Resumen E y P
Resumen E y P
Resumen E y P
4- Construcción de tests
Tanto el que construye nuevos tests y otras técnicas de evaluación como el que realiza investigaciones de los
mismos, debe utilizar el procedimiento científico pertinente y contar con conocimientos profesionales
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actualizados de los tests, estandarización, validación, reducción o eliminación de sesgos, y recomendaciones de
uso.
7- Personas no calificadas
No deberán promover la aplicación técnicas de evaluación psicológica por personas no habilitadas por su título
universitario y preparación especial.
12 - Difusión
a) Debe abstenerse de difundir falsos beneficios o alcances de un instrumento específico.
b) La publicidad de la tarea psicodiagnóstica deberá ajustarse a los alcances científicamente probados.
c) Deberá abstenerse de proveer el material de las técnicas psicodiagnósticas para su difusión en medios masivos
de comunicación.
Federación de Psicólogos de la República Argentina (Fe.P.R.A.). Aprobado por la Asamblea del 10/4/1999
INTRODUCCION
El Código de Ética de la Federación de Psicólogos de la República Argentina (Fe.P.R.A) tiene como propósito
proveer tanto principios generales como normativas deontológicas orientadas a las situaciones con que pueden
encontrarse los psicólogos en el ejercicio de su profesión, estableciendo así las reglas de conducta profesional que
han de regir su práctica.
Consta de una Introducción, un Preámbulo, una Declaración de Principios y una sección de Disposiciones
deontológicas.
La Introducción expresa la intención y alcance de aplicación del Código de Ética.
El Preámbulo y la Declaración de Principios constituyen objetivos deseables que guían a los psicólogos hacia los
más elevados ideales de la Psicología; expresan así el espíritu de este Código y si bien no son en sí mismos reglas
obligatorias deben ser considerados prioritariamente ya que constituyen el fundamento mismo del actuar ético
de los psicólogos.
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Las Disposiciones deontológicas establecen reglas de conducta profesional, las que expresan deberes que afectan
a todos los profesionales psicólogos, considerando que descuidar estos deberes atenta contra los derechos de los
receptores de los servicios profesionales.
En el proceso de toma de decisiones relativas a su conducta profesional, los psicólogos deben considerar este
Código de Ética y el de la Organización en que se encuentran matriculados o asociados, además de las leyes
vigentes.
Si el Código de Ética establece un principio superior al exigido por la ley o a las que pudieran emanar de
Instituciones en las que presta sus servicios, los psicólogos deben cumplir con el principio ético más elevado. En
caso de contradicción, aun parcial, entre dos bienes protegidos los psicólogos procederán siempre según el
criterio ético de optar por el que ocupe el lugar más alto en la escala valorativa. Si una cuestión no puede ser
resuelta por el presente Código, ni por el Código de Ética del Colegio o Asociación a que pertenecen, los
psicólogos deberán considerar otras instancias de consulta específicamente idóneas y representativas.
Si bien este Código no sustituye a los Códigos de Ética de las Organizaciones nucleadas en la Federación, se
entiende que es apropiado que en el caso de que un psicólogo sea sancionado por faltas éticas en la Organización
a la que pertenece, la sanción sea comunicada, para que las mismas tomen conocimiento y actúen según los
principios que emanan del presente código.
La Federación de Psicólogos de la República Argentina (Fe.P.R.A.) invita a las entidades que la constituyen a que
tomen este Código de Ética como referencia a la hora de revisar los propios o de redactarlos en los casos en que
aún no los tuvieran.
Para la redacción se tuvieron como documentos base los Códigos de Ética de los colegios provinciales el de la
Asociación de Psicólogos de la Ciudad de Buenos Aires. Se consultaron también los Códigos de los psicólogos de
Chile, Brasil y E.E.U.U., el anteproyecto del Código de Ética de los psicólogos de Perú y el Código Deontológico de
los psicólogos españoles.
PREAMBULO
Los psicólogos nucleados en las entidades que conforman la Federación de
Psicólogos de la República Argentina (Fe.P.R.A.) se comprometen a ejercer su profesión guiados por los principios
y reglas de acción que contiene este Código de
Ética.
Propician para el ser humano y para la sociedad en que están inmersos y participan, la vigencia plena de los
Derechos Humanos, la defensa del sistema democrático, la búsqueda permanente de la libertad, la justicia social y
la dignidad, como valores fundamentales que se traduzcan en un hombre y una sociedad protagonista, crítica y
solidaria.
Entienden bienestar psíquico como uno de los Derechos Humanos fundamentales y trabajan según el ideal social
de promoverla todos por igual, en el mayor nivel de calidad posible y con el sólo límite que la ética y la ciencia
establecen.
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Comprenden que es responsabilidad individual de cada psicólogo aspirar a alcanzar él mismo y promover en sus
colegas una actitud responsable, lúcida y comprometida frente al ser humano concreto y sus condiciones.
No consienten ni participan deliberadamente prácticas discriminatorias.
Propician la armonía entre colegas, pero concuerdan en que el sentimiento de solidaridad profesional no puede
avalar o encubrir errores, faltas éticas, crímenes o contravenciones penales practicadas por otros en prestación de
servicios profesionales.
DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS
El Código de Ética de la Federación de Psicólogos de la República Argentina (Fe.P.R.A.), hace suyos los siguientes
Principios Generales, acordados por los países miembros y asociados del Mercosur en la ciudad de Santiago de
Chile. 7 de noviembre de 1997:
B. Competencia
Los Psicólogos se comprometen a asumir niveles elevados de idoneidad en su trabajo. Asimismo, Reconocen las
fronteras de sus competencias particulares y las limitaciones de su pericia. Proveerán solamente aquellos
servicios y técnicas para las que están habilitados por su formación académica, capacitación o experiencia.
Tendrán en cuenta que las competencias que se requieren en la asistencia, enseñanza, y/o estudios de grupos
humanos, varían con la diversidad de dichos grupos.
Los Psicólogos se mantendrán actualizados en el conocimiento científico y profesional, relacionado con su
ejercicio, reconociendo la necesidad de una educación continua. Asimismo, harán un uso apropiado de los
recursos científicos profesionales técnicos y administrativos.
D. Integridad
Los Psicólogos se comprometen a promover la integridad del quehacer científico, académico, y de práctica de la
Psicología. Al informar acerca de sus antecedentes profesionales y curriculares, sus servicios, sus honorarios,
investigaciones o docencia, no harán declaraciones falsas o engañosas. Se empeñarán en ser sumamente
prudentes frente a nociones que degeneren en rotulaciones devaluadoras o discriminatorias.
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Asimismo, se empeñarán en ser conscientes de sus sistemas de creencias, valores, necesidades y limitaciones y
del efecto que estos tienen sobre su trabajo.
En su accionar científico profesional clarificarán a las partes acerca de los roles que están desempeñando y
funcionarán según esos mismos roles.
E. Responsabilidad social
Los psicólogos se comprometen a asumir su responsabilidad profesional y científica hacia la comunidad y la
sociedad en que trabajan y viven. Este compromiso es coherente con el ejercicio de sus potencialidades analíticas,
creativas, educativas, críticas y transformadoras.
Los psicólogos ejercen su compromiso social a través del estudio de la realidad y promueven y/o facilitan el
desarrollo de leyes y políticas sociales que apunten, desde su especificidad profesional, a crear condiciones que
contribuyan al bienestar y desarrollo del individuo y de la comunidad.
NORMAS DEONTOLOGICAS
La mayoría de las reglas fueron redactadas en términos generales, de manera que puedan adecuarse a las
distintas situaciones regionales y ser aplicadas a todos los psicólogos, independientemente del ámbito profesional
en que desempeñen su labor, pudiendo la aplicación de una regla variar según el contexto. Las reglas que se
establecen en el presente Código deben ser consideradas como directivas generales; en tanto que no son
exhaustivas; no implican la negación de otras no expresadas que puedan resultar del ejercicio profesional
consciente y digno. La ausencia de disposiciones expresas no debe interpretarse como admisión de prácticas y
actos incompatibles con la vigencia de los principios enunciados; por el contrario, confrontados con tal situación,
los psicólogos deben conducirse de manera coherente con el espíritu de este Código.
Las siguientes son reglas que los psicólogos deberán observar en relación con:
4.- Investigación
4.1.- La investigación psicológica perseguirá el avance del conocimiento científico y/o el mejoramiento de las
aplicaciones profesionales. Esta finalidad estará siempre subordinada a la obtención de resultados
humanitariamente benéficos y al respeto por los derechos de los sujetos que participen en la investigación.
4.2.- La investigación psicológica se efectuará en acuerdo con las normas éticas reconocidas para la investigación
y con las leyes nacionales y provinciales pertinentes; se planificará y realizará enmarcada en proyectos de
investigación de instituciones reconocidas; respetará las pautas de diseño, desarrollo y validación propias del
conocimiento científico; será coherente con las valoraciones propias del paradigma utilizado; estará abierta a
control de instituciones públicas dedicadas a (o relacionadas con) la investigación científica.
4.3.- Los psicólogos responsables de proyectos de investigación obtendrán el consentimiento de los sujetos o de
sus representantes legales, con especial atención cuando la investigación pueda implicar consecuencias
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desagradables o daños potenciales. No será exigible el consentimiento cuando la investigación se asiente en
encuestas anónimas u observaciones naturalísticas (no creadas en forma experimental); pero se tendrá particular
cuidado en que el uso de tales técnicas así como la eventual publicación de los resultados no dañe la intimidad de
las personas involucradas.
4.4.- Cuando la investigación involucre a sujetos en relación de subordinación con los investigadores (estudiantes,
empleados, subalternos, presos, internados en instituciones de salud, etc.) se les asegurará la libertad de poder
participar o retirarse, sin que esto último pueda derivar en sanciones, perjuicio o menoscabo alguno. Si participar
de la investigación fuera un requisito (para promoción jerárquica, egreso, calificación, etc.) deberán preverse
actividades alternativas que la suplanten.
4.5.- Cuando las características de una investigación hagan desaconsejable brindar una información completa a
los sujetos al comienzo de la misma, el psicólogo responsable del proyecto brindará lo antes posible a los sujetos
una información acabada y explicará también las razones por las que no se brindó información completa al
comienzo de la experiencia. De cualquier modo, el psicólogo no incurrirá en omisión de información ni recurrirá a
técnicas de engaño sin asegurarse previamente de que: a) no existan procedimientos alternativos que no
impliquen engaño y b) el uso esté justificado por el valor científico o profesional de la investigación proyectada.
4.6.- No se llevarán adelante proyectos de investigación que impliquen consecuencias desagradables o riesgo de
ellas para los sujetos participantes.
4.7.- Se deberá informar a los sujetos sobre el modo de comunicarse, una vez finalizada la investigación, con el
psicólogo responsable de la misma para el caso en que pudieran aparecer, a posteriori, consecuencias
indeseadas.
4.8.- En la investigación con animales se asegurarán las medidas de protección e higiene en su mantenimiento y
eventual eliminación y se evitarán o disminuirán al mínimo indispensable la incomodidad, dolor o enfermedad
que la investigación pudiera acarrearles.
4.9.- Los psicólogos no tergiversarán ni omitirán datos, aunque pudieran contrariar sus expectativas. Del mismo
modo, no fabricarán ni falsearán los resultados y/o conclusiones.
5.- Docencia
5.1.- Los psicólogos que desempeñan funciones en la formación, capacitación, entrenamiento, supervisión de
grado o postgrado de profesionales psicólogos, sea en forma regular o esporádica, en instituciones públicas,
privadas o a título personal, deberán guiarse por las siguientes reglas:
5.1.1.- No delegarán ninguna de sus funciones como docente en personas no capacitadas para cumplirlas.
5.1.2.- Garantizarán el nivel académico de los docentes involucrados en la enseñanza, capacitación y
entrenamiento.
5.1.3.- Serán cuidadosos en el empleo de la influencia que, por la asimetría de los roles, pueden tener sobre sus
estudiantes y supervisados.
5.1.4.- Promoverán en los alumnos el conocimiento y observancia de la ética profesional.
5.1.5.- Mantendrán buenas relaciones con los alumnos sobre la base de un nivel adecuado de exigencia y del
respeto mutuo.
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5.1.6.- Los psicólogos enseñarán el uso de técnicas y procedimientos psicológicos solamente a profesionales con
título habilitante para el ejercicio de los mismos o a estudiantes de las carreras que conducen a tal habilitación,
con la salvedad que esto no autoriza a los estudiantes al ejercicio profesional.
5.1.7.- Cuando en la formación de grado se requiera que los alumnos administren, empleen o evalúen técnicas y
procedimientos psicológicos se arbitrarán los medios para asegurar que los sujetos implicados hayan brindado su
consentimiento en forma directa o de manera implícita por haber sido informados de que la institución en la que
se los atiende tiene convenios para la formación de alumnos de grado.
5.1.8.- En el empleo que los psicólogos hacen de casos como material ilustrativo se extremarán los cuidados
necesarios para mantener la reserva sobre los datos que pudieran identificar a los involucrados.
La profesión de psicólogo clínico es la resultante de diversas necesidades sociales, clínicas y psiquiátricas que se
incrementaron durante la segunda guerra mundial. La finalidad del texto de éste autor es revisar algunos de los
principales problemas de la psicología como ciencia y profesión.
Es entonces que distinguirá entre la psicología como ciencia pura, aplicada y técnica.
La psicología como ciencia pura es el estudio y manejo de variables cuyo único objeto consiste en verificar
hipótesis y lograr generalizaciones interesándose poco en posibles aplicaciones. Tarde o temprano, la
investigación pura, que es básica, irá ofreciendo algunas aplicaciones. Un ejemplo de ello es la teoría del
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aprendizaje que habrá sucumbido de no ofrecer implicaciones respecto de la educación, la terapéutica y los
procesos de la personalidad. En tal sentido, toda psicología pura en cierto momento termina siendo aplicada. La
técnica, en tercer lugar, es tan importante para la ciencia aplicada como para la ciencia pura. Si alguien se
considera un científico puro, sentirá como tal y ello lleva implícito un cierto grado de desprecio por los que hacen
ciencia aplicada, que es inevitable. Es posible que los técnicos y los que se interesan por la ciencia aplicada
piensen de igual manera con respecto a los científicos puros.
El progreso, bien sabemos, se sustenta en convicciones divergentes. No es de asombrarse, por lo tanto, que la
profesión de psicólogo clínico carezca de una definida identidad profesional. La mayoría de los psicólogos clínicos
se hallan tan mal preparados para su tarea que un gran porcentaje prefiere otro campo de trabajo. Mientras su
formación no esté en manos de psicólogos clínicos, su competencia profesional será escasa.
Es el psicólogo clínico quien demuestra el valor de las teorías y métodos, puesto que está obligado a usarlos
continuamente. Los técnicos forman la base de la pirámide del esfuerzo humano; hacen una tarea práctica y útil;
por ello ninguna profesión debería dejar de lado alguno de sus miembros, por humilde que sea, si bien el orden
jerárquico en términos de capacidad y pericia es inevitable. La psicología clínica se interesa por la utilidad y la
coherencia que tales elementos logran cuando se aplican a la conducta individual, aun cuando todavía no hayan
alcanzado su completo desarrollo. Un ejemplo de ello es el Test de Rorschach, que si bien no satisfizo las
exigencias científicas de validez, es uno de los instrumentos más utilizados en psicología clínica. De esto último se
deduce que no es la validez sino la utilidad del criterio más importante en psicología clínica.
De todo lo anterior se deduce que la psicología experimental y la clínica van una al lado de la otra, siendo además
muy frecuente que los problemas clínicos provean de trabajo a los experimentadores. Con esto no negamos que
la psicología experimental haya desarrollado sus propios planteos y temas de trabajo, pero queda abierto el
interrogante de cómo se habría desarrollado sin la psicología clínica. Cabe destacar que en la mayor parte de los
casos, los criterios experimentales de la investigación a los que adherimos no se aplican o no nos ayudan ni un
ápice en la comprensión de la conducta de un individuo. Los clínicos no son artistas sino técnicos y deben
prepararse para asumir un papel profesional que requerirá toda su capacidad de investigación, diagnóstico,
terapéutica, administración y enseñanza.
La entrevista psicológica es la técnica en la cual se persiguen los objetivos psicológicos como en orientación
vocacional, selección de personal, diagnósticos clínicos, educacionales, terapéuticos o en investigaciones.
Existen numerosos y diferentes modelos de entrevistas psicológicas determinados por los usos. También pueden
ser cerradas o abiertas y esto determina una modalidad. Por último, posee un objetivo. En este caso está referido
a estudiar la personalidad o áreas de la personalidad de un sujeto y nos encontramos ante la posibilidad de
utilizar entrevistas abiertas en las que proponemos que la persona comience hablando de lo que ella prefiere, de
aquello que le resulta ansiógeno, más perturbador o más interesante o más sencillo y el psicólogo escucha,
prácticamente sin realizar ningún tipo de intervención.
En este tipo de entrevista psicológica el objetivo es el estudio, el conocimiento del comportamiento total del
sujeto en el transcurso de la relación establecida en la entrevista. Es decir, de las interacciones que se producen
entre los participantes, que tienen siempre un aspecto de contenido y otro relacional, hay un nivel verbal y otro
paraverbal. Es sumamente importante agregar que la forma de manifestación que tienen que ver específicamente
con el aspecto relacional está constituida por signos no lingüísticos, no verbales como la postura, los gestos, las
expresiones faciales y los movimientos corporales.
En este tipo de entrevistas debemos observar atentamente los movimientos corporales del sujeto, su tono
muscular, si está tenso, relajado, muestra tics, etc. Además, deberemos observar su vestimenta, si es cuidadoso,
si se presenta excesivamente limpio o prolijo, o por lo contrario descuidado y hasta sucio. Simultáneamente, es
necesario que estemos alertas y atentos acerca de nosotros mismos, como nos estamos sintiendo en el
transcurso de la entrevista, etc.
Todo lo anterior, lleva a establecer un “rapport”, debe instalarse un vínculo favorable entre el entrevistador y el
entrevistado, debe instalarse una transferencia “positiva” que permita desplegar plenamente las posibilidades
comunicativas del sujeto y de este modo llegar a vislumbrar las reales potencialidades del entrevistado. Si el
entrevistador logra transmitir una actitud de escucha atenta a través de su propio nivel verbal y paraverbal, el
estímulo favorece la producción del sujeto.
La interacción entre las personas siempre despierta ansiedad, es una situación nueva y como tal no se puede
predecir con exactitud, se pueden hacer hipótesis, suposiciones, pero nunca se puede saber con anticipación que
camino, por donde puede derivar este encuentro, esta entrevista. Autores como Sullivan o Etchegoyen describen
la ansiedad en el entrevistador y como esta ansiedad si no es reconocida por parte del profesional puede
perturbar el transcurrir de la entrevista. Desde ansiedades fóbicas, evitativas que no posibilitan un buen
acercamiento, que inhiben las emociones y los afectos y por ende impiden la instalación de transferencia positiva,
o ansiedades obsesivas que llevan a que el entrevistador por controlar excesivamente, coarte la libertad del
entrevistado, preguntando excesivamente y no tolerando los tiempos o los silencios del entrevistado.
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En una entrevista abierta, donde la indicación es solamente escuchar, existe en ese caso siempre un monto de
ansiedad. Cuando hablamos de una entrevista libre, semi dirigida, con ciertos puntos o pautas para investigar,
pero donde debemos respetar el decir del entrevistado, el decir y el cómo lo dice, son temas ansiógenos para
quién debe realizar la tarea de investigación.
Altavista coincide con García Arzeno ya que en función de sus observaciones, encontró que no son los padres
quienes equivocan el síntoma sino que no advierten ninguno, funcionando el psicólogo como el segundo detector
del conflicto y como encargado de lograr que los padres lo perciban.
El tipo y cantidad de información que puede devolver el psicólogo se verá influida en cualquier situación por las
características del caso, la posibilidad de continuidad o no de la relación con el paciente y de la capacidad y
experiencia de quién realiza la evaluación. Si el psicólogo no discrimina ni dosifica bien, puede movilizar en el
paciente montos demasiado elevados de angustia, convirtiendo a la instancia devolutiva en una situación
traumática y por ende iatrogénica.
Siguiendo el enfoque de Arzeno, pensamos que la entrevista de devolución debe hacerse de manera discriminada
y dosificada porque no todo el análisis realizado en base al material clínico será empleado en ella sino
fundamentalmente aquel referido a la conflictiva inconsciente vinculada al síntoma, como así también lo
relacionado a los aspectos de la personalidad que puedan considerarse más evolucionados y adaptativos.
En su experiencia de investigación se realizaron de manera separada una o más entrevistad devolutivas con los
padres, el niño y el docente que solicitó el psicodiagnóstico. Teniendo en cuenta lo dicho por Arzeno respecto de
“estar atentos a la ansiedad que despierta el conflicto para que un aumento de estas no obstaculice la posibilidad
de hacer insight”. En este momento del proceso nuestro objetivo fue articular el motivo de consulta manifiesto
con el motivo de consulta latente que alude a la problemática inconsciente, es decir, a la dinámica interna
subyacente al síntoma, para que lo disociado intrapsíquicamente en el paciente no quede también disociado en el
psicólogo.
Indicadores de buen pronóstico son la aparición de nuevas asociaciones, puntos de vista y afectos anteriormente
ausentes. Inversamente una aceptación sumisa o intelectualizada será significativa de mal pronóstico que
requerirá de la realización de otras entrevistas para lograr revertirlas.
A modo de conclusión arribamos a la idea de que la entrevista devolutiva constituye una herramienta clínica de
fundamental importancia para el psicólogo dentro del proceso psicodiagnóstico ya que la misma sirve para ayudar
en la toma de insight acerca del motivo de consulta y la problemática inconsciente que el paciente presenta, más
aún en los casos en los que el conflicto central no ha sido advertido. Su valor es determinante ya que sienta las
bases para la realización de un futuro tratamiento psicoterapéutico en aquellos casos que lo requieran.
► Concordancias y divergencias
Las disociaciones y contradicciones que observamos corresponden a disociaciones y contradicciones de la
personalidad misma, y la entrevista, al reflejarlas, nos permite trabajar sobre ellas durante su transcurso; que esto
último se haga o no depende de la intensidad de la angustia que se puede promover y de la tolerancia que el
entrevistado tenga para la misma. De igual manera, los conflictos que trae el entrevistado suelen no ser los
conflictos fundamentales, así como las motivaciones que alega son generalmente racionalizaciones.
La técnica y su teoría están estrechamente entrelazadas con la teoría de la personalidad con la cual se trabaja.
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► El observador participante
En la entrevista el entrevistador forma parte del campo, es decir, que en cierta medida condiciona los fenómenos
que él mismo va a registrar. Se plantea entonces el interrogante de la validez que pueden tener datos recogidos
en estas condiciones.
Toda conducta se da siempre en un contexto de vínculos y relaciones humanas, y la entrevista no es una
distorsión de las pretendidas condiciones naturales, sino todo lo contrario: la entrevista es la situación “natural”
en que se da el fenómeno que nos interesa estudiar: el fenómeno psicológico.
► Entrevista e investigación
No hay posibilidad de una correcta y fructífera entrevista si no se incluye la investigación: la entrevista es un
campo de trabajo en el cual se investiga la conducta y la personalidad de seres humanos. Una utilización correcta
de la entrevista integra en la misma persona y en el mismo acto al profesional y al investigador.
Una entrevista tiene su clave fundamental en la investigación que se realiza en su decurso. Las observaciones que
se registran en la misma lo son siempre en función de hipótesis que va emitiendo el observador.
El trabajo profesional del psicólogo, del psiquiatra y del médico sólo adquieren su real envergadura y
trascendencia cuando coinciden la investigación y la tarea profesional, porque éstas son las unidades de una
praxis que resguarda de la deshumanización en la tarea más humana: comprender y ayudar a otros seres
humanos. Indagar y actuar, teoría y práctica, deben ser manejadas como momentos inseparables, formando
parte de un solo proceso.
► El grupo en la entrevista
Entrevistador y entrevistado constituyen un grupo, es decir, un conjunto o una totalidad, en el cual sus
integrantes están interrelacionados y en el que la conducta de ambos es interdependiente. Se diferencia de otros
grupos por el hecho de que uno de sus integrantes asume un rol específico y tiende a cumplir determinados
objetivos.
La interdependencia e interrelación, el condicionamiento recíproco de sus respectivas conductas, se realiza a
través del proceso de la comunicación, entendiéndose por tal el hecho de que la conducta de uno (CC o no) actúa
(en forma intencionada o no) como estímulo para la conducta del otro, y a su vez esta última reactúa en calidad
de estímulo para las manifestaciones del primero. En este proceso la palabra juega un rol muy importante, pero
interviene también la comunicación preverbal: gestos, actitudes, timbre y tonalidad afectiva de la voz, etc.
El tipo de comunicación que se establece es altamente significativo de la personalidad del entrevistado,
especialmente del carácter de sus relaciones interpersonales, es decir, de su modalidad para relacionarse con sus
semejantes.
► Transferencia y contratransferencia
La transferencia se refiere a la actualización en la entrevista de sentimientos, actitudes y conductas ICC, por parte
del entrevistado, que corresponden a pautas que éste ha establecido en el curso de su desarrollo, especialmente
en la relación interpersonal con su medio familiar. Se distingue entre transferencia negativa y positiva, pero
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ambas son siempre coexistentes, aunque con un predominio relativo, estable o alternante, de alguna de las dos.
Integran la parte irracional e inconsciente de la conducta y constituyen aspectos de la misma no controladas por
el paciente. Otra acepción similar subraya en la transferencia las actitudes afectivas que el entrevistado vivencia o
actúa en relación con el entrevistador. La observación de estos fenómenos nos pone en contacto con aspectos de
la conducta y de la personalidad del entrevistado que no entran entre los elementos que él puede referir o
aportar voluntaria o conscientemente, pero que agregan una dimensión importante al conocimiento de la
estructura de su personalidad y al carácter de sus conflictos.
En la transferencia el entrevistado asigna roles al entrevistador y se comportan en función de los mismos: traslada
situaciones y pautas a una realidad presente y desconocida, y tiende a configurar a esta última como situación ya
conocida, repetitiva.
En la contratransferencia se incluyen todos los fenómenos que aparecen en el entrevistador, como emergentes
del campo psicológico que se configura en la entrevista; son las respuestas del entrevistador a las manifestaciones
del entrevistado, el efecto que tienen sobre él. Estos elementos son indefectibles o ineludibles en su aparición, y
el entrevistador debe también registrarlos como emergentes de la situación presente y de las reacciones que
provoca el entrevistado. Por ende, a la observación en la entrevista se agrega también la autoobservación.
Transferencia y contratransferencia son fenómenos que aparecen en toda relación interpersonal y por eso
también se dan en la entrevista. La diferencia reside en que en esta última deben ser usados como instrumentos
técnicos de observación y comprensión. La interacción transferencia-contratransferencia puede también ser
estudiada como una asignación de roles por parte del entrevistado y una percepción de los mismos por parte del
entrevistador.
► Ansiedad en la entrevista
La ansiedad constituye un índice del curso de una entrevista y debe ser atentamente seguida por el entrevistador,
tanto la que se produce en él mismo como la que aparece en el entrevistado. Debe ser vigilada no sólo su
aparición sino también su grado o intensidad, porque si bien dentro de determinados límites es un agente motor
de la relación interpersonal, esta última puede quedar totalmente perturbada e incontrolada si sobrepasa cierto
nivel, por lo que el umbral de tolerancia a la misma debe ser permanentemente detectado. Entrevistado y
entrevistador se enfrentan con una situación desconocida, ante la cual no tienen todavía estabilizadas pautas
reaccionales adecuadas, y la situación no organizada implica una cierta desorganización de la personalidad de
cada uno de los participantes; esa desorganización es la ansiedad.
Frente a la ansiedad del entrevistado no se debe recurrir a ningún procedimiento que la disimule o reprima, como
puede ser el apoyo directo o el consejo. La ansiedad sólo debe ser manejada comprendiendo los factores por los
cuales aparece y operando según esa comprensión.
► El entrevistador
El instrumento de trabajo del entrevistador es él mismo, su propia personalidad, que entra indefectiblemente en
juego en la relación interpersonal; con el agravante de que el objeto que debe estudiar es otro ser humano, de tal
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manera q, al examinar la vida de los demás, se halla directamente implicada la revisión y examen de su propia
vida, de su personalidad, conflictos y frustraciones.
El entrevistador debe operar disociado: en parte actuando con una identificación proyectiva con el entrevistado y
en parte permaneciendo fuera de esta identificación, observando y controlando lo que ocurre, de manera de
graduar así el impacto emocional y la desorganización ansiosa.
Esta disociación con la que tiene que operar el entrevistador es a la vez funcional o dinámica, en el sentido de que
tiene que actuar permanentemente la proyección o introyección, y tiene que ser lo suficientemente plástica para
que pueda permanecer en los límites de una actitud profesional.
Se puede, de otra manera, describir esta disociación con la que tiene que trabajar el entrevistador diciendo que
tiene que jugar los roles que en él son promovidos por el entrevistado, pero sin asumirlos en su totalidad.
► El entrevistado
En términos generales, para que una persona concurra a una entrevista debe haber llegado a una cierta
percepción o insight de algo que no anda bien, de que algo ha cambiado o se ha modificado, o bien se percibe a sí
mismo con ansiedad o temores.
