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de Ntra. Sra. de! Carmen i
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Sig.: F 487 I E
-i Tit.: Novena en honor de N t r a . S]
Aut.: Bañón, E l i a s María
Cód.: 51078522
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Novena en honor de Ntra. Señora
del Carmen
Por la señal, etc.

Oración preparatoria para todos


los días
¡Dulcísima Virgen del Carmen, Madre de Dios
y de los hombres, en especial de quienes ostentan
en su pecho el santo Escapulario, como blasón
glorioso de vuestra filiación y hermandad! Vengo
a vuestras plantas a ofreceros este ligero obsequio
de mi devoción y rendido tributo de mi amor.
Mas no osaré acercarme a Vos sin haberme antes
reconciliado con vuestro divino Hijo, pidiéndole
perdón de mis pecados, los que de todo corazón
me pesa de haber cometido y cuya enmienda pro-
pongo, ayudado de la divina gracia. Sea la rica dá-
diva del Santo Escapulario fianza de estos mis
buenos propósitos y a la vez prenda del amor ine-
fable con que Vos, Madre mía, los acogeréis y
atendereis al despacho de mis súplicas, otorgándo-
me la gracia de vivir y morir santamente y, en par-
ticular, la que en esta Novena os pido, si ha de ser
para gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
Ahora se dirá la consideración, oración y ejem-
plo propios de cada día, y a continuación se reza-
rán siete Padrenuestros, Avemarias y Gloria Patri,
con las siguientes jaculatorias, para ganar las innu-
merables indulgencias concedidas por los sobera-
nos Pontífices y otros Prelados de )a Iglesia.
/. D e l C a r m e n excelso honor,
bella azucena M a r í a ,
a nos el perfume envía
de tu pureza y candor.
II. Sois la v i d p r o f e t i z a d a
que difundís buen olor
y dais p o r f r u t o de honor
a vuestra Orden amada.
III. D e l cielo sois resplandor,
y a u r o r a del mejor día,
que a l Carmelo esclarecía
con l a f e del Salvador.
1 V. Sola V i r g e n y fecunda
a l u z lu v i d a habéis dado,
y el Orden por Vos creado
en f r u t o s de v i d a abunda.
V. ¡ M a d r e ! tu dulce t e r n u r a
a t a l extremo h a subido
que a l Carmelo le has tejido
l a más r i c a vestidura.
VI. P r i v i l e g i o s celestiales
p a r a nos s a l v a r agregas,
y hasta el P u r g a t o r i o llevas
tus desvelos maternales.
V I L P a r a el escollo evitar,
que el m a y o r p e l i g r a a m a g a ,
sed estrella que nos haga
el eterno p u e r t o h a l l a r .
Pídase ahora con mucha fe y confianza la gra-
cia particular que se desea alcanzar en esta No-
vena.
Oración f i n a l p a r a todos los días
¡Virgen Madre, decoro del Carmelo! Os doy
las más rendidas gracias de la que me habéis ®tor-
gado admitiéndome a vuestras soberanas plantas y
regalándome con las dulzuras de vuestros materna-
les consuelos. Indignas serían de Vos mis alaban-
zas, si no fuesen aquilatadas con el oro purísimo
de las gracias y bendiciones vinculadas en el San-
to Escapulario, que ostento en mi pecho y que
Vos misma me habéis dado en prenda de vuestro
amor. Aliéntanme ellas a celebrar vuestras bonda-
des con los más encarecidos loores, confiado de
que serán así aceptos y gratos a vuestro corazón y
me granjearán nuevas bendiciones y mercedes,
con que confortado os pueda servir en esta vida y
alcanzar la bienaventuranza eterna. Amén.

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C O N L I C E N C I A ECLESIÁSTICA
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Imp. Virgen del H e n a r . - E L H E N A R (Segovia)


NUM. 2.°

N o v e n a en honor de Ntra. Señora


del C a r m e n

L)IA PRIMERO
Hecha la señal de la cruz y dicha la oración
preparatoria como en la hojita primera, se hará la
siguiente

Consideración

EL CARMELO Y L A NUBECILLA DE ELIAS

(El tipo)

P r o p i o es de quien mucho a m a , anhe-


l a r vivamente l a presencia del objeto a m a -
do, como que le inquietase el pensamien-
to de s u t a r d a n z a . ¿Quién amó a M a r í a
más que el mismo D i o s , cuya obra perfec-
tísima es? P o r esto, mucho antes de na-
cer, la inmaculada f i g u r a de la V i r g e n
M a d r e parece llevar tras sí el pensamien-
to y el corazón de D i o s , quien cómo a m a n -
te que no sufre dilación, t r a t a de p l u -
mearla con los rasgos del símbolo y des-
c u b r i r l a con l@s colores del tipo. Dcscue-
l i a entre estas f i g u r a s la nubécula de
E l i a s , <que subía del m a r , pequeña como
la huella de u n hombre-» y, que luego bañó
la t i e r r a con «.una abundante lluvia-». E s
doctrina de los santos Padres, escritores
eclesiásticos y se contiene y c o n f i r m a en
la sagrada L i t u r g i a , que era esta nube
tipo p r e f i g u r a t i v o de M a r í a I n m a c u l a d a ,
nube bendita que a l soplo del Omnipoten-
te se levantó llena de d u l z u r a sobre las
amargas ondas del pecado y con su d i v i -
na f e c u n d i d a d dio a l mundo, agostado p o r
el hálito de l a serpiente i n f e r n a l , la v i d a
y l a g r a c i a . Pues bien: cumple a l Carme-
lo la g l o r í a de haber sido el depositario y
custodio de l a idea de la V i r g e n Inmacu-
lada, concebida en l a mente de D i o s ,
arrebolada en los candores de l i g e r a n u -
bécula y coronada con la realidad en l a
p l e n i t u d de los tiempos, según que lo com-
prueba el cuUo que desde la eliana visión
recibió tan augusto misterio en el Caí me-
ló y se continuó en el transcurso de los
siglos. ¡Sea p o r ello m i l veces bendito!
O r a c i ó n propia de este d í a
¡Oh D i o s omnipotente, que en el p r o -
digio de una leve nube demostraste a l
P r o f e t a E l i a s las admirables p r e r r o g a t i -
vas de la V i r g e n I n m a c u l a d a ' Ofrecé-
rnoste p o r ello el tributo de nuestras más
rendidas alabanzas y te suplicamos por
los méritos e intercesión de tu i n m a c u l a -
da /Madre i n f u n d a s en nnestros pechos
el amor de l a santa p u r e z a y no permitas
que el pecado contrario a m a n c i l l e el can-
dor del a l m a . A m é n .
EJEMPLO
Una persona que deseaba entrar en religión,
fue antes de hacerlo a confesarse con el santo C u -
ra de Ars. Este le preguntó al confesarla;—Usted
debe acordarse bien, hija mía, de ciert® baile al
cual asistió usted hace poco tiempo. E n este baile
halló usted un joven desconocido de todos, pero
de modales tan finos, que er^ casi el héroe déla
fiesta.—Sí, Padre mío. ~ Y usted hubiese querido
que la invitase a bailar, y estaba usted llena de ce-
los y de despecho al ver que, prefería a las demás
y de usted no hacía c a s o . - E n efecto, Padre, así
era.—¿No se acueid;; uiíed qne a) salir el galán
creyó ver en la puerta y bajo de sus pies dos lla-
mas azules que sin duda tomó usted por una i l u -
sión de sus ojos, engañados por la luz y la cscuri-
dad?—Todo, todo es verdad. Padre.—Pues bien,
hija mía; ese joven era el demonio. Aquellas con
quienes bailó están condenadas o en estado de
condenación. Y ¿sabe usted por qué no fue invitada
por él? Pues fue por el escapulario que usted l l e -
vaba puesto y que por devoción a María conserva-
ba como una defensa.
Devotos del Santo Escapulario: ved aquí por
vista de ojos cuan eficaz medio para conservar la
santa pureza es el escapulario del Cartíieii y cómo
el diablo no osa acercare a quiejí v^ con él prote-
gido.

