perjuicios que pudieren causarse por el incumplimiento de la obligación contractual.
El código civil dispone que la cláusula penal no puede exceder ni en valor ni en cuantía a la
obligación principal.
Para la interpretación de los contratos se estará a la literalidad de sus cláusulas si los términos
del contrato son claros y no dejan lugar a duda sobre la intención de los contratantes. En los
códigos civiles se establecen las reglas para su interpretación.
En caso de que una de las partes contratantes incumpla con sus obligaciones contractuales
faculta a la otra para exigir la ejecución forzosa o la rescisión del contrato, más el pago de una
indemnización y el pago de los daños y perjuicios causados.
El contrato de compraventa es aquel por el cual uno de los contratantes (el vendedor) se
obliga a transferir la propiedad de una cosa o de un derecho y el otro contratante (el
comprador) se obliga a pagar por la cosa o el derecho un precio cierto y en dinero.
El contrato de permuta es aquel por el cual cada uno de los contratantes (permutantes) se
obliga a dar (intercambiar) una cosa por otra.
El contrato de donación es aquel por el cual una persona (donante) transfiere a otra
(donatario), gratuitamente una parte o la totalidad de sus bienes.
El contrato de arrendamiento es aquel por el cual una de las partes (arrendador) se obliga a
conceder el uso o goce temporal de una cosa a la otra parte (arrendatario) quien se obliga a
pagar por ese uso o goce de la cosa un precio cierto.
El contrato de comodato es aquel por el cual uno de los contratantes (comodante) se obliga a
conceder gratuitamente el uso de una cosa no fungible por un tiempo determinado, y el otro
contratante (comodatario) contrae la obligación de restituir la cosa individualmente al concluir
el tiempo determinado.
El contrato de depósito es aquel por el cual una de las partes contratantes (depositario), se
obliga a recibir de la otra parte (depositante) una cosa mueble o inmueble, a guardarla y
restituirla cuando la pida el depositante.
El contrato de asociación civil es aquel por el cual varias personas (asociados) convienen en
reunirse de manera que no sea enteramente transitoria para realizar un fin común que no esté
prohibido por la ley y que no tenga carácter preponderantemente económico.
La sociedad civil es el contrato por el cual las partes (socios) se obligan mutuamente a
combinar sus recursos o sus esfuerzos para la realización de un fin común de carácter
preponderantemente económico pero que no constituye una especulación comercial.
El contrato de sociedad civil debe constar por escrito, se hará constar en escritura pública
cuando alguno de los socios transfiera a la sociedad bienes cuya enajenación deba hacerse en
escritura pública.
El contrato de renta vitalicia es aquel por el cual el deudor se obliga a pagar periódicamente
una pensión durante la vida de una o más personas determinadas, mediante la entrega de una
cantidad de dinero o de una cosa mueble o raíz estimadas, cuyo dominio se le transfiere.
El contrato de renta vitalicia también puede constituirse a título gratuito ya sea por donación o
testamento. Debe hacerse por escrito, en escritura pública, cuando los bienes cuya propiedad
se transfiere deban enajenarse con esa solemnidad.
El contrato de compraventa de esperanza es aquel por el cual una persona (el comprador)
tiene derecho a adquirir por una cantidad determinada, los frutos que una cosa produzca o los
productos inciertos de un hecho en el tiempo fijado, tomando para sí el riesgo de que esos
frutos no lleguen a existir. La otra parte (el vendedor) tiene derecho al precio aunque no
lleguen a existir los frutos o productos comprados.
El contrato de hospedaje es aquel por el cual una persona (hospedante) presta a otra albergue
comprendiendo o no, según se estipule, los alimentos y demás gastos que se originen y la otra
persona (huésped) se obliga a pagar una retribución.
El contrato de fianza es aquel por el cual una persona (fiador) se compromete con el acreedor
a pagar por el deudor, si éste no lo hace.
El contrato de prenda es aquel por el cual una persona (acreedor prendario) recibe real o
jurídicamente de otra persona (deudor prendario) un bien mueble en garantía del pago de un
crédito. El acreedor prendario adquiere la posesión prendaria del bien, la facultad de retener
la cosa hasta en tanto el crédito sea pagado por el deudor.
El contrato de hipoteca es aquel por medio del cual una persona (deudor) garantiza el pago de
un crédito a otra (acreedor), mediante la garantía real de bienes (generalmente inmuebles)
que no se entregan al acreedor, y que da derecho a este en caso de incumplimiento de pago, a
ser pagado con el valor de los bienes en el grado de preferencia establecido en la ley.
Hay novación de contrato cuando las partes en él interesadas lo alteran de forma sustancial,
sustituyendo con una obligación nueva la antigua. La novación es un contrato nunca se
presume y debe constar expresamente.
El contrato de transacción es aquel por el cual las partes haciéndose concesiones recíprocas,
terminan una controversia presente o previenen una futura.