Derecho Penal Del Enemigo - Docx Exanen Final Sixto

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Derecho penal del enemigo.

Esta teoría fue planteada desde un inicio por el tratadista aleman Gunther Jakobs, pero fue
instituida para la cultura Alemana y sus necesidades punitivas para ese entonces; pero
desafortunadamente nuestros juristas colombianos copian cuanta teoría o corriente surge en el
exterior, sin preguntarnos, ¿se puede aplicar?, ¿es necesaria la aplicación?, ¿la realidad cultural
nuestra lo permite?, entre otros interrogantes importantes al momento de copiar las cosas de
otras legislaciones para aplicarlas en nuestro entorno legal, y además, como contraposición le
damos un manejo político y no de política criminal a los asuntos verdaderamente importantes en
la sociedad nuestra, como un ejemplo de ello, es la creación de la ley 975 de 2005, Justicia y Paz
para grupos paramilitares o de autodefensas, donde los “enemigos” del derecho penal, se
convirtieron en “amigos”, según planteamiento del Dr. Alberto Poveda Perdomo.

El art. 26 de la ley 1121 de 2006, en cuanto se refiere en su Art. 26 a la prohibición de otorgar


algún tipo de beneficio a personas que cometan determinados delitos, como terrorismo,
financiación de terrorismo, secuestro extorsivo, extorsión y conexos, no procederán las rebajas de
pena por sentencia anticipada y confesión, ni se concederán subrogados penales…. En dicha
norma, se proyecta la primacía que tiene el Estado sobre el Particular o Individuo, “dándole al
mismo(sujeto) una caracterización de cosa”.

4.6. Control social.

Las sociedades humanas, desde las más primitivas, hasta las más desarrolladas, se han visto
precisadas, en forma deliberada o inconsciente, a contar con mecanismos de control respecto de
sus integrantes para asegurar la cohesión del propio grupo.

Las normas religiosas, éticas, jurídicas, los prejuicios, las prácticas de carácter mágico o de índole


empírico, constituían controles sociales formales e informales para esos grupos sociales.

El concepto de control social puede entenderse por un lado como una estrategia de
administración del orden, y por otro, como un instrumento de dominación legitimado por la base
social. Como instrumento se manifiesta de un modo formal (Control Social Formal) y de un modo
informal (Control Social Informal).

En lo que respecta a su nivel formal, el Control Social adopta medios y manifestaciones distintos a
los del ámbito informal. En principio el control es más abierto, directo y coactivo. Luego, su
presión se ejerce a través de procedimientos y órganos públicos (El derecho y los organismos
oficiales que dictan y aplican las normas jurídicas). Por último, el control social formal es
imperativo y represivo, es decir quien no acata las reglas o las quebrante, ingresa,
irremediablemente al completo laberinto de la represión.

En su nivel informal el Control Social actúa sobre la psicología de los individuos, mediante la
internalización de valores y patrones de conducta. Estos últimos son transmitidos por instancias

cercanas al hábitat del individuo: la familia, la escuela, la sociedad, los medios de comunicación,
entre otros. A este proceso interactivo y paulatino individuo se le denomina “proceso de
socialización”

4.7. Política criminal.


La Política Criminal es el conjunto de medidas de que se vale el Estado para enfrentar la
criminalidad y la criminalización.

La práctica de la Política Criminal es resorte fundamental del legislador, en cuanto debe plasmar
en textos legales las soluciones que recomiendan los investigadores.

La esencia de la política criminal es tarea de los investigadores, que de manera inmediata se


ocupan de la desviación, como los penalistas, criminólogos, sociólogos, etc, laborando con la
realidad cotidiana, concluyen y hacen formulaciones o recomendaciones al poder para que éste
los viabilice legalmente.

Si la práctica legislativa, aplicativa y ejecutiva del sistema penal

coincide plenamente con las recomendaciones de los investigadores, hay verdadera política
criminal; si, por el contrario, no están precedidas de investigaciones empíricas, o las desatienden,
la política criminal es irreal, insustanciada.

La política criminal se dirige tanto a la criminalidad, entendida como el cúmulo de hechos dañosos
y de infractores determinados en tiempo y espacio delimitado; como a la criminalización, es decir,
al proceso constituido por los poderes de definición, asignación y ejecución.

Las ciencias o disciplinas que en forma inmediata tienen que ver con las Política Criminal se
orientan fundamentalmente hacia la prevención y hacia la prevención de la desviación
problemática.

La política criminal desempeña un papel importante en la dinámica delictual de todas las


sociedades.  Por lo tanto, debe adoptar respuestas para “hacerle frente a conductas consideradas

reprochables o causantes de perjuicio social con el fin de garantizar la protección de los intereses
esenciales del Estado y de los derechos de los residentes en el territorio bajo su jurisdicción. Dicho
conjunto de respuestas puede ser de la más variada índole. Puede ser social, como cuando se
promueve que los vecinos de un mismo barrio se hagan responsables de alertar a las autoridades
acerca de la presencia de sucesos extraños que puedan estar asociados a la comisión de un delito.
También puede ser jurídica, como cuando se reforman las normas penales. Además, puede ser
económica, como cuando se crean incentivos para estimular un determinado comportamiento o
desincentivos para incrementarles los costos a quienes realicen conductas reprochables.
Igualmente puede ser cultural, como cuando se adoptan campañas publicitarias por los medios
masivos de comunicación para generar conciencia sobre las bondades o consecuencias nocivas de
un determinado comportamiento que causa un grave perjuicio social. Adicionalmente pueden ser
administrativas, como cuando se aumentan las medidas de seguridad carcelaria. Inclusive pueden
ser tecnológicas, como cuando se decide emplear de manera sistemática un nuevo
descubrimiento científico para obtener la prueba de un hecho

constitutivo de una conducta típica” (Tomado de ENFOQUE DE DERECHOS HUMANOS EN LA