L o demás como en la hojita primera.


CON LICENCIA ECLESIÁSTICA

IMPRENTA
DE L A VIRGEN DEL HENAR
E L H E N A R (Segovia)

(Es propiedad)
NUM. 3.°

N o v e n a en honor de Ntra. Señora


del C a r m e n

UfA SEGUNDO
Hecha la señal de la cruz y d'cha la oración
preparatoria como en la hojita primera, se hará la
siguiente
Consideración

LA VIRGEN MARÍA Y EL MONTE CARMELO

(El símbolo)

Concede D i o s a sus c r i a t u r a s las g r a -


cias y dones proporcionados a l a d i g n i -
dad a que las levanta y a los destinos que
les señala. Siendo la d i g n i d a d de l a d i v i -
n a maternidad i n f i n i t a en cierto modo,
pues que estriba en l a relación o unión
con u n a P e r s o n a i n f i n i t a , debió D i o s
a d o r n a r a M a r í a de tales g r a c i a s , dones
y belleza que superasen a las esparcidas
p o r toda l a creación y que poseen los hom-
bres, ángeles y serafines. L a V i r g e n M a -
r í a es, en efecto, l a obra maestra del d i v i -
no poder, después de ¡a h u m a n i d a d del
iSerbo encarnado. S a n Germán l a saluda-
ba con estas palabras: A v e , l l e n a d e
g r a c i a , más santa que los santos, más
excelsa que los cielos, más g l o r i o s a q u e
los q u e r u b i n e s , más digna de h o n o r
que los serafines, más m e r e c e d o r a de
v e n e r a c i ó n que toda otra c r i a t u r a .
Pues bien: asi como la g r a c i o s i d a d y
hermosura de M a r í a sobrepuja con m u -
chísimo la de todas las c r i a t u r a s salidas
de manos del Omnipotente, asi el Carme-
lo descuella p o r su hermosura y f e r t i l i -
dad entre las alturas de P a l e s t i n a . T a n
conocido tenían esto los hebreos que en el
C a n t a r de los Cantares las amigas de la
Esposa p u r a levantarla de punto y ensal-
z a r su gentileza sobre las demás, se valen
de la hermosura del C a r m e l o : caput t u u m
ut Carmelus: tu cabeza es como el C a r -
melo. Además, es el Carmelo por su s i g -
nificación l a « Viña del Señor*]pero / M a -
ría es la v i ñ a r i q t n s i m a que dio a l mundo
l a v i d verdadera, J e s u c r i s t o .
Sube, a l m a mía, en espíritu a l santo
monte de M a r í a y allí, pegada l a f r e n t e
en l a t i e r r a , te desharás en afectos de ve-
neración, a m o r y alabanza a l Omnipoten-
te, que hizo alarde de su poder ennoble-
ciendo a su Madre con tal cúmulo de g r a -
cias y p r i v i l e g i o s .
O r a c i ó n p r o p i a de este d í a

¡ O h Señor Omnipotente, que habéis


escocido el santo M o n t e Carmelo como
símbolo y d i g n o asiento de l a s g l o r i a s de
vuestra excelsa A í a d r e ! E n r i q u e c e d nues-
t r a a l m a con los dones de l a g r a c i a y de
Las v i r t u d e s , p a r a que haciendo obras d i g -
nas de Vos y de E l l a , podamos c a n t a r
vuestras alabanzas p o r toda l a eternidad.
Amén.
EJEM PLO
Cuenta el célebre Cronista del Carmen, G u i -
llermo de Sanvico, que San Luis, rey de Francia,
después de haber sido rescatado del poder de los
sarracenos, andaba visitando los lugares de Tierra
Santa y el Carmelo. Habiendo tenido noticia de la
muerte de su madre, por dictamen o parecer de
sus Consejeros convino en volver a Francia. H e -
cho a la mar, la tercera noche de navegación, a eso
del amanecer, la nave donde era conducido, retro-
cediendo a la altura de Bir-el-Hasun, cerca del
Monte Carmelo, sufrió tan fuerte choque que los
marineros y demáá tripulantes creyeron que la
nave se había partido por la mitad e iba a hundirse
en el profundo. Espadados los clérigos y demás
pasaje de tan terrible choque, acudieron al santo
rey, que estaba de rodillas en devota oración.
Cuando ya todos se persuadían que iban sin reme-
dio a ser anegados en las aeuas, oyeron sonar la
campana del convento de los religiosos del Monte
Carmelo, que tocaba a maitines. Preguntó solíci-
tamente el piadoso rey al capitán del navio qué
campana pudieia ser aquélla, e informado de que
era del convento de los Hermanos de la Bienaven-
turada Virgen María del Monte Carmelo, enardeci-
do en el amor de la Madre de Dios, prometió visitar
su convento, si hs sacaba libres de tan horrorosa
tempestad. Tuvo por bien la Virgen Sma. atender
a los méritos y oraciones del santo rey y luego se
hizo en la mar la bonanza. Con que San Luis pudo
subir al santo Monte y asistió con gran devoción
a los maitines de los religiosos.

Lo demás como en la hojita primera.