Podemos reconocer y diferenciar entre el entrevistado que viene a la consulta, y el que traen o aquel al que “lo
han mandado”: el que viene tiene un cierto insight o percepción de su enfermedad y corresponde al paciente
neurótico, mientras que el psicótico, en cambio, es traído; el que no tiene motivos para venir pero viene porque lo
han mandado, corresponde a la psicopatía: es el que hace actuar a otros y delega en otros sus preocupaciones y
malestares.
Tenemos, entre otros, el caso de aquel que viene a consultar por un familiar. En estos casos, realizamos la
entrevista con el que viene, indagando su personalidad y su conducta; y con esto ya pasamos del entrevistado al
grupo familiar.
El que viene a la consulta es siempre un emergente de los conflictos grupales de la familia; diferenciamos además
entre el que viene solo y el que viene acompañado, que representan distintos grupos familiares. El que viene solo
es el representante de un grupo familiar esquizoide, en el que la comunicación entre sus miembros es muy
precaria: viven dispersos o separados, con un grado acentuado de bloqueo afectivo; con frecuencia, frente a
éstos, el técnico tiende a preguntarse con quién puede hablar, o a quién informar. El otro grupo familiar es aquel
en el cual vienen varios a la consulta, y el técnico tiene necesidad de preguntar quién es el entrevistado o por
quién vienen; es el grupo epileptoide, en el cual hay una falta o déficit en la personificación de sus miembros, con
un alto grado de simbiosis o interdependencia.
Otro tipo es el que viene acompañado por una persona, familiar o amigo, que es el caso del fóbico que necesita
del acompañante.
En los grupos que concurren a la consulta, el psicólogo no tiene por qué aceptar el criterio de la familia sobre
quién es el enfermo, sino que debe actuar considerando a todos sus miembros implicados y al grupo como
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enfermo. En estos casos, el estudio del interjuego de roles y de la dinámica del grupo son los elementos que
sirven de orientación para hacer tomar insight de la situación a todo el grupo.
► Funcionamiento de la entrevista
El campo de la entrevista debe ser configurado fundamentalmente por las variables de la personalidad del
entrevistado. Sin embargo, existe un límite en el cual la ambigüedad no debe existir, sino todo lo contrario, el
límite debe ser mantenido y a veces defendido por el entrevistador; éste cubre todos los factores que intervienen
en el encuadre de la entrevista: tiempo (hora y extensión de la misma), lugar (marco o terreno ambiental en el
cual se realiza la entrevista) y rol técnico del profesional (esto implica que en ningún caso el entrevistador debe
permitir ser presentado como un amigo en un encuentro fortuito).
Todo lo que se vive como reacción contratransferencial debe considerarse como dato de la entrevista.
Si se interviene preguntando, las preguntas deben ser directas, sin segundas intenciones, adecuadas a la situación
y al grado de tolerancia del yo del entrevistado.
La entrevista comienza por donde comienza el entrevistado.
El fin de la entrevista debe ser respetado como todo el encuadre, y la reacción a la separación es un dato de gran
importancia, tanto como la evaluación de cómo se va el entrevistado y cómo quedamos nosotros
contratransferencialmente con respecto a él.
► La interpretación
En la entrevista diagnóstica se debe interpretar por sobre todo cada vez que la comunicación tienda a
interrumpirse o distorsionarse. En todos los casos debemos interpretar solamente sobre los emergentes, sobre lo
que realmente está operando en el aquí y ahora de la entrevista.
Un índice fundamental de guía de la interpretación es siempre el beneficio del entrevistado y no la “descarga” de
una ansiedad del entrevistador. Además, siempre que se interprete, se debe saber que la interpretación es una
hipótesis que debe ser verificada o rectificada en el mismo campo de trabajo por la respuesta que movilizamos o
condicionamos al poner en juego dicha hipótesis.
El autor aconseja tener en cuenta por lo menos dos cosas: que toda interpretación fuera de contexto y de timing
resulta una agresión, y que parte de la formación del psicólogo consiste también en aprender a callar. Y como
“regla de oro” (si las hay), que tanto más es necesario callarse cuanto mayor sea la compulsión a interpretar.
► Informe psicológico
Tiene como finalidad condensar o resumir conclusiones referentes al objeto de estudio; incluimos aquí solamente
el informe que se refiere al estudio de la personalidad. Se trata de una guía y no de casilleros a llenar. Están
incluidos:
- datos de filiación
- procedimientos utilizados
- motivos de estudio
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- descripción sintética del grupo familiar y otros que han tenido o tienen importancia en la vida del
entrevistado
- problemática vital
- descripción de estructuras de conducta, diferenciando entre las predominantes y las accesorias
- descripción de rasgos de carácter y de la personalidad
- si se trata de un informe muy detallado o muy riguroso, incluir resultados de los tests y de los exámenes
realizados
- conclusión
- posibilidad pronostica desde el punto de vista psicológico fundando los elementos sobre los cuales se
basa
- posible orientación.
Respecto de la especificidad del psicoanálisis, el psicoanalista no agrega algo nuevo. Permite encontrar una salida
a las fuerzas emocionales veladas que están en conflicto, pero el que las debe dirigir es el paciente mismo. La
fuerza de estos procesos inconscientes proviene, a menudo, del hecho de que se arraigan en procesos
primordiales de la eclosión de la personalidad que, por su parte, está apoyada en la función del lenguaje, modo
de relación interhumano básico para la organización de la personalidad humana.
El psicoanálisis terapéutico es un método de búsqueda de verdad individual más allá de los acontecimientos; la
realidad de estos últimos, para un sujeto dado, solo adquiere sentido por la forma en que ha participado y se ha
sentido modificado por ellos.
La función simbólica específica de la condición humana se organiza, así como el lenguaje. Este lenguaje, portador
de sentido, nos hace presente un sujeto cuya existencia original está revestida con sus penas y sus alegrías.
La especificidad del psicoanalista, se encuentra en escuchar en el sentido pleno del término, logrando por sí solo
que el discurso se modifique y asuma un nuevo sentido a sus propios oídos. El psicoanalista no da la razón ni la
niega; sin juzgar, escucha. Las palabras que los pacientes utilizan son sus palabras habituales; sin embargo, la
manera de escuchar encierra un llamado a la verdad que los compele a profundizar su propia actitud fundamental
frente al paso que están dando y que muestra ser completamente diferente a todo otro contacto con psicólogos,
educadores o médicos. Hasta el primer encuentro con el psicoanalista, el problema, en consecuencia, es
abordado solo a nivel del objetivo de la consulta y esta se plantea siempre en relación con fines de carácter
negativo para el medio.
Lo que tiene importancia, en efecto, nos son los hechos reales vividos por un niño, tal como otros podrían
percibirlos, sino el conjunto de percepciones del niño y el valor simbólico originado en el sentido que sumen estas
percepciones para el narcisismo del sujeto. La experiencia psicoanalítica nos muestra que el niño está informado
de ello en forma total e inconsciente y que se ve inducido a asumir el rol dinámico complementario regulador
como en una especie de homeostasis de la dinámica triangular padre-madre-niño. Esto es lo patógeno para él.
Dicho rol patógeno, introducido por su participación en una situación real que se le oculta, es superado, por el
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contrario, en parte o totalmente, gracias a las palabras verdaderas que verbalizan la situación dolorosa que vive, y
que le otorgan a esta un sentido susceptible de ser comprendido por el otro al mismo tiempo que por el niño. Nos
referimos tanto a los accidentes, muertes, enfermedades, crisis de enojo, borracheras, trastornos de la conducta
que provocan la intervención de la justicia, como a las escenas hogareñas, separaciones, divorcios, situaciones
todas que conciernen al niño y cuya divulgación no se le permite; peor aún, en algunos casos se le oculta la
realidad, que él de todas formas padece, sin permitirle que se reconozca en ella ni tampoco que conozca la
verdad que percibe en forma muy fina y al faltarle las palabras justas para traducir su experiencia con los que la
comparten con él.
En primer lugar, debemos tener en cuenta que la entrada de los padres en el consultorio de un psicoanalista
representa la búsqueda de la ayuda de un tercero. En segundo lugar que la tarea del psicoanalista consiste en no
dejarse aprisionar por estos límites y mediante su presencia ayudar a que el sujeto articule su demanda para
constituirse en palabra en relación a su historia. En tercer lugar, entender que el lenguaje estructura un sistema
en el que las palabras ocupan un lugar en cierto orden.
Respecto de los desórdenes escolares, es indudable que existen dificultades escolares de origen puramente
pedagógico; de todas maneras, este síntoma recubre casi siempre otra cosa. Al no tomar al pie de la letra la
demanda de los padres, el psicoanalista permitirá que la puerta se entreabra sobre el campo de la neurosis
familiar oculta e inmovilizada en el síntoma del que el niño se convierte en soporte.
► Características definitorias
La entrevista es una tarea que puede entenderse por sus objetivos o por su método.
La entrevista puede definirse a partir de la tarea que se propone, de sus objetivos, los cuales están siempre
presentes y, aunque no se los explicite ni se los reconozca formalmente, gravitan, cuando no deciden, el curso de
la relación.
Los objetivos, a su vez, se rigen por pautas, que siempre existen aunque no se las reconozca; por esto se hace
necesario definir siempre explícitamente las pautas al comienzo de la entrevista.
La primera condición es delimitar con rigor los fines de la entrevista; así podremos decir que solamente será
legítimo lo que contribuya a consumar esos fines.
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Una norma básica de la entrevista, que condiciona su técnica, es la de facilitar al entrevistado la libre expresión de
sus procesos mentales, lo que nunca se logra en un encuadre formal de preguntas y respuestas. Como dice
Bleger, la relación que se procura establecer en la entrevista es la que da al sujeto la mayor libertad para
explayarse, para mostrarse como es; de ahí que Bleger subraye la gran diferencia entre anamnesis, interrogatorio
y entrevista:
- el interrogatorio tiene un objetivo más simple, rescatar información; quiere averiguar lo que el
entrevistado sabe, lo que le es consciente.
- la entrevista, en cambio, pretende ver cómo funciona un individuo, y no cómo dice que funciona; quiere
indagar lo que el entrevistado no sabe, de modo q, sin descalificar lo que él nos pueda decir, más va a
ilustrarnos lo que podamos observar en el curso de la interacción que promueve la entrevista.
La entrevista psicológica es una tarea con objetivos y técnica determinados, que se propone orientar al
entrevistado en cuanto que su salud mental y al tratamiento que mejor pueda convenirle, si le hace falta.
Hay otra característica de la entrevista que para Bleger tiene valor definitorio, y es la investigación: la entrevista
es un instrumento q, al par que aplica el conocimiento psicológico, sirve también para ponerlo que prueba.
Una cosa son las reglas con que se ejecuta la entrevista (técnica), y otra las teorías en que esas reglas se fundan
(teoría de la técnica).
► El campo de la entrevista
La entrevista configura un campo, lo que para Bleger significa que “entre los participantes se estructura una
relación de la cual depende todo lo que en ella acontece”. La primera regla (Bleger) consiste en procurar que este
campo se configure especialmente por las variables que dependen del entrevistado; para que esto se cumpla, la
entrevista debe contar con un encuadre, donde se juntan las constantes de tiempo y lugar, el papel de ambos
participantes y los objetivos que se persiguen.
Para Bleger “campo” tiene un sentido preciso: el de un ámbito adecuado para que el entrevistado haga su juego;
para lograrlo, el entrevistador trata de participar lo menos posible, de modo que tanto mejor está el campo
cuanto menos participe. Esto significa que deja la iniciativa al otro, al entrevistado; de ahí la expresión de Sullivan
de observador participante: aquel que mantiene una actitud que lo reconoce en el campo como un interlocutor
que no propone temas ni hace sugerencias y frente al cual el entrevistado debe reaccionar sin que se le dé otro
estímulo que el de la presencia, ni otra intención que la de llevar adelante la tarea.
La alternativa interrogatorio o entrevista no debe ser considerada como un dilema inevitable, y es parte de
nuestro arte amalgamarlos y complementarlos. Y para esto no hay normas fijas, todo depende de las
circunstancias, del campo.
► Encuadre de la entrevista
El proceso psicoanalítico sólo se puede dar en un determinado encuadre; también la entrevista tiene su encuadre,
que es el marcado por su objetivo: recoger información del entrevistado para decidir si necesita tratamiento y
cuál es el de elección. El encuadre se constituye cuando algunas variables se fijan (arbitrariamente) como
constantes; a partir de este momento y de esa decisión se configura el campo y se hace posible la tarea.
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El encuadre de la entrevista supone fijar como constantes las variables de tiempo y lugar, estipulando ciertas
normas que delimitan los papeles de entrevistado y entrevistador con arreglo a la tarea que se va a realizar. El
analizado debe saber que la entrevista tiene la finalidad de responder a una consulta suya sobre su salud mental y
sus problemas, para ver si necesita un tratamiento especial y cuál debería ser ese posible tratamiento. Esto define
una diferencia en la actitud de ambos participantes: uno tendrá que mostrar abiertamente lo que le pasa, lo que
piensa y siente, mientras el otro tendrá que facilitarle esa tarea y evaluarlo.
La situación es asimétrica, y esto surge necesariamente de la función de cada uno. Una actitud reservada pero
cordial, contenida y continente pero no distante forma parte del rol del entrevistador, que este conservará
después en todo el tratamiento psicoanalítico si se lo lleva a cabo.
La entrevista se realiza siempre cara a cara y el uso del diván está formalmente proscripto.
Para iniciar la reunión pueden solicitarse los datos de identidad del entrevistado, luego de lo cual se le indicará el
tiempo que durará la entrevista, la posibilidad de que no sea la única, y se lo invitará a habar. La entrevista no
responde a la regla de la asociación libre, como la sesión psicoanalítica.
► Técnica de la entrevista
Al fijar los parámetros en que se encuadra la entrevista hemos establecido, implícitamente, las bases de su
técnica.
La técnica de la entrevista es propia y singular, distinta de la sesión de psicoanálisis o de psicoterapia. No sólo los
objetivos de una y otra son distintos (lo que forzosamente va a repercutir en la técnica), sino también los
instrumentos, ya que la asociación libre no se propone y la interpretación se reserva para situaciones especiales.
Podemos obtener los informes necesarios con una técnica no directiva que deje al entrevistado la iniciativa y lo
ayude discretamente en los momentos difíciles.
Un simple mensaje preverbal, como asentir ligeramente con la cabeza, mirar amablemente o formular algún
comentario neutro es, por lo general, suficiente para que el entrevistado restablezca la interrumpida
comunicación.
► De la interpretación en la entrevista
Es necesario y conveniente discriminar entre la entrevista y la sesión de psicoterapia; una diferencia notoria entre
ellas es que en la entrevista no operamos con la interpretación.
Bleger considera que hay casos determinados y precisos en que la interpretación es pertinente y necesaria,
“sobre todo cada vez que la comunicación tienda a interrumpirse o a distorsionarse ”. Por esto dice que el alcance
óptimo es la entrevista operativa, cuando el problema que el entrevistado plantea se logra esclarecer en la forma
en que concretamente se materializa en la entrevista.
La interpretación en la entrevista es legítima si apunta a remover un obstáculo concreto a la tarea que se está
realizando.
El problema de interpretar durante la entrevista debe resolverse teniendo en cuenta los objetivos que nos
proponemos y el material a nuestro alcance; no debe resolverse lisa y llanamente por sí o por no.
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Capítulo 5: La entrevista psicoanalítica
► La ansiedad de la entrevista
Una situación nueva y desconocida donde se lo va a evaluar y de la que puede depender en buena parte su futuro
tiene necesariamente que provocar ansiedad en el entrevistado; también el entrevistador llega al encuentro con
una cuantía no despreciable de angustia.
Entre los motivos de ansiedad se agregan otros, que derivan del significado que cada uno de estos actores asigne
de manera inconsciente a la cita.
Depende en gran medida de la habilidad del entrevistador que la ansiedad en la entrevista se mantenga en un
límite aceptable. Si es muy baja o está ausente, el entrevistado va a carecer del incentivo más auténtico y el
vehículo más eficaz para expresar sus problemas; si es muy alta, el proceso de comunicación sufrirá y la entrevista
tenderá a desorganizarse.
Una especial dificultad de la ansiedad en la entrevista es que el entrevistador no debe recurrir a procedimientos
que la eviten, como el apoyo o la sugestión, y tampoco puede resolverla con el instrumento específico de la
interpretación. Una participación digna y moderada que responda al montante de angustia del entrevistado será
la mejor manera de motivarlo a la par que modular su ansiedad.
► Evolución de la entrevista
En cuanto a la experiencia previa al tratamiento psicoanalítica, la entrevista informa sobre hechos
fundamentales. La entrevista nos permite evaluar lo que podemos esperar del potencial analizado y,
recíprocamente, qué necesitará él de nosotros.
Si un problema que se planteó al principio evoluciona favorablemente, hay derecho a pensar que el entrevistado
tiene recursos para superar las situaciones críticas o traumáticas. Si sucede lo contrario, y el problema resulta al
final peor que al principio, podemos sentar un pronóstico menos optimista.
Esta evolución puede darse en una sola entrevista, pero es más posible y detectable en dos. Por esto el autor
coincide con Liberman, quien afirma que la unidad funcional es de dos entrevistas y no una; por varios motivos:
- porque puede apreciarse a veces esa evolución favorable (o desfavorable) de un determinado conflicto o
crisis;
- también hay que tener en cuenta que el entrevistado cambia por lo general de una a otra entrevista y el
entrevistador mismo puede cambiar y aun reponerse del impacto que puede haberle significado el primer
encuentro;
- el autor cree conveniente darle al entrevistado un tiempo para pensar su experiencia, antes de darla por
terminada.
Durante las entrevistas tenemos oportunidad de estudiar algunas de las crisis vitales que atravesó el entrevistado
en el curso de su vida, y la que más nos interesa, la actual, la que necesariamente atraviesa el sujeto durante la
época en que consulta. Si no logramos detectar esta crisis vital con sus elementos inconscientes e infantiles,
afirma Liberman, corremos el riesgo de empezar un análisis a ciegas.
► La entrevista de derivación
La entrevista de derivación es más compleja que la otra, ya que debemos obtener de ella una información
suficiente para sentar una indicación y, al mismo tiempo, evitar que el entrevistado se ligue demasiado a
nosotros, lo que puede poner en peligro nuestro propósito de mandarlo que un colega. Hay todavía una tercera
dificultad en este tipo de entrevista, y es la prudencia con que se deben recibir los informes (cuando no las
confesiones) y recabar datos de alguien que no va a ser nuestro analizado.
Liberman sostiene que el entrevistador en estos casos debe dar un solo nombre, para que no se refuerce en el
entrevistado la idea de que es él quien entrevista (el autor piensa lo mismo).
Etchegoyen dice que no coincide con la idea de que el analizado elige a su futuro analista tanto como este a
aquel: “La verdad es que nosotros le ofrecemos nuestros servicios al futuro paciente y él siempre tendrá derecho
de aceptarlos o rehusarlos. La idea de que yo tengo también derecho a elegir a mis pacientes me resulta
inaceptable, ya que veo siempre mi sentimiento de rechazo como un problema de mi contratransferencia”.
► La devolución
Todos los analistas coinciden en que al término del ciclo de las entrevistas algo hay que decirle al entrevistado
para fundar nuestra indicación. Hay analistas (como el autor) que prefieren ser parcos en sus razones, porque
piensan que un informe muy detallado se presta más a ser malentendido y facilita la racionalización; otros, en
cambio, son más explícitos.
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El autor piensa que la devolución no debe ir más allá del objetivo básico de la tarea realizada, esto es, aconsejar al
entrevistado el tratamiento más conveniente, la indicación con sus fundamentos, siempre muy sucintos.
En realidad, y sin considerar la curiosidad normal o patológica, los motivos que sientan la indicación en principio
no están dentro de lo que el paciente necesita saber.
Ubicada entre las indicaciones y el contrato, la entrevista debe ser el instrumento q, por una parte, nos permita
sentar la indicación del tratamiento y, por otra, nos conduzca a formular el contrato. Una de las estrategias de la
entrevista será, entonces, preparar al futuro analizado para suscribir el metafórico contrato psicoanalítico.
► Consideraciones generales
Cuando llega el momento de formularlo, no se habla al paciente de contrato; se le dice, más bien, que sería
conveniente ponerse de acuerdo sobre las bases o las condiciones del tratamiento.
El propósito del contrato es definir concretamente las bases del trabajo que se va a realizar, de modo que ambas
partes tengan una idea clara de los objetivos, de las expectativas y también de las dificultades a que los
compromete el tratamiento analítico, para evitar que después, durante el curso de la terapia, puedan surgir
ambigüedades, errores o malos entendidos. El convenio sirve para que cuando la ambigüedad se haga presente
(porque los malentendidos surgirán en el tratamiento inevitablemente) se la pueda analizar teniendo como base
lo que se dijo inicialmente. Desde ese punto de vista, se podría decir q, en cierto modo, el proceso analítico
consiste en cumplir el contrato, despejando los malentendidos que impiden su vigencia.
Para comprender el contrato hay que pensarlo con referencia al encuadre, y al revés, sólo puede estudiarse el
encuadre con referencia al contrato, ya que es a partir de determinados acuerdos (contractuales), como ciertas
variables quedan fijadas como las constantes del setting.
Estos dos trabajos (“Consejos al médico sobre el tratamiento psicoanalítico” -1912- y “Sobre la iniciación del
tratamiento” -1913- ) definen las estrategias que hay que usar para poner en marcha el tratamiento y, previo a
dichas estrategias, los acuerdos a que hay que llegar con el paciente para realizar esa tarea singular que es el
análisis. También está incluida en la idea de contrato la de que el tratamiento debe finalizar por acuerdo de las
partes; y por esto, si sólo uno de los dos lo decide, no se habla de terminación del análisis sino de interrupción.
Desde luego, el analizado tiene libertad para rescindir el contrato en cualquier momento y en muy especiales
circunstancias también el analista tiene ese derecho.
Una vez explicitadas las cláusulas de un contrato, sea cual fuere, queda definido un tipo de interacción, una tarea;
y por esto importa siempre exponerlas claramente. Sólo si se estipularon correctamente las normas con que se va
a desenvolver una determinada labor podrán superarse las dificultades que surjan después.
El contrato psicoanalítica no sólo implica derechos y obligaciones, sino también riesgos, los riesgos inherentes a
toda empresa humana. Si bien el contrato se inspira en la intención de ofrecer al futuro analizado la mayor
seguridad, no hay que perder de vista que el riesgo nunca se puede eliminar por completo, y pretenderlo
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implicaría un error que podríamos calificar de sobreprotección, control omnipotente, manía o idealización, según
el caso.
► El tratamiento de prueba
El análisis de prueba crea incertidumbre en el paciente, con lo que enturbia el campo, porque cuando a uno lo
ponen a prueba, hace todo lo posible para no ser rechazado.
Parece más conveniente, entonces, confiar a las entrevistas el problema de la indicación y no incluirlo en el
tratamiento mismo como análisis de prueba. De todos modos, en los casos difíciles, no es seguro que las
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entrevistas puedan resolver el problema, y hay que tener también en cuenta que no es prudente prolongarlas
demasiado, porque pueden crear innecesaria ansiedad en el entrevistado y complicar la relación analítica futura
por los vínculos que se van formando, tanto más que el encuadre de las entrevistas no hace aconsejable hacer
interpretaciones sobre la transferencia que se está formando.
Este inconveniente fue mencionado por Freud, que no quería darle al paciente la ventaja de que se estableciera
una relación de transferencia antes de iniciarse el tratamiento, y seguramente por esto recurría al análisis de
prueba. Esta razón tiene peso; pero el riesgo puede ser menor si las entrevistas se realizaran teniendo en cuenta
con claridad sus objetivos y respetando su propio encuadre.
Proceso psicodiagnóstico
Institucionalmente el proceso psicodiagnóstico configura una situación de roles bien definidos y con un contrato
en el que una persona (paciente) pide que la ayuden y otra (psicólogo) acepta el pedido y se compromete a
satisfacerla en la medida de sus posibilidades. Es una situación bipersonal (psicólogo-paciente o grupo familiar),
de duración limitada, cuyo objeto es lograr una descripción y comprensión lo más profunda y completa que sea
factible de la personalidad total del paciente o del grupo familiar. Asimismo enfatiza la investigación de algún
aspecto en particular según la sintomatología y las características de la derivación (si la hubiere). Abarca los
aspectos pretéritos, presentes (diagnóstico) y futuros (pronóstico) de esa personalidad, utilizando para lograr
tales objetivos ciertas técnicas (entrevista semidirigida, técnicas proyectivas, entrevista devolutiva).
► Objetivos del proceso psicodiagnóstico: Lograr una descripción y comprensión de la personalidad del paciente
incluyendo los aspectos patológicos y los adaptativos.
► Momentos:
1) Primer contacto con el paciente
2) Administración de la batería de test y técnicas proyectivas
3) Cierre del proceso: devolución oral al paciente y sus padres
4) Informe escrito al remitente
► Encuadre
Establecer un encuadre significa mantener estables ciertas variables del proceso como los roles, los lugares, los
horarios y la duración del proceso, y los honorarios. Es absolutamente necesario establecer un encuadre para el
correcto proceso psicodiagnóstico pero también es necesario que posea la suficiente flexibilidad para poder
ubicarse frente al caso de manera adecuada.
Entrevista inicial
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La entrevista es semidirigida, es decir, el paciente tiene la libertad de exponer sus problemas comenzando por
donde prefiere e incluyendo lo que desee. Es decir, que permite que el campo psicológico configurado por el
entrevistador y el paciente se estructure en función de vectores señalados por éste último. A diferencia de la
entrevista libre, el entrevistador puede intervenir para señalar:
a) Vectores con los que el entrevistado no sabe cómo comenzar o continuar.
b) Señalar situaciones de bloqueo o paralización por incremento de la angustia.
c) Inquirir acerca de la conducta del entrevistado.
Planificación de la batería
La planificación de la batería debe tener en cuenta la posible causa de consulta del paciente de manera que la
naturaleza del test no provoque un desarrollo de ansiedad desmesurado que resulte contraproducente a la
administración de la batería. Por ejemplo, no comenzar la batería con un test de naturaleza verbal cuando el
paciente sea tartamudo, un test de inteligencia a una persona que consulta por dificultades intelectuales o un
desiderativo a un depresivo o un esquizofrénico. Al abarcar los aspectos más disociados, menos sentidos como
propios, permite que el paciente trabaje más aliviado.
Los test gráficos revelarán los aspectos más arcaicos de la personalidad y los más difíciles de modificar.
Para la autora no es conveniente finalizar la entrevista sin haber logrado los siguientes datos básicos que
necesitamos conocer antes de ver al niño:
a) motivo de consulta
b) historia del niño
c) como se desarrolla un día de su vida diaria, un domingo o feriado y el día de su cumpleaños
d) como es la relación con los padres entre ellos, con sus hijos y con el medio familiar inmediato.
La comparación de los datos obtenidos durante el análisis de un niño con los suministrados por los padres en la
entrevista inicial es de suma importancia para valorar en profundidad las relaciones con el hijo. El niño que nace
con la misión de unir una pareja en trance de separarse lleva el sello de este mismo esfuerzo. El fracaso
determinará en él una gran desconfianza en sí mismo y en su capacidad de realizarse en la vida. Lo que los padres
nos dicen confrontado con el material ofrecido por el niño, será de gran utilidad en la investigación.
Es muy probable que en los primeros momentos del tratamiento el niño tienda a actualizar los primeros
momentos de contacto con su madre en las expresiones lúdicas, tanto físicas como de dibujo, etc. Los detalles de
la relación con el hijo, que a menudo no conseguimos de la madre, van surgiendo poco a poco del material del
niño cuando éste se analiza. La experiencia muestra que cuanto mejor ha sido esa primera relación más fácil y
detalladamente la recuerdan. El niño al revivir su lactancia durante el tratamiento nos muestra en su juego
detalles significativos. Siguiendo con la historia preguntaremos como aceptó el bebé el cambio de alimentos del
pecho a la mamadera, lo cual nos dará un indicio de cómo se desprende de los viejos objetos. El pasaje del pecho
a otra fuente de gratificación oral exige un trabajo de elaboración psicológicas que Melanie Klein descubrió
similar al esfuerzo al cual se ve sometido el adulto cuando elabora el duelo de un ser amado. La forma en que el
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niño acepta esta pérdida será la pauta de conducta de cómo en su vida posterior se enfrentará con las pérdidas
sucesivas que el exigirán la adaptación de la realidad.
El retraso en el lenguaje o inhibición en su desarrollo son índices de una seria dificultad en la adaptación al
mundo. En éste período de la vida la figura del padre cobra una gran importancia y su ausencia real o psicológica
puede trabar gravemente el desarrollo del niño aunque la madre lo comprenda bien y lo satisfaga.
Las compilaciones que se presentan en las enfermedades comunes de la infancia son de por sí un índice de
neurosis y es importante registrarlas en la historia. No sabemos si les asombra más que demos importancia al
juego o si es que toman conciencia de lo poco que ven al hijo aunque estén todo el día con él. La descripción
detallada de las actividades que realiza el niño nos sirve para tener una visión de su neurosis o de su normalidad.
Freud descubrió que el juego es la repetición de situaciones traumáticas con el fin de elaborarlas y que al hacer
activamente lo que ha sufrido pasivamente el niño consigue adaptarse a la realidad.
- Acontecer propiamente dicho: deberá ajustarse a las motivaciones y fines de la entrevista. Esto alude al
contenido latente y manifiesto de toda comunicación. Todo entrevistado oculta algo que en la mayoría de
los casos trata de mostrar.