POLITICA CRIMINAL)

Este mecanismo de control debe estar ajustado a condiciones legales, que respeten las garantías
constitucionales y a su vez consigan la prevención del delito y mantengan el control de la
criminalidad, bajo la garantía de la protección de los derechos fundamentales, junto con la
resocialización de las personas privadas de la libertad.

En la sentencia C-646/01 se enlista el siguiente conjunto de respuestas que puede adoptar un


Estado para hacerle frente a conductas reprochables o causantes de perjuicio social Dada la
definición de la Corte Constitucional y de la Comisión Asesora de Política Criminal, la política
criminal está asociada con tres formas de criminalización:

● Criminalización primaria: Define un comportamiento como delito, es decir, es el momento de


definición legislativa de los delitos y las penas. (Comisión Asesora de Política Criminal, 2012).

● Criminalización secundaria: Corresponde a la determinación de un individuo como responsable


de un crimen ya establecido por la

ley, que es el problema de la judicialización o investigación criminal de los hechos punibles.


(Comisión Asesora de Política Criminal, 2012)

● Criminalización terciaria: Corresponde a la ejecución y cumplimiento de la sanción penal por


parte de una persona declarada responsable de un crimen, que es la fase de ejecución
penitenciaria.

Adicionalmente, se ha considerado que es posible establecer una fase cero de la política criminal,
que estaría concentrada en la prevención de los fenómenos de criminalidad a través de
mecanismos distintos a los sistemas penales.

En Colombia, la Corte Constitucional profirió las Sentencias T-388 de 2013 y T-762 de 2015, donde
presentaba el estándar constitucional mínimo que debe cumplir una política criminal respetuosa
de los derechos humanos, presentando algunas indicaciones en dichas sentencias, entendiendo
que el respeto por los derechos humanos es la guía para toda actuación del Estado.

A partir de esta aproximación, es posible anticipar que la definición de política criminal estaría
atravesada por tres categorías:

• El objeto de intervención al cual se dirige la norma, la política, la

estrategia o la medida.

• Los medios que se escogen para la intervención.

• Los fines que se persiguen con el catálogo de medidas en el marco de la política criminal.

En primer lugar, el objeto de intervención está determinado por aquello que se encuentra definido
como criminal o contravencional. Si bien se entiende que la prevención debe ser un elemento
esencial de la política criminal, desde una perspectiva institucional es necesario establecer límites
con otras políticas orientadas en concreto a la satisfacción de derechos. No es deseable que, en el
marco de un estado social de derecho, la garantía, satisfacción y restablecimiento de derechos
esté en el ámbito de la política criminal, más allá de aquellas garantías y derechos que están
intrínsecamente relacionados con su funcionamiento. Así las cosas, la adopción de estrategias
penales, penitenciarias, post-penitenciarias y el establecimiento de sinergias con otro tipo de
políticas que tengan efectos de prevención secundaria o terciara, frente a fenómenos criminales,
ocuparía la atención de la política criminal.

En segundo lugar, los medios, tal como lo plantean la Corte

Constitucional y la Comisión Asesora para la Política Criminal, pueden involucrar respuestas de la


más variada índole. Dentro de estas respuestas está contemplada la sanción penal, pero también
procesos de justicia restaurativa, medidas alternativas y los programas de prevención, a modo de
ejemplo.

Finalmente, los fines que se persiguen se encuentran determinados, al igual que los medios, por
unos criterios políticos y axiológicos, que determinan cuál es el resultado que se busca lograr con
la intervención. Dentro de los fines se pueden encontrar también muchas alternativas, las cuales
no necesariamente se excluyen entre sí. Entre otros, son fines la retribución, la inclusión social, la
prevención, la resolución del conflicto, la reconstrucción del tejido social, la reintegración social
del condenado, la administración del crimen y de la venganza, etcétera.

En Colombia, el Decreto 2062 de 1995 creó el Consejo Superior de Política Criminal como un
organismo asesor del Presidente de la República en la formulación de la política criminal del
Estado. Sus competencias y atribuciones fueron modificadas por el Decreto 200 de

2003 y posteriormente por la Ley 888 de 2004. El Consejo está conformado por funcionarios de
alta jerarquía de las tres ramas del poder y tiene como función básica el análisis de la criminalidad
y el desempeño del sistema penal, así como el diseño y evaluación de la política criminal del
Estado.

VER ARTICULO ADJUNTO SOBRE CONSEJO SUPERIOR DE POLÍTICA CRIMINAL

DEFENSA SOCIAL.