C O N LICENCIA ECLESIÁSTICA

'W

Imp. Virgen del H e n a r . - E L H E N A R (Segovia)


NüM. 4.°

N o v e n a en honor de N t r a . Señora
del C a r m e n

DfA TERCERO
Hecha la señal de la cruz y dicha la oración
preparatoria como en la hojita primera, se hará la
siguiente
Consideración

EL CULTO DfcC MARÍA Y EL CARMELO

(Él culto)

L a idea propende de suyo a l a p r á c t i -


ca. L a visión eliana no podía quedar en-
cuadrada en el f r í o marco de u n a f i g u r a
o representación, cuantoquiera realzada
con l o s perfiles y m a t i z a d a con los colo-
res del d i v i n o p i n c e l , sino que había de
r e d u n d a r en l a i m i t a c i ó n y ser colmada
con l a práctica y el culto.
Después del rebato del santo Profeta
E l i a s , su discípulo S a n Elíseo pronto hizo
asiento en el Carmelo, que v i n o a ser como
el principado y señorío d é l o s «Hi/os de
los Profetas». Desde entonces quedó esta-
Mecido el culto de M a r t a , c u a l l á m p a r a
que continuará ardiendo en el S a n t u a r i o
del C a r m e l o , hasta que llegada la p l e n i -
tud de los tiempos, convertida en lumino-
so foco dará a i mundo cristiano l u z , c a h r
y v i d a . A ú n v i v í a la S m a . V i r g e n en car-
ne mortal, cuando y a en u n a de las lade-
r a s del augusto M o n t e se levantó el p r i -
mer templo en su honor. A l l í acudían so-
lícitos los monjes del Carmelo a h o n r a r l a
con r i t o s , p l e g a r i a s y alabanzas, que les
g r a n j e ó el glorioso título de v. H e r m a n o s
de l a B i e n a v e n t u r a d a V i r g e n M a r í a del
Monte Carmelos con que de todos fueron
conocidos y que l a I g l e s i a confirmó e i n -
dulgenció.
Sube, a l m a mía, en espíritu a l monte
de la m i r r a y a l collado del incienso, re-
coge las alabanzas y bendiciones con que
los H i j o s del Carmelo h a n honrado a M a -
r í a por espacio de tantos siglos y ofréce-
los como perfumado hacecito ante el treno
de g l o r i a que el Carmelo ha labrado a su
Reina y Patrona.
Oración p r o p i a de este día

¡ O h D i o s Omnipotente, que quisiste


asociar a la g l o r i a de vuestro culto a l a
que os acom/pañó en la i g n o m i n i a de vues-
t r a p a n ó n y muerte, os suplicamos nos
concedáis vuestra santa g r a c i a pare, que
ofreciéndole en esta vida el tributo de
nuestra adoración y a m o r y llevando con
v e r d a d de obras el título de H e r m a n o s su-
yos, podamos p a r t i c i p a r en sus g l o r i a s
p o r toda l a e t e r n i d a d . simen.
EJEMP L O
Una revista católica daba cuenta el 16 de julio
de 1887 del siguiente portentoso suceso:
Hace 30 años presenció Barcelona un espec-
táculo conmovedor. Era el 16 de julio: un hombre
de mediana edad, tostado por el sol de los t r ó p i -
cos, vestido de un hábito burdo, ct-ñido con una
cuerda y atada al cuello una larga cadena, andaba
a gatas y desde e] barrio marítimo de la Barcelone-
ta se encaminaba de aquella suerte al templo de
Ntra. Sra. de Belén. La fatiga que esto le producía
era indecible. Agotadas sus fuerzas y casi desfalle-
cido, subió las gradas de piedra del grandioso
templo y prosiguió arrastrándose hasta la capilla
de la Virgen del Carmen, iluminada por mil luces.
Llegado enfrente del altar, besó por tres veces el
suelo, se inesrporó sobre sus rodillas y poniendo
los brazos en cruz, según se lo permitía la fatiga,
exclamó sollozando: —¡Gracias, Madre mía! ¡Gra-
cias Virgen del Carmen! N o en vano invoqué tu
auxilio en deshecha tempestad. Nuestro buque iba
a sumergirse en el airado Océano. íbamos a morir
sin remedio, y el recuerdo de mis pobres hijos y de
mi desgraciada esposa me hacía llorar. Mis com-
pañeros estaban desesperados; yo me acordé de
las oraciones de mi madre y de mi esposa; cogí el
escapulario que ésta me había colgado al cuello el
día de nuestra despedida; le estampé un beso de
ternura, y volviéndome hacia el cielo cubierto de
nubes y cruzado por el rayo, entre la voz tremen-
da del trueno y el bramido de las olas que iban a
tragarnos, hincando las rodillas grité:-¡Virgen del
Carmen, salvadnos, que perecemos! Tened piedad
de nuestras esposas y de nuestros inocentes hijos.
Hago vote, si nos libráis de la muerte, de visitaros
en vuestra capilla del Carmelo, en el templo de
Belén, en Barcelona, arrastrándome por el suelo
con una cadena al cuello. La Virgen escuchó mi
voto; calmóse al instante la tempestad y el arco
iris brilló en el firmamento.
Dicho esto, quiso levantarse y muchos se acer-
caron para auxiliarle, haciéndole sentar en una s i -
lla. A su lado estaban su- dos hijos, un niño y una
niña, que besaba con cariño y junto a ellos lloraba
una joven, la esposa del marinero. Empezóse un
oficio solemne a toda orquesta. El vasto templo
estaba lleno de fieles y lucía como ascua de fue-
go. Cuando el orador ensalzó las excelencias de
la Virgen del Carmen, los fieles, de rodillas y mu-
chos de ellos besando el suelo, hubieran prorrum-
pido, a no impedirlo la santidad del templo, en
gritos de ¡Viva la Virgen del Carmen!
Concluido el oficio, el marino, acompañado de
su mujer e hijos, se fue a la sacristía, donde trocó
su hábito y cadena por su traje ordinario.

L o demás como en la hojita primera.

