La Revista4 2copia 1

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Línea recta

Sumario

octubre
2018

Publicación de la Facultad
de Comunicación Social
de la Universidad Central
2 del Ecuador

Editorial 3 Dr. Fernando Sempértegui


RECTOR

Dimitri Madrid Muñoz


DECANO

Ximena Grijalva Calero


Línea recta 5 SUBDECANA

Editor
Fabián Guerrero Obando

Consejo Editorial
Expreso móvil 51 Fabián Guerrero Obando
Roque Rivas Zambrano

Imagen de la portada:
Caballo y luna,
Washington Iza
Doble sentido 77
Diseño y diagramación
Sonia Vega Burbano

Perdigones 103 Los criterios vertidos en los


artículos son de estricta
responsabilidad de sus
autores. No reflejan nece-
sariamente el pensamiento
de La Revista.
Extramuros 111
Fabián Guerrerao Obando
Tal como se es, así se ve

Fabián Guerrero Obando

Un número que rinde homenaje a dos momentos decisivos de la cultura


ecuatoriana exige, al menos, dos precisiones. La primera es un descargo
de responsabilidad que puede cumplirse con rapidez. Este número no
pretende, de ningún modo, representar los momentos más grandes o
más importantes de la cultura ecuatoriana. No existe una manera obje-
tiva de determinar tal cosa. Lo que sí pretende es destacar momentos o
acontecimientos de esa historia, que los diferentes colaboradores de
esta entrega consideran esenciales, esclarecedores o significativos.

La segunda precisión es, en realidad, una proyección de la anterior. No


es posible romper completamente con el pasado por la sencilla razón
que de allí provenimos. Es mucho lo que podemos aprender de los ma-
yores, de su carga de frustración y soledad, a veces, o de su generosi-
dad intelectual en el encuentro con sus obras, sus ideas, sus sueños de
país; y, en el encuentro con ellos mismos y su palabra más viva. De
algún modo, es esa palabra la que aquí rezuma.

Debiera ser significativo, en ese sentido, el lugar que los Tzántzicos ocu-
pen en la historia de la cultura ecuatoriana, nos sugieren los autores de
los textos sobre este tema. Insisten en que los Tzántzicos crearon un
vasto cuadro humano, histórico, cultural y literario, a fuerza de un trabajo
consecuente. Que formaron parte de ese grupo de artistas, intelectuales
y escritores que pretendieron enriquecer la palabra integridad, oponién-
dola ante ese arranque constante de la deshumanización. Como en
una conversación fluida, inteligente, se hacen presentes las voces de
Editorial

Susana Freire, Fernando Oña, Sophía Yánez, Raúl Arias y Juan Carlos
Fabián Guerrero Obando

Cabezas, quienes traen consigo las voces reificadas o injustamente


asordinadas de los Tzántzicos. Que no siempre se han dejado oír de
manera tan directa.

La enorme belleza, la humanidad, la sabiduría y la seriedad de la obra


de Hernán Rodríguez Castelo se desprende de los textos de Marco An-
4 tonio Rodríguez, Francisco Proaño Arandi y Pablo Molina Sánchez. Le-
yendo esos textos es posible adivinar las reservas y la riqueza infinita
de un hombre claro y magnífico, dedicado con plena conciencia y con
plena libertad a su espléndido trabajo. Una obra vital, que está en plena
marcha, a la que debemos ir y regresar.

Tenemos una deuda pendiente con lo más significativo de nuestro pa-


sado. Y ninguna deuda vale la pena.

Decía Emerson que tal como se es, así se ve. Para ver más hay que
ser más, y estos seres que pueblan estas páginas nos dan las pistas
hacia más ser y mayor ver.
Editorial
Línea recta
La automarginación tzánzica
Susana Freire García ...................................................................................................... 7

Tzántzicos dentro y fuera


Raúl Arias ............................................................................................................................... 27

El legado poético tzántzico como una actitud de vida


para entender el presente
Sophía Yánez ...................................................................................................................... 31

El método tzántzico fue la “crítica” a mansalva


Juan Carlos Cabezas Aguilar .................................................................................. 43

Los tzántzicos, poetas de una propuesta de vida


Fernando Oña Pardo .................................................................................................... 51

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Susana Freire García*
La automarginación tzánzica

Resumen

Este ensayo busca demostrar la forma en que los integrantes del movimiento 7
tzántzico configuraron a su alrededor una consciente y necesaria automargi-
nación, que les permitió desarrollar su propuesta estética fuera de los cánones
establecidos, y al mismo tiempo asumir su calidad de trabajadores de la cultura
con una ética acorde al contexto histórico, político y social propio de la década
del sesenta. Desde esta perspectiva se colocarán en primer plano las múltiples
estrategias utilizadas por los tzántzicos para conseguir dicho objetivo, y la
forma en que las mismas modificaron el quehacer cultural en Quito. Al mismo
tiempo se analizará el legado del movimiento no desde un punto de vista
académico, sino mas bien bajo una postura vanguardista que evidenciará la
vigencia de varios de los planteamientos realizados por el movimiento tzánt-
zico.

Palabras clave: Actos recitantes, automarginación, revolución de conciencias,


ética, estética, provincianismo cultural, parricidio, trabajadores de la cultura,
vanguardia.

Primer acercamiento porque quienes escribimos un libro

H
nunca dejamos de seguir revolote-
acía tiempo que no escri- ando cerca de él más allá del
bía acerca del movimiento transcurso del tiempo, así que si
La automarginación tzánzica

tzántzico, así que este texto -con bien varias de las hipótesis que
todas las distancias del caso-, re- planteé en el mencionado libro si-
presenta en varios sentidos un reto guen en pie, existe una nueva a la
muy parecido al que afronté que he dado cabida en mis conti-
cuando decidí publicar el libro nuas reflexiones acerca del tzant-
Tzantzismo: tierno e insolente zismo, y que estará presente a lo
(Quito, Libresa, 2008). Digo esto largo de este ensayo. Claro que

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Susana Freire García*

antes es necesario brindar a los hablando de su legado, mismo que


lectores ciertas pistas que nacen al ser de vanguardia todavía no ha
de mi primer encuentro con el sido comprendido en su real di-
tzantzismo como movimiento, a mensión.
través de dos figuras claves y en-
trañables para mí: Ulises Estrella Un movimiento
8 (Quito 1939- 2014) y Alfonso Mu- antes que un
rriagui (Quito 1929- 2017). grupo literario.
Gracias a estos dos poetas,
pude comprender a ca- “Queremos movilidad
balidad el signifi- pero no populismo. Claridad
cado de la pero no trivialidad condescen-
palabra com- diente. Y claridad es abarcar
pañera, y el todos los planos de la con-
compromiso ciencia social (…) Por eso
de asumirme los reducidores de cabezas
como una no constituyen un “grupo lite-
trabajadora rario”, son un movimiento que
de la cultura, conoce las armas y las mañas
sin más propó- de los opositores, y quieren de-
sito que ser fiel y velarlas ante la conciencia de los
honesta conmigo oprimidos”. (Tzántzicos, Revista
misma a través de la Pucuna n° 7, Quito, marzo de 1967).
palabra escrita. Creo sin
ánimo a equivocarme, que estos Cuando se analiza un hecho histó-
dos amigos fueron tzántzicos rico hay que tener cuidado de pre-
hasta el último día de sus vidas, y tender entenderlo con la
La automarginación tzánzica

ese solo hecho ya dice bastante mentalidad actual, así que quienes
de ellos, más allá de la simpatía o deseen acercarse al movimiento
antipatía que pudieron haber ge- tzántzico deben ubicarlo en el con-
nerado sus respectivas obras, al texto histórico en el que nació. Es
igual que la del resto de sus com- así que nos remontaremos a 1962,
pañeros tzántzicos. Lo importante año clave en la irrupción del movi-
es que luego de 56 años seguimos miento en el ambiente cultural qui-

Línea recta
Susana Freire García*
teño. Año clave también para las mando el nombre del ritual de los in-
inquietudes existenciales de un dígenas shuar del Alto Amazonas,
grupo de estudiantes de la Facul- quienes convertían las cabezas de
tad de Filosofía de la Universidad sus enemigos en tzantzas, es decir en
Central del Ecuador (cuando la cabezas reducidas. (…) El nombre
misma funcionaba en la calle era una provocación, un gesto ira-
Chile), quienes al cuestionar lo que cundo para llamar la atención sobre la 9
pasaba tanto en el país como en necesidad de cambiar el ambiente es-
América Latina (no hay que olvidar tático, esclerotizado, sumiso y depen-
el triunfo de la Revolución Cubana diente que se vivía cultural y
en enero de 1959), comprendieron políticamente en el país. (Estrella
tempranamente que no podían 2003, pp. 9-10).
quedarse de brazos cruzados ante
la vertiginosidad con que estaban Al escoger tal denominación estos
ocurriendo los hechos, y la presen- jóvenes decidieron colocarse al
cia de nuevos actores que aboga- margen de la cultura oficial, y por
ban por la reivindicación de grupos ende establecer un parangón entre
sociales marginados. el ritual indígena y lo que ellos pre-
tendían hacer con aquellos intelec-
Las primeras inquietudes se gestaron tuales “engrandecidos”, - que
en las aulas universitarias. Nos en- según ellos- no solo manejaban a
contrábamos estudiando filosofía: su antojo los círculos intelectuales
Fernando Tinajero, Luis Corral, Bolí- del país, sino que además no res-
var Echeverría y yo. Un afán de abrir pondían ni con su actitud menos
espacios para el nuevo pensamiento, aún con sus obras, a la indigna-
nos llevó a organizar programas cul- ción propia de la época. Entonces
turales en radiodifusoras, escribir para al desconocer lo realizado por sus
La automarginación tzánzica

suplementos culturales de los diarios, antecesores, se vieron enfrenta-


y abrir discusiones públicas sobre dos a la difícil tarea de comenzar
temas literarios. Siguiendo la tenden- desde cero e idear una serie de
cia “del parricidio cultural”, que circu- estrategias para hacer de la activi-
laba por América Latina, se nos dad cultural y del ejercicio poético
ocurrió la denominación para impulsar en particular, algo más que un
al movimiento: TZÁNTZICOS, to- modus vivendi para congraciarse

Línea recta
Susana Freire García*

reducir para limpiar


LOS TZANTZICOS

con el mandante de turno, o para Por eso es que al tzantzismo no se


10 figurar en periódicos y revistas. Al lo puede encasillar como un grupo
ser tan jóvenes y políticamente in- literario, ya que los poetas no es-
expertos (sus edades oscilaban tuvieron interesados en crear
entre los 17 y 25 años), no fueron obras que sirviesen de modelo, ni
conscientes que su propuesta de mucho menos contar con discípu-
“reducir cabezas” era solo la punta los. Al hablar de ellos debemos ha-
del iceberg, y que tras el ataque cerlo como un movimiento sin
frontal a ciertos representantes de precedentes en la historia de la li-
la literatura y el arte nacional, lo teratura ecuatoriana.
que iban a dejar al descubierto es
la forma en que la sociedad ecua- Agitación y propaganda
toriana seguía replicando un colo-
niaje ideológico (lo que más tarde “Actualmente, en esta época com-
los tzántzicos llamarían “provincia- plicada de comodidad, a la vez de
nismo cultural), que lejos de favo- que miseria, de aturdimiento y ver-
recer manifestaciones artísticas tiginosa estupidez comercial, se
nacidas de un profunda investiga- charla mucho y se habla muy poco.
ción y conocimiento vinculado a lo Es preciso hablar y no perder un
propio, se congraciaba con repetir solo instante. El hablar esencial es
modelos extranjeros- en algunos ya un actuar. Hay que gritar y pole-
casos alienantes- para transformar mizar en todo momento para com-
La automarginación tzánzica

al público en un ente consumidor, prender y canalizar nuestra vida y


antes que es un ser cuestionador. nuestra responsabilidad hacia otras
Y fue en este punto en que los po- vidas, en un mundo en que casi
etas decidieron crear fuera de los nada se ha solucionado y mucho se
cánones establecidos, con el fin de ha chillado”. (Ulises Estrella, Re-
oxigenar el lenguaje y darle un uso vista Pucuna Nº 1, Quito, octubre
social (no de cartel) a la poesía. de 1962).

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Susana Freire García*
La provocación aunque parecía cuela de Psicología) y varias de
improvisada – en el caso de los sus creaciones pertenecientes al
tzántzicos- fue bastante meditada. poemario Infierno y sangre, y el
Si bien al decir de Ulises Estrella argentino Leandro Katz con sus
“no fueron tiempos de reflexión poemas titulados Urnas. Al res-
sino de acción”, esto no quiere pecto el poeta Euler Granda
decir que los poetas no estudiasen (1935- 2018) que más tarde se 11
con antelación las herramientas uniría al movimiento, escribió la si-
que utilizaron para irrumpir en la guiente reseña titulada “Sobre un
vida pública a inicios de 1962. Ins- recital de poesía” en diario El Co-
pirados en la filosofía estética del mercio de abril 15 de 1962:
Agitprop1 inglés (agitación y pro-
paganda) y de los happenings2, Como todos los hechos energéticos,
empezaron a delinear estrategias la actividad literaria está supeditada a
para darse a conocer, y una de un perpetuo devenir y hacerse; todo
ellas fueron los actos recitantes. El estancamiento, toda rémora, es in-
movimiento integrado por nuevos compatible con ella. Sin embargo en
integrantes como Simón Corral, nuestro medio, esto no tiene cumpli-
Marco Muñoz, Leandro Katz, miento; sentimos idolatría supersti-
Jorge Escobar, Teodoro Murillo y ciosa por lo caduco, vivimos de
Álvaro San Felix, presentó un pri- espaldas a las nuevas corrientes lite-
mer acto recitante el 5 de abril de rarias, a las nuevas inquietudes,
1962 en el Salón Máximo de la Fa- somas incapaces de renovar y nos
cultad de Filosofía de la Universi- convertimos como máxima aspiración,
dad Central, con la participación en parásitos de fórmulas y maneras de
de Marco Muñoz (alumno de la Es- decir ajenas (…) Por eso la realización
La automarginación tzánzica

1 Este término tuvo su origen en la Rusia bolchevique como una estrategia política, difundida por medio
del arte y la literatura, a través de la agitación y la propaganda, con el fin de obtener resultados in-
mediatos. En el caso de los tzántzicos y según testimonio del poeta Ulises Estrella, la amistad enta-
blada con el artista inglés John Hoyland, en los inicios del movimiento tzántzico en 1962, les permitió
a los fundadores, conocer el trabajo de los iracundos ingleses vinculados al movimiento teatral Agit-
prop, que desmitificaba la solemnidad burguesa, y abogaba por un acercamiento directo de los artistas
hacia el pueblo, sin protagonismos ni intermediarios.
2 Término inglés que significa acontecimiento, ocurrencia, suceso. Constituye una experiencia teatral
originada en la década de los cincuenta, que se basa en la provocación directa al público para con-
seguir su participación.

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Susana Freire García*

del recital Muñoz- Katz causó absor- riana, y presencie el espectáculo en


tez, fue motivo de escándalo para los que serán “desgarrados” Cuatro gritos
espíritus contrahechos y limitados; en la oscuridad (…) Al parecer auspi-
pero también fue acogido fervorosa- cia el espectáculo un nuevo grupo-
mente, con entusiasmo de buena ley cuyas finalidades se ignora pero se
(…) La realización del acto no tuvo supone son artísticas- denominado
12 precedentes en esta ciudad, fue un sa- Tzántzicos. Este calificativo aparece
cudón a los clanes literarios que alber- bajo la efigie de una tzantza.
gan en sus filas a jóvenes con el
estómago en 1962 y el espíritu en A las seis en punto de la tarde, el
1800 (…) Durante él se rompieron las acto dio inicio. Antes de ello, los
normas preestablecidas, los moldes, tzántzicos cerraron las puertas del
las frases de cajón, el forzado aparato Auditorio Benjamín Carrión, por si
externo, las presentaciones inútiles, alguien deseaba salir huyendo. Un
las metáforas falsas y superfluas, para abrupto apagón de luces, hizo que
dar paso, mediante estricta y consubs- más de uno se desacomodara en
tancial concatenación de efectos poé- su asiento. Al susto inicial, se unió
ticos y teatrales, a la poesía en carne la primera ruptura. Desde una es-
y hueso, sin pinturas ni oropeles. quina emergió el poeta Marco
Muñoz, quien luego de dar un gritó
Esta primera experiencia les mo- leyó a la luz de una vela su poema.
tivó a dar un paso más allá y para Tras este grito, se escuchó el del
el 26 de abril de 1962, prepararon poeta Leandro Katz, al que se
un nuevo recital denominado unieron los de Ulises Estrella y
“Cuatro gritos en la oscuridad”. Al Simón Corral. Cada tzántzico leyó
respecto diario El Comercio de un respectivo poema, poniendo
abril 25 de 1962 publicó la reseña énfasis en el significado de las pa-
La automarginación tzánzica

“Invitan a presenciar Cuatro gritos labras, y acompañados de un re-


en la oscuridad”: tumbar de tambores, y de un juego
de luces proyectado por linternas.
Circula una intrigante invitación al pú- La puesta en escena y la forma en
blico, para que asista mañana a las que cada poeta irrumpió, marcó un
seis de la tarde, al Aula Benjamín Ca- antes y un después en la manera
rrión de la Casa de la Cultura Ecuato- de compartir la poesía con el pú-

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Susana Freire García*
blico. Este acto recitante combinó digo que no cesaré hasta que no logre
no solo la influencia estética del hacer botar sangre de vuestros ojos,
Agitprop y de los happenings, sino de los cuales tiene que salir mi pan y
el trabajo colectivo de los poetas, mi vida.
que buscaron un sello propio para
darse a conocer. No fue casuali- Este poema3 leído por Simón Co-
dad que optasen por utilizar un de- rral carece de todo cuanto dicta la 13
terminado espacio de la Casa de métrica literaria, ya que como se
la Cultura Ecuatoriana ya que al dijo anteriormente, los tzántzicos
transgredir el statu quo, enviaron se colocaron fuera de los modelos
un mensaje directo en contra del tradicionales. Su contenido directo
monopolio cultural. Había llegado y cuestionador, exigía una res-
el momento de modificar las re- puesta inmediata de partes de
glas, y de abrir la posibilidad de un quienes lo escuchaban, en sinto-
relevo generacional. nía con aquella frase del escritor
francés Frantz Fanon “todo espec-
Yo grito a vosotros que estáis ahí y os tador es un cobarde o un traidor”,
digo: ¡Levantaos! ¡Creedme! Hay hun- que los tzántzicos la aplicaron
didos aún bajo el sol más candente, como propia.
aún bajo el amor de una madre hay
quienes se corrompen las entrañas y Como era de esperarse, la opinión
se dejan escupir sobre los ojos, y se pública en Quito estuvo dividida.
dejan guillotinar por una burguesía. Hubo quienes desde una posición
Pero yo sé que mi grito llegará hacién- conservadora, negaron la validez
dose hojas de fuego a donde los indo- artística del acto recitante tzánt-
lentes, y descuartizará a los que nos zico, intentando a través de la
descuartizan. Y yo grito este momento burla, hacerlos ver como “unos jó-
La automarginación tzánzica

ante vosotros que no me veis, pero venes de raras aficiones”4. Más

3 Este poema ha sido extraído del guión original de “Cuatro gritos en la oscuridad”.
4 En el periódico La Calle dirigido por el escritor Alejandro Carrión, salió publicado un artículo con fecha
1 de mayo de 1962, en el que irónicamente se llamaba a los tzántzicos “Zancitas”, sugiriendo que los
poetas utilizaban raros procedimientos como recitar versos en la oscuridad con sospechosos gritos,
para anunciar la llegada de una nueva edad, en la que estos jóvenes podrían actuar juntitos, señalando
de paso que desde que subió al poder el velasquismo, proliferaban “jóvenes de esa naturaleza”.

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Susana Freire García*

también existieron los que se iden- Guayaquil el 1 de junio de 1962 y


tificaron con esta renovada pro- en la Casa de la Cultura Ecuato-
puesta, abriéndose con esto no riana (Núcleo Tungurahua) el 19 de
solo un debate entre los artistas, junio del mismo año; el del Munici-
sino también entre los miembros pal Tennis Club de Quito (julio 21
de la sociedad civil. de 1962) con la participación de un
14 nuevo integrante como lo fue Al-
A este recital se unieron otros como fonso Murriagui; el recital en agosto
el brindado en la Universidad de de 1962 para la Asociación de Em-

JULIO - 21 - 62
La automarginación tzánzica

SIMON CORRAL
ULISES ESTRELLA
MARCO MUÑOZ V.
ALFONSO MURRIAGUI

Recital tzánzico Municipal Tennis Club, julio 21 de 1962. Archivo Suana Freire García

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Susana Freire García*
pleados de la Fábrica La Internacio- meno interesante tomando en
nal; la lectura del Primer Manifiesto cuenta que la opinión pública es-
Tzántzico en el Salón Máximo de la taba divida en Quito, por el com-
Facultad de Filosofía de la Univer- portamiento de los poetas que
sidad Central (agosto de 1962), y el llevaban prendas de jean antes
recital Manifiesto y Galope en la que terno y corbata, o que se co-
Casa de la Cultura Núcleo del Gua- locaban de espalda al público para 15
yas (septiembre de 1962). incitar aún más a los presentes. Al
respecto Ulises Estrella en su obra
La ética y estética tzántzicas fue- Memoria incandescente, reseña
ron tan innovadoras como polémi- una frase acuñada en la época,
cas, así que los poetas ampliaron que encierra toda la conmoción
su accionar a distintas áreas. Lo- que suscitaron estos actos recitan-
graron llevar su poesía a sitios tes:5 “Ir al próximo recital para
marginados de los circuitos cultu- echarles agua hirviendo, pero de
rales oficiales, y de repente fábri- todas maneras ir”.
cas, aulas universitarias, recintos
populares, comenzaron a llenarse Esta polarización social motivó a
de un público nuevo y receptivo que los tzántzicos incursionaran
ante esta manera de producir arte. en el mundo de la radiodifusión a
Las notas periodísticas de la través del programa radial “Ojo del
época señalan que en cada acto Pozo” en Radio Nacional del Ecua-
recitante concurrieron entre 200 y dor, para seguir formando un
300 personas, lo cual fue un fenó- nuevo público:
La automarginación tzánzica

5 Durante los siguientes años los tzántzicos presentaron una serie de actos recitantes entre los que se
pueden nombrar: Contrapunto, Recital para nosotros mismos, Anfiteatro, Oratorio por el hombre,
Pepe salta la llama, La muerte del cisne, Contra candela candela, Ciber propagus mentis, Historia de
una reforma agraviante, Estipendio de las Armañas de los Democraso Inocentes, A golpe de cascos,
Salto al monte, Manifiesto a 10 voces, Fábula del ascenso y descenso de la vaca y cómo acarreó en
su pendiente a cuántos semovientes más, y Piscis viaja.