Desde el punto de vista dela Criminología, DEFENSA SOCIAL es toda acción ejecutada en forma
individual o conjunta, para escudar a un pueblo de cualquier agresión delictiva.

La sociedad tiende, como es lógico, a su propia conservación. Para procurarla y alcanzarla dispone
de medios distintos de la destrucción. Dos formas de progreso social en la lucha contra el delito
son utilizar al delincuente, en lugar de eliminarlo, y hacerlo incapaz de dañar. Evitar el delito es
también defenderse contra él, poniendo toda clase de obstáculos a su generación.

La nueva posición dogmática de la defensa social sostiene como principios fundamentales, la


necesidad de la interrelación multidisciplinaria de la Criminología, el Derecho Penal y la política
criminal para enfrentar al delito y a sus causales de producción; es humanista con el delincuente,
esforzándose en su recuperación y en la asistencia social del reeducado, actuando en forma
solidaria bajos férreos conceptos de legalidad y libertad, considerando la personalidad peligrosa
del delincuente o potencial delincuencial, su tratamiento y resocialización. En resumen se basa en
la prevención, protección y reintegración social.

4.3. POLÍTICA CRIMINAL ALTERNATIVA


La política criminal alternativa fue estructurada por Alessandro Baratta y se fundamenta así:

En primer lugar se concreta sobre una teoría materialista de la desviación, de los


comportamientos socialmente negativos y el proceso de criminalización, orientada a una política
de las clases subalternas. Esta impregnada de política en favor de los desprotegidos.

En segundo lugar, apunta a la realización de esa política criminal entendida en sentido amplio,
como alternativa al sistema imperante y como superación del derecho penal.

Esta etapa se compone de cuatro indicaciones estratégicas:

1.- Analizar la desviación y la criminalidad dentro de la estructura general de la sociedad,


propiciando una política criminal concebida como transformación social e institucional.

2.- La política criminal alternativa va encaminada a proteger los intereses de la sociedad como la
salud, el trabajo, la ecología y dirigir simultáneamente los mecanismos de criminalización hacia la
delincuencia económica, la macrodelincuencia y los crímenes de los poderosos. Paralelamente
tiende a la despenalización, al tratar de disminuir la presión sobre las clases menos favorecidas.

3.- Esta estrategia tiende a abolir la cárcel, previa utilización de elementos alternativos como la
ampliación de la suspensión condicional de la pena y la libertad condicional, la ejecución de la
pena en semi libertad, extender el régimen de permisos, reevaluar el trabajo penitenciario, etc.

4.- Se busca colocar en la base de la política criminal una construcción ideológica que permita
atacar aquella hegemonía para dar otras respuestas, diversas a las que simplemente se empeñan
en las campañas de la ley y el orden.

En tercer lugar, entraña pasar de un sistema capitalista a uno socialista, con la consiguiente
superación del Derecho Penal, lo que significa:

a. El control de las desviaciones, no será autoritario, si no social.

b. La desviación deja de ser estigmatizante, deja de ser necesaria y exclusivamente negativa.


Como el sistema socialista, supuestamente no reprime, por el discurso de la igualdad y
libertad, la conducta desviada sería tolerada.

En estas condiciones, se discriminaliza, despenaliza y destipifica las conductas reprimidas para


hacerlas lícitas o permisibles.

La descriminalización ofrece muchas ventajas porque disminuye

El costo en el aspecto investigativo, estabiliza la operatividad judicial y administrativa; el número


de procesos y de reclusos llegaría al límite racional de la actividad del juez y la penitenciaría,
dejando a un lado la congestión en las cárceles;, el derecho penal reduce la definición legal de
conductas desviadas, en tanto no sean repudiadas socialmente; la descriminalización hace
disminuir el fenómeno criminal, detiene la fuerza criminalizante del poder político, que de
ordinario se dirige hacia las clases desprotegidas.

Despenalizar, significa suprimir la sanción, en especial la privativa de la libertad. En forma amplia,


equivale a modificarla o disminuirla cuantitativa o cualitativamente. Ofrece muchas ventajas
similares a descriminalización, como quiera que previene el estigma carcelario, evita las
consecuencias nocivas de la prisión, permite tratamiento penitenciario en casos estrictamente
necesarios y reduce la violencia que significa la amenaza punitiva y ejecución del castigo.

DERECHO PENAL MÍNIMO Y DE GARANTÍAS.

Derecho penal mínimo implicaría, en sustancia, concebir al derecho penal como la última
alternativa (ultima ratio) a la que debería apelar una sociedad para resolver los conflictos sociales;
esa última alternativa, a su vez, debería contemplar, desde el punto de vista procesal y
constitucional, el respeto más estricto a los derechos y garantías de los particulares; debería
también restringirse en sus fines a la prevención especial, tendiendo a la reintegración e inclusión
social de los perseguidos y condenados;  delimitar el horizonte de proyección de las penas y
castigos institucionales.

El Derecho penal mínimo es, necesariamente, interdisciplinario, ya que aplica reglas prohibitivas,
normas de derecho de fondo y estrategias unitarias en materia criminológica y  político criminal,
todas ellas destinadas a una interpretación  pro homine del derecho penal existente, al que,
además, se lo prefiere limitado a su condición de ultima ratio.