C O N LICENCIA ECLESIÁSTICA

Imp. Virgen del Henar.—EL H E N A R (Segovia)


NUM. 5.°

N o v e n a en honor de Ntra. Señora


del C a r m e n

día c u a r t o
Hecha la señal de la cruz y d:cha la oración
preparatoria como en la hojita primera, se hará la
siguiente
Consideración

MARÍA Y SU PUEBLO ESCOGIDO

(La familia)

S i l a idea requiere el culto, éste supo-


ne delegación y m i n i s t e r i o y, p e r tanto,
u n i n d i v i d u o o u n a f a m i l i a encargada de
su ejercicio. H a cabido en suerte esta de-
legación o c u a s i delegación a l a f a m i l i a
c a r m e l i t a , que puede con razón a t r i b u i r -
se las palabras que en l a s a g r a d a E s c r i -
t u r a leemos de A a r ó n : «-Et Señor D i o s
me escogió de todas las tribus, p a r a que
asista y s i r v a a l culto divino perpetua-
mente'», o también estas otras dichas a La
f a m i l i a de l o s Recabitas: «iVo f a l t a r á va-
r ó n de l a estirpe de Benadab, hijo de Re-
ca6, que asista en m i presencia todos los
d i a s * . ¿No proclama esta delegación el
culto tributado a M a r í a en el Carmelo
desde remotísimos tiempos, nacido a l so-
p l o de sus ar&máticas a u r a s y continua-
do en el transcurso de Los siglos con f e r -
vor de día en día más ardoroso? ¿No vocea
también esto el glorioso titulo de i.Herma-
nos de M a r í a * , reconocido e i n d u l g e n c i a -
do por la Iglesia? ¿No dicen esto mismo
los antiquísimos documentos de sus Cons-
tituciones, de los innumerables Santua-
r i o s marianos confiados a su custodia, el
ejemplo vivo de sus Santos devotísimos de
M a r í a , los portentos obrados p o r la V i r -
gen en su favor y defensa, el continuo
saludo de la Salve R e g i n a , el d i a r i o canto
del Flos C a r m e l i , la misa votiva de los
Sábados, l a celebración solemne de las
fiestas m a r i a n a s , l a devoción a S a n José,
y a los ínclitos padres de M a r í a , Joaquín
y A n a , las invocaciones de las Letanías y,
en f i n , las demás prácticas m a r i a n a s tan
comunes en el Carmelo? E n verdad la f a -
m i l i a carmelita es de todo en todo m a r i a -
n a : Carmelus totus m a r i a n u s est. M a r i a -
n a por su o r i g e n , por sus Santos e i n d i -
viduos, p o r su culto y prácticas religiosas
que constituyen su nota d i s t i n t i v a , p o r
sus destinos, en f i n , cifrados en l a d i f u -
sión de este culto, especialmente mediante
el santo E s c a p u l a r i o .
Enardécete^ a l m a c r i s t i a n a , en afestos
de amor y alabanza a l C a r m e l o , heraldo
de las g l o r i a s de M a r í a , trono de sus g l o -
r i a s , herencia y feudo escogido de s u a m o r
y hazte partícipe de sus p r e r r o g a t i v a s
inscribiéndote hoy- mismo en l a Cofradía
del S a n t o E s c a p u l a r i o .
Oración propia de este día

¡ O h D i o s Sempiterno, que elegiste el


Carmelo como regio alcázar de las g l o -
r i a s de vuestra M a d r e , a f i n de d a r per-
p e t u i d a d a su culto y p r o m o v e r su a m o r
en los corazones de los fieles! rogárnoste
por su intercesión y méritos derrames en
nuestras almas el santo óleo de su devo-
ción, p a r a que prestándole en esta vida el
homenaje de nuestra veneración y a m o r ,
tengamos en l a otra el gozo de cantarle
eternos loores A m é n .
EJEMPL O
Fray Francisco de Yepes, hermano de San
Juan de la Cruz, y también religioso del Carmen,
fue desde su infancia hasta la muerte fervoroso
amante de María y de su santo Escapulario. Gran-
des favores hizo la Madre de Dios a este siervo
suyo en premio del admirable celo en que se con-
sumía por propagar la santa librea del Escapulario.
Una vez se le apareció la Sma. Virgen en la iglesia
carmelita de Medina del Campo. Venía la Madre
de Dios llena de luz y de hermosura, rodeada de
angélicos cantores y de religioso? carmelitas, y
por cierto iba vestida con el h á b i t o pardo y
con el manto blanquísimo del Carmelo, en que
había engastadas infinitas piedras preciosas; con
la cual aparición quería darle a entender cuan
agradable le era el ver a su siervo vestido con el
santo hábito del Carmelo. Una noche en que los
dem®nios redoblaban en vano los asaltos y tenta-
ciones para vencer a Fray Francisco, le dijeron per
fin, llenos de rabia:—¿Qué te hemos hecho para
que nos atormentes con tanta crueldad? ¿Por qué
persuades a tantas gentes para que veneren ese há-
bito y con él se vistan? tín nuestro poder caerás y
caro lo pagarás... Quítate esc vestido que tantas
almas roba al infierno. Todos los que lo visten,
mueren siempre piadosamente. ¡Ay! tres cosas son
para nosotros verdaderamente insoportables y nos
atormentan más que nada: el nombre de Jesús, el
nombre de María y el Escapulario del Carmen.

L o demás como en la hojita primera.

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C O N LICENCIA ECLESIÁSTICA
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Imp. Virgen del H e n a r . - E L H E N A R (Segovia)


NUM. 6.°

N o v e n a en honor de Ntra. Señora


del Carmen

día q u i n t o
Hecha la señal de la cruz y d'cha la oración
preparatoria como en la hojita primera, se haiá la
siguiente
Consideración

EL CARV1ELO Y EL SANTO ESCAPULARIO

( A l i a n z a de p a z y d e pacto
sempiterno)

Así como D i o s acreditó l a elec-


ción de la f a m i l i a de É á r ó n p a r a el sacer-
docio con esclarecidos portentos y con el
p r i v i l e g i o de especial vestidura, así tam-
bién l a S m a . Virgen dio abono d é l a elec-
ción de la f a m i l i a carmelita p a r a ser su
pueblo escogido, mediante la entrega del
E s c a p u l a r i o , i n s i g n i a y portento de su
amor.
P o r largos años habían vivido los h u -
m i l J e s hijos de E l i a s en el Carmelo a l a
sombra de la mística N u b e c i l l a , gozando
del dulce y blando sosiego de la contem-
plación y ejercicio de la v i H u d . A r r a n c a -
dos de tan delicioso reposo p o r el venda-
bal de la persecución m u s u l m a n a , su re-
conocimiento público en la E u r o p a dio
l u g a r a gravísimas dificultades. E l g l o -
i ioso P a d r e S . Simón Stock, a la sazón
P r i o r General de l a Orden, varón devotí-
simo de M a r í a , acudió acongojado a sus
plantas en demanda de favor, hasta lo-
g r a r , como en otro tiempo E l i a s , a b r i r el
cielo con su oración. L a Reina de la g l o -
r i a , en celestial visión, puso en sus manos
la r i c a vestidura del Escapulario, dicten-
dolé: «Este es el p r i v i l e g i o que concedo a
ti y a todos los Carmelitas, quien muera
con él no padecerá el fuego eterno-». P o r
esta t r a z a la Snta. V i r g e n autenticó con
su palabra de R e i n a y M a d r e los destinos
m a r i a n o s de l a Orden del Carmen, pues-
tos entonces en aventura a la vez que p o r
el intermedio de tan sagrada Religión
daba a los fieles una segura f i a n z a de
salvación eterna.
E n tan extremado amor de M a r í a a l
Carmelo puedes t ú , alma devota, p a r t i c i -
p a r iuscribiéndote en la Cofradía del
C a r m e n y llevando pendiente del cuello
día y noche el santo E s c a p u l a r i o . ¡Oh
amor inefable de M a r í a a los C a r m e l i t a s !
¿quién será capaz de ponderar sus quila-
tes?
Oración p r o p i a de este día