Línea recta
Susana Freire García*

combinar música y poesía dentro


de una concepción vanguardista.
Para que los lectores tengan una
idea lo que El Ojo del Pozo repre-
sentó para la época, se reproduce
a continuación un extracto del con-
16 tenido de uno de los programas
Integrantes del movimiento tzánzico emitiendo el pro- emitidos al aire durante el año
grama radial Ojo del Pozo. Archivo Susana Freire
García 1965, y que contó con la partici-
pación de Alfonso Murriagui, Uli-
Nosotros como tzántzicos, consegui- ses Estrella y Jorge Escobar:
mos realizar un programa, gracias a
la presencia en la Radio Nacional de Abrimos hoy esta palabra radial con
Humberto Pérez, hombre de izquierda una pequeña pero segura sensación
que nos sugirió hacer algo para la de que se inicia un nuevo orden de
radio (…) El programa se llamaba Ojo cosas, año tras año, día tras día, gru-
del Pozo. Lo hacíamos todos los pos de gente, estudiantes, artistas,
tzántzicos con el apoyo de Álvaro San poetas e intelectuales hablan de una
Felix y Jorge Escobar. El programa cultura ecuatoriana, y al hacerlo pien-
empezaba con música extraña, las san en nombres, títulos académicos,
cortinas musicales de ese entonces instituciones, glorias pasadas, menta-
eran marchas norteamericanas y pa- lizadores de cenáculo o simples co-
sillitos, pero nosotros teníamos corti- lumnistas dominicales, y sucede que
nas musicales de compositores la tan mentada cultura nacional, al
clásicos. Luego una voz decía “tzánt- estar perdida en estos oscurantistas
zicos” y después pronunciábamos en manipuleos de privilegio e incapaci-
coro “Ojo del Pozo”, para posterior- dad, significa menos que una frase
La automarginación tzánzica

mente dar lectura a los textos poéti- trunca o un proyecto mal empezado
cos. (Murriagui 2008, pp.44-45). (…) el ser de cultura nativa empezará
a aparecer tan solo cuando hayamos
Con música de Dvorak, Stravinski meditado todos en conjunción: cam-
y Debussy como telón de fondo, pesinos, obreros, oficinistas, estudian-
los poetas empezaron a producir tes, profesionales o artistas de cómo
su programa radial con el afán de somos, qué elementos constitutivos

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Susana Freire García*
han dado lugar a nuestro especial “intelectualidad” tenía una posición
modo de ser, en qué circunstancia fí- oscilante, que se definía en veces por
sica vivimos, qué proyección tenemos la consagración, en veces por el opor-
como pueblo. tunismo, en veces por la traición (…)
Creemos en la revolución, y que ésta
A la incursión en el mundo radial la va a hacer el pueblo”. Tzántzicos,
se unieron otras iniciativas. En el Revista Pucuna Nº 8, Quito, octubre 17
año de 1964 entablaron relación de 1967.
con el director italiano de teatro
Fabio Pacchioni, que dio origen a En su condición de poetas trashu-
la fundación del Teatro Ensayo, di- mantes los tzántzicos se propusie-
rigido por el tzántzico Antonio Or- ron desarrollar una cultura de
dóñez. Además en ese mismo año riesgo, que tuvo en el Primer Ma-
fundaron el Cine Club Cultural, nifiesto Tzántzico (1962) sus line-
para proyectar por vez primera en amientos filosóficos. A través del
Quito películas de Fellini y Anto- mismo denunciaron la complicidad
nioni. A la par y como parte del de los actores culturales con un
compromiso del creador con la so- sistema que desde sus raíces evi-
ciedad, impulsaron tanto la Asocia- taba el debate, y privilegiaba un
ción de Artistas y Escritores del premeditado silencio que se exten-
Ecuador, como la creación del
Frente Cultural en 1968, mismo
que consolidó el trabajo de los
tzántzicos a nivel sindical con el
Teatro Obrero, y a nivel estudiantil
con el Teatro Politécnico.
La automarginación tzánzica

La cultura del riesgo

“Desde el primer grito, insulto o pa-


tada que dio nuestro movimiento, es-
tuvimos contra los consagradores y
los que se dejan consagrar, contra las
consagraciones. Porque vimos que la

Línea recta
Susana Freire García*

día a todos los campos de la so- cedía en el país, los tzántzicos


ciedad. Es por ello que resulta buscaron la manera de que el
clave analizar el contenido de Ecuador, no se quedara al margen
dicho manifiesto el cual en resu- de lo que acontecía en otros paí-
men estableció las siguientes di- ses. Por eso establecieron víncu-
rectrices: análisis del ambiente los con movimientos iconoclastas
18 cultural del Ecuador en 1962; el como los Nadaistas colombianos,
estado de anquilosamiento en el los Mufados argentinos, El Techo
que habían caído las manifestacio- de la Ballena de Venezuela, y los
nes culturales en especial la litera- beatniks norteamericanos, cuyos
tura; la urgente reducción de miembros también cuestionaban
“cabezas engrandecidas” (en es- en sus respectivos países, la
pecial las de los representantes de forma en que las manifestaciones
la literatura del 30); cuestiona- culturales coadyuvaban, a que ese
miento a la forma en que ciertos sistema colonizador y excluyente
sectores de la sociedad manipula- se replicase en las relaciones so-
ban a favor de unos pocos, y el ciales. Un claro ejemplo de ello es
compromiso del artista para trans- el poema del poeta nadaísta co-
formar al mundo a través de una lombiano Gonzalo Arango que se
revolución de conciencias. Para reproduce a manera de imagen,
los poetas era imposible escribir por cuanto fue escrito a puño y
sin comprometerse con aquellos
que sufrían las consecuencias de
la marginación y la pobreza, ya
que el arte y específicamente la
poesía, constituían las herramien-
tas para evidenciar los problemas
La automarginación tzánzica

de vivienda, educación, salud, go-


bernabilidad, dependencia econó-
mica con las grandes potencias,
injerencia de gobiernos extranje-
ros, y otros asuntos inherentes a la
década del sesenta. A la par de
cuestionar internamente lo que su-

Línea recta
Susana Freire García*
letra por el autor6, y que encierra de la que sostendrán coloquios, darán
aquel espíritu de solidaridad que conferencias sobre diversos tópicos
existía entre los poetas trashu- de la cultura contemporánea actual, y
mantes de América. En esta así mismo se proveerán de libros y re-
misma línea y sin más auspicios cogerán impresiones sobre los movi-
que su voluntad de compartir su mientos intelectuales que en ellos
poesía, varios tzántzicos salieron existen. El día de ayer establecieron 19
del país haciendo efectiva la cul- contacto con jóvenes poetas de los di-
tura del riesgo. Mientras el poeta versos grupos literarios existentes en
Estrella hizo un recorrido por va- nuestro medio.
rios países de Centroamérica
hasta llegar a México y posterior- Esta conexión con movimientos li-
mente a Estados Unidos de Norte- terarios de otros países les permi-
américa para dar a conocer el tió a los tzántzicos superar las
trabajo del movimiento; los poetas barreras de provincianismo cultu-
Raúl Arias, Rafael Larrea y Alfonso ral, y comprender que lo que pro-
Murriagui realizaron una gira cultu- vocaba el anquilosamiento
ral por América Latina en 1965. artístico y social del país, era pre-
Prueba de ello es la nota periodís- cisamente la sobrevaloración que
tica publicada en el periódico La se había otorgado a ciertos intelec-
Industria de la ciudad de Trujillo tuales y ciertas obras, por el des-
(Perú) de octubre 17 de 1965, titu- conocimiento que se tenía de lo
lada “Tres poetas del Ecuador en que se producía en el exterior. Y
Trujillo”: este provincianismo también se
extendía a la forma en que ciertas
Tres poetas jóvenes ecuatorianos (…) instituciones culturales eran dirigi-
se encuentran en Trujillo. Ellos son das, ya que solamente entre unos
La automarginación tzánzica

Raúl Arias, Alfonso Murriagui y Rafael pocos se repartían la dirección de


Larrea (…) Realizan una gira cultural las mismas. Es por ello que la de-
por países latinoamericanos a través nuncia tzántzica desarrollada

6 Este manuscrito me fue obsequiado por el poeta Ulises Estrella (+), años después de que publiqué
el libro sobre el movimiento tzántzico, de ahí que haya mantenido inédito este material.

Línea recta
Susana Freire García*

desde 1962, tuvo su hito más im- 1967, los tzántzicos denunciaron
portante en el año de 1966, con la la actitud de Carrión, quien lejos de
toma de la Casa de la Cultura promover la reforma de la CCE,
Ecuatoriana por parte de la Asocia- defendió el criterio de la restaura-
ción de Escritores y Artistas Jóve- ción, comprendida como el re-
nes del Ecuador AEAJE liderada greso del viejo orden que ellos
20 por los tzántzicos. Al respecto es impugnaron. Esta crisis llegó a su
válido mencionar que en el Tercer punto culminante, cuando Carrión
Congreso realizado por la AEAJE ofreció un homenaje el 18 de no-
en 1966, sus integrantes decidie- viembre de 1967 en casa del pintor
ron reorganizar la Casa de la Cul- Oswaldo Guayasamín, al presi-
tura Ecuatoriana, en vista del dente de la república Otto Arose-
entreguismo de su presidente mena, en donde además
Jaime Chávez hacia el mandatario Arosemena le ofreció a Carrión el
de turno Clemente Yerovi. El 25 de cargo de Embajador en México,
agosto de 1966, los miembros de ofrecimiento que fue aceptado por
la AEAJE, ocuparon las instalacio- el escritor. Esta conciliación con la
nes de la CCE, cuya acción fue cúpula del poder de parte de Ca-
respaldada en Guayaquil, Lata- rrión, fue denunciada por los
cunga y Cuenca. El pedido fue di- miembros de la AEAJE, ocasio-
recto: una orientación democrática nando además la salida de la CCE
de la CCE y la renovación de los de varios intelectuales jóvenes
miembros de la misma. Tras varias que fueron parte del movimiento
reuniones, el 12 de noviembre del renovador del año 19667. Como
mismo año, la Junta Plenaria eligió bien lo expresó Agustín Cueva: “no
nuevamente como presidente de habíamos cuestionado a un hom-
la CCE a Benjamín Carrión. Apa- bre, sino hecho algo mucho peor:
La automarginación tzánzica

rentemente esta decisión fue acer- destapar la podredumbre política y


tada, sin embargo en marzo de cultural del país”.

7 Entre los intelectuales que renunciaron se hallaban Agustín Cueva, Manuel Agustín Aguirre, Ataúlfo
Tobar, Rafael Larrea, Raúl Arias, Ulises Estrella, Juan Andrade, Francisco Proaño, Jaime Galarza,
Nela Martínez, Egberto Espinosa, Hugo Cifuentes, Gilberto Almeida, Aníbal Villacís, Alejandro Morea-
no, Ricaurte Miranda y Oswaldo Moreno.

Línea recta
Susana Freire García*
Más allá de la crítica romántico, ya que las circunstancias
exigían otra clase de comunicación.
“Los Poetas han dejado de estar re- Y aquí reside precisamente la con-
ducidos a su buhardilla, y no se en- tribución del tzantzismo a la litera-
sueñan ni evaden, ya no se tura ecuatoriana: una oxigenación
tranquilizan con la muerte. Ahora los del lenguaje, una libertad creativa,
Poetas existen entre las multitudes, una literatura reflexiva y no propa- 21
rehacen las alegrías de los hombres, gandística o de cartel. Además la
viven con el sonido de la vida y se en- crítica no toma en cuenta, el público
tregan a él”. Tzántzicos, Revista Pu- que en la década del sesenta se
cuna Nº 4, Quito, abril de 1964. formó alrededor de los actos recitan-
tes tzántzicos. Un segundo aspecto
Entre las críticas reiterativas al mo- vinculado al quehacer tzántzico, fue
vimiento tzántzico está la descalifi- la creación de tres revistas8 emble-
cación de la poesía producida por
sus miembros, aduciendo que la
misma tiene una gran carga política.
Si se analizan a diversos movimien-
tos literarios no solo en el Ecuador
sino en otros países, se podrá con-
cluir que en su momento, los actores
culturales defendieron una determi-
nada ideología política, y no por ello
su obra literaria carece de validez.
No es justo caer en el maniqueísmo
y decir “esta poesía es buena y esta
no lo es”, sin tomar en cuenta las
La automarginación tzánzica

distintas aristas que rodean al acto


creativo. En los convulsos años se-
sentas, los tzántzicos no podían es- Pucuna Nº 1, Quito, octubre de 1962. Archivo Susana
cribir con un lenguaje moderado o Freire García.

8 Pucuna contó con nueve números desde octubre de 1962 a febrero de 1968. Indoamérica con ocho
números desde enero de 1965 hasta 1967. La Bufanda del Sol (primera época) con tres números
desde junio de 1965 hasta julio de 1966.

Línea recta
Susana Freire García*

máticas: Pucuna, La Bufanda del ensayos vinculados a la poesía, te-


Sol (primera época) e Indoamérica. atro, cine, pintura y cuento.
En Pucuna los poetas reseñaron
todas sus actividades, y publicaron Varios críticos señalan que el mo-
artículos en los que expresaban su vimiento tzántzico no dejó una
punto de vista en relación a diversos obra de gran envergadura, y que
22 temas. Sin financiamiento o auspi- los poetas no publicaron textos
cios, los poetas de su propio peculio que sirviesen como objeto de es-
publicaban la revista, para hacerla tudio. Medir la trascendencia de un
circular no solo a nivel nacional sino movimiento, bajo una óptica cuan-
internacional. Ellos manualmente ar- titativa resulta superficial. Esta crí-
maban la revista en la Imprenta Ale- tica incluso se extiende, hasta
mana, con una estética responsabilizar a los tzántzicos de
inconfundible (pasta negra, logotipo que el país no haya ingresado en
de una tzantza, hojas colocadas al el boom literario de los años se-
revés para provocar al lector). Y si senta. Esta bizantina discusión,
la revista Pucuna causó polémica en cae en lo que los tzántzicos deno-
el ambiente cultural, Indoamérica, minaron “el provincianismo cultu-
dirigida por Agustín Cueva y Fer- ral”, ya que desmerece la
nando Tinajero, dio a conocer una importancia del proceso literario
serie de ensayos en los cuales se ecuatoriano de los sesenta, y
abordó la situación cultural del país, tiende a establecer comparaciones
y el papel del intelectual como sus- que no se ajustan a la realidad cul-
citador de respuestas ante la crisis. tural del país en aquella época. El
Por su parte La Bufanda del Sol (pri- Ecuador tuvo su propio boom en la
mera época) dirigida por Ulises Es- medida, que se pusieron en evi-
trella, Alejandro Moreano y dencia las situaciones de inequi-
La automarginación tzánzica

Francisco Proaño, promovió la rela- dad que precisamente impedían el


ción con intelectuales9 de América desarrollo integral en el campo de
Latina, a través de la publicación de la cultura. Como bien lo señala el

9 Cabe mencionar que alrededor del movimiento tzántzico estuvieron intelectuales de la talla de Agustín
Cueva, Alejandro Moreano, Francisco Proaño Arandi, José Ron, Esteban del Campo. Por su parte
Abdón Ubidia y Humberto Vinueza formaron parte del movimiento en años posteriores.

Línea recta
Susana Freire García*
crítico norteamericano Michael tura burguesa”, y prefirieron com-
Handelsman: partir oralmente su poesía, y publi-
car con medios propios sus
En lo que se refiere al boom cultural y revistas, sin afanes comerciales. El
teórico del Ecuador, el tzantzismo es lema era irse en contra de las con-
su primera manifestación de relieve sagraciones y los aplausos, dado
(…) Para sacudir y despertar concien- que el interés primordial del movi- 23
cias (…) los tzántzicos llevan su poe- miento tzántzico fue promover un
sía a las calles, a las universidades, a debate ético y estético en torno a
los sindicatos, y en vez de publicar la situación cultural del país y al
sus poemas en un medio donde las compromiso de los creadores, que
publicaciones todavía llegan a pocos hasta el día de hoy sigue teniendo
lectores, deciden acercarse directa- vigencia.
mente al pueblo con hojas mimeogra-
fiadas y recitales públicos (…) En todo
momento los tzántzicos fomentan una
actitud clara de rechazo, y una toma
de conciencia que une al escritor con
su pueblo (Handelsman, 1987, p.14).

Los tzántzicos bajo su lema de tra-


bajadores de la cultura, no publi-
caron una cantidad determinada
de libros10, no porque careciesen
de capacidad, sino porque consi- Interior poemario Ombligo del Mundo de Ulises Es-
deraban que en esta era un “pos- trella, Quito 1966. Archivo Susana Freire García.
La automarginación tzánzica

10 Al respecto es necesario mencionar que durante la década del sesenta, fueron publicados tres poe-
marios tzántzicos de trascendencia como aporte literario: Treinta y tres abajo de Alfonso Murriagui,
Ombligo del Mundo de Ulises Estrella, y Levantapolvos de Rafael Larrea.

Línea recta
Susana Freire García*

Una automarginación necesaria es inevitable en la medida en que


los tzántzicos denunciaron las fra-
Emergemos de un aislamiento íntimo gilidades e inconsistencias del
y social, producto del estrato al que quehacer cultural ecuatoriano sin
pertenecemos (…) No nos deslumbra- concesiones de ninguna natura-
mos con frases conformadas, cree- leza, situación que hasta la actua-
24 mos en la transformación, lo que lidad causa resquemor en
quiere decir que para proyectarnos en determinados sectores. Hoy como
la acción, nos introducimos en un ayer la poesía tzántzica sigue in-
justo baño de verdad (…) Estamos comodando por su lenguaje fron-
limpiando a nuestros progenitores del tal, por los temas que abordó, por
luto del oprobio de la servidumbre, su libertad creativa, por su insolen-
para esclarecernos y esclarecer a los cia. Y esa es una buena señal ya
hijos. Y luego bregar, luchar, morir, que da la medida que nunca será
todos juntos por el nuevo mundo. del gusto oficial ni podrá ser enca-
Tzántzicos. Pucuna Nº 7, Quito, sillada en un modelo determinado.
marzo de 1967. Como contraparte la nueva hipóte-
sis que subyace en el trasfondo de
Al inicio de este ensayo dejé claro este ensayo es la automarginación
que varias de las hipótesis que tzántzica, nacida desde el interior
desarrollé en mi obra sobre el mo- de este movimiento, cuyos actores
vimiento tzántzico siguen en pie, y no buscaron convertirse ni en es-
considero que en este texto he cuela literaria, ni en referentes cul-
brindado las herramientas necesa- turales prestos a la consagración,
rias para corroborar lo dicho. Es ya que desde el inicio consciente-
evidente que pervive aún un silen- mente decidieron colocarse fuera
cio oficial en torno a este movi- de la cultura oficial, asumiendo con
La automarginación tzánzica

miento, y una marginación de su postura todos los riesgos que


parte de quienes consideran que implica crear a contracorriente. So-
lo único válido del tzantzismo fue lamente de esta manera, los tzánt-
su “actitud”, desconociendo todos zicos pudieron contar con la
los aportes éticos y estéticos del libertad requerida para polemizar,
mismo. Aquí es necesario hacer impugnar y subvertir el orden de
una reflexión: la marginación oficial las cosas, culturalmente hablando.

Línea recta
Susana Freire García*
Esa experiencia vivencial de crear das por el poeta, o si por el con-
a partir de una visión humanística trario seguimos sumidos en una
y comprometida, esa versatilidad situación similar a la denunciada
para plasmar su propuesta en di- en el pasado siglo XX:
versos campos estéticos, esa va-
lentía para enfrentar al poder con Existe en nuestro país, desde hace
poesía, representa una impronta mucho tiempo, un manifiesto provin- 25
irrepetible en la historia de la lite- cianismo en la cultura. Los horizontes
ratura ecuatoriana, mas aun en que se nos presentan acerca de los
momentos como los actuales en campos o de las novedades que se
los que la creación artística tiende desenvuelven en otros lugares son los
a la individualidad, y en casos más más reducidos. Apenas “los escogi-
graves a la comercialización y dos” que han logrado salir fuera de las
lucro mediante el uso de corrien- fronteras, logran ponerse en comuni-
tes literarias de moda, o al “inteli- cación con hombres de cultura del
gente acomodo” con la argolla mundo (…) Y se agudiza más la situa-
cultural de turno. Y como la histo- ción en cuanto, agrupados en cerra-
ria es cíclica, el estudio y com- dos círculos, -en tres ciudades del
prensión de los hechos pasados, país-, independientemente se trabaja.
nos permiten enfrentar el presente Así en Quito muy poco se conoce
con conocimiento de causa, caso sobre la actividad que se realiza en
contrario nos vemos avocados a Guayaquil y viceversa. (…) ¿Las ra-
ser simples piezas de un sistema zones? Están claras; siempre han es-
que ataca lo diferente y ensalza lo tado claras, a pesar de que se ha
común. Por eso y a manera de cerrado los ojos ante ellas. La funda-
provocación tzántzica me permito mental: la ineficaz labor de los orga-
cerrar este ensayo con la repro- nismos culturales especializados, y de
La automarginación tzánzica

ducción de un artículo de Ulises los grandes medios de difusión ciuda-


Estrella titulado “Ecuador 1962” dana como son la prensa y la radio
(Revista Pucuna Nº 2, Quito, (…) Por otro lado, las entidades “rec-
enero de 1963), para comprobar si toras de la cultura” equivocan su fun-
como sociedad hemos avanzado ción especialmente por debilidad de
frente a las interrogantes plantea- “argolla” de sus directivos.

Línea recta
Susana Freire García*

BIBLIOGRAFÍA

• Cueva Agustín, Entre la ira y la esperanza, Cuenca, Editorial de la CCE Núcleo


del Azuay, 1981.
• ____________, Lecturas y rupturas, Quito, Editorial Planeta del Ecuador, 1986.
• Estrella Ulises, Memoria Incandescente, Quito, Imprenta Noción, 2003.
• Freire Susana, Tzantzismo: tierno e insolente, Quito, Editorial Libresa, 2008.
26
• Handelsman Michael, Incursiones en el mundo literario del Ecuador, Guayaquil,
Editorial de la Universidad de Guayaquil, 1987.
• Pucuna, Edición facsimilar 1962-1968, Quito, Impresión Tallpa, 2010.
La automarginación tzánzica

* Susana Freire García. InvestIgadora especializada en temas históricos.


Correo electrónico: susanafg22@yahoo.com

Línea recta
Raúl Arias*
Tzántzicos dentro y fuera

27

E n el año 1963 los tzántzicos


hicieron un acto desacrali-
zador que denominaron Anfitea-
Ulises describe lo ocurrido: La con-
vocatoria era una cartulina negra
en la que, en letras plateadas, se
tro, poesía puesta en escena informaba de la participación de Un
realizada precisamente en el Anfi- Médico, Dos Practicantes y un
teatro del Instituto de Anatomía del Muerto. Se trataba de la disección
Hospital Eugenio Espejo de Quito. de la sociedad y en particular de la
situación política. El Médico enun-
Ulises Estrella, en su libro testimo- ciaba los errores cometidos por el
nial Memoria incandescente Muerto, que simbólicamente era el
Tzántzicos dentro y fuera

(2003), recuerda que a mediados país. Y se lo veía acostado en la


de ese año, en vísperas de la ins- mesa cubierto con una sábana.
talación de la dictadura militar,” los Los dos Practicantes, junto al ca-
tzántzicos tuvimos una prueba de dáver, leían en coro un poema, una
originalidad en la estética de la re- especie de responso satírico en el
sistencia”. que se fortalecía la necesidad de

Línea recta
Raúl Arias*

la muerte de la vieja sociedad para semanal de lecturas en diversos


que pueda surgir una nueva. De espacios del país.
pronto se levantó el muerto y con
gran vozarrón intimidó al público, Y así era, efectivamente. En este
diciendo: Orden, subversivos, des- tiempo de dictadores disfrazados,
alojen la sala. Los 300 estudiantes de trampas y corrupciones en la
28 que llenaban el auditorio salieron política y en la economía, de fis-
atropelladamente. cales fiscalizados, de caos gene-
ral, los tzántzicos habrían
Estrella anota: El interés no era el vislumbrado la presencia, no de
espectáculo sino una provocación un muerto por resucitar, sino de un
a favor de generar una conciencia Frankestein en construcción den-
crítica. Los actos tzántzicos eran tro de un laboratorio. Es lo que
coyunturales, una crítica de actua- nos entregan a diario los gestores
lidad más que una depuración en de una patria que no sabemos a
los textos poéticos… Buscábamos dónde la llevan. Frankenstein en
escenarios para mantener un ritmo acción bamboleante, terrorífica.
Tzántzicos dentro y fuera

En casa del pintor Oswaldo Guayasamín, de izquierda a derecha: Simón Corral, Antonio Ordóñez, Raúl Arias,
Alfonso Murriagui, Marco Muñoz, Euler Granda y Luis Corral.

Línea recta
Raúl Arias*
Los actos recitantes de los vera acusación social que luego
tzántzicos formularía de manera directa.

Coyunturales, de acuerdo a la Ahora: odiado por los derechistas,


vida social y política del Ecuador detestado por mini y micro ensa-
o de Latinoamérica, los tzántzi- yistas que le aplican la cobarde y
cos elaboraron textos, poemas, sistemática represalia del silencio, 29
canciones, collages. Con pocos ignorado por pontífices y periodis-
recursos pero mucha imagina- tas “sesudos” pero aplaudido en
ción, resolvían una puesta en es- universidades, colegios, sindica-
cena de acuerdo al tema tos, etc., el tzantzismo, tierno e in-
desarrollado. solente, es, mal que pese a sus
adversarios, la verdad de nuestra
Anotemos que durante el tiempo que cultura (y el público así lo siente:
gobernó la dictadura militar entre los tzántzicos son los únicos poe-
1963 y 1966, se realizaron más de tas capaces de tener lleno com-
15 recitales y numerosos eventos, pleto en cualquier local donde se
alusivos a la política represiva. presentan).

Agustín Cueva valoró de manera Negación de toda retórica, es, a


precisa el papel desempeñado por la vez, nuestra poesía y la impo-
los poetas tzántzicos y así se ex- sibilidad actual de una absoluta
presó en su ensayo Entre la ira y poesía: es el germen y el fracaso
la esperanza: de nuestra ternura; la dimensión
exacta, auténtica, de un momento
En efecto, los tzántzicos aparecie- en el que el artista toma concien-
ron cuando en Ecuador se había cia del alcance social como de las
pasado de la literatura de la mise- limitaciones de la palabra. Por
Tzántzicos dentro y fuera

ria a la miseria de la literatura, para eso, entre el acto y el grito pró-


decirlo parafraseando a Marx, y ximo al estallido, el tzantzismo se
por eso su primera reacción fue la afirma como una forma de arte
de denunciar a los literatos y a la ceremonial y agresiva, destinada
literatura-denuncia que por su- a vencer la capa de inercia,
puesto llevaba ya, implícita, la se- cuanto la barrera opresiva-repre-

Línea recta
Raúl Arias*

siva que le oponen los detentado- Damos por sentado que es impo-
res del poder socio-político. sible la existencia de un arte que
defienda la injusticia y la explota-
La herencia: proseguir en la ción del hombre por el hombre.
lucha. Sabemos que existe solo una po-
sibilidad para lograr una buena
30 El tiempo, en su implacable reco- obra y una verdadera actitud: la re-
rrido, se ha ido llevando uno a uno beldía.
a estos poetas de la resistencia y
la formación de una conciencia so- Sin plantear una norma estética,
cial que permita enfrentar y dete- reclamamos una actitud del crea-
ner a los detentadores del poder. dor. Su obra tiene que ser cum-
Sus voces permanecen, su poesía plida como respuesta a ese
es vigente, y en ella se alienta la requerimiento, a esa aspiración del
lucha y la posibilidad de cambios medio que estrechamente le rodea
estructurales. Dejaron huellas im- y de la humanidad con todas sus
borrables, que son recogidas por complicaciones.
poetas de nuevas generaciones a
las que es difícil engañar. No tenemos más que esta vida
para vivir y tenemos que hacerlo
Un texto del año 62, publicado en en medio de esta revolución y por
la revista Pucuna, anotaba: este mundo.
Tzántzicos dentro y fuera

* Raúl Arias. (Quito, 1943). Formó parte del grupo de los Tzántzicos en la década de los años 60 y publicó
en la revista Pucuna sus primeras producciones literarias. En los años 70 se incorporó a la revista La
bufanda del sol. Entre sus obras literarias se encuentran: ‘Poesía en bicicleta’ (1975), ‘Lechuzario,
poesía’ (1983), ‘Espejo: un zapador de la colonia americana’ (1989), ‘Pedal de viento, antología poética’
(2004). También ha trabajado en varias producciones radiofónicas como ‘Pensamiento y cultura de
Nuestra América’ (1980), ‘Escritores Ecuatorianos’ (1981), entre otras.

