Metodologia de Registro
Metodologia de Registro
Metodologia de Registro
S 1
egún el diccionario de la Real Academia de la Lengua, la
palabra Sistema tiene cuatro acepciones:
m. Conjunto de reglas o principios sobre una materia racional-
pios y reglas distintos en cada caso, por lo que quedarían
flecos en ambos difícilmente compatibles, produciendo un
conocimiento desordenado y, sobre todo, no contrastado
mente enlazados entre sí. adecuadamente (cuarta acepción).
2 m. Conjunto de cosas que relacionadas entre sí ordenadamen- Pero un sistema de registro, como ya dijo Michel Py
te contribuyen a determinado objeto. cuando presentaba por primera vez el SYSLAT (quizás el
3 m. Biol. Conjunto de órganos que intervienen en alguna de las sistema de registro arqueológico más completo actualmen-
principales funciones vegetativas. te funcional), no es un dogma ni un modelo (PY, 1994),
4 m. Ling. Conjunto estructurado de unidades relacionadas en- puesto que el dogma es, naturalmente, contrario a la cien-
tre sí que se definen por oposición; p. ej., la lengua o los distin- cia (por oposición a la razón), y un modelo es un sistema
tos componentes de la descripción lingüística. cerrado, donde no caben interpretaciones alternativas, y, en
Y efectivamente, para utilizar el S.I.R.A. (acrónimo de Siste- consecuencia, no puede evolucionar, convirtiéndose en ló-
ma Informatizado de Registro Arqueológico) es necesario gicamente funcionalista.
asumir una serie de reglas y principios asociados a una for- Por tanto, cuando presentamos S.I.R.A. mantenemos los
ma de hacer arqueología (primera acepción), ya que esos presupuestos de Py; ante todo no es dogmático, pues, como
principios, organizados y ordenados adecuadamente, con- decíamos anteriormente, cada uno de los principios y reglas
tribuyen a avanzar en el conocimiento de nuestro pasado en los que se basa están reflexionados racionalmente, y no es
como metodología arqueológica (segunda acepción); el un modelo, porque están sometidos de forma sistemática a
sistema está estructurado como suma de una serie de par- una continua crítica, lo que provoca que el mismo S.I.R.A. haya
tes, que son interdependientes entre sí, permitiendo que evolucionado en su forma de asumir las cosas, en su práctica
el sistema funcione, es decir, que sea comprensible y dé cotidiana, siendo, en consecuencia, un sistema abierto que per-
respuestas adecuadas a las preguntas pertinentes (tercera mite adaptarse a distintas necesidades según las presunciones
acepción), y existe en sí mismo, como cualquier realidad, teóricas y prácticas de uno o varios equipos de trabajo, siempre
por oposición al resto, es decir, que en ningún caso resulta y cuando se parta de la premisa fundamental de la coherencia
coherente científicamente utilizar dos sistemas de registro prepositiva, es decir, que los puntos de partida elegidos, y la me-
distintos al mismo tiempo, por no ser operativo, en primer todología asumida, estén metódicamente relacionadas entre sí.
El S.I.R.A. tiene como base de trabajo el registro arqueo- Pero esos tesoros, que llamamos técnicamente “eviden-
lógico; a este respecto, definimos como tal el conjunto de cias”, desde la más pequeña a la mayor, son la base del arco
evidencias que de forma directa o indirecta permiten una que permitirá construir un puente entre lo actual y la idea
percepción contrastable y, en consecuencia, sin necesidad que tenemos del pasado.