- Cierre: estará condicionado a cómo se haya logrado o no el objetivo propuesto. Lo importante es lograr
situaciones abiertas, es decir, que queden esclarecimientos operando.
- Post- entrevista: alude a la elaboración del material tanto anecdótico como emocional y en el caso del
psicólogo clínico que trabaja en equipo la comunicación a quién corresponda dentro del mismo, de la
experiencia con el entrevistado.
La entrevista operativa se propone aprovechar la situación entrevista con el fin de lograr el mayor grado de
eficacia en la resolución de una determinada acción crítica, en un tiempo limitado. Esta entrevista procura
“resolver” una situación, en dos sentidos: resolver en cuanto esto implica una solución favorable de un
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problema; y en un segundo sentido es el de “yo resuelvo”, yo decido; lo que equivale a que el sujeto recobre
la autonomía perdida y se decida en emprender los cambios necesarios en su conducta a fin de lograr un
objetivo. No procura “curar” sino remover un obstáculo para que alguien se movilice a tal fin.
La consulta; entendemos por tal, aquella función del método clínico que si bien no es nítidamente
diferenciable de otras, tales como diagnóstico y tratamiento, ya que ambas se dan en cierto grado dentro de
la consulta, tiene no obstante algunas características específicas, tales como su limitación temporal, lo que
significa que dentro de una o dos entrevistas hay que resolver una situación, ya sea porque se logra una
solución eficaz con lo que terminan las entrevistas, o porque se decide derivar el caso a completar
diagnósticos, o a incluirlo en un tratamiento de mayor alcance temporal. En la consulta, es donde la entrevista
operativa adquiere su mayor significación.
Entrevista operativa: significa la capacidad para diagnosticar la situación total, y desde ahí, saber cuál es el
paso siguiente más adecuado.
El diagnóstico de la acción crítica significa: a) diagnosticar la emoción básica más actuante que en términos de
ansiedades se traducen en dos miedos básicos: miedo a la pérdida de lago amado y miedo al ataque por algo
odiado; b) diagnosticar el objeto al que refiere este miedo; c) diagnóstico de la localización de este objeto; y d)
diagnóstico de los mecanismos defensivos del yo y de la eficacia o no de los mismos para la emergencia que
enfrenta.
La entrevista operativa procura no resolver toda una situación, sino diagnosticar y resolver la acción crítica en
los términos anteriormente expuestos.
Respecto de la personalidad, debe considerarse que no es estática, sino dinámica. A su vez, que si bien no es
estática, está estructurada. Y por último, que tanto la estructura, como la influencia del campo en el cual está
operando, se revela en la conducta del individuo, puesto que la conducta es funcional a las demandas del sí
mismo del individuo y las demandas de la situación. La personalidad es un fenómeno profundo y en ella las
manifestaciones superficiales forman un estrato.
La personalidad posee rasgos y estados. Los rasgos son los mecanismos de defensa de la estructura. Los
estados son, por ejemplo en el duelo, un estado depresivo. La diferencia, entonces, entre estado y rasgo, es
que el estado es circunstancial y reactivo, es decir, no constitutivo de la personalidad. El rasgo puede, con
terapia, disminuir su intensidad, pero no cambia
► Estructura
1) Secuencia: Da muestras de la capacidad de planificación del individuo y su pensamiento. La planificación
bizarra o inconexa es propia de la psicosis y la organizada se relaciona con el aprendizaje sistemático del
individuo.
- Se trata de cómo emergen los derivados del impulso en el proceso gráfico y como permiten estudiar los rasgos
estructurales del conflicto y la defensa como si se proyectasen en cámara lenta. No solo es importante observar la
secuencia en los detalles de un mismo dibujo y como se suceden sino también considerar la secuencia de dibujos
diferentes. El análisis de la secuencia proporciona una serie de muestras de conductas registradas en el papel.
- El análisis de la secuencia ofrece indicios sobre el impulso o energía de la persona y el control que posee de ella,
es decir, si hubiese una disminución o incremento progresivo.
2) Tamaño: El tamaño del concepto gráfico contiene indicios acerca del realismo de la autoestima del examinado,
de su autoexpansividad característica o de sus fantasías de omnipotencia.
- Un individuo que dibuja una figura excesivamente grande posee dentro de sí una fuerte corriente agresiva.
- Los dibujos pequeños corresponden a personas con sentimientos de inadecuación y quizás con tendencia al
retraimiento. Los dibujos pequeños se relacionan con un fuerte sentimiento de inferioridad. Estos niños poseen
conductas emocionalmente dependientes y retraimiento del grupo total.
- Presionar los bordes de la página denota sentimientos de constricción ambiental.
3) Presión: La presión del lápiz sobre el papel es indicadora del nivel energético del individuo. Los trazos fuertes
son asertivos, los trazos livianos se deben a un bajo nivel energético o a una restricción o represión.
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- Los neuróticos temerosos tanto como los esquizofrénicos suelen aplicar muy poca presión, en cambio los
psicópatas y los epilépticos suelen hacerlo fuertemente.
- Las personas extremadamente tensas a veces pueden realizar el tipo de línea característica de los enfermos
mentales. En el extremo opuesto, las líneas suaves y débiles son típicas de las personas que sufren de depresión o
se sienten desubicadas.
4) Trazo: - Los niños que dibujan trazos largos son los que mantienen un firme control de su conducta en tanto
que los trazos cortos son de los niños impulsivos.
- Los trazos rectos suelen ser auto afirmativos, mientras que los que realizan trazos circulares son más
dependientes y emotivos.
- Las líneas redondas están asociadas a la femineidad y los rectos a los estados de ánimo agresivos.
- Las líneas dentadas se relacionan con la hostilidad. Las líneas quebradas a la inseguridad o ansiedad. Las líneas
tirantes irradian tensión. Las líneas fragmentadas expresan ansiedad, timidez o falta de confianza
5) Detalles: Los detalles inadecuados constituyen la reacción gráfica preferida de las personas con una clara
tendencia al retraimiento.
- La ausencia de detalles adecuados transmite una sensación de vacío y de reducción energética característica de
las personas que utilizan el aislamiento emocional como defensa y, en ocasiones, de las personas depresivas. El
empleo de detalles excesivos es característico de los obsesivos compulsivos, prolijos, pedantes y controlados. Los
niños neuróticos se defienden de un exterior o interior incierto mediante la creación de un mundo muy
estructurado y ordenado.
7) Emplazamiento: Los dibujos en el medio de la hoja manifiestan una conducta más emotiva, auto dirigida y
centrada en ellos mismos que el resto del grupo.
- Cuanto más hacia la derecha del punto medio esté el dibujo, es probable que el individuo tenga un
comportamiento estable y controlado, postergue la satisfacción de sus necesidades e impulsos y prefiera las
satisfacciones intelectuales a las emocionales. A la inversa, cuanto más ala izquierda del punto medio de la hija se
encuentra el dibujo, mayor es la posibilidad de que el individuo tienda a comportarse impulsivamente y busque
satisfacción inmediata, franca y emocional de sus necesidades e impulsos.
- Cuanto más arriba del punto medio de la página se encuentre el punto medio del dibujo, es más probable que:
a) la persona sienta que realiza un gran esfuerzo, que su meta es casi inalcanzable; b) que la persona busque las
satisfacciones en la fantasía y no en la realidad; c) que se mantenga distante o relativamente inaccesible. Por el
contrario, cuanto más abajo del punto medio del dibujo, hay mayor probabilidad de que a) La persona se sienta
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insegura e inadaptable y que este sentimiento le produzca un estado de depresión anímica; o b) que la persona se
encuentre ligada a la realidad u orientada hacia lo concreto.
8) Movimiento: Solo ocasionalmente aparece movimiento en los dibujos proyectivos y cuando aparece,
generalmente es en dibujos de niños. Los niños dotados incluyen movimiento en la mayor parte de sus figuras.
Los depresivos dibujan pocos elementos móviles.
Los psicóticos muy pocos o muchos.
Los niños débiles mentales son los que menos incluyen.
9) Síntesis defectuosa:
La síntesis defectuosa en los dibujos es característica de las personas que sufren graves trastornos emocionales.
► Contenido:
Casa: Representa, en primer lugar, la imagen de uno mismo, de sus fantasías, el yo, contacto con la realidad,
accesibilidad, predominio oral, anal o fálico, y en segundo lugar, la percepción de la situación familiar, pasado,
presente y futuro deseado.
> Techo: Simboliza el área vital de la fantasía. Algunas expresiones como “algunas tejas están flojas” aluden al
simbolismo por el cual el techo se equipara a la vida mental.
Las casas que son sólo techo son comunes de individuos psicóticos o niños. Las casas con techo de una sola línea
son comunes en sujetos imbéciles o carecen de capacidad de ensoñación.
> Paredes: Simbolizan el grado de fortaleza del YO y la personalidad.
> Puertas: La puerta es el detalle de la casa a través del cual se realiza el contacto con el ambiente. Una puerta
pequeña se relaciona con la reticencia a establecer un contacto con el ambiente. Una puerta por encima de la
base de la casa y sin escalones es común en individuos que tienden a establecer contactos con el ambiente en sus
propios términos. Las puertas grandes son comunes en individuos que tienen sed de efecto emocional y esperan
recibirlo desde afuera.
> Ventanas: Son un medio secundario de interacción con el ambiente. La acentuación en las cerraduras de la
ventana y las cerraduras de las puertas es típica de los temores obsesivos. Las ventanas cerradas representan
hermetismo, distancia y aislamiento. Las rejas representan la necesidad de límites o asimismo puede evidenciar
costumbres culturales del lugar donde habita el sujeto.
Las ventanas totalmente desnudas, que no poseen persianas, ni cortinas, ni visillos y que ni siquiera están
sombreadas, son típicas de individuos que interactúan con su ambiente de una manera muy descortés. Las
1
transparencias son interpretadas como inmadurez del sujeto en lo emocional. Las cortinas, por el contrario,
evidencian lazos sociales diplomáticos. La dificultad en el emplazamiento de las ventanas revela dificultades
organizativas y formales que se han visto como indicios de formas tempranas de esquizofrenia.
> Chimenea: El humo denso es considerable tensión interna del individuo. El humo que se desvía constituye un
indicio de presiones ambientales y es muy común en adolescentes.
> Perspectiva: Aquellos que rechazan la situación dibujan al observador desde arriba, mirando hacia abajo. Las
actitudes iconoclastas se dan junto con la sensación de estar por encima. Por el contrario, aquellos que se sienten
rechazados por su entorno, dibujan desde lo que se ha dado en llamar “la perspectiva del gusano”.
> Línea del suelo: Revela el grado de contacto del examinado con la realidad. La misma corriente simbólica
responsable de la ecuación suelo o tierra=realidad práctica, se pone de manifiesto en el lenguaje coloquial.
> Accesorios: El agregado de un sendero que conduce a la puerta, bien puede ser proporcionado y realizado con
facilidad, es común en individuos que ejercen un cierto control y tacto en las relaciones. Si es largo y tortuoso, es
común de individuos que se mantienen distantes en las relaciones en un principio.
Los cercos alrededor de la casa constituyen maniobras defensivas.
Árbol: La línea del desarrollo del carbol de abajo hacia arriba, señala que a medida que el dibujo crece en un
desarrollo que va desde las raíces hasta la copa, ese desarrollo es paralelo al desarrollo psíquico temporal del
examinado, es decir, de su historia vital psicológica. El tronco representa la sensación de la persona acerca de su
poder básico, físico y su fortaleza interna. La estructura de las ramas representa la capacidad que siente para
obtener satisfacciones penetrando en un nivel más inconsciente o psíquico. La organización total del dibujo revela
cómo se siente el individuo en su equilibrio intrapersonal.
> Tronco: Índice de la fortaleza y la integridad de la personalidad. Los pacientes que en el tronco del árbol dibujan
agujeros o animales mirando: a) internamente sienten que un segmento de su personalidad está fuera de control;
b) Se identifican con el animal que se encuentra dentro del tronco.
> Raíces: La excesiva preocupación por el contacto con la realidad se expresa en la exageración con que se
destacan las raíces del árbol.
> Ramas: Capacidad del individuo para acceder a las satisfacciones del medio, para ramificarse. Si se dirigen
mucho hacia arriba, son usuales en personas que tienden a refugiarse en la fantasía. De dirigirse al costado, son
usuales de personas que tienden a encontrar el apoyo en la relación con sus pares. Los pinches y las púas señalan
la fuerte presencia de impulsos hostiles o agresivos. La flexibilidad de toda la estructura es identificada como un
dato favorable.
En el caso de los dibujos de los niños en que las ramas se aproximan al sol, se trata de jóvenes con una fuerte
necesidad de afecto frustrada. En el caso de los árboles que se alejan del sol, se trata de niños que intentan
alejarse de la dominación de alguna figura parental.
Persona: El dibujo de la persona puede motivar tres tipos de temas: El autorretrato, el ideal del yo y la
representación de personas significativas para el sujeto.
1
Los pacientes con un CI medio o inferior, por lo general, reproducen sus propios rasgos corporales en el dibujo de
la persona como si se estuviesen mirando en un espejo.
Además de defectos físicos también se proyectan cualidades físicas: amplitud de hombros, desarrollo muscular,
aspecto general. Tanto es así que los individuos con incapacidad artística dibujan personas que se les parecen
mucho.
En el caso de graficar el ideal del yo, se trataría de lo que el sujeto “siente” que es.
- Persona bajo la lluvia: La técnica del dibujo de una persona bajo la lluvia es una variación gráfica que intenta
lograr el retrato de la imagen corporal bajo condiciones que simbolizan situaciones de tensión ambiental. Suele
ofrecer información útil cuando se comparan sus resultados con los de los dibujos de una persona bajo
condiciones normales o comunes. Los detalles del dibujo revelan los rasgos de la persona al momento de
enfrentarse a situaciones estresantes.
La primera parte de la vida de un niño transcurre efectivamente en el seno de su familia. De modo que, como
veremos, los trastornos psicógenos que se producen en la esfera afectiva o en la esfera intelectual siempre están
relacionados ya con los conflictos edípicos, ya con la rivalidad fraterna. Con sólo preguntar no podremos descubrir
las motivaciones profundas de los trastornos de adaptación. En especial, para descubrir un conflicto grave ente el
niño y algún miembro de su familia, habrá que llevar al niño a que nos revele sus sentimientos más íntimos y la
forma en que, en el inconsciente, vive sus relaciones con esa persona. Dicho en otros términos, es necesario que
el niño pueda expresarse libremente.
El dibujo es un medio de expresión libre. El de una familia, en especial, permite al niño proyectar al exterior las
tendencias reprimidas del inconsciente y, de ese modo, puede revelarnos los verdaderos sentimientos que
profesa a los suyos. Ciertamente, si se dan al niño instrucciones limitativas, como cuando se le dice “dibujá tu
familia”, él puede considerarse obligado a hacerlo en forma totalmente objetiva. Pero, por lo común, la
1
subjetividad prevalece (sobre todo, como se verá, cuando la indicación dada es “dibuja una familia como tú la
imagines).
El dibujo de la familia es, pues, un test de la personalidad que podemos interpretar basándonos en las leyes de la
proyección.
Después del dibujo se efectúa una breve entrevista en la que se invita al niño a explicar lo que hizo, a definir a los
personajes caracterizando su función, su sexo, su edad y sus relaciones mutuas. El autor sugiere usar el método
de las preferencias-identificaciones. Este método consiste en invitar al sujeto a expresar sus preferencias o sus
aversiones con respecto a los diferentes personajes representados y luego a identificarse, es decir, elegir el
personaje que desearía ser.
Hoy se sabe que en el dibujo sin modelo el niño cumple una verdadera creación y que puede expresar todo lo
que hay en él, mucho mejor cuando cree que cuando imita. Al hacerlo, nos da su visión propia del mundo que lo
rodea y de ese modo, nos informa acerca de su personalidad.
El dibujo puede ser tenido en cuenta como un test de inteligencia, de tal manera como lo hizo Goodenough con
su test “del monigote”, el cual revela el nivel intelectual de un sujeto de acuerdo con el grado de perfección,
equilibrio general y la riqueza de detalles con que es dibujado dicho monigote, o como test de personalidad,
como en el caso del test de Machover que reconoce en las figuras indicadores emocionales y de rasgos de
defensa.
Las variaciones entre las consignas dan la opción de “dibuja tu familia” o “dibuja una familia”. En el caso de M.
Porot, quien apoya la primera consigna, señala que el personaje dibujado primeramente es casi siempre el más
importante ante los ojos del niño. Indica signos de valorización y minimización. Por último, invita a considerar el
lugar que el sujeto atribuye en el grupo familiar, lugar que es revelador de la forma en que se considera a sí
mismo. En el segundo caso, el de “una familia”, se observa que cierto número de sujetos, aunque fueron invitados
por medio de esta indicación más amplia a dar rienda suelta a su fantasía imaginativa, se atuvieron estrictamente
a la realidad y dibujaron su propia familia.
Los conflictos del alma infantil pueden ser ordenados en dos tipos principales: los conflictos de rivalidad fraterna y
los conflictos edípicos. Tanto en los primeros como en los segundos, actúan las dos tendencias primordiales, las
de amor y agresividad, que dictan cada cual la atracción y la repulsión.
El afecto o desestimación se refleja a menudo por la ubicación en el dibujo de los personajes o por su estatura.
Asimismo no es extraño tampoco que sean trazados animalitos y los mismos sean identificados como hermanos o
hermanas cuya importancia se quiere reducir; su presentación en forma de animales significa que no se los pone
en un plano de igualdad con las personas.
Los personajes más valorizados, opuestamente, son dibujados primeramente, hacia la izquierda (en ubicación de
izquierda a derecha), se destaca por su tamaño mayor, es ejecutado con esmero, colocado junto a un poderoso,
en posición central (en el sentido figurado del término), se lo destaca en las respuestas del interrogatorio, con
frecuencia poseyendo rasgos del sujeto auto del test.
En el caso de la desestimación, si esta es muy fuerte puede llegar a una negación de lo real que se manifiesta en
una supresión lisa y llana de lo que causa angustia.
Los mecanismos de defensa tienden a acentuarse muy específicamente por los mecanismos de
valorización/desvalorización.
La interpretación comienza con la entrevista y las preguntas formuladas al niño. Corresponde obtener el máximo
de referencias posibles del propio sujeto pues él se encuentra en mejor ubicación para saber lo que quiere decir
su dibujo.
Los elementos formales del dibujo son, a su vez, de dos órdenes diferentes ya se consideren los trazos aislados, ya
las estructuras del conjunto. Esto nos conduce a distinguir tres planos para la interpretación:
1) El plano gráfico
2) El plano de las estructuras formales
3) El plano del contenido
En el plano gráfico se incluyen los trazos del dibujo en el que hay que distinguir amplitud y fuerza. Las líneas
trazadas con movimiento amplio y que ocupan buena parte de la página indican una gran expansión vital y una
fácil extraversión de las tendencias. La fuerza del trazo se manifiesta a la vez por su grosor, la intensidad del color
y la marca que deja en el papel.
García Arzeno introduce una serie de modificaciones a la administración del test. Ubicado dentro de la serie de
tests gráficos, conviene aplicarlo a posteriori del dibujo libre, H.T.P. y test de las dos personas, ya que solicita por
parte del sujeto la inclusión de varias figuras y promueve mayor ansiedad por hacer referencia directa a su grupo
familiar. De todas maneras su lugar dentro de la batería dependerá de la extensión de la misma, sus objetivos
específicos, el ámbito en que se realiza el diagnóstico, etc. pudiendo en algunos casos ser utilizado como gráfico
de cierre o como único material.
La consigna es que “dibuje a su familia haciendo algo, como él quiera, pero recordando que se le pide que estén
haciendo algo”. Solo si el examinado ha intentado previamente hacer figuras simplificadas o comienza así su
producción de este test, se señalará que “no haga dibujos tipo fósforo” o “figuras muy esquemáticas”.
He aquí, sintetizadamente, las similitudes y diferencias entre Burns y Kauffman y la modificación de Arzeno:
1. Se mantiene la referencia a “su” familia reconociendo que esto implica una cierta restricción y control de los
aspectos proyectivos que el examinado con criterio de realidad generalmente asume.
2. No especifica que dibuje “a cada uno de su familia” porque se considera que incide restringiendo
innecesariamente la proyección. Debe, en cambio, ser el sujeto mismo quien decida respecto de quienes
configuran su grupo, a quienes dibuja y a quienes excluye.
3. Tampoco se enfatiza excesivamente la acción (que en la consigna de Burns y Kauffman es redefinida al final
como “realizando algún tipo de movimiento”.)
1
4. No se especifica de entrada en la consigna que se incluya a sí mismo, permitiendo de esta manera al
examinador observar si lo hace espontáneamente o no y cómo reacciona a la sugerencia de hacerlo cuando ésta
es planteada una vez finalizada la producción, en caso de no haberlo hecho.
5. Se requiere la individualización de los personajes por medio de nombres pero no la asignación de edades.
Respecto de la Familia cinética prospectiva, dentro del proceso psicodiagnóstico, la evaluación de los proyectos y
fantasías respecto del futuro ha sido siempre un área tomada en cuenta. Especialmente en la entrevista a adultos
y adolescentes la investigación de éste ítem está ligada a la problemática del sujeto en función del momento vital
que atraviesa.
En la batería diagnóstica el ítem “futuro” figura en diversos instrumentos. Así, por ejemplo, es usual que en los
tests de completamiento de frases se incluyan referencias a planes y proyectos. El cuestionario desiderativo
involucra, de hecho, una idea de futuro en tanto la consigna ubica al sujeto frente a una situación de muerte
fantaseada. Cuando posteriormente se le presenta la posibilidad de re-identificarse, se exploran aspectos de la
identidad donde se conjugan valores y aspiraciones actuales y futuras.
A diferencia del Test cinético de la familia actual, cuya consigna no incluye la referencia temporal, en éste se
solicita el “dibujo de su familia haciendo algo tal como la imagina dentro de cinco años”. Se ha establecido el
tiempo de prospección en un término de cinco años por considerarlo un lapso suficientemente largo como para
permitir fantasear cambios y lo bastante breve como para que el sujeto pueda representárselos como propios y
con carga afectiva.
En lo referido a la administración de este test puede utilizarse con niños, adolescentes y adultos, aunque en niños
pequeños deberá verificarse si ha sido comprendida la idea de prospección.
1
EL TEST DE BENDER INFANTIL. NORMAS REGIONALES. Casullo.
El Test Gestáltico Visomotor publicado por Lauretta Bender en 1938 se propone evaluar la función gestáltica
definida por su autora como aquella función del organismo integrado por la cual éste responde a una
constelación de estímulos dada como un todo, siendo la respuesta misma una constelación, un patrón, una
Gestalt. Utiliza como estímulos nueve de los patrones originales empleados por Wertheimer en sus
investigaciones. La teoría de la forma explica que así como la percepción se organiza a partir del todo que se capta
de manera inmediata, la ejecución supone el análisis de ese todo, ya que el dibujo se realiza por partes, en un
tiempo dado. El análisis de la estructura global y la coordinación de los movimientos para reproducirla dependen
del sistema neuromedular, de su madurez y del entrenamiento. El Bender ha sido considerado como una prueba
de percepción visual por algunos investigadores, de coordinación motriz por otros. Koppitz afirma que evalúa la
integración visomotora.
Lauretta Bender estandarizó la prueba en base al estudio de 800 protocolos de alumnos pertenecientes a
distintos grados de una escuela suburbana de Pelham, de niños de guarderías públicas de la ciudad de Nueva York
y de internados y concurrentes a consultorios externos de la sección de Psiquiatría y Pediatría de “Bellevue
Hospital”. Propone para la puntuación de las reproducciones de las figuras A, 1, 2, 3, una escala de 7 puntos, para
la figura 4 una de 5 puntos y para las restantes de 6 puntos. Ofrece un cuadro general comparativo utilizable en
niños de 4 a 11 años.
En 1963 Elizabeth Koppitz publica su trabajo sobre el Bender en sujetos de edad escolar. Presenta una escala de
maduración en la que usa puntajes para cada una de las nueve figuras. Los datos normativos se obtienen del
análisis de 1104 protocolos de niños cuyas edades están entre 5 y 10 años. Con posterioridad aplica su scoring
system a niños con problemas emocionales, lesión cerebral, dificultades de aprendizaje y retardo mental. Los
datos normativos están basados en el estudio de alumnos provenientes de 46 grados de 12 escuelas diferentes
ubicadas en zonas suburbanas, rurales y pequeñas poblaciones de estados del Este y Medio Oeste de USA. En
1975 publica el segundo volumen de su trabajo que complementa el primero e incorpora una revisión completa
de estudios realizados en el período 1963-1973.
El trabajo de Casullo sobre la prueba de Bender integró uno de los proyectos propuestos por el Programa de
investigaciones sobre epidemiología psiquiátrica subsidiado por el consejo nacional de investigaciones científicas
y técnicas.
En cada escuela se intentó administrar la prueba a por lo menos cuatro niños por edad, comprendidos en el
período entre 5 y 13 años. En lugares distantes de centros urbanos y con escuelas de muy baja matrícula, no fue
posible lograr esa cifra por lo que se tuvo que trabajar con un número menor de escolares.
En una primera etapa se realizaron los cálculos para obtener los valores promedio y desviaciones típicas para cada
región según seco y para las distintas edades cronológicas. Para el resto de las edades y regiones no se hallaron
diferencias significativas, debido a ello, se consignan las medias aritméticas y las desviaciones según región
geográfica y edad, para el total de las muestras analizadas.
En una segunda etapa, reagrupa las muestras en función de las variables rural-urbano; las diferencias entre
medias aritméticas son significativas en todos los casos con una probabilidad de 5 por ciento.
1
La maduración no aparece relacionada con el sexo sino con los hábitats urbano-rurales y la edad cronológica. A
más edad, mayor nivel madurativo; para una misma edad cronológica, mayor grado de maduración en los
escolares urbanos.
Los escolares de rendimiento escolar promedio alcanzan su plateau en la maduración de las funciones de
integración visomotora entre los 11 y los 12. Los datos obtenidos permiten suponer que el tope esperado se daría
entre los 13-14 años de edad cronológica.
El vivir en medios con características de ruralidad aparece como factor de lentificación del desarrollo madurativo.
Creemos necesario reiterar la necesidad de tener muy presentes estos tipos de verificaciones empíricas al
planificar y organizar situaciones de aprendizaje. Señalamos, a modo de ejemplo, ciertas comparaciones: el nivel
de madurez de un niño rural cuya E.C. es de 12 años en la región Noroeste equivale al de un niño urbano de 9
años de E.C. de la misma región. Lo rural aparece asociado con lo simple, provincial, moral, inherentemente
estable, homogéneo, comportamientos con pocas alternativas, restringidos, conformistas.
Lauretta Bender fue una neuropsiquiatra americana que se especializó en el estudio de los problemas del
lenguaje y del aprendizaje. Su interés en la temática comenzó alrededor de la edad de 8 años cuando, estando en
3er grado de la escuela primaria, sus profesores intentaron forzarla al 2do grado porque su escritura era pobre y
su lectura muy lenta, considerándola ligeramente retardada. Su padre se opuso al accionar por creer que los
impedimentos de Lauretta debían ser cuidados y no castigados, por lo cual desarrollo una serie de formas de
estimulación.
El test de Bender consiste en nueve figuras que son presentadas una por vez, en una serie de tarjetas, para ser
copiadas por el sujeto en una hoja en blanco. Wertheimer (uno de los fundadores de la escuela de la Gestalt)
había usado esos diseños para demostrar los principios de Gestalt en relación a la percepción. Bender adaptó esas
figuras y las uso en un test vasomotor. Al hacer esto, aplicó la psicología de la Gestalt al estudio de la
personalidad. Bender señala que la percepción y la reproducción de las figuras gestálticas está determinada por
principios biológicos de acción sensorio-motriz, que varían en función de:
a) el patrón de desarrollo y maduración de cada individuo.
b) su estado patológico funcional u orgánicamente inducido.
El test contaría de tres procesos durante el copiado de las figuras: Percepción (visualización + riqueza simbólica),
procesamiento y ejecución (expresión)
Deben hacerse algunas aclaraciones. La madurez visomotora es diferente de la madurez intelectual. Puede
suceder que un chico que ha nacido con un déficit para percibir correctamente no genere conceptos a nivel
intelectual o talvez los mismos no alcancen la complejidad que un chico que ha nacido con sus órganos de la
percepción intactos. Por el contrario, puede suceder que un chico haya gozado de una buena percepción durante
1
su infancia pero, sucedido un hecho traumático, su percepción se hubiese visto afectada, por lo cual, su nivel
intelectual se corresponde con el de los chicos de su edad, pero la expresión es deficitaria.
Por lo anterior, las desviaciones se dividen en dos escalas separadas que cumplen funciones diferentes. Ambas
escalas se aplican a cada protocolo. Bender sugirió que se evaluara cada protocolo desde el punto de vista clínico
y de la maduración, pero ella usó sólo unos u otro de los métodos en cada caso. Muchos examinadores
interpretan los protocolos desde un solo punto de vista: los consideran como un test de percepción visomotora o
como un test de personalidad y ajuste emocional, evalúan los sujetos por su inteligencia, o maduración
perceptual, o su “fuerza del Yo”. Para esto, la mayoría de los investigadores puntúan todas las desviaciones
halladas en un protocolo y las suman. Sin embargo no hay ninguna evidencia de que todas las desviaciones miden
la misma cosa ni hay ninguna razón por la cual el protocolo de un niño cualquiera pueda ser interpretado solo de
una manera.