Línea recta
Sophía Yánez*
El legado poético tzántzico como
una actitud de vida para entender
el presente.
31

“Los jíbaros saben que el aliento de las palabras, que pone en movimiento potencias…
y es lo único invencible ante cualquier conjuro, lo único que conseguiría liberar al ánima
de la cabeza y reunirla con el ánima de su cuerpo”.

César Calvo. Las 3 mitades de Ino Moxo. ( 2015, p.183)

H
El legado poético tzántzico como una actitud de vida para entender el presente
ay cosas sobre las que la noviembre del 2017, decapitaron
Academia nunca nos ense- al chico de la túnica bordada. Se
ñará a escribir. Son experiencias llamaba Samuel Chambers y su
duras que rebasan el espacio de la muerte, ocurrida en Guápulo y es-
hoja, coagulando como un espacio pecialmente sañosa por el des-
en blanco o un grito que se adhiere membramiento del cuerpo, fue
sanguijuela voraz, pero piel aden- reportada por la policía como inde-
tro, sin explicación. Hoy por hoy, terminada2. Años antes, por el
por ejemplo, el Ecuador está gol- 2013, desapareció también David
peado por el secuestro y asesinato Romo, estudiante de la Facultad
de 3 comunicadores más a manos de Comunicación Social de la UCE
del narcotráfico colombiano1. de Quito, cuyo cuerpo, hasta el día
Hace pocos meses, a finales de de hoy no aparece3.

1 Lenin Moreno confirma asesinato de 3 periodistas ecuatorianos. El Universo. Viernes 13 de abril del
2018. https://www.eluniverso.com/noticias/2018/04/13/nota/6711781/probable-muerte-periodistas-dia-
rio-comercio
2 Un ser de luz llamado Samuel Chambers. La Hora. 21 de noviembre del 2017.
https://lahora.com.ec/quito/noticia/1102115712/un-ser-de-luz-llamado-samuel-chambers
3 La Historia sin fin de David Romo. Plan V. Sociedad, historias. 21 de abril 2018.
http://www.planv.com.ec/historias/sociedad/la-historia-sin-fin-david-romo

Línea recta
Sophía Yánez*

Aunque es verdad que las formas acercarse (…) a lo divino del Uni-
en que suceden las desaparicio- verso5. Se señala de otra parte,
nes mentadas son todas muy dis- que la evasión de este esfuerzo y
tintas y que apenas he de las preguntas más esenciales
mencionado algunas, todas conflu- de la existencia, suelen sumirnos
yen a indicar que el Ecuador vive como sociedad en un estado de
32 un estado de impunidad, sin men- impavidez y ataraxia frente a la in-
cionar la corrupción que ha sido justicia y a la corrupción imperan-
develada en las más altas esferas tes6. A esto, el autor Fausto
de la administración de este país4. Segovia le llama el “endograma im-
Esto hace necesario repensar las perante” de una sociedad.
formas de vida y condicionamien-
tos que no nos sirven para caminar Frente a todo ello, la poesía erige
en sociedad y que se han multipli- su credo esperanzado en que el ser
El legado poético tzántzico como una actitud de vida para entender el presente

cado, entorpeciendo y dificultando humano pueda hallar y defender la


la vivencia de un tiempo sagrado soberanía de su alma en el cuerpo
de construcción del ser humano. ineludible de una metáfora. La vida,
Me refiero a la vivencia del tiempo en toda su crudeza y sordidez halla
imprescindible para la construcción descanso y recobra fuerzas en un
del ser, un tiempo exento de la des- sentido del tiempo, cuya guardiana
acralización, que no le haga caran- es la poesía. Es, inevitablemente,
toñas al proceso de secularización el tiempo del apremio por encon-
que forma parte de la modernidad, trarnos con el cuello más oscuro de
un tiempo al que la filósofa espa- nuestros miedos para, desde ahí
ñola María Zambrano en su obra El poder exorcizar, las adversidades,
hombre y lo divino caracteriza injusticias o crisis que nos aquejan
como “un esfuerzo del hombre por como sociedad.

4 Ecuador por primera vez en el Indice Global de Impunidad. El Comercio. 28 de agosto del 2017.
http://www.elcomercio.com/actualidad/ecuador-informe-impunidad-mexico-udlap.html
5 Piñón Gaytán, p. 8. Y también cito: “A María Zambrano le duele el hombre en un tiempo desacralizado,
donde Dios aparece como ausente”( Piñón Gaytán, p.9)
6 El endograma, según los estudiosos de las ciencias de la cultura, explica en parte el fenómeno de la
corrupción. El endograma es una impronta o matriz mediante la cual los sujetos internalizamos valores,
actitudes y creencias propias o ajenas, que se expresan en prácticas sociales conocidas como ‘ethos’.
Segovia en El Comercio. http://www.elcomercio.com/blogs/la-silla-vacia/corrupcion-impunidad-lectu-
ras-alternativas-faustosegovia.html

Línea recta
Sophía Yánez*
El poeta peruano César Calvo7 re- gente. No era como ahora, así: troce-
cupera, en ese sentido, la vivencia ado. Hoy solo algunos brujos, atzibo-
de un tiempo mítico, ya sin bordes, réri o brujos fumadores: shirimpiáre,
en que el sentir cobra cuerpo por pueden conseguir que aquel tiempo
sobre esa distribución mezquina vuelva… y no más de una noche”
del tiempo Occidental que es el (Calvo: 2015. pp. 139-140).
tiempo de la producción o del utili- 33
tarismo alienantes. Calvo, en su vi- Asimismo, el poeta venezolano,
sita al mundo de los asháninkas de Rubén Ackerman (1954 -2017)
la Amazonía Peruana, comparte lo dice en un texto llamado Ars Póe-
siguiente: tica que es necesario suspender el
tiempo, morar en la emoción, vol-
“ …el tiempo no servía para encua- ver a la liviandad del aire, que-
drar el ciclo de lo viviente. No era su dando suspendidos en una

El legado poético tzántzico como una actitud de vida para entender el presente
profesión marcar el paso de lo que metáfora8. Al parecer ambas pro-
vive a lo que muere y de lo que muere puestas de aproximación a un sen-
a lo que vuelve a vivir distintamente, tir cósmico o mítico del tiempo, es
eternamente. No (......) El primer oficio decir, un retorno a un sentido de lo
del tiempo fue fabricar felicidad; impe- que es esencial en nuestras vidas,
dir los daños en la vida, en esta y en el tiempo del crecimiento espiritual
las otras, más allá. Si algo o alguien y el tiempo de las imágenes que
era ocupado por el mal y lo conta- velan y delimitan las partes más
giaba, el tiempo hacía que ese algo o profundas de nuestro ser individual
alguien dejara de crecer. (.......) Enton- y colectivo. Son coordenadas que
ces no existía este tiempo que se fa- demarcan un territorio ontológico
tiga y se echa a descansar igual que

7 César Calvo forma parte del grupo de poetas peruanos de la década de los 60s, junto con Javier He-
raud, Luis Hernández, Antonio Cisneros y Rodolfo Hinostroza, por mencionar algunos de los repre-
sentantes de esa década de las letras peruanas. La obra de César Calvo se alínea en contenido a la
crítica que hacen los poetas tzántzicos ecuatorianos respecto de la hipertrofia de la razón occidental
y el desconocimiento de occidente respecto de las prácticas autóctonas.
8 Lo mejor es detener el tiempo / cuando los dados/ están en el aire a punto de cer/ y ermanecer con
la emoción para siempre(…)Lo mejor es el espacio/ entre la inspiración y la expiración / cuando los
pensamientos se ausentan/ somos livianos como el aire/ ardientes como el sol/ inocentes como un
niño (…….) Lo mejor es quedar suspendidos en una metáfora / Trazarla, sin regresar jamás/ al polvo
y a la tierra” Ruben Ackerman. Ars Poética.

Línea recta
Sophía Yánez*

en donde velamos por una sobe- Ulises Estrella10, Humberto Vi-


ranía espiritual para desde ahí ha- nueza, Raúl Arias poetas tzántzi-
llar el sentido y afrontar las cos11 que han partido ya al Gran
miserias del mundo. Calvo y Ac- Viaje, recurrieron en vida a la ima-
kerman restauran pues, un sentido gen de la reducción de las cabezas
del tiempo que no puede ser con- practicadas en el Oriente ecuato-
34 tenido en la mezquindad de un riano y peruano, apostando por un
reloj, sea éste de cuerda o digital símbolo que llamara a la necesidad
o biométrico. de repensar la realidad reduciendo
el logocentrismo, la hipertrofia de la
Los fundadores del Movimiento razón, el tiempo lineal y la sobresa-
Tzántzico9 lo sabían. Euler Granda, turación del pensamiento para re-
El legado poético tzántzico como una actitud de vida para entender el presente

9 ( Sobre el término tzántzico) “ El término proviene del shuar (“jíbaro”) tzántzico: “hacedor de tzantzas”,
reductor de cabezas humanas. Se ha considerado que el grupo surgió como reacción a la degradación
literaria y al aburguesamiento, caracterizándose por su actitud revolucionaria tanto en arte como en
política, manifestándose en la publicación de revistas y en recitales, “actos” en espacios como cole-
gios, sindicatos, barrios populares y sindicatos. Se ha valorado al movimiento por su impacto y decisiva
contribución al cambio en la forma de ver el mundo en el país. Así, y aunque aún las versiones son
encontradas al respecto, se reconoce que filosóficamente el grupo se nutrió especialmente del exis-
tencialismo en su vertiente sartreana y en alguna medida de Heidegger, en los intentos de superación
de la metafísica, cuestionar la razón ontológica y revalorar la experiencia vital.” Murragui, Alfonso.
Los tzántzicos http://repositorio.uasb.edu.ec/bitstream/10644/3205/1/T1187-MEC-O%C3%B1a-Sig-
nificado.pdf
10 Ulises Estrella. (1939-2014) Hombre de cine y poeta “Antes de su invento, el cine ya estuvo en nos-
otros. Hemos proyectado hacia dentro universos de sueño que la vigilia jamás conocerá ” nos dice
revalorando el lugar prevalente de la imagen en la creación. Tiene por obra: Clamor (1962) co-autor
con Alejandro Katz
• Ombligo del Mundo (1966)
• Apenas de este mundo (1967)
• Convulsionario (1974)
• Aguja que rompe el tiempo (1980)
• Fuera del Juego (1983) ganador del Premio Jorge Carrera Andrade, Quito
• Sesenta Poemas (1984)
• Interiores (1986)
• Cuando el sol se mira de frente (1989)
Ver: Diario EL TELÉGRAFO. https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/carton/1/ulises-estrella-hombre-
solar-y-poeta
11 El movimiento tzántzico tuvo su máxima expresión en los años 60s. Entre los fundadores del movi-
miento tzántzico, según Iván Carvajal, “ se pueden nombrar como famosos reductores de cabezas
tradicionales y contraventores a Ulises Estrella, Rafael Larrea, Marco Muñoz, Raúl Arias, Antonio Or-
dóñez, Simón Corral, Alfonso Murriágui y Marco Velasco, quienes fueron sus iniciadores; posterior-
mente se incorporaron Humberto Vinuesa, Abdón Ubidia, Alejandro Moreano e Iván Carvajal. Muy
cercanos a este movimiento, aunque no pertenecientes a él, estaban Agustín Cueva y Fernando Ti-
najero” ( Ver Carvajal, El tzantzismo en el Ecuador. op. cit)

Línea recta
Sophía Yánez*
tornar, en cambio, al camino y al que existe a veces, por los lengua-
tiempo de la espiral cósmica del co- jes diferentes o aquello que se per-
razón, del sentir visionario y de la cibe como indómito o salvaje. En
imagen intuitiva, desde los que es esos lenguajes diversos radica qui-
posible el ensamblaje sano de una zás la poética que nos vuelve
sociedad, su cultura y tradiciones, seres posibles, en medio del tedio
es decir, el retorno a la médula y el sin tiempo al que nos conmina 35
desde la cual nos llaman a ser sen- la lógica de Occidente. Vuelvo
sibles y conscientes las cosas y el pues, con esto, el ojo del corazón
mundo que nos rodea o, si se al tiempo de la metáfora.
quiere, parafraseando al autor Se-
govia, antes citado, revisando De Euler Granda (1935-2018) me
nuestro “endograma”. interesa la actitud denuncia de las
desigualdades sociales sobre todo

El legado poético tzántzico como una actitud de vida para entender el presente
Los tzántzicos sabían que el en dos poemas: el Poema sin
tiempo ni la médula que habita en llanto y Los sentimientos puros:
las cosas no podía ser medido. Sa- hay que tenerse duro, Juana Tixe.
bían que la imagen y la metáfora En ambos textos, el poeta canta a
eran las cerbatanas y el veneno seres marginales, cuya condición
con el que la sociedad habría de indígena, hace de ellos víctimas de
despertar, a pesar de si misma. la antropofagia de las castas socia-
Apropiarnos del legado poético les que heredamos desde la colo-
tzántzico es entonces, abrazar una nia. Pero no solo eso. Son textos
actitud de vida que nos sirve para cuyo mensaje transforma al lector.
sobrellevar un presente en donde, Desde el inicio hasta el final de
como sociedad, pareceríamos estos poemas, Euler Granda toma
haber dejado de crecer. Intentaré de la mano al lector y lo guía por
señalar y dialogar, entonces, con el camino de cardos y espinos que
dos de los poetas tzánticos Euler viven estos personajes de tal ma-
Granda y de Humberto Vinueza, nera que, cuando el viaje de los
para reflexionar sobre la moderni- versos termina, hemos sido toca-
dad y su violencia, sobre la nece- dos por la espada de la justicia de
sidad de volver los ojos también, si su poesía e, inevitable y mágica-
no sobre todo, hacia aquel terror mente, nos ha salvado de la indo-

Línea recta
Sophía Yánez*

lencia y la ataraxia. El Poema sin huasicama, podrían ser compara-


Llanto, por ejemplo, bien podría bles a la ira social que un artista
haber sido escrito, con algunos del hambre y de la luz, un busca-
cambios, para el joven artista, Sa- dor de verdades, sea harekrishna
muel Chambers, cuyo asesinato o rastafari, podría suscitar en una
dejó estupefacto a todo Quito el sociedad misoneísta, convencional
36 pasado noviembre. Si cambiamos y poco abierta a las excentricida-
la palabra “indio” por “artista” o por des, tal como sucedió en el asesi-
“diferente”, aún cuando el ele- nato de Samuel Chambers, sobre
mento histórico del racismo muda- quien ya he hablado. Granda re-
ría, la violencia continuaría fuerza la idea de la indiferencia
sumándose contra el cuerpo de frente al maltrato de esta manera:
una belleza indefensa, cuya retó-
rica permanecerá, para siempre, “la cara destrozada,
El legado poético tzántzico como una actitud de vida para entender el presente

en los más profundos y secretos Quedó como las hierbas


tejidos. Cito: (………………..)
Y nadie dice nada;
“Hoy mataron a Juan Lo mataron sin que nadie lo notara,
el Huasicama. Sin que a nadie le importara nada.”
Lo mataron a palo en día claro, (Granda, p. 40)
lo mataron por indio,
porque trabajaba como tres Los caminos del infortunio y de la
y nunca sació el hambre adversidad preocupan y no poco al
(…………………………) poeta Euler Granda. Son los eco
Porque dormía sobre el suelo del existencialismo sartreano y ca-
y con su mala suerte cobijábase, musiano presentes en su visión de
porque amaba la tierra la vida y si bien no hay una pre-
como la aman los árboles; gunta directa, como consecuencia
lo mataron por bueno, de dicha filiación o contagio de
por animal de carga. ideas proveniente de los existen-
(Granda, p.40) cialistas franceses, Granda cons-
tantemente indaga, como el
La displicencia y el desprecio que médico hermanado con los proble-
siente el patrón contra Juan, el mas más hondos de la psique hu-

Línea recta
Sophía Yánez*
mana que era, en los tejidos del El poeta siembra ternura así donde
sufrimiento, como si buscando una habría indolencia. Vuelve sobre la
respuesta para las pruebas de la agonía de Juana Tixe, a causa del
existencia o como si quisiera un desgaste físico y de la tuberculo-
camino posible de salvación. Así, sis. El legado que nos deja el
en Los sentimientos puros ( quizás poeta Granda es claro y sigue la
haciendo una venia a Pedro Jorge línea de la denuncia social ya tra- 37
Vera y su obra magna Los Anima- zada magistralmente por un Galle-
les Puros) se dirige a Juana Tixe, gos Lara en Las Cruces sobre el
para llamarle a que se tome con Agua, de un Pedro Jorge Vera en
fuerza de la vida, a pesar de que Los Animales Puros o de un Bal-
su existencia parecería repetirse domera de Alfredo Pareja Diezcan-
sin fin en la interminable tarea de seco.
cargar ladrillos. Hay, sí, un eco del

El legado poético tzántzico como una actitud de vida para entender el presente
Mito de Sisifo mito trabajado por “Me pateó por la espalda la noticia
el existencialista Albert Camus), un y no es que el hecho sea insólito
personaje destinado al castigo de ni caiga de sorpresa,
cargar piedras hasta la cima de porque todos los días
una montaña para verlas caer y suelen morir así
luego recogerlas y cargarlas y así, las gentes de mi pueblo
ad infinitum. Cito: y nadie se conmueve
y nadie ofrece recompensas
“ Hay que tenerse duro Por hallar al culpable…”
Juana Tixe (Granda: 2017. Op. cit. p. 106)
porque la vida corcovea
Y como si esto fuera poco, Existe, sin embargo, la otra cara
nos empujan. de la moneda. Euler Granda nos
Aunque te maten los dos brazos; deja en los poemas La duda y La
aunque te ahogue en ambas piernas, droga, los elementos empoderado-
aunque drogas te embutan res de la esperanza y de la juven-
a cambio del total de tu sonrisa, tud. Con sus versos restituye el
con fuerza valor y la templanza para continuar
hay que abrazarse de la vida.” haciendo camino. La esperanza y
(Granda: 2017, op. cit. p.106) el espíritu de la juventud, compren-

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Sophía Yánez*

dida como pasión, son centrales a “se torna pertinaz el aullido sin abece-
la actitud de vida del creador. Cito dario o el llamado desde toda la len-
del poema La duda: gua. Y al fin, en medio de camaretas
y cohetes sensibles se produce la sig-
“No sé si para bien o mal, nificación en el verso que ilumina la
pero algo siempre nos rescata: diferencia, la humana identidad,
38 una nueva mujer, hecha con el poder de natura que
un trozo de palabra, fluye hacia el alumbramiento con jú-
o algún sueño en hilachas bilo de unidad primigenia, pero tam-
(………………) bién con palabras insustituibles e
Cayendo y recayendo indispensables silencios, bajo los de-
en la trampa de ratas vaneos de la embriaguez de alguna
que llaman esperanza” certeza. Unas veces se configura con
(Granda. Op. cit. p.71) la invisibilidad y otras, con la voz des-
El legado poético tzántzico como una actitud de vida para entender el presente

nuda del lenguaje, siendo ambas con-


Sumada a la esperanza y la pasión jetura y presencia en cualquier
que contagia Euler Granda en los tiempo. No hay medias tintas: se trata
textos poéticos notados, reparo en de la vital aventura de la poesía…”
dos aspectos muy centrales a la (Vinueza, Humberto. Del libro De la
producción poética de Humberto Esencial Analogía)
Vinueza: el sonido y la duda que
engendra el conocimiento. En sus La aventura vital de la poesía
versos, el poeta adscribe, primera- llama también a repensar, como le-
mente, a un sonido que se alinea gado que nos dejan los poetas
con la verdad del Cosmos. Su uni- tzántzicos la forma en que nos
verso es esencialmente sonoro, construimos como seres humanos
tanto en la composición de los ver- y con ello, la revisión de la mirada
sos cuanto en su trasfondo metafí- con y desde la cual convenimos,
sico. Le interesa guardar fidelidad como sociedad y como Academia,
a un sentido de búsqueda de lo sa- qué es y qué no es el conoci-
grado y es casi pitagórica en ese miento. Teoría y práctica siempre
sentido. Escucha el llamado de la han de estar en movimiento y ali-
poesía y realza el milagro poético o mentándose entre si, pero Vinueza
el “aullido letrado” de esta manera: en La Constelación del Instinto, re-

Línea recta
Sophía Yánez*
alza la esperanza que recae en la entre la teoría y la práctica
serendipia: aquel descubrimiento está un hombre indefenso contra la ti-
feliz que acaece sin ser buscado niebla
necesariamente y que pone en tela y de espaldas al vacío o al revés
de duda todo lo que la teoría po- o sea la tiniebla indefensa
dría querer decirnos. El poeta, tal contra la teoría
como si advirtiera en contra del el vacío de espaldas a la práctica 39
amaestramiento o la domestica- y en todo este revés el hombre al
ción, adscribe a una fuerza mayor, medio."
que es absurda para el pensa-
miento racional, pero que libera al Para ir cerrando este breve artí-
alma y eleva a la poesía a un acto culo, pienso que es importante res-
de fe sin el cual no es posible tituir también como legado de este
constatarse realmente vivo. Here- grupo poético, aquel tiempo de las

El legado poético tzántzico como una actitud de vida para entender el presente
damos pues, de este poeta tzánt- metáforas que congrega a las per-
zico el regalo de confrontar las sonas a reunirse más allá de las
ambivalencias y ambages como prácticas utilitaristas y pragmáticas
lugares de partida y de llegada de a las que nos llama el sistema. Re-
la espiral siempre viva y móvil del cuérdese que era una práctica de
conocimiento. Cito el mencionado vida para este grupo poético el
poema de Humberto Vinueza: reunirse el viernes por la noche en
el Café Águila de Oro, al que lla-
"Entre la teoría y la práctica maron "77 Café", para discutir
hay una tórtola empollando huevos de sobre poesía, política y otros
tortuga o al revés temas culturales. En este sentido,
entre la tórtola y la tortuga el crítico Slavoj Zizek señala que
la teoría empolla huevos de práctica la pérdida del contacto emocional
o al revés directo entre los seres humanos,
nada hay tan esperanzador como la ahora asolados por la tecnología
chiripa cibernética, ha alterado las formas
la continuidad en la variación de relacionarse de los seres huma-
la metamorfosis de lo viable en eficaz nos. Los espacios de comunión
y la incesante ponedera entre algo y social interpersonal requieren es-
algo pacios de discusión para hacer

Línea recta
Sophía Yánez*

que prolifere un sentido del tiempo Picabia, cuando éste conminaba


sagrado que propicie la integración a la sociedad francesa de la época
de los actores sociales. Cito: a levantarse, a recibir en pie la lle-
gada del movimiento Dadaísta:
“Para Žižek, la interpasividad destruye
lo social al romper las conexiones “Todos están acusados; levántense.
40 emocionales entre nosotros. La tecno- El orador solo les puede hablar si
logía digital determina patrones de están de pie. De pie como para la
asociación mediante algoritmos com- Marsellesa. De pie como para el
plejos que previenen o remplazan el himno ruso. De pie, como para el God
trabajo emocional que la interacción Save the King…”
social exige, proveyendo una simula-
ción de la vida social en lugar de la ex- Las masas que nos habitan deben
periencia auténtica.12” de estar de pie, escuchando con
El legado poético tzántzico como una actitud de vida para entender el presente

avidez los sonidos que el hombre


Simulación versus vivencia, asep- lobo del hombre profiere en un
sia versus involucramiento pare- tiempo que no puede ser medido
cen ser indicios de los tiempos que en un reloj biométrico, si no en el
vivimos y del endograma que con- latir silencioso de las imágenes que
forma una manea de vida que hoy conspiran por el género humano y
por hoy acepta como normal los su salvación, en medio de los ava-
múltiples registros de violencia y tares tecnológicos. Una relectura
de corrupción que parecen haber de El mito del eterno retorno de
llegado para quedarse como algo Mircea Eliade o de El llamado de lo
normal, a convivir entre nosotros. Salvaje de Jack London podrían
Frente a ellos, será necesario qui- poner algo de orden y ayudarnos a
zás remontarnos a uno de los entender el legado crítico que nos
ismos que repercutió en el movi- dejan los poetas tzánticos ecuato-
miento tzántzico. Me refiero al Ma- rianos. Y de esto se desprenden
nifiesto Caníbal de Francis dos asuntos centrales: el res-