de demostración. Y efectivamente, esas evidencias, esos elementos que
Estas evidencias se relacionan directamente con las so- encontramos en las excavaciones son consecuencia de las
ciedades del pasado, son consecuencia directa de las distin- actividades realizadas en el pasado, pero su estado actual,
tas actividades de esos grupos humanos, si bien debemos su aspecto, y su posición, dependen fundamentalmente de
entender, como principio básico, que dichas evidencias no dos vectores: por un lado, el sentido dado a ese elemento
“son” el pasado en sí, es decir, no lo sustituyen, y, en todo dentro de la sociedad que lo utilizó (es lo que se conoce
caso, siempre deben ser interpretadas desde el presente, te- como contexto sistémico y que incluye su captación, su
niendo en cuenta que existen una serie de elementos que transformación, su uso y su posterior abandono) y por otro,
alteran el registro arqueológico, impidiendo en muchas las alteraciones producidas tras el abandono de ese objeto
ocasiones comprender los códigos que hubieran permitido (los procesos postdeposicionales, que agrupan todas aque-
interpretar el papel de la evidencia en su contexto cultural, llas acciones que alteran de una forma u otra el registro ar-
social o económico dentro del grupo humano que lo produ- queológico inmediatamente después de su formación, sean
jo, lo usó y lo desechó. tanto de origen natural como antrópico).
En definitiva, cuando nos acercamos a las evidencias
del pasado lo hacemos desde el presente, y aunque inten- Un poco de historia
tamos establecer las bases del funcionamiento de una so- La primera versión del S.I.R.A. nació como una simple copia
ciedad pasada, siempre tendremos la duda sobre el nivel de de SYSLAT, traducido al castellano y utilizando un progra-
veracidad de la hipótesis que hemos construido para com- ma de creación de base de datos como FileMaker Pro, pero,
prender ese pasado a través de los restos materiales que lo- con el paso del tiempo, ambos sistemas han ido tomando
calizamos y documentamos en las excavaciones y/o en las caminos divergentes, aunque no puede dudarse en ningún
prospecciones. Eso provoca en el público una idea de cierto momento de la relación filial existente entre ambos y que
“creativismo” por parte de los arqueólogos cuando nos acer- se percibe con claridad desde las primeras versiones de
camos a explicar la “historia” de nuestro yacimiento. Por ese S.I.R.A. hasta las más modernas, ya que algunos de los pun-
motivo, entre otros, creo que menos influyentes, sigue viva tos de partida de carácter conceptual están profundamente
en la memoria cultural actual que el arqueólogo no ha deja- ligados a los principios que propiciaron la creación y el de-
do de ser un simple “buscador de tesoros”. sarrollo de SYSLAT, donde, por cierto, participé desde sus
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orígenes embrionarios hasta que mi camino se separaba de la parte de metodología de la edición en formato papel de la
las investigaciones en La ttes allá por el año 2002. Memoria de dicho proyecto (Adroher et al., 2004).
La primera versión utilizada de forma sistemática data R.I.P. era, básicamente, un sistema independiente de
de 1991, cuando se tradujeron las fichas de registro de SYS- prospección, desarrollado con esquema muy semejante al
LAT al castellano para una excavación de urgencia realiza- S.I.R.A., pero con protocolos distintos teniendo en cuenta
da en el granadino barrio del Albaicín, concretamente en la las diferencias existentes entre la prospección y la excava-
calle Espino; esta versión tenía un desarrollo informático ción en cuanto a metodología de registro, documentación
sencillo y sin que fuera otra cosa que un conjunto de fichas de evidencias y elaboración de datos y analíticas.
sin relación estructural entre ellas. Estos dos sistemas, R.I.P. y S.I.R.A., nacieron de forma
En este sentido no puede decirse que existiese una independiente; se concebían como respuestas diferentes a
versión desarrollada en sentido estricto para nuestra zona necesidades distintas, pero, con el paso del tiempo observa-
hasta que, en 1998 se iniciara una de las excavaciones de mos que podríamos seguir manteniendo por mucho tiem-
urgencia en el Albaicín con mayor impacto científico, la po esta separación.
del Callejón del Gallo, ya que de la misma se editó una En el año 2004, se iniciaba un proyecto de investigación
publicación científica que presentaba por primera vez en concedido por la Dirección General de Bienes Culturales
Granada los resultados completos de la excavación, con de la Junta de Andalucía centrado en el conocimiento de
una introducción metodológica donde se explicitaban de la antigua ciudad ibérica y romana de Basti (Baza, Grana-
forma clara las bases que regularían el sistema de registro, da), tanto del propio asentamiento como de su territorio;
y, en consecuencia, puede decirse que es la primera vez obviamente, este proyecto se presentaba como un perfecto
que S.I.R.A. ve la luz como un sistema autónomo (López laboratorio para comprobar la versatilidad de S.I.R.A. y op-
et al., 2001). timizarlo como recurso de trabajo.