La diferenciación entre perturbaciones receptivas y expresivas es más significativa cuando se trabaja con niños
mayores o con adultos. En los niños pequeños la presencia de una lesión neurológica generalmente produce una
mayor inmadurez en toda la percepción visomotora. Las diferencias entre ambos componentes de la función
integrativa generalmente no son pronunciadas y son difíciles de reconocer en los protocolos de los niños
pequeños. Pero hay casos en que es posible efectuar una clara distinción.
El valor del re-test con los niños lesionados radica en que permite descubrir posibles regresiones y la existencia de
enfermedades cerebrales progresivas. Cuando un niño muestra un cambio negativo marcado, sea en el puntaje
obtenido o en la calidad de sus dibujos, ciertamente es necesaria una investigación más a fondo.
Muchos niños lesionados aprenden a compensar adecuadamente su déficit perceptual si las condiciones son
favorables, es decir, si 1) la extensión de la lesión cerebral no es muy grande, 2) si tiene suficiente capacidad
intelectual para aprender diferentes modos de resolver los problemas que se les plantean, y 3) si no se hallan
disminuidos por serios problemas emocionales que pueden desarrollarse como consecuencia de la lesión cerebral
o como resultado de una situación familiar desfavorable. Hablamos de compensación de los problemas en
percepción visomotora cuando un niño aprende a superar su dificultad o se adapta a ella, de tal modo que ésta no
interfiera seriamente en su funcionamiento.
3 - Alteraciones de la forma
a) dificultad en el cierre
b) dificultad de cruzamiento
c) cambios en la curvatura
5 – Dibujo
a) miscelánea (muchas líneas abortadas, producto de una mala Gestalt)
1
b) espigas o spikes (trazado saltativo en puntas, rasgo epileptoide)
c) incoordinación motora (movimientos irregulares con pobre control motor, generalmente provocado por los
espasmos de algún cuadro orgánico o una extrema tensión o ansiedad)
d) calidad de la línea (pesada, débil, exagerada o bosquejo)
6 – Movimientos: Los movimientos determinantes pueden ser hacia o contra las agujas del reloj. Lo característico
es seguir la dirección opuesta a las agujas del reloj, en las figuras cerradas.
7 – Método de trabajo: Hace referencia al tipo de pautas de conducta que se mantienen a lo largo de la prueba
como característica.
Otro de los indicadores es que, si una persona no posee problemas en la percepción, en el procesamiento pero si
en la ejecución, va a tener quejas y va a pedir repetir el dibujo. En el caso de los niños que no tienen problemas en
ninguno de los tres procesos, las quejas son inexistentes.
Los criterios de interpretación, en forma amplia y profunda, ofrecen al lector una brillante revisión de los
mecanismos de defensa, de cómo estos son empleados para que se logre responder al test. Desarrollan los
indicadores que dan cuenta de las instancias psíquicas, la libido objetal, ofrecen material muy rico sobre las
funciones del yo, y como todo esto puede ser evaluado por medio de este instrumento proyectivo, además de
enfocar aspectos de las relaciones interpersonales, del esquema corporal y de la identidad de la persona a la cual
se le toma el test. Vemos, de esta forma, cuanto material se puede obtener a partir de esta técnica cuando es
aplicada e interpretada adecuadamente.
Sabemos la importancia que la consigna adquiere en toda técnica de evaluación, conceptualizando los
“mecanismos instrumentales”, imprescindibles que debe poder utilizar el entrevistado para resolver la tarea
propuesta y que constituyen desde entonces, entre otros, algunos de los observables para el análisis de las
propuestas.
En efecto, esta técnica no solo nos posibilita inferir la fortaleza o debilidad del Yo, el bagaje defensivo y el tipo de
relaciones objetales del entrevistad, conflictos básicos del sujeto, las fuerzas pulsionales que están en juego en
dicho conflicto, las defensas con las que el Yo lucha contra aquellas, el grado de organización del Superyó, la
autoimagen, la autoestima, la imagen corporal e identidad sexual y el grado de éxito del desempeño de las
funciones del Yo.
CONCEPTO CENTRAL DE ÉSTA UNIDAD: El objeto de los test verbales son las fantasías de deseos que constituyen
una muestra expresiva de la personalidad, pudiéndose obtener por vía directa o indirecta. En el caso de la forma
directa, se opera más en el nivel de la realidad, sometiendo al examinado a un interrogatorio franco y
1
personalizado; en el caso de la indirecta, se recurre a la creación de un marco ficticio, a menudo bajo la forma de
un cuento, para inducir la proyección de los deseos sobre otros o a movilizar la proyección masiva de fantasías
sobre los personajes.
El test desiderativo de Pigem y Córdoba pregunta “¿Qué desearía ser si tuviera que volver a éste mundo no
pudiendo ser persona?”. La situación de transfigurarse imaginativa y electivamente en cualquier otra cosa
diferente de su condición de persona y el símbolo elegido son representativos de los deseos del sujeto. El test
promueve la movilización de las fantasías desiderativas y su comunicación, simbolizada e intelectualizada. El
análisis y la interpretación reconocerían como camino para la comprensión el partir de los símbolos y su
racionalización para profundizar en el conocimiento de aquellas y de la dinámica subyacente de la personalidad.
El cuestionario desiderativo de Bernstein fundamenta el test desde el marco teórico psicoanalítico, entendiendo
cada elección o rechazo del sujeto como un símbolo que debe ser interpretado desde los puntos de vista
universal, cultural y personal.
Las modificaciones sobre el original incluyen la ampliación de las preguntas a seis: tres elecciones y tres rechazos,
investigando cada una de ellas por la positiva y la negativa de los reinos animal, vegetal e inanimado.
En este caso, el simbolismo es un modo de representación indirecta y figurada de una idea, un conflicto, un deseo
inconsciente. Se entiende por simbolismo un conjunto de símbolos de significación constante que pueden
descubrir producciones del inconsciente y se utiliza para designar la relación del contenido manifiesto de un
comportamiento, de un pensamiento, de una palabra, a su sentido latente. El simbolismo envuelve todas las
formas de representación indirecta, sin discriminación más definida entre éste o aquel mecanismo. Para dar una
definición más precisa, podríamos restringir el simbolismo según Freud podríamos decir que la esencia del
simbolismo consiste en una relación constante entre un elemento manifiesto y sus traducciones y esta relación
constante se basa en la analogía de forma, tamaño, función, ritmo, etc.
Esta técnica proyectiva, por sus características, no debe ser administrada fuera de contexto. Esto significa haber
establecido un buen rapport en las entrevistas y ubicar su administración a continuación de las técnicas gráficas o,
en su defecto, cuando el tiempo ocupado por aquellas torna demasiado prolongada la toma, antes de algún test
de láminas. Se recomienda no aplicar el CD a sujetos que sufran amenaza real y concreta de su integridad física.
Bernstein sustituyó la consigna original “¿Qué desearía ser usted si tuviera que volver a este mundo no pudiendo
ser persona?” por la pregunta “Si no pudiera ser persona, ¿qué es lo que más le gustaría ser? Según Ocampo, esta
sustitución se efectúa como una manera de atenuar el impacto de la expresión “si tuviera que volver a este
mundo”, que alude explícitamente a la muerte. Sin embargo, la pregunta corregida sugiere igualmente al sujeto
que se aniquile imaginativamente como persona para pensarse como otro ser no humano.
En algunos test el estímulo es visual y la producción verbal, en otros el estímulo es verbal y la producción es
gráfica, pero en éste caso, el esfuerzo al que es sometido el Yo es mayor que en las otras técnicas, por lo tanto la
1
posibilidad del sujeto de organizar una respuesta nos brinda mayor información que las restantes técnicas acerca
de la integridad yoica y sus recursos adaptativos.
Una característica esencial de la técnica de Bernstein es que al sujeto después de la primera consigna, que es
común a todos, se le da absoluta libertad de elección del reino, sin mencionar qué debe elegir. Esto implica
reacomodaciones constantes por parte del entrevistador en la aplicación de la consigna y, a su vez, brinda
información acerca de los atributos de los símbolos elegidos que el sujeto valoriza y los que rechaza en forma
personal e individual.
Llegado al punto en que hemos obtenido por lo menos una respuesta correspondiente a cada uno de los tres
reinos o clases, damos por finalizado el interrogatorio en el que averiguamos aquello que al sujeto le gustaría ser
y pasamos a investigar aquello que no le gustaría ser. Habiendo obtenido, de igual manera, por lo menos una
respuesta correspondiente a cada uno de los tres reinos o clases damos por terminado el test.
Pueden surgir ciertas dificultades en la aplicación del test y se pueden enumerar como:
1. Que el sujeto no pueda producir respuesta alguna
Como regla general, cuando el sujeto tiene dificultades para elegir, el entrevistador menciona todos los reinos
posibles y/o faltantes para ampliar la posibilidad de elección por parte del sujeto, sin predeterminar secuencia ni
privilegios.
2. Que el sujeto no pueda desprenderse de lo humano y de respuestas antropomórficas (superhéroes o
personajes míticos).
3. Que el sujeto proceda a una respuesta genérica del reino (“me gustaría ser animal”)
4. Que el sujeto no dé respuesta alguna de los reinos esperados.
5. Que el sujeto nombre el elemento dentro de la categoría (“me gustaría ser perro”)
6. Que el sujeto quede adherido a un reino y brinde más una elección dentro de sí mismo y no por una cualidad
(“me gustaría ser León, por la melena”).
7. Que el sujeto responda dos elecciones simultáneas (“me gustaría ser León y caballo”)
8. Que el sujeto de respuestas abstractas (“pureza, bondad, justicia o verdad”)
9. En algunos casos, se puede confundir el ser por el hacer (“quisiera bailar”)
10. Que las racionalizaciones que se obtengan sean escuetas.
11. Me gustaría ser un muerto (da pie para indagar sobre algún intento de suicidio).
3. Racionalización: La racionalización es un procedimiento por el cual el sujeto intenta dar una explicación
coherente desde el punto de vista lógico o aceptable desde el punto de vista moral. Implica poder separar los
aspectos afectivos que jugaron en la elección del símbolo de todos aquellos que se sustentan en los aspectos
racionales de la lógica formal. Implica la adecuación del pensamiento a la realidad compartida.
Se considera que la racionalización ha fracasado cuando:
a) falla en la sustentación de la lógica formal.
b) sobredimensiona la justificación
c) hay ausencia de lógica (“no sé por qué, porque me gusta”).
► La secuencia de ansiedad - AP (descripto en Arzeno, siguiente texto).
► Tiempos de reacción - TR (descripto en Arzeno, siguiente texto).
Acerca de los pasos de aproximación para la interpretación del material, la primera lectura del CD nos brinda una
apreciación global acerca de la adecuación o inadecuación, la riqueza o pobreza del material, del lenguaje
utilizado por el sujeto y su adecuación a la edad, nivel cultural, etc. e inferir a qué situación puede deberse. Es
importante ir anotando todos los fallos en que encontremos en los mecanismos instrumentales así como el tipo
de fallos. Estos nos darán la evaluación de las disociaciones instrumentales.
El Yo:
1. Relación con la realidad:
- Adaptación con la realidad.
- Interpretación de la realidad.
- Criterio de la realidad.
Asimismo informa sobre las distintas defensas correspondientes a los diferentes estadios (oral, anal y fálico).
La tensión establecida por las primeras experiencias orales se pone en marcha en los siguientes mecanismos:
1. Transformación en lo contrario
2. Proyección
3. Introyección
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El sadismo oral es reemplazado por el sadismo excretor, sadismo anal:
4. Desplazamiento
5. Formación reactiva
6. Formaciones sustitutivas
Alrededor de los tres y hasta los cinco años, aumentan los intereses sobre los genitales señalando el comienzo de
la situación edípica:
7. Represión
8. Desplazamiento
9. Sublimación
En la adolescencia, el impacto de las nuevas y poderosas excitaciones sexuales pueden dar lugar a:
10. La regresión
11. La idealización
12. La desvalorización
Acerca de las defensas predominantes del sujeto, según sea el punto de fijación predominante del sujeto, éste
privilegiará determinados mecanismos de defensa con los que se manejará habitualmente y determinadas
modalidades de relación interpersonal que corresponderán al grado de evolución alcanzado por la libido objetal.
Por ejemplo, la elección positiva de un vestido de lentejuelas alude a algo que recubre con brillo. Desde el punto
de vista del mecanismo de defensa parece aludir a la seducción y desde la modalidad de interacción que privilegia
nos hace pensar en la búsqueda de atracción del otro a través de aspectos estéticos. En otro caso, la respuesta
“perro” es una elección que no tiene un simbolismo implícito y es la racionalización del sujeto lo que nos guiará al
contenido simbólico que le adjudica. Como mecanismo de defensa se advierte la introyección y como modalidad
de interacción predomina la necesidad de recibir afecto y aprobación, subrayando la dependencia. En lo
específico de una exagerada colaboración, existe un predominio de la formación reactiva, en lo interpersonal
diríamos que predomina la necesidad de aprobación del otro, a través del ser útil y bueno.
Acerca del esquema corporal, tanto el simbolismo como la racionalización mostrarán aspectos expresivos de la
integridad, completad y adecuación cronológica del esquema corporal del sujeto. Las distintas cualidades del
símbolo y sus racionalizaciones nos orientarán acerca de los aspectos del esquema corporal que el sujeto más
valora o rechaza: el intelectual, el físico, los aspectos integrados.
Sobre la imagen corporal, cuando en las positivas los símbolos son discrepantes con el aspecto físico real del
sujeto, parecen responder a una imagen del ideal corporal que se quisiera ser y que no se es. Cuando en las
negativas los símbolos rechazados en tamaño e integridad concuerdan con el aspecto físico del sujeto, esto indica
reprobación y conflicto con algún aspecto o la totalidad de la imagen corporal.
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También sobre la identidad sexual, como parte del esquema corporal, los símbolos y las racionalizaciones son
depositarios de cualidades femeninas o masculinas, tanto a partir de la simbología universal y de las
connotaciones históricas personales como a partir de las convenciones sociales.
El test original es de la autoría compartida de los psiquiatras Pigem y Córdoba de Barcelona, que luego sería
modificado por Jaime Bernstein, quien estructuró un cuestionario de seis preguntas destinadas a recoger tres
elecciones y tres rechazos, siendo el primero un animal, el segundo una planta y el tercero un objeto.
La pregunta corregida sugiere igualmente al sujeto que se aniquile imaginativamente como persona para
pensarse como otro ser no-humano. Implícitamente, para realizar el test, tiene que imaginarse muerto. Por esto,
se considera que el test desiderativo es un instrumento indicado para explorar la angustia, las fantasías y defensas
en torno a la muerte. La elaboración exitosa es la que permite al examinado trascender en un objeto total,
separado de él pero que él ha creado o puede crear: hijos, obras, etc. Un ejemplo es la elección reciente: “árbol,
porque da frutos”. A veces también surge el miedo de no poder lograr esta separación. Una mujer de 28 años “no
quisiera ser madera para ser un ataúd, porque tiene un fin triste.”
La consigna de este test provoca en el paciente un ataque a su integridad del Yo.
Se define la fortaleza del Yo como la posibilidad de poner en marcha mecanismos que, sin negar maniáticamente
la muerte ni sucumbir a ella, permitan al sujeto mantener su cohesión y sobreponerse al impacto de la consigna.
Un Yo muy débil y sin defensas queda paralizado ante la situación de muerte fantaseada propuesta por la
consigna. Entra en un estado de aniquilación real y no puede responder al test, porque no puede discriminar
entre la muerte real y la fantasía de muerte.
Un Yo con un grado adecuado de fortaleza no sólo no queda aniquilado por la consigna ni recurre a negaciones
maníacas, sino que tampoco apela a elecciones como “me gustaría ser un jarrón de cristal” que evidencia
fragilidad. En todo caso, objetos que poseen como rasgo esencial la fragilidad, la debilidad o la indefensión
aparecerán en el protocolo en las catexias negativas, es decir, como aspectos del mundo interno que el propio
paciente rechaza.
Un tiempo de respuesta (TR) muy largo (treinta segundos o más) indica que el impacto de la consigna ha sido
intenso y que el yo reacciona lentamente. Cuando el TR es muy largo podemos pensar que la consigna ha
provocado un shock en el paciente pero como sucede en otros test (Rorschach, por ejemplo) el shock puede
aparecer desplazado en las catexias. Un TR abreviado en las catexias positivas y alargado en las negativas puede
indicar que el Yo de esos pacientes sabe cómo puede defenderse pero le resulta difícil, complicado y muy
conflictivo establecer “de qué” se está defendiendo.
Veremos asimismo la identificación: no resulta igual que el paciente elija un nardo (flor de los muertos) o una
margarita (asociada a la suerte en el amor), un “sauce llorón” (que transmite la imagen de un melancólico
decaimiento) o un álamo elegante. La elección de “enredadera” y de plantas parásitas son un claro índice de un
Yo débil, de un estilo de vida dependiente, de una relación objetal en la que el vínculo consiste en buscar al otro
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para apoyarse o parasitarlo, así como también es índice de un esquema corporal sentido por el propio paciente
como débil o necesitado de apoyo por carecer del suficiente soporte vital.
La segunda parte de la consigna interroga acerca de lo que menos le gustaría ser. Induce, por lo tanto, al uso de
otro mecanismo: la peyorativización. Examinado el monto de ésta obtendremos otro indicador.
Estudiando el orden en que aparecen las elecciones pueden mostrar también como se metamorfosea el Yo en
relación con su esquema corporal.
Algunos ejemplos:
1+ “Ser un león porque es fuerte y sabe defenderse.”
2+ “Una rosa es linda, suave, pero también sabe protegerse con las espinas.”
3+ “Arena porque está junto al mar”
Si tomamos en cuenta la racionalización respectiva, observamos el mismo proceso: elige el león precisamente por
la fuerza y la posibilidad de autodefensa y acaba eligiendo la “arena” simplemente por su proximidad respecto de
otro que sí posee una fuerza en el plano de lo inanimado (el mar)
Otro ejemplo:
1+ “Elegiría ser un gusano porque si ve el peligro puede meterse bajo la tierra”
2+ “Una amapola por el colorido alegre que tiene.”
3+ “Una casa grande y fuerte, de material, con techos de tejas y ventanas amplias.”
La secuencia es opuesta a la anterior. El paciente comienza por elegir algo tan insignificante y débil como un
gusano y termina identificándose con una casa fuerte y grande. Es evidente la sensación de afianzamiento,
expansión y mayor fortaleza que se desprende de la lectura de la secuencia.
Otro indicador es la Ansiedad persecutoria (AP). Un mantenimiento constante de un nivel alto de AP indica la
carencia total de mecanismos que la controlen y un estado de crisis paranoide. En tales casos conviene averiguar
si el paciente no estará atravesando un momento existencial en el que la muerte (propia o de una figura
significativa) sea una fantasía cuya materialización puede ser cercana en el tiempo. Si se trata de un niño, un
adolescente o un adulto gravemente enfermo o de ancianos, la posibilidad de negar la muerte real y manejarse
sólo con la fantasía de muerte es remota. En la mayoría de estos casos es imposible tomar este test.
De esta manera, en determinados pacientes surge la ansiedad persecutoria (AP), el paciente se siente atacado por
el test, y una culpa persecutoria concomitante, por lo que él le hace a su Yo al aceptar el test: que ataquen su Yo,
con la consiguiente pérdida de los aspectos yoicos. En otros casos, el paciente logra sobreponerse al impacto,
pero al realizar cada identificación proyectiva siente que va restituyendo al Yo determinados aspectos (los
especificados en cada catexia)
Indicadores:
- Tiempo de respuesta
- Identificación
- Peyorativización
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- Ansiedad persecutoria
La prueba consiste en exhibir al examinado en forma sucesiva una colección de láminas que reproducen escenas
dramáticas escogidas (de cuadros seleccionados o ejecutados ex profeso), que por sus contornos imprecisos, su
impresión difusa o su tema inexplícito, son lo suficientemente ambiguos como para provocar la proyección de la
realidad íntima del sujeto a través de sus interpretaciones (estructuraciones) preceptúales (descripciones),
anémicas e imaginativas (historias); y en una variedad suficiente como para averiguar qué situaciones y relaciones
sugieren al sujeto temor, deseos, dificultades, necesidades y presiones fundamentales en la dinámica subyacente
de su personalidad.
Así se enfrenta al sujeto con situaciones de trabajo (láminas 1, 2, 9 VH); paterno filiales (1,4,6 VH, 6 NM, 7 VH,
7NM, 8VH, 12 M, 13 V); de depresión y suicidio (3 VH, 3NM, 7 VH, 15, 20); de peligro y miedo (5, 10, 12 H, 12 M,
17 VH, 17 NM, 19); sexuales (4, 5, 6 NM, 8 NM, 9 VH, 9 NM, 10, 12 H, 12 M, 12 VN, 13 HM, 14, 18 VH, 19); de
agresión (8 VH, 12 H, 13 HM, 15, 18 VH, 18 NM), etcétera.
La objeción más frecuente contra la índole proyectiva del TAT, y su validez, señala que los temas de las historias
del sujeto suelen ser el mero relato de una experiencia reciente, acaso de una película, de una obra de teatro, de
un programa radial, o de una historieta, y que, por consiguiente, su producción puede muchas veces estar
desprovista de valor proyectivo. Tal argumento, importa, evidentemente, reducir los procesos de proyección al
campo de la percepción y de la fantasía, con exclusión injustificada de la memoria. Se olvida así que tampoco la
memoria es una función pasiva, fiel e imparcial evocadora de los hechos y experiencias, por cercanos que ellos
sean. También la mera reproducción anémica de una experiencia sufre un proceso interior activo, selectivo y
tendencioso (por qué recordó ése cuento y no otro, por qué esa parte y no otra).
Entre 1910 y 1930 se dieron diversas condiciones que favorecieron el surgimiento del TAT, y de los tests
proyectivos en general. Las más importantes pueden enunciarse en forma sumaria así:
1- La introducción del enfoque profundo y dinámico por el movimiento psicoanalítico
2- La demanda de instrumental psicodiagnóstico infantil por las clínicas psicológicas
3- La demanda de instrumental psicodiagnóstico adulto por los gabinetes psicotécnicos
4- El crédito que el psicodiagnóstico de Rorschach (1921) conquistó para los instrumentos proyectivos.
El TAT aparece en las baterías psicodiagnósticas en 1935, merced del desempeño de dos estudiosos de la Clínica
Psicológica de Harvard: Murray y Chirstina Morgan que en ese año publican la monografía “A method for
investigating phantasies: the Thematic Aperception Test”. Desde entonces el material y la tarea misma que se
pedía al sujeto sufrieron modificaciones. En 1938, fundándose en los primeros resultados del TAT, Morgan,
Murray y otros colaboradores de la clínica publican “Explorations in Personality”, donde integran, en grueso
volumen, la teoría de la personalidad que servía de fundamento al TAT.
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Acerca de su empleo, el repertorio del TAT está integrado por 31 láminas; de ellas 30 son pictóricas y una blanca.
De las 31 láminas solo se administran 20: 11 son universales y se administran discriminadamente, según la edad y
sexo del examinado. Cada lámina lleva en el reverso un número que indica el orden de presentación. Este número
va solo en las once láminas de administración universal, y acompañado de letras claves cuando son específicas (H
para hombre, M para mujer, V para niño varón y N para niña).
En las láminas puede distinguirse:
a) un contenido textual (las figuras que integran la composición pictórica), lo aparente y lo manifiesto de la
lámina, aquello que se capta por visualización del cuadro.
b) un contenido contextual, de significado o sentido que se le atribuye comúnmente a la escena, que se
capta por comprensión, tanto en los aspectos textual (situación objetiva) como contextual (situación
significada) la galería de láminas incluye variantes que podemos agrupar de dos modos: 1) según el
tamaño interpersonal de la situación textual; 2) según el vínculo interpersonal de la situación textual; 4)
según la naturaleza de la situación contextual; y 4) según el aspecto dinámico que moviliza
frecuentemente.
Existen formas abreviadas y extensas del test, dependiendo del número de sujetos. Así encontramos la forma
individual, la autoadministración, la colectiva, la grupal, etc.
Asimismo el test puede administrarse de forma total o abreviada. En la última, se omiten las láminas menos
adecuadas o, cuando ya de las primeras se ha recibido un material concluyente y se dispone de poco tiempo,
saltéanse aquellas láminas que de ordinario suministran datos equivalentes a las otras.
Sobre la acomodación del entrevistado, en la forma usual del examen, el sujeto se instala en una silla frente al
examinador aunque también puede estar recostado en un sofá.
El tiempo de administración no debería insumir más de 90 a 120 minutos en total.
En general hay una coincidencia con las instrucciones formuladas por Murray: pedir al examinado (en esencia) la
invención de una historia dramática que comprenda el pasado (los sucesos determinantes de la escena figurada
en la lámina), el presente (las acciones, pensamientos y sentimientos de sus personajes) y el futuro (desenlace).
El papel del psicólogo durante la administración es esencialmente neutral (no sugestiva). Debe mostrarse
interesado en los relatos del examinado, pero no denunciar su pensamiento íntimo en sus palabras o actitudes. El
examinador puede verse obligado a hacer ciertos comentarios, ya para responder ciertas preguntas del sujeto, ya
para instalarlo a ajustarse a la prueba, ya para aclarar puntos oscuros y obtener material adicional. Pero en todos
los casos, se cuidará que los comentarios se ajusten al nivel intelectual y emocional del entrevistado, que el sujeto
no infiera cual es la clase de historia que le agradaría al examinador, no dar a entender de modo alguno las
respuestas correctas y no sugerir como considera las preguntas del paciente.
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Pueden surgir asimismo preguntas del sujeto como pedido de ayuda, pedido de explicación, preguntas
imprevistas, etc. Siempre deberá aconsejársele seguir su propio criterio. El incumplimiento de la consigna podría
darse por descripciones y omisiones, por dificultades de ideación, por minuciosidad, por divagaciones o
vacilaciones, por conformidad superficial, etc. Asimismo se pueden dar extensiones y tiempos indebidos causados
por historias largas o cortas, celeridad o lentitud. En el caso de no poseerse los suficientes datos pueden
efectuarse indagaciones intermitentes (preguntas en el transcurso de la entrevista) o un interrogatorio luego
(encuesta final).
La elaboración por parte del examinado, esquemáticamente, puede describirse en el proceso interno de
elaboración de la respuesta que se cumple en el examinado una vez puesto frente a la lámina y recibidas las
instrucciones:
1) la lámina dispara una actividad perceptual que culmina en una visualización activa (selectiva) del texto.
2) un proceso asociativo que evoca contenidos anémicos de experiencias vividas y conocimientos.
3) fantasías
4) una respuesta emocional con ansiedades y defensas.
En el análisis de los datos, el psicólogo examina las historias y la conducta del sujeto durante la prueba a fin de
abstraer (seleccionar y extraer) los datos significativos.
La interpretación deduce los denominadores comunes, las conexiones y enlaces que articulan e integran aquellos
datos significativos en generalizaciones coherentes y con sentido.
El diagnóstico está determinado a la luz de la historia del caso, los materiales recogidos en las entrevistas y otros
tests, combínense e intégrense ahora las conclusiones parciales en un informe final de la estructura y dinámica de
la personalidad. Como en todo test, la elaboración del TAT demanda un trabajo intratest e intertest,
intraindividual e interindividual.
Los marcos de referencia para el análisis, así como la administración y la elaboración de historias pueden darse de
diferente manera, según la orientación escolástica, destreza, conocimientos, propósitos de la aplicación y tiempo
disponible del examinador. En rigor, aunque con el modelo de elaboración dado inicialmente por Murray en
función de su personal teoría de las necesidades ha determinado la forma más generalizada del empleo, el
material de estimulación produce una información que puede analizarse e interpretarse con otros enfoques. En
efecto Murray apoyó su test sobre un sistema conceptual propio de la personalidad: la teoría de la necesidad-
presión que brincó un encuadre fecundo que fue adoptado por la mayoría para orientar el análisis y la
interpretación. En suma, se comprobó lo que según la teoría proyectiva era de esperar, por lo demás, de todo test
proyectivo: que las historias del TAT como cualquier otro tipo de respuesta individual se puede analizar e
interpretar a la luz de muy diversos enfoques.
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El análisis debe llevarse a cabo teniendo en cuenta el tema principal. Allí indagaremos acerca del argumento, la
interacción de las necesidades, presiones y el desenlace; el grado de significación, el valor de la historia, en qué
medida el héroe expresa al sujeto.
También deberemos averiguar acerca del héroe principal, que en el encuadre clásico concentra las proyecciones
directas del examinado. En una concepción menos dura de la identificación, se enfatiza menos el análisis del
héroe a favor de todos los personajes, en los cuales ya no se ve solo la proyección de las imágenes que el
examinado tiene de las personas reales de su mundo sino también la proyección de sus objetos internos.
Del héroe principal investigar la filiación (edad, sexo, profesión.), sus características psíquicas, como vocación,
intereses, capacidades, habilidades, adaptación o tendencias y rasgos caracterológicos como superioridad,
capacidad, poder fama o, por el contrario, inferioridad.
El material del CAT consiste en 10 láminas de animales en situaciones diversas. Puede aplicarse a niño de 3 a 10
años de ambos sexos. Una vez establecido un adecuado rapport con el niño se procede a presentarle las láminas,
según las indicaciones que se dan más adelante en la administración específicamente. Las respuestas se registran
literalmente y luego se las analiza de acuerdo con las instrucciones que se dan en la sección interpretación.