12 SWART, William. El ser interpasivo y el ser ciborg. Opción. Exégesis. 198.


http://opcion.itam.mx/?p=2033)http://www.planv.com.ec/historias/sociedad/la-historia-sin-fin-david-
romo

Línea recta
Sophía Yánez*
guardo del tiempo de las esencias acostumbra la tecnología que ali-
y de la ontología sagrada que pro- menta la antropofagia entre los
vee la poesía y de otra parte, la ne- hombres. Sin contar el “phubbing”
cesidad de replantearnos qué es lo y el desconocimiento del patrimo-
civilizado y qué es lo salvaje ante nio y legado cultural propio y que
ciertas actitudes de indolencia y persiste, más de lo que quisiéra-
complicidad tácita a las que nos mos, dentro de las aulas. 41

BIBLIOGRAFÍA

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del Azuay, 1981.Alonso Ahumada. Editor. Opción. No. 192. El hombre y lo di-
vino. http://opcion.itam.mx/?p=1178

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• CALVO, César. (2015) Las 3 mitades de Ino Moxo y otros brujos de la Amazo-
nía.Editorial PEISA, Perú.
• CARVAJAL, Iván. El Tzantzismo en el Ecuador. Matavillela- Gente de Letras.
http://www.matavilela.com/2013/02/el-tzantzismo-en-ecuador-ivan-
carvajal.html
• GRANDA, Euler(2017) Reaparición Incesante. Colección El Almuerzo del Solitario.
Centro de publicaciones PUCE, Ecuador.
• HOMENAJE AL POETA HUMBERTO VINUEZA. Cafelibro. Participantes: Alicia Parra,
Eli Terán Rojas, Fabián Guerrero, Sophía Yánez.
https://www.youtube.com/watch?v=NRtk6IC32ig
• VINUEZA, HUMBERTO. Un gallinazo cantor bajo un sol de a perro. http://reposi-
torio.uasb.edu.ec/bitstream/10644/3205/1/T1187-MEC-O%C3%B1a-Signifi-
cado.pdfhttp://poetahumbertovinueza.com/gallinazo-cantor-sol-perro/
• MURRAGUI Alfonso. Los tzántzicos
http://repositorio.uasb.edu.ec/bitstream/10644/3205/1/T1187-MEC-
O%C3%B1a-Significado.pdf
• OÑA PARDO, Fernando. (2013) Significado y trascendencia de 5 poemarios tzán-
ticos. Tesis de Maestría UASB. Quito, Ecuador.
• PAZOS BARRERA, Julio. Tendencias de la poesía ecuatoriana después de 1950.
Revista Kipus. UASB, Quito

Línea recta
Sophía Yánez*

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brano, una lectura desde Méjico. Tiempo. Laberinto. http://www.uam.mx/difu-
sion/casadeltiempo/98_mar_abr_2007/casa_del_tiempo_num98_08_12.pdf
• SEGOVIA BAUS, Fausto. Corrupción e impunidad. Lecturas y alternativas en El
Comercio, http://www.elcomercio.com/blogs/la-silla-vacia/corrupcion-impuni-
dad-lecturas-alternativas-faustosegovia.html
• TRILNIK, Carlos / Manifiesto Antropófago/ May 1, 1928/
42 http://proyectoidis.org/manifiesto-antropofago/Un ser de luz llamado Samuel
Chambers. La Hora. 21 de noviembre del 2017. https://lahora.com.ec/quito/no-
ticia/1102115712/un-ser-de-luz-llamado-samuel-chambers
• XIRAU, Ramón. María Zambrano: en torno a lo Divino, artículo presente en Pre-
sencia de María Zambrano. Biblioteca de Méjico. No. 68. Conaculta.
• ZAMBRANO María. (2015) El hombre y lo divino. Lima Peisa.
El legado poético tzántzico como una actitud de vida para entender el presente

* Sophía Yánez. Doctoranda del Programa de Letras UASB. Quito, Ecuador

Línea recta
Juan Carlos Cabezas Aguilar*
El método tzántzico fue la “crítica” a
mansalva

43

P oco antes de que el direc-


tor Antonio Ordóñez par-
tiera a la provincia de Loja, para
una palabra. Un día después le
preguntamos por los poemas. Im-
pertérrito respondió: los quemé,
celebrar con cuatro funciones tea- seré un poeta tzántzico”.
trales los 55 años del Teatro En-
sayo del Ecuador, relató una De esta forma el autor de “El galli-
El método tzántzico fue la “crítica” a mansalva

anécdota del grupo de escritores nazo cantor bajo un sol de a perro”


tzántzicos del que fuera integrante. (Vinueza: 1970) ingresó en el co-
“Llegó Humberto Vinueza con un lectivo cultural que, en plena
fajo de poemas escritos en Rusia, época posterior a la revolución cu-
luego de su paso por la misión di- bana, generó un proceso de re-
plomática. Se sentó frente a la cambio cultural a partir de una
mesa y puso en consideración su premisa sensible que integraba la
trabajo ante el grupo. La crítica lucha revolucionaria y el arte polí-
que recibió fue bastante fuerte, en ticamente comprometido. En esa
resumen le dijeron: eso no es po- fragua crítica, tensa y fértil Vinueza
esía. Humberto escuchó sin decir al igual que otros poetas, narrado-

Línea recta
Juan Carlos Cabezas Aguilar*

res, cineastas, dramaturgos y pen- lla, Alejandro Moreano, Fernando


sadores renovaron su propuesta Tinajero, Antonio Ordóñez, Agustín
estética. Cueva y/o Bolívar Echeverría,
entre otros. El aspirante a escritor
No cabe duda que esa dialéctica debía esperar, interpretar las ex-
macerada a partir de tabaco full, presiones de sus revisores, su si-
44 café y aguardiente generó un caldo lencio reflexivo, la crítica, hasta,
de cultivo agrio y fructífero a la vez. finalmente, recibir un papel ahora
Tener a la mano lo mejor del pen- lleno de tachones que casi con se-
samiento de la década constituía, guridad terminaría enrollado en
sin lugar a dudas, una suerte de una papelera. A seguir escribiendo.
trampolín cualitativo para cualquier
creado. Solo imaginemos por un Este grupo de pensadores cernía
momento, lo que podría significar cada palabra, hasta hacerlas “chi-
para un escritor en ciernes escribir llar”, como calificaba Octavio Paz
un poema, trabajarlo por semanas a su imperativo estético durante in-
con asiduidad, fotocopiarlo y entre- terminables jornadas de trabajo
garlo a esta pléyade: Ulises Estre- frente a la máquina de escribir.
El método tzántzico fue la “crítica” a mansalva

Antonio Ordóñez.

Línea recta
Juan Carlos Cabezas Aguilar*
45

Raúl Arias

El método tzántzico fue la dialéc- realizada en un elegante café del


tica a mansalva. Postura intelec- sector de la Floresta, que, con se-
tual muy de la mano de los guridad, no se parecía en nada al
acontecimientos históricos de la Café 77 donde tantas otras veces
Guerra Fría. A partir de esa de- se reunió con sus colegas. En
manda, estos mozalbetes, que no esta ocasión solo lo acompañaba
llegaban a los 25 años, autocalifi- Raúl Arias, cargando como siem-
cados como parricidas, generaban pre “su cara disfrazada de lentes”
a una velocidad considerable y con y una carpeta con sus textos más
El método tzántzico fue la “crítica” a mansalva

una calidad incuestionable: poé- preciados.


tica, narrativa, recitales y crítica.
“Nos interesaba más el acto poé-
No obstante, la fragua tzántzica tico en sí mismo, la puesta en es-
no excluía sistemas experimenta- cena, lo teatral, de ahí que
les como la escritura automática y rompíamos los textos al terminar
la improvisación, muy al tenor de una función. Por supuesto, para
las tendencias vanguardistas im- llegar a ese momento, los escritos
perantes, así lo aseguró Luis Co- pasaban por una revisión prolija
rral, uno de los primeros donde, generalmente, no se resca-
tzántzicos, durante una entrevista taba nada”, dice.

Línea recta
Juan Carlos Cabezas Aguilar*

46

Luis Corral y Antonio Arias

Raúl Arias reafirmó lo dicho: el mé- pre estaban a la caza de nuevos


todo era la crítica, pero no a partir talentos. Los tzántzicos se pre-
de una postura dogmática, sino sentaban donde les invitaban,
permeada, constantemente, de desde una sesión de homenaje al
nuevas voces. “Llamábamos a co- Alcalde de Quito hasta el anfiteatro
laborar en la revista Pucuna a todo de la Facultad de Medicina de la
tipo de escritores y poetas. Re- Universidad Central. Además, eran
cuerdo, por ejemplo, el aporte de pragmáticos y se mostraban
El método tzántzico fue la “crítica” a mansalva

Carlos Jaramillo que firmó algunos abiertos a la publicidad en sus po-


trabajos bajo el nombre de Zama- emarios y en sus revistas. Al pie de
cuco. Nos interesaba la calidad, las páginas aparecen anuncios de
pero sobre todo la crítica social y el todo tipo: ópticas, estudios fotográ-
compromiso con el cambio”, dice. ficos, bufetes de abogados, (el de
un tal Blasco Peñaherrera in-
Basta revisar la publicación: Re- cluido), como de conocidas mar-
vista Pucuna, Tzántzicos, edición cas de güisqui escocés.
facsimilar 1962-1968, (CNC: 2010)
editada por el Consejo Nacional de Resulta interesante, que mientras
Cultura para comprobar que siem- una parte de estos jóvenes pren-

Línea recta
Juan Carlos Cabezas Aguilar*
dían la polémica con los medios de via por el ejército de ese país,
comunicación, los restantes estre- poco antes de capturaban el Che
naban recitales en escenarios de Guevara. Los tzántzicos arremetie-
renombre en la ciudad como los de ron en contra de políticos locales y
la Casa de la Cultura o del Munici- el presidente de los Estados Uni-
pal Tenis Club. El sarcasmo, por lo dos Lindon B. Johnson. En un va-
visto, era parte de su arsenal. liente texto escrito por Ulises 47
Estrella denunció su actitud hostil
¿Eran tan fieros los vándalos? durante la guerra de Vietnam.

Los tzántzicos pagaron muy caro Estos imberbes geniales, recién


abrirse un frente con todo el rancio graduados del Montufar y el Mejía,
sector cultural de la época, repre- enfrentaron la pacatería cultural, a
sentado en: Gonzalo Zaldumbide, los poetas de relumbrón que soña-
Jorge Icaza y Demetrio Aguilera ban con ser invitados a un té en la
Malta, entre otros. En su momento, Presidencia de la República y sus
también apoyaron a Régis Debray, acciones les valió un silencio de
escritor francés capturado en Boli- medio siglo.

El método tzántzico fue la “crítica” a mansalva

Susana Freire

Línea recta
Juan Carlos Cabezas Aguilar*

Basta decir que como colectivo si- tono, hasta paulatinamente ser
guen inéditos, no se ha editado ni sustituidas por nuevos colectivos
una sola antología del grupo. Mo- como la Pedrada Zurda o la Bu-
lesta (duele) encontrar a un fanda del Sol. Ya no se trataba de
enorme poeta como Raúl Arias, reducir cabezas, era momento de
buscando a sus 78 años un editor que los incendios de la mente se
48 para una antología 50 años des- extingan de a poco.
pués de que circulara la última Pu-
cuna. Vale destacar la visión del Los tzántzicos siguen campantes
Consejo Nacional de Cultural y el con un cigarrillo en la boca y la in-
extraordinario trabajo de Susana tensidad de sus ideas reflejada en
Freire autora de “Tzantzismo: la mirada, construyendo la utopía
tierno e inocente” (Freire: 2008). y destruyéndola a la vez, con el
Sin esos aportes, este artículo no rostro azotado de ideas y utopías.
se habría escrito o la convocatoria Siempre tendrán 17, 20 o 24 años,
de la Facultad de Comunicación, como se nota en las escasas fotos
no tendría interés alguno. De ahí de grupo, prendados de una eter-
que cualquier nuevo texto que se nidad evanescente y la mente sa-
escriba sobre ellos es una forma turada de la filosofía de Heidegger,
de extraerlos del olvido al que fue- Camus, el Che Guevara, Mariáte-
ron condenados. gui y Martí, por citar algunos.

Su voz permeada por la crítica y Vivieron al compás de la máxima


El método tzántzico fue la “crítica” a mansalva

las condiciones políticas del sartriana descrita como en el pró-


mundo se apagó a partir de la mo- logo a la obra Los Condenados de
dernidad generada por la explota- la Tierra del argelino Franz Fanon:
ción petrolera en el país. El no nos convertimos en lo que
desarrollo urbanístico dejó “fuera somos sino mediante la negación
de juego” a las comunidades cre- íntima y radical de lo que han hecho
ativas, sobre todo de orden ideo- de nosotros. (Fanon, 1961:3). Ese
lógico, como los tzántzicos en ideal de transformación que no dis-
literatura y los Van en pintura. En tinguía entre el fusil y la pluma, ter-
general, las tribus culturales co- minó por consolidar el mito
menzaron a menguar, a bajar el tzántzico y su fragua creativa.

Línea recta
Juan Carlos Cabezas Aguilar*
BIBLIOGRAFÍA

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1968, Quito: CNC.
• Fanon, F. (1961), Los Condenados de la Tierra, México: Fondo de Cultura Eco-
nómica.
• Freire, S. (2008), Tzántzismo: tierno e insolente, Quito: Libresa.
49

ENTREVISTAS DE AUDIO Y VIDEO:

• Susana Freire, Salón de la Palabra, Ministerio de Cultura y Patrimonio, marzo


2018.
• Luis Corral y Raúl Arias, Café Ocho y Medio, marzo 2018.
• Antonio Ordóñez, Teatro Nacional Casa de la Cultura Ecuatoriana, marzo 2018.

El método tzántzico fue la “crítica” a mansalva

Línea recta
Juan Carlos Cabezas Aguilar*

50
El método tzántzico fue la “crítica” a mansalva

* Juan Carlos Cabezas Aguilar. Quito, 47 años.


Correo electrónico: jcabezasaguilar<Ninguno>gmail.com • 0985404293
Instrucción Formal:
Licenciado en Comunicación Social Universidad Central del Ecuador.
Máster en Estudios de la Cultura, Universidad Andina Simón Bolívar de Quito.
Autor:
Antología: Nadie, Todos Saben. Universidad de León (Cuentos sobre realidad social, antología Ibero-
americana, 2017, Cuento: el colchón verde).
Antología: El Narratorio, marzo 2018
Antología de Crónica: Portal La barra Espaciadora, Quito-2017
Antología de Crónica-Ciespal, Quito-2014.
Editor:
Editor de la Revista Nuestro Patrimonio (2013-2014)
Editor del Periódico Municipal El Quiteño (2011-2012).

Línea recta
Fernando Oña Pardo*
Los tzántzicos, poetas de una
propuesta de vida

51
Resumen

El ensayo analiza los principales postulados ideológicos y artísticos del tzant-


zismo, y la necesidad ineludible de entender su poesía dentro de las deter-
minantes históricas donde se desarrolló. En este sentido, dos premisas
fundamentales legaron los tzántzicos a las posteriores generaciones: el com-
promiso del escritor y la necesidad de devolver a la poesía su función social.
El texto reinvindica, además, la trascendencia de su actividad, que superó las
consideraciones formales de la crítica literaria, para posicionarse como un
acontecimiento cultural a nivel nacional.

Palabras clave: Tzántzicos, poesía, función social, compromiso intelectual.

Determinaciones ción histórica de Croce, como la

L
historia de la libertad humana;
a alquimia indisoluble de la como un proceso (…) del adveni-
Los tzántzicos, poetas de una propuesta de vida

poesía tzántzica es el verso miento de la autoconciencia de los


y la política. Esta es su esencia pueblos sometidos; como cierta
vital y concluyente. No es posible concepción de la nueva izquierda
analizar su obra sin considerar el (…) de la emergencia de nuevos
contexto histórico de aquellos sujetos de la historia”1.
años febriles de 1960 (albores y
postrimerías). “(…) esta década En efecto, en década del sesenta,
puede ser vista como un capítulo en América y otras regiones del
decisivo y global según la concep- mundo, las palabras indignación y

1 Fredic Jameson, Periodizar los 60, Córdova, Alción, 1997, p.20

Línea recta
Fernando Oña Pardo*

esperanza alcanzaron su máximo 1976), en inicio de actividades del


nivel de significación. Indignación Frente Nacional por la Liberación
de los pueblos denominados “ter- de Argelia (1962), la Revolución
cermundistas” ante la consolida- cultural china (1966-1976) y la re-
ción de la economía de mercado y vuelta estudiantil francesa de Mayo
su aparto de control económico, del 68, son cinco de los aconteci-
52 político y militar; y esperanza de mientos más trascendentes en
que esta situación se revierta por América, Asia, África y Europa, que
medio de acciones concretas, confirmaron una posición rebelde
guiadas por un pensamiento con- de los pueblos del mundo ante el
trahegemónico, contrapoder. capitalismo internacional.

La Revolución cubana (1959), la En “esta condensación histórica de


lucha antiimperialista de Vietnam la modernidad, en el que el enfren-
(iniciada en 1954 y finalizada en tamiento social y político llegó a
Los tzántzicos, poetas de una propuesta de vida

Línea recta
Fernando Oña Pardo*
53

Los tzántzicos, poetas de una propuesta de vida

mayor plenitud y asumió la forma el modelo económico-político vi-


de guerra civil mundial (…)2; en gente, de alcanzar la justicia so-
esta posibilidad certera de cambiar cial, los tzántzicos forjaron sus

2 Alejandro Moreano, “Vigencia del pensamiento y el imaginario de los 60´s y 70¨s, en la fubanda del
sol, Ensayo, Quito, La palbra, p.5.

Línea recta
Fernando Oña Pardo*

principios ideológicos y culturales, prácticas culturales fomentadas


ambos inseparables, como una co- desde las instituciones estatales y
rrespondencia de vida… Fueron, los cenáculos intelectuales del
sin lugar a dudas, intelectuales y país; parricida de toda la herencia
artistas que registraron e intenta- literaria nacional; revolucionaria en
ron transformar la historia. el sentido literal de sus palabras;
54 vital por su actitud de rebeldía y el
Premisas compromiso de sus integrantes.

Coherentes con el tiempo que les Fue, también, una poesía de ur-
tocó vivir y asumir, los tzántzicos gencia, de la inmediatez de con-
guiaron su accionar político en la fi- cienciar y sensibilizar al pueblo
losofía marxista; en ensayo ideal, acerca del momento histórico que
solidario y humanista del “Hombre registró, Y, por qué no mencio-
nuevo”, escrito por el ‘Che’ Gue- narlo, utópica, porque sus versos
vara; y en el existencialismo sartre- no conquistaron el poder.
ano y su concepción del
compromiso del escritor, que devol- Discusión
vía a la literatura su función social.
Artísticamente, sus vectores fueron La esencia inconmovible de la cre-
las vanguardias culturales y litera- ación tzántzica, verso y política, rei-
rias de Europa y América, de las dé- vindica la función de la poesía como
Los tzántzicos, poetas de una propuesta de vida

cadas del 20 y el 30 (dadaísmo y una praxis histórica de imperiosa


surrealismo), y en la poesía social, concienciación social; ese es su
que tuvo su origen en el movimiento fundamento, los “reductores de ca-
poético español que se desarrolló beza” lo tenían claro y actuaban en
en los decenios del 50 y 60. consecuencia. “(…) Se alzará por
primera vez una conciencia de pue-
Con estos postulados, los tzántzi- blo, una conciencia nacida del vis-
cos nutrieron las particularidades lumbre magnífico del arte. Será el
de su poesía: contestataria ante el momento en que el obrero llegue a
poder político establecido; cuestio- la Poesía, el instante en que todos
nadora de los modelos sociales sintamos una sangre roja y caliente
impuestos; irreverente ante las en nuestras venas de indoamerica-

Línea recta
Fernando Oña Pardo*
nos con necesidad de abrir (…) una una producción literaria de calidad:
verídica brecha de esperanza”3. “(Carvajal) pone en cuestión la pro-
blemática del compromiso, dado el
Esta posición ideológica y artística riesgo, desde su lectura, de utilizar
causó polémica (como toda verda- la política como justificación de
dera rebeldía). El debate se centró una pobre producción estética (…
en la vinculación de la actividad li- )”5. No obstante, Susana Freire 55
teraria con la denuncia política; es avala el nexo entre la poesía tzánt-
decir, en la utilización de la poesía zica y su mensaje político explícito:
como una herramienta para la con- “Los primeros aportes del tzant-
frontación ideológica. “El problema zismo a la literatura nacional (fue-
real es la diferenciación objetiva ron) hacer de la poesía un acto
entre la praxis política y la creación vivencial y ejercer a través de la
artística y literaria como proceso misma una crítica política y social.
productivo, a los que un mismo Esta crítica desemboca, a su vez,
hombre se enfrenta, en tanto escri- en un afán por apartar a las expre-
tor y político. Pero, entonces, no siones culturales del academi-
estaban dadas las condiciones cismo y hacerlas más accesibles a
para su cabal comprensión”4. los distintos sectores de la socie-
dad”6. En esta misma línea, Abdon
Al respecto, existieron detractores Ubidia manifiesta: “Lo que los
y defensores. Iván Carvajal, por tzántzicos hicimos (…) fue una li-
Los tzántzicos, poetas de una propuesta de vida

ejemplo, señala que los tzántzicos teratura joven que no podía ser
privilegiaron el mensaje político, la ajena al mundo real. En todo caso,
actitud propagandista, en desme- lo más rescatable del movimiento
dro de una propuesta estética, de tzántzico fue su poesía”7

3 Pucuna No. 1, agosto 1962 (Edición facsimilar), Quito, Consejo Nacional de Cultura, 210, portada in-
terior.
4 Alejandro Moreano, “El escritor y la sociedad y el poder”, en La literatura ecuatoriana de los últimos
30 años (1950-1980), Quito, El Conejo / Diario Hoy, 1983, p. 117-118.
5 Iván Carvajal citado por Alicia Ortega, edit., Sartre y nosotros, Quito, Universidad Andina Simón Bo-
lívar, Sede Ecuador / El Conejo, 2007, p.42.
6 Susana Freire, Tzantzismo: tierno e insolente, Quito, Libresa, 2008, p.125.
7 Entrevista realizada por Susana Freire a Abdon Ubidia, Tzantzismo: tierno e insolente, p.178.

Línea recta
Fernando Oña Pardo*

¿Políticos o literarios? ¿Cartelistas Transcendencia


o poetas? ¿Qué prevaleció en los
“reductores de cabeza”? Pregun- Esta manera de entender la activi-
tas determinantes. Respuestas dad del escritor, del intelectual,
concluyentes: los tzántzicos fueron dentro de la sociedad, significó en
poetas con una clara posición ide- la historia de la cultura ecuatoriana
56 ológica; su creación literaria estuvo mucha más que una actitud icono-
acorde con su actitud política; fue- clasta de un grupo de poetas, to-
ron poetas no solo de textos, sino davía cuestionados y
de una propuesta de vida. menospreciados por una supuesta
falta de calidad en su elaboración
La poesía no solo se la escribía sino estética. La irrupción del tzant-
que se la vivía y se la gritaba (…) De zismo trascendió los análisis for-
allí la convicción en el carácter artís- males de la crítica literaria y se
tico del discurso político (…) Nada posicionó como un acontecimiento
más errado, entonces, que evaluar al cultural y social, que reivindicó la
tzantzismo como un grupo de escrito- relación entre la poesía y el pue-
res que produjeron una determina blo: “Siguiendo a Fernando Tina-
cantidad de textos escritos. De hecho jero, el nacimiento de los
los escribió, y de buena calidad. Pero tzántzicos fue ‘el segundo gran
la función esencial del tzantzismo fue momento de la cultura popular na-
liquidar un tipo de conciencia y sensi- cional’ (el primero fue la literatura
Los tzántzicos, poetas de una propuesta de vida

bilidad artísticas y políticas y engen- iniciada con los que se van), lo


drar otras que expresaban la cual es coherente si se revisan las
dimensión ética y cultural del movi- principales premisas de la poética
miento revolucionario latinoamericano hispanoamericana de aquellos
y mundial. años”9.

9 Fernando Balseca, “La lírica en el período: primera parte (1960-1985), en Historias de las literaturas
del Ecuador volumen VII, Alicia Ortega (coord.), Quito, Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecua-
dor / Corporación Editora Nacional, 2011, p.61.