Tras la experiencia recogida en esa excavación, sola- Pero, dado que en dicho proyecto se unificaban espa-
mente faltaban dos pasos para que se convirtiera en la po- cio urbano y territorio, los dos sistemas creados hasta el
tente herramienta con la que podemos gestionar los datos momento, S.I.R.A. y R.I.P. estarían funcionando a pleno ren-
arqueológicos en la actualidad. dimiento en el interior del mismo, y respondiendo a nece-
Un primer paso consistía en permitir que no se encor- sidades que interaccionaban entre sí. Rápidamente caímos
setara en un simple sistema de registro que respondiera a en la cuenta que ambos campos estaban más relacionados
la excavación arqueológica, olvidando que las labores, tanto de lo que en un primer momento pensamos, por lo que, de
de campo como de laboratorio, son múltiples en el campo forma lógica y coherente, empezamos a valorar la posibili-
de la arqueología, e incluyen prospección superficial, estu- dad de integrar ambos sistemas en uno solo, que funciona-
dio de materiales, gestión de almacenes de materiales de ría en una u otra línea dependiendo de las necesidades que
museos y proyectos, etc. en cada caso fueran surgiendo.
Desde 1995, y tomando como base experiencias ante- De esta forma procedimos a unificar los registros de
riores, se empezó a sistematizar un programa semejante a excavación y de prospección, desapareciendo finalmente
S.I.R.A. pero especializado en la recogida y gestión de datos R.I.P. como sistema independiente, y convirtiéndose en un
de prospecciones arqueológicas de superficie. Este siste- módulo dentro del mismo sistema S.I.R.A.
ma nació en el seno de un proyecto de investigación sobre Pero, como consecuencia del desarrollo y el potencial
territorio que tuvo su desarrollo en Puebla de Don Fadri- de las distintas intervenciones en Basti y su territorio, y vista
que (Granada), entre 1995 y 2002. Dada la experiencia en la interacción con el Museo Municipal de Baza, empezamos
la creación de bases de datos desarrollamos en el seno de a desarrollar la creación de un centro de investigación, que
nuestro equipo un sistema que permitiera gestionar los ya- se ha ido convirtiendo con el paso del tiempo en el Centro
cimientos arqueológicos independientemente de su crono- de Estudios de Arqueología Bastetana (CEAB), el cual, al
logía, tipo o entidad. Nacía así un sistema de registro con el margen del papel de investigador y difusor del patrimonio
nombre de R.I.P., el Registro Informatizado de Prospección, de la s comarcas septentrionales de la provincia de Grana-
y cuyas bases fueron correspondientemente publicadas en da, se percibía como un gestor de ese patrimonio y empe-
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La estructura
En principio S.I.R.A. es un sistema de bases de datos com-
pleja y entrelazada, bastante imbricada, y donde existen una
serie de bibliotecas de base utilizadas simultáneamente por
parte de los distintos módulos funcionales; se ha montado
sobre una estructura previa, FileMaker Pro, que a diferencia
de Access, opera tanto en entorno PC como MacIntosh, lo
que posibilita que se interactúe entre dos usuarios que tra-
bajen en cualquiera de los dos sistemas.
Por otra parte, FileMaker es un programa de creación de
bases de datos muy versátil e intuitivo, por lo que cualquier
usuario puede utilizarlo e incluso controlarlo con relativa
rapidez; además permite crear ventanas de distinto tipo, en Fig. 4. Estadísticas automatizadas de fragmentos de cerámica.
modo entrada de datos, búsqueda, consulta o impresión,
dependiendo de las necesidades del usuario. Los scripts o Una excavación arqueológica requiere de un método re-
guiones que permiten interactuar con la estructura interna flexionado, y no cualquier agujero en el suelo puede ni debe
de la base son fácilmente imbricables, y la gramática relati- ser considerada como tal; como diría el propio Sir Mortimer
vamente fácil, al menos para las acciones más sencillas. Wheeler, “... la excavación no debería ser, en efecto, una en-
S.I.R.A., así pues, se concibe como un sistema abierto, cuesta ciega de los vestigios escondidos en la tierra, sino
práctico, versátil y ágil de gestión de datos tanto de campo una estrategia claramente orientada por cuestiones explíci-
como de laboratorio. Pero, en ningún caso, al menos en el tas...”. En consecuencia, cualquier investigación arqueológi-
estadio actual de desarrollo, puede ser considerado como ca es, ante todo, un sistema de muestreo considerado desde
un verdadero sistema experto, ya que el entorno con el que el punto de vista de unos objetivos predeterminados.