El CAT es un método proyectivo o un método para explorar la personalidad estudiando el sentido dinámico de las
diferencias individuales en la percepción de un estímulo estándar.
El CAT es un descendiente directo del TAT de Murray. No compite con él ni lo sustituye. El TAT es irremplazable
para la exploración de la personalidad del adulto, pero, no obstante, inapropiado para los niños pequeños (del
mismo modo que el CAT lo es para el adulto). El CAT se concibió con el objeto de facilitar la comprensión de la
relación de un niño determinado con sus más importantes figuras y tendencias. Las láminas fueron planteadas
con el propósito de provocar respuestas específicamente relacionadas con problemas de alimentación y orales en
generales, explorar problemas de rivalidad entre hermanos, descubrir la actitud del niño frente a las figuras
paternas y la manera como el niño las percibe, penetrar en la actitud del niño frente a los padres como pareja, en
el complejo de Edipo, y la escena primaria: en las fantasías del niño cuando ve a los padres juntos en la cama. En
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relación con estos objetivos se intenta conocer las fantasías agresivas infantiles, la aceptación infantil del mundo
adulto, el miedo de quedarse solo durante la noche y posibles conexiones con la masturbación, el
comportamiento en el tocador y la actitud de los padres frente a este problema. Se busca conocer la estructura
del niño y su método dinámico de reaccionar y de manejarse frente a los problemas del crecimiento.
Al igual que el TAT, el CAT trabaja sobre todo con el contenido de la producción. El análisis del comportamiento
aperceptivo se ocupa, por lo general del “qué” se ve y se piensa, a diferencia del examen del comportamiento
expresivo que se ocupa del “como” se ve y se piensa.
A causa de que su material está constituido por dibujos animales, el CAT es relativamente independiente de la
cultura y puede emplearse de la misma manera en niños blancos, negros o en otros grupos etnográficos.
En la administración del CAT han de tenerse en cuenta los problemas propios de todo examen psicológico infantil.
Debe establecerse con el niño un buen rapport, lo cual será, en general, más difícil de conseguir con los más
pequeños y con los que tienen muchos problemas. En lo posible, el CAT debe presentarse como un juego y no
como un test. Si el niño, por experiencias anteriores o por el conocimiento de test; pero en tal caso, al mismo
tiempo se le explicará cuidadosamente que en este test no hay aprobación, desaprobación, competencia o
medidas disciplinarias, etcétera, por parte del examinador.
La consigna más adecuada para el niño examinado consiste en decirle antes de la iniciación del examen:
“Jugaremos a contar cuentos. Tú los contarás mirando unas láminas, y nos dirás que sucede, que están haciendo
los animales”. En el momento oportuno se le preguntará “¿Qué sucedió antes?” y “¿Qué sucederá después?
Una vez relatados los cuentos, el examinador puede leérselos al niño, uno por uno, interrogándolo acerca de la
elaboración de ciertos puntos tales como por qué se le dio cierto nombre a cierto personaje, qué edad tiene,
cómo se llama ese lugar. Asimismo puede preguntar acerca de algún particular desenlace que el examinado dio a
un cierto cuento. Si la capacidad atencional del niño no tolerase el interrogatorio que sigue a la administración,
convendrá intentarlo en una sesión ulterior, en la fecha más próxima posible a la de la administración.
Es muy útil tener en mente las doce funciones yoicas (ver más adelante) mientras se observa la ejecución del test y
registrarlas como manifiestamente observables, realizando luego una comparación con la clasificación de esas
funciones basadas en la evaluación de los relatos
Doce funciones yoicas:
1) Prueba de realidad. Distinción entre estímulos internos y externos, exactitud de la percepción y la exactitud de
la prueba interna de realidad.
2) Juicio. Conciencia de las consecuencias probables de la conducta.
3) Sentimiento de la realidad del mundo y del yo.
4) Regulación y control de los impulsos y afectos.
5) Relaciones objetales o interpersonales. Grado y tipo de relación con los demás, medida en que las relaciones
presentes son una copa o se hallan bajo la influencia de otras anteriores y el grado en que la persona percibe
a los demás como entes separados y no como extensiones de la misma.
6) Procesos mentales. Adecuación de los procesos que orientan y sostienen adaptativamente el pensamiento y la
influencia relativa de los procesos primarios y secundarios en el pensamiento.
7) Regresión adaptativa al servicio del yo.
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8) Funciones defensivas. Grados en que afectan la ideación y medida en que tienen éxito o fracasan.
9) Barrera contra los estímulos. Umbral, sensibilidad o conciencia e índole de respuesta.
10) Funciones autónomas
11) Funciones sintético integradoras. Grado de reconciliación o integración de las actitudes.
12) Dominio-competencia. Es decir, el desempeño de la persona en relación con la capacidad que posee de
interactuar con su ambiente y dominarlo o bien el sentimiento de competencia, la expectativa de la persona
de lograr el éxito.
Al igual que en el TAT, es importante encontrar el héroe principal. La interpretación se apoya en la hipótesis
básica de que el cuento que el sujeto nos relata alude, en esencia a él mismo. En una misma historia puede haber
varios personajes pero debemos advertir que el héroe principal es aquel con el cual nuestro examinado se
identifica. A este respecto cabe precisar criterios objetivos que permiten diferenciar al héroe de los protagonistas.
Es importante observar la adecuación del héroe, esto es, la capacidad de enfrentar cualquier circunstancia de
forma adecuada con la sociedad a la que pertenece. La adecuación del héroe constituye la mejor medida de la
fuerza del yo; esto es, en muchos casos, de la adecuación del sujeto mismo. Deben exceptuarse, claro está, los
cuentos compensatorios de cumplimiento de deseos. En tales casos, un cuidadoso escrutinio denunciará, por lo
general, una real inadecuación.
Proporciona, al igual que el TAT, una imagen del “sí mismo” del niño. Se entiende por esto la concepción que el
sujeto tiene de su propio cuerpo de su yo completo y de su rol social. Se deben tener en cuenta las necesidades
que inspiran la conducta del héroe. Una historia cargada de agresión puede ser narrada por un niño muy agresivo
pero también por un niño dócil pasivo-agresivo, que alimenta fantasías de agresión. Hasta cierto punto es posible
que las necesidades del héroe no correspondan a las del narrador sino más bien a los impulsos que éste percibe
de otras figuras. La tarea del intérprete es establecer en qué medida las necesidades del héroe corresponden a
distintos componentes de la personalidad del narrador y también qué relación existe entre esos componentes y la
conducta manifiesta de éste.
Asimismo se debe prestar atención sobre las figuras, objetos o circunstancias omitidos pues si en el relato del
cuento se ignoran una o más figuras de una lámina, cabe la hipótesis de que esa omisión tenga la significación
dinámica. Por lo general, significa la expresión del deseo de que la figura u objeto en cuestión no se encuentre allí,
de que no esté.
La concepción del ambiente es, por supuesto, una compleja mezcla de la autopercepción inconsciente y la
distorsión aperceptiva de los estímulos causada por las imágenes mnémicas del pasado.
Además de investigar los principales mecanismos de defensa también será útil estudiar los aspectos morales de
los relatos. Algunos sujetos, por ejemplo, eligen defensas obsesivas contra una lámina cuyo contenido los
perturba. Sacan a relucir cuatro o cinco temas, todos breves y descriptivos, diferentes en apariencia pero
similares desde el punto de vista dinámico. Al concepto de defensa se le debe atribuir un sentido amplio,
relacionado con el control, es decir, con la capacidad del individuo y el modo de enfrentar los estímulos internos y
externos.
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■ TEST DE RELACIONES OBJETALES. Phillipson. (+ Ocampo y Arzeno)
El Test de Relaciones Objetales de Herbert Phillipson data de 1955 y comenzó a difundirse en nuestro medio diez
o doce años después. Su antecesor es el TAT de Murray. Brinda la enorme ventaja de una amplia y detallada
fundamentación teórica basada en la teoría de las relaciones objetales de Melanie Klein y Fairbairn.
Dentro de las técnicas proyectivas cabe ubicar al TRO entre las técnicas de estimulación visual y producción
verbal.
La teoría de las relaciones objetales inconscientes ha sido desarrollada y elaborada principalmente por Melanie
Klein (1948) y Fairbairn (1952) sobre la base del trabajo psicoanalítico con niños pequeños y el trabajo
colaborativo, intenso y a largo término con adultos. Estos analistas demuestran que las relaciones objetales
existen dentro de la personalidad tanto como entre la personalidad y el mundo externo, y que el mundo interior
de las relaciones objetales determina de modo fundamental las relaciones del individuo con las personas del
mundo externo. Este mundo interior de objetos (más exactamente de relaciones objetales) es básicamente el
residuo de las relaciones del individuo con las personas de las que ha dependido para la satisfacción de las
necesidades primitivas en la infancia y durante las primeras etapas de maduración. Durante esos tempranos
períodos de desarrollo, las relaciones del individuo con los objetos esenciales, el pecho y más tarde de la madre
con el pecho, es predominantemente una relación de fantasía: hay poca o ninguna capacidad para diferenciar
entre uno mismo y el objeto, entre lo que está dentro y lo que está fuera. La calidad de las relaciones objetales
está tipificada por las fórmulas biológicas del chupar para incorporar y más tarde morder y comer para incorporar.
Las primeras técnicas simples de mantener una buena relación con el objeto, incorporándose lo “bueno” y
rechazándose lo “malo”, según se trate de un objeto que gratifica o que frustra, se diferencian pari passu con el
desarrollo de las capacidades del Yo del individuo. Según sea el grado de frustración y el éxito o fracaso de las
técnicas empleadas para aliviar la tensión, esas primeras relaciones fantaseadas y los procedimientos empleados
para regularlas, persisten y condicionan las relaciones subsiguientes del individuo con el mundo externo en
general y con las personas (es decir, los objetos) en particular. Aunque la continuidad genética del desarrollo de la
personalidad en esos términos no ha sido todavía comprendida del todo, la obra de Klein, Fairbairn y otros
analistas británicos ha arrojado considerable luz sobre el ámbito y calidad de las tempranas relaciones objetales
infantiles, en los niveles consciente e inconsciente, y sobre cómo son ellas elaboradas y modificadas por la
experiencia ulterior en las “fases edípicas” y a través de las últimas fases de transición del desarrollo hacia la
pubertad y madurez.
“Las fantasías, en las que los objetos internalizados revelan su existencia a la conciencia, son actividades de las
estructuras que constituyen las relaciones objetales internalizadas. En la vida adulta, las situaciones de la realidad
exterior son inconscientemente interpretadas a la luz de esas situaciones que persisten en la realidad
inconsciente interna, puramente psíquica. Vivimos en el mundo exterior con las emociones engendradas en el
mundo interior”, dice Guntrip, tomado en extracto por Phillipson
1. Dramatización. El TRO concilia la tendencia a un alto grado de dramatización del TAT y la absoluta neutralidad
de las manchas de Rorschach.
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2. Secuencia Temporal. El TRO explora la secuencia temporal del drama asociado a la percepción, pero pone
especial énfasis en el presente, acerca del cual solicita al paciente que se explaye con más detalle, en oposición al
TAT que pone todo el énfasis en la secuencia temporal y el Rorschach que no pide historia ni explora la
historicidad.
3. Movimiento Humano. El TRO concilia dos tendencias. En sus láminas no aparece claramente sugerido el
movimiento humano pero puede ser proyectado. Esto depende del paciente (no de la lámina), quien puede ver
figuras humanas estáticas o en movimiento o animales estáticos o en movimiento (aunque es mucho menos
frecuente que en el Rorschach) o entes inanimados estáticos o en movimiento. El TAT sugiere explícitamente
movimiento y el Rorschach no lo sugiere en absoluto.
4. Contenido Humano. El TRO presenta láminas en las que resulta muy fácil visualizar figuras humanas (la C3 por
ejemplo), otras en las que es probable que se visualicen, pero permiten variantes (A1) y otras que, finalmente,
admiten la posibilidad de ver figuras humanas, animales o entes inanimados con la misma facilidad. En el TAT el
contenido humano esta explicitado y en el Rorschach no está sugerido.
5. Estímulo. En el TRO el estímulo presenta un grado de estructuración intermedio. Son láminas menos
estructuradas que las del TAT y más que las del Rorschach. En el TAT el estímulo es francamente estructurado y
en el Rorschach el estímulo no está estructurado pero es fácilmente estructurable por la mayoría de los sujetos.
6. Saturación Proyectiva. El TRO posee un alto grado de saturación proyectiva, los bloqueos son raros, dado que el
paciente puede modificar el estímulo con mayor libertad que en el TAT sin cobrar conciencia del grado de
enfermedad que sugiere una distorsión seria. El TAT posee menor saturación, el Rorschach es el de mayor
saturación proyectiva.
7. Contenido y forma. El TRO es un test de contenido y de forma. En la interpretación del material, Phillipson ha
incluido distintos criterios dando importancia a ambas variables. El TAT es, predominantemente, un test de
contenido y el Rorschach es de forma.
8. Drama y Dinamismo. El TRO es un test dramático y dinámico a la vez. El TAT es un test dramático y el Rorschach
un test dinámico.
9. Fantasía y Percepción. El TRO recoge la proyección a través de ambos movimientos, fantasía y percepción. Es
tan significativo lo que el paciente ve como el tipo de historia que elabora al dar historicidad a la percepción y
conectar los distintos elementos percibidos. El TAT recoge la proyección a través de la fantasía puesta en marcha
por la consigna, el Rorschach recoge la proyección a través de la percepción y por ello solicita al paciente que diga
qué es lo que ve.
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10. Influencia cultural. A excepción de dos láminas (C3 y C2), la influencia cultural es escasa. En el TAT la influencia
cultural es importante y en el Rorschach no se acusa un alto grado de influencia cultural.
Las figuras humanas que presentan las láminas de TRO, a diferencia del TAT, son sin rostro, sin sexo, sin edad, sin
movimientos, sin nexos, sin expresiones, sin tiempo y se hallan en un escenario con escaso contenido de realidad.
Esto implica la posibilidad de proyectar lo referente a la relación transferencial.
Emergen conflictos con distintas figuras parentales y fraternas, con el grupo de pares, con situaciones actuales,
pasadas y futuras, a través de diferentes tipos de fantasías: arcaicas (en la serie A), más evolucionadas (en la serie
B) y con más efectos (en la serie C), equivalentes a la textura, claroscuro y color de Rorschach.
Las alteraciones de la secuencia, además de complicar la tarea de interpretación del material, porque la
producción así obtenida no puede compararse con los “clisés”, crea interferencias en la relación transferencial.
También Phillipson considera importante registrar toda la producción verbal y preverbal del paciente, sus tiempos
de reacción en cada lámina, etcétera. Luego de la primera mostración de las láminas, procede, al igual que
Rorschach, a efectuar un interrogatorio para completar, especificar o dilucidar lo que el paciente ha dejado
incompleto, ambiguo, confuso o contradictorio. Por último, también Phillipson incluye un examen de límites, para
casos en los que el paciente no haya tomado en cuenta algunas de las variables de los criterios de interpretación
o lo haya hecho pero de una manera inusitada (por ejemplo, no ver seres humanos en algunas láminas, no incluir
para nada el color, bloqueo frente a determinadas láminas que no cede en el interrogatorio, ausencia de inclusión
del pasado, presente o futuro, ausencia de conflicto o de resoluciones de conflicto, etc.)
Un Phillipson es imprescindible para explorar la dinámica del mundo interno del paciente, la naturaleza de sus
relaciones objetales inconscientes, la posibilidad de modificación de vínculos patológicos, los distintos tipos y
niveles de organización de vínculos y sistemas defensivos ante diversas situaciones. Phillipson incluye una lámina
en blanco para explorar las fantasías de enfermedad y curación, los recursos con que cuenta el paciente para
fantasearlas y las posibilidades de llevar a cabo esta fantasía.
La fundamentación teórica del test se encuentra en la siguiente hipótesis: la persona percibe dinámicamente el
mundo que la rodea. Esta percepción es congruente con su forma de conducirse en cualquier situación humana
con la que se enfrente. Por lo tanto, en cualquier tipo de interacción con su medio (frente a una lámina de TAT,
Rorschach o TRO), reflejará también los procesos dinámicos a través de los cuales expresa y regula las fuerzas
consientes e inconscientes que operan en interacción con la situación.
Phillipson utilizó para fundamentar sus test la teoría kleiniana y fairbairniana de las relaciones objetales. La
persona se conduce con otra según un largo aprendizaje producto de las relaciones con sus objetos más
tempranos (los padres), de los que dependió para la gratificación de sus necesidades primarias. Existe un alto
grado de isomorfismo entre la forma como se llevan a cabo las relaciones objetales en términos de personas y la
forma como se expresa la interacción con distintos elementos de su mundo. Encontramos dos sistemas de
elementos muy amplios:
1) formas inconscientes reprimidas de relacionarse
1
2) La experiencia de relaciones más consientes acumuladas después de un largo período.
Los intentos de conciliar ambos sistemas determinan el comportamiento típico. Cuando las formas inconscientes
de relacionarse se satisfacen en el presente, se deteriora la calidad de la relación. Los factores que determinan la
medida en la cual las fuerzas inconscientes actúan son:
a) El individuo: presión y fuerza con las que sus relaciones de objeto inconscientes dominantes buscan
gratificación.
b) En el marco ambiental: 1) La medida en la cual la situación total, incluyendo su historia, coincide en forma
dinámica con la situación de relación de objeto de una fantasía inconsciente, en alguno o ambos de sus aspectos
frustrantes o evocativos; 2) coincidencia de situaciones estímulo con situaciones de relación de objeto
inconsciente; 3) presencia o ausencia de objetos del medio físico; 4) clima emocional que provoca el TRO.
El TRO utiliza:
a) Situaciones de relaciones objetales de 1, 2 y 3.
b) Monto variable del contenido de realidad.
c) Monto variable del clima emocional.
El test consta de trece láminas, distinguidas por series. Tres series de cuatro láminas y una lámina en blanco. Cada
serie se identifica entre las demás por los diversos grados de estructuración del ambiente físico y por el clima
emocional que despierta, dadas sus distintas tonalidades (predominio del gris difundido en la serie A, del
contraste claroscuro en la B y del color en la C). Estas láminas operan como estímulos que tienden a evocar
relaciones interpersonales altamente conflictivas, pero no las sugieren como en el TAT.
La serie A explora las relaciones de objetos de dependencia muy temprana y su relación con el contacto físico y
sensitivo. Indicadores: Cuando en esta serie aparecen predominantemente ansiedades de calidad depresivas,
podemos pensar en un índice positivo de adaptación.
En la serie B, el paciente tiene poca libertad para interpretar la lámina, por lo cual se enfatiza el clima de amenaza
y frialdad. Indicadores: Moviliza controles yoicos más maduros y es posible que nos dé índices, en sujetos más
perturbados, de aspectos que todavía mantienen una cierta adaptación. En cuanto a las defensas
correspondientes a las ansiedades persecutorias o depresivas, en la serie B adoptarían un carácter neurótico, en
tanto que en la A evidenciarían un alto grado de disociación y los aspectos psicóticos de la personalidad.
En la serie C, el color está utilizado con dos modalidades: intrusión (como el globo rojo en C3) o difuminado. En
general, los colores de ésta serie sugieren: calidez (rojo), frialdad (verdosos), temor o enojo (rojo), enfermedad
(azul), daño o animación o el blanco en la lámina CG que aumenta la tensión y los sentimientos agresivos.
Indicadores: Nos permite ver la calidad del vínculo emocional que establece el paciente con sus objetos. Posibilita
la aparición de mecanismos de control. Esta variable es muy importante porque permite diferenciar los tipos de
control cognitivos fundamentales desde el punto de vista diagnóstico y pronóstico, que van desde el control
adaptativo hasta el control omnipotente.
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Existen indicadores que son comunes a las tres series. En primer término tenemos lo referente a la variable
“percepción”. Consideraremos aquí las adiciones, omisiones y distorsiones. Las adiciones se proponen incluir
nuevos vínculos para que la dependencia con un único objeto sea menor y le permita distribuir la intensa ansiedad
que él moviliza.
Las distorsiones, según su grado y calidad, suponen una mayor adaptación del Yo en su relación con la realidad. Es
importante evaluar si la distorsión se ha efectuado siguiendo la línea de los rasgos esenciales del objeto, aunque
algunos aspectos se hayan anulado y otros se enfaticen, o si no se respeta en absoluto la naturaleza del objeto y
se lo transforma en algo radicalmente distinto.
Con respecto a la negación, puede funcionar como recurso adaptativo (protector contra estímulos cuya inclusión
puede desencadenar graves perturbaciones) o como mecanismo encubridor de una distorsión que solo podría
explicitarse en el interrogatorio.
A1 (1). Su temática responde a este comienzo “Si estoy solo frente a algo nuevo que me pone ansioso yo…”.
Indicadores: Si vislumbra la posibilidad de seguir adelante o de regresar y quedar detenido, si se enriquece y se
fortalece durante el proceso o, por el contrario, sus defensas van disminuyendo y aparece mucho más débil que
cuando empezó.
A2 (2). El paciente se identifica con ambos personajes de la lámina proyectando distintos aspectos de sí mismo.
También es importante considerar el uso del contenido de realidad que el paciente hace en esta lámina, el
continente que busca para esa pareja: están dentro o fuera de qué, en un ambiente con características realistas o
fantasmáticas, etc., lo cual nos permite inferir como se estructura y se incluye el paciente en el espacio.
Indicadores: Las historias de pareja pueden analizarse desde distintos ángulos en relación a un objeto externo, o
interpretar la pareja como proyección de la propia relación interna bisexual. Suele suceder que esta segunda
lámina provoque una sensación de alivio para quienes están muy asustados por la situación de soledad o de
enfermedad y las fantasías que ha movilizado la A1.
C3 (3). Moviliza aquellos elementos relacionados con el conflicto edípico.
Indicadores: Es importante que uno de los tres personajes, vistos como adultos, sea percibido como mujer de
manera clara. A partir de este personaje (distorsionado o no) se establece el triángulo, contando con una figura de
pie, visualizada como masculina.
Los mecanismos defensivos que suelen utilizarse cuando enfrentar la situación triangular resulta altamente
conflictivo, son por ejemplo: la negación, que implica percibir los tres personajes como del mismo sexo y edades
semejantes o convertir en un niño a uno de los participantes para retrotraer la mutación edípica a la infancia.
B3 (4). Las distorsiones perceptuales en ésta lámina obedecen a la necesidad de controlar la intensa ansiedad
persecutoria que movilizaría la inclusión, a nivel perceptual, del tercer personaje con características humanas. De
este modo se refiere o no al personaje del primer plano como alguien que también está presente. El paciente ha
proyectado ciertos aspectos infantiles en el personaje incluido entre la pareja, recurriendo a una adición
perceptual. El personaje ubicado en primer plano puede ser visualizado como el hijo mayor que observa la
escena. Indicadores: Desde el punto de vista del contenido de realidad, esta lámina representa la situación de un
doble continente: se está afuera de algo (habitación) pero dentro de otro algo que lo incluye (hall). En lo relativo al
contenido humano, esta lámina facilita la fantasía de exclusión del tercero en términos de relaciones espaciales.
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AG (5). Explora la capacidad del paciente para tolerar el daño infligido a los objetos queridos, aceptar la ansiedad
depresiva y elaborar pérdidas. Indicadores: Es importante la aparición de la angustia y los afectos relacionados
con la depresión misma. La contraposición de dos grupos permite que en el mismo Yo podamos ver los aspectos
destruidos y reparadores. Otra constelación es aquella en la que predomina el sadismo, la ansiedad y la culpa
persecutorias: escenas de juicios, inquisición, ku-klux-klan, condenas de muerte crueles, suplicios, etc. En estas
elaboraciones el Yo sucumbe frente a un Superyó muy cruel, y cabría caracterizarlas como paranoides o
melancólicas. Comparar distintos niveles de elaboración de duelos es un punto clave en el psicodiagnóstico: nos
permite prever posibles resultados terapéuticos, abandonos de tratamiento, o buenas adaptaciones a los mismos,
así como también cambios adaptativos sin recursos terapéuticos.
B1 (6). En este caso ya no se trata de la primera lámina y por lo tanto la ansiedad y defensas que surjan son
atribuibles a los componentes estables de la personalidad.
Esta lámina evidencia los conflictos existentes con la propia identidad. Todo esto nos permite elaborar un
diagnóstico y pronóstico acerca de las posibilidades con las que cuenta el paciente para tomar insight de sus
conflictos, que peligrosidad atribuye a estos, que defensas pone en marcha ante la posibilidad de tomar insight,
etc. Podemos suponer que está en condiciones de afrontar la separación de una institución que hasta entonces
cumplió con funciones de continente protector mediante los resultados de esta misma lámina. Indicadores: Ante
esta lámina el paciente se puede reconocer solo, en un ambiente un tanto hostil, frío, desprovisto de calidez,
pobre. Le brindamos muy pocas posibilidades para defenderse de la sensación de estar solo consigo, dado que los
pocos objetos son sencillos y austeros como para no favorecer la permanencia en la propia interioridad.
CG (7). En cierta medida el paciente, en el momento de elaborar la historia, está ejercida en funciones yoicas de
balance entre esos dos aspectos estructurales en pugna (Ello y Superyó), y la manera como resuelve el conflicto
planteado en la historia nos muestra que es lo que finalmente triunfa en esa lucha interna. A nivel perceptual esto
se manifiesta mediante severas distorsiones e historias en las que aparecen personajes tremendamente (“Están
por ejecutar a alguien, lo han condenado a la horca, el pueblo vocifera…”).
Desde el punto de vista adaptativo, esta lámina estimula la proyección de sentimientos agresivos competitivos
que, en cierta medida y dentro de un contexto sano, determinan la capacidad de “empuje”, el nivel de
aspiraciones y el deseo de progreso del paciente. Por este motivo la historia que el paciente elabore es muy útil
para diagnosticar sus posibilidades de manifestar sus capacidades potenciales (laborales, educacionales,
familiares, etc.) Indicadores: Es una de las que favorecen las distorsiones perceptuales. El tema es: autoridad
versus grupo o viceversa. Por su distribución espacial, esta lámina permite, como ninguna otra, incluir variables:
“arriba”, “abajo”; desplazarse: “subir”, “bajar”. Este “arriba” y “abajo” nos permiten entender toda una serie de
disociaciones. Esto se da en historias en las que el grupo asume todas las características reivindicadoras del Yo
(por ejemplo: es un grupo maltratado, sometido a trabajos forzados, estudiantes que protestan, etc.) y el
personaje de arriba es el que ha producido el daño de alguna manera, es decir, que está caracterizado como
objeto perseguidor que ataca, que daña al Yo. Es importante apreciar como une el examinado ambos elementos. Y
que solución da al conflicto. Si el de arriba escuchara las demandas de los de abajo, si el grupo va a tener en
cuenta al de arriba, si la destrucción va a ser total, si quedan aspectos rescatables que puedan trascender o no: en
1
esta interacción es importante analizar qué es lo que se salva, qué aspecto repara o si, por lo contrario, no queda
nada porque la aniquilación es completa.
A3 (8). En la muestra le tema que aparece con mayor frecuencia es el de la separación respecto de los padres. En
esta lámina no hay suficiente realidad que provea de un buen soporte para la escena. Nos permite explorar el
manejo de la culpa en el paciente.
Indicadores: Esta lámina promueve vínculos que enfatizan la separación, la despedida o la llegada, movilizando
fantasías sádicas, cargadas de muerte que no se expresaban tan claramente en otras láminas triangulares.
B2 (9). Pone en movimiento, a partir de la fantasía los mecanismos defensivos. En este sentido la casa funciona
como un tercero que rechaza, protege, amenaza, incluye o excluye. Si es vivida como un interior peligroso,
siniestro o en ruinas, la pareja puede aparecer huyendo o buscando protección afuera. Indicadores: Esta lámina
plantea una situación de pareja con ciertas características: el árbol, como contenido de realidad, es un elemento
vivido generalmente como protector, y a la casa se le adscriben importantes connotaciones. La casa puede así
movilizar fantasías de ataque a la pareja que, en relación transferencial o en el vínculo terapeuta-paciente, tienen
importancia. El estímulo posibilita la proyección de fantasías de futuro y unión (lo que se puede construir juntos) y,
por otro lado, fantasías de separación. Afuera hay una pareja idílica, confiada y, adentro, hay una madre o un
padre que no permiten, tiranizan, etc. También aparecen fantasías relacionadas con la actividad sexual y, en este
sentido, puede estar disociado un afuera permisivo o incluso cómplice.
BG (10). La lámina encara la situación de soledad frente al grupo, la exclusión de un grupo de pares. Explora
sentimientos de aceptación, rechazo, o indiferencia que el paciente proyecta en el grupo. El personaje excluido
puede interpretarse como aislado por castigo, por propio deseo, por diferencias de status, por rechazo del grupo
hacia él o de él hacia el grupo, por no pertenecer al mismo y no existir ningún nexo entre ellos, etc. Indicadores:
Esta lámina plantea una exclusión en relación con un grupo de pares. En nuestra experiencia, ésta es una lámina
muy útil para comprender la dinámica de lo que siente el paciente en torno a una posible alta. La conformación
del estímulo hace que en esta ocasión lo espacial refuerce el pedido incluido en la consigna respecto de la
secuencia temporal: el paciente puede fantasear lo que el personaje siente que queda adentro y atrás y lo que
queda afuera y hacia adelante, cosa que no permite entender sus recursos internos frente a sus expectativas de
reintegro al medio. Esta lámina también permite la aparición de fantasías de exclusión del grupo en relación a
temores homosexuales, conductas agresivas impulsivas, que en ocasiones se pueden tomar en cuenta cuando se
piensa en derivar hacia una terapia grupal. Una manera de atenuar las ansiedades paranoides suscitadas ante la
exclusión respecto del grupo es otorgarle al excluido el rol de líder, que controla la acción que ejerce el grupo.