¡Señor y D i o s nuestro, que habéis


querido h o n r a r a l a s a g r a d a Orden del
C a r m e n con el t í t u l o g l ó i toso de l a B i e n -
a v e n t u r a d a V i r g e n M a r í a ! concedednos
p r o p i c i o que rindiéndole el tributo de
nuestro a m o r y veneración, merezcamos
ayudadas de s u g r a c i a y protección alcan-
z a r los gozos sempiternos. Amén.
E J E M P L O
La «lectura popular» del 15 de febrero de
1896 daba cuenta del siguiente portentoso suceso,
acaecido algunos días antes en Rojales (Alicante).
Una niña de 3 años y 3 meses se extravió a la
mitad de la tarde del sábado 18 de enero. Sus
afligidos padres, parientes y todo el vecindario sa-
lieron en su busca. A pesar de los edictos publi-
cados en los pueblos vecinos y del numeroso gen-
tío que había acudido con este fin, no se pudo ati-
nar con su huella. L a niña iba ligerísimamente
vestida y llevaba más de 24 horas sin comer. Sin
duda estaría muerta. Serían las 3 de la tarde del
domingo, cuando unos tíos de la niña, rebuscando
por un cercano monte sembrado de hondonadas y
precipicios, ven a l a ¡nocente niña tendida al ref-
guardo de un enorme peñasco saliente de la mon-
taña, junto a un precipicio de muchos metros de
profundidad y casi verticalmente cortado.—¡Aquí
está! exclaman; pero ¡ay! indudablemente está
muerta.—Al acercarse a la niña, ésta se levanta y
abriendo sus bracitos, va hacia sus tíos. Q^e es
trechándola en su pecho, le P ^ g " " ^ ' 1 ; T f , ^ T s í
has podido sufrir esta horrible noche d e W bi
no he tenido *fíd», responde la nina ^ n su len
guaje i n f a n t i l . - H a estado toda la noche conmigo
una .mujé. que me tapaba con el delantal.- Llama
delantal al Escapulario grande del habito del Ua
m e n . - Y ¿no oías cuando cruzábamos por aquí
con luces, llamándote a grito?? - S í , pero la ^mu-
jé» me decía: «No te muevas, hija mía, que ya. ven-
drán por tí».-Llevada la niña al pueblo, se cele-
bró una solemnísima misa en acción de gracias, a i
entrar la niña en la iglesia, vio una imagen de la
Virgen del Carmen y exclamó dando un gntp, co-
mo si volviese a ver «na persona querida: «Maüe»
ésa es la «mujé» que me tapaba con el delantal.
—Cerca de allí había otra imagen de S.Juan Evan-
gelista.-;Es ésa? k preguntan: - N o , aquella, con-
testa señalando a la Virgen del Carmen.-Üespues
la llevaron a varias casas y al ver algún cuadro de
la Virgen del Carmeu, exclamaba:-Esa es la «mu-
jé > que me tapaba con el delantal.-Cuantos pre-
senciaron tal acontecimiento, atribuyeron a mila-
gr© de la Virgen la salvación de la riña.

L o demás como en la hojita primera.

C O N L I C E N C I A ECLESIÁSTICA

Imp. Virgen del H e n a r . - E L H E N A R (Segovia)


NUM. 7.°

N o v e n a en honor de N t r a . Señora
del Carmen

día s t x r o
Hecha la señal de la cruz y dichi la oración
preparatoria como en la hojita primera, se haiá la
siguiente
Consideración

EL ESCAPULARIO PROTEGE EN LA VIDA

(Salvación en l o s pelicrros)
P o r voluntad de la soberana R e i n a de
cielos y t i e r r a , f l Santo E s c a p u l a r i o no es
sólo vestidura, cuantoquiera exce!ente y
demostrativa de p r e d i l e x i ó n , como lo era
la túnica bordada de varios colores que
Jacob hizo a su hijo más amado, José;
es además divino talismán en i que,
aparte los dos grandes p r i v i l e g i o s , va
vincíilada la protección especialísirda de
María, que se extiende a los p e l i g r o s es-
pirituales y materiales, s i q u ú r a éstos va-
yan subordinados a los p r i m e r o s . ¿Qué
otra cosa s i g n i f i c a n , en efecto, las i n n u -
merables conversiones de pecadores em-

!
pedernidos, curaciones maravillosas de
enfermos, p r o d i g i o s obtados en el i n s t a n -
te mismo en que la muerte iba a enseño-
rearse del cuerpo, incendios apagados,
naufragios evitados y, en f i n , sincuentos
de portentos efectuados p o r v i r t u d del san-
to E s c a p u l a r i o en el aire y en el fue-
g o , en el m a r y en l a t i e r r a y en hombres
de toda edad, linaje, condición y sexo,
sino que M a r í a S m a . ha querido deposi-
tar en él todo el caudal de su a m o r y, j u n -
to con éste, de su poder i n f i n i t o por g r a -
cia? M á s a ú n : s i nos fuese dable leer en
el místico libro del corazón de M a r í a , s i n
duda quedaríamos asombrados, a la vez
que llenos de j ú b i l o , viendo cuántos p e l i -
gros de alma y cuerpo hemos ahorrado
por v i r t u d del E s c a p u l a r i o y de cuántas
inspiraciones, mociones y toques de la d i -
vina g r a c i a hemos sido prevenidos p a r a
seguir la senda del bien s i n desfallecer, o,
desfallecidos, emprenderla animosamente
de nuevo.
Descansa, a l m a devota del santo E s c a -
p u l a r i o , en el regazo de tu M a d r e , M a r í a
Sma., cual niño que cuelga de sus pechos.
E l l a quiere ciertamente rodearte con sus
maternales cuidados y velar en tu defensa.
No te desaliente el no haber alcanzad»
algún favor temporal: las madres no
siempre obran a merced de sus hijuelos;
puede a l g u n a cosa de las que p i d e n , serles
dañosa o estar en oposición con bienes de
mayor cuantía, como son los espirituales.
P o r esta t r a z a , la m i s m a negación del
bien temporal te s e r v i r á de pábulo de nue-
vo y mayor amor.
O r a c i ó n p r o p i a de este d í a