se ha creado no permite que el programa pueda incorporar El primer objetivo de una excavación arqueológica es el
o desarrollar información adicional de forma automática, a conocimiento de la propia historia particular del yacimien-
excepción de algunos más o menos complejos análisis esta- to. Para conseguir este objetivo la herramienta que se debe
dísticos, pero la decisión final en cada caso, siempre es de- utilizar es la lectura estratigráfica, es decir, el estudio des-
pendiente del factor humano, que debe ser quien en última criptivo de los estratos, su aparición, composición natural y
instancia, priorice unos datos sobre otros, los analice y ex- cultural, sucesión y clasificación, con el objeto de ordenar-
traiga las interpretaciones que estime oportunas. Por tanto, los en una secuencia cronológica así como determinar la
y a diferencia de otros sistemas de registro, no defendemos génesis que los produjo y las alteraciones postdeposiciona-
que S.I.R.A. sea considerado ni siquiera, a semejanza de lo les que han sufrido a través de su caracterización química y
que sucede con los avances técnicos en el campo de la Geo- física actual.
grafía como un Sistema de Información Arqueológica, ya Por tanto, es el estrato en sí esa unidad indivisible de
que ésta es una pretensión que, por ahora, está muy lejos de una excavación arqueológica, el que concede al objeto
producirse, entre otras cosas porque consideramos que no (mueble o no) la contextualización vertical y horizontal ne-
debe ser ese el objetivo. cesaria para poder interpretar su propia microhistoria.
Y puesto que la explicación de la totalidad del sistema A partir de aquí surge el inevitable problema: ¿qué es
resulta altamente compleja y alargaría innecesariamente un estrato? La respuesta inicial parece fácil: cualquier capa
la extensión de este discurso, y, atendiendo además a que de tierra distinguible de otra por textura o color, y, que en
nos centramos en una publicación sobre las excavaciones consecuencia, se ha formado por un proceso genético dis-
del cerro de la Cruz de Almedinilla, consideramos oportu- tinto que los otros de los que se diferencia. Pero desde el
nos centrarnos de forma exclusiva, en el módulo de S.I.R.A. momento en que la tierra que hay a nuestro alrededor la
relacionado directamente con la excavación arqueológica y podemos analizar desde perspectivas muy distintas, el acer-
su gestión. camiento del investigador a esos “estratos” es, lógicamente
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cepto definido como nivel arqueológico, considerado como
un grupo de estratos con funcionalidad y/o cronología simi-
lar; a su vez, varios niveles se agruparían en un horizonte o
fase, considerado como conjunto de actividades que se for-
malizan en estratos y/o niveles sucesivos y que configuran
un momento entre dos cambios importantes sucesivos en
la historia del yacimiento arqueológico.
En otros sistemas como el SIAA, la nomenclatura cam-
bia, considerando que las distintas agrupaciones jerárqui-
cas de menor a mayor serían los siguientes; en primer lu-
gar, estructura, que consiste en un conjunto estructurado
de unidades estratigráficas que puede ser individualizado
y estudiado como tal; le sigue el complejo estructural enten-
Fig. 6. Imágenes de Ues del Cerro de la Cruz en SIRA. dido como todo espacio arqueológico organizado y delimi-
tado, en el que se integran estructuras y depósitos relacio-
del anterior o posterior, e incluso se excava con dos herra- nados con un patrón específico de actividades; por encima
mientas distintas en cada sector del desarrollo espacial del tendríamos el grupo estructural, es decir, un conjunto de
estrato. En todos los casos es más que posible que la mues- complejos estructurales conectados entre sí por sus simi-
tra de material que se extraiga no tenga la misma represen- lares relaciones espaciales o funcionales; el la cúspide nos
tatividad, aunque estemos hablando, en sentido estricto del encontramos con la zona estructural, donde se aúnan va-
mismo estrato. En consecuencia, la valoración que debe ha- rios grupos estructurales asociados por razones espaciales
cerse del material en cada caso es distinta; obviamente no o funcionales.