Otros, autores, conciben el Derecho penal mínimo exclusivamente como una alternativa táctica,
condicionada por la relación de fuerzas sociales y la hegemonía cultural del capitalismo mundial,
en cuyo seno se agudizan las contradicciones fundamentales; como un paso a favor de la
profundización de las reformas democráticas institucionales y sociales propias del Estado
Constitucional de Derecho, que significan el acceso constante de más ciudadanos a más derechos.

El Derecho Penal de Garantías es semejante al Derecho Penal Mínimo, como quiera que tiende a la
protección material y efectiva de los axiomas penales, especialmente legalidad, necesidad,
ofensividad, materialidad, culpabilidad, acusatorio, carga de la prueba y contradicción.

Se caracteriza fundamentalmente, porque respalda la reducción del sistema penal, insiste en la


necesidad de su mantenimiento al estimar que una de las máximas garantías ciudadanas es el
funcionario judicial.

VÍCTIMA Y DERECHO PENAL EN LEY 906/04

La víctima como sujeto pasivo de la conducta punible es quien ha sufrido el daño con ocasión de la
comisión de una conducta tipificada como punible y por lo mismo tiene derecho a conocer la
verdad participando dentro del proceso; además tiene derecho a ser escuchada durante el
proceso, a solicitar el incidente de reparación integral, a ser protegida por el Estado cuando sus
derechos se encuentren amenazados, a participar en las audiencias donde se establezcan
preacuerdos y negociaciones y a participar en la audiencia de control de aplicación del principio de
oportunidad, entre otros derechos.

Sin embargo hay que tener en cuenta que su participación en el proceso penal no es completa,
dado a que la ley limita su actuación, dejándole un papel en el procedimiento penal que no es
preponderante, como se le otorga a la defensa y a la fiscalía dejándole a la víctima un papel
secundario y no relevante.

La víctima no se ve plenamente involucrada en la acusación, en la audiencia preparatoria y en el


juicio oral, teniendo la mínima participación cuando se le reconoce su calidad de víctima en la
audiencia de formulación de acusación y en el momento en que se dicta sentencia para solicitar el
incidente de reparación integral.

Durante toda la evolución del proceso penal colombiano la víctima ha tenido un papel importante
para el desarrollo de los derechos de verdad, justicia y reparación teniendo en cuenta que sobre
ello existe una línea jurisprudencial consistente en dar prevalencia a los derechos de las víctimas
así como a los demás sujetos.

Sin embargo este precepto no se ve materializado en la ley penal ya que como se podrá ver en el
desarrollo de este artículo es la jurisprudencia la que le ha dado un valor dominante a la víctima en
el proceso y a pesar de esto se sigue dejando a un lado los intereses de la misma.

Su actuación se ve limitada a los intereses del estado mas no de la misma como sujeto de
derechos y solo intervendrá en la audiencia de reparación integral asistida de un abogado
otorgado por el estado para que se le reconozca la reparación de los intereses económicos.

El procedimiento penal Colombiano le da mayor importancia al

sujeto activo de la conducta punible sin tener en cuenta que el papel de la víctima en este proceso
es de igual importancia; si bien es cierto el actor de la conducta punible está representado por un
defensor, haciendo parte del procedimiento penal y teniendo las mismas facultades que tiene la
fiscalía para investigar todo lo que considere pertinente para su defensa, presentar una teoría del
caso, descubrir las pruebas, solicitar el descubrimiento de las pruebas por parte de la fiscalía que
quiera traer al proceso y demás facultades que lo acreditan como parte.

Por el contrario está la víctima quien a partir de la audiencia de formulación de acusación se le da


su calidad como tal, teniendo la oportunidad de solo ser representada judicialmente, sin poder
intervenir como lo hacen la fiscalía y la defensa en cuanto al manejo de la acción penal y demás
factores como el interrogar, presentar teoría del caso, entre otros que hacen que se den garantías
procesales.

La ley 906 de 2004 se encarga de mencionar los derechos que tiene la víctima en el procedimiento
penal quedando limitados todos sus

derechos para acceder a la justicia y a la verdad, teniendo en cuenta que es la jurisprudencia la


que ha avanzado en materia de otorgarle a la víctima el papel que realmente necesita para
intervenir en el proceso penal como lo es el caso de la sentencia C 209 de 2007 la cual le permite a
la víctima tener en cuenta el escrito de acusación no solo con fines informativos sino que también
con el fin de estar involucrada en el proceso penal y otros aspectos de relevante importancia que
trae la sentencia, la cual abordaremos más adelante.

Por lo anterior, es importante establecer que el Código de Procedimiento Penal en su artículo 11


establece los derechos de las víctimas:

ART. 11.—Derechos de las víctimas. El Estado garantizará el acceso de las víctimas a la


administración de justicia, en los términos establecidos en este código.