¡Omnipotente sempiterno D i o s , que


habéis puesto en las manos de vuestra
Sma. /Madre el cetro de vuestro reino, pa-
r a que, ceñida con el vestido bordado de
oro del santo E s c a p u l a r i o v engalanada
con los diversos adornos de l a g r a c i a , se
siente a la diestra en el trono de vuestra
M a j e s t a d i n f i n i t a ! os suplicamos h u m i l -
demente que, gozando en esta v i d a de los
bienes inmensos anejos a l amoroso r e i n a -
du de M a r í a , de los cuales es c i f r a y com-
pendio el santo E s c a p u l a r i o , os podamos
alabar en su compañía p o r eternidad de
eternidades en la g l o r i a . A m é n .
EJEMPLO
Cuenta el abate Moret en su «Ministerio Parro-
quial», que hace pocos años regresaba en largo
tren a París una turba ,innúmera de curiosos que
venían de ver los grandiosos jnegos de aguas de
Versalles. De repente, a muy corta distancia de la
metrópoli francesa, sobrevino una de las más te-
rribles catástrofes que se registran en la historia de
los ferrocarriles. La locomotora se incendia, se des-
compone, se para, y los vagones, en virtud de la
inercia, se estrellan contra aquella mole de fuego y
de metal, de sueite que se hacen astillas y cascotes
y quedan aplastadas, quemadas o heridas centena-
res de personas. Dos estudiantes de Medicina l o -
graron salvar la vida en tan espantosa catástrofe.
Pero uno de ellos perdió medio brazo, se quebró
una pierna v quedó lastimado en todo su cuerpo.
El otro salió enteramente ileso. E l primero acom-
pañó a su amigo al hospital, donde le cuidó cari-
ñosamente y, conmovido por el recuerdo del es-
pantoso peligro de que se había l'brado, no dejó
de asistir a su primera cura. Después de haberle
abrazado como quien abraza a un hermano mori-
bundo, dijo con voz trémula a la Hermana de la
Caridad que le servía:- Hermanita: no voy a enco-
mendar a usted que vele cuidadosaTente por la sa-
lud de mi amigo, pues sé lo que ustedes son para
con sus enfermos; pero sí le suplico con toda mi
alma que le ponga usted un Escapulario. Mire,
Hermanita: yo seré "cualquier cosa», pero llevo el
Escapulario y estoy persuadido que él ha sido
quien me ha salvado. A la Sma. Virgen debo la vi-
da, porque he sido la única persona que ha salido
dei todo salva de entre quienes íbamos en el v a -
gón.

L o demás como en la hojita primera.

• • • • • • • • • • • a ••••{•••••••• •••BaaBosBBBBaB a >••••


C O N LICENCIA ECLESIÁSTICA

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NUM. 8.°

Novena en honor de Ntra. Señora


del Carmen

día séptimo
Hecha la señal de la cruz y dicha la oración
preparatoria como en la hojita primera, se hará la
siguiente
Consideración

EL ESCAPULARIO AYUDA E N LA MUERTE


( S e ñ a l de s a l v a c i ó n )
Q u i e n tan solicita se demuestra p o r ei
híen de los suyos en l a v i d a , no podía
mostrarse indiferente a l a suerte de los
mismos en el trance de la muerte. S u m a -
mente escabrosa, aventurada y llena de
a m a r g u r a es la agonía del tránsito de la
muerte p o r los dolores que a f l i g e n a l mo-
ribundo, por. el remordimiento de la pasa-
da v i d a , p o r l a incertidumbre del p r ó x i -
mo juicio, p o r la n a t u r a l r e p u g n a n c i a de
la separación del a l m a y del cuerpo y por
los asaltos del enemigo que entonces aco-
mete con mayor saña. Pues que las f i n e -
zas del a m o r de M a r í a a sus devoto*- h a n
llegado a l extremo de prometerles franca
entrada en el paraíso, s i mueren con la
santa librea del Escapulario ¿cómo M a d r e
tan aviante no echará el resto de su poder
en esta hora postrema, tan llena de peli-
g r o , p a r a prevenirles con cuantos medios
sean conducentes al logro de este f i n ? N o
lo dudes, alma devota, del E s c a p u l a r i o ;
allí a la cabecera de aquel moribundo, cu-
yo fiecho ostenta u n humilde E s c a p u l a r i o ,
está la dulcísima R e i n a de los cielos dete-
niendo con poderosa mano los asaltos del
enemigo, suspendiendo la ejecución de sus
intentos malignísimos, esquivándole con
sólo una m i r a d a ; allí está regalándole con
su s o n r i s a y caricias maternales; allí está
dándole aliento y f o r t a l e z a con el aroma
de su g r a c i a y mostrándole el camino de
la celestial yerusalén escoltado de ánge-
les. ¿Quién será capaz de vadear el piéla-
go s i n fondo del amor de M a n a a los de-
votos del E s c a p u l a r i o , con sólo vestirlo
día y noche s i n hacer obras i n d i g n a s de
tan santa librea?
Oración p r o p i a de este día

¡Señor D i o s nuestro, Jesucristo, R e -


dentor de nuestras almas, que habéis que-
rido s u a v i z a r el dolor del destierro y de
la muerte, dándonos una M a d r e , cuyo po-
der p o r g r a c i a só'lo puede medir el amor
inmenso que os tiene a Vos y a nosotros
que somos sus ¡tifos queridos engendra-
dos con /oí dolores de su Compasión/ con-
cedednos que haciendo en esta v i d a obras
d i g n a s del E s c a p u l a r i o que ostentamos en
nuestro pecho, granjeemos en l a muerte
las promesas en él v i n c u l a d a s . A m é n ,
E J E M P L O

