Sociología de La Comunicación Social
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Sus aportaciones han servido para esclarecer algunos perfiles del pro
colectivo, al menos para poner el acento sobre determinados comport
tos negativos, pero han reducido el horizonte de una comprensi
totalista del concepto de masa. Solamente a medida que la revolución
trial fue movilizando a las masas, y éstas se constituyeron en protago
reales de la historia y de la vida social contemporánea, la masa, como
cepto, fue adquiriendo la debida neutralidad, aunque siempre bajo aq
discriminación semántica que tanto ha afectado a su adecuado en
miento. La presencia de los medios de comunicación social, llamados
cisamente medios de comunicación de masas, la urbanización, el indus
lismo y otros procesos y fenómenos propios de la sociedad contempo
han sido factores constituyentes de una imagen distinta de la masa y
masas, en las que las valoraciones negativas y las adjetivaciones peyor
constituyen un anacronismo científico y social. La sociología de la co
cación social tiene aquí, por ello, un campo de estudio sumamente in
sante, nada banal por cierto y útil en todo caso para conectar la real
social con su desenvolvimiento histórico y con los acontecimientos q
dado origen a la sociedad de masas (2).
No hay que olvidar que el acotamiento de campos operativos es sum
mente importante en cualquier rama científica, porque permite reco
y apreciar los perfiles del objeto mismo de esa ciencia dentro de un co
más complejo y difuso, en el que las variedades y particularidades pr
de sus objetivos se enriquecen o deben eriquecerse con las propias de
ramas de la ciencia, por muy convencionales que éstas pudieran ser, si
que, naturalmente, no sean arbitrarias y estén establecidas con algún
científico. En la sociología de la comunicación social el problema se h
tanto difícil y complicado por la imprecisión de términos como masa,
mación, difusión, proceder colectivo y tantos otros que adolecen, cua
menos, de multivocidad, dada la enorme cantidad de matices que pre
y que incluso desde el punto de vista sociológico presentan algunos c
más característicos. Para ejemplo claro del problema que se plante
sociología de la comunicación social basta la dificultad para adopt
título exacto capaz de englobar los estudios propios o típicos de esta
sociológica. Es frecuente el uso de la expresión Sociología de los Medi
Comunicación de Masas, pero es fácil advertir que tal epígrafe solam
acoge, o cuando menos sólo evoca, el funcionamiento de los medio
conocidos - radio, prensa, televisión - en una sociedad determinad
jando fuera de su objeto aquellos matices fundamentales que se refier
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! AGRUPAMIENTOS PREDOMINANTES
SENTIDO !
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sus efectos. Por otra parte, sólo en forma convencional se puede habl
predominio de un sentido básico en la recepción de un mensaje, pero
aceptarse al menos para un mayor entendimiento que algunos medios e
mayor participación de unos sentidos, por lo que incluso se pudiera h
de una especialización sensorial, totalista en el caso de la televisión
más comprensible en sus aspectos parciales en otros medios, como los
cionados en el esquema. También puede advertirse que la presenci
turismo como medio pudiera ser discutida, pero se va abriendo paso e
los estudiosos de la comunicación social, siendo su ambientación total
como la de la televisión, aunque la interferencia simbólica es distinta
carácter pregnante es quizás menos profundo que el del citado medio
comunicativo.
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(9) John W. Riley, Jr., y Matilda White Riley: «Mass Communication and
Social System», en MERTON (Ed.): Sociology Today, N. York, 1960, pp. 537-78;
John Parry: The Psichology of Human Communication, N. York, 1967.
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Después de afirmar el mismo autor que «no cabe duda que algún día se
nos espiará desde plataformas espaciales equipadas con cámaras de televi-
sión», concreta su pensamiento con palabras como las siguientes: «La tec-
nología nos ha obligado a resignar cierta cantidad de nuestra intimidad en
diversos aspectos de la vida». El proceso de desintimización no procede ex-
clusivamente de los medios de comunicación de masas, pero es a través de
ellos como la invasión ha sido más sutil y convincente, tal como ha sucedido
con el impacto de la televisión en el medio familiar, considerada por exper-
tos como un elemento reactivador de la misma al reunir con más asiduidad a
los miembros durante determinadas horas. Frente a los medios coercitivos
de invasión en la intimidad, utilizando procedimientos físicos o químicos
para doblegar la voluntad, los media han desarrollado una forma solapada
de convencimiento y adhesión, creando un medio ideológico y espiritual que
en el fondo puede estar supeditado a manipulaciones culturales y con
fines particulares. Aun aquellos medios que, como el cine, parecían patro-
cinar la intimidad al ambientar la soledad del individuo, reduciéndolo a la
inmovilidad y acaso a la soledad, no han hecho otra cosa que extrañar a
hombre desde sí mismo, proyetándolo hacia el diálogo silencioso con lo
emisores del mensaje. La telepantalla de 1984, de Orwell, estará siempre pre
sente mucho más que como una simple ficción, sino como auténtica posibi
(11) Michel Foucault: Nietzsche, Freud, Marx, Barcelona, 1970, pp. 38-9.
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(27) Colín Cherry: A comunicando Humana, Sao Paulo, 1968; Wilbur Schramm:
Information Theory and Mass Communication; en Alfred G. Smith: Communica-
tton and Culture, N. York, 1966.
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P2
De donde,
p2 = probabilidad de lograr el objetivo previo, y
Pi z= probabilidad de lograr el objetivo después de la información (29).
La rapidez, la veracidad, la explicatividad y la calidad de la información
son elementos que distinguen entre individuos y grupos a los medios de su
preferencia. El desplazamiento de algunos medios por otros se explica por
el tipo de información ofrecida, y el paso de la radio o del periódico a la
televisión se explica por el gusto por la información ociosa o felicitaria fren-
te a la información cognoscitiva. Las variedades constituyen uno de los ner-
vios clave del mensaje televisivo, y sobre todo si esa variedad es en vivo
se cumple más adecuadamente el mensaje televisivo. Pero en el conflicto
entre los media algunos han conseguido permanecer en el gusto del público
y como dice Cazeneuve, «la radio ocupa posiciones inexpugnables», aunque
limitadas, frente a la televisión. La selección de las informaciones, presen-
tándolas en forma rápida o mediante explicaciones adecuadas, ha sido un
modo de lucha y de planteamiento de otros medios frente a la televisión.
El que menos acertó a plantear sus tácticas fue el hombre de cine, acostum-
brado a un dominio de ciertos sectores sociales, pero poco a poco ha ido
depurando su objeto y ha dado origen a interesantes movimientos experi-
mentales. La complementariedad informativa es en muchos casos el rasgo
predominante - mediante una estimulación interior de los medios - , pero
lo habitual y ordinario parece que algunos medios, como la televisión, han
impuesto su mensaje, aunque sea imperfectamente, y han conseguido atraer
el interés de públicos multitudinarios. La cantidad informativa depende tam-
bién, como es obvio, de la selectividad del medio y de su capacidad para
exponer su mensaje. La imagen visual ofrece ciertos atractivos sobre el len-
guaje verbal y en ciertos momentos el impacto verbal se impone en forma
singular, sobre todo cuando existen grupos extensos, en los que ciertos com-
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