En desarrollo de lo anterior, las víctimas tendrán derecho:

a) A recibir, durante todo el procedimiento, un trato humano y digno;


b) A la protección de su intimidad, a la garantía de su seguridad, y a la de sus familiares y testigos a
favor;

c) A una pronta e integral reparación de los daños sufridos, a cargo del autor o partícipe del injusto
o de los terceros llamados a responder en los términos de este código;

d) A ser oídas y a que se les facilite el aporte de pruebas;…

ART. 102.—Procedencia y ejercicio del incidente de reparación integral. Emitido el sentido del
fallo que declara la responsabilidad penal del acusado y, previa solicitud expresa de la víctima, o
del fiscal o del Ministerio Público a instancia de ella, el juez fallador abrirá inmediatamente el
incidente de reparación integral de los daños causados con la conducta criminal, y convocará a
audiencia pública dentro de los ocho (8) días siguientes.

ART. 103.—Trámite del incidente de reparación integral. Iniciada la audiencia el incidentante


formulará oralmente su pretensión en contra del declarado penalmente responsable, con
expresión concreta de la forma de reparación integral a la que aspira e

indicación de las pruebas que hará valer.

El juez examinará la pretensión y deberá rechazarla si quien la promueve no es víctima o está


acreditado el pago efectivo de los perjuicios y este fuere la única pretensión formulada. La
decisión negativa al reconocimiento de la condición de víctima será objeto de recurso de
impugnación en los términos de este código.

Admitida la pretensión el juez la pondrá en conocimiento del declarado penalmente responsable y


acto seguido ofrecerá la posibilidad de una conciliación que de prosperar dará término al incidente
y lo allí acordado se incorporará a la sentencia. En caso contrario el juez fijará fecha para una
nueva audiencia dentro de los ocho (8) días siguientes para intentar nuevamente la conciliación y
de no lograrse el declarado penalmente responsable deberá ofrecer sus propios medios de
prueba.”

Arts. 104 a 107 CPP.

ART. 132.—Víctimas. Se entiende por víctimas, para efectos de este código, las personas naturales
o jurídicas y demás sujetos de derechos que individual o colectivamente hayan sufrido algún daño
*(directo)* como consecuencia del injusto.

La condición de víctima se tiene con independencia de que se identifique, aprehenda, enjuicie o


condene al autor del injusto e independientemente de la existencia de una relación familiar con
este.

Intervención de las víctimas en la actuación penal. Las víctimas del injusto, en garantía de los
derechos a la verdad, la justicia y la reparación, tienen el derecho de intervenir en todas las fases
de la actuación penal, de acuerdo con las siguientes reglas:

1. Las víctimas podrán solicitar al fiscal en cualquier momento de la actuación medidas de


protección frente a probables hostigamientos, amenazas o atentados en su contra o de sus
familiares.
2. El interrogatorio de las víctimas debe realizarse con respeto de su situación personal, derechos y
dignidad.

3. Para el ejercicio de sus derechos no es obligatorio que las víctimas estén representadas por un
abogado; sin embargo, a partir de la audiencia preparatoria y para intervenir tendrán que ser
asistidas por un profesional del derecho o estudiante de consultorio jurídico de facultad de
derecho debidamente aprobada.

5. Si la víctima no contare con medios suficientes para contratar un abogado a fin de intervenir,
previa solicitud y comprobación sumaria de la necesidad, la Fiscalía General de la Nación le
designará uno de oficio.

6. El juez podrá en forma excepcional, y con el fin de proteger a las víctimas, decretar que durante
su intervención el juicio se celebre a puerta cerrada.

7. Las víctimas podrán formular ante el juez de conocimiento el incidente de reparación integral,
una vez establecida la responsabilidad penal del imputado.

3.4. La perspectiva de Género en Criminología

Este tema es tan importante que prácticamente debería trabajarse como capítulo aparte, como
quiera que la perspectiva de género significa analizar y comprender los diferentes roles y
responsabilidades, relaciones, necesidades y visiones de hombres y mujeres que contribuyen a
generar y diseñar políticas desde diferentes ámbitos, a descubrir acciones en favor de la mujer, a
cambiar los estereotipos de género y a definir un nuevo concepto de justicia para un tratamiento
igualitario. Planteando estas políticas públicas, se busca impulsar proyectos y programas que
vayan más allá del simple reconocimiento de las diferencias de género, dirigiéndose hacia
relaciones más equitativas y solidarias entre hombres y mujeres, vinculando aspectos innovadores
que vinculen, atraigan y retengan a un porcentaje cada vez mayor de mujeres a la vida laboral y
pública.

El GENERO se refiere a las ideas, normas y comportamientos que la sociedad ha establecido para
cada sexo, y el valor y significado que se les asigna.

El enfoque de género considera las diferentes oportunidades que tienen los hombres y las
mujeres, las interrelaciones existentes entre ellos y los distintos papeles que socialmente se les
asignan.

La perspectiva de género "establece una teoría social que trata de explicar las características,
relaciones y comportamientos sociales de hombres y mujeres en sociedad, su origen y su evolución,
destacando la existencia real del género femenino y masculino, sin dominio de uno sobre el otro,
sin jerarquías y sin desigualdades“ (Juana Camargo, Género e Investigación Social, 1999)

El análisis de género, o desde una perspectiva de género, puede ser aplicado en todos los ámbitos
de la vida, haciendo un examen sistemático de las funciones, de las relaciones y de los procesos de
mujeres y de hombres, que inicia con el estudio de las diferencias en el acceso al poder, a la
riqueza, al trabajo, etc., entre unos y otras.
No obstante lo anterior, si observamos las historias, podemos advertir que, desde los inicios del
hombre en el planeta, la mujer ha venido siendo objeto de discriminación, al punto que, ha sido
un paradigma aceptado por ellas, porque bajo el dominio de las leyes de los

hombres, era un objeto mas del patrimonio del pater famili, de quien se podía disponer. La
sumisión que le ha tocado asumir y soportar, ha sido una constante, para evitar atropellos y
perdida de derechos.