Cuando esto no se logra, el grupo aparece confabulado o conspirando contra lo excluido.
C2 (11). El contenido de la historia indica si los duelos se refieren predominantemente al pasado del paciente
(duelo por los objetos primarios) o más bien a situaciones presentes y futuras, en el sentido de proyectos
existenciales a los que renuncia. Indicadores: Esta lámina estimula fantasías de pérdida con mayor contenido de
realidad que la AG y permite una comparación de distintos niveles de elaboración del duelo. Las elaboraciones de
mejor pronóstico están dadas por el esposo que la va a ayudar, el hijo que la viene a cuidar, el médico que la viene
a curar, etc. Cuando el paciente ha atravesado por una situación de pérdida real, esta lámina nos permite evaluar
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cómo se ha dado la vivencia de pérdida de partes del Yo, en un nivel distinto de aquellos otros casos en los que la
pérdida sólo se fantasea.
C1 (12). Suele ser interpretado como el interior de una casa humilde, el atelier de un bohemio o el departamento
de un solo ambiente de una persona o una familia modesta. Solo esporádicamente hallamos la interpretación de
una casa de campo.
La relación del personaje con el ambiente (casa habitación) y el papel que desempeña en la historia muestran con
claridad lo que el paciente supone que ha sucedido entre él y el psicólogo a lo largo de la administración del test.
Si el psicólogo es alguien sentido como un aliado colaborador. Alguien indiferente con quien está por azar, intruso
que se mete en lo que no debe, se mete dentro de él para hacerle algo cuyo efecto puede aparecer fantaseado
como beneficioso o perjudicial. Indicadores: Esta lámina, por sus características y por ser la número 12, condensa
todo lo que piensa y siente el paciente en relación con la despedida del psicólogo. Por lo tanto, implica también la
identificación proyectiva con el psicólogo a través de la cual nos muestra cómo se ve él, como quedó después de la
prueba y con qué cuenta para enfrentarse con la despedida, con la terminación del test y el eventual comienzo de
un tratamiento.
Lamina en blanco (13). Sirve para recoger una historia que funcione como control de las anteriores, como
exploración de la relación transferencial establecida con el psicólogo y con el test. En ciertos casos es la historia
clave para formular el pronóstico, pues el paciente elabora algo así como un proyecto existencial. Indicadores:
Sirve para comprender todos los afectos que se movilizan en la situación de pérdida y las posibilidades de
recuperación frente a ella. Esto es, quizá, lo más importante: como salió de allí y qué capacidad tiene de
instrumentar lo que ha hecho, si la experiencia le sirvió o si quiere negar todo lo visto. Lo primero supone una
elaboración depresiva, lo segundo, una elaboración maníaca. La elaboración depresiva implica la aceptación del
sufrimiento que implica estar enfermo, precondición para iniciar cualquier tipo de tratamiento y aceptar ayuda. La
elaboración maníaca es una negación, como defensa frente a todo lo que moviliza la separación o una
desvalorización del proceso, para negar la dependencia respecto del psicólogo.
Podemos leer en “Nuevas aportaciones…” de María E. García Arzeno que, de acuerdo al método original, se
tomaban en cuenta:
1) percepción cognitiva: Detallar qué ve, aspectos enfatizados, omisiones, percepciones, de acuerdo al clisé o
inusuales.
2) apercepción: Contenido humano, contenido de realidad y contexto de realidad o clima emocional del relato
basado en algo perceptual (por ejemplo, es un asesinato porque veo rojo y me sugiere sangre).
3) historia: Verificar que la historia conste de tres tiempos, si hay o no conflicto, si hay o no desenlace
En oposición a este sistema, Arzeno expone el suyo actual, que puede ser resumido en:
(1) Agrupar las historias por serie; (2) comparar las historias de cada serie entre sí y con sus respectivos clisés,
anotando lo que resulte llamativo (omisiones, adiciones o distorsiones en lo perceptual o en las historias); (3) una
vez resumidas las conclusiones de cada serie, comparar todas las historias de un personaje, de dos, de tres y de
grupo; comparar con el clisé y proceder igual que en (2). Así podremos ver, por ejemplo, que sólo en las láminas
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triangulares se producen serios desvíos del clisé tanto en lo perceptual (ve dos o cuatro personas; nunca tres)
como en la fantasía (la historia es de un crimen en lugar de un encuentro pacífico para tomar el té).
La teoría de Freud de las dos fuerzas básicas que llamamos instinto de vida e instinto de muerte hizo posible con
el tiempo que Melanie Klein emprendiera la ley natural de las formas tempranas de vida mental en bebés y niños
pequeños. La hipótesis freudiana es entonces que hay una fuerza destructiva en nuestra mente en eterna
interacción con la fuerza que preserva la vida. Este concepto de una fuerza destructiva dentro de todo individuo
tendiendo siempre hacia la aniquilación de la vida es naturalmente un concepto que provoca una enorme
resistencia emocional. Klein no lo hace y parte de estos conceptos de instinto de vida e instinto de muerte que
Freud describiera con tanta claridad en su obra Más Allá del Principio de Placer.
Para Klein la existencia del Yo es desde el comienzo de la vida, por lo tanto habla también de un no yo. Dice que el
yo inmaduro del bebé está expuesto desde el nacimiento a la ansiedad provocada por la innata polaridad de los
instintos, el conflicto inmediato entre instinto de vida e instinto de muerte.
El Yo se escinde y proyecta su parte que contiene el instinto de muerte poniéndola en el objeto externo original:
el pecho. Es así como el pecho (al que se siente conteniendo gran parte del instinto de muerte) llega a
experimentarse como malo y amenazador para el yo, dando origen a un sentimiento de persecución. De este
modo el miedo original al instinto de muerte se transforma en miedo a un perseguidor. Quiere decir que el bebé
cuando tiene hambre, dolor, etc. piensa que va a morir y es más fácil luchar contra un perseguidor que contra una
angustia sin nombre. Parte del instinto de muerte va a parar al yo y se transforma en agresión útil para luchar
contra éste perseguidor.
Por un lado, el instinto de vida es proyectado en el objeto y transformado este objeto en un objeto bueno,
idealizado y otra parte va a parar al yo para que pueda establecer una relación libidinal con ese objeto. De modo
que el objeto primario es para Klein el pecho de la madre (lo único que existe para el bebé), escindido en un
pecho bueno o idealizado y un pecho malo o persecutorio. Esto se corresponde a su vez con una escisión del Yo,
formándose un Yo-bueno y un Yo-malo. El anterior proceso ocurre durante el primer trimestre del primer año de
vida y es llamado “Posición esquizo-paranoide”, ya que hay un proceso de escisión bueno-malo y la ansiedad es
básicamente persecutoria. El objetivo del bebé es tratar de adquirir y guardar dentro de sí al objeto ideal bueno e
identificarse con éste porque el objeto es el que lo protege y le da vida, y defenderlo de los objetos malos
perseguidores que amenazan. En realidad trata de mantener afuera el objeto y la parte del yo que están cargados
con instinto de muerte. Una de las tareas más abrumadoras y difíciles para el yo es luchar contra la ansiedad que
en el caso de la posición esquizo-paranoide es ansiedad frente a la aniquilación, aniquilación que amenaza al yo y
al objeto bueno que da amor y protección.
En éste momento Klein habla de que lo que caracteriza a esta posición es que el objeto es parcial, es el pecho de
la madre, no es la madre en su totalidad.
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Existen términos originales de Klein y que debemos diferenciar de la producción freudiana:
El primero es la negación omnipotente, un mecanismo aniquilador de una parte del psiquismo en el cual para
investir un objeto bueno de todas las características (siendo sólo y nada más que bueno) se necesita una
idealización extrema.
Otro es la identificación proyectiva, el cual implica depositar partes del yo , pedazos del self, en un objeto externo
a sí mismo; proyecta en el objeto una parte de sí mismo que siente como intolerable, estableciendo así una
relación de objeto agresiva muy presente en los cuadros psicóticos.
El concepto de envidia deriva de los trabajos acerca de la identificación proyectiva en su relación con el instinto
de muerte y acerca de los estados confusionales. Klein supone que la envidia y el instinto de muerte tienen en
común algo esencial: ambos atacan la vida y las fuentes de la vida. La envidia primaria corresponde a las formas
arcaicas y masivas de la identificación proyectiva, destinadas a ubicar en el objeto la destructividad propia que
está amenazando al yo. Implica no sólo la introyección destructiva propia de la voracidad sino también una
modalidad destructiva de la identificación proyectiva. Supone el ataque sádico-anal y sádico-uretral al pecho
bueno y a la capacidad creadora de la madre y se relaciona con lo que podríamos llamar ira narcisista ante la
percepción de que el objeto tiene algo valioso.
Se diferencia de los celos por cuanto surge en una relación dual con un objeto parcial.
La envidia es el sentimiento enojoso contra otra persona que posee o goza de algo deseable, siendo el impulso
envidioso el de quitárselo o dañarlo. Además la envidia implica la relación del sujeto con una sola persona y se
remonta a la relación más temprana y exclusiva con la madre. Los celos están basados sobre la envidia, pero
comprenden una relación de por lo menos dos personas y conciernen principalmente al amor que el sujeto siente
que le es debido y le ha sido quitado o está en peligro de serlo por su rival.
Klein reconstruye el concepto a partir de la transferencia, especialmente la reacción terapéutica negativa, en la
que considera que tiene gran importancia la envidia y las defensas contra la misma. Considera que su intensidad
depende en gran medida de factores constitucionales (intensidad del instinto de muerte en relación al de vida). Es
un sentimiento que daña la capacidad de gozar pues no permite la seguridad en el establecimiento del objeto
interno bueno. La envidia al pecho nutricio estaría en la base de otras modalidades, como ser la envidia al pene.
Tiene suma importancia en la patología de las posiciones, aportando a la génesis de los estados confusionales: al
atacar al objeto bueno lo convierte en malo mediante la fragmentación y la proyección.
Su contrapartida es el sentimiento de gratitud, derivado de la capacidad de amar y de la elaboración de la
ansiedad depresiva.
Las defensas maníacas se desarrollan durante la posición depresiva como defensa contra la experiencia de
ansiedad depresiva, culpa y pérdida. Se basan en la negación omnipotente de la realidad psíquica, y las relaciones
objetales se caracterizan por triunfo, control y desprecion La organización de DM incluye mecanismos que ya se
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pusieron de manifiesto durante la etapa esquizo-paranoide (mecanismo de disociación e idealización, negación y
control omnipotente), pero durante la etapa depresiva adquieren características especiales. En el primer caso
estaban dirigidas a impedir un ataque aniquilante al yo; ahora tienen como finalidad defender al objeto de los
ataques ambivalentes del yo, y a éste de las ansiedades y de la culpa depresivas".
"En la situación depresiva el bebé logra una nueva relación con la realidad y descubre situaciones importantes, a
saber: 1) su dependencia de la madre, a la que teme haber perdido por su agresión; el valor que ella tiene para él,
su ambivalencia, sus deseos agresivos, voraces de destruirla y sus sentimientos de necesidad y deseos de
preservarla. Como consecuencia surgen intensos sentimientos de culpa depresiva, temor de perder a la madre
necesitada, miedo de haberla destruido ya, preocupación y necesidad de repararla".
"Las defensas maníacas son un intento de evitar el proceso de intenso dolor y sufrimiento psíquico que estos
descubrimientos implican. La experiencia depresiva se vincula con el conocimiento de la existencia de un mundo
interno y de la posesión de un objeto valorado al que se necesita. Por eso, las DM se dirigen a evitar y negar este
conocimiento huyendo hacia el mundo exterior, y negando, evitando o invirtiendo la dependencia del objeto, la
ambivalencia, la preocupación y la culpa".
"Una característica especial de la defensa maníaca es la identificación del yo con el objeto idealizado: el yo se
fusiona y confunde con este objeto parcial, omnipotente, lleno de vida, de poder y alimento, se 'infla' por la
fantasía de haber devorado al objeto idealizado ("la luz del objeto idealizado cae sobre el yo"), en tanto las
características sufrientes, desprotegidas, necesitadas, dependientes del propio yo, son depositadas en los objetos
externos. La DM implica entonces la utilización de mecanismos de identificación proyectiva: las características
proyectadas son las de un "necesitado" y "hambriento", mientras que las características asumidas por el yo son
las de un "pecho lleno", "nutricio", que se autoabastece".
"En una relación maníaca de objeto participa una triada de sentimientos tendientes a negar los logros de la
situación depresiva. Esta triada está constituida por el control, el triunfo y el desprecio que se corresponden
simétricamente con los sentimientos depresivos de valorar el objeto, depender de él, temer perderlo y sentirse
culpable".
"Controlar al objeto es una manera de negar la dependencia de él, pero al mismo tiempo es una manera de
obligarlo a satisfacer necesidades de dependencia, ya que un objeto totalmente controlado es hasta cierto punto
un objeto con el que se puede contar". El triunfo es la negación de sentimientos depresivos ligados a la valoración
e importancia afectiva otorgada al objeto. Se vincula con la omnipotencia y tiene dos aspectos importantes. Uno
de ellos se relaciona con un ataque primario infligido al objeto y el triunfo experimentado al derrotarlo (en
especial cuando el ataque está fuertemente determinado por la envidia). Además el triunfo se incrementa como
parte de las DM porque sirve para mantener a raya los sentimientos depresivos que, de otra manera, surgirían
(tales como sentir nostalgia por el objeto, extrañarlo y echarlo de menos). Desprecio hacia el objeto es también
negar cuánto se lo valora; actúa como defensa contra las experiencias de pérdidas y culpa. Un objeto despreciable
no merece que uno sienta culpa por él y el desprecio hacia semejante objeto se convierte en justificación para
seguir atacándolo".
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La reparación es "Actividad del yo dirigida a restaurar un objeto amado y dañado. Surge durante la posición
depresiva como reacción a ansiedades depresivas y a la culpa. La reparación se puede usar como parte del
sistema de defensas maníacas, en cuyo caso adquiere las características maníacas de negación, control y
desprecio “Mecanismo en virtud del cual el sujeto intenta reparar los efectos de sus fantasmas destructores sobre
su objeto de amor. Este mecanismo va ligado a la angustia y a la culpabilidad depresivas: la reparación
fantasmáticas del objeto materno, externo e interno, permitiría superar la posición depresiva asegurando al yo
una identificación estable con el objeto benéfico"
Luego sobreviene una posición depresiva, en la cual el bebé siente cada vez más que su objeto ideal y sus propios
impulsos libidinales son más fuertes que el objeto malo y que sus propios impulsos malos, se puede identificar
cada vez más con su objeto ideal y gracias a esta identificación y también al crecimiento y desarrollo fisiológico de
su yo siente que este se va fortificando y capacitando para defenderse a sí mismo y al objeto ideal. La posición
depresiva constituye un logro perteneciente a la edad del destete. Si todo marcha bien, la posición depresiva se
alcanza y se instaura cerca de la segunda mitad del primer año. A menudo tarda mucho más en instaurarse,
incluso dentro de un desarrollo más o menos sano.
Cuando el bebé llega a reconocer a su madre significa que la ve como un objeto total.
Cada vez que el bebé se relaciona no solo con el pecho sino también con las manos, el rostro, los ojos de la madre
como objetos diferenciados, sino con la madre como objeto total que puede ser a veces buena y a veces mala,
que puede estar presente o ausente y a la que puede amar y odiar al mismo tiempo, aparece la ambivalencia. La
maduración del sistema nervioso central permite la mejor organización de las percepciones provenientes de
diferentes áreas fisiológicas y el desarrollo y organización de la memoria. Reconoce entonces que es una misma
persona aquella a quien odia y ama.
En la posición esquizo-paranoide el motivo principal de la ansiedad es que el objeto malo destruye al yo; en la
posición depresiva el motivo principal de la ansiedad del bebé es que sus propios impulsos destructivos hayan
destruido o lleguen a destruir al objeto amado a quien pertenece totalmente. La patología, entonces, surge de la
fijación en estas posiciones. Este fracaso puede conducir a un reforzamiento regresivo de los temores
persecutorios y fortificar los puntos de fijación de graves psicosis, del grupo de las esquizofrenias. Asimismo, el
surgimiento de severas dificultades durante el período de la posición depresiva puede provocar perturbaciones
maníaco-depresivas en la vida posterior. Depende que se haya superado la posición depresiva y de qué manera
pasa a constituirse en un punto crucial para la elección de neurosis o psicosis.
El bebé kleiniano es un bebé que prácticamente desde el nacimiento tiene una intensa y violenta vida emocional:
es un bebé que siente e interpreta lo que siente, si bien estas interpretaciones de su realidad se aproximan a lo
que, si fuera un adulto, llamaríamos interpretaciones delirantes o psicóticas de la misma. Posee un rico y
complejo mundo emocional, la oscilante y creciente gama de emociones bajo las que vive, sufre y desarrolla.
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El bebé kleiniano de alrededor de un año y medio ha alcanzado ya un grado de desarrollo emocional e intelectual
significativo, ha dejado atrás la elaboración del destete, ha ampliado el espectro de objetos con los que se
relaciona de modos diversos, ha aprendido o está aprendiendo a caminar, etc.
CONCEPTO CENTRAL DE ESTA UNIDAD: La hora de juego terapéutica es diferente a hablar de hora de juego
psicodiagnóstica. La hora de juego terapéutica se ve asociada al proceso primario y se realiza en varios
encuentros. En ella el niño lleva a cabo las actividades que desea, intercambiando roles con el adulto y cambiando
juguetes como signo de creatividad.
La hora de juego psicodiagnóstica se ve asociada al proceso secundario y se produce en un solo encuentro. En ella
existen dos indicaciones: a) Evaluar la rigidez o plasticidad del niño en el juego, que pueda jugar y disfrutar y
cambiar de juego. b) El adulto no tiene que participar.
En el juego del niño deberían verse la riqueza simbólica y la tolerancia a la frustración (por ejemplo, que no rompa
los juguetes). El material de juego, como la cerámica o la plastilina, siempre se conserva como la dejó el paciente.
La motricidad es importante porque la manera en que el niño se mueve es indicador diagnóstico. En el “como sí”
hay que poder detectar la estructuración subjetiva (un neurótico entiende que es un “como sí”, el niño psicótico
no.
La habitación donde se psicoanaliza un niño no precisa ser grande porque la técnica de juego no exige mucho
espacio. Las paredes deben ser lavables y conviene que el piso esté recubierto de linóleum o flexiplast. Debe
contarse con un lavatorio y papel higiénico. El clima debe ser de apacible aislamiento y solo por un motivo muy
excepcional podrá interrumpirse la sesión o permitirse que otra persona entre al consultorio. La mesa y las sillas
serán cómodas y simples. Será útil un pequeño y cómodo diván en el que el niño pueda recostarse y hablar
porque aún los muy pequeños llegan a necesitarlo y con mucha frecuencia lo piden aquellos que van acercándose
a la pubertad. El aspecto del consultorio debe ser por sí mismo la regla fundamental, sin que se explique al niño lo
que debe hacer, por lo cual en la primera sesión los juguetes y objetos que le hemos destinado se colocarán sobre
una mesa, es decir, lo que le ofrecemos para comunicarse con nosotros. Cuando observamos a un niño para
diagnóstico le ofrecemos un material de juego que guardamos en un cajón destinado a éste fin. Lo abrimos solo
cuando recibimos un niño que viene para una hora de observación.
La primera acción que realiza el niño y el tiempo que transcurre hasta que inicia, nos enseñarán muchísimo sobre
su actitud frente al mundo; y el grado de inhibición de juego que manifieste es un índice de la gravedad de su
neurosis. Veremos luego que la primera sesión es de una trascendencia muy especial porque en ella el niño
muestra cuál es su fantasía inconsciente de enfermedad y curación y como acepta o rechaza nuestro papel de
terapeuta. Al despedirse se le recordará el día y la hora de la siguiente sesión.
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En resumen, determinados elementos que se ofrecen al niño para facilitar la comunicación preverbal son básicos
y deben ser renovados para que sean útiles para expresar algo. Evitamos la aniquilación de esas sustancias que
simbolizan contenidos del paciente o del terapeuta como el vínculo entre ambos, del mismo modo que lo
preservamos a él. La reposición de otros materiales: autos, aviones o platos, etc. se hará siempre que el niño lo
pida y que las circunstancias lo aconsejen. Desde ya que es importante que el material que le ofrecemos sea
simple y de buena calidad y en lo posible no frágil. Técnicamente no es conveniente reponer lo roto sino en la
medida en que se muestra útil para la comprensión y expresión de un juego y que debe de todos modos
mantenerse lo roto aunque el niño pretenda no verlo en el cajón. Este rechazo obedece a una necesidad similar a
la del adulto que recurre a la negación de sus tendencias destructivas o de sus síntomas. Alejar del cajón lo
destruido significa alejar de su mente el conocimiento de que hay algo destruido y enfermo en sí mismo, porque
no se siente capaz de arreglarlo. La presencia del objeto destruido es de suma utilidad técnica ya que cuando
surgen genuinas tendencias de reparación, lo busca y se ingenia para arreglarlo.
Para trabajar con niños es necesario conocer y jugar un número suficientemente amplio de juegos, conocer los
personajes y las historietas más leídas, conservar un suficiente placer por el juego y tener una agilidad que le
permita afrontar sin demasiado esfuerzo el ejercicio.
La hora de juego psicodiagnóstico constituye un recurso o instrumento técnico que posee el psicólogo dentro del
proceso psicodiagnóstico con el fin de conocer la realidad del niño que traen a consulta. En esta situación se
representan solo un segmento de su repertorio de conductas, reactualizando en el aquí y ahora un conjunto de
fantasías y relaciones de objeto y se sobreimpondrán al campo del estímulo. Por eso se recurre
complementariamente a otros instrumentos o métodos de investigación.
Para las autoras, la diferencia entre la hora de juego diagnóstica y la hora de juego terapéutica radica en que la
hora de juego diagnóstica posee un comienzo, desarrollo y fin en sí misma, opera como una unidad y se la debe
interpretar como tal. La segunda, en cambio, es un eslabón más en un amplio continuo en el que van surgiendo
aspectos nuevos y modificaciones estructurales por la intervención activa del terapeuta.
En la verbalización de las fantasías aparecen tamizadas por el proceso secundario y aparece más clara expresada a
través del lenguaje, el uso apropiado de verbos y leyes de pensamiento lógico-formal. En el juego, en cambio, se
da una comunicación de tipo espacial, en la que se incluyen más elementos del proceso primario a través de
principios como la condensación, atemporalidad y desplazamiento, actuados en el mismo juego.
Los aspectos formales de la hora de juego diagnóstica hacen al contenido de la misma, ya que el encuadre y las
condiciones del ámbito de trabajo configuran una Gestalt que responde a nuestro marco referencial teórico. Por
eso deben remarcarse las condiciones generales en las que debe desarrollarse el proceso:
Los juguetes deben estar expuestos sobre una mesa al lado de una caja abierta, distribuidos sin responder a
agrupamientos para que el paciente realice esta tarea de acuerdo a sus fantasías. El canasto debe estar presente
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para que funcione como elemento lúdico aparte de depositario de la producción. La presentación de los juguetes
sobre la mesa, fuera de la caja evita el incremento de ansiedad persecutoria que puede surgir en un primer
contacto frente a un continente-caja desconocido, cerrado (compartiendo en éste caso el criterio con otros
autores).
Haciendo referencia al criterio de funcionalidad, una cantidad excesiva de material distrae y confunde al
entrevistado.
Respecto del material debe incluírselo tanto del tipo estructurado como inestructurado, posibilitando la
expresión sin que la experiencia resulte invasora:
- papel tamaño carta, lápices negros y de colores, crayones, tijera de punta roma, plastilina de distintos colores,
goma de borrar, goma de pegar, sacapuntas, papel glacé, hilo de tipo piolín, dos o tres muñequitos, familia de
animales salvajes, familia de animales domésticos, dos o tres autitos de distintos tamaños, dos o tres avioncitos,
dos o tres tacitas con platitos y cucharitas, algunos cubos, trapitos, tizas, pelota
Consigna: Cuando el niño entra en el consultorio, el psicólogo debe poner de manifiesto en forma breve y en
lenguaje aprehensible una serie de informaciones que configuran la consigna: definición de roles, limitación de
tiempo y espacio, material a utilizar, objetivos perseguidos
El rol que cumple el psicólogo durante el proceso psicodiagnóstico es un rol pasivo, en tanto funciona como
observador y activo en la medida en que su actitud atenta y abierta (atención flotante) le permite la comprensión
y formulación de hipótesis sobre la problemática del entrevistado. Puede existir un señalamiento en el caso que el
niño se bloquee o manifieste su rechazo mediante la inhibición en el juego. Entendiendo por señalamiento la
explicitación de aspectos manifiestos disociados de la conducta.
Frente a la ausencia de indicadores estandarizados acerca del análisis de la hora de juego diagnóstica, Ocampo y
Arzeno ofrecen una guía sistematizada y coherente para orientar el análisis. Es un método que funciona de guía
interna compartida y objetivada.
De acuerdo a la observación clínica, en un niño de tres años es dable esperar un juego egocéntrico, en un niño
que se encuentra entre los cuatro y siete años es dable encontrar una mayor aproximación a lo real, con creciente
preocupación por la veracidad de la imitación exacta, comenzando a incluir entre los cinco y los seis una
intencionalidad, y posteriormente, entre los siete y once años, se estabilizarían los esbozos de reglas, como
atribuir y asumir roles explicitados de antemano.
2) Modalidad de juego: Es la forma en que el yo pone de manifiesto la función simbólica. Cada sujeto estructura
su juego de acuerdo a una modalidad que le es propia y que implica un rasgo caracterológico:
a) Plasticidad, b) rigidez, c) estereotipia y perseveración
3) Personificación: Cuando hablamos de personificación nos referimos a la capacidad de asumir y adjudicar roles
en forma dramática. En la consigna hay una explicitación de roles que implica la observación del psicólogo y el
juego del niño. Si durante el transcurso de la hora de juego el niño nos pide que asumamos determinados roles,
creemos necesario que nos explique con claridad las características del rol adjudicado para que quede bien
definido y responda a las fantasías proyectadas.
En el niño psicótico tendrá personajes crueles y terroríficos con gran carga de omnipotencia.
En el niño neurótico tendrá personajes más cercanos a la realidad con fijeza en la adjudicación de roles.
En el niño normal hay mayor fluidez y capacidad de intercambiar roles.
4) Motricidad: Este indicador nos permite ver la adecuación de la motricidad del niño con la etapa evolutiva que
atraviesa. A cada período hay pautas esperables que responden por un lado al desarrollo neurológico y por otro a
factores psicológicos y ambientales. A través de la hora de juego el psicólogo puede observar la disfuncionalidad
motriz, aunque para especificar la calidad y la intensidad y el origen del trastorno será preciso aplicar
instrumentos más sensibles.
Entre los aspectos dignos de observar están:
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a) desplazamiento geográfico, b) posibilidad de encaje, c) prensión y manejo, d) alternancia de miembros, e)
lateralidad, f) movimientos bizarros, g) ritmo de movimientos, h) hiperquinesia, i) hiperquinesia y j) ductilidad
En el niño psicótico estará determinado por movimientos bruscos y bizarros sin relación con el contexto,
inhibición o autismo.
En el niño neurótico es variable.
En el niño normal es adecuada.
5) Creatividad: Crear es unir o relacionar elementos dispersos en un elemento nuevo y distinto. Este proceso tiene
una finalidad deliberada: descubrir una organización exitosa, gratificante y enriquecedora, producto de un
adecuado equilibrio entre el principio de placer y el principio de realidad. El niño acciona sobre los elementos de
su entorno (juguetes), para lograr los fines propuestos.
La nueva configuración tiene una connotación de sorpresa o descubrimiento para el niño y se acompaña de un
sentimiento de satisfacción. Redunda en un incremento de la capacidad de aprendizaje. A su vez una adecuada
tolerancia a la frustración permite la representación mental del sujeto de manera que se genera un incremento
de la función simbólica.
En el niño psicótico no existe como posibilidad yoica, las producciones son originales.
En el niño neurótico estará disminuida, depende del grado de síntesis yoica.
En el niño normal será buena en función de su libertad interna.
6) Capacidad simbólica: Un monto adecuado de angustia es la base necesaria para la formación de símbolos. La
expresión directa de las situaciones conflictivas puede inhibir total o parcialmente la conducta lúdica pues
provoca un quantum de ansiedad intolerable para el yo. Por lo tanto, el niño logra mediante el juego la
emergencia de estas fantasías a través de objetos suficientemente alejados del conflicto primitivo y que cumplen
el rol de mediatizadores: apela a sus posibilidades de elaboración secundaria para expresar la fantasía. Cada
símbolo adquiere sentido en el contexto en el cual se expresa. A medida que el niño crece aumenta la distancia
entre el símbolo y lo simbolizado.
Respecto del juego en el niño psicótico es importante destacar que, en términos estrictos, no se trataría de un
juego en el sentido de actividad lúdica en tanto jugar implica posibilidades de simbolizar. En el psicótico,
significante y significado son una misma cosa. La estructura psicótica se evidencia en diferentes indicadores. Así,
el niño psicótico no puede adecuarse a la realidad en tanto se maneja con predominancia del proceso primario,
distorsionando la percepción del mundo externo y, en la situación diagnóstica, la relación o el vínculo con el
psicólogo.