Línea recta
Fernando Oña Pardo*
Agustín Cueva también se pronun- Obrero, el Teatro Politécnico, entre
cia en este sentido: “Aquella poe- otros.
sía, producida y escenificada por Históricamente relevantes, los “re-
el grupo Tzántzico, fue el acto más ductores de cabezas”, sin em-
renovador que conocieron las le- bargo, representan la esperanza y
tras nacionales desde la genera- el fracaso de nuestra cultura, pues
ción del 30 (…) Todo lo cual sus postulados artísticos e ideoló- 57
implicó una suerte de profunda re- gicos, si bien ayudaron para con-
volución cultural de nuestra inte- cienciar acerca de nuevas
lectualidad, que modificó no sólo perspectivas económicas, políticas
sus formas de escribir y de sentir, y culturales, no se concretaron en
sino también sus manera de vivir”10 la dialéctica histórica.

La génesis ideológica y artística de


los tzántzicos influyó de forma de- Tal como lo afirma Cueva:
cisiva en la conformación, durante
la década de los 1960, de organi- (…) el tzantzismo, tierno e insolente,
zaciones culturales que cuestiona- es mal, que pese a sus adversarios,
ron el accionar de las instituciones la verdad de nuestra cultura (…) Ne-
oficiales dedicadas a esta activi- gación de toda retórica, es, a la vez,
dad y que bregaban por la conso- nuestra poesía y la imposibilidad ac-
lidación de una cultura tual de una absoluta poesía: es el ger-
Los tzántzicos, poetas de una propuesta de vida

nacional-popular. Bajo su orienta- men y el fracaso de nuestra ternura;


ción se crearon la Asociación de la dimensión exacta, auténtica de un
Escritores y Artistas Jóvenes del momento en que el artista toma con-
Ecuador (AEAJE), el Frente Cultu- ciencia del alcance social como de las
ral, el Grupo VAN, el Teatro limitaciones de la palabra.

10 Agustín Cueva, Lecturas y rupturas, Quito, El Conejo, 1985, p. 191-192


11 Agustín Cueva, Entre la ira y la esperanza, Quito, Ministerio de Cultura, 2008, p.93.

Línea recta
Fernando Oña Pardo*

BIBLIOGRAFÍA

• Cueva, A. (1985). Lecturas y rupturas, Quito: El Conejo.


• Cueva, A. (2008). Entre la ira y la esperanza, Quito: Ministerio de Cultura.
• Balseca, F. (2011). “La lírica en el período: primera parte (1960-1985), en His-
torias de las literaturas del Ecuador volumen VII, Alicia Ortega (coord.), Quito: Uni-
versidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador / Corporación Editora Nacional.
58
• Freire, S. (2008). Tzantzismo: tierno e insolente, Quito: Libresa.
• Jameson, F. (1997). Periodizar los 60, Córdova: Alción
• La bufanda del sol (Edición facsimilar). (2011). Quito: La Palabra
• Moreano, A. (1983). “El escritor y la sociedad y el poder”, en La literatura ecua-
toriana de los últimos 30 años (1950-1980), Quito: El Conejo / Diario Hoy.
• Ortega, A. (Edit.) (2007). Sartre y nosotros, Quito: Universidad Andina Simón Bo-
lívar, Sede Ecuador / El Conejo.
• Pucuna (Edición facsimilar). (2010). Quito: Consejo Nacional de Cultura
• Rodríguez, H. (1978). “La Lírica ecuatoriana en la segunda mitad del siglo XX”,
en “primer Encuentro sobre literatura ecuatoriana, en Cultura, revista del Banco
Central del Ecuador, Quito, Banco Central.
Los tzántzicos, poetas de una propuesta de vida

* Fernando Oña Pardo. Fernando Oña Pardo es Licenciado en Comunicación Social, especialización
Prensa Escrita, por la Universidad Central del Ecuador. Además es Magíster en Estudios Culturales,
mención Literatura Hispanoamericana, por la Universidad Andina Simón Bolívar, sede Ecuador. Su tema
de maestría fue la trascendencia y el significado de los cinco primeros poemarios tzántzicos publicados.
Es catedrático universitario hace 10 años.

Actualmente trabaja en la Facultad de Formación General de Universidad de Las Américas, UDLA.

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Perfil periodístico: un género para retratar personajes
Roque Rivas Zambrano .............................................................................................. 61

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Roque Rivas Zambrano*
Perfil periodístico: un género
para retratar personajes

61

Definición profesora de Co-

E
municación e In-
s un género que consiste en formación
describir las características Escrita de la Fa- Perfil periodístico: un género para retratar personajes
de un personaje. Incluye datos bio- cultad de
gráficos, rasgos de personalidad, Comuni-
hobbies, hábitos cotidianos, activi- cación de
dades principales y más. Hoy, los la Universidad de Navarra, Es-
medios de comunicación publican paña, cada vez se escriben más
textos para abor- artículos sobre personas concre-
dar un tema de tas, vayan o no etiquetados por la
actualidad cen- cabecera correspondiente: perfil,
trándolo en retrato, personaje de la semana.
sus protagonis-
tas. Según La popularidad de este género se
Belén Ro- evidencia en todos los campos del
sendo, oficio, aun cuando no se haya de-

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batido sobre él en la Academia. El importancia del perfil hacen que


español Antonio López Hidalgo, sea necesario hablar sobre las es-
docente en la Facultad de Ciencias trategias que se emplean en su
de la Información de Sevilla, dice elaboración, además de su utili-
que, en los últimos años, el perio- dad, historia y otras curiosidades.
dismo ha recurrido con asiduidad A continuación, se desarrollan
62 a los géneros periodísticos biográ- treinta pasos indispensables para
ficos. “Lo ha hecho no sólo el pe- escribir sobre un personaje. Esta
riodismo escrito, sino también el especie de “consejos” correspon-
periodismo radiofónico y el televi- den a fragmentos de conferencias,
sivo. Los manuales sobre géneros textos o ensayos sobre el perfil
periodísticos, sin embargo, le han que periodistas como Jon Lee An-
dedicado hasta el momento muy derson, Sibila Camps, Luis Pazos,
poca atención”. Belén Rosendo, entre otros, escri-
bieron sobre este
Pedro Paniagua, profesor de Pe- género.
riodismo de la Universidad Euro-
pea-CEES, coindice con
Rosendo y López Hidalgo, al
señala sobre el género bio- Luis Pazos
gráfico: “Los suplementos cul-
Perfil periodístico: un género para retratar personajes

turales de casi todos los


diarios no dejan de reseñar lo
publicado sobre las vidas -intere-
santes, polémicas, escan-
dalosas, o a veces
simplemente conoci-
das- de personali-
dades que
provienen de la li-
teratura, la política,
la pintura, el cine, la
música, el deporte”. Belén Rosendo
Las evidencias sobre la Jon Lee Anderson

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30 pasos para escribir un perfil es la capacidad de ingresar por
esas pequeñas ventanas que
Género periodístico se abren sólo en un instante.
Debe adquirir un séptimo sen-
1. El perfil es un género periodís- tido. Leer los signos que se
tico que refleja ‘la realidad’ de están lanzando desde el in-
las personas en todas las di- consciente (Moreno 2005). 63
mensiones posibles y se apro-
xima a la biografía… Un perfil 3. Para elaborarlo, necesita
busca múltiples voces que ayu- hacer descripción física; forma
den a descifrar al personaje. de vestirse y de peinarse: in-
Se convierte en una herra- cluye adornos y accesorios,
mienta con la que se pueden perfume que usa, cómo se ma-
explorar, a través del protago- quilla. Carácter: su forma de
nista, temas históricos, socia- expresarse a través del len-
les o políticos, cruciales para guaje, de los gestos y de la mi-
entender el mundo contempo- rada. Si es homosexual,
ráneo (Moreno 2005). drogadicto o alcohólico. Senti-
mientos: miedos, dudas, obse-
2. El perfil se centra en un perso- siones, depresiones, ilusiones,
naje o una historia de vida. pasiones, frustraciones y Perfil periodístico: un género para retratar personajes
Exige un trabajo arduo encami- sueño. Creencias: conviccio-
nado a hacer un retrato de un nes religiosas y políticas. Cos-
personaje desde diferentes tumbres: preferencias en
perspectivas. Además, no hay música, libros, cine, teatro y te-
reglas estáticas ni sagradas. levisión; ‘hobbies’, deportes
Tampoco existe un manual, ni que practica. Su vivienda ac-
una Biblia, ni un libro que se tual: ubicación, descripción del
pueda abrir para encontrar las barrio o zona; si es casa o de-
respuestas. Se recomienda uti- partamento; dimensiones, an-
lizar la intuición. Cada historia tigüedad, mobiliario, decora-
genera su propio camino. Leer ción y adornos, personal do-
aquello que conduce a encon- méstico, mascotas (Camps y
trar algo revelador. La intuición Pazos 1996, 146).

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4. También es fundamental retra- murió, en qué circunstancias;


tar cuestiones más íntimas. cuáles fueron sus últimos de-
Hablar de su familia: padres y seos y sus últimas palabras. Si
hermanos. Origen sociocultu- aún vive, cómo se le imagina,
ral, ocupación o profesión, afi- cómo desearía que fuera
nidades. Su propia familia: (Camps y Pazos 1996, 146).
64 estado civil, cónyuge, hijos,
nietos, sus ocupaciones y/o es- Las normas
tudios. El lugar donde se crio:
paisaje, actividades, viviendas 6. Al elaborar un perfil, se rompen
y comercios. Recuerdos de in- algunas rutinas periodísticas.
fancia: la casa natal, juguetes Dejar de utilizar la grabadora.
preferidos y entretenimientos, A veces ésta intimida a las per-
el primer día de clase, el mejor sonas y se pierde el tono de
amigo, relación con los familia- confianza que se necesita para
res. Recuerdos de adolescen- descubrir el interior. Es nece-
cia: el/la primer/a novio/a, el sario acudir a la memoria, es
descubrimiento del sexo, los importante afilar esta herra-
paseos, el comienzo de su vo- mienta. Si se olvida algo, es
cación (Camps y Pazos 1996, porque quizá no era tan impor-
146). tante (Moreno 2005).
Perfil periodístico: un género para retratar personajes

5. Otro aspecto relevante es inda- 7. Hay normas útiles para hacer


gar en circunstancias que un perfil. Para retratar un per-
hayan afectado el desarrollo sonaje es necesario compene-
del personaje. Enfermedades trar y adentrase debajo de la
que lo marcaron. El momento piel. Mostrar la relación desde
más feliz de su vida y el más adentro. Dibujar sensorial-
desdichado. Todo tipo de anéc- mente, no de una forma cere-
dotas: viajes, accidentes, en- bral. No se trata de pintar la
cuentros que le resultaron superficie, sino los aspectos in-
determinantes. Amigos, com- ternos. Los rasgos psicológi-
pañeros de estudio y de tra- cos. Comprender la perso-
bajo, enemigos. Su muerte: si nalidad es necesario descubrir

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su interior, la natu- Espiarlo despo-
raleza del protago- jado de sus atuen-
nista (Moreno 2005). dos. Surcar al
personaje y acer-
8. El perfil busca iluminar carse con cautela. Ol-
un lugar recóndito del fatearlo. Ir tras sus
personaje. Develar lo que huellas y su pasado. Ver 65
no se sabía y las contradic- cómo fue su infancia y el con-
ciones internas. Demues- tra al texto en la que trascurrió. Sur-
lado de tinieblas cuando el per- car aspectos que muestren un
sonaje ocupa cargo público o personaje redondo. Demues-
de poder. Ir tras lo oculto. tran todos los rasgos posibles
Busca un nuevo pliegue. Un del personaje (Moreno 2005).
aspecto que parecía impene-
trable. Ubicarlo dentro de un 10. El buen perfil es ver al perso-
espacio formal, dentro de un naje como es. Para obtener un
contexto. Incluso es necesario acercamiento vital. Inspeccio-
explorar escenarios importan- narlo por dentro. Hacerse mu-
tes en la vida del personaje. Allí chas preguntas. Cómo es su
se conseguirá uno de los obje- vida. ¿Quién es? ¿Cuál es su
tivos del buen perfil: contar las historial? ¿Cómo contar los Perfil periodístico: un género para retratar personajes
fibras íntimas del personaje múltiples lados? ¿Cómo
(Moreno 2005). piensa? ¿Cuál es su psiquis?
¿Cuál es la relación de ese
Los movimientos personaje con la historia del
país? ¿Cuáles son sus as-
9. Un escenario ideal, pectos vulnerables?
para la construc- ¿Cuáles son sus
ción de un buen aspectos fuertes?
perfil, es caminar ¿Cómo aprender
alrededor del per- a leer en él, las
sonaje, un día, una señales que son
semana y verlo com- importantes? Hay
pletamente desnudo. que establecer las

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dudas que existen en torno al 12. Hay que tener una convicción
personaje, aquellos aspectos interna de los motivos por los
que el público no conoce. El que se quiere descubrir a ese
objetivo del perfil es responder personaje. Sólo si se estable-
a esos interrogantes (Moreno cen esas razones, se podrá na-
2005). rrar bien la historia. Se podrán
66 transmitir al lector las razones
11. Si es posible, se convive con el internas que existieron para
personaje; verle en la mañana hacer el perfil. Se le podrán
-prestando mucha atención a contar, tácitamente, las obse-
cómo es antes del desayuno- ir siones que estuvieron detrás
al trabajo con él, comer con él, de la historia. Hacer un perfil
observar cómo se comporta sobre alguien que no interesa,
con sus compañeros de tra- puede conducir con una proba-
bajo, el director, su mujer, sus bilidad muy alta al error (Mo-
hijos. Hay que fijarse en su reno 2005).
modo de vestir, en el mobiliario
de su oficina y los cuadros de Sus sentidos y el trabajo del
las paredes; escuchar su modo sastre
de hablar, captar los ritmos de
su discurso, las inflexiones, los 13. Elaborar un perfil, exige tener
Perfil periodístico: un género para retratar personajes

giros más usados y sus expre- todos los sentidos alerta.


siones favoritas; anotar el Aprender de otras disciplinas,
modo en que camina y esquía; como la psicología, que ayuda
describir la forma en que son- a interpretar las señales que
ríe y la expresión de su rostro las personas comunican
en reposo, la forma de su boca cuando hablan. El lenguaje
y de sus cejas y el modo en corporal es definitivo para des-
que mueve sus manos cuando cifrar lo que se oculta. Los ges-
habla; observar sus ojos y tos pueden suministrar pistas
cómo cambian conforme las que conducirán al perio-
emociones y los pensamientos dista a nuevos descu-
se filtran a través de ellos (Ro- brimientos. Una
sendo 1997). pregunta, en un

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momento clave, puede abrir Herramientas y el poder
caminos para desentrañar lo
que estábamos buscando. Las 15. El perfil es una herramienta
oportunidades son únicas y no para tratar temas como el
se pueden desaprovechar. Le- poder. El poder siempre será
yendo el cuerpo, el periodista un tema de interés. Además,
puede hacer que el entrevis- comenta el pasado, vigente y 67
tado se sienta cómodo, en con- futuro. Como los personajes lo-
fianza (Moreno 2005). gran acceder al poder, la forma
como lo adquieren, o qué
14. Elaborar un perfil es un trabajo hacen con esas fuerzas. En
parecido al del sastre, que general, toda la relación
hace el vestido que se genera con el
para un perso- poder, desde diferen-
naje y busca tes ángulos, llama la
siempre que atención. Los perio-
quede bien ajus- distas buscar qué
tado. Hilvanar. hay detrás. El perio-
Recortar. Ajustar. En- dismo indaga sobre
tallar. Son todos verbos esas personas. El poder
comunes a ambos oficios. adquirido por la fuerza, Perfil periodístico: un género para retratar personajes
No es fácil tejer la estructura siempre deja víctimas. Si el
de la obra. No es fácil encon- poder está bien ejercido, no
trar el tono. Por lo general, hay tiene por qué ser oscuro o tur-
que intentarlo muchas veces. bio y si lo es, es porque no es
Mover las piezas una y otra legítimo. El perfil va tras la ver-
vez. Recortar, entallar y empe- dad, como el periodismo (Mo-
zar de nuevo. No existe un reno 2005).
manual que permita estable-
cer cada paso de una forma Redacción: ritmo y tono
predeterminada. La pieza se
debe ir armando naturalmente, 16. Un perfil no es un género pe-
como un río que fluye (Moreno riodístico puro, se mezcla de
2005). varios géneros. Para escribirlo

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se usa herramientas de la cró- estructura y el ritmo están inte-


nica y del reportaje. Los límites rrelacionados, deben ser armó-
del perfil, con otros géneros, nicos. Si se tienen todas las
son imprecisos. Un perfil es piezas, si se ha hecho un tra-
una canasta en donde se pue- bajo investigativo serio, el hilo
den meter muchos géneros. Se conductor saldrá de una forma
68 usa una estructura para unir natural (Moreno 2005).
escenas en movimiento que
puedan leerse de una manera 18. Cada escena dejará ver distin-
integrada. Para conseguirlo, el tos olores, colores y acciones.
periodista debe acudir a varias Explorará la psiquis del perso-
estrategias narrativas, fijarse naje. Cada movimiento deter-
los detalles, pues por irrelevan- minará la textura con la que se
tes que parezcan, sumados, narra. La idea de expandir y
dan una idea del protagonista contraer permite jugar con es-
(Moreno 2005). tructuras que no sean lineales,
que vayan adelante y después
17. Encontrar la estructura narra- regresen. Un buen recurso
tiva genera las mismas dificul- para encontrar el tono es leer
tades que se enfrentan cuando lo escrito en voz alta. Lo im-
se busca el ritmo o el tono de portante no es cómo se es-
Perfil periodístico: un género para retratar personajes

un texto. Cada pieza crea su cribe, sino cómo se lee. Si hay


propia estructura y reclama su un bache, te podrás dar
propio compás. Cada historia cuenta si lo lees en voz alta. El
está definida por una estruc- tono y el ritmo se marcan
tura y un ritmo. Ellos desde el inicio. A veces es
marcan la atmós- necesario reelaborarlo,
fera narrativa de dar vueltas sobre el
las escenas. principio, porque es
Como toda estruc- mejor rehacer ese
tura, la del perfil primer párrafo mu-
debe tener un clímax chas veces, que tra-
que capte el interés del tar de restaurarlo todo
lector y lo convenza. La (Moreno 2005).

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Roque Rivas Zambrano*
19. Como en una novela, en el per- vayan mostrando los aspectos
fil debe aparecer el tiempo más relevantes del personaje.
como una línea que articula las Tienes que guiar al lector para
escenas; esa línea se puede que siga leyendo. Hay que atra-
alterar, en el relato se puede ir parlo. Pero no se trata tampoco
adelante y atrás, expandir y de darle todas las conclusiones.
contraer, narrar en pasado, en Todos los puntos de anclaje. Es 69
presente y vislumbrar una mejor darle las herramientas al
parte del futuro. Al lector, mos- lector para que saque sus pro-
trarle que hay un tiempo que pias conclusiones, para que sea
transcurre y la cronología de la él el que genere sus propios jui-
historia, sin llegar a excesos, cios, sus propias valoraciones.
por ejemplo, con las fechas, Es mejor que sea el lector el
que pueden llegar a confundir que decida (Moreno 2005).
(Moreno 2005).
22. Hay que encontrar los detalles,
20. Como técnica narrativa, el pe- sus conflictos internos, ver más
riodista sólo debe aparecer allá del estereotipo. Hay que
cuando sea necesario. Una con- dejar espacio para que el lector
versación puede revelar algo respire. Aunque bien escrito, un
que de otra manera se vería for- texto lleno de información Perfil periodístico: un género para retratar personajes
zado. Es bueno que en el trata- puede ahogar al lector. Lector
miento del perfil, no se note necesita oxígeno. Es mejor pro-
tanto la incursión del autor. Así ponerle al lector un camino, que
el personaje podrá ser más libre intentar inducirlo de una ma-
(Moreno 2005). nera explícita. Hay que
contar con que nuestro
El lector lector es inteligente. Un
texto sin reservas de
21. Es necesario evitar aire, sin detalles, es
que el lector nave- como una casa bien
gue sin ancla, sin diseñada por fuera,
rumbo, sin pis- pero que por dentro no
tas que le es acogedora, le falta intimi-

Expreso móvil
Roque Rivas Zambrano*

dad y luz. Para que se sienta psicoanálisis, dentro de cada


partícipe de la historia debe en- persona hay algo de perversi-
contrar un drama que lo involu- dad. Todos tenemos algo de vi-
cre como persona, es posible llanos (Moreno 2005).
que las fibras íntimas de un per-
sonaje también toquen las 24. Un buen trabajo periodístico
70 suyas (Moreno 2005). debe encontrar un punto medio.
En una relación de respeto
Las conclusiones mutuo, el periodista debe acer-
carse a la figura pública sin que
23. Un buen perfil no editorializa, no se vea eclipsado por el poder,
saca sus propias conclu- sin perder la facultad de jui-
siones ni se queda en cio. Es necesario recordar
lo obvio y menos siempre que, ante todo,
exigente. Los jui- los periodistas servi-
cios deben ser utili- mos al público y no a
zados en las la persona. Ese qui-
editoriales. El lector zás es el mayor riesgo
debe sacar sus propias que se tiene cuando se
conclusiones. En este hacen perfiles (Moreno
sentido, hay que lograr 2005).
Perfil periodístico: un género para retratar personajes

describir aspectos sobre el per-


sonaje sin adjetivarlo para que La ética
el lector sea el que deduzca.
También hay que evitar calificar 25. La ética es prioridad. Trabajar
los hechos. Si el trabajo es crí- sin una actitud ética es perder
tico, si el trabajo está elaborado el rumbo y las bases funda-
con profundidad, si el trabajo re- mentales del quehacer perio-
vela aspectos nuevos para el dístico. Lo ético se refleja en
lector, será él quien pueda con- aspectos básicos. Un trabajo
cluir. El perfil no es para juzgar, periodístico comprometido
lo mejor es que el periodista lle- busca otros caminos para
gue sin prejuicios al personaje, acercarse a las fuentes.
porque así como lo sostiene el Cuando el periodista se deja

Expreso móvil
Roque Rivas Zambrano*
deslumbrar por el poder pone sión de la historia, salir de su
en juego su ética, entra en di- modelo generacional. Sólo de
lemas y cuestionamientos. La esa manera se puede transmi-
actitud ética se debe conservar tir una conciencia desde los
frente al personaje, pero sobre medios (Moreno 2005).
todo frente al gran público. Qui-
zás nadie logra un balance per- Fuentes 71
fecto, pero, el periodista no
puede convertirse en un vo- 27. Para elaborar un perfil se ne-
cero del perfilado. Si se pierde cesita fuentes variadas. Por
la distancia, el periodista per- ejemplo: los amigos y socios.
derá capacidad crítica, y un Además, hay que hablar con
elemento que se debe tener es sus competidores, observado-
ese: el de buscar que el trabajo res que le conocen en el nego-
genere crítica sobre los proce- cio o comercio, con gente que
sos o los perfiles que se escri- haya trabajado con él en acti-
ben (Moreno 2005). vidades sociales. Las fuentes
no tienen por qué ser sólo ami-
Memoria colectiva gos: algunas veces una ex-
mujer o un antiguo compañero
26. Un perfil puede ayudar a evitar que pueden proporcionar toda Perfil periodístico: un género para retratar personajes
el camino de la amnesia colec- clase de percepciones. Las
tiva. Hecho con profundidad fuentes hay dos tipologías:
puede desentrañar aspectos
oscuros de la historia. De esta 1) orales y documentales
manera, un perfil revela esos (estas últimas hacen referen-
baches históricos, denuncia cia a diferentes tipos de docu-
crímenes mayores, hechos si- mentos públicos y privados:
niestros que dejaron víctimas. registros, archivos, informa-
El ejercicio periodístico tiene el ción emitida por los medios de
deber de hacerle saber al lec- comunicación.
tor las dificultades históricas de 2) positivas y negativas (res-
un país. Un reportero tiene que pecto a la postura adoptada
estar consciente de la dimen- por la fuente ante el sujeto).