Durante muchos siglos las leyes han mantenido normas prohibitivas y discriminatorias contra la
mujer en el ámbito de las relaciones familiares, comerciales laborales y políticas; muchas de estas
normas afortunadamente ya han sido reformadas. Veamos un ejemplo en cada una de ellas:

En el Derecho Familiar: la mujer tenía obligatoriamente que utilizar el apellido de casada, la que se
divorciaba no podía contraer nuevas nupcias hasta pasados 180 días del divorcio.

En el Derecho Comercial: la mujer no podía realizar operaciones de comercio si no tenía


autorización del esposo, ni podía administrar sus bienes.

En el Derecho Laboral: la mujer tenía prohibido trabajar en las minas o en labores de construcción.
Sin embargo, aún es una práctica común, que para acceder a un trabajo, en muchos casos se les
exige a las mujeres una prueba de no estar embarazadas; también sufren

acoso sexual y no se les paga el mismo salario por un trabajo realizado en igualdad de condiciones
con el hombre.

En el ámbito de los derechos civiles y políticos: a la mujer le estuvo negado el derecho al voto
hasta el año de 1946. Aún persiste la práctica de no tomar en cuenta a las mujeres en los puestos
directivos de los partidos políticos, en un porcentaje igualitario.

A partir de 1997 y gracias a la incorporación de la perspectiva de género en las políticas públicas,


se logró la expedición de una ley que le otorgó a la mujer un mínimo de 30% de cuotas de
participación en los cargos internos dentro de los partidos políticos y en las postulaciones a cargos
de elección popular; esto es lo que se conoce como una acción positiva o discriminación positiva.

Pero, uno de los peores vestigios de discriminación que le ha correspondido vivir durante siglos al
sexo femenino, proviene asombrosamente, de las diferentes religiones que se han creado a lo
largo de nuestra civilización.

Es un tema que tiene más de largo que de ancho y que, a nivel educativo debe conservar el
respeto que se merecen todos los educandos, que traen consigo diferentes corrientes religiosas.

Por estas razones, solo se harán observaciones puntuales acerca de las diferentes religiones donde
se advierte claramente discriminación de género.

En el Taoismo, que posee como su libro sagrado el TAO TE CHING, se observa un equilibrio de
poderes entre el YIN, en su aspecto femenino y el YANG en su aspecto masculino. Este último
gobernaba en el pasado acudiendo a la fuerza y por sus cualidades potentes y agresivas, tanto
físicas como mentales, lo que se ha ido perdiendo, dando paso a la viveza mental, al espíritu del
amor y servicio influido por YIN, haciendo más equilibrado el movimiento de la vida.
En el Budismo, el ideal de la vida más alto y propósito real para la humanidad, se considera el
logro de la Libertad absoluta, es decir el logro del estado en el que la persona deja de ser
determinada y controlada por la manifestación de su propia naturaleza.

Históricamente se tiene que, la actitud de Buda seguía la línea de tratar a las mujer como un ser
inferior; A la mujer se le discriminaba y era minusvalorada, y las reglas establecidas inicialmente
para la “orden” del Buda se referían sólo a los hombres; porque, según el propio Buda: "Las
mujeres son pícaras, llenas de malicia y en ellas es

difícil encontrar la verdad“.

En el Islamismo, las complejas relaciones de la mujer en el Islam se encuentran definidas por los


textos Islámicos, por la historia y cultura del mundo islámico.

Si bien el Coran, libro sagrado del Islamismo, establece que los hombres y las mujeres son iguales,
también dice que "Los hombres son los protectores y proveedores de las mujeres, porque Alá ha
hecho que uno de ellos supere al otro, y porque gastan de sus bienes. Por lo tanto las mujeres
correctas son devotamente obedientes y recogidas en ausencia de su esposo que es lo que Alá les
exige." Aunque el Corán se expresa en estos términos, la superioridad de los hombres se la
interpreta en términos de la fortaleza del contexto– los hombres mantienen a las mujeres. Este
aspecto se refiere a las relaciones entre el marido y su esposa, y no en el contexto general de la
sociedad.

El Corán explica que los hombres y las mujeres son iguales en la creación y en la vida eterna
posterior, pero no idénticos. La SURA an-Nisa' indica que los hombres y las mujeres han sido
creados de una sola alma (nafs wahidah). Una persona no se antepone a otra, una

persona no es superior a otra, y una persona no es la derivada del otro. Una mujer no ha sido
creada para servir los propósitos de un hombre. Sino que ambos han sido creados para beneficio
mutuo de cada uno. (Cita del Corán: 30:21)

Con lo que respecta al papel o la situación de la mujer en el Islam se advierte que, es uno de los
temas mas controversiales y polémicos de los últimos tiempos, ya que es muy poca la información
que se maneja al respecto, y a lo que se suman una cantidad de prejuicios difundidos por
occidente, sobre todo por los medios de comunicación masivos como Cine, Televisión o Internet
donde es constante la utilización de términos como, extremismo islámico , o se refieren a los
musulmanes como machistas que cubren a sus mujeres y a éstas como pobres mujeres que se
encuentran en una situación lamentable.