Murió no hace muchos años en la vecina Fran-


cia una Hermanita de los pobres (murió siendo
Superiora, por más señas), cuya maravillosa histo-
ria solía contar ella misma poco más o menos de
este modo: - Muerto mi padre, nos fuimos a vivir
a París mi anciana madre y yo. Había en mi casa
posibles para abrir un módico taller y yo, gracias a
Dios, sabía ganarme el sustento con mi trabajo,
así es que logré una regular fortunita. Pero como
cayó enferma mi madre a causa de un cáncer que
minaba su vida, tuve que cerrar mi taller y mi tien-
da para poderla asistir mejor. A l cabo de dos años
murió y quedé huérfana y arruinada, pues se ha-
bían mis ganancias consumido en la enfermedad.
L a muerte de mi madre, la soledad y ruina en que
me dejó, fueron para mí causa de perdición. C o m o
no tenía ninguna esperanza en Dios, una noche i n -
tenté suicidaí me, paralo cual me encerré en mi
habitación, donde encendí un gran brasero y des-
pués cerré puertas y ventanas para morir asfixiada.
Pero a las 5 de la mañana una amiga mía que lle-
gaba a París en aquellas horas, vino a verme y lla-
mando a mi puerta y visto que nadie respondía
dio cuenta a los vecinos, quienes temiendo el caso
descerrajaron la puerta y hallaron qne en verdad
estaba muerta. Entraba entonces en la casa el fa-
moso médico Recamier que iba a visitar a un en-
fertno y rogado por los vecinos que me examina-
se, dijo por fin: está muerta, bien muerta. 1 ero
echando de ver que llevaba puesto el Escapulario,
el cristianísimo médico exclamó:—No, señores; es-
ta mujer no debe de estar muerta; lleva el Escapu-
lario y ningún suicida logra morir con él, aunque
se empeñe.-Me arregló el Escapulario, torno a
mirar, a remirar, palpar y examinar el cuerpo yerto.
¡T@do inútil! E l rostro del médico reflejaba la pena
y asombro del corazón. Por fin dijo:—Traed dos
mazos de madera y golpead todo el cuerpo, espe-
cialmente el estómago.—El médico observaba con
suma atención, hasta que al cabo de una hora de
brega como que se ilumina su rostro y con lagri-
mas en los ojos exclama: - Y a vuelve la vida, bien
lo decía yo; la Virgen del Carmen no puede dejar
morir así a.^quien lleva su santo Escapulario.
Cuantos me rodeaban, quedaron llenos de asom-
bro y me colmaban de servicios. Después, lograda
cabal salud, lloré mi pecado amalgámente y me en-
tré en religión. Debo, pues, mi salvación al Santo
Escapulario del Carmen.—

L o demás como en la hojitá primera.

C O N LICENCIA ECLESIÁSTICA

Imp. Virgen del Henar.—EL H E N A R (Segovia)


NUM. 9.°

Novena en honor de Ntra. Señora


del Carmen

día o c t a v o
Hecha la señal de la cruz y dicha la oración
preparatoria como en la hojita primera, se hará la
siguiente
Consideración

EL ESCAPULARIO
LIBERTA DEL PURGATORIO
(La p r o m e s a )
Cumple a l amor de t i e r n a madre cu-
b r i r a sus amados hijos con e¿ m a n -
i ó de su protección no solamente en
aquellos casos en que el apremio parece
demandarla de su a m o r m a t e r n a l , s i n o
también en aquellos otros en que, por ha-
llarse interpuesta otra v i r t u d o f i n supe-
r i o r , parece nu podría caber esta p r o -
tección. ¿No habéis visto cómo las madres
median con m i l i n d u s t r i a s y ardides amo-
rosos y a ú n con lo que pueda valer su a u -
t o r i d a d de madre, cerca del padre enojado
p o r a l g u n a travesura en que se ha desli-
z a d a el hijo de sus entrañas? P u e s he
aquí el amor entrañable de M a r í a a los
devotos del santo E s c a p u l a r i o . Cuando
por decreto de la d i v i n a J u s t i c i a h a n de
satisfacer con el fuego del P u r g a t o r i o l a
deuda de pena que merecen sus pecados
ya condonados y l i m p i a r s e de la más leve
mancha p a r a presentarse purificados co-
mo oro en el c r i s o l en la presencia de D i o s
tres veces santo, ella representa ante el
Omnipotente su valimiento de M a d r e ,
su título de Corredentora, el valor de sus
l á g r i m a s y el mérito de sus dolores y p i -
de, a trueque del cumplimiento de a l g u -
nas reglas de v i d a c r i s t i a n a y del rezo de
a l g u n a s preces, su pronto rescate, su libe-
ración de la cárcel del Purcratorio cuanto
antes, en especial el sábado siguiente a su
muerte.
Ve, a l m a devota, cómo M a r í a se des-
vela en tu provecho a ú n después de l a
muerte. ¿Has pensado cóm® debes corres-
ponder a l extremado a m o r de tu amante
Madre? ¿No te determinarás, s i q u i e r a a
f u e r de hijo agradecido, a poner p o r obra
las l i g e r a s condiciones que se requieren
p a r a g a n a r el p r i v i l e g i o de l a B u l a Saba-
tina, portento del amor y del poder de
María?
Oración p r o p i a de este día

¡ O h Señor, D i o s de i n f i n i t a p u r e z a y
santidad, que p o r amor a nuestra S m a .
M a d r e habéis depositado en sus m a n o s
las llaves del P u r g a t o r i o , p a r a que p o r
m i n i s t e r i o de los santos ángeles acuda a
d a r a l i v i o y socorro a las almas que a l l í
expían sus pasadas culpas y a quienes m u -
r i e r o n vestidos del Escapulario les lleve
cuanto antes a l monte santo de l a eterna
f e l i c i d a d ! eoncedednos por sus méritos e
intercesión que, vistiéndelo d i g n a y devo-
ta fuente, nos veamos en esta v i d a libres
de ser abrasados en elfuege de l a concu-
piscencia y malas pasiones y merezcamos
en l a otra g o z a r cuanto antes de vuestra,
inefable presencia p o r eternidad de eter-
nidades. A m é n .
EJEMPLO
Refiérese en la vida del venerable sacerdote
Jjan Bautista Bertrán, escrita por el ilustrísimo
Sr. Obispo Sorribes, Carmelita, que siendo cuta
de Alcora, provincia dej Castellón, solía retirarse
de noche en su iglesia, con el fin de dedicarse a sus
ejercicios de piedad. Sucedió que unos cuantos
mozalbetes, que a media noche de un viernes pasa-
ban por delante de la parroquia, oyeron un festivo
campanillee que lesllenóde asombroporno ser co-
mún en aquellas horas de la noche. Comoquiera
que el hecho se repitió varias veces, siempre en día
de viernes y a media noche, una de tantas acercá-
ronse a las puertas del templo y, hallándolas abier-
tas, acaso providencialmente, cerno puede supo-
nerse, entraron deseosos de presenciar y conocer
el hecho que tanto excitaba su curiosidad. Dentro
de la iglesia hallaron a su venerable párroco puesto
en oración. Advirtieron al propio tiempo que el
alegre campanilleo era producido por una rueda
con campanillas que había en el presbiterio y que
rodaba por sí sola. N o sabían dar razón de la ma-
ravilla que c»n sus ojos veían y mucho menos en-
tender lo que pudiera significar. Alentados por la
índole bondadosa de su amado cura, se atrevieron
a suplicarle que les explicará lo que significaba
aquello que para ellos era un misterio. E l buen
sacerdote les dijo: «Como ya entra el sábado, las
almas de los Cofrades del santo Escapulario, que
saca del Purgatorio Ntra. Sra. del Carmen, cele-
bran acá con esta música su buena suerte.»

