0% encontró este documento útil (0 votos)
87 vistas3 páginas

Clasificación de Los Receptores Sensoriales

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1/ 3

Clasificación de los receptores sensoriales

Receptores simples

Receptores complejos

Receptores sensoriales

Los receptores sensoriales son el primer eslabón de la cadena de estructuras y eventos que determinan
el funcionamiento del sistema nervioso periférico (SNP), en ellos nace el impulso eléctrico que luego se
transporta al sistema nervioso central (SNC) para su interpretación y acciones pertinentes.

Empecemos por establecer la diferencia entre una sensación y una percepción. La sensación es la
detección consciente de un estímulo y del lugar donde este estímulo se produce. Por su parte la
percepción es la asignación de un significado a la sensación. De manera simplificada tanto la sensación
como la percepción son funcionalidades de la corteza cerebral, y para que ambos eventos se produzcan
debe suceder lo siguiente:

1.- Algún estímulo debe excitar un receptor sensorial: el sensor debe tener ser específico al tipo de
estímulo, así como a su magnitud, por ejemplo, los sensores de tacto de la piel pueden detectar la
presión mecánica, el estiramiento de los tejidos y las vibraciones, pero no pueden detectar la energía
luminosa que es de la incumbencia de los receptores del ojo. Al mismo tiempo el estímulo debe
producirse en una zona que pertenezca al campo sensorial del receptor, el que convertirá éste en un
potencial graduado llamado potencial del receptor. El potencial del receptor debe sobrepasar un cierto
umbral para que sea propagado al sistema nervioso central.

2.- El impulso nacido en el receptor sensorial debe ser llevado a la región apropiada de la corteza
cerebral: el transporte del impulso generado a la corteza cerebral se hace a fin de establecer el lugar
específico del estímulo y su percepción. Para las sensaciones generales, la degustación y la escucha esto
ocurre por las vías sensoriales ascendentes. Las neuronas que transmiten el impulso alcanzan primero la
médula espinal y allí sus neuritas se ramifican profusamente, de forma que pueden generar, en la propia
médula, las primeras decisiones como actos reflejos. Al mismo tiempo, también estas neuronas pueden
conectarse (hacer sinapsis) con otras neuronas para que los impulsos puedan continuar ascendiendo por
vías específicas o no específicas, hasta alcanzar la corteza cerebral a través del tálamo como compuerta
previa de entrada, y darnos conciencia de la percepción. En general las fibras que pertenecen a las vías
no específicas transmiten el dolor, la temperatura, pero también el tacto de forma basta. Las vías
ascendentes específicas están más involucradas en la detección localizada del tacto (tacto
discriminatorio), las vibraciones, la presión y la propiocepción (posiciones de los brazos y las piernas)
consciente.

3.- La corteza cerebral debe interpretar la señal de entrada: la identificación y apreciación de un


mensaje (que siempre es un potencial de receptor) no depende de la naturaleza del mensaje, si no de la
localización específica de las neuronas a las que se llevó la señal en la corteza cerebral. Digamos que es
como si cada linea de transmisión estuviera etiquetada para "decirle” al cerebro quién llama y desde
donde lo hace, y así poder diferenciar si viene de un receptor de sabor en la lengua o un sensor de
presión en la piel.
Clasificación de los receptores sensoriales

Los receptores sensoriales se pueden clasificar:

Según el tipo de estímulo que detectan en:

1.- Mecanorreceptores: generan impulsos nerviosos cuando ellos, o los tejidos adyacentes, están
sometidos a deformación por alguna fuerza mecánica, que incluye presión, contacto, vibración,
estiramiento y escozor. Son sensibles a la presión sanguínea.

2.- Termorreceptores: sensibles a los cambios de temperatura.

3.- Fotorreceptores: responden a la energía luminosa, como los de la retina del ojo.

4.- Quimiorreceptores: responden a estímulos químicos, como los de la lengua (sabores) o la cavidad
nasal (olfato).

5.- Nociceptores: responden a los estímulos que pueden ser potencialmente dañinos y que resultan en
dolor.

Según su ubicación o la ubicación del estímulo que detectan en el cuerpo:

1.- Exteroceptores: como lo indica el nombre responden a estímulos que se producen en el exterior del
cuerpo y en general están cerca de la superficie corporal respondiendo a estímulos tales como presión,
temperatura, contacto y dolor.

2.- Interoceptores: estos son sensibles a estímulos que se producen en el interior del cuerpo y son
llamados también visceroceptores (receptores en las vísceras). Son activados por estímulos de
temperatura, cambios químicos y estiramiento de tejidos. Usualmente nos hacen sentir dolor, malestar,
hambre o sed.

3.- Propioceptores: están localizados en los órganos musculoesqueléticos (músculos, tendones,


articulaciones, ligamentos y los tejidos conectivos que cubren huesos y músculos) avisando al cerebro de
nuestros propios los movimientos.

Según su complejidad estructural:

1.- Receptores simples: están ampliamente distribuidos por el cuerpo para detectar los estímulos
relacionados con la sensación táctil, la vigilancia de la temperatura y de los músculos (en forma de
propioceptores), y el dolor. La sobre estimulación de cualquiera de estos receptores simples se
interpreta como dolor.

2.- Receptores complejos: como los que se encuentran en el sentido del gusto, olfato y vista.

Receptores simples

Estos a su vez se dividen en:

1.- De terminales dendríticas libres o desnudas: los que están distribuidos a lo largo y ancho de todo el
cuerpo casi en todas partes, pero son especialmente abundantes en los tejidos epitelial y conectivo.
2.- De terminales dendríticas encapsuladas: en estos receptores las fibras terminales están rodeadas por
una cápsula de tejido conectivo y en su gran mayoría son mecanorreceptores, pero su forma, tamaño y
distribución en el cuerpo puede ser diferente.

*.- Corpúsculos de Meissner o táctiles: los corpúsculos de Meissner son sensores de tacto y se
encuentran justo debajo de la epidermis (la capa más externa de la piel). Son especialmente abundantes
en las zonas sensibles desprovistas de pelos como en los pezones, las puntas de los dedos y las plantas
de los pies

*.- Corpúsculos de Pacini: están dispersos en la dermis profunda y en los tejidos subcutáneos
inmediatamente debajo de la piel. Son estimulados sólo al iniciarse una presión, de modo que su
función primaria es detectar vibraciones en las que la señal de presión es variable. Son relativamente
grandes, recuerdan una cebolla cortada y algunos son visibles a simple vista.

*.- Corpúsculos de Ruffini: yacen en la dermis, los tejidos subcutáneos y las cápsulas de las
articulaciones, y responden a presiones profundas y continuas.

*.- Husos neuromusculares: se encuentran a lo largo de los músculos esqueléticos y son racimos de
fibras musculares esqueléticas modificadas llamadas fibras intrafusales. Ellos detectan cuando un
músculo se estira e inician un acto reflejo para resistir el estiramiento.

*.- Órganos tendinosos de Golgi: son los "topes" funcionales de los movimientos y están colocados en
los tendones cerca de la inserción de estos en los músculos esqueléticos. Se estimulan por la contracción
y extensión de los músculos. Cuando el órgano de Golgi se activa inhibe la contracción del músculo
relacionado y produce su relajación la que a su vez finaliza la estimulación del receptor.

*.- Receptores cinestésicos articulares: son propiorreceptores que vigilan el estiramiento de las cápsulas
articulares que rodean las articulaciones sinoviales, proporcionando información sobre las posiciones de
las articulaciones y sus movimientos.

También podría gustarte