La utilización de indumentarias como el Chador, en Irán, la Burka, en Afganistán y otros países son
propias de la cultura del lugar o de circunstancias sociopolíticos propias, incluso preislámicas y no
tienen que ver con una imposición de la religión, toda vez que el Islam no prohíbe las costumbres
folklóricas tradicionales propias de cada región, siempre y cuando no contradigan los preceptos
islámicos, siendo un complemento que perfecciona las mismas.

La Iglesia Católica, que inicia con el ministerio público de Jesús, quien vivió y predicó antes de
iniciarse el siglo I de nuestra era en la provincia Romana de Judea, lo perciben siempre valorando a
las mujeres, dejándose acompañar por ellas, destacando su
trabajo, rehabilitándolas ante los varones. Estas mujeres encuentran en Jesús alguien que las
acepta, las acoge, las valora, les devuelve su

dignidad, se acerca a ellas sin recelos ni prejuicios, hasta el punto


que algunas de ellas, probablemente las más solas y marginadas,
se aventuran a seguirlo por los caminos de Galilea, porque en el
movimiento de liberación de Jesús y su acercamiento a los más
pobres y marginados ven una alternativa de vida más digna y
humana.

Pero, al crear la obra sagrada de esta religión, incluyen libros que desde el mito de la creación,
echan lodo sobre las féminas, y el hombre atribuye a la mujer la culpa de haber comido del árbol
prohíbo, en tanto Dios le dijo a ella: “estarás bajo la potestad de tu marido, y él te dominará”, el
machismo entró de lleno, tanto en la religión de Israel como en la Iglesia Católica Oficial, incluso
indicando que la mujer fue la culpable de todos los males del mundo.

Desde un principio, muy a pesar de la mención de una deidad femenina en la Biblia,


Deuteronomio 32:18 y Reyes II, 21:7, Jeremías hace una posible referencia a esta diosa cuando se
habla de “la Reina del Cielo”, entre otros, se refieren a ASHERAH, -esposa de Yahveh-, teoría
fascinante y polémica en la actualidad, de acuerdo con antiguos textos encontrados en la ciudad
de Ugarit, hoy Siria, en los que se revela que Asherah era una poderosa Diosa de la fertilidad,
adorada por el pueblo israelí.

Los profetas Isaías, Jeremías y Micah, en la Biblia, se refieren a la diosa Asherah condenando su
idolatría, ya que según ellos aleja a los creyentes de la adoración del Dios único y verdadero.

Así mismo, sorprende a distintos investigadores y teólogos, la particular mención que hace la Biblia
y que ha sido compartida dentro del imaginario popular, la falsa historia de que María Magdalena,
o de Magdala, era una prostituta redimida.

Este es otro signo de discriminación hacia la mujer por parte de la iglesia católica, como quiera que
con esta teoría disminuyen el dinamismo y la participación activa que tuvo la mujer en la creación
de la Religión, lo que a la postre le quitaría protagonismo para partici-

par en la organización y la distinción de las ordenes al interior de la iglesia católica, puesto que
hoy, esta iglesia es mayoritariamente femenina en sus cuadros; la componen un 61% de mujeres,
organizadas en distintas órdenes religiosas, frente a un 39% de hombres, entre sacerdotes,
obispos, religiosos y diáconos. Pese a ello, en el gobierno eclesial, la toma de decisiones, y la
visibilidad de la institución están casi exclusivamente en manos de varones

Desde el punto de vista de la Criminología, la critica feminista esta basada en criterios de


normalidad y anormalidad. La desviación y el crimen se encuentran fijados en parámetros
distorsionados de la normalidad, marcados por el patriarcado y por estructuras que legitiman el
dominio masculino sobre la mujer. En este sentido, la mujer normal es vista como aquella de
actitudes reservadas, dedicada al hogar y eclipsada por su hombre.

El feminismo marxista contemporáneo, engrana las variables de clase y género. En todas las clases,
los géneros son desiguales, puesto que en el capitalismo las mujeres se encuentran en desventaja.
En la burguesía, las mujeres constituyen propiedad de su marido, y ella es recompensada con lujos
por su servicio. En el marxismo, dentro de la clase trabajadora, asalariada, la mujer trabajadora
constituye “una fuente de ganancia que no ofrece resistencia”, debido a su status, a su
autopercepción de marginalidad frente al sindicalismo y a que es consumidora, como ama de casa
y esposa.

3.4.1. Criminología y feminismo.

La teoría moderna de la Criminología, No ha logrado superar los prejuicios de género.

Las teorías del desorden social encuentran las causas de la criminalidad femenina en un entorno
ambiental o subcultural deficiente de valores. No obstante, el rol de la mujer es estudiado
tangencialmente.