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Roque Rivas Zambrano*

Dentro de estos dos grupos, No todos poseen el mismo


además, la variedad puede rango y, por tanto, no pueden
ser sutilmente prolija (Ro- catalogarse como categorías
sendo 1997). paralelas. Casi todos los auto-
res se refieren a ellos de forma
28. Existen dos disculpas entre los poco sistemática. Habría que
72 periodistas de América Latina introducir un orden (Rosendo
para no elaborar perfiles con pro- 1997).
fundidad: la falta de tiempo para
investigar y la falta de espacio Estructura
para publicarlo. Existe una obse-
sión, una convicción, siempre 30.- Algunos autores ofrecen es-
existe un camino. Uno mismo se quemas fijos y otras pautas de
busca tiempo. Un tiempo extra organización de contenidos.
que al final puede dar sus frutos, Sin embargo, estos son los ele-
porque un buen perfil siempre mentos de estructura básicos:
encuentra un camino de publica-
ción (Moreno 2005). a) Antetítulo
b) Título
Técnica c) Sumario
d) Lead o entrada
Perfil periodístico: un género para retratar personajes

29. Las técnicas narrativas recu- e) Cuerpo.


rrentes y el lenguaje empleado, f) Cierre
contribuyen a definir la forma g) Dato
de este tipo de texto:
Nombres
Diálogo
Escena Algunos nombres alternativos
Narración. que recibe el perfil:
Descripción. Retrato
Comentario. Semblanza
Declaraciones textuales. Historia de vida
Cita directa e indirecta. Biografía
Anécdota. Personaje

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Roque Rivas Zambrano*
La historia y el perfil como un género propio
de las revistas, que permite estu-
La revista The New Yorker, pionera diar a los personajes con mayor
en la consolidación del perfil, bau- profundidad. Aunque algunos sket-
tizara el género como: "profile". En ches de personalidad son tan lar-
un ensayo, Belen Rosendo, cita a gos como los perfiles de revistas,
Hyde, en su Newspaper Reporting los sketches generalmente son 73
and Correspondence de 1912, breves y van directamente al
cuando se refiere a un tipo de artí- grano. El sketch tiene la función de
culo denominado sketch, que aun- ofrecer un rápido vistazo del indi-
que procede de la entrevista se viduo y contarnos por qué ese su-
centra más en la persona misma jeto es importante. A estos
que en lo que ésta pueda haber artículos les falta la profundidad de
dicho. Rosendo señala que Bleyer, los perfiles.
en su manual Newspaper Writing
and Editing de 1913, incluye el Otro nombre que recibe el perfil
sketch de personalidad, un artículo es el de artículo biográfico. Para
que ofrece una impresión de la José Luis Martínez Albertos, cate-
personalidad, como un tipo más de drático español, una modalidad de
artículo de fondo. Con estas dos las entrevistas de personalidad
definiciones quedan establecidas son los reportajes biográficos. Perfil periodístico: un género para retratar personajes
las principales pinceladas que Estos se definen, según el autor,
otros autores estudiados -Bond, por su gran extensión, porque ha-
Patterson y Hanley- han podido blan sobre la vida del entrevistado
ofrecer acerca del sketch, pero y porque alternan narración y diá-
que no permiten distinguirlo del logo.
perfil. Para poder ver la relación
que guardan las dos fórmulas hay José Javier Muñoz, otro docente
que acudir a los autores que reco- español, habla del artículo biográ-
nocen la existencia de ambas. fico, que es el que resume la vida
y la obra de una persona que cobra
El sketch ha sido identificado por interés por una acción destacada.
los expertos como un artículo de Añade que una biografía, o perfil,
personalidad propio del periódico no debe ser plana, debe tener re-

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Roque Rivas Zambrano*

lieve, brillos y sombras, debe huir como una biografía incompleta.


de la exposición fría de datos me- "En ella se eligen sólo aquellos he-
ramente curriculares y del tono ex- chos reveladores del carácter, los
cesivamente apologético. más salientes y significativos".
Añade: "La diferencia que hay
Gonzalo Martín Vivaldi, escritor y entre una semblanza y una biogra-
74 periodista español, por su parte fía es la misma que existe entre un
aborda la biografía en un contexto dibujo al carbón (un apunte expre-
más amplio que el periodístico en sivo) y un retrato al óleo. Lo cual
su Curso de Redacción. El autor no quiere decir que este procedi-
distingue entre tres variantes: la miento sea mejor o peor que
nota biográfica, la biografía y la aquél. Son diferencias de técnica,
semblanza. Define esta última no de valor.

Las diferentes acepciones según el diccionario:

1. m. Postura en que no se deja ver sino una sola de las dos mi-
tades laterales del cuerpo.
Perfil periodístico: un género para retratar personajes

2. m. Contorno de la figura de algo o de alguien.

3. m. Conjunto de rasgos peculiares que caracterizan a alguien


o algo.

4. m. Diseño especial de una cosa para que cumpla una deter-


minada función o con carácter meramente ornamental.

5. m. Cada una de las rayas delgadas que se hacen con la


pluma llevada de manera conveniente.

6. m. Adorno sutil y delicado, especialmente el que se pone al


canto o extremo de algo.

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Roque Rivas Zambrano*
7. m. Geom. Figura que representa un cuerpo cortado real o
imaginariamente por un plano vertical.

8. m. Ingen. Barra metálica obtenida por laminación, forja, es-


tampación o estirado cuya sección transversal tiene diversas
formas, tales como simples tes, dobles tes, cuadradas, re- 75
dondas, rectangulares, triangulares, etc.

9. m. Topogr. Trazado topográfico.

10. m. pl. Complementos y retoques con que se remata una


obra u otra cosa.

11. m. pl. Miramientos en la conducta o en el trato social.

medio perfil

1. m. Pint. Postura o figura del cuerpo que no está enteramente


ladeado.

corromper los perfiles un aprendiz Perfil periodístico: un género para retratar personajes

1. loc. verb. Pint. No ajustarse al dibujo del maestro.

de perfil

loc. adv. De lado.

Perfil: Género periodístico a modo de biografía escrita con estilo


de crónica o reportaje.

Expreso móvil
Roque Rivas Zambrano*

BIBLIOGRAFÍA

• Camps, Síbila y Pazos, Luis (1996). Así se hace periodismo: manual práctico
del periodista gráfico. Argentina: Paidós Ibérica.
• Moreno, Danilo (2005). El arte de dibujar, con palabras, a una persona. Argen-
tina: Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI).
• López Hidalgo, Antonio (2002). La ‘historia de vida’ periodística, un género poco
76
usual en la prensa española. España: Revista Latina de Comunicación Social.
• La Paniagua, Pedro (2001). La biografía como contemporaneidad. Estudios
sobre el Mensaje Periodístico. España: Revista Científicas Complutenses.
• Rosendo, Belén. (1997) El perfil como género periodístico. España: Universidad
Navarra.
Perfil periodístico: un género para retratar personajes

* Roque Rivas Zambrano. Catedrático de la Facultad de Comunicación de Social de la Universidad Cen-


tral. Es Editor del diario La Hora. Tiene un postgrado en Opinión y Periodismo en Argentina. Participó
en más de 100 talleres de periodismo dentro y fuera del país. Tiene experiencia en radio y en asesoría.
Recibió el premio nacional de Prensa (1997) entregado por la Unión Nacional de Periodistas (UNP) y
la condecoración al Mérito Laboral entregado por el Ministerio de Trabajo. Su novela inédita ‘Pueblos
fantasmas’ ganó el segundo lugar del concurso organizado por la Universidad Central del Ecuador, en
el que participaron docentes, estudiantes y empleados de la entidad. En el 2015 recibió el Premio Na-
cional de Periodismo, categoría “Nuevas tecnologías 2014” otorgado por la Unión Nacional de Perio-
distas. En el 2016, la misma entidad le otorgó una mención de honor por su ensayo ‘Diez pasos para
escribir una crónica’. Además, la Facultad de Comunicación Social (Facso) le entregó un reconocimiento
por su obra literaria y su trayectoria.

Expreso móvil
Doble sentido

Línea recta
Ensayos y microensayos de Hernán Rodríguez Castelo
Francisco Proaño Arandi ........................................................................................... 79

Hernán Rodríguez Castelo en mi camino de lector


Pablo Molina Sánchez ................................................................................................ 89

Hernán Rodríguez Castelo, el hombre y su obra


Marco Antonio Rodríguez .......................................................................................... 97

Doble sentido
Francisco Proaño Arandi*
Ensayos y microensayos de Hernán
Rodríguez Castelo

Presentación del número 8 de la Serie Estudios Literarios 79


y Culturales dedicado, en dos tomos, a la obra ensayís-
tica de Hernán Rodríguez Castelo. Abril 26 de 2018,
Centro Cultural Benjamín Carrión.

Ensayos y microensayos de Hernán Rodríguez Castelo

U n acierto editorial y un
acontecimiento de trascen-
dencia constituye la aparición del
Cultural Benjamín Carrión, obra
que, en dos enjundiosos volúme-
nes de 500 páginas cada uno, está
número 8 de la Serie “Estudios li- dedicado a la producción ensayís-
terarios y culturales” del Centro tica de Hernán Rodríguez Castelo,

Doble sentido
Francisco Proaño Arandi*

estudioso cimero de las letras y la nil, el cuento infantil. Todo ello está
cultura ecuatorianas y universales. representado y sintetizado, con
El número lleva el sugestivo título grandeza, en estos dos tomos.
de Ensayos y microensayos, y
abarca una selección del inmenso Conocí a Hernán en mis años ju-
caudal que en estos dos géneros veniles en el Colegio San Gabriel
80 produjo la pluma del egregio escri- donde él dictaba clases de litera-
tor, una selección que él mismo tura, filosofía, y era, además, no
pudo dirigir antes de que se produ- solo un suscitador de vocaciones
jera su lamentable y repentino de- en las áreas de la creación literaria
ceso, el 20 de febrero de 2017. No y el pensamiento, sino de otras ac-
obstante la gran extensión de los tividades inspiradoras, entre ellas,
dos volúmenes que hoy se presen- el andinismo y el debate y la dis-
tan, no están allí, por razonables e cusión creativas en ámbitos como
insalvables motivos de edición, la Academia Literaria de ese plan-
otros textos que el autor dedicó a tel, que él refundara y promoviera
diversos temas, en especial algu- y en la que se congregaban algu-
nos relacionados con el devenir de nos jóvenes estudiantes que se
la literatura ecuatoriana, su gran han destacado luego en los cam-
pasión y verdadera aguja de ma- pos del ensayo, de la creación po-
Ensayos y microensayos de Hernán Rodríguez Castelo

rear decisiva en su destino de cre- ética y narrativa e, incluso, en la


ador e investigador. actividad política.

Rodríguez Castelo, a través de Era hasta cierto punto un maestro


una obra que rebasa los 120 títu- severo, pero siempre cordial; un
los, sin contar los estudios intro- humanista que nos abrió el camino
ductorios a los cien volúmenes de al conocimiento de los grandes
la Colección Clásicos Ariel, uno de hitos de la literatura y el pensa-
sus mayores emprendimientos, miento universales; del arte y, en
abarcó los más diversos géneros: este ámbito, muy especialmente,
la historiografía, la biografía, la crí- del cinematográfico que, en aque-
tica literaria, la investigación lin- llos años sesenta experimentaba a
güística, la crítica de arte, la nivel mundial un florecimiento sin-
crónica, la literatura infantil y juve- gular. Eran los años de la nueva

Doble sentido
Francisco Proaño Arandi*
ola francesa, de los iracundos in- tencial de la que él mismo da
gleses, del neorrealismo italiano, cuenta en la introducción de estos
de Bergman, entre otros. Y en la li- Ensayos y microensayos. Según
teratura, nos llevó a las páginas de recuerda, se vinculará pronto con
autores como Thomas Mann, las revistas Reseña, Humanidades
Kafka, Proust, Joyce, los trágicos y La Estafeta Literaria. Allí escri-
griegos, los grandes del Siglo de birá, proyectando en los artículos y 81
Oro español. ensayos que envía a dichas publi-
caciones, su espíritu inquieto, re-
Años después Rodríguez Castelo novador y contestatario, lo que
daría a la imprenta sus Diarios del finalmente le acarreará el disgusto
San Gabriel -1959-1962-, un va- de las autoridades religiosas; era el
lioso texto testimonial en el cual, tiempo, hay que recordarlo, de la
infatigable escritor como fue desde dominación franquista en España.
siempre, había registrado, con in-
tensidad y pasión, las experien- Concluye así su período de reli-
cias, intelectuales y existenciales, gioso jesuita y, de retorno en
de aquellos tiempos juveniles. En Quito, se vincula con el diario El
las páginas de estos diarios es po- Tiempo, donde aparecerán, entre
sible reconocer, vívidas, sus in- otros materiales, la notoria sección
quietudes primordiales, que luego creada por él, “Idioma y estilo”, Ensayos y microensayos de Hernán Rodríguez Castelo
se irían plasmando en una obra sus artículos de crítica literaria y
magnífica, como pocas por su hon- los celebrados microensayos, va-
dura y magnitud en el panorama rios de los cuales se incluyen en la
de la literatura ecuatoriana. Y es presente selección.
dable también reencontrar en esas
páginas algo que Rodríguez Cas- Ya desde entonces y aún antes, en
telo cultivó siempre con cuidado y su etapa española, estaba ya pre-
rigor: la amistad. sente el gran ensayista. Precisa-
mente el tomo segundo de esta
Terminada esta primera etapa ma- selección se abre con un magistral
gisterial, viajó a España, hacia trabajo, publicado en Humanida-
1963, para estudiar Teología en la des en 1964, sobre Los Hermanos
Universidad de Comillas, fase exis- Karamazov, la gran novela de Dos-

Doble sentido
Francisco Proaño Arandi*

toievski cuyo sentido profundo in- Sáenz, aportes invalorables para


daga, con estilo vibrante y suges- el mejor conocimiento, desapasio-
tivo, especialmente en lo que nado y objetivo, de estas dos figu-
parece ser su mensaje primordial: ras protagónicas de la historia
la alegría metafísica, el himno a la nacional. Los estudios que dedicó
alegría. También de aquella época a la literatura universal infantil y ju-
82 es el segundo ensayo, que dedica venil, creo que siempre ocuparon
a la obra del poeta nicaragüense un lugar especial en la mente y el
Pablo Antonio Cuadra. corazón de quien fue fundamental-
mente un maestro. Entre tales tra-
Luego vendrían sus grandes estu- bajos destaco el exhaustivo
dios de obras literarias clave y de estudio sobre los cuentos más be-
escritores, tanto del Ecuador, llos del mundo. Y, sin que ello fuera
como de América Latina y univer- poco, cobra relieve central en su
sales. Llegarán, asimismo, los tra- vasta producción la Historia gene-
bajos críticos sobre el arte ral y crítica de la literatura ecuato-
ecuatoriano y, en ese marco, la de- riana.
tenida indagación en el quehacer
de los artistas plásticos más signi- Fue al mismo tiempo un gran his-
ficativos. Llegarán también sus toriador, pero como nos cuenta él
Ensayos y microensayos de Hernán Rodríguez Castelo

ejemplares biografías, entre ellas, en su prólogo, llegó a la escritura


las que integran la serie que tituló de la historia por la literatura. Re-
El hombre y el escritor. Una última, sulta sintomático que su discurso
se publicó póstumamente hace de ingreso a la Academia Nacional
pocos meses: la del escritor y po- de Historia verse precisamente
lítico lojano del siglo XIX: Miguel sobre esta problemática tan sen-
Riofrío. En esta labor, siguió entre- tida por él: la literatura como ilumi-
gándonos frutos espléndidos nación profunda de la historia.
hasta los años más recientes, Podemos deducir de ello que su in-
como la estupenda biografía de telección y ejercicio del género en-
García Moreno, que incluye, en un sayo se dan siempre desde una
segundo volumen, el estudio her- perspectiva de la creación literaria.
menéutico de la correspondencia Y como una reivindicación del gé-
del estadista, y la de Manuela nero ensayo como literatura.

Doble sentido
Francisco Proaño Arandi*
Esta concepción del ensayo coin- Y Alejandro Moreano señala2:
cide con la de otros destacados
exponentes del género en el Ecua- El ensayo es totalmente distinto
dor. Juan Valdano, por ejemplo, (al lenguaje de la investigación
dice en su texto “El ensayo como empírica, de la investigación so-
tentativa”1: cial). Lejos de negar la individua-
lidad, afirma la intervención del 83
La prosa ensayística adquiere ca- sujeto en el mundo, y se postula
lidad literaria cuando en ella está a sí mismo como intrusión en la
presente cierto ánimo estético, vida social. Se propone organizar
una voluntad de estilo, ese ele- y movilizar las pasiones, las ideas,
mento subjetivo y personal del los gustos, los estados de ánimo.
autor que la confiere esa calidad y Un discurso político y una forma
que la convierte en un producto literaria, a la vez una visión litera-
estético. Un ensayo llega a ser li- ria del mundo y un lenguaje polí-
terario cuando lo sugestivo de su tico. El ensayo pone en juego no
forma pesa tanto como lo persua- solamente la función referencial
sivo de su contenido. El ensayo li- sino otras funciones del lenguaje.
terario es prosa que discurre entre La expresividad del emisor y el im-
dos corrientes: la función estética pacto en el destinatario. E incluso
y la aspiración pragmática y en la la función poética centrada en el Ensayos y microensayos de Hernán Rodríguez Castelo
que, desde el punto de vista del mensaje mismo. El ensayo no
lenguaje y la eficacia cognitiva, prueba ni demuestra nada. Afirma
triunfa siempre lo primero sobre lo y niega. Expresa y agita. Y a
segundo. veces también canta.

1 Valdano, Juan (2016). “El ensayo como tentativa”, en Brújula del tiempo, ensayos y otros intentos,
Tomo I. Quito: Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, p. 31.
2 Moreano, Alejandro (2014). “Elogio del ensayo”, en Pensamiento crítico-literario de Alejandro Moreano,
la literatura como matriz de cultura. Tomo II. Cuenca: Universidad de Cuenca, p. 25.

Doble sentido
Francisco Proaño Arandi*

Hay, sin embargo, una concepción la vez que impulsa una intelección
del ensayo como género literario de la escritura como un campo de
que parece retratar de manera extremas tensiones, tema o eje
más exacta el arte literario de Her- central en el devenir de la creación
nán Rodríguez Castelo. Se trata artística4.
de Roland Barthes, el conocido crí-
84 tico y pensador francés, quien Esta tensión literaria, o propia-
afirma: mente poética, torna a los ensayos
de Rodríguez Castelo particular-
Dejad que el ensayo confiese ser mente sugestivos, atravesados por
casi una novela. ese hálito creativo, artístico, que
reclama Barthes, y al que se refie-
Al referirse a este aserto de Bar- ren Juan Valdano y Alejandro Mo-
thes, la escritora norteamericana reano. Basta leer al respecto
Susan Sontag dice: textos como lo que dedica a Los
Hermanos Karamazov, que hemos
El acto de escribir marca nuevas citado más arriba; a Efraín Jara
formas de tensión dramática, refe- Idrovo; a los tres grandes del pos-
ridas a ese mismo acto: escribir se tmodernismo ecuatoriano (Jorge
convierte en el testimonio de com- Carrera Andrade, Gonzalo Escu-
Ensayos y microensayos de Hernán Rodríguez Castelo

pulsiones y de resistencias a escri- dero, Alfredo Gangotena); a Mar-


bir. (Expandiendo este criterio, el guerite Yourcenar; a Leopoldo
acto mismo de escribir se con- Marechal (Relectura de Adán Bue-
vierte en el tema del escritor)3. noayres). O los que no se encuen-
tran en la presente antología, pero
Estas acepciones inscriben o pa- que el autor los recuerda en su
recen inscribir la crítica literaria en prólogo: La perla mystica escon-
un metalenguaje que borra las dida en la concha de la humildad.
fronteras entre ensayo y ficción, a La venerable virgen Gertrudes de

3 Sontag, Susan (1983). “La escritura misma: sobre Roland Barthes”, epílogo a Ensayos críticos, Roland
Barthes. Barcelona, España, Editorial Seix Barral, p. 342.
4 Proaño Arandi, Francisco (2012). La literatura, eje central en la obra ensayística de Alejandro Moreano.
Quito: Revista Malidea, No. 3, p. 135.

Doble sentido
Francisco Proaño Arandi*
Sn. Yldefonso, ensayo biográfico historia patria –dice- me fascinó
crítico que forma parte del libro Li- casi desde que comencé a leer. Y
teratura quíteña del siglo XVII, o el ya en sexto grado -11 o 12 años-,
que dedica a la biografía de la así como otros niños querían llegar
santa quiteña, Mariana de Jesús, a ser presidentes de la República,
escrita por el autor colonial, “in- o a ricos con carros de los mejores
quieto, problemático y brillante”, que por entonces se veían en 85
Jacinto Morán de Butrón. nuestras calles de recoleto vivir, a
mí se me había dado por ser quien
En la arquitectura de las grandes completase la Historia General del
novelas que solía leer y recomen- Ecuador de González Suárez, que
darnos, señalaba como un ele- mis padres, profesores ambos, la-
mento estructural digno de mentaban se hubiese quedado
relievarse, ciertas connotaciones antes de los tiempos republica-
que, al repetirse, resonaban en el nos”.
texto como los acordes de una sin-
fonía o las iluminaciones de una Años después, la literatura, enten-
catedral gótica. En sus ensayos, dida como iluminación profunda de
me ha impresionado encontrar ele- la historia, extrapola ese afán in-
mentos estéticos estructurales fantil al emprendimiento de otro
como aquel que el maestro subra- proyecto, tanto más vasto y com- Ensayos y microensayos de Hernán Rodríguez Castelo
yaba en sus profundas lecturas: plejo: la Historia crítica de la litera-
señalamientos de orden metafísico tura ecuatoriana. No es frecuente
o que tienen que ver con la refle- que un escritor, en este caso un
xión detenida y honda sobre as- ensayista y crítico, se proponga la
pectos problemáticos de la elaboración de un proyecto seme-
condición humana, o que, expre- jante en magnitud y profundidad.
san, a veces de una manera súbita Antes de él, podríamos citar a Fe-
y casi surrealista, la verdad de una derico González Suárez con res-
época. pecto a la historia, o a Pedro
Fermín Cevallos, o, para el caso
De los episodios autobiográficos de la literatura, el de Isaac J. Ba-
que relata en su prólogo, rescato rrera. Causa sin duda admiración
uno realmente significativo: “La Hernán Rodríguez Castelo,

Doble sentido
Francisco Proaño Arandi*

cuando emprendemos la lectura, Cultural Benjamín Carrión, un


feliz y fecunda en descubrimien- acierto que proyecta una luz pano-
tos, de monumentales estudios rámica sobre el conjunto de la in-
como los que dedica a la literatura gente obra del maestro. Una luz
de los siglos XVII y XVIII quiteños, que, rescatando lo más significa-
por citar unos pocos ejemplos. tivo de la cultura pasada y pre-
86 sente, llegará sin duda a las
Estos dos volúmenes que confor- futuras generaciones, necesitadas,
man el número 8 de la Serie Estu- tanto como nosotros, de la guía de
dios Literarios y Culturales un maestro que orienta, descubre
constituyen una nueva realización, y enriquece como lo ha sido y es
digna de todo encomio del Centro Hernán Rodríguez Castelo.
Ensayos y microensayos de Hernán Rodríguez Castelo

Doble sentido
Hernán Rodríguez Castelo*
Hernán Rodríguez
Casteló
87

Orden Mérito Civil España

Discurso de Hernán Rodríguez Casteló

Hernán Rodríguez Casteló y Ernesto Cardenal

Encuentro de escritores
Hernán Rodríguez Castelo

Hernán Rodríguez Casteló con Pedro Jorge Vera y En-


rique Adoum

Incorporación AEL.

Doble sentido
Hernán Rodríguez Castelo*

88
Hernán Rodríguez Casteló con el acuarelista César Hernán Rodríguez Casteló con Gerardo Guevara.
Tacco

Hernán Rodríguez Casteló con Segundo Luis Moreno Literatura infantil


y otros.

Hernán Rodríguez Celso Rojas y niña lectora.


Hernán Rodríguez Castelo

Ensayo monólogo

* Hernán Rodríguez Castelo. Fotografías del Archivo Particular de Hernán Rodríguez Castelo. Las
últimas tres son del archivo del CCBC.

Doble sentido
Pablo Molina Sánchez*
Hernán Rodríguez Castelo
en mi camino de lector

89

H ay un lugar y un tiempo en
que el encuentro con Her-
nán Rodríguez Castelo se dio y se
impacto por estar lleno de signifi-
cado para la vida.

mantiene, inició con el amor a la El relato abarca dos momentos en


lectura, a los libros, al saber, al tras- el ámbito del ser, Hernán y Pablo,
Hernán Rodríguez Castelo en mi camino de lector

cender a través del compartir con en su evolución como lector; y,


otros; se posicionó con el diálogo Hernán y los estudiantes, en su es-
crítico en algunas ocasiones a la luz tructuración emocional y cognitiva.
de la vela; y sigue existiendo desde
su obra, que lo hace presente. Hernán y Pablo en su evolución
como lector.
A continuación comparto la expe-
riencia con Hernán en escuelas, Estudiante de Filosofía con forma-
colegios y universidad, la vivencia les intenciones de ser religioso co-
del gusto por leer a los jóvenes, nocí a Hernán como creador de
acto no programado por ninguno cuentos impregnados de emocio-
de los dos, sin embargo, de alto nes, a través de su obra “El fantas-

Doble sentido
Pablo Molina Sánchez*

mita de las gafas verdes”1, el per- noza fueron el inicio de un con-


sonaje es un pequeño novicio junto de lecturas que años des-
aprendiz de fantasma, tremenda- pués calaron hondo en el análisis
mente curioso, en especial de la que me llevaron a desistir de la
vida de los hombres, por lo que de- vida consagrada.
cide conocer su lenguaje; así em-
90 pieza a descubrir asuntos de En este devenir llegó a mis 20
intereses de los comunes mortales, años “El camino del lector. Guía de
como la dicha, el dolor, la injusticia lecturas”, en ese entonces ya co-
social, la muerte, la esperanza de nocía en persona a Hernán, su bi-
una resurrección. Su inquietud y blioteca era la bóveda mágica
ansia de conocimiento le crean llena de conocimiento cual estre-
problemas de disciplina con las rí- llas en el firmamento; ahora sé que
gidas autoridades del fantasmerio, fue un gesto de afecto y paciencia
siendo su único reducto de escu- al recibirme en su templo, en sus
cha y comprensión, su instructor2. momentos de creación.