se trata de estratos distintos, sino de un mismo estrato que En nuestro caso, la agrupación jerárquica presenta me-
ha sido excavado de forma diferencial, por lo que se preci- nos niveles; varias UEs se agrupan en acción, estructura y
sa a la hora de valorar la entidad, importancia e incluso la sector, definida la primera como un conjunto de unidades
cuantificación y valoración final del material, tener en cuen- estructurado voluntariamente; estructura sería la agrupa-
ta el sistema de excavación utilizado en cada caso. ción de acciones que constituyen un conjunto coherente; y
Por este motivo resulta muy práctico definir una uni- sector, como el ámbito espacial definido estructuralmente,
dad de trabajo inferior a la Unidad Estratigráfica, más real, como la habitación de una casa.
más práctica, y que tenga en cuenta los más que probables Pero lo que va a definir el sistema es la Unidad Estrati-
problemas que se encuentra alguien en un momento dado gráfica, único elemento que determinará sistemáticamente
a la hora de realizar un seguimiento completo a un estrato cualquier opción de registro; este concepto es independien-
determinado. te de cualquier otro, salvo de la partición espacial que se
De esta forma, y para evitar un cambio radical en el con- haya hecho del yacimiento, y que denominamos zona, sien-
cepto base del SIRA, se ha optado por mantener la nomen- do ésta la que determinará en cierto modo la numeración
clatura de UE (Unidad Estratigráfica), y plantear la posibili- dada a una UE.
dad de que dos estratos tengan exactamente el mismo valor, Una vez que se ha accedido a la ficha de campo, se crea
habiéndose diferenciado por múltiples motivos (incluso la un nuevo registro, donde lo único que debe conocerse a
excavación sucesiva en dos años consecutivos), y, para sol- priori es el número de la zona arqueológica donde se va a
ventar dicho problema, se crean las opciones de establecer trabajar; de esta forma el programa te recuerda el siguiente
que dos UEs son iguales o equivalentes, dependiendo de la número de UE disponible, ya que el número de la UE com-
circunstancia. porta dos grupos de cifras relacionados entre sí; los millares,
Por otra parte, como decíamos anteriormente los estra- decenas de millares y centenas de millares corresponden a
tos se pueden agrupar en entidades jerárquicas superiores; un número de zona (de 1 a 999), organizado como el equi-
así algunos arqueólogos agrupan varios estratos en un con- po de investigación estime oportuno; los tres últimos dígitos
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Bibliografía
1 Aunque no creo que exista el azar en sentido estricto, reconozco que hay cosas Adroher, A.M.; López´, A.; Caballero, A.; Salvador, J.A. (2004) ”Protocolos y
en la vida que parecen premonitorias; por eso, este trabajo lo quiero dedicar a mi sistema de registro”, en A.M. Adroher y A. López (dirs.): El territorio de las
sobrina nieta, a la arisca, dulce e inteligente Sira. altiplanicies granadinas entre la Prehistoria y la Edad Media. Arqueología
en Puebla de Don Fadrique (1995-2002), Sevilla, pp. 49-54.
2 aadroher@ceab.es
López, A.; Adroher, A.M.;Caballero, A. (2001) “Gestión y explotación de los
3 Esta información, así como todo lo relacionado con el SIAA (Sistema Informático datos”, en A.M. Adroher y A. López (eds.): Excavaciones arqueológicas en el
Andaluz de Arqueología) debemos agradecérselo a Gonzalo Aranda, uno de los Albaicín (Granada). I. El Callejón del Gallo, Granada, pp. 25-36.
mejores expertos en el mismo y que no informado hasta donde le hemos requerido
sobre su funcionamiento. Py, M. (2004) “Système d’information, de gestion et d’explotation de la
documentation issue des fouilles de Lattes”, en Lattara, 4, Lattes.