L o demás como en la hojita primera.

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C O N L I C E N C I A ECLESIÁSTICA

Imp. Virgen del Henar.—EL H E N A R (Segovia)


N U M . 10

Novena en honor de Ntra. Señora


del Carmen

DÍA NOVENO
Hecha la señal de la cruz y dicha la oración
preparatoria como en la hojita primera, se hará la
siguiente
Consideración

EL ESCAPULARIO LIBRA DEL INFIERNO


(El p r i v i l e g i o )
L a M a d r e dulcísima que nos cubre con
el manto de su s i n g u l a r amparo en l a v i -
da y endulza con sus maternales consue-
los la a m a r g u r a de nuestra ú l l i m a h o r a ,
llevu su a m o r a l extremo de darnos u n a
señal sensible de p r e d i l t c c i ó n , a la que,
p o r l a v i r t u d de su p a l a b r a de Reina de
cielos y t i e r r a , l i g a los misterios de nues-
t r a salvación, u n a especie de sacramento
m a r i a n o en que v i n c u l a los tesoros de l a
g r a c i a : Quien muera con mi Escapula-
r i o , no se condenará. ¿Será mucho que
la M a d r e de nuestro Redentor, Correden-
tora también ella del humano linaje por
v i r t u d de l a estrechísima u n i ó n de volun-
t a i y dolores con su H i j o santísimo] l a
que ocupa el l u g a r del corazón en el cuer-
po místico de la Iglesia] l a que es
saludada con los títulos de M a d r e
«Je la d i v i n a g r a c i a , P u e r t a d e l c i e l o ,
T r o n o de la g r a c i a y L l a v e d e l c i e l o ,
abrasada en el amor de sus h i j o s , les
quiera r e g a l a r con esta prenda de salva-
ción eterna? E l l a lo ha prometido y sus
palabras no pueden dejar de cumplirse, a
no ser que nosotros mismos les pongamos
estorbo con nuestra falta de correspon-
dencid. A esto debes atender, a l m a devota,
con toda d i l i g e n c i a , a no hacerte i n d i g n a
de las misericordias de /Haría con tu ma-
la v i d a , a no cometer pecados en confian-
za de las promesas del E s c a p u l a r i o , pues
no merece la protección de M a r í a en la
muerte quien en la vida quiso v i v i r aleja-
do de su santa voluntad.
Sea el fruto de esta Novena el f e r v i e n -
te amor a Ja V i r g e n del C a r m e n , que h a -
rás práctico inscribiéndote, s i no lo has
hecho y a , en l a Cofradía del santo E s c a -
p u l a r i o y pt ocurando ahincadamente d i -
v u l g a r tan saludable devoción, f l o r y n a -
ta de las devociones m a r i a n a s .
O r a c i ó n propia de este d í a

¡ O h Dios Omnipotente, sumo y absolu-


to Señor de cielos y t i e r r a , de la vida y de
l a muerte, D o m i n a d o r del universo y
Dueño de la g r a c i a y de la n a t u r a l e z a ,
que habéis querido constituir a vuestra
S m a . M a d r e hberalisima dispensadora de
todas las g r a c i a s y Mediadora u n i v e r s a l
cerca de nuestro M e d i a d o r , J e s u c r i s t o !
concedednes que p o r la v i r t u d del santo
E s c a p u l a r i o que ostentamos en el pecJw
como nuestro mayor timbre de g l o r i a y
con el cual queremos m o r i r abrazados, nos
hagamos acreedores a las g r a c i a s que ne-
cesitamos p a r a v i v i r y m o r i r santamente
con que después os gocemos p o r toda l a
eternidad. A m é n .
EJEMPLO
En la ciudad de Toro (Zamora) sucedió el si-
guí nte caso por los años de 19)8:
Un quincallero, sujeto de chapa, valiente, des-
garrado y blasfemo y acaso también ladrón, tuvo
un encuentro con otro de su estofa, del que salió
acribi lado a puñaladas. Llevado al hospital, los
médicos le pronosticaron muy pocos días de vida.
Fnterado de ello un Padre Carmelita, se fue inme-
diatamente a visitarlo. Al verlo el enfermo, se des-
ató en blasfemias contra todo lo más saftto y sagra-
do. Diole a entender el buen padre muy cortes-
mente que visitando en el hospital a todos, no era
b i n quedase él sin su visita, üesde el hospital se
fue ei Padre al pulpito, donde aquella tarde había
de piedicar y terminado el sermón, rezó un Padre
nuestro por un moribundo que estaba a pique de
morir y condenarse. Al día siguiente volvió a visi-
tarle.—¿Come va de ayer a hoy, amigo?—Padre
fraile, ya le dije a usted que no quiero cosas de igle-
sia, lo que quiero es coser a «púnalas» al que me
las ha cdaos» a mí.—Bueno, hombre. Ahora no es-
tás para eso. Espera a ponerte bueno y entonéis
veremos lo que hay que hacer.—Se entretuvo con
él unos instantes por no hacerse «sespechoso».
Terminado el sermón volvió a rezar el Padrenues-
tro. A l día siguiente notó el Padre que estaba algo
más amansado que los demás días y se atrevió a de-
ciile:—Mira, hijo: tengo obligación de hacer por tí
lo que pueda. Poco es ello, pero mientra? se me
ofrece coyuntura para cosas de más fuste te voy a
dejar este recuerdillo: ponte este Escapulario, aun-
que no sea más que por ser cosa mía, de un amigo.
- B u e n o , como cosa de usted me lo pongo; pero
siempre comienzan ustedes así para engatusarnos.
— C o n muy buena sombra le hizo el Padre alguna
broma y se fue a predicar el cotidiano sermón.
Mas al poco rato del sermón, vienen a llamar al
Padre de parte del quincallero, que se moría a
chorros. A l llegar el buen Padre, le halla de rooi-
llas en la cama:—Padre, dice, ¿qué me ha puesto
usted al cuello que me está quemando? pero no
me lo quiero quitar, pues no sé lo que me pasa.
Ya no pienso en mi enemigo, si no es para perdo-
narle de corazón; enséñeme usted la Religión, quie •
ro ser como Dios manda. Por fin, se confesó fervo-
rosamente, recibió el Viático y la Extremaunción y
murió santamente, como otro S. Dimas.

L o demás como en la hojita primera.

Esta novena se imprimió en este Santuario del H e -


nar para gloria de Dios y de su Sma. Madre, en
julio de 1937, y es su autor el P. Elias M,a B a -
ñón, Carmelita de la A. O .

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