Esta obra infantil, sin tener un en- En este texto, mezcla de manual
foque religioso, al igual que “Ton- de los manuales con enfoque psi-
toburro”, “Memorias de Gris, el cológico, didáctico, pedagógico,
gato sin amo”, “Historia del niño que debería ser de lectura obliga-
que era rey y quería casarse con toria para todo aquel que tiene re-
Hernán Rodríguez Castelo en mi camino de lector

la niña que no era reina”, “Caperu- lación profesional o respon-


cito Azul”, “El grillito del trigal”, sabilidad personal con niños y
entre otras, contienen una carga adolescentes, Hernán recomienda
de conciencia cuyo alcance que quienes se encuentren fuera
avanza a lo cultural, social, político del rango de edad definido en la
y ambiental. Éstas, junto con otras Guía de lecturas, esto es, de 6 a
de autores como Ellacuría, Boff, 18 años, empiecen a leer los libros
Proaño, Luna Tobar, Simón Espi- que constan señalados con aste-

1 Hernán Rodríguez Castelo, El Fantasmita de las Gafas Verdes, Editorial Círculo de Lectores, Quito,
1978
2 Hernán Rodríguez Castelo, El Camino del Lector, Banco Central del Ecuador, 1988, página 195.

Doble sentido
Pablo Molina Sánchez*
riscos3, pues son los clásicos lite- su sorpresa al aspecto de su
rarios adecuados; sin embargo, no abuela sin vestidos, y le dijo:..”5
es negociable el saltar el orden
cronológico, –si se desea que el En mis 20 años no había leído ni
guagua desarrolle su motricidad escuchado esta versión, pero de
gruesa y su independencia espa- inmediato esas líneas tuvieron
cial sensomotriz, el guagua pri- sentido, eran la esencia, el cora- 91
mero debe gatear…si se desea zón que mantenía vivo al cuento,
ser un lector de calidad se debe me pregunté cuánto de lo que me
iniciar por las lecturas sugeridas habían enseñado y yo había
para niños de 6 años– aprendido era igual que Caperu-
cita Roja, una verdad a medias,
Siendo un aprendiz, tal cual el fan- letra sin sentido.
tasmita, fui a la biblioteca de la
PUCE a leer los cuentos de Char- El filósofo René Descartes, en su
les Perrault, en las ediciones que Discurso del Método; indica “era el
cumpla el criterio de Hernán “Por primero, no aceptar nunca cosa al-
supuesto, hablamos siempre de la guna como verdadera que no lo
versión original, íntegra.”4. conociese evidentemente como
tal, es decir, evitar cuidadosa-
Inicié por “Caperucita Roja”, un mente la precipitación y la preven-
cuento que en dos líneas acabó ción y no admitir en mis juicios
Hernán Rodríguez Castelo en mi camino de lector

con mi seguridad: nada más que lo que se presen-


tase a mi espíritu tan clara y distin-
“Deja la torta y el tarrito de man- tamente, que no tuviese ocasión
teca encima de la artesa y vente a alguna de ponerlo en duda”6,
acostar conmigo. cuando estudié a Descartes en-
tendí lo que sucedió con Caperu-
Caperucita roja lo hizo, se desnudó cita Roja; desde ese momento
y se metió en la cama. Grande fue dudé de todo, busqué las versio-
3 Ibid, págs. 35 y 36
4 Ibid página 44
5 http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/caperucita-roja--0/html/004a3704-82b2-11df-acc7-
002185ce6064_2.html#I_0_
6 René Descartes, Discurso del método. Ediciones Orbis, 1983, página 59

Doble sentido
Pablo Molina Sánchez*

nes originales, completas y con satorio con Hernán quien plante-


traducción seria. aba la importancia de leer la pro-
ducción de este filósofo alemán.
“En el siglo XVIII se emprendió La ausencia de estudiantes fue la
una tarea de poda, de lima de as- sorpresa que nos llevó a buscar
perezas, de todo cuanto pudiese razones, y resultó ser sólo una, la
92 atentar contra el orden estable- disposición a los estudiantes de no
cido, y, en especial, de cuanto pu- asistir, pues el texto de Hans Küng
diese turbar la disciplinada y estaba censurado en las faculta-
sumisa formación del futuro súb- des de Teología de las universida-
dito de ese orden, el niño.”7. A fi- des pontificas.
nales del siglo XX fui consciente
que había sido educado con crite- “El camino del lector. Guía de lec-
rios del siglo XVIII y ya en el siglo turas” sigue siendo un referente
XXI constato que todavía en el que se vuelve irreverente frente a
Ecuador no tenemos la entereza los tintes de oscurantismo del siglo
de leer un cuento en su versión ori- XXI. Hernán Rodríguez Castelo
ginal por los miedos que nos impu- había separado las versiones in-
sieron en las aulas de clase. completas, mutiladas, las editoria-
les inquisidoras e incorporó los
Lo evidencié cuando cursaba el clásicos de la literatura universal
segundo año de Filosofía, en una en sus versiones completas, tra-
Hernán Rodríguez Castelo en mi camino de lector

de las materias se mencionó al te- ducciones de calidad y editoriales


ólogo alemán Hans Küng y su obra especializadas. A partir de su
“¿Existe Dios?”8, en coordinación mente brillante y su espíritu indo-
con otros compañeros que com- mable obsequió mundo la posibili-
partíamos el caminar por el desfi- dad de aprehender el mundo
ladero de la palabra y por tanto de desde una lectura crítica hacia la
la lectura, organizamos un conver- articulación con el entorno.

7 Literatura infantil, violencia y medios de comunicación problemática de América Latina. Colombia,


Susaeta, 1993, páginas 7 y 8.
8 Hans Küng, ¿Existe Dios? Respuesta al problema de Dios en nuestro tiempo, Ediciones Cristiandad,
1979, quinta edición1980, 972 páginas.

Doble sentido
Pablo Molina Sánchez*
Hernán y los estudiantes en su Ahora sí, lectura a la obra! Todo
estructuración emocional y cog- iba bien, los estudiantes sabore-
nitiva. aban su victoria, hasta que llegué
a la línea donde dice “Caperucita
El aprendiz de lector, unos años roja lo hizo, se desnudó y se
después de haber dejado la comu- metió en la cama”9; ellos a sus 15
nidad religiosa, estaba como pro- años no habían escuchado de 93
fesor en un colegio particular de sus padres, profesores o en pelí-
clase media alta, impartiendo ma- culas Disney tal horror; el asom-
terias de filosofía, lógica y ética. bro y desconcierto inundó el aula.
Siendo así, con responsabilidad en Las protestas fueron “nadie sabe
hombros, sólo tenía una certeza, esa línea”, “en ningún libro está
exfoliar la masa gris de sus jóve- esa parte”, “mi mamá me leyó,
nes estudiantes para posibilitar la ella no me miente”, “como crees
formación de lectores críticos. tener la verdad y que el resto esté
equivocado”.
El primer día de clases partimos de
una propuesta al estilo de los más Mi fama creció como la espuma, el
arriesgados juegos de azar, un re- segundo día tenía a pocos padres
presentante del curso debía relatar y muchas madres exigiendo una
la versión que conocía de Caperu- explicación y la expulsión del pro-
cita Roja, si ésta era la correcta ga- fesor, sus hijos habían contado la
Hernán Rodríguez Castelo en mi camino de lector

naban el pase de año, sino lo versión original del cuento, habían


perdían. Los demás estudiantes quedado asombrados; no cabe
apoyaban al relator agregando in- duda que se puede mover el piso
formación que se le haya esca- de un joven, no así, el del padre o
pado a fuerza de los años que la madre, más aún si son profesio-
dejaron atrás en la infancia, final- nales exitosos.
mente podían decidir si continua-
ban o no con esta emocionante Lo interesante de mover piso es
ruleta rusa. que se puede re construir en la

9 http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/caperucita-roja--0/html/004a3704-82b2-11df-acc7-
002185ce6064_2.html#I_0_

Doble sentido
Pablo Molina Sánchez*

logo entendí que somos una socie-


dad que educa y construye su ima-
gen desde el engaño, cuando
somos consciente de él, lo hace-
mos desde el autoengaño. La ver-
dad no es motivo de tranquilidad,
94 sino de preocupación y susto. Por
ello, la importancia de leer textos
que no sostengan el engaño.
Inicié el proceso de la formación
de lectores a los estudiantes con
Politólogo Pablo Molina Sánchez
“El Camino del lector. Guía de lec-
medida en que se avance en el tura”, descubrimos datos errados,
desarrollo del pensamiento crítico; distorsionados, no solo en litera-
implantar la duda, desde el texto y tura sino también en otros ámbitos
contexto fue una vía. Los jóvenes del saber cómo la Historia.
no volvieron a “aceptar cosa al- Así fue que los jóvenes se encon-
guna como verdadera que no lo traron cara a cara con la fundación
conociese evidentemente como de Guayaquil, mientras la ciudad y
tal, es decir, evitar cuidadosa- el colegio se preparaba para cele-
mente la precipitación y la preven- brarla, ellos a través de textos an-
ción y no admitir en mis juicios tiguos y actuales –El Universo, El
Hernán Rodríguez Castelo en mi camino de lector

nada más que lo que se presen- Expreso, El Telégrafo- pudieron


tase a mi espíritu tan clara y distin- constatar datos reales, su origen
tamente, que no tuviese ocasión fue más religioso que cívico y su
alguna de ponerlo en duda”10. fecha el 15 de agosto. No faltó un
estudiante que con júbilo contó a
Sorprendido por estas reacciones sus padres el hallazgo, ahora
visité a Hernán en Alangasí, expli- éstos pedían la renuncia de los
qué lo sucedido, en nuestro diá- profesores de historia.

10 René Descartes, Discurso del método. Ediciones Orbis, 1983, página 59

Doble sentido
Pablo Molina Sánchez*
El 25 de julio, los desengañados Hernán se convirtió en catalizador
estudiantes decidieron pegar en para los estudiantes, los ayudó a
las puertas de las aulas, la página ordenar sus ideas mediante la es-
de los tres periódicos donde ha- cucha y diálogo activo, les acom-
cían la aclaración de fechas. Nos pañó en la pérdida de esa
encontramos con que la verdad no inocencia de que la verdad es de-
siempre trae buenas nuevas. Los seada y buscada por la comunidad 95
profesores de Estudios Sociales quedando en un ideal lejano, pues
tomaron una prueba de una sola habían experimentado que no era
pregunta ¿cuál es la fecha de la así, sus precisiones les habían
Fundación de Guayaquil?, valga causado inconvenientes en el co-
acotar que ésta venía con una legio. Entendieron que la verdad
sutil advertencia, si la respuesta no está al alcance, no se la rega-
era agosto se quedaba para suple- laba ni se imponía, se empezaron
torio. La mayoría aceptó la intimi- a sentir como el “Fantasmita de las
dación. Unos estudian para gafas verdes”, siendo en ese mo-
conocer la verdad y generar nue- mento el único que los entendía su
vas realidades, otros no logran instructor Hernán.
asumir el reto que aquello implica.
Hernán conoció este episodio De su parte Hernán manifestó que
junto con mi pedido de apoyo, nos estos conversatorios fue una de sus
visitó en el colegio para compartir mejores experiencias, por el compar-
Hernán Rodríguez Castelo en mi camino de lector

con los estudiantes, éstos investi- tir de criterios con jóvenes lectores.
garon sobre la vida y obras de Her- En una sola ocasión Hernán me su-
nán, prepararon charlas motivando girió no dé a conocer a los estudian-
la lectura de sus textos, tuvieron tes de universidad un texto; hasta
cercanía con otras figuras del pen- ahora no lo promociono y más des-
samiento ecuatoriano, como pués de haberlo leído a María de
Cazón Vera, David Samaniego, Lourdes, mi esposa, me hizo prome-
Aminta Buenaño, Jaime Villa, Ro- ter que ese libro jamás recomiende
dolfo Pérez Pimentel, Jenny Es- a los jóvenes, pues ellos fuera del
trada, finalmente entendieron que entorno institucional deben buscar
Guayaquil es una ciudad de escri- por sí solos el conocimiento. ¿La
tores para lectores. verdad nos hace libre?...

Doble sentido
Pablo Molina Sánchez*

Los jóvenes estudiantes que co- mientas para crear criterios pro-
nocieron a Hernán en Guayaquil, pios y mantenerse en la realidad
todavía lo recuerdan, con su con ellos. Sé que algunos leye-
“Camino del lector. Guía de lec- ron a sus enamorados/as, espo-
tura” y su acompañamiento, vi- sos/as, hijos/as la obra de
vieron el poder de la duda sobre Hernán y están formando a sus
96 un texto, conocieron las herra- hijos como lectores.
Hernán Rodríguez Castelo en mi camino de lector

Doble sentido
Marco Antonio Rodríguez*
Hernán Rodríguez Castelo,
el hombre y su obra

97

Tiempo Tiempo sumiso por las demandas

¿
inacabables de una de las más lú-
Qué ocurre con el tiempo en cidas inteligencias que ha dado
seres humanos como Her- nuestra patria. Repliegue o expan-
nán Rodríguez Castelo: drama- sión de esa sustancia escurridiza
Hernán Rodríguez Castelo, el hombre y su obra

turgo, historiador, biógrafo, que sabemos qué es en nuestros


lingüista, escritor de literatura in- laberintos interiores, pero que no
fantil, crítico literario y de arte, ges- podemos explicar qué es cuando
tor de revistas, periodista, autor de alguien nos pregunta sobre este,
más de cien libros…? ¿Retirarse… según la manida disquisición de
? ¿Ensan- charse…? ¿Retra- San Agustín. Filosofía del tiempo.
sarse…? O, ¿quién o qué lo exo- No es mi propósito elucidar res-
neró del tiempo, para posibilitarle pecto de asunto tan complejo, pero
tantas realizaciones emergidas de me he sentido conminado a iniciar
su inteligencia y de su energía estas páginas con algo muy breve
asombrosas? Tiempo humillado y leve sobre el mismo, porque la
por una férrea voluntad creadora. preclara figura de Rodríguez Cas-

Doble sentido
Marco Antonio Rodríguez*

98

telo conmina a ese ejercicio. ¿De mento erigido por su talento crea-
dónde emergieron tantos proyec- dor y su arduo, ejemplar, trabajo
tos y realizaciones intelectuales, investigativo. Son 679 artistas
tantos ensayos teóricos, tantas plásticos estudiados. Estos perte-
empresas humanas concretadas o necen a todas las provincias de la
no —¡qué importa!— por este patria; algunos residen en el ex-
Hernán Rodríguez Castelo, el hombre y su obra

ecuatoriano lúcido, íntegro, inco- tranjero; otros fallecidos; a los de


rruptible, generoso? más allá no se los encuentra, viven
literalmente ocultos… ¿Qué prodi-
A sotto voce, como penosamente gios obró Hernán para examinar
actuamos en nuestro medio (pa- su obra y sacarlos del anonimato?
cato, convencional, retardatario), Y aquí me detengo en una breve
se habla del “orgullo” de Rodríguez digresión indispensable. Cuando el
Castelo, yo hablo de su dignidad y Círculo de Lectores publicó en dos
de su anchura de espíritu. Su volúmenes su Lírica ecuatoriana
Nuevo diccionario crítico de artis- contemporánea, se la criticó acen-
tas plásticos del Ecuador del siglo tuando que aparecían decenas de
XX constituye un verdadero monu- personas que nada tenían de poe-

Doble sentido
Marco Antonio Rodríguez*
tas, sí de poetastros —peyorativo cos de todos los tiempos están en
de poetas en las viejas retóricas— deuda impagable con Hernán Ro-
o, dicho por los popes de aquel dríguez Castelo. Su monumental
tiempo que estaban atentos a las Historia general y crítica de la lite-
novedades, que en esa obra había ratura ecuatoriana, contenida en
excesos de paraliteratura. millares de páginas constará entre
lo más encumbrado de nuestra 99
Pero es que allí, precisamente, se cultura. Capítulos inéditos o sub-
devela la magnanimidad de Rodrí- valorados de nuestra nación,
guez Castelo y aparece nítida su todas buidas de inteligencia y be-
faceta de gran suscitador de nues- lleza, se erigirán como soporte
tra cultura que ha sido escamote- único de nuestra historia. Obras
ada y casi nunca reconocida. En como las de Hernán son aportes
nuestro país, dos estereotipos — excepcionales para que cuajemos
entre otros de menor incidencia— en nación.
han mantenido incólume nuestra
asincronía histórica: mezquindad El aire y los recuerdos
y sentimiento de minusvalía. Com-
plejo de inferioridad —que cientí- Conocí a Hernán en el colegio San
ficamente es el único que existe, Gabriel. Nunca fui alumno desta-
por lo que los soberbios no son cado, pero creo que es hora de
sino especímenes que protegen dejar testimonio escrito de cómo
Hernán Rodríguez Castelo, el hombre y su obra

con ese escudo la compasión que atendía sus clases magistrales (no
sienten por ellos mismos—. Y en nos diferencian sino pocos años
lo que se refiere a los numerosos en lo que a edades concierne,
poetas estudiados por Rodríguez pero ya Hernán estaba precedido
Castelo en la obra citada —igual de justa fama), cuánto hicieron sus
ocurre en todos los otros géne- palabras para mi conversión de
ros—, cuánto bien hizo, pues, gra- pésimo estudiante a lector de ofi-
cias a su incentivo, varios de ellos cio y a preocuparme de las otras
se han superado día a día hasta asignaturas. Sucede que ese gran
convertirse, en efecto, en poetas. sacerdote Marco Vinicio Rueda
Pensadores, ensayistas, historia- había visitado el Pensionado Borja
dores, narradores, artistas plásti- Número 1, recabando una lista de

Doble sentido
Marco Antonio Rodríguez*

sus alumnos destacados. En ella reunió el nuevo relato ecuatoriano


constaba yo. El deseo del padre y a su pedido comenté sobre un
Rueda era que yo fuera al Colegio cuento suyo). En este inverosímil
Loyola, pero mi abrumadora timi- proyecto, fungió de lector, antó-
dez lo impidió. Él posibilitó mi in- logo, corrector, prologuista y hasta
gresó al San Gabriel y, a los coordinador de diagramación.
100 tumbos, pasé algunos años. No sé Todo bajo su égida. Y estamos ha-
qué ocurrió en mí. Brillante estu- blando de tiempos en los que ni si-
diante de primaria a último de se- quiera soñábamos en las
cundaria. Pero me daba modos tecnologías de ultravanguardia
para concurrir a los clubes organi- que nos rodean en nuestra hora.
zados por Hernán. Esta es la his- Está por demás esclarecer que
toria. Hernán viajó a Europa y yo Hernán no perseguía lucro alguno
fui expulsado de colegio tan signi- como ciertos seudopromotores de
ficativo. Maestros de esos años libros que proliferan en estos años,
me marcaron para siempre: Jorge cuyo fin no es otro sino el de reple-
Salvador Lara, Francisco Salazar tar sus faltriqueras y bailan al com-
Alvarado, Jorge Chacón, Aurelio pás del gobernante de turno: si es
Espinosa Pólit, Ernesto Proaño, de izquierdas mueven su zurda, si
José Rivas… en fin, maestros que de derechas, la diestra, si de cen-
hubieran honrado cualquier institu- tro, no les importa las difíciles ca-
ción educativa de América o Eu- briolas que deben cumplir pero las
Hernán Rodríguez Castelo, el hombre y su obra

ropa. consuman. No, Hernán se impone


misiones imposibles en servicio de
Transcurrieron años y el reencuen- la patria, sin importarle recompen-
tro con Hernán fue entrañable. Él sas honoríficas o pecuniarias. Y su
escribía para diario El Tiempo y vida ejemplar: austera y mode-
cubría, a más del espacio cultural. rada, sencilla y rigurosa. Todos los
Fue el tiempo en que asumió una días va a nadar en una piscina cer-
de las más colosales empresas cana a su casa, y el resto del
culturales. Cien tomos de la Colec- tiempo, omitiendo sábados, do-
ción Biblioteca de Autores Ecuato- mingos y días de guardar, se de-
rianos de Clásicos Ariel, todos dica a estudiar y escribir. No, no
prologados por él. (El volumen 41 estoy hiperbolizando, lejos de mí

Doble sentido
Marco Antonio Rodríguez*
endilgar dulías admirativas por do-
quier persiguiendo algún favor o
exaltar porque sí, porque es una
buena práctica para quedar bien
con todos. Creo que los seres hu-
manos tenemos deberes que cum-
plir y los deberes no se impetran, 101
solo están para ser realizados. Por
eso enaltezco vida y obra de uno
de los grandes ecuatorianos del
siglo XX, Hernán Rodríguez Cas-
telo. Grande por su vida y por su
obra. Por eso, justamente en este
tiempo del desprecio que vivimos,
seres humanos como Hernán hon-
ran no solo a la patria sino a la es-
pecie humana. escritura, ortografía y sus excep-
cionales aportes en beneficio de
La obra nuestro idioma cubren con sobra
de méritos su ámbito de lingüista.
Sabio es quien procura conocer la Y es en el ensayo —ese “centauro
razón de ser y el principio de las de los géneros” que lo llamara Or-
Hernán Rodríguez Castelo, el hombre y su obra

cosas en general y del mismo ser tega y Gasset— en el que mejor


en particular. Sea en el terreno de expresa su genio. Y la crítica que
la historia, de la literatura o del arte ejerce Hernán no exhibe piezas
en general, busca las causas pro- museísticas sino vivas.
fundas de esas formas de crea-
ción, porque la historia es Manuela, una biografía actual
invención cotidiana, creación per-
petua; no es una ciencia, es un Las biografías de Hernán Rodrí-
saber. Hernán Rodríguez Castelo guez Castelo tienen el mismo
es sabio, en el más hondo sentido signo de sus ensayos críticos:
de esta valoración. Innumerables acercarnos a sus personajes como
ensayos suyos sobre gramática, si los tuviéramos frente a nosotros

Doble sentido
Marco Antonio Rodríguez*

o los conociéramos desde siem- de Simón Bolívar. Averiguación


pre. Su versión de Manuela Sáenz de las esencialidades de las figu-
ha despertado erupciones en quie- ras evocadas por el biógrafo. Ro-
nes la siguen sacralizando y utili- dríguez Castelo no se represa en
zando desde la demagogia más la descripción epidérmica de he-
crasa, pues esta biografía señala chos y personajes, adensa su pa-
102 las falsedades de otras biografías labra en las razones axiales de
sobre Manuela Sáenz con docu- las decisiones de los personajes
mentos que lo prueban. Celebro de esta biografía, no siempre
en ella su investigación profunda, acertadas, a veces fluctuantes
su manera de leer, observar, reco- entre carencias y desatinos, con-
nocer documentos auténticos, sustanciales de la condición hu-
comparar; su forma de humanizar mana. Expresividad fulgurante
al personaje señalando no solo del lenguaje. Prosa tersa y limpia
sus logros sino también sus erro- de todo lo que sea o pueda pare-
res y sus faltas. Investigación ex- cer adiposidades.
haustiva de la historicidad, o, mejor
aún, del escenario donde discurrió Como todo hombre grande, Her-
su tumultuosa existencia. nán Rodríguez Castelo tiene admi-
radores y detractores. Dice su
Los materiales que llegaron a verdad y no le basta, sino que la
manos del biógrafo, de manera fortalece sílaba a sílaba, mediante
Hernán Rodríguez Castelo, el hombre y su obra

especial, epístolas y relatos in- sondeos y exploraciones conclu-


éditos, develan un tratamiento yentes. A Rodríguez Castelo, en-
probo y creativo, además, la na- tonces, no hay que dimensionarlo
rración no esquiva porciones in- en dicotomía, sino en plenitud,
dispensables de fina ironía que esto es, situando el valor de su
acicatea la lectura. Más que vue- obra y sus diligencias en beneficio
los de la imaginación, severidad de nuestra patria. Estas dos líneas
no exenta de frescura para inter- magistrales refundidas justifican su
pretar aconteceres y actitudes de presencia en lo mejor de la cultura
otras imágenes, especialmente la ecuatoriana e hispanoamericana.