Las teorías de la tensión, entre ellas la de asociación diferencial, explican la criminalidad de la


mujer en un escenario donde los criminales optan en situaciones de oportunidad, o dejan de
hacerlo en situaciones de obstáculos. Si un hombre comete un crimen bajo condiciones de
oportunidad, su acción es vista como normal o como una respuesta funcional. Pero si una mujer
comete un crimen, es observado como una debilidad ante la situación, en tanto ella es

clasificada como «ayudantes» o «facilitadoras» en la comisión del delito.

La Criminología actual se caracteriza por la ruptura con muchas de las estructuras sociales y
jurídicas tradicionales, contando con una importante participación de las perspectivas feministas.

Dentro de los problemas que mas interesan a la criminología desde una perspectiva feminista,
encontramos:

-La criminología ha obviado el punto de vista de la mujer y por tanto no se encuentra tampoco en
condiciones de juzgarla apropiadamente.

-La diferencia entre los niveles de criminalidad de hombres y mujeres, es un área de estudio
socialmente importante, frente al interrogante: ¿porqué la mujer comete menor cantidad de
infracciones y delitos menos graves, cuando se le compara con los varones?

-Los medios para que las mujeres puedan alcanzar sus metas, se han transformado, como quiera
que antes se afirmaba que las mujeres eran menos criminogénicas debido a que sus metas eran
más fácilmente alcanzables, como el matrimonio y la configuración de una

familia.

-La mujer malvada, aquella que se sale de todas las expectativas de su rol, que no parece mujer,
tienden a ser sancionadas implícitamente no solo por cometer un delito, si no por quebrantar las
expectativas sociales de género.

REACCIÓN SOCIAL Y POLITICA CRIMINAL

La finalidad u objetivo de la Criminología es la POLITICA CRIMINAL. Esta Política Criminal equivale a


los instrumentos que se utilizan para contrarrestar la criminalidad y la criminalización,
especialmente su prevención, represión y control.
Dentro de esta política criminal se estudia también la REACCIÓN SOCIAL, que equivale a las
respuestas que el Estado o la sociedad le da para enfrentar los comportamientos criminales o
divergentes. Se alude a Reacción Social Institucional cuando son las instituciones las que enfrentan
el fenómeno de la criminalidad, o si se trata de enfrentar la conducta desviada por parte de la
misma comunidad, se hablaría de Reacción Social Pura. Sin embargo, si nos detenemos a analizar
las circunstancias, al final quien responde es el Estado, solo que en la primera hipótesis lo hace
abiertamente, mientras que en la segunda, lo hace de manera indirecta.

La esencia de la política criminal es tarea de los investigadores que de manera inmediata se ocupa
de la desviación, como penalistas, criminólogos, criminalistas, sociólogos, trabajadores sociales,
antropólogos, sicólogos, etc; es decir, estos profesionales laboran con la realidad, concluyen y
hacen recomendaciones al poder para que este las viabilice legalmente.

La Política Criminal se dirige tanto a la CRIMINALIDAD, entendida como la disciplina encargada de


controlar los hechos dañosos y de infractores determinados en tiempo y espacio delimitado, como
a la CRIMINALIZACIÓN, es decir, a los procesos constituidos por los poderes de definición,
asignación y ejecución.

Las ciencias o disciplinas que en forma inmediata tienen que ver con la política criminal, se
orientan fundamentalmente hacia la prevención y hacia la represión dela desviación problemática.

El Derecho Penal interviene para prevenir la criminalidad porque coacciona sicológicamente,


desmotiva, amenaza con la imposición de penas y reprime a través del procedimiento penal.

TEORÍAS, PRINCIPIOS, FINES Y FUNCIONES DE LA PENA.

La pena es un fin en sí mismo, es decir, su función es restablecer el daño causado. Es decir, al


considerar el delito como el daño que se hace al orden social determinado (contemplado en la ley)
entonces se aplica una pena con el fin de que devuelva el orden social.

La Teoría de la Prevención Especial, trata los efectos que tiene la aplicación de una pena en el
individuo a la que va dirigida. El principal objetivo de esta clase de prevención será evitar que
aquel que ya haya cometido un acto ilícito NO vuelva a tener tal actitud en el futuro. Así, la
prevención especial no va dirigida al conjunto de la sociedad, sino a aquellos que ya hayan
vulnerado el ordenamiento jurídico. Su fin es resocializar al individuo. Esta es la finalidad que
adopta la pena en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, de acuerdo al artículo 5°
numeral 6 de la Convención Americana de los Derecho Humanos, la cual señala

expresamente que “las penas privativas de la libertad tendrán como finalidad esencial la reforma y
la readaptación social de los condenados". 

La teoría de Prevención General apunta a la generalidad de los individuos de una sociedad. En su


versión negativa, dice que el conjunto de normas jurídicas está respaldado por la Coerción o
amenaza de sanción que conllevaría el incumplimiento de tales normas. Esta coerción tiene como
fin último el disuadir a los individuos de que NO ejecuten el comportamiento legalmente
prohibido, de manera que cada persona, a sabiendas de las consecuencias negativas que
supondría una determinada actitud, se abstiene de incumplir lo dispuesto en el ordenamiento
jurídico.
Sin embargo, la corriente positiva de la prevención general propugna reafirmar las expectativas de
cumplimiento de las normas jurídicas que cualquier persona tiene, y que se ven quebrantadas
cuando terceras personas cometen un delito. 

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