En el niño neurótico, a diferencia del psicótico, encontramos capacidad de expresión lúdica con reconocimiento
parcial de la realidad, áreas libres de conflicto coexistentes con escotomas que encubren situaciones conflictivas.
Encontramos desarrollada la capacidad simbólica que le posibilita la expresión de sus conflictos en el como si de
la situación de juego. La dinámica del conflicto neurótico se da entre impulsos y su relación con la realidad. Utiliza
entonces una serie de conductas defensivas que redundan en un empobrecimiento yoico cuyas características
dependerán de las áreas afectadas. El cuadro nosográfico, por su parte, se determina por la predominancia de
cierto tipo de defensas. Otra característica es el bajo umbral de tolerancia a la frustración o la sobre adaptación
en ciertas áreas, manifestaciones ambas de la debilidad yoica del neurótico que en íntima relación con las
características severas de su superyó y los términos del conflicto.
En el niño psicótico hay una carencia de adaptación porque no puede discriminar la realidad como tal.
En el niño neurótico el reconocimiento es parcial, habrá escotomas en función del conflicto.
En el niño normal habrá una buena capacidad de adaptación.
Acerca de la fantasía, se utiliza el término en su sentido más amplio, como aquello que el niño expresa mediante
el juego, toda cosa que ocurre toda vez que lo que el niño hace evoca en el entrevistador una representación
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mental correspondiente a un contenido inconsciente. Por ejemplo, si el niño juega a dar de comer a los animales
se evoca la situación básica de dar de comer en la pareja madre-hijo.
El clímax como manifestación de una fantasía implica la capacidad de simbolizar a través de ella la ansiedad.
Cuando la ansiedad bombardea al o muy intensamente, este no puede mediatizar a través de la simbolización y el
clímax es expresión de la ansiedad misma (en el llanto, por ejemplo.)
Howard Gardner, psicólogo norteamericano de la Universidad de Harvard, escribió en 1983 “Las estructuras de la
mente”, un trabajo en el que consideraba el concepto de inteligencia como un potencial que cada ser humano
posee en mayor o menor grado, planteando que ésta no podía ser medida por instrumentos normalizados en test
de CI5 y ofreció criterios, no para medirla, sino para observarla y desarrollarla.
Según Howard Gardner, creador de la Teoría de las inteligencias múltiples, la inteligencia es la capacidad para
resolver problemas o elaborar productos que puedan ser valorados en una determinada cultura. Propuso varios
tipos de inteligencia, igual de importantes:
Inteligencia lingüística: capacidad de usar las palabras de manera adecuada.
Inteligencia lógica-matemática: capacidad que permite resolver problemas de lógica y matemática.
Inteligencia musical: capacidad relacionada con las artes musicales.
Inteligencia espacial: la capacidad de distinguir aspectos como: color, línea, forma, figura, espacio, y sus
relaciones en tres dimensiones.
Inteligencia corporal-cinestésica: capacidad de controlar y coordinar los movimientos del cuerpo y
expresar sentimientos con él.
Inteligencia intrapersonal: está relacionada con las emociones, y permite entenderse a sí mismo.
Inteligencia interpersonal o social: capacidad para entender a las demás personas con empatía; está
relacionada con las emociones.
Inteligencia naturalista: la utilizamos al observar y estudiar la naturaleza para organizar y clasificar.
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Inteligencia existencial o filosófica: la capacidad para situarse a sí mismo con respecto al cosmos y
autosugestionarse.
La psicometría es la disciplina que se encarga de las mediciones psicológicas. Los primeros trabajos de psicometría
surgieron para evaluar la inteligencia mediante diversos test cuya aplicación permitía estimar el cociente
intelectual de los individuos, una medida que se suponía aproximada al constructo de la inteligencia. Los criterios
de cientificidad más extendidos en psicometría para la aceptación de los tests de inteligencia son la fiabilidad y
la validez, medidas obtenidas generalmente a través de técnicas estadísticas basadas en la correlación, como
el análisis factorial o la regresión lineal.
Algunos de estos test ofrecen una única medida, un "factor general de inteligencia", (o Factor G en términos de la
Teoría bifactorial de Charles Spearman -autor en cuyas teorías se basa el Test de Matrices Progresivas-) que se
determina comparando el rendimiento del sujeto con el obtenido por su grupo de referencia, en condiciones
similares. Otros tests, sin embargo, están diseñados bajo un marco teórico diferente, y en consecuencia permiten
la estimación de varias medidas independientes correspondientes a los distintos tipos de inteligencia.
Las Matrices Progresivas Escala General de Raven (MPG), publicadas en 1938, fueron construidas sobre la base
del supuesto a priori de que este test debía ser adecuado para comparar las personas en cuanto a su capacidad
inmediata para la observación y el pensamiento claro.
Las MPG (series A, B, C, D y E) ponen a prueba la capacidad de la persona en el momento de la administración del
test para aprehender dibujos sin sentido presentados para su observación, ver las relaciones entre ellos, concebir
la naturaleza de la figura que completa cada sistema de relaciones presentado y, al proceder de este modo,
desarrollar un método sistemático de razonamiento. La escala consta de 60 problemas divididos en cinco series
de 12 cada una. En cada serie, dentro de lo posible el primer problema tiene una solución evidente. Los
problemas siguientes se van volviendo más difíciles. El orden de los ítems proporciona el entrenamiento estándar
en el método de trabajo. Las cinco series brindan cinco oportunidades de captar el método y cinco evaluaciones
progresivas de la capacidad del examinado para la actividad intelectual. A fin de asegurar un interés sostenido y
no producir fatiga, las figuras de cada problema están dibujadas con nitidez y precisión y resultan gratas de ver.
Las MPG estaban destinadas a abarcar la más amplia gama posible de capacidades mentales y a ser igualmente
útiles con personas de todas las edades, fuera cual fuere su educación, su nacionalidad o su condición física. En
vista de su amplia aplicabilidad, se esperaba que presentara ciertas limitaciones. Como los sujetos posibles son
también niños, las series primera, segunda, y los problemas introductorios de las series tercera y cuarta les
proporcionan a los adultos muy poco más que entrenamiento en el método de trabajo. Una serie breve de
práctica para ilustrar el método serviría igualmente bien. La escala pretende proporcionar una estimación
confiable de la capacidad del sujeto para pensar con claridad cuando se le permite trabajar tranquilamente y a su
propia velocidad desde el principio al fin, sin interrupciones. Como cada una de las cinco series de ítems comienza
con problemas fáciles y termina con otros difíciles, los puntajes no serán confiables si la escala se emplea con un
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único límite de tiempo, que no les permite concluir el trabajo a todos. Si lo que se necesita es una medida de
eficiencia intelectual (que es distinta de la capacidad intelectual), se deben usar las Matrices Progresivas Escala
Avanzada.
El objetivo es que la escala abarque la gama completa del desarrollo intelectual desde que el niño capta la idea de
completar una pauta con una pieza faltante.
El puntaje total proporciona un índice de la capacidad intelectual. Como test de capacidad no cronometrado e
incluso como test de velocidad o eficiencia de 20 minutos, se ha encontrado que los resultados son más
confiables y psicológicamente válidos que lo que cabría esperar de 60 problemas ordenados en cinco series de
dificultades superpuestas. Pero hay que tener presente que se pretende que la escala abarque toda la gama del
desarrollo intelectual, más bien que diferenciar claramente entre las personas individuales.
No se espera que los niños pequeños, deficientes mentales y las personas muy ancianas resuelvan más que los
problemas de las series A, B y los más fáciles de las series C y D en lo que el razonamiento por analogía no es lo
esencial.
Entre los 8 y 11 años de edad parece producirse una transformación casi completa de los procesos de
razonamiento del niño. Antes de ella los niños comprenden poco más que los problemas del tipo presentado en
las series A y B de las MPG. Su vocabulario tiene a ser limitado y su educación depende en gran medida del
trabajo práctico y lo medios auxiliares visuales.
Esta etapa en apariencia decisiva en la maduración intelectual distingue a la persona intelectualmente inmadura
de la persona de capacidad intelectual normal o superior a la normal.
Debe rescatarse aquello que sucede en las patologías orgánicas por traumatismos. Algunos de los resultados de
las investigaciones concernientes a sujetos con daño cerebral. Si el daño ha tenido lugar luego de que el individuo
ha aprendido a hablar, todavía puede manipular símbolos verbales en un nivel cognitivo, aunque no pueda
expresarse verbalmente. Esa manipulación verbal cognitiva podría servir para mantener un nivel adecuado de
desempeño en tareas de razonamiento abstracto.
Acerca de las instrucciones para la administración del test, la administración individual parece introducir factores
emocionales que gravitan menos cuando se permite que los sujetos trabajen tranquilamente a su propia
velocidad. El test autoadministrado o colectivo aparentemente proporciona una muestra más confiable de la
producción de la actividad intelectual durante la prueba.
Durante una conversación preliminar se deben anotar los datos del sujeto en la hoja de respuestas. Luego debe
abrirse el cuaderno de matrices en la primera ilustración e indicar al niño que observe la figura de arriba, diciendo
que es un dibujo en el que se ha recortado una parte y (señalando las otras figuras debajo) cada una de las
restantes figuras tiene una forma que se ajusta bien en el espacio en blanco, pero sólo una de ellas es correcta. Si
el sujeto logra identificar cual es la correcta se prosigue a la siguiente, explicando hasta que haya captado con
claridad la naturaleza del problema que hay que resolver. Luego, se indicará que siga solo hasta el final del
cuaderno y confirmar, de tanto en tanto con observaciones, que se está procediendo correctamente.
Suelen producirse errores en las anotaciones en la hoja de respuestas. Es preciso que el examinador verifique si
cada sujeto ha anotado sus soluciones a los cinco primeros problemas.
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Al cabo de más o menos media hora se pide a los examinados que avisen cuando han terminado. Cuando lo
hacen, el examinador controla que el protocola haya sido llenado correctamente y que se hayan abordado todos
los problemas. Cuando cada sujeto termina, se le pide que devuelva el cuaderno de matrices y se lo deja en
libertad o bien se le indica que pase al test siguiente, de haberlo.
Tanto el protocolo estándar como la hoja de respuestas para la puntuación mecánica se han diseñado de modo
que permitan la calificación rápida y exacta con una parrilla especial que se superpone sobre aquellos. La hoja de
respuestas para la puntuación mecánica es particularmente fácil de calificar de este modo porque, después de
haberse controlado que a ningún ítem se le hayan dado dos o más respuestas, basta con contar los cuadros que
aparecen marcados en la plantilla con clave de puntuación.
El puntaje del sujeto con la escala es el número total de problemas que ha resuelto bien al permitírsele trabajar
con tranquilidad a lo largo de todo el test desde el principio al fin.
La consistencia o regularidad del trabajo puede evaluarse restando del puntaje parcial en cada una de las cinco
series el puntaje esperado en cada una de ellas para el mismo puntaje total. El puntaje esperado se da en la tabla
MPG II. La diferencia entre el puntaje en cada serie y el normalmente esperado por el puntaje total presenta, por
ejemplo, el siguiente aspecto numérico:
Si en alguna de las series el puntaje del sujeto se desvía más de 2, el puntaje total que obtuvo con la escala no
puede aceptarse en su valor nominal como medición consistente de la capacidad general para la actividad
intelectual. A los fines generales, el puntaje total parece ser relativamente válido incluso cuando al comienzo
aparezcan discrepancias mayores de 2 puntos.
Los sujetos con puntajes bajos presentan una cantidad proporcionalmente mayor de éxitos por azar, de modo
que los puntajes bajos son siempre menos consistentes y confiable que los puntajes altos.
El método más satisfactorio para interpretar un puntaje total consiste en considerarlo en función de las
frecuencias con que aparece entre los sujetos de la misma edad del examinado. Este método tiene sobre los otros
la ventaja de que no implica ningún supuesto a priori en cuanto a que en la niñez el desarrollo de la capacidad
intelectual es necesariamente uniforme o esta necesariamente distribuido de modo simétrico. A los fines
prácticos, es conveniente agrupar a ciertos porcentajes de la población en función de sus puntajes. De este modo,
podemos clasificar a las personas según los puntajes que han obtenido, en las categorías siguientes:
Rango I o intelectualmente superior: el puntaje es igual o superior al del percentil 95 para los sujetos de esa edad.
Rango II o definitivamente superior en capacidad intelectual al término medio: el sujeto iguala o supera el
percentil 75.
II+: el puntaje iguala o supera el percentil 90.
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Rango III o intelectualmente término medio: el puntaje cae entre los percentiles 25 y 75.
III+: el puntaje es superior al de la medio o percentil 50.
III-: el puntaje es inferior al de la media.
Rango IV o definitivamente inferior en capacidad intelectual al término medio: el puntaje es igual o menor al del
percentil 25.
IV-: el puntaje es igual o menor que el del percentil 10.
Rango V o deficiente mental: es el puntaje igual o menor que el del percentil 5 para los sujetos de esa edad.
El puntaje total obtenido, la consistencia de la valoración y el rango se resumen adecuadamente con una
presentación como la siguiente
Puntaje total: 46
Discrepancias: 0, +1, -2, +2, -1
Rango: III+
Tiempo: 38 minutos.
Luego del desarrollo y vasto empleo de las matrices progresivas escala general con una amplia gama de sujetos,
hubo muchos requerimientos de un test capaz de indicar en unos minutos si una persona es intelectualmente
torpe, término medio o brillante. También surgió la demanda de un test confiable para medir la eficiencia
intelectual de personas con una capacidad intelectual superior al promedio y que diferenciara claramente entre
individuos de una aptitud incluso superior. Las matrices progresivas escala avanzada (MPA) se construyeron para
satisfacer esas dos necesidades.
Las MPA se publican en dos cuadernos separados que presentan, respectivamente la serie I (12 problemas que
abarcan todos los procesos intelectuales ejemplificados en las MPG y la gama completa de dificultades), la serie II
(que comprende 36 problemas relativamente difíciles, destinados a discriminar entre quienes pueden resolver
todos o casi todos los problemas de las MPG).
La serie I puede emplearse para familiarizar con la naturaleza de los problemas a los sujetos que van a abordar la
serie II y entrenarlos en el método de trabajo. También se la puede utilizar como test de 10 minutos a fin de
obtener una indicación aproximada de la aptitud de la persona para percibir y pensar con claridad.
La serie II se puede usar para discriminar entre personas de aptitud intelectual superior de dos modos posibles:
sin límites de tiempo, en la evolución de la capacidad de observación y pensamiento claro, o con un límite de
tiempo (por lo general 40 minutos) en la evaluación de la eficiencia del trabajo intelectual. Los problemas de la
serie II tienen presentaciones y argumentos similares a los de la serie I solo que su dificultad aumenta de modo
más constante y se vuelven considerablemente más complejos. Están ordenados en función de la frecuencia con
que se los resuelve, de modo que la validez del puntaje total, a diferencia de lo que ocurre en las MPG, no
depende de que el sujeto haya intentado resolver todos los problemas de la escala antes de detenerse. En su
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primer intento, nadie, aunque tenga una capacidad intelectual sobresaliente, los resuelve todos en menos de 40
minutos; el interés y la atención de los sujetos se sostiene sin aburrimiento durante más de una hora.
La serie I indica en pocos minutos si una persona tiende a pertenecer al 10 por ciento más torpe de los adultos, el
80 por ciento término medio o al 10 por ciento más brillante.
Después del primer problema, cuenta como correcta o errónea la primera elección del sujeto. Las personas
“torpes” tropiezan con dificultades en los primeros cinco problemas, y si no tienen suerte con soluciones al azar,
su puntaje total en la serie es menor de 6. Las personas con capacidad término medio no encuentran dificultades
en los primeros cuatro problemas, cometen errores en los problemas 5 a 10 y pocas veces resuelven los dos
últimos de la serie. Las personas “brillantes” captan el principio rápidamente y, con la excepción de algún posible
error por descuido en el inicio de la serie, pocas veces fracasan en más de un problema.
La serie II se administra como teste de capacidad mental no cronometrado a quienes captan el principio de la
serie I sin dificultades y resuelven más de la mitad de esos problemas. Después de completar la serie I, se le
muestra la serie II y se le pide que anote sus soluciones en la hoja de respuestas. Se le dice que los problemas son
similares a los de la serie I, solo que hay más y que van aumentando su dificultad con más continuidad.
Elizabeth Koppitz estudió, estandarizó y describió el Dibujo de Figura Humana (DFH), como prueba proyectiva y
del desarrollo en 1968. Su contribución incluyó el análisis y tabulación de resultados, en niños de 5 a 12 años.
El examinador indica como consigna: "Quiero que en esta hoja dibujes una persona completa. Puede ser cualquier
clase de persona que quieras dibujar, siempre que sea una persona completa y no una caricatura o una figura
hecha con palitos."
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En los niños pequeños se puede agregar la indicación: "Puedes dibujar un hombre o una mujer, o un niño o una
niña, lo que te guste dibujar".
No hay límite de tiempo para el dibujo; el niño puede borrar o cambiar de hoja cuantas veces lo pida (3).
Acerca de la interpretación de cualquier dibujo es necesario conocer la edad y sexo del niño, su historia clínica, el
ambiente que lo rodea y las características de su familia.
Koppitz se formuló tres preguntas para interpretar el test en los niños:
- ¿Cómo dibuja el niño su figura o figuras?
- ¿A quién dibuja?
- ¿Qué está tratando de decir con su dibujo?
b. Ubicación en el papel: Dibujos realizados en la porción superior del papel, reflejan el mundo de la fantasía y los
sueños.
Aquellos ubicados en la porción inferior, dan cuenta de niños con una personalidad más retraída o bien con
algunos sentimientos depresivos.
El lado izquierdo de la hoja hace alusión al pasado, a lo regresivo; mientras que el lado derecho a una visión sobre
su futuro.
c. Fuerza del trazo: El trazo fuerte indica pulsiones poderosas, audacia o violencia.
Los dibujos con trazos débiles pueden indicar delicadeza de sentimientos, timidez, incapacidad de afirmarse o
sentimiento de fracaso
d. Ritmo: Un dibujo con trazos simétricos en todos los personajes traduce la pérdida de espontaneidad del niño
y/o la rigidización de su entorno. Este tipo de dibujo puede indicar también algunos rasgos de carácter obsesivo
(3).
La persona a quien dibuja el niño es por lo general la persona de mayor interés e importancia para él.
En la mayoría de los casos los niños se dibujarán a sí mismos, pues obviamente nadie es más importante para un
pequeño que él mismo.
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Algunos niños no se dibujan a sí mismos sino que dibujan, por ejemplo, a su padre o a su madre. El dibujo de una
persona distinta al niño puede reflejar un conflicto con ésta, pero también puede traducir una preocupación
positiva por ella.
Es frecuente que las adolescentes tempranas dibujen personajes masculinos seductores, como consecuencia del
despertar de sus impulsos y deseos sexuales.
Si un niño cuenta una historia espontánea sobre su DFH, el contenido de la representa un deseo.
El dibujo de figura humana es un test de gran utilidad en la evaluación clínica de los pacientes pediátricos.
El test es capaz de brindar información sobre el nivel de desarrollo del niño, su entorno, actitudes y
preocupaciones, sin la necesidad que éste lo exprese de manera verbal. Puede ser aplicado sin mayor dificultad
en la atención primaria y utilizado por cualquier profesional de la salud.
Elizabeth Koppitz evaluó y validó en 1968 el test de Dibujo de Figura Humana (DFH) en dos áreas, ajustadas a la
edad de los niños (1):
- Nivel de desarrollo
- Indicadores emocionales
Koppitz evaluó distintos indicadores de los dibujos infantiles y los agrupó según la edad en la cual los niños los
plasmaban, dando un índice del desarrollo infantil.
Los indicadores del desarrollo se evalúan en forma diferenciada entre hombres y mujeres, ya que habitualmente
las niñas los presentan uno a dos años antes que los niños.
Para evaluar el desarrollo infantil a partir de un dibujo es necesario obtener un puntaje que resulta de la
presencia y/o ausencia de ciertos indicadores.
El puntaje se calcula:
Puntaje basal: 5
Sumar (+1): por cada indicador excepcional presente
Restar (-1) por cada indicador esperado ausente
Es importante considerar que este test NO es una prueba de Coeficiente Intelectual del niño, sino sólo un
parámetro más de evaluación de su desarrollo.
Los indicadores emocionales propuestos por Koppitz para evaluar el dibujo infantil se caracterizan por:
- Tener validez clínica; es decir, ser capaz de diferenciar dibujos de niños con problemas emocionales de los que
no los presentan.
- Ser inusuales; o sea su omisión y/o presencia en el dibujo NO es frecuente en la mayoría de los niños.
- No relacionarse con la edad del niño ni con su nivel madurativo.
Signo Traducción
Cabeza
pequeña
(menos de Sensación de inadecuación intelectual
1/10 de la
figura total)
Ojos bizcos o
Hostilidad, rebeldía
desviados
Dientes Agresividad
Brazos cortos
(no llegan a Dificultad para conectarse con el mundo exterior y con aquellos que lo rodean
cintura)
Brazos largos
(bajo las Actitud agresiva generalizada o expansividad
rodillas)
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Brazos
pegados al Control interno rígido y dificultad para relacionarse
cuerpo
Manos
grandes (³ a la Conductas agresivas y actos relacionados con las manos
cara)
Manos Preocupación y sensación de inadecuación, puede relacionarse con temor a la
omitidas castración o con culpa.
Rigidez, dificultad en el control de impulsos y ocasionalmente temor a sufrir algún
Piernas juntas
ataque sexual
Representación real o simbólica: es raro en niños, indica agresión y dificultad severa
Genitales
en el control de impulsos
Monstruo o
Sentimientos de inadecuación y pobre percepción de sí mismo
figura grotesca
Dibujo
espontáneo de Raro, habitualmente signo de bajo rendimiento o lesión cerebral, es un tipo de
tres o más perseveración
figuras
Nubes, lluvia o
Ansiedad, presión ambiental, más habitual en niños que somatizan
nieve
Omisión de
Aislamiento, refugio en la fantasía por realidad dolorosa o frustrante
ojos
Omisión de Timidez, retraimiento, ausencia de agresividad manifiesta. Significativo desde 5
nariz años en , y 6 años en .
Omisión de Inseguridad, angustia, resistencia pasiva al ambiente (el niño simbólicamente no
boca quiere recibir nada más)
Omisión de En escolares es un signo de psicopatología, refleja ansiedad aguda relacionada con
cuerpo el cuerpo
Omisión de Ansiedad o culpa por conductas socialmente inaceptables realizadas con manos o
brazos brazos (robar por ejemplo). Significativo desde 7 años en , y 9 años en .
Omisión de
Angustia e inseguridad Significativo desde 7 años en , y 9 años en .
piernas
Omisión de Desvalimiento por no tener simbólicamente donde apoyarse Significativo desde 7
pies años en , y 9 años en .
Omisión de Inmadurez, impulsividad y pobre control interno Significativo desde 7 años en ,y
cuello 9 años en .
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La evaluación de los indicadores emocionales debe realizarse dentro de la perspectiva clínica del paciente. Es
importante destacar que la suma de varios indicadores será lo que nos oriente hacia el estado emocional del niño.
Dibujar es una tarea familiar para los niños, por lo que es poco amenazante hacerlo durante la consulta médica.
El DFH nos entrega información sobre el desarrollo de los niños, sus actitudes interpersonales y hacia la vida.
Es una técnica bien descrita, cuya interpretación se encuentra estandarizada, y nos abre camino hacia la mente
del niño de forma simple, a un bajo costo y con un corto tiempo de aplicación.
Mecanismo de defensa- Grassano
El concepto de defensa utilizado por Elsa Grassano, es el de la teoría kleiniana: las defensas cobran sentido y
significado dentro de una configuración específica de relación objetal; son parte de procesos dinámicos en los que
siempre están implicados vínculos con los objetos.
En tanto parte de procesos dinámicos, las defensas son vivenciadas como fantasías inconscientes acerca de
aspectos del yo y/o del objeto enfatizados, peyorativizados, controlados, divididos, no vistos, etc., cuyo objetivo
es disminuir la ansiedad existente en los vínculos objetales y preservar el equilibrio.
Las defensas constituyen la “mejor solución” lograda por el sujeto en las relaciones con sus objetos, se hallan
enraizadas en la personalidad y presentes en toda forma de percibir y conectarse (tanto en la realidad interna
como con la externa).
Durante la evolución, ciertas fantasías se privilegian y se estabilizan como modos comunes de manejar el vínculo
con los objetos. A estos modos estables de preservar el equilibrio de los vínculos con los objetos, apoyados en
fantasías y expresados en la conducta manifiesta por modos de percibir y valorizar algunos aspectos de la realidad
y del yo y neutralizar otros para evitar el sufrimiento psíquico se denominan mecanismos de defensa.
NEUROSIS
MECANISMO DE DEFENSA:
Represión: Actúa en todas las neurosis. Fenoménicamente se manifiesta como “lagunas” en el pensar, sentir o
verbalizar. Es el olvido no intencional de hechos, fantasías, ocurridos en la realidad externa o interna. Implica la
necesidad de mantener disociados (olvidados) aspectos del vínculo objetal vividos como conflictuales o
peligrosos. Como mecanismo neurótico funciona como un "dique de contención”, provocando empobrecimiento
y bloqueo.
La represión empobrece al yo en tanto lo limita en sus funciones mnémicas y perceptivas.
Es un mecanismo “mudo”, que se expresa por la “falta de” (recuerdos, afectos, etc.), más que por el
reforzamiento de determinadas conductas.
MANIFESTACION GRAFICA:
Figuras humanas: Son completas y armónicas, con ubicación espacial y tamaño adecuado. La Gestalt está
conservada. Las figuras son agradables y armoniosas con baja sexualización. La intensidad o grado de la represión
se pone de manifiesto en: a)- figuras rígidas y coartadas en sus movimientos; b)- figuras pobres en cuanto a
contenido; c)- distancia entre los pares disociados cuando éstos aparecen graficados.
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Dibujo de la casa y el árbol: Características generales: buena organización gestáltica, adecuada relación de partes,
adecuado tamaño y ubicación espacial, características armónicas. Vacío y pobreza de contenidos variables según
el grado de rigidez y control de la defensa.
En la construcción de la casa predomina la preocupación por los ventanales, aunque el aspecto general es
cerrado.
HISTERIA.
MECANISMO DE DEFENSA:
Desplazamiento: Ubica los impulsos en partes corporales. El desplazamiento se observa de “ abajo hacia arriba”,
que corresponde a una necesidad de ubicar en la parte superior del cuerpo conflictos referidos a las funciones y
órganos genitales.
La seducción es manifestada de manera implícita o explícta.
MANIFESTACION GRAFICA.
En la figura humana: Ubicación de la situación conflictiva en zonas corporales no conflictivas o en detalles de la
vestimenta.
FOBIA.
MECANISMO DE DEFENSA.
Desplazamiento: Necesidad de disociar el vínculo agresivo del vínculo amoroso con el objeto, proyectándolos en
los objetos externos. Tiene por finalidad proteger el vínculo con el objeto externo necesitado, ubicando el temor
en otros no tan necesitados, a los que puede evitar y odiar, y cuya pérdida no se sufre. Esto alivia al yo del peligro
y del dolor, permitiéndole ubicar impulsos y partes corporales en el objeto externo (identificación proyectiva).
MANIFESTACION GRAFICA.
Se expresa gráficamente en:
1) Necesidad de adicionar un nuevo objeto depositario y simbolizante del vínculo.
2) Ubicación de la situación conflictiva en objetos accesorios del gráfico, en el “fondo” o “ decorado” del objeto
gráfico requerido en la consigna.
NEUROSIS OBSESIVA:
MECANISMOS DE DEFENSA: Formación reactiva: Necesidad de
mantener una disociación entre el vínculo de amor y el vínculo agresivo establecidos con el objeto, reforzando al
primero y manteniendo bajo control al segundo. Permiten el ajuste a normas sociales (horarios, ceremoniales,
trabajo) que podrían despertar agresión o rebeldía.
Aislamiento: Consiste en la disociación primaria entre vínculos de amor y vínculos agresivos. Tiende a apuntalarla
y mantenerla, evitando que los pares de disociados se unan en la fantasía o en la realidad, dicha unión significaría
la desorganización del yo fantaseada como caos o locura.
Anulación: Se basa en el mecanismo de disociación y controla el vínculo agresivo con el objeto. Apela a fantasías
mágico-omnipotentes, donde una fantasía “buena” o un acto “bueno” pueden borrar, anular, otra fantasía o
acto previo “agresivo.
MANIFESTACIONES GRAFICAS
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Formación reactiva: Preocupación por lograr gráficos ordenados, completos y prolijos. Domina la meticulosidad y
detallismo. Necesidad de revisar, arreglar y repasar partes del dibujo ya realizado. Preocupación por la simetría.
Aislamiento: Dibujos pobres, fríos, con pocos contenidos, pequeños, con límites definidos y vacíos, en algunos
casos recuadrados.
Anulación: Necesidad de borrar el gráfico realizado o alguna de sus partes. Borronear y ensuciar (racionalizando
sombreado) partes o zonas. Ocultar un objeto gráfico con otro. Tachar figuras. Resultan gráficos sucios o
borroneados, generalmente, por el intento de limpiar, ordenar y pulir el dibujo.
DEPRESION:
MECANISMO DE DEFENSA:
Inhibición: Se manifiesta como impotencia o déficit de una o más funciones del yo. No presenta síntomas sino
ausencia de una función. Las fantasías son de agresión al objeto, está acentuado el temor a dañarlo y la inhibición
tiene por finalidad su protección.
MANIFESTACION GRAFICA:
Figuras pequeñas y débiles, trazo débil, amputaciones de las zonas corporales conflictuales.
Reforzamiento o ausencia de zonas, personas acostadas o sentadas, como expresión de baja vitalidad y debilidad
del yo.
PSICOSIS
MECANISMO DE DEFENSA:
Regresión: Es la reactualización de vínculos objetales correspondientes a momentos evolutivos ya superados en el
desarrollo individual. El yo claudica frente a situaciones actuales que no puede resolver y apela a modalidades de
relación evolutivamente más primitivas, que en su momento fueron eficaces para mantener el equilibrio.
La regresión patológica implica una regresión estructural reversible o no, a puntos disposicionales perturbados en
el desarrollo. Según Hanna Segal: “En la enfermedad psíquica se produce siempre una regresión a fases del
desarrollo en las que ya estaban presentes perturbaciones patológicas, que crearon bloqueos y constituyeron
puntos de fijación”.
MANIFESTACION GRAFICA:
A través del análisis de la secuencia de gráficos:
a)- Reactivación de características más agresivas y progresiva desorganización en la secuencia de gráficos.
b)- Incremento y exacerbación progresiva de control obsesivo, unido a un mayor empobrecimiento y confusión
del objeto logrado.
A través de elementos de un mismo gráfico:
a)- Presencia de zonas rotas, derruidas, o arbitrarias, “raras”. (Ej.: casas en ruinas).
b)- Pérdida de equilibrio: figura humana, casa o árbol cayéndose o en peligro de derrumbe.
Por la dirección del movimiento de las figuras (hacia la izquierda) o hacia abajo (en pendiente).
PERSONALIDADES ESQUIZOIDES:
MECANISMOS DE DEFENSA:
Disociación: El yo y un objeto único son divididos fantásticamente en dos. La división del objeto se establece en
función de las características idealizadas y persecutorias, y en correspondencia con una división del yo,
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estructurándose dos vínculos simultáneos entre un yo agresivo y un objeto idealizadamente persecutorio, y un yo
lleno de amor con un objeto idealizadamente bueno.
Idealización: Unido al mecanismo de disociación y defiende de ansiedades persecutorias. El monto de idealización
está relacionado directamente con el monto de persecución frente al objeto, y es una defensa resultante de
ansiedades persecutorias.
Negación y control omnipotente: Responde a la impotencia del yo frente a sus impulsos destructivos y a éstos
impulsos proyectados en el objeto.
La negación tiene por finalidad no ver aquellos aspectos del yo o del objeto que aterrorizan, y responde a la
fantasía de que aquello que no se ve, no existe, y por lo tanto no implica peligro. Está unida al control
omnipotente, a la fantasía de poseer, tanto el yo como el objeto idealizado, capacidad de control y de manejo
sobre el objeto persecutorio.
MANIFESTACIONES GRAFICAS:
Disociación: Los dibujos se presentan muy delimitados, rígidos, duros. Los personajes humanos son revestidos con
caracteres extrahumanos de poder.
Idealización: Énfasis del poder mágico y del defensivo, frente a posibles ataques de muerte. Las figuras humanas
son de gran tamaño, con exaltación de la capacidad mágica-omnipotente de dominio y control, de protección de
los débiles, de mando o de fuerza física.
Negación y control omnipotente: Figuras humanas pobres, con ojos cerrados, sonrisa estereotipada (payaso), bajo
contacto con el medio y características infantiles.
Para protegerse frente a los temores de desintegración y muerte crea un gráfico que expresa la necesidad de
poseer un yo invulnerable, fuerte, poderoso e insensible.
MANIA:
MECANISMOS DE DEFENSA:
Disociación: Varían los pares de objetos disociados. Se establece entre el objeto idealizado y el objeto
peyorativizado (roto).
Idealización: Adjudica al objeto una gran riqueza de contenido y una gran capacidad reparatoria. Si el objeto es
perfecto y lo posee todo, no está destruido, no puede atacar al yo, ni el yo tiene que penar por él ni preocuparse
por repararlo.
Negación y control omnipotente: Durante la etapa depresiva, la negación y el control omnipotente forman parte
de las defensas maníacas frente a la persecución y al dolor. La negación se propone negar tanto la destrucción del
objeto como los sentimientos de dolor, dependencia y necesidad del yo; favoreciendo las fantasías de reparación
omnipotentes del objeto.
Defensas maníacas: Este mecanismo es necesario para: a) negar la dependencia del objeto, el miedo a ser
abandonado y la emergencia de agresión por el abandono y b)
satisfacer la fantasía de reparación total del objeto, mediante un yo que tiene poderes mágicos de reconstrucción.
MANIFESTACIONES GRAFICAS:
Disociación: Mayor énfasis en algunas zonas corporales, en detrimento de otras. Objetos que simbolizan una
característica o función personal.
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Idealización: Objetos desvalidos, con un objeto idealizadamente protector o con un objeto persecutorio.
Negación y control omnipotente: Se manifiestan a través de movimiento, riqueza de contenido, formas de control
mágico del objeto, o capacidad omnipotente de reparación.
Defensas maníacas: En las figuras humanas está enfatizado el tamaño como expresión de la inflación del yo. El
énfasis está puesto en el límite corporal extendido. Generalmente la ubicación es central y hacia arriba.
Preocupación por llenar el dibujo de contenidos, tendientes a enriquecer y no tanto a dar poder (botones, flores,
etc.).
PERVERSION
MECANISMO DE DEFENSA:
Renegación: Consiste en que el sujeto rehúsa reconocer la realidad de una percepción traumática (la castración).
PSICOPATIA
MECANISMO DE DEFENSA:
Identificación proyectiva inductura: Se caracteriza por ser violenta, excesiva y tener por características básicas por
parte del yo “un manejo súbito y brusco tendiente a paralizar y anular la capacidad de discriminación del objeto
externo”. Busca depositar lo malo en el objeto externo pero, a diferencia de la identificación psicótica, el yo
mantiene el control de lo proyectado para evitar la reintroyección y para inducir al objeto a la asunción activa de
las características proyectadas. La intensidad y sadismo corresponden a una intensificación del período “perverso
polimorfo”.
MANIFESTACION GRAFICA:
Este tipo de defensa se pude manifestar en la producción gráfica o en la verbalización correspondiente.
Características generales: gráficos generalmente grandes, expresión de la necesidad de difundir la imagen
corporal, el cuerpo, en el continente objeto externo. El énfasis en el gráfico está puesto en la musculatura de
brazos y piernas en el tórax.
El aspecto de las figuras humanas puede tener diferentes características, según las fantasías y vínculos
intolerables específicos que el paciente necesita proyectar: aspecto desafiante muscularmente , o exhibicionista
perverso. Puede ser una “caricatura” si la intención es depositar vivencias de ridículo, burla y extrañeza frente al
propio cuerpo o al cuerpo del sexo opuesto. Son rasgos esenciales: énfasis en el cuerpo, características impulsivas
del trazo, tamaño grande y conservación de la Gestalt a través de la musculatura.
La casa y el árbol: exceso de tamaño, ramas con muchas nudosidades, y movimiento extendidas hacia fuera; mala
conexión del tronco con las ramas; ramas en punta, agresivas en su terminación. Casa: características ampulosas,
omnipotentes, tendencia a impactar y ”no mostrar”( casas cerradas o casas fachadas).
BIBLIOGRAFIA:
-Elsa Grassano, María L.S de Ocampo, María E. García Arzeno y colab.-“Las técnicas proyectivas y el proceso
psicodiagnóstico”-Cap. 8 “Los tests gráficos”.
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Cap. VIII Defensas en los test gráficos- Grassano, E.
Delimitación del concepto de defensa: Es de la teoría kleiniana, las defensas cobran sentido y significado dentro
de una configuración de relación objetal, son parte de procesos dinámicos en los que siempre está implicado el
vínculo con objetos. Es necesario diferenciar una defensa tal como es vivida internamente por el sujeto, de la
idea de una defensa (observador) acerca de los modos más habituales con que la persona maneja su ansiedad,
temores, deseos con los vínculos de los objetos. Las defensas son vivenciadas como fantasías inconscientes acerca
de aspectos del Yo y/o otro del objeto cuyo objetivo es disminuir la ansiedad existente en los vínculos objetales y
preservar el equilibrio. Estas fantasías se traducen en modos específicos de conducirse frente a objetos internos y
externos, creyendo satisfacer necesidades y evitar peligros fantaseados. El uso de fantasías responde a un
espectro de fantasías referidas al vínculo objetal (estado del yo, bondad, estado del objeto, maldad, respuesta
temida, control) Las defensas constituyen la “mejor solución” lograda por el sujeto, en las relaciones con sus
objetos, enraizadas en la personalidad y presentes en la forma de percibir y conectarse. Las defensas se asientan,
en su serie complementaria personal, se privilegian determinadas fantasías y se estabilizan modos comunes de
vincularse con los objetos. Estos modos, apoyados en fantasías y expresados por modos de percibir y valorizar
algunos aspectos de la realidad y del yo y neutralizar otros para evitar el sufrimiento, son los mecanismos de
defensa.
Relación y diferenciación entre fantasías inconscientes y mecanismos de defensa:
La fantasía inconsciente es la expresión mental de los instintos.
La diferencia entre fantasía inconsciente y mecanismo defensa, es aquella que hay entre un proceso real y
su representación mental, lo que fantasea para evitar el sufrimiento y la concretización de esta fantasía
en una determinada conducta interna y externa, detectada por el observador.
La fantasía sustituye al porque y al para qué.
Mecanismos defensa y tarea psicodiagnóstica
Hay que comprender el proceso del que forman parte. Distintos aspectos:
1) Cual es la modalidad defensiva, manifiesta y latente: Conocemos las defensas del entrevistado que tiñen en
forma más intensa su modo de vincularse con la realidad.
2) Porque él yo ha optado por ella: Qué factores vinculares de la historia individual y de la situación actual
influyeron en la estabilización de esos modos de defensa, frente a la ansiedad.
3) Para que él yo ha optado por ella: Cuáles son los peligros que intenta evitar
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4) A qué nivel evolutivo corresponde la modalidad defensiva: Las defensas tienen un nivel evolutivo. Existen por lo
tanto defensas primitivas frente a ansiedades primitivas o psicóticas y defensas adaptativas o más evolucionadas.
En términos generales, existe la siguiente secuencia evolutiva:
Mecanismos esquizoides: (disociación, idealización, negación, control del objeto, identificación
protectiva)
Mecanismos maníacos y obsesivos (en la entrada a la etapa depresiva) la resolución adecuada de esta
etapa da lugar a mecanismos neuróticos como inhibición, desplazamiento y la represión y la sublimación.
Fracasos en la evolución temprana impedirán el establecimiento de mecanismos de disociación claros
(reemplazado por identificaciones proyectivas excesivas) sentando las bases de procesos psicóticos.
Fracasos en la etapa depresiva, favorecerán regresiones e impide el avance hacia mecanismos más adaptativos.
5) Que características tiene esa configuración defensiva: Si son patológicos (fantasías hostiles y envidiosas) o
adaptativas (adecuado ajuste a la realidad). Se tienen en cuenta para medir el grado de patología o adaptación de
la defensa:
a) Grado de elasticidad o estereotipia: Cuanto más rígida, mas estereotipada más patológica. Si el sujeto apela a
mecanismos de negación frente a toda situación que genere pena, hablaremos de estereotipia, limitación del
yo, en tanto no es capaz de percibir las situaciones reales y dolorosas ni la depresión y persecución interna.
Hablaremos de plasticidad, si esta defensa se manifiesta como recurso defensivo frente a una situación de
shock, siendo luego reemplazada y modificada por otras.
b) Grado de compromiso de la personalidad: Si tiñe todos los vínculos del sujeto con la realidad es más
patológica que si está en algunos.
Identificación proyectiva:
Mecanismo por el cual él Yo deposita un vínculo (un aspecto del yo ligado a un objeto con una fantasía especial)
en un objeto que pasa a tener las características de este vínculo proyectado. Puede ser interno o externo. Es un
mecanismo normal como patológico. Favorece la relación empática con el objeto por dos razones: El sujeto se
pone el lugar del otro y viceversa.
Se diferencia entre:
1) Función dominante en el mecanismo de identificación proyectiva.
2) Modalidad de la identificación proyectiva.
3.1) Para librarse de partes malas y atacar al objeto externo
3.2) Para librarse de partes malas y proteger el objeto interno.
3.3) Para evitar la separación depositando partes buenas.
3.4) Para mantener a salvo una parte buena.
3.5) Como modo de reparación primaria.
Identificación proyectiva excesiva en los gráficos:
1) Fracaso en la organización gestáltica: Falla en la organización de forma. Objeto sucio, roto, desorganizado. Falla
de organización coherencia y movimiento armónico.
2) Alteraciones lógicas: ubicación espacial, perspectiva adelante y atrás, perspectiva frente-perfil, tamaño
adecuado.
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3) La hoja en blanco es representante del mundo externo: objetos diversos sin conexión, sucios, rotos, aislados,
vacíos de contenido.
4) No hay buena delimitación de mundo interno- mundo externo: límites vagos, débiles o exclusivamente rígidos
o exacerbados.
5) Figuras humanas rotas, sin relación entre las partes, aspecto deshumanizado vacío, inexpresivo,
despersonalizado y persecutorio.
Identificación proyectiva con características inductoras en los gráficos.
Las características son:
1) Gráficos generalmente grandes, necesidad de difundir imagen corporal, énfasis en la musculatura de brazos
piernas y tórax.
2) Aspectos de las figuras humanas: desafiante muscularmente, exhibicionista, caricatura, ridículo, burla y
extrañeza frente al propio cuerpo o cuerpo del sexo opuesto.
3) Si es defensiva de situaciones psicóticas, hay necesidad de impactar al observador y lo descrito anteriormente.
Mecanismos esquizoides
Tienen por finalidad defender al Yo de intensos temores de aniquilación y muerte. Comprende mecanismos de
disociación, idealización, negación y control omnipotente.
Disociación
Mecanismo por el cual él Yo y un objeto único son divididos en dos, la división se establece en función de las
características idealizadas y persecutorias estructurándose dos vínculos simultáneos entre un Yo agresivo y un
objeto persecutorio y un Yo lleno de amor con un objeto idealizadamente bueno.
Disociación en los tests gráficos:
Es la base de posteriores mecanismos defensivos así que se manifiesta en todo dibujo.
Interesa:
a) su grado de patología (grado de distancia entre lo idealizado y lo persecutorio)
b) que aspectos del Yo y del objeto están separados.
La disociación, es una defensa contra ansiedades persecutorias.
En cuanto a los rasgos formales de los dibujos: muy delimitados, rígidos, duros.
1) Los personajes son revestidos con caracteres extrahumanos de poder, idealmente bueno (Batman,
Dios) o idealmente persecutorio (hombre lobo, diablo).
El gráfico mostrará:
a) Uno de los 2 objetos disociados en una misma producción gráfica.
b) Ambos aspectos vinculares disociados en una misma producción gráfica.
c) Pueden manifestarse ambos aspectos disociados del Yo.
d) El vínculo deseado con el objeto idealizado (Batman-Robin).
2) En los personajes humanos aparte del poder, está la capacidad defensiva frente a posibles ataques del
mundo exterior. La idealización de aspectos o funciones del Yo y del objeto y la peyorativización de otros se pone
de manifiesto en:
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a) Tratamiento diferente de ciertas zonas corporales en una misma figura (énfasis en algunas, en detraimiento de
otras).
b) Objetos que simbolizan, cada uno, una característica o función personal.
Idealización:
Unido a la disociación, defiende de ansiedades persecutorias. La idealización del objeto bueno tiene por finalidad
alejarlo del persecutorio y hacerlo invulnerable. Se vincula con la negación maníaca, lo indeseable es negado y
simultáneamente es recubierto de bondad. Forma parte de las defensas maníacas ya que si el objeto es perfecto y
lo posee todo no está destruido y no puede atacar al Yo. La idealización es precursora de buenas relaciones del
objeto, pero si es extrema traba las relaciones con el objeto real ya que no existen objetos ideales, sino
idealizados.
Idealización en los gráficos:
Se expresa mediante el énfasis de poder mágico, y el poder defensivo, frente a posibles ataques de muerte. Las
figuras son de gran tamaño, con exaltación de la capacidad mágica omnipotente de dominio y control (Dios) o
protección de los débiles (Batman) o de mando (reyes) o de fuerza física (boxeador). En la medida en que la
idealización supone disociación el par disociado, puede corresponder a las características persecutorias o
idealizadas del objeto.
Cuando la idealización corresponde a defensas maníacas, aparecen objetos grandes, lindos, armoniosos, en los
que están enfatizados adornos, expresión feliz, contenidos no agresivos.
Negación y control omnipotente
Tiene por finalidad no ver aquellos aspectos del Yo o del objeto que atemorizan, responde a la fantasía de aquello
que no se ve no existe y no implica peligro. El grado de omnipotencia del yo y del objeto idealizado es
proporcional al grado de poder destructivo del yo agresivo y del objeto malo.
Negación y control omnipotente en los gráficos.
1) Se ponen en evidencia en los gráficos a través de figuras humanas pobres, con ojos cerrados, sonrisa
estereotipada, bajo contacto con el medio y características infantiles.
2) Las fantasías de control omnipotente frente a la persecución están directamente unidas a los mecanismos de
idealización del objeto protector y del Yo en cuanto a poderío e invulnerabilidad.
3) Como parte de las defensas maníacas, se manifiestan a través de movimiento, riqueza de contenido, formas de
control mágico del objeto o capacidad omnipotente de reparación.
Defensas maníacas
Incluye mecanismos que ya se pusieron de manifiesto durante la etapa esquizo-paranoide (disociación e
idealización, negación y control omnipotente) pero durante la etapa depresiva adquieren características
especiales. Antes estas iban dirigidas a impedir un ataque aniquilante al Yo, ahora tienen como finalidad defender
al objeto de los ataques ambivalentes del Yo.
La experiencia depresiva se vincula con el conocimiento de la existencia de un mundo interno y de la posesión de
un objeto valorado al que se necesita.
Mecanismos defensivos específicos:
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Omnipotencia acompañada de fantasías de control y dominio de los objetos : Mecanismo para negar la
dependencia del objeto, el miedo a ser abandonado y para satisfacer la fantasía total de reparación total de
objeto mediante un yo que tiene poderes mágicos de reconstrucción.
Idealización: Tiende a negar la fantasía de destrucción del objeto, otorgándole invulnerabilidad, riqueza de
contenidos, belleza.
Negación: Tiende a desconocer la realidad psíquica (insight) y las partes de la realidad externa acorde a sus
conflictos (situaciones que producen frustración y tristeza, abandono, alejamiento).
Disociación: Tiende a evitar el dolor que la ambivalencia produce. (Amar y odiar un mismo objeto)
Una característica especial de la defensa maníaca es la identificación del Yo con el objeto idealizado, en una
relación maníaca de objeto hay una tríada de sentimientos tendientes a negar la situación depresiva (control,
triunfo y desprecio) .La defensa maníaca intenta negar la situación depresiva y el trabajo de duelo, pero prepara
el camino para un nuevo colapso depresivo ya que implica un nuevo ataque sádico al objeto.
Defensas maníacas en los gráficos: En las figuras humanas está enfatizado el tamaño como expresión de la
inflación del Yo. A diferencia de la identificación proyectiva inductora, el énfasis no está puesto en la musculatura
si no en el límite corporal extendido. La ubicación es central y hacia arriba (euforia). Hay gran preocupación por
“llenar el dibujo de contenidos” tendientes a enriquecer y no tanto a dar poder, otras veces esta vivencia de vacío
se expresa a través de figuras muy grandes y vacías. En dibujos adultos, las figuras humanas son infantiles,
simpáticas y alegres. El grado de patología se mide: a) Por la intensidad, b) Mayor o menor dominio de fantasías
de desprecio y triunfo. Y c) Grado de integración y adecuación del dibujo.
Defensas de control obsesivo
Se hallan el aislamiento, la anulación y la formación reactiva, y el mecanismo dominante es el anal retentivo. Es
importante diferenciar el control omnipotente (más psicótico) del control adaptativo. En la evolución infantil la
vivencia del daño infligido al objeto y la culpa y dolor por haberlo destruido inherente a la situación depresiva
traen como consecuencia la inhibición y control de la agresión. El control obsesivo puede adquirir características
patológicas correspondientes al control omnipotente.
Diferencias entre el control adaptativo y el control omnipotente en los gráficos:
El adaptativo, permite la realización de gráficos con: buen ajuste de la realidad, tamaño, ubicación, discriminación
mundo interno-externo, Gestalt conservada, organización de las partes en el todo, correspondencia entre objeto
gráfico y real y armonía.
El omnipotente son gráficos a través de dibujos: estáticos, inmóviles, desorganizados:
1) Empobrecidos, vaciados.
2) Excesivo reforzamiento de los límites, excesivo sombreado o rayado que traen como consecuencia figuras
sucias o rígidas e inmóviles.
Formación reactiva:
Necesidad de mantener, una disociación entre el vínculo de amor y vínculo agresivo establecidos con el objeto,
reforzando el primero y controlando el segundo. Supone preocupación por el daño hecho al objeto y miedo a no
poder repararlo: como defensa él Yo fantasea que el daño sucederá en el futuro si se ataca al objeto.
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Las formaciones reactivas adaptativas permite el ajuste a normas sociales que por oponerse podrían despertar
agresión. En la personalidad: búsqueda de orden, meticulosidad, amabilidad permanente, dureza, falta de
espontaneidad y afectividad.
En los gráficos:
Gráficos ordenados, completos y prolijos, meticulosidad y detallismo. El temor a la pérdida de control promueve
la necesidad de repasar el dibujo, al mismo tiempo que determina zonas “sucias” por el repasado (fracaso del
control). Preocupación por la simetría. Como forma parte de una personalidad integrada, dará como resultado
producciones y gráficos ordenados, buena ubicación espacial, discriminación de mundo interno- externo y
discriminación de partes internas.
En situaciones más patológicas; mucho orden, exceso de detallismo, excesiva marcación de los límites con el
exterior, rigidez, lentificación, fracaso de control a través de zonas “sucias”, aspectos confusos, rasgos impulsivos.
Figuras humanas: no agresivas, cuidado en la vestimenta (formal), no hay movimiento corporal, control de
impulsos, preocupación por límites de la figura.
Ubicación y tamaño medios.
Aislamiento:
Consiste en la disociación primaria entre vínculos de amor y agresivos, trata de mantenerla evitando que los pares
disociados se unan en la fantasía o en la realidad, corresponde a la disociación esquizoide sea por fijación en la
situación depresiva o por regresión. La fantasía es evitar la unión, la posibilidad de síntesis está tratada y con ella
la integración del Yo y del objeto. El temor a que se unan los pares disociados crea la necesidad de mantener una
distancia del mundo externo.
En los tests gráficos:
Dibujos pobres, fríos, con pocos contenidos generalmente pequeños, con límites definidos y vacíos.
Figuras humanas:
1) Con expresión desafectivizada, reducidas a la gratificación de la cabeza, sin movimiento, con mayor o menor
grado de despersonalización. Acentuación paranoide de la mirada. La cabeza siempre enfatizada (control
intelectual) puede aparecer como “casquete” tipo robot.
2) La necesidad de mantener aislados los vínculos hostiles y afectuosos, disociados se expresa por la creación de
personajes antitéticos (policía y ladrón).
Anulación:
Se apoya en la disociación y controla el vínculo agresivo con el objeto. Apela a fantasías mágico omnipotentes,
cuyo contenido es que una fantasía buena puede anular una fantasía agresiva previa. Ataca la capacidad de
síntesis, corresponde a niveles primarios basados en la omnipotencia y magia del pensamiento.
En los gráficos:
1) Necesidad de adicionar un nuevo objeto depositario y simbolizante del vínculo
2) Ubicación de la situación conflictiva en objetos accesorios al gráfico, en el fondo del objeto gráfico requerido en
la consigna.
3) En la figura humana, ubicación de las situaciones conflictivas en zonas corporales no conflictivas o en detalles
en la vestimenta.
Represión:
Implica la necesidad de mantener olvidados aspectos del vínculo objetal vividos como peligrosos, relacionado con
la negación, supone la disociación, aunque es más evolucionado, marca la posibilidad de clivaje entre las fantasías
y entre la vida consciente e inconsciente (como mecanismo adaptativo). Como mecanismo neurótico funciona a la
manera de “dique de contención” provocando empobrecimiento y bloqueo. Empobrece al Yo en tanto lo limita en
sus funciones mnémicas y perceptivas, el conflicto se resuelve por ausencia de afecto.
En los gráficos:
Supone un grado de buena organización de la personalidad y del esquema corporal.
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Las figuras humanas son completas y armónicas, con ubicación espacial y tamaño conservados. Gestalt
conservada. Según la intensidad de la represión puede aparecer pobreza de contenidos y aspecto rígido.
La preocupación y la lucha contra la tendencia exhibicionista y erotismo corporal se evidencian:
a) Figuras armoniosas pero no sexuales, muy vestidas “tapadas”, b) Falta de rasgos sexuales secundarios, cortes
en la cintura, a nivel genital, o tronco solo. Énfasis en la cabeza, cabello, ojos, c) Expresión directa del conflicto a
través de figuras humanas antitéticas en cuanto a exhibicionismo (bailarina y figura tapada), d) La disociación
puede ponerse de manifiesto entre el gráfico y lo verbal (figuras seductoras, sin estas características), El grado de
represión se ve: a) Figuras rígidas y coartadas en sus movimientos, b) Figuras pobres en cuanto a contenidos y c)
Distancia entre los pares disociados cuando estos aparecen graficados
Inhibición o restricción del Yo:
Déficit de una o más funciones del Yo, no hay síntomas, sí restricción. La función inhibida resulta peligrosa por
estar ligada a la realización de fantasías agresivas. Surge como defensa frente a ansiedades paranoides y
depresivas. Frente a ansiedades paranoides expresa la necesidad de autocastración, para evitar ataques
retaliativos del objeto. Frente a ansiedades depresivas, las fantasías son de agresión al objeto, pero está
acentuado el temor a dañarlo y la inhibición tiene por finalidad su protección. La inhibición, no solo se refiere la
limitación de una función, sino a un empobrecimiento y lentificación general de las funciones yoicas (percepción,
motricidad, ritmo asociativo, etc.) y suele acompañar a los estados depresivos.
En los gráficos:
Figuras humanas: a) Figuras pequeñas y débiles, b) Trazo débil y c) Amputaciones de las zonas corporales
relacionadas con las funciones conflictivas (intelectual, cabeza cuadrada)
Sublimación:
Según Freud es la canalización de impulsos instintivos en actividades creadoras, socialmente adaptadas. Según
Klein, el dolor por los objetos valiosos a los que se teme haber destruido, moviliza impulsos reparatorios (de
recreación de los objetos internos y externos) que constituyen la base de la creatividad y la sublimación.
Supone la capacidad de reparación y está en relación con ella, en tanto se propone proteger al objeto de nuevos
ataques hostiles y repararlo por los daños que ha sufrido, es un trabajo de reparación que implica un vínculo de
amor con un objeto total y se expresa a través de la creatividad.
En los gráficos: Necesidad de dibujar, como intento de reparación y recreación de los objetos.
Se expresa en:
1) Disposición, actitud y modalidad frente a la tarea
2) Aspecto entero o destruido del objeto gráfico
a) Expectativas del sujeto acerca de su capacidad reparatoria:
1) Actitud depresiva adaptativa: preocupación por realizar la tarea adecuadamente, introspección, autocrítica,
valoración adecuada.
2) Conductas desajustadas: Inhabilidad y temor a realizar la tarea, autocrítica exagerada, incapacidad para
desprenderse del objeto gráfico, al que se vive incompleto. Necesidad de sacarse de encima la tarea, entusiasmo
exagerado.
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a) Cuanto más destruido, roto, inarmónico un objeto, menor capacidad para sublimar. Criterios:
a) Gestalt conservada
b) Objetos totales o parcializados
c) Diferenciación y conexión mundo interno-externo
d) Integración de las distintas áreas de personalidad
e) Plasticidad y ritmo
LA ENTREVISTA DE DEVOLUCIÓN.
Como instancia de Insight acerca del motivo de consulta
y la problemática ICC. AMAYA J, Y OTROS.
La entrevista de devolución es la transmisión de los resultados del proceso psicodiagnóstico que se hace en forma
ordenada y dosificada, según sea el destinatario y con un lenguaje verbal, grafico o lúdico apropiado al mismo
para que sea comprendido. No todo el material de análisis será empleado en la devolución, sino
fundamentalmente aquello referido a la conflictiva inconsciente vinculada al síntoma, como así también lo
relacionado a aspectos de la personalidad evolucionados y adaptativos. Constituye una herramienta clínica de
fundamental importancia para el psicólogo dentro del proceso psicodiagnóstico ya que la misma sirve para ayudar
en la toma de Insight acerca del motivo de consulta y la problemática inconscientes que el paciente presenta, mas
aun en los casos en que el conflicto central no ha sido advertido. Su valor es determinante ya que sienta las bases
para la realización de un futuro tratamiento psicoterapéutico en aquellos casos que lo requieran.