Doble sentido
Perdigones

Línea recta
Odisea inmóvil. Presentación del poemario Ardid,
de Fabián Guerrero (2018)
Martha Albán .......................................................................................................................105

Perdigones
Martha Rodríguez Albán
Odisea inmóvil.
Presentación del poemario Ardid, de
Fabián Guerrero (2018)
105

Odisea inmóvil. Presentación del poemario Ardid, de Fabián Guerrero (2018)


A demás de celebrar con ale-
gría y mucho cariño esta
nueva obra del amigo Fabián Gue-
rrero, hay que agradecer al poeta
por el regalo de este libro tan es-
pecial. Un texto hondo, cuyas su-
gestivas imágenes dejan al lector
la sensación de que ha rozado un
misterio imposible de asir, que se
ha aproximado al fuego, a riesgo
siempre de morir calcinado. Y digo
agradecérselo, porque su esfuerzo
nos ha permitido entrever algo de
aquello que es imposible de atra-
par: eso que Lacan denomina “lo
real” (lo que no es imaginario ni se
puede simbolizar): verdad elusiva

Perdigones
Martha Rodríguez Albán

que el lenguaje funcionalista o la dos efectos en el ilusionismo, en la


razón lógica no alcanzan a nom- fotografía, en la cinematografía.
brar, a explicar.
De esos significados derivan las
Lo primero que llama la atención primeras preguntas: ¿Maña, ilusio-
en esta obra es que puede ser nismo o trampa? ¿Ardid consis-
106 leída como prosa poética, como un tente en qué? ¿Ardid de quién?
relato o historia susurrada de una ¿Para qué? A partir de esas pre-
voz lírica que se halla atrapada en guntas iniciales pudieran reali-
el desencanto. En esa historia no zarse muy diversas lecturas del
hay peripecias (no hay una trama), poemario de Guerrero Obando. He
pero sí un devenir que transcurre elegido como línea de indagación
―paradójicamente― casi en la in- el seguimiento a la voz poética,
movilidad. Por ello, el libro entero para que ella me conduzca por las
es una suerte de oxímoron: la con- temáticas que le preocupan, que la
Odisea inmóvil. Presentación del poemario Ardid, de Fabián Guerrero (2018)

tradicción que implica una odisea mueven.


inmóvil, la odisea de un hombre
cansado de transitar, de preguntar Comenzaré con el hablante. ¿El
a la esfinge, de exigir inútilmente texto es un ardid, de quién?
respuestas a la vida, a la literatura, ¿Quién habla al lector? Hay que
al corazón. señalar que el hablante procede
con extremado cálculo, midiendo
En segundo lugar, la voz poética el desconcierto va busca provocar
deja abiertas algunas preguntas desde el poema de arranque. Allí,
en el texto, en un desplazamiento el yo poético habla en primera per-
que resulta otro juego de la es- sona del plural: un “nosotros” cuya
finge: un ardid. Según la Real Aca- identidad está encubierta, velada:
demia Española de la Lengua, “Recorremos la misma casa indes-
ardid es una trampa que se utiliza cifrable/…/pronunciamos los mis-
para el logro de un fin; son las mos nombres”. ¿Es una pareja de
mañas o habilidades que se ad- amantes la que habla? ¿Son dos
quieren en el ejercicio de un arte u miembros de una familia? ¿O se
oficio; o son los artificios que se refiere a sí mismo, en un plural me-
emplean para producir determina- tafófico?

Perdigones
Martha Rodríguez Albán
En ocasiones, la voz interpela, en incluye cuando dice: “Errantes,
primera persona, a ese otro que es somos un rumor, goteo, sombras/
plural: “A pesar de nosotros mis- humeantes/ como un repentino
mos/ buscamos en el pecho algo desahogo/ que sale de la noche”.
inesperado/ Como los enamorados (30)
buscan/ los restos del amor./ Acu-
ciados/ A lo largo de la noche en En otras ocasiones, la voz se en- 107
que se pierde todo” (19). Esta voz tretiene, y juega con el lector; no lo
amatoria, ¿se dirige acaso al ob- deja asentarse en una convicción.
jeto amoroso? ¿O es uno de los De repente le pone, como apari-
ardides que empieza a perfilarse? ción repentina, un par de nuevos
Es decir, ¿le habla en sentido me- personajes: como en acto de pres-
tafórico al objeto amado, o le habla tidigitador, suelta a una tercera
al lector, llamándolo a la confiden- persona: “Aquí hay un hombre. An-
cia, a la confianza fácil del terreno tiguo como el dolor:/ ficcional o au-

Odisea inmóvil. Presentación del poemario Ardid, de Fabián Guerrero (2018)


común, de la experiencia compar- tobiográfico/…/ Y ya no hace gran
tida? cosa. Tampoco nosotros./ Sembra-
dos como estamos de brazos que
Esta voz aborda distintas temáti- se rompen”. Entonces volvemos a
cas, pero ellas ayudan poco a la pregunta: ¿quién ese ese nos-
darle un contorno al hablante. otros? ¿Serán los otros personajes
Pues ¿a quien se dirige este Sísifo secundarios que tienen aparicio-
contemporáneo cuando describe nes fugaces -apenas sus nombres,
lo que parece ser su piedra? “Ese cargados de sugestiones-? Son
arrastrar infinito/ ese abandono seres de la literatura y artistas,
siempre por comenzar/ De día en apariciones sin orden, que ayudan
día” (79). O cuando confiesa: “De a poblar este universo del largo
permanecer inmóviles se trata/ Ni poema. Cada uno de ellos implica
siquiera sobre, sino dentro./ Emba- un rasgo, una historia, una carac-
rrados”? (22). ¿Quién es ese otro terística o un evento de la condi-
con el cual se conforma esa voz ción humana: así, concurren a este
plural, que es calificada con insis- bosque Orfeo y Helena de Troya,
tencia como cansada, vil, estan- Ana Karenina suicidándose “en las
cada, embrarrada? ¿A quién páginas de un libro” (77), Pessoa

Perdigones
Martha Rodríguez Albán

y Yocasta, Holderlin y Edipo, la en- inútil: ese cuerpo, ese verso”. Se


trañable Sylvia Plath y el iluminado lamentan desafíos y desencuen-
Rilke: todos asisten como seres tros durante el trabajo la palabra
torturados que despliegan, a la y se lidia con la memoria, igual
manera de un mosaico, o como en que con los avatares del corazón;
un caleidoscopio, las honduras no pueden ambos conducir a aquel
108 resueltas del alma humana. vacío en el que agoniza la voz lí-
rica. Por último, llega una confe-
En otras ocasiones, ingresan a la sión, que releva de pruebas: el
escena personajes para despistar: hablante admite que incurre en
un “tú” asoma también de repente: los ardides para no perder el con-
“Tu voz…/ cántico desprendido/… trol, por “el mismo miedo al tiempo
/ Las palabras dispares como pie- acabado/ o a disgregarse en él”.
dras/ pero esperando que florez- El vacío, la nada que se ha venido
can”. O un sugestivo “nosotros” anunciando, presentificando a lo
Odisea inmóvil. Presentación del poemario Ardid, de Fabián Guerrero (2018)

que haría pensar en el hablante, largo del libro; entonces, todos los
en coro, con su propio corazón: trucos y apoyos de su historia han
“Nos hemos conformado con muy sido eso: “Primero fue un trompo,/
poco:/ con la sombra de esa malabaristas y titiriteros;/ luego
misma mujer,/ o el filo quemado de fue una barca./ Y un buen día:/ Ri-
palabras como miedo o soledad/ votril/ Efexor/ Xanax/ Mirtapax”. Y,
No fuimos más que una ordinaria añado yo, los interminables bu-
pérdida de tiempo/…/. Aunque cles de las metáforas, el desfile
cada vez nos descubrimos más enceguecedor de imágenes.
oscuros./ Esa forma tan nuestra de
sostenernos entre las puntas de Las piedras de este Sísifo son, en-
los dedos”. (83) tonces: la palabra y sus promesas
fallidas; el dolor; el agotamiento; la
No resuelto el misterio de quién noche; ese “miedo feroz que en el
es la voz lírica, se abren las pre- hombre se estanca./ En el fondo.
guntas de por qué el oculta- Allá en el fondo.” (80) Sobre todo,
miento. A ratos confiesa que se está lo que parece ser el desen-
trata de un truco, de falacias y jue- gaño mayor, que resulta de una
gos de malabares: “Es una treta vital tensión entre “las necesidades

Perdigones
Martha Rodríguez Albán
del amor” y la búsqueda de las había mencionado el punto de lle-
grandes palabras/ o la palabra mi- gada en aquel mismo poema ini-
nuciosa./ Y por lo que hace a las cial. Era un indicio como caído al
cosas, ya no miramos hacia/ descuido: “Aunque todo eso no
atrás./ Aún cuando un montón de sea sino una memoria soterrada,/
palabras se sitúa hora/ mismo/ en que habla por todo lo perdido,/
esa cal parecida al corazón”. En pero también por lo que nunca 109
efecto, el desamor y su recuerdo fue”. La nada, lo que nunca fue, el
parecen ser las pérdidas más in- vacío. Los versos adquieren su
tensas: “Todo espuma invernal e pleno sentido al final del texto. Al
incógnita/ Ese mar/ Nuestros cuer- inicio no lo vimos, y dimos vuelta
pos” (88); por otro, están las trai- a la primera página, ya engancha-
ciones y falacias de la palabra: “el dos, tras la pista los enigmas: la
poema ya no anda/ y tampoco es pregunta por ese “nosotros”, por
posible volver atrás./ Apenas un su drama. Sin saber que intentaba

Odisea inmóvil. Presentación del poemario Ardid, de Fabián Guerrero (2018)


raspar de fondo,/ una piedra en solo señalar con el dedo, mudo, el
sombras/ arrastrándose ahí den- drama ineludible que yace en el
tro.” La tensión irresoluta entre vivir corazón de la palabra y de la vida
simplemente, permanecer y respi- misma, en el centro del deseo y
rar “lo cotidiano, los trinos”; o vivir de la memoria, en lo más alto de
en la búsqueda inagotable, en la fe la noche (esa “casa que flota sin
en la palabra (13). Y en medio de reposo”). (98) Finalmente,
eso, la desidia, la inmovilidad, la cuando creemos resuelto, al
sensación de estar a la espera de menos, uno de los misterios, se
la muerte; arrastrado. abre una nueva duda, que es de-
jada a los lectores del poemario
Cuando finaliza la lectura, sin pa- de Guerrero; la inquietud de que
labras, volvemos al primer poema. acaso todo lo leído es también
Y solo entonces nos percatamos fantasía pura, ilusionismo, un
de otro ardid: el hablante nos nuevo ardid.

Perdigones
la derrota del guerrilero urbano en tres novelas latinoamericanas Santiago Aguilar Morán*

110

Extramuros
Extramuros

Línea recta
A propósito de La Revista No. 3
Patricia Noriega ..................................................................................................................113

Poético y humano Juan Secaira


Pedro Gil Flores .................................................................................................................118

Deterioro
..........................................................................................................................................................119

Sistema mediático y propaganda en la Rusia de Putin


..........................................................................................................................................................121

Extramuros
Patricia Noriega*
A propósito de La Revista No. 3

Es una maravilla estar aquí, no 113


solo por mi paso como un relám-
pago por esta Facultad, (un relám-
pago que duró 4 años), no solo por
el cariño permanente que experi-
mento con varios docentes hasta
hoy y de seguro hasta que mi
cuerpo se marche, si no por el re-
cuerdo de todas las locuras, amo-
res, pasiones que se desprenden.
Son 18 años desde que dejé esta
Universidad y sigo agradecida por
todo lo que aprendí. No me refiero
exclusivamente al bagaje teórico
del que me nutrí, en estas aulas y
hasta altas horas de la madru- Aquí también por primera vez, un
gada, acompañada de un buen profesor, del que guardo un pro-
libro de teoría de la comunicación fundo cariño y admiración, Fabián
o filosofía y el carajillo de rigor, así Guerrero, escuchó mis textos y
como el cigarro. Me refiero sobre creyó en ellos. Ahora no sé si agra-
A propósito de La Revista No. 3

todo porque aquí aprendí a hacer decerle, porque conocí la maldi-


respetar mis derechos como ción de la poesía, conocí las
mujer, como ciudadana, aprendí a telarañas que penden de la mano
ser crítica ante una realidad pun- del mago y me vuelve un instru-
zante y desencantada de esta so- mento suyo, para matar y parir,
ciedad tecnificada hasta los para soñar y sufrir en ese vientre
huesos. extraño que es la literatura.

Extramuros
Patricia Noriega*

Aquí se abrían espacios fantásti- temática del reportaje, hilo argu-


cos para decir nuestra palabra. Yo mental, fuentes, preguntas, cau-
creo que nunca fui tan poeta como sas, estructura, extensión, origen
cuando estuve en la FACSO. e historia. Un excelente poder de
Ahora llego 18 años más tarde y síntesis para explicar este tema
veo todo mejor. Ya no solo están fundamental en la formación
114 las aulas disfrazadas de teatros como comunicadores.
con velas e incienso donde podía-
mos decir la palabra. Ahora cele- Luego se aborda un tema de ta-
bro que se sigan fortaleciendo maña importancia en la pregunta
esos espacios. Nada más y nada ¿Por qué la producción cultural
menos por la perseverancia de Fa- se convierte en consumismo
bián, gran maestro y poeta de altí- cultural?. Una interrogante actual
sima connotación para el país. y que con coraje ha sido analizada
por Andrés Rodríguez Mera. Para
Ha sido muy grato para mí leer La él, “un producto cultural adquiere
Revista: Lecturas – reflexiones rasgos de objeto cultural, gracias
– asombros, editada de manera a la observación que los sujetos
impecable, con un formato có- realizan en y de él. En este artículo
modo, además del contenido fabu- propone alterativas de compren-
loso, que no se aleja de la realidad sión, en referencia a hechos pasa-
de la Comunicación Social y de la dos y presentes de la industria
estética en el país. Quienes escri- cultural, de igual manera analiza el
ben en esta revista son comunica- concepto de cultura en la moderni-
dores que tienen su amplia dad y muchos temas de funda-
trayectoria en medios o como do- mental importancia.
A propósito de La Revista No. 3

centes universitarios.
Fernando Guerrero Maruri desarro-
Por ejemplo, Roque Rivas Zam- lla otro tema categórico: El perio-
brano realiza un estudio sobre el dista no debe temerle a la
reportaje periodístico, en el que tecnología. Esta es una conversa-
aborda de manera didáctica y ción desarrollada con Noemí Ramí-
concreta la definición, caracterís- rez, la Directora de Desarrollo
ticas, canales por donde se emite, Digital de EL PAÍS. Ella explica todo

Extramuros
Patricia Noriega*
lo referente a la organización del Dios, en oposición al texto jurídico,
área digital, así como de las nuevas donde la palabra abstracta e inde-
narrativas que se manejan y las es- clinable de la ley se encuentra
trategias para capturar audiencias. cada vez más lejos del hombre y
Se desarrolla en una entrevista cor- sus preocupaciones, la palabra po-
dial en la que Noemí responde de ética pone al hombre en contacto
manera frontal sobre la crisis de los con aquello que le es más propio 115
medios tradicionales. Pero con la y más íntimo: es decir, con su pro-
seguridad de que un periodista pia existencia.
debe ser fiel a sí mismo. No debe
temerle a la tecnología y debe A continuación de este gran estu-
poner al usuario en el centro para dio, encontramos otro maravilloso
la definición de la estrategia. y profundo en la fugacidad: Los
Haikus no bailan, pero sus huesos
Luego aparece Juan Carlos Ju- sí, de Gisela Galimi. Ella hace una
rado Reina, con un texto profundí- analogía entre Ezra Pound y Basho
simo titulado: La obra de arte, la y con voz categórica manifiesta que
poesía y el retorno de los dioses. “le gustan los Haikus porque logran
En él hace un recorrido magistral bailar sin el cuerpo, desde su esen-
por varios filósofos como Platón, cia zen vacía de deseo. Y desde allí
Aristóteles, Eurípides, y más, pero justamente refinar su sutileza del yo
aterriza en exponer que el texto poético occidental.
poético de un lado, pone al al-
cance de los lectores la voz del in- Pensar la oposición creación / pro-
finito, y, por otra parte renueva la ducción, es el artículo de Óscar
confianza en el anuncio, no de un Llerena Borja. Él, por medio de
A propósito de La Revista No. 3

orden justo y equitativo, sino del este estudio, piensa la dialéctica


principio a partir del cual todas las creación/producción desde pers-
cosas recuperan su sentido y di- pectiva que permita situarla en el
rección. El texto poético reúne discurso de la modernidad.
para el autor, elementos tanto del
texto religioso, como del texto jurí- Luego aparecen dos maravillosos
dico. El texto religioso contiene la textos, cargados de poesía. El pri-
palabra sagrada y distante de mero habla del claroscuro del ba-

Extramuros
Patricia Noriega*

rroco en Primero Sueño de Sor Los abandonados.


Juana Inés de la Cruz, conside- Luego, en la sección Perdigones,
rada como una de las mayores ex- encontramos un estudio especta-
ponentes de la lírica del siglo XVII. cular denominado La derrota del
La autora Sandra Carvajal García guerrillero urbano en tres novelas
realiza el Análisis del Primero latinoamericanas, de Santiago
116 sueño a la luz del claroscuro ba- Aguilar Morán. Este trabajo de in-
rroco, así como el amor al conoci- vestigación analiza un grupo de
miento en la poesía romántica de novelas latinoamericanas en las
Sor Juana, como antecedente del que interviene el guerrillero ur-
significado de Primero sueño. Pro- bano, como personaje central.
fundiza también en las fórmulas Este guerrillero, luego de ser de-
estilísticas en relación con el sig- rrotado, se incrusta nuevamente
nificado del poema. El segundo en la vida cotidiana. El estudio se
texto es un poema de Meysis Car- enfoca en ese regreso a la vida
menati denominado A veces te civil, el retorno de la clandestinidad
abandona. Poema corto, lleno de se convierte, sin embargo, en un
profundidad que en su punto más problema para que se posibilite la
alto dice: integración definitiva a la sociedad.
Y finalmente, Sophía Yánez Gar-
En un cuarto de pareces blancas, cía, aborda el tema Naturaleza y
muy blancas, Otredad: cómo afecta nuestra
Te abandona a los cuerpos amon- comprensión del conocimiento y
tonados de lo que es sagrado. Ella afirma
Y ojalá sepas morirte lentamente que para superar el pseudo-cono-
Gritar rencores apacibles como cimiento, es necesario que exista
A propósito de La Revista No. 3

muertos el canto de la naturaleza y la so-


Hacer tímidas flores de papel brevivencia de los pueblos nativos
como venganza que la resguardan. Para ella, la na-
Arrancar las pieles de las manos turaleza es un libro del que no co-
de los ojos sordos nocemos todo y porque el
Olvidados sin nombre revalorar la relación con la poética
Los que saben amar como los presente en la naturaleza, permite
muertos ser coherentes con el legado que

Extramuros
Patricia Noriega*
se ha heredado de los ancestros. cana, Ximena Grijalba y natural-
Me ha resultado gratificante y en- mente a Fabián Guerrero Obando,
riquecedor acceder a la lectura de por tan magnífico trabajo.
esta revista. Es muy complejo
hacer un estudio pormenorizado, Dieciocho años han pasado, para
por cuestiones de tiempo, pero he que regrese a mi Facultad y me
caído de asombro en asombro en sienta feliz y agradecida por haber 117
cada uno de los análisis vertidos sido tomada en cuenta para esta
con tanta maestría, por su fuerza grata tarea.
y profundidad, por la investigación
que ha sido generada en cada uno Buenos días y gracias con todos.
de los textos. Mi felicitación cari-
ñosa a esta Facultad, al Decano
doctor Dimitri Madrid, a la sub de- Patricia Noriega

A propósito de La Revista No. 3

Extramuros
Pedro Gil Flores

Poético y humano Juan Secaira


Juan Secaira huye de la lástima y
asume la poesía como un estoico
contemporáneo, riéndole a sus
118 hijos y a su esposa. A sus padres
y a sus amigos. Y yo río con él.
Porque, como sostenía Roberto
Bolaño: “Literatura + enfermedad
= enfermedad”. No jodan. “Toda
enfermedad culmina en el mo-
mento de nombrarla”, nos dice Se-
caira. Y él lo dice en poesía.
Grandeza de ser humano y poeta.

Y el asunto no queda así. Juan Se-


caira sentía y siente: “un desafío
por en vida no estar” y no le mo-
Impulsado por sus ganas entraña- lestaban ni le molestan “los ruines
bles de no asfixiarse con el humo que siempre hubo y habrá”. In-
negro, nocivo, del smog de una lí- menso en talla física. Inmenso en
rica que aún contamina. Nos con- vuelo poético.
tamina. Este brillante poeta
(conste que soy renuente a los ad- Juan Secaira Velástegui no dejes
jetivos, zalamerías y compañía), de prender fuego. El fuego que
prolonga el canto profundo: “Pro-
Poético y humano Juan Secaira

sabe cuánto has demorado en es-


longación del canto en el roce de cribir vida. Poeta con mayúsculas,
los dedos de la mano izquierda”, tu fuego no se apagará nunca.
dice su poema Roce. Poesía vital.
Siempre mis visitas a su hogar me
asombran, me llenan de luz inmar-
cesible, inextinguible. La luz de su
silencio. Por Pedro Gil Flores

Línea recta
Deterioro

119

"eres el dueño de todo eres el dueño de todo


de esta mano con la que escribo y de estas ciudades que cobran vida
de esta otra con la que me hago la en los sueños y de esta claustro-
cruz fóbica vigilia
de esta boca con la que invoco a de los sitios de la vieja casa y de
los seres los fantasmas y bestias bíblicas
y de esta agua con la que los ahu- que viven en el fondo de mis ojos
yento
de este poema que empiezo y de eres el dueño de todo
este otro que nunca concluyo de esta mujer de sal que soy y de
de esta palabra que no existe y de las que me precedieron
Deterioro

esta palabra que nombra lo que de las antiguas de mí misma


desconozco de las que se desgajaron a piedras

Línea recta
y se colgaron en los muros porque de todo lo que me habita y de la
no soportaron el dolor de tu ausencia nada absoluta en la que aleteo
de los cuentos de terror y maldad
eres el dueño de todo que pueblan mi dormitorio
de los colores de mi arcoíris y de y de la fatalidad de este amor que
este habitante oscuro que cada es como la muerte
120 vez intenta ser más oscuro donde te extraño con la misma in-
de este conjuro que hago a mis tensidad que si te odiara
muertos siempre a la misma hora y con el mismo regusto a sangre
y que me arrastra al fondo de los en la lengua y en el poema"
espejos cuando el maligno sonríe
y se apagan las velas
y de esta fe con la que rezo

eres el dueño de todo


de mis aciertos y de mis intentos
fallidos (Deterioro, 2018)
Deeterioro

Línea recta
Sistema mediático y propaganda en
la Rusia de Putin
—un estudio pormenorizado del
sistema ruso de medios de comu- 121
nicación, caracterizado por su con-
centración en manos del Estado y
la oligarquía financiera.

—el perfil del periodista ruso. Esto


es, el marco legal en el que se
desarrolla la profesión; el control
de los medios por parte de las au-
toridades y sus implicaciones en
términos de censura y autocen-
sura.

—descripción de la RuNet (el seg-


mento de internet en lengua rusa); Sistema mediático y propaganda en la Rusia de Putin
análisis del marco legal de la co-
Sistema mediático y propaganda municación digital en Rusia, y el al-
en la Rusia de Putin gira en torno cance de la «ciberguerra» y la
a dos ejes convergentes: propaganda relativa al conflicto de
Ucrania en las principales redes
—el análisis detallado del sistema sociales rusas.
de medios de comunicación, y
—un análisis de los medios alter-
—el papel de la propaganda en la nativos rusos y de su excepciona-
construcción del imaginario social lidad en el marco de las
hegemónico en la Rusia de hoy. tradicionales clasificaciones entre
El abordaje del sistema de medios medios hegemónicos y contrahe-
de comunicación incluye: gemónicos.

Línea recta
Por su parte, el bloque dedicado al Cinco de los autores de este libro
estudio de la propaganda política son miembros del Observatorio
en Rusia es abordado desde dos Eurasia, adscrito al Grupo de In-
puntos de vista: vestigación ‘Compolíticas’ de la
Universidad de Sevilla. El Obser-
—La propaganda de consumo in- vatorio Eurasia, dirigido actual-
122 terno y las bases ideológicas del mente por Adrián Tarín Sanz
proyecto «neoconservador» pro- (Universidad Central del Ecua-
mocionado por Putin —autorita- dor), fue fundado en 2004 por Mi-
rismo, jerarquía y unidad del guel Vázquez Liñán (Universidad
Estado— objetivo que gira, en de Sevilla). Marta Ter Ferrer es
buena medida, en torno a la idea investigadora del Observatorio
de Rusia como un país permanen- Eurasia y una reconocida experta
temente amenazado, tanto desde en el área del Caúcaso. Ana Sán-
el interior como, sobre todo, desde chez Resalt y Antonia Ceballos
el exterior: «el marco de la guerra». Cuadrado son periodistas e in-
vestigadoras del Observatorio
—La propaganda orientada hacia Eurasia.
las audiencias extranjeras: el soft
power ruso y su entramado de me- Asímismo, se cursó invitación a
dios internacionales. Los casos de participar en este volumen a la pro-
Sistema mediático y propaganda en la Rusia de Putin

Russia Today (RT), Sputnik y Rus- fesora Vera Zvereva, de la Univer-


sia Beyond The Headlines sidad de Jyväskylä (Finlandia) y al
(RBTH). profesor Iliá Kiriya, de la Escuela
Superior de Economía de Moscú.
—Junto a ello, se estudia la propa-
ganda de guerra en los casos de Las actividades del Observatorio
Siria, Chechenia y Ucrania así Eurasia se pueden consultar en su
como la utilización ideológica de la sitio web:
misma tanto para consumo interno
como de cara al exterior. www.observatorioeurasia.com

Línea recta
Línea recta
La automarginación tzánzica Susana Freire